René
Guénon: extracto de una carta a A. K. Coomaraswamy (1)
"...En
cuanto a su artículo sobre la reencarnación, me parece magnífico todo lo que
propone, y con seguridad será un trabajo muy útil. En lo referente al fondo
mismo de la cuestión, la imposibilidad de un retorno al mismo mundo proviene de
que implicaría una limitación de la multiplicidad
de los mundos (o estados de existencia, pues en el fondo es lo mismo) y,
por consiguiente, una limitación de la Posibilidad universal. Esto, por supuesto, concierne
al ser verdadero, y significa que éste no puede manifestarse dos veces en el
mismo estado; esto no es, en suma, sino un caso particular de la imposibilidad
de una repetición cualquiera en la manifestación universal, en razón misma de
su indefinidad. Ahora bien, ello no quiere decir que no haya algo que pueda
"reencarnarse", si se quiere emplear la palabra, pero se trata
simplemente de los elementos psíquicos, que no tienen nada que ver con el ser
verdadero (que ha pasado entonces a otro estado), y que vienen a integrarse en
la manifestación de otro ser, como igualmente lo hacen los elementos
corporales; propiamente hablando, no es de "reencarnación" de lo que
se trata entonces, sino de "metempsícosis" (en cuanto a la palabra
"transmigración", designa propiamente el paso a otro estado, y esto
se aplica al ser verdadero). Esta transferencia de elementos psíquicos explica
los pretendidos "casos de reencarnación" o de "recuerdos de
vidas anteriores" que a veces se comprueban (por lo demás, ¿qué es lo que
podría "recordar", ya que, incluso en la hipótesis reencarnacionista,
se trataría siempre de una nueva individualidad revestida por el ser, y la
memoria pertenece evidentemente a la individualidad como tal?).
Por
añadidura (dejando a un lado, por supuesto, las razones sentimentales invocadas
por los modernos, que no poseen ningún interés doctrinal), la creencia en la
reencarnación puede ser considerada como debida en parte a la incomprensión del
sentido simbólico de ciertas expresiones. Aunque la comparación pueda parecer
extraña, pienso en otro hecho que tiene exactamente la misma causa: es la
creencia en la existencia de ciertos monstruos y animales fantásticos, que no
son sino antiguos símbolos incomprendidos; así, conozco a personas que creen
firmemente en los "hombres con cabeza de perro"; la "Historia
Natural" de Plinio está llena de confusiones de este género... He tratado
ampliamente este asunto de la reencarnación en "L'Erreur Spirite",
indicando además las distinciones que deben hacerse entre los diferentes
elementos constitutivos del ser manifestado. Desde el momento en que se trata
de una imposibilidad, está claro que no puede haber excepciones; por otra
parte, ¿dónde se detendrían éstas exactamente? A propósito de ello, le señalaré
algo bastante curioso: la propia Mme. Blavatsky había comenzado por no admitir
la reencarnación de una manera general; en "Isis desvelada" solamente
consideraba un cierto número de casos de excepción, reproducidos exactamente de
las enseñanzas de la H. B.
of L., a la cual estaba vinculada por entonces. Una posibilidad que constituye
solamente una excepción aparente es el caso de un ser que, no estando ya
realmente sometido a la muerte (un jîvan-mukta, en consecuencia), continuaría
por ciertas razones su existencia terrestre (y no volvería, como los
pretendidos "reencarnados") utilizando sucesivamente numerosos
cuerpos diferentes; pero es evidente que se trata de un caso que está
completamente fuera de las condiciones de la humanidad ordinaria, y que por
otra parte un ser semejante ni siquiera puede realmente ser llamado
"encarnado" en modo alguno".
NOTAS:
1.
La presente cara, fechada el 13 de septiembre de 1936 en El Cairo, apareció
publicada en el Cahier de L'Herne, nº 49, dedicado a René Guénon (París, 1985).
No la reproducimos completa, y nos limitamos a exponer aquí la parte dedicada
al tema de la reencarnación. Traducción: G.E.T.V.
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