domingo, 3 de agosto de 2014

Filosofía occidental y metafísica oriental (Georges Vallin)



Filosofía oriental occidental y metafísica oriental

por Georges Vallin

15 septiembre 2010   Vallin Georges

(Revue Aurores. No 39. Janvier 1984)

Paul Mus rinde homenaje a Georges Vallin (1921-1983) en su prólogo a " La perspective métaphyísique " (Dervy Livres), tesis que " quedará notoria en los anales universitarios por su rechazo del patrocinio aristotélico y por una ensayo de alejamiento de perspectiva de la tradición oriental, para juzgar mejor de la nuestra ". Georges Vallin nos propone, lo dice él mismo, liberarnos de nuestro etnocentrismo y de su imperialismo ideológico para desembocar, no sólo en un ensanche cada vez más indispensable hoy, sino que sobre una verdadera mutación del pensamiento filosófico que nos llevarían como lo dijo Heidegger a abrirnos un " camino hacia el ser”. Reproducimos aquí un extracto del conversación difundido en agosto de 1983 en France-Culture a propósito de Védanta no dualista.

Creo que la filosofía occidental nació del rechazo de lo había  de más esencial de Platón a Aristóteles y toda nuestra metafísica, nuestro pensamiento teológico - simplifico aquí en exceso, pero es en una tendencia  que pienso poder remarcar – viene de  esa especie de olvido de la trascendencia del Bien, de lo que verdaderamente es el Bien platónico que está más allá de la esencia y que es por ahí mismo  algo que se sitúe a la vez muy lejos de mí y finalmente algo muy próximo de mí, como en el Atman Brahman de los Vedantas. Y la mirada que Advaita Vedanta nos permite echar sobre esta filosofía es mostrar que hay una mutilación original que coincide con punto de partida más efectivo de la metafísica con Aristóteles. De esta mutilación resultarán otras  que no son más que  las exploraciones del círculo del ego. La filosofía de Hegel y la de Sartre son dos momentos que ilustran los sucesiones de esta mutilación, de lo que se podría llamar, después de todo, la muerte de Dios, o la muerte de a lo que hay de más esencial en Dios.

EL EGO SE DESPRENDE DE SU NATURALEZA VERDADERA

En una Upanishad, se dice que la dimensión supra personal, el para - brahma, es los tres cuartos de la verdad; todo el resto, a saber lo que tenemos la costumbre de llamar Dios, el mundo  y el hombre, es un pequeño cuarto. Y cuando se percibe que la filosofía comienza con olvido de los tres cuartos de la verdad, el cuarto que queda tiene una aventura que es fácil de  balizar y localizar. Es en el fondo la aventura del ego que se desprende de su naturaleza verdadera y que va a ser condenada a fantasear dualidades, oposiciones de las que vivirá toda la historia de nuestra filosofía y de nuestra cultura para llegar a una exploración cada vez más clara de las potencias del ego; una exploración positiva primero con Hegel y Marx por ejemplo, una especie de dinamismo, de filosofía del progreso que fue la gran ilusión de la que Occidente ha vivido hasta muy recientemente, y que ha precedido la fase descendente, la fase del tiempo no creadora, sino lo que se podría llamar la dimensión destructora; es la que corresponde a la fase nihilista que ha sido inaugurada de modo posiblemente involuntario e inconsciente, por Sartre. Mientras que Sartre  hizo una filosofía de la creación y de la libertad, yo  veo más bien allí como una especie de acta de fracaso, de callejón sin salida a partir del cual no se puede ir más allá en el mismo sentido. El fondo del ego separado de la realidad, es el vacío, es la nada en el sentido sartriano  del término. Y es esto lo que nos revela, con una mirada advaitica, toda la historia de nuestra filosofía detrás de las ilusiones de la posesión, del crecimiento del ego, este crecimiento indefinido que resume el sistema de Hegel.

Descubrimos en suma, al término de este proceso que es la cumbre de nuestra ilusión y de la egolatría, el hundimiento del ego, el vacío en el fondo del ego. Es estolo  que me parece constituir el último estado fundamental de la metafísica occidental como tal pero que ya había nacido con Aristóteles.

A este respecto, le querría rendir un homenaje a un filósofo por el cual tengo la admiración más grande, es Kant. Se atrevió a mostrar que lo que se llamaba la metafísica era en el fondo una ilusión; que el hombre no tenía la posibilidad de tener la experiencia de lo absoluto, la experiencia del ser. Entonces digo que  tiene toda razón en la medida en que se trata del hombre que Occidente cultural y simbólico ha forjado; pero este hombre es sólo una parte del hombre verdadero.

UN PEQUEÑO SECTOR DE LA REALIDAD

En definitiva hablar de una  manera dogmático de mí, de Dios, de la libertad, sin tener en cuenta la plenitud de la experiencia, colocándose en un sector muy  pequeño de la realidad delimitado justamente por el ego, es, mayormente, lo que ha hecho la filosofía occidental. Habla de Dios, del hombre, del mundo , de la alienación del hombre por Dios de quien hay que desembarazarse para volverse autónomo, independiente, etc.

No hablo de lo que  la ciencia y la técnica pueden tener de eminentemente positivo y que puede ser muy benéfico en un diálogo los países del Tercer Mundo; me coloco aquí de un punto de vista espiritual, estrictamente metafísico e intelectual. Pienso que esta inhibición de la intuición intelectual es una de las grandes características del occidentalidad que no es específico por otra parte del hombre europeo o americano. Despojado así de la intuición intelectual o de su equivalente, es decir de la revelación bajo una forma o bajo otra, este hombre está confrontado con su propio vacío interior, con su propia nihilidad que le deja entonces ante de una exigencia alguna otra cosa - esta posibilidad de apertura.

El Advaita Védanta puede tener alguna posibilidad de ser entendido por este hombred el fin del ciclo de Kali Yuga que, como se sabe, es la edad sombría , la edad de Occidente, del encerramiento del ego, de la cristalización del ego sobre si mismo  pero que no puede durar indefinidamente. En un momento dado hay ruptura. Ya está  ilustrada en el marco del hinduismo por los avataras  los "descensos" que son tanto gracias que el ser hace la apariencia, como el  uno hace a lo múltiple.

ESTE OLVIDO DEL SER

Pienso que vivimos una época (no se trata de fechar, sino simplemente de ilustrar las tendencias) bastante extraordinario donde justamente este vacío escondido que estaba en el fondo de nuestra mutilación metafísica, de este olvido del ser - que el gran filósofo alemán Heidegger ilustró y qué podemos comprender mucho más claramente a la luz de las metafísicas a no dualistas, - esta especie de vacío al cual estamos dejados sin respuesta, puede conducirnos a una especie de redescubrimiento de este otro vacío, de ese verdadero vacío de la no dualidad que es un vacíoparadójico de plenitud.

Y yo iría a buscar el mensaje de Advaita Vedanta, (si se puede emplear aquí esta palabra un poco presuntuosa), en una especie de confrontación con las formas a la vez clásicas y modernas de la filosofía occidental, descubriendo la ilusión que está detrás de la afirmación del ego, las consecuencias de esta ilusión y el tipo de experiencia en la cual puede desembocar y que creo que alguien como Heidegger pero también como Nietzsche tenía el presentimiento y la nostalgia.