miércoles, 18 de abril de 2018

ANAGARIKA GOVINDA


ANAGARIKA GOVINDA

(El camino de las nubes blancas)

¿Quién eres Tú, Poderoso, Tú, que llamas
a las puertas de mí corazón?

¿Eres un rayo de sabiduría y de amor,
que emerge desde el aura deslumbrante
de un Muní en silencio,
iluminando a aquéllos
cuyas mentes se encuentran dispuestas
para recibir el noble mensaje
 de la redención?

¿Eres el Venidero,
el Salvador de todos los seres
que camina errante por el mundo
 en mil formas desconocidas?

¿Eres el mensajero
de aquel que alcanzó la orilla
y abandonó la balsa
para que nosotros
cruzásemos la violenta corriente?

Quien quiera que Tú seas,
Poderoso Iluminado:
abiertos y extendidos están los pétalos
de mi corazón,
y el trono de loto preparado
para recibirte.

¿Νο Te encuentro siempre,
donde quiera que yo vaya?
Te encuentro viviendo
en tos ojos de mí hermano;
Te oigo hablar
en la voz del Guru;
Te siento
en el amoroso cuidado de la madre.

¿Νο fuiste Tú,
quien convirtió la piedra en vida,
 quien hizo que Tu forma
apareciera ante mis ojos,
 cuya presencia santificó
 el rito de la iniciación,
quien resplandecía en mis sueños
 y llenó mi vida de luz?

Tú, Sol de los Mil Brazos Amorosos,
 Todo comprensión y misericordia,
Oh Tú, el de los mil ojos
cuya mirada que todo lo percibe,
y que todo lo penetra,
sin dañar a nadie, ni juzgar ni condenar
sino que alienta y ayuda a perfeccionarse
como fértil lluvia de verano.

¡Tú, Luz!
Cuyos rayos santifican
 misericordiosamente
incluso nuestra debilidad.
Convirtiendo así el veneno de la muerte
 en el vino de la vida.

En cualquier lugar en el mar
de odio y oscuridad
brilla un rayo de sabiduría
y compasión:
¡Allí Te sé,
oh Poderoso!
Cuya radiante luz
nos conduce a la armonía,
Cuyo pacífico poder
vence cualquier lucha terrenal.

¡Oh Amoroso!
¡Toma esta vida mía terrena
y permíteme volver
 a nacer en Ti!

miércoles, 11 de abril de 2018

"ΕΙ corazón del zen actual" (Sogaku Harada Roshi )


TADASHII ZAZEN NO KOKORO  
Sogaku Harada Roshi 
"ΕΙ corazón del zen actual" (fragmento)
"ΕΙ zazen es como el monte Fuji que se eleva majestuoso junto al Mar de Oriente, pero esa comparación aún se queda corta. En realidad habría que decir: es una sensación tan compacta como si el cojín para sentarse se hubiera convertido en la bola del mundo y que la bola del mundo llenara el hara, el abdomen, en breve, una sensación como estar repleto del Cielo y de la Tierra. Estar dormitando en lugar de esto, sería como amasar boiga; sería un Zen totalmente muerto y en realidad ya no sería zazen. Si uno prefiere decirlo de otra manera, también se podría decir así: "Inmóviles están las verdes montañas. Las nubes blancas van y vienen." O, con las palabras de Tesshu Yamaoka: "Tanto si el cielo está despejado como si está nublado, en cualquier caso está bien. La montaña siempre es la misma, su forma original no cambia." Este es el canto del zazen, el canto de la verdad, realmente nuestro canto. En el zazengi (el himno nocturno durante los ejercicios) esto se expresa por medio de la palabra hishiryo, lo cual quiere decir: piensa el no-pensar. Esto es la clave del zazen, es su nervio vital.

miércoles, 4 de abril de 2018

EL MITO DEL PROGRESO IGNITUS (RENÉ GUÉNON)


IGNITUS (RENÉ GUÉNON): 

EL MITO DEL PROGRESO

Ya hemos hablado de esos ídolos modernos que son las ideas de "Civilización" y "Progreso". Debemos volver a la génesis de esta última. Si queremos, en aras de la precisión, debemos decir que esta es la idea del progreso indefinido, para dejar de lado esos avances parciales y limitados que no creemos que podamos negar la existencia.

Es probablemente en Pascal donde se puede encontrar el primer rastro de tal idea. Se sabe que el paso en el que compara a la humanidad "con un solo hombre que siempre existe aprendiendo continuamente a lo largo de los siglos" y en el que demuestra esas espirales antitradicionales, características del Occidente moderno, declarando que "lo que llamamos antiguo era realmente nuevo en todos los sentidos", por lo que sus opiniones tienen muy poco peso.

A este respecto, Pascal había tenido al menos un precursor, ya que Bacon ya había dicho, con la misma intención "antiquitas saeculi, juventus mundi".

Es fácil ver el sofisma inconsciente sobre el que descansa este concepto. Es de suponer que la humanidad, en su propia agrupación, sigue un desarrollo continuo y unilateral: una visión extremadamente simplista, que está en contradicción con todos los hechos conocidos. De hecho, en todas las épocas, la historia nos muestra civilizaciones independientes, a menudo incluso divergentes, algunas de las cuales nacen y se desarrollan, otras caen y mueren, o son abruptamente destruidas por algún cataclismo, y las nuevas civilizaciones a menudo tardan en recoger el patrimonio de esas entidades. ¿Quién se atrevería seriamente a argumentar que los occidentales modernos se han aprovechado, aunque sea indirectamente, de la gran parte del conocimiento acumulado de los caldeos o de los egipcios, para callar sobre otras "civilizaciones" de las que ni siquiera nos queda el nombre? No es necesario retroceder tanto en el tiempo, porque hay ciencias cultivadas en la Edad Media en Europa, de las que hoy en día ya no se tiene la más mínima idea. Si queremos preservar la imagen del "hombre colectivo" que Pascal considera y que indebidamente llama "hombre universal", debemos decir que hay momentos en que aprende y otros en que olvida, en que aprende cosas y olvida  otras. Pero la realidad es más compleja, porque hay, y siempre ha habido, civilizaciones que no se interpenetran y se ignoran mutuamente, tal es ahora más que nunca la situación de la civilización occidental frente a las orientales. Después de todo, el origen de la ilusión expresada por Pascal es simplemente éste: desde el Renacimiento, los occidentales se han acostumbrado a considerarse exclusivamente herederos y continuadores de la antigüedad greco-romana y a ignorar o ignorar sistemáticamente todo lo demás.

La humanidad de la que habla Pascal comienza con los griegos, continúa con los romanos, luego en su existencia hay una discontinuidad correspondiente a la Edad Media, en la que él, como todas las personas  del siglo 17 no saben más que ver un período de sueño. Finalmente  viene el  Renacimiento, llevará al despertar de esta humanidad que, a partir de ese momento, estará compuesta por todos los pueblos europeos. Por otro lado, es un error extraño, que denota una singularidad mental limitada horizontalmente, la de tomar de tal manera, la parte por el todo. En más de un campo se puede sentir su influencia. Por ejemplo, los psicólogos normalmente limitan sus observaciones a un solo tipo de mentalidad, la del occidente moderno, y extienden ilegalmente los resultados obtenidos de esta manera, hasta el punto de reclamar patrones de carácter para el hombre en general y sin excepción.
Es esencial notar que Pascal entonces consideraba sólo una progresión intelectual, en los límites en los que él y su tiempo concibieron la intelectualidad. Fue a finales del siglo 17 que Turgot y Condorcet, trajeron la idea de progreso extendido a todo tipo de actividades, y esta idea estaba lejos de ser generalmente aceptada en ese momento, tanto que Voltaire se apresuró a ridiculizarla. Aquí no podemos hacer la historia completa de los diversos cambios sufridos por esta idea en el siglo XIX y de las complicaciones pseudocientíficas que se le hicieron, cuando, bajo el nombre de evolución, se aplica no sólo a la "humanidad", sino a todos los seres vivos. A pesar de las múltiples divergencias, más o menos importantes, el evolucionismo se ha convertido en un dogma oficial. Se enseña como una ley que está prohibido discutir lo que en realidad es sólo la más gratuita y la menos fundada de las hipótesis: y a fortiori esto es cierto para la idea de progreso humano, que no aparece, frente a esa ley, más que como un caso particular.

Nada más fácil sería, por ejemplo, mostrar las confusiones en las que se basa la teoría fantasiosa sobre la que Auguste Comte dio el nombre de "ley de las tres etapas": la principal de las cuales consiste en suponer que el único objeto de todo conocimiento posible es la explicación de los fenómenos naturales. Al igual que Bacon y Pascal, también comparó a los Antiguos con los niños, y otros autores más recientemente han creído hacer mejor asimilándolos a los salvajes, a los que llaman "primitivos", donde para nosotros no son más que residuos degenerados de una civilización `más' antigua. Por otro lado, como no podemos dejar de constatar que se conocen de la historia de la humanidad hay altibajos, algunos han llegado a hablar de un "ritmo" de progreso. En tales condiciones, habría sido más simple y lógico no hablar para nada de progreso, pero como es necesario salvaguardar a todo precio el dogma moderno, así se supone que el progreso, a pesar de todo, existe como resultado final de todo progreso parcial y de todas las regresiones. Tales discrepancias y divergencias deberían darnos que pensar, pero muy pocos se dan cuenta de ello. Las distintas escuelas pueden no estar de acuerdo, pero se entiende que el progreso y la evolución deben ser admitidos, sin los cuales probablemente no se tendría probablemente derecho a la calificación de "civilizado".

Si miramos entonces las ramas del supuesto progreso, a las que, más que ninguna otra, parece reducirse el pensamiento de nuestros contemporáneos, nos damos cuenta de que se reducen a dos: el progreso material y el progreso moral. Ciertamente algunos todavía hablan de progreso intelectual, pero para ellos esta expresión es esencialmente sinónimo de "progreso científico" y se aplica sobre todo al alto desarrollo de las ciencias experimentales y sus aplicaciones. Aquí vemos la reaparición de esa degradación de la inteligencia que consiste en identificarla en el más estrecho y el más bajo de sus usos: la acción sobre la materia en vista de su utilidad práctica. Y, en efecto, la mayoría de los occidentales de hoy no conciben que la inteligencia sea otra cosa, que sea una facultad superior; refiriéndose a lo cual, los que persisten en dar a las palabras su significado verdadero entienden que no es de "progreso intelectual" que pueda tratarse en nuestro tiempo, sino de decadencia, o mejor dicho, de decadencia intelectual. Y como hay formas incompatibles de desarrollo, éste es el precio del "progreso material ", lo único que ha existido en los últimos siglos es un hecho real: el progreso científico, si se quiere, pero en un sentido extremadamente limitado, y el progreso industrial aún más que el científico.

El desarrollo material y la intelectualidad pura están en efecto a la inversa. Quien se hunde en uno necesariamente se aleja del otro, nota que aquí decimos intelectualidad y no racionalidad, porque el dominio de la razón no es, por así decirlo, más que el intermedio entre los sentidos y los del intelecto superior. Sin embargo, si la razón recibe un reflejo de esta última, aun cuando niegue y crea ser la más alta facultad del ser humano, es siempre a partir de datos sensibles que elabora sus nociones.
Queremos decir que las ideas generales que constituyen el objeto de la razón y por lo tanto de la ciencia misma, que es el trabajo de la razón, si no pertenecen al orden sensible, proceden sin embargo de la realidad particular percibida por los sentidos. Sólo lo universal, el objeto del intelecto puro, de estar en la cima, es trascendente, las mismas nociones generales elaboradas por la razón permanecen en el fondo del plano mismo de lo que está ligado a los sentidos y a la exterioridad sensorial. Tal es la distinción fundamental entre "conocimiento metafísico" y "conocimiento científico" que parte del punto de vista tradicional... Si lo hemos recordado brevemente aquí, sin la posibilidad de exponerlo en su vario desarrollo, es porque la ausencia total del primero y el desarrollo desordenado del segundo constituyen las características más visibles de la civilización occidental en su estado actual.

Una vez aclarado nuestro punto de vista al comparar el concepto de "progreso material" o progreso pseudo-intelectual, nos reservamos el derecho de tratar en el próximo artículo de la contraparte de tal mito, a saber del "progreso moral".

(Publicado en "Diorama", 2 de febrero de 1934).

lunes, 2 de abril de 2018

Αl-munqiáh min ad-dalál (Nikos Vardhikas)


Αl-munqiáh min ad-dalál
Este es el mal de los espíritus débiles: reconocen la verdad sólo en la boca de ciertos hombres, en vez de reconocer a los hombres cuando dicen la verdad.
Α.Η.Μ. al-Ghazáli

Nikos Vardhikas

(Vers la Tradition)

¿Se encuentra el esoterismo occidental, en este último período del siglo ΧΧ, en la misma confusión donde René Guénon lo encontró en sus inicios, o incluso al-Ghazáli hace 800 años, en la obra que sirve de título (1)?

De hecho, se puede temerlo; esta vez, la obra de Guénon es citada e incluso adulada por aquellos que participan más visiblemente en el aumento de esta confusión (2). Esto demuestra hasta qué punto todo es recuperable; pero más allá de eso, también indica el camino de salida.
En efecto, no es conveniente hablar a cada momento de "agentes de contra-iniciación” y que veamos en todas partes tramas, ¡algunas de las cuales serían incluso positivas! Los exponentes de los enfoques erróneos son, sin embargo, a veces no sólo sinceros, sino también dotados de una buena dosis de discernimiento; por lo tanto, es importante detectar por qué medios el esoterismo puede convertirse en una trampa intelectual que no excluye, en última instancia, incluso la aceleración de la decadencia.

No nos basaremos en, sino que usaremos las observaciones hechas por Ghazáli en su "Preservador del Error" para formular algunas observaciones simples que parecen indicar la dirección de la verdad.

1. Las premisas del esoterismo mοnοteista

Ghazali constata (3) que los mutazilies (escisionistas cercanos a los filósofos profanos y precursores del kalam) habían cerrado toda posibilidad teórica de iniciación y realización espiritual (es decir, de acuerdo con la formulación de Guénon conocimiento mediante la participación ontológica en la Verdad (4)), con su doctrina, aparentemente "muy" islámico del tawhid, es decir, la negativa a distinguir entre la esencia de Dios y sus atributos, o, en términos de la Iglesia indivisa, entre naturaleza y personas o esencia e hipóstasis (formulación del siglo IV), o de nuevo, en términos de la Iglesia Ortodoxa, entre esencia y energías (formulación del siglo XIV) (5).

Que el LOGOS y el ESPÍRITU divinos (identificados por el Corán con Jesús) puedan ser legítimamente vistos como las "manos" o "atributos" de Dios, por lo que desde este punto de vista le son "inferiores" (aunque esta es una forma impropia de hablar de ello), se ve, entre otras cosas, por la razón avanzada por la Ortodoxia por su oposición al filioque: Disminuye la "monocracia" del Padre; esto se ve también en la doble afirmación de Jesús: "quien me ha visto a mí ha visto al Padre" y "mi Padre es más grande que yo".

En un clima monoteísta en particular, sólo la distinción entre esencia inmutable (e incognoscible en el estado humano) y "energías" o "personas" o "atributos" o "hipóstasis" participantes y santificadoras permite una aproximación integradora es decir esotérica.

Pocos han entendido que lo que estaba en juego, en las querellas tales como la "distinción entre esencia y energías" del siglo XIV bizantino o la oposición de Ghazáli al tawhid, no era otra cosa que la posibilidad de la realización espiritual; por tanto, el hecho de que de parte de los partidarios de la mencionada formulación teológica (debido a San Gregorio de Palamas) se encontraban los hesicastas y del otro los primeros tomistas bizantinos , debe ser tomado como una prueba "práctica", más allá de la evidencia doctrinal de la cuestión, de lo que  avanzamos (6).

Con el tawhid, el "discernimiento" islámico se convirtió en monofisita  aunque este término se refiere a Cristo, y no a Dios Padre, es obvio que cualquier discusión cristológica concierne a la ipseidad de Dios-  de hecho el término etíope (geez) para "monofisita" es tawhedo.

Pero, si el término hiere, digamos "monismo", vuelve a lo mismo y plantea el gran problema del monoteísmo, en cuanto a la realización espiritual: ¿cómo ser lo que se conoce, desde el momento que este sujeto-objeto del conocimiento es el Dios Único?

Es, en todo caso, una ceguera singular la que consiste en creer que el monismo (en su forma cristiana, donde es menos "natural" que en el Islam: armenios, coptos, etíopes) podría ser a priori "más" esotérica que la ortodoxia trinitaria. Esta ceguera golpea especialmente a aquellos que a priori consideran esotérico todo lo que está oculto, filtrado y organizado, pero no lo que es verdaderamente espiritual (y necesariamente ortodoxo) (7).

2. Conocimiento Espiritual

La oposición de Ghazáli al tawhid vino de su comprensión del "método" sufí, que es el método de todo esoterismo auténtico.

El conocimiento participativo, único método esotérico auténtico, se distingue (repitámoslo una vez más) de la asimilación de una enseñanza infalible que no se pone en práctica; también se distingue de la especulación individual (incluso en nombre de la mejor y más ortodoxa doctrina) y de la creencia ciega en la autoridad.

El conocimiento se caracteriza por:

-"la degustación" (VENID Y VED)
-la pobreza (FAQR, BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPIRITU)
 -la adquisición de estados y estaciones" (NO APRENDER SINO "SUFRIR" LA VERDAD, dicen los monjes ortodoxos).
- y la transformación (TRANSFIGURACIÓN).

Allí se encuentra, además, el centro de toda la "teología mística" oriental (8).

Ya se puede, en este punto, entender, resumiendo, que:
-todo monismo y, en un clima cristiano, el monofisismo y el arrianismo, así como la deformación filioquista (y especialmente sus consecuencias y las razones de su adopción) de la ortodoxia excluyen la posibilidad de la realización ritual y, por lo tanto, de la iniciación que la hace posible.
-sólo el sufismo, en un clima musulmán, porque admite la "participación" en los "atributos" de Dios, permite la realización, lo que lo distingue de tendencias que son tan "indudablemente" iniciáticas en forma (pero no en sustancia) como la bátiniyya o el ta'limismo.
-“Ser lo que se conoce" (definición guenoniana de realización espiritual) es un concepto que excluye la noción de esoterismo "social", "político", "mundano" o "administrativo".

3. Tres aproximaciones tipológicas

Sobre la base de estos dos criterios, podemos establecer tres reconciliaciones:

1) entre la Ortodoxia y Tasawuf, que comparten la aceptación de los dos criterios.
2) entre el Islam "cerrado" de tipo mutazílita y el catolicismo escolástico. Porque la escolástica y Santo Tomás mismo no sólo no distinguen suficientemente entre esencia e hipóstasis, sino que establece la primacía de la esencia sobre la persona, por un pietismo que no ve que así sienta las bases del determinismo divino (9).
3) entre los esoteristas católicos ("filioquistas", por lo tanto) y los esoteristas musulmanes no sufís, cuyo punto en común es el malentendido de estas simples observaciones.

Estos son los esoteristas "epónimos", es decir, los "bátinis de una parte y de la otra, que entienden por búsqueda espiritual los objetivos más o menos políticos, que subordinan la realización personal (si la noción de persona no les es ajena) al establecimiento de un régimen "tradicional", pero que descuidan totalmente la absoluta necesidad de interiorizar todo esto, a favor de las enseñanzas y obediencias a varios tipos de infalibilidad, excepto precisamente la del gurú interior y la verdad.
Ahora bien, si "animamos" estas etiquetas por algunos de los soportes que las han llevado, constatamos que nos encontramos en presencia de la alianza de soportes que supuestamente han  "aportado" el esoterismo a Occidente (y que visiblemente no han "traído" más que el dualismo gnóstico):
-Armenios (monofisitas)
Preste Juan (o Jan): dinastía "salomónica" de Etiopía
-Visigodos (arrianos)
-Catolicismo Franco (caballeros)
-Assacis (bátinís musulmanes (?))

Sin entrar en detalles que abrirían una polémica innecesaria, podemos notar que en cualquier caso, no era verdadero esoterismo, sino falsáfa, en lo que se opone al súfiyya -es decir, especulación individual que se opone (o, en todo caso, no es lo mismo que) a la sabiduría (10)

4. Métodos y medios

Dejemos ahora el nivel de las premisas intelectuales y teológicas que hacen posible la realización, para hablar de modalidades.

En un clima cristiano, la transmisión de la influencia espiritual no humana que conduce a la adquisición del estado de Transfigurado (11) o incluso de Resucitado (12), pasa por la cadena apostólica.

Cualquiera que sea, pues, la promesa de Cristo a su Iglesia, basta que el clero, por ignorancia, altere el simbolismo de los ritos, para que la transmisión no sea operativa. Y no es el hecho de que el rito se haga "ex opere operato" lo que puede cambiar este estado de cosas; porque esta noción se refiere a la posible no cualificación del oficiante, pero no al significado del rito, ni a la conciencia de toda la Iglesia que no es sólo su jerarquía.

Y como la realización sólo puede ser personal, es decir, no predeterminada y no colectiva, la combinación de la inconsciencia con la reducción de la "teología" a una jerarquía termina, si es posible, por anular el significado original del cristianismo.

Esta constatación, sin embargo, no debe llevar a pensar que la falta de rito adecuado o de conciencia eclesiástica pueda ser llenada por una obra escrita, incluso la de R. Guénon.

En un clima musulmán, la cadena es necesariamente exclusivamente esotérica, sin que esto signifique que deba ser "oculto", más allá de lo que impone la realidad misma de la realización.

Hay que señalar que el Islam es la única tradición que plantea tan claramente los términos exotérico y esotérico, porque corresponden en ella a la realidad "práctica".

Por otra parte, la doctrina del imamato no es, a priori, una legitimidad abrumadora, ya que presupone una sucesión por la sangre, y no por inversión o calificación; por lo tanto, rechaza el aspecto personal, sin el cual no puede haber realización.

No es el estado del Profeta lo que se realiza en el Islam, sino de "su verdad"; uno se convierte en el Corán.

El cristiano "come y bebe" a Cristo; el musulmán "aprende el Corán con el corazón". En ambos casos, uno se convierte en la Palabra de Dios, a través del Espíritu Santo.

Su influencia, en principio no mediada en el Islam, se transmite a través de un maestro viviente realizado; aquí no hay "opus operatus". Si el cristianismo puede continuar ad infinitum en un "camino de tabarruk" (o de bendición), aquí debe ser una excepción; y de nuevo, en este caso, la virtualidad descansa en el baraka del último maestro de la cadena que realmente sostiene el sirr, o la realización verdadera.

Pensamos que estas simples constataciones a las que nos condujo Ghazáli (13), aún hoy compartidas por la ortodoxia y el sufismo (ambas entidades, menos "conectables" que el catolicismo pero muy vivas), pueden ayudar a discernir un poco más en la confusión que denunciamos al principio.

Que no sean comprendidos, sino oscurecidos en un grado inimaginable, incluso por aquellos que citan a René Guénon a cada paso, prueba sólo una cosa: que uno nunca encontrará la verdad si uno no es la verdad.

Nikos VARDHIKAS

NOTAS

1) Trad. fr. por Fard Jabre, Beirut 1969, disponible en la Mezquita de París.
2) Citamos la "ofensiva" reciente, en la edición,de representantes de dos tendencias, según nosotros discutibles:
los dos "JR" Jean Reyor y Jean Robin, para quienes el esoterismo en Europa es principalmente una cuestión de organizaciones y contra-organizaciones. De la primera hubo, entre 1988 y 1991, la publicación de 5 volúmenes de textos (con el nombre de Guénon en los títulos); de la segunda, acaba de publicar (1993) un ladrillo de 700 pp. que "prueba" por el esoterismo que "Francia es la nueva Tierra Santa" Esto sigue a su muy malvado Seth, el dios maldito, negado en el Reino del Grial como una provocación en la ubicación de la contrainiciación.
-la tendencia panislamística guenoniana, ilustrada en la última obra de Ch. André Gilis, Les sept étendards du Califat, obra indebidamente (según nοsotros) alabada por SIRIUS en VLT n° 53 (Sept. 93) como "ofreciendo al lector un apoyo seguro y atento en vista del adecuado desarrollo de su intuición intelectual y por lo tanto de una auténtica realización en el orden espiritual".
3) En el Faysal at-tafriqa bayn al-Islám waz-zandaqa
4) Lo que es, además, una expresión estándar del propósito de la espiritualidad ortodoxa, como de toda la espiritualidad.
5) Esta forma de entender la Unidad de Dios también fue combatida por ibn Arabi, pero aún sobrevive en el wahabismo de la Αrabia Saudi, que practica un Islam totalmente exotérico.
6) Esta querella, poco antes de la caída del estado bizantino, tiene una importancia insospechada para la continuación del esoterismo cristiano, tanto en el Oriente como en el Occidente cristiano. ¿Debemos añadir que los representantes del renacimiento hesicasta del siglo XVIII se manifiestan en contra de cualquier veleidad nacional, incluso al argumento de un Estado ortodoxo y ya no bajo tutela islámica?
7) ¿Es demasiado "cruel" notar que este hábito caracteriza mayormente a los masones?
8) Recordemos, para evitar malentendidos, que R. Guénon admitió que la palabra "místico" en Oriente no tiene el mismo significado que en Occidente  y con razón, ya que conserva su significado etimológico, que no es otro que "iniciático". La realización es teleiosis o "perfección", "consumación", "culminación": En este contexto, llamar a los sacramentos "misterios" no es fortuito.
9) El acercamiento entre el Islam y el catolicismo "cerrados" debe ser matizado: El Islam, aun cerrado siendo una revelación divina y no una manifestación hipostática, siempre otorga la salvación a los practicantes de los cinco pilares; pero el cristianismo cerrado a su razón de ser (además de la inevitable "reducción" durante su exteriorización del siglo IV) no concede estrictamente nada excepto una "virtualidad virtual" y una preservación del estado de kufr completo; ¿es, se dirá, "ya no malo"? Tal vez; pero es también, al fin y al cabo, debido a los problemas insolubles y a las confusiones suscitadas por los misterios inexplicados por aquellos que ya no son conscientes de ellos, algo inferior en legitimidad metafísica (y en resultados concretos, incluso la simple "salvación", tan pronto como la pertenencia deja de ser obligatoria) al Islam más cerrado.
10) Cualquiera que sea la legitimidad, incluido el valor iniciático y simbólico de la etimología de la palabra sufí que la hace provenir de la "lana", creemos que no hay oposición semántica entre sυfiyya y sοfia.
11) Lo que el Padre Justin Popovítch define como "salvación" en su Dogmática, o Filosofía Ortodoxa de verdad.
12) Lo cual corresponde a la Liberación. San Máximo el Confesor, en efecto, hacía corresponder la iniciación a la "Encarnación del Verbo", es decir,  a la comprensión de la Realidad en términos simbólicos, y la "Resurrección del Verbo" a la elevación a esta Realidad misma, es decir, a lo no sensible sino a lo inteligible.
13) Quien jugó un papel como el de Genon en esto: que expresaba ciertas verdades de un determinado medio en un lenguaje comprensible para otro medio - sufismo y  "filosofía" o  teología, en el caso de Ghazli, lenguaje tradicional y oriental y el lenguaje intelectual occidental, en el caso de Guénon -sin distorsionarlos, sino a través del conocimiento personal de ambos.