LEYES DE MANÚ - LIBRO PRIMERO (1)
1. Estaba
sentado Manú, con el pensamiento dirigido hacia un solo objeto; los Maharshis se le acercaron y después de
haberle saludado con respeto, le dirigieron estas palabras:
2. Señor,
dígnate declararnos, con exactitud y por orden, las leyes concernientes a todas las clases primitivas
y a las clases nacidas de la mezcla
de las primeras.
3. Tú solo, oh
Maestro, conoces los actos, el principio y el verdadero sentido de esta regla universal existente
por si misma, inconcebible, cuya extensión no puede apreciar la razón
humana, y que es el Veda.
4. Así
interrogado por estos seres magnánimos, aquel cuyo poder era inmenso, después de haber saludado a todos, les dio
esta cuerda respuesta: "Escuchad", les dijo.
5. Este mundo
estaba sumergido en la oscuridad, imperceptible, desprovisto de todo atributo distintivo, sin poder ser
descubierto por el raciocinio, ni ser
revelado; parecía entregado enteramente al sueño.
6. Cuando el
término de la disolución (Pralaya) hubo concluido, entonces el señor existente por sí mismo y que no está
al alcance de los sentidos externos,
haciendo perceptible este mundo con los cinco elementos y los otros principios, resplandecientes del más
puro brillo, apareció y disipó la oscuridad, es decir, desarrolló la
naturaleza (Prakriti).
7. Aquel que
sólo el espíritu puede percibir, que escapa a los órganos de los sentidos, que no tiene partes visibles,
eterno, alma de todos los seres, a
quien nadie puede comprender, desplegó su propio esplendor.
8. Habiendo
resuelto, en su mente, hacer emanar de su substancia las diversas criaturas, produjo primero las
aguas en que depositó un germen. 9.
Este germen se tornó en un huevo brillante como el oro, tan esplendoroso como el astro de mil rayos y en el cual el
mismo ser supremo nació bajo la forma
de Brahma, el abuelo de todos los seres.
10. Las aguas
han sido llamadas naras porque eran obra de Nara (el Espíritu divino) y habiendo sido estas aguas el
primer lugar de movimiento (ayana) de Nara, ha sido llamado en consecuencia
Narayana (aquel que se mueve sobre las aguas).
11. Por lo que
existe, por la causa imperceptible, eterna, que existe realmente y no existe para los órganos, ha
sido producido este divino macho (Purusha), célebre en el mundo bajo el
nombre de Brahma.
12. Después de
haber permanecido en este huevo un año de Brahma, el señor, por obra de su pensamiento únicamente, separó
este huevo en dos partes.
13. Y de estas
dos partes formó el cielo y la tierra; en el medio colocó la atmósfera, las ocho regiones celestes y el
depósito permanente de las aguas.
14. Expresó del
Alma suprema el sentimiento (Manas) que existe por su naturaleza y no existe para los sentidos; y
antes de la producción del sentimiento el Ahankara (el yo) monitor y
soberano maestro; 15. Y antes del
sentimiento y la conciencia, produjo el gran principio intelectual (Mahat) y todo lo que recibe
las tres cualidades, y los cinco órganos de la inteligencia destinados a
percibir los objetos exteriores y los
cinco órganos de la acción y los rudimentos (Tanmatras) de los cinco elementos.
16. Habiendo
unido moléculas imperceptibles de estos seis principios dotados de una gran energía, a saber, los rudimentos
sutiles de los cinco elementos y la
conciencia, o partículas de estos mismos principios, transformados y tornados en los elementos y los sentidos,
formó entonces todos los seres.
17. Y porque
las seis moléculas imperceptibles emanadas de la substancia de este ser supremo, a saber, los rudimentos
sutiles de los cinco elementos y la
conciencia, para tomar una forma se juntan a estos elementos y a estos órganos de los sentidos; a causa de esto
los sabios han designado la forma visible de este Dios bajo el nombre de
Sarira (que recibe las seis moléculas).
18. Los
elementos penetraron allí con funciones que les son propias, así como el sentimiento (Manas), fuente
inagotable de los seres, con atributos infinitamente sutiles.
19. Por medio
de partículas sutiles y dotadas de una forma, de estos siete principios (Purushas) dotados de una gran
energía, la inteligencia, la conciencia y los rudimentos sutiles de los
cinco elementos, ha sido formado este
perecedero universo, emanación de la imperecedera fuente.
20. Cada uno de
estos elementos adquiere la cualidad del que le precede, de suerte que, mientras más alejado está un
elemento en la serie, mayores cualidades posee.
21. El ser
supremo asignó también desde el principio a cada criatura en particular un nombre, actos y una manera de
vivir, según las palabras del Veda.
22. El soberano
Maestro produjo una multitud de Dioses (Devas) esencialmente activos, dotados de un alma, y un tropel
invisible de Genios (Sadhyas) y el sacrificio instituido desde el comienzo.
23. Del fuego,
del aire y del sol extrajo para la celebración del sacrificio los tres Vedas eternos, llamados Rig, Yajur
y Sama.
24. Creó los
tiempos y las divisiones de los tiempos, las constelaciones, los planetas, los ríos, los mares, las
montañas, las llanuras, los terrenos desiguales;
25. La devoción
austera, la palabra, la voluptuosidad, el deseo, la cólera y esta
creación, pues quería dar la existencia a todos los seres.
26. Para
establecer diferencia entre las acciones, distinguió lo justo de lo injusto y sometió a estas criaturas
sensibles al placer y al dolor y a las otras condiciones opuestas.
27. Con
partículas (matras) tenues de los cinco elementos sutiles, y que son perecederos en el estado de elementos
groseros, ha sido formado sucesivamente
todo lo que existe.
28. Cuando el
soberano Maestro ha destinado desde luego a tal o cual ser animado a cualquier ocupación, este ser la
desempeña por sí mismo todas las veces
que vuelve al mundo.
29. Cualquiera
que sea la cualidad que le ha tocado en suerte en el momento de la creación, maldad o bondad, dulzura o
rudeza, virtud o vicio, veracidad o
falsedad, esta cualidad lo viene a buscar espontáneamente en los nacimientos que siguen.
30. Del mismo
modo que las estaciones en su vuelta periódica readquieren, naturalmente, sus atributos especiales, así
también las criaturas animadas desempeñan de nuevo las ocupaciones que les
son propias.
31. Mientras
tanto, para la propagación de la raza humana produjo de su boca, de su brazo, de su muslo y de su pie
al Brahman, al Kshatriya, al Vaishya
y al Sudra.
32. Habiendo
dividido su cuerpo en dos partes, el soberano Maestro se volvió mitad macho y
mitad hembra y uniéndose a esta parte hembra engendró a Viradj.
33. Sabed,
nobles brahmanes, que aquel a quien el divino macho (Purusha) llamado Viradj ha producido de sí mismo,
entregándose a una austera devoción,
soy yo, Manú, el creador de todo este universo.
34. Soy yo
quien, deseando dar nacimiento al género humano, después de haber practicado las austeridades más penosas, he
producido primero diez santos eminentes
(Maharshis), señores de las criaturas (Prajapatis), a saber:
35. Marichi,
Atri, Angiras, Pulastya, Pulaha, Kratu, Pratchetas o Daksha, Vasishtha, Brigú y Narada.
36. Estos seres
todopoderosos crearon otros siete Manús, los Dioses Devas) y sus moradas y dos Maharshis dotados de
inmenso poder;
37. Crearon a
los Gnomos (Yakshas), los Gigantes (Kakshasas), los Vampiros (Pisatchas), los músicos celestes
(Gandharbas), las Ninfas (Apsarasas), los Titanes (Asuras), los Dragones (Nagas), las
serpientes (Sarpas), los Pájaros (surparnas) y las diversas tribus de
antepasados divinos (Pitris).
38. Los
relámpagos, los rayos, las nubes, los arcos coloreados de Indra, los meteoros, las trombas, los cometas y las
estrellas de diversas magnitudes. 39.
Kinaras, los monos, los peces, las diferentes especies de aves, el ganado, los animales salvajes, los hombres,
los animales carniceros provistos de
doble fila de dientes;
40. Los
gusanillos de tierra, los gusanos, las langostas, los piojos, las moscas, los chinches y toda clase de
mosquitos que pican; en fin, los diferentes cuerpos dotados de movimiento.
41. Así fue
como, por orden mía, estos magnánimos sabios crearon, por el poder de sus austeridades, todo este
conjunto de seres móviles e inmóviles, regulándose por sus actos.
42. Voy ahora a
declararos qué actos particulares han sido asignados aquí abajo a cada uno de estos seres y de qué
manera vienen al mundo.
43. Los
ganados, las bestias salvajes, los animales carniceros provistos de doble fila de dientes, los gigantes, los
vampiros y los hombres nacen de una matriz.
44. Los pájaros
salen de un huevo, lo mismo que las serpientes, los cocodrilos, los peces, las tortugas y otras
clases de animales, ya sea terrestres, como el lagarto, ya sea acuáticos,
como el pez de concha.
45. Los
mosquitos que pican, los piojos, las moscas, las chinches, nacen del vapor caliente; son producidos por el
calor, lo mismo que todo lo que se les asemeja, como la abeja, la hormiga.
46. Todos los
cuerpos privados de movimiento y que brotan, ya sea de un grano, ya de una rama puesta en la tierra,
nacen del desarrollo de un botón: las
hierbas producen una gran cantidad de flores y de frutas y perecen cuando los frutos han llegado a su madurez.
47. Los
vegetales llamados reyes de los bosques no tienen flores y dan frutos; y ya sea que den también flores o
solamente frutos, reciben el nombre
de árboles bajo ambas formas.
48. Hay diferentes
clases de arbustos que crecen, ya sea en matorral, ya en espesura; además, diversas especies de
césped, de plantas rampantes y trepadoras. Todos estos vegetales brotan de
una semilla o de una rama.
49. Rodeados de
la cualidad de sombra, manifestada bajo una multitud de formas, a causa de sus acciones
precedentes, estos seres, dotados de una conciencia interior, sienten el placer y la
pena.
50. Tales han
sido declarados, desde Brahma hasta los vegetales, las transmigraciones que ocurren en este mundo
espantoso, que se destruyen sin cesar.
51. Después de
haber así creado a este universo y a mí, aquel cuyo poder es incomprensible desapareció de nuevo, absorbido
en el alma suprema, reemplazando el tiempo
de la creación por el tiempo de la disolución (Pralaya).
52. Cuando este
Dios se despierta, en seguida este universo cumple sus actos; cuando se duerme, sumido su espíritu
en un profundo reposo, el mundo entonces se disuelve.
53. Pues durante su apacible sueño los seres
animados, dotados de los principios
de la acción, dejan sus funciones, y el sentimiento (Manas) cae en la inercia, así como los otros sentidos.
54. Y cuando se
han disuelto al mismo tiempo en el Alma suprema, esta alma de todos los seres duerme tranquilamente en
la quietud más perfecta.
55. Después de
haberse retirado a la oscuridad primitiva, permanece allí largo tiempo con los órganos de los
sentidos, no desempeña sus funciones y se despoja de su forma.
56. Cuando,
reuniendo de nuevo principios elementales sutiles, se introduce en una semilla vegetal o animal, se reviste
de una forma nueva.
57. Así es
como, por un despertar y un reposo alternativos, el ser inmutable hace revivir o morir eternamente a todo
este conjunto de criaturas móviles e inmóviles.
58. Después de
haber compuesto él mismo desde el principio este libro de la ley, me lo hizo aprender de memoria y yo lo
enseñé a Marichi y los otros sabios.
59. Brigí, aquí
presente, os dará a conocer plenamente el contenido de este libro; pues este Muni lo ha aprendido
entero por conducto mío.
60. Entonces el
Maharshi Brigú, así interpelado por Manú, dijo con benevolencia a todos estos Rishis:
"Escuchad".
61. De este
Manú Swayambhuva (salido del ser existente por sí mismo) descienden seis otros Manús, que dieron,
cada uno, nacimiento a una raza de criaturas; estos Manús, dotados de un alma
noble y de una energía superior, eran:
62.
Swarochisha, Otomi, Tamasa, Raivata, el glorioso Eshakshusha y el hijo de Vivaswat.
63. Estos siete
Manús todopoderosos, de los cuales Swayambhuva es el primero, durante su respectivo período
(Autara), han producido y dirigido cada uno este mundo compuesto de seres
móvils y de seres inmóviles.
64. Dieciocho
nimechas (parpadeos) hacen una kashtha. Treinta kashthas, una kala,
treinta kalas una muhurta; otras tantas muhurtas componen un día y una noche.
65. El sol
establece la división del día y de la noche para los hombres y para los Dioses; la noche es para el sueño
de los seres y el día para el trabajo.
66. Un mes de
los mortales es un día y una noche de los Pitris; se divide en dos quincenas: la quincena negra, para los
Manes, el día destinado a las acciones; y la quincena blanca, la noche,
consagrada al sueño.
67. Un año de
los mortales es un día y una noche de los Dioses; y he aquí como está dividido: el día responde al
curso septentrional del sol y la noche a su curso meridional.
68. Ahora,
aprended por orden y sucintamente cuál es la duración de una noche y de un día de Brahma, y de cada una
de las cuatro edades (yugas).
69. Cuatro mil
años divinos componen, al decir de los sabios, el Krita-Yuga; el crepúsculo que precede tiene otros
tantos centenares de años; el crepúsculo que sigue es semejante.
70. En las tres
otras edades, igualmente precedidas y seguidas de un crepúsculo, los millares y los centenares
de años están disminuidos sucesivamente de una unidad.
71. Situadas
juntas estas cuatro edades que acaban de ser enumeradas, la suma de sus años, que es de doce mil, es
llamada la edad de los Dioses.
72. Sabed que
la reunión de mil edades divinas compone en total un día de Brahma, y que la noche tiene igual
duración.
73. Los que saben
que el santo día de Brahma no concluye sino con mil edades, y que la noche abraza semejante
espacio de tiempo, conocen verdaderamente el día y la noche.
74. Al expirar
aquella noche, Brahma, que estaba dormido, se despierta; y, despertándose, hace emanar el espíritu
divino (Mahat), quien por su esencia existe, y no existe para los sentidos
exteriores.
75. Impulsado
por el deseo de crear, probado por el Alma suprema, el espíritu divino o el principio intelectual
opera la creación y da nacimiento al éter, que los sabios consideran dotado de
la cualidad del sonido.
76. Del éter,
operándose una transformación, nace el aire, vehículo de todos los olores, puro y lleno de fuerza, cuya
propiedad reconocida es la tangibilidad.
77. Por una
metamorfosis del aire prodúcese la luz que alumbra, disipa la oscuridad y brilla, y está declarado que
tiene por cualidad la forma aparente.
78. De la luz,
por una transformación, nace el agua, que tiene por cualidad el sabor; del agua proviene la tierra, cuya
cualidad es el olor: tal es la creación operada desde el principio.
79. Esta edad
de los dioses, arriba enunciada, y que abraza doce mil años divinos, repetida setenta y una veces, es
lo que se llama aquí el período de un
Manú (Manvantara).
80. Los
períodos de los Manús son innumerables, así como las creaciones y las destrucciones del mundo, y el ser supremo
los renueva como jugando.
81. En el
Krita-Yuga, la justicia, bajo la forma de toro, se mantiene firme sobre sus cuatro pies; la Verdad reina y
ningún bien obtenido por los mortales
deriva de la iniquidad.
82. Pero en las
otras edades por la adquisición ilícita de las riquezas y de la ciencia, la justicia pierde
sucesivamente un pie; y reemplazadas por el robo, la falsedad y el fraude, las ventajas
honestas disminuyen gradualmente de
una cuarta parte.
83. Los hombres,
exentos de enfermedades, obtienen el cumplimiento de todos sus deseos y viven cuatrocientos años durante
la primera edad; en el Treta-Yuga y
las edades siguientes su existencia pierde una cuarta parte de su duración.
84. La vida de
los mortales, declarada en el Veda, las recompensas de las acciones y los poderes de los seres
animados, llevan en este mundo frutos proporcionados a las edades.
85. Ciertas
virtudes son peculiares de la edad Krita, otras de la edad Treta, otras de la edad Dwapara, otras de la
edad Kali, en proporción a la decrecencia de estas edades.
86. La
austeridad domina durante la primera edad, la ciencia divina durante la segunda, el cumplimiento del sacrificio
durante la tercera; al decir de los
sabios, sólo la liberalidad durante la cuarta edad.
87. Para la
conservación de esta creación entera, el ser soberanamente glorioso asignó ocupaciones diferentes a
las que habrá producido de su boca, de su brazo, de su muslo y de su pie.
88. Dio en lote
a los brahmanes el estudio y enseñanza de los Vedas, el cumplimiento del sacrificio, la dirección
de los sacrificios ofrecidos por otros, el derecho de dar y el de recibir.
89. Impuso como
deber al Kshatriya proteger al pueblo, hacer la caridad, sacrificar, leer los libros sagrados y no
abandonarse a los placeres de los sentidos.
90. Cuidar los
ganados, dar limosna, sacrificar, estudiar los libros santos, hacer el comercio, prestar a rédito, labrar
la tierra, son las funciones del Vaishya.
91. Pero el
soberano Dueño no asignó al sudra sino un oficio: el de servir a las clases precedentes, sin menospreciar el
mérito de ellas.
92. Encima del
ombligo, el cuerpo del hombre ha sido proclamado como más puro, y la boca ha sido declarada como la
parte más pura por el ser que existe
por sí mismo.
93. Por su
origen, que deriva del miembro más noble, porque ha nacido primero, porque posee la Santa Escritura,
el Brahman es legítimamente el dueño
de toda esta creación.
94. En efecto,
él fue a quien el ser existente por sí mismo, después de haberse entregado a las austeridades,
produjo desde el principio de su propia boca, para el cumplimiento de las
ofrendas a los dioses y a los Manes,
para la conservación de todo lo que existe.
95. Aquel por
cuya boca los habitantes del paraíso comen sin cesar la mantequilla clarificada y los Manes la
comida fúnebre, ¿qué otro ser tendría por superior?
96. Entre todos
los seres, los primeros son los seres animados; entre los seres animados los que subsisten por medio
de su inteligencia: los hombres son
los primeros entre los seres inteligentes, y los Brahmanes entre los hombres;
97. Entre los
Brahmanes, los más distinguidos son los que poseen la ciencia sagrada; entre los sabios, los que conocen
su deber; entre éstos, los hombres
que lo cumplen con exactitud; entre estos últimos aquellos a quienes el estudio de los libros santos conduce a
la beatitud.
98. El
nacimiento del Brahman es la encarnación eterna de la justicia; pues el Brahman, nacido para la ejecución de la
justicia, está destinado a identificarse con Brahma.
99. El Brahman,
al venir al mundo, está colocado en primera línea sobre esta tierra; soberano señor de todos los seres,
debe velar por la conservación del
tesoro de leyes civiles y religiosas.
100. Todo lo
que el mundo encierra es en cierto modo la propiedad del Brahman; por su primogenitura, por su
nacimiento eminente, tiene derecho a todo lo que existe.
101. El Brahman
no come sino su propio alimento, no lleva sino sus propios vestidos, no da sino su haber; se debe sólo
a la generosidad del Brahman el que
los otros hombres gocen de los bienes de este mundo.
102. Para
distinguir las ocupaciones del Brahman y las de las otras clases en el orden conveniente, el sabio Manú, que
procede del ser existente por él mismo, compuso este código de leyes.
103. Este libro
debe ser estudiado con perseverancia por todo Brahman instruido y ser explicado por él a sus
discípulos; pero jamás por otro hombre alguno de una casta inferior.
104. Leyendo
este libro, el Brahman que cumple exactamente sus devociones no se mancha con ningún pecado en pensamiento,
en palabra o en acción.
105. Purifica a
una asamblea, a siete de sus antepasados y siete de sus descendientes, y sólo él merece poseer toda
esta tierra.
106. Este
excelente libro hace obtener toda cosa deseada; aumenta la inteligencia, procura gloria y una larga
vida, conduce a la beatitud suprema.
107. Allí se
encuentra completamente expuesta la ley, así como el bien y el mal de las acciones y las costumbres
inmemoriales de las cuatro castas. 108. La costumbre inmemorial es la
principal ley aprobada por la Revelación (Sruti) y la Tradición (Smriti); en
consecuencia, quien desea el bien de su alma debe conformarse siempre con
perseverancia a la costumbre inmemorial.
109. El Brahman
que se aparta de la costumbre no prueba el fruto de la Santa Escritura; pero si la observa exactamente,
obtiene una cosecha completa.
110. Así, los
Manús, habiendo reconocido que la ley deriva de la costumbre inmemorial, han adoptado estas costumbres
aprobadas por base de toda piadosa austeridad.
111. El
nacimiento del mundo, la regla de los sacramentos (sanskaras), los deberes y la conducta de un alumno en
teología (Brahmachari), la importante ceremonia del baño que toma el discípulo
antes de dejar a su maestro, cuando su noviciado ha concluido;
112. La
elección de esposa, los diversos modos de matrimonio, la manera de celebrar las cinco grandes oblaciones
(Maha-Jadinas), y la celebración del servicio fúnebre (Sraddha) instituido desde
el principio;
113. Los
diferentes medios de sostener la vida, los deberes de un dueño de casa (Grihastha), los alimentos permitidos
y los prohibidos, la purificación de
los hombres y la de los utensilios empleados;
114. Los
reglamentos que conciernen a las mujeres, el deber austero de los Vanaprasthas o anacoretas, el de los Samyasis
o devotos ascéticos y que conduce a
la beatitud (Moksha), la renuncia al mundo, todos los deberes de un rey, la decisión de los asuntos
judiciales;
115. Los
estatutos que conciernen al testimonio y la información, los deberes de la esposa y del marido, la ley
del reparto de las herencias, las prohibiciones contra el juego, los castigos
que infligir a los criminales;
116. Los
deberes de los Vaishyas y de los Sudras, el origen de las castas mezcladas, la regla de conducta de todas
las castas en caso de miseria y los modos de expiación;
117. Las tres
clases de transmigraciones que son en este mundo, el resultado
de las
acciones, la felicidad suprema reservada a las buenas obras, el examen del bien y del mal;
118. Y en fin
las leyes eternas de las diferentes regiones, de las castas y de las familias y los usos de las
diferentes sectas de heréticos y de las compañías de mercaderes, las ha declarado
en este libro Manú.
119. De igual
modo que antaño, a ruego mío, Manú declaró el contenido de este libro, así vosotros aprendedlo hoy de
mí, sin supresión ni aumento.
NOTAS: 1. Ext.
del "Manava-Dharma-Sastra. Leyes de Manú", versión castellana de V. García Calderón, París,
Garnier Hermanos, 1924.
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