jueves, 25 de julio de 2013

Las religiones (Ramana Maharsi)


 

 

LAS RELIGIONES  (Extracto de: "THE TEACHINGS OF RAMANA MAHARSHI IN HIS OWN WORDS", ARTHUR OSBORNE, Sri Ramanasramam, 1962; Rider, Londres, 1971, 1975. Trad. Esp.: "LAS ENSEÑANZAS DE BHAGAVAN RAMANA MAHARSHI", ARTHUR OSBORNE, Kier, Buenos Aires, 1978, 1988)

 

(Por lo que se dijo en la parte anterior ha de quedar en claro que la enseñanza de Bhagaván no se oponía a religión alguna. Si los filósofos o teólogos deseaban discutir si el alma humana estaba separada permanente o esen­cialmente del Ser Divino, él rehusaba ponerse a debatir con ellos y en lugar de ello trataba de volverlos hacia el esfuerzo espiritual como, por ejemplo, en su conversación con un sacerdote católico, en la página 43. Cuando alcan­zaran la Realización ellos sabrían, y el conocimiento teórico sin Realización no los ayudaría de modo alguno.

Hablando estrictamente, Bhagaván no era exclusivamente un hindú ni estaba sujeto al ritual hindú, puesto que el Hinduismo reconoce que quien permanece en identidad constante y consciente con el Yo está por encima de todas las religiones; él es la cima de la montaña hacia la cual convergen los diversos senderos. Bhagaván tuvo muchos seguidores que no eran hindúes:

cristianos, musulmanes, parsis, y otros, y a nadie le recomendó jamas que cambiara de religión.

La religión implica dos modos de actividad; lo que podría llamarse el horizontal y el vertical. Horizontalmente armoniza y controla la vida del indi­viduo y la sociedad de conformidad con su fe y moralidad, dando oportunidad e incentivo para una buena vida que conduzca a una buena muerte. Verticalmente, provee senderos espirituales a quienes se esfuerzan por alcanzar un estado superior y realizar la verdad última durante su vida en la tierra. Hori­zontalmente, las religiones son mutuamente exclusivas, pero no realmente con­tradictorias. Bhagaván se preocupaba más por el modo vertical, los senderos hacia la realización, y por tanto su enseñanza no chocaba con ninguna religión. Guiaba a quienes le seguían, por el sendero más directo y central, la búsqueda del Yo; y para esto cualquier religión podía servir como fundamento. Aprobaba toda religión, y si algunos devotos acudían a él sin seguir una religión formal, no insistía en que lo hicieran. Cuando se le preguntaba sobre las dife­rentes prácticas religiosas, subrayaba el significado más profundo, y sobre las diferentes religiones destacaba su unidad básica) (Arthur Osborne).

 

Pregunta: ¿Qué es el Yoga?

 

Bhagaván: El Yoga (unión) es necesario para quien está en el estado de "viyoga"(separación). Pero realmente hay Uno solo. Si usted realiza al Yo (Atman), no habrá diferencia.

P.:   ¿Hay alguna eficacia en bañarse en el Ganges?

B.: El Ganges está dentro de usted. Báñese en este Ganges; no le hará temblar de frío.

P.: ¿Hemos de leer a veces el Bhagavad Gita? 

B.: Siempre.

P.: ¿Podemos leer la Biblia?

B.: La Biblia y el Gita son lo mismo.

P.: La Biblia enseña que el hombre nace en el pecado.

B.: El hombre es el pecado. No hay sensación de ser hombre en el Sueño profundo. El pensamiento del cuerpo produce la idea del pecado. El nacimiento del pensamiento mismo es el pecado.

P.: La Biblia dice que el alma humana puede perderse.

B.: El pensamiento del "yo" es el ego y eso se pierde. El "yo" real es "Yo soy el que soy".

 

 Explicóse la doctrina de la Trinidad: Dios Padre es equivalente a Ishwara, Dios Hijo al Gurú, y Dios Espíritu Santo al Atman. Isvaro gururatmeti murti bheda vibhagina vyomavad vyapta dehaya dakshinamurtaye namah, significa que Dios aparece a Su devoto en la forma de un Gurú (Hijo de Dios) y le señala la inmanencia del Espíritu Santo. Es decir, que Dios es Espíritu, que este Espíritu es inmanente por doquier y que el Yo (Atman) debe ser realizado, lo cual es lo mismo que realizar a Dios.

 

(Protestaba contra el satisfacerse con cielos formales, fueran hindúes o cualquier otro, porque mientras haya una forma permanecerá el que ve, la vista y lo visto, y no el Yo Unico) (Arthur Osborne).

 

P.:         Hay un breve relato de las experiencias espirituales de San­ta Teresa, en el número de marzo del Prabudha Bharata.  Ella era devota de una imagen de la Virgen que cobró vida ante su vista y estuvo arrobada. ¿Esto es lo mismo que sakti pada?

B.:         La imagen que cobró vida indica la hondura de la meditación (dhyana bala). El sakti pada prepara la mente para la introversión. Hay un proceso de concentración de la mente sobre la propia sombra que oportunamente cobra vida y responde a las preguntas ­que se le formulan. Esto se debe a la fuerza de la mente o a la hondura de la meditación. Lo que es externo es también transitorio. Tales fenómenos pueden producir júbilo por un lapso, pero el resul­tado no es la paz inmanente (shanti). Eso sólo se obtiene mediante eliminación de avidya (la ignorancia)

P.:         ¿No podemos ver a Dios en forma concreta?

B.:         Sí, Dios se ve en la mente. Puede verse una forma concreta pero, sin embargo, eso es sólo en la mente del devoto. La forma y la apariencia en que Dios se manifiesta son determinadas por la mente del devoto. Pero esa no es la última experiencia. En ello hay un sentido de dualidad. Es como un sueño o una visión. Después que Dios es percibido, empieza la indagación del Yo y eso conduce a la Realización del Yo. La indagación del Yo es la ruta última.

 

(A veces, sus respuestas eran crípticas y epigramáticas. Ha de encontrarse en ellas la misma verdad universal; su forma más bien espinosa quizá refleje la agresividad del que interrogaba) (Arthur Osborne).

 

P.: ¿Cuál es la mejor de todas las religiones? ¿Cuál es el método de Bhagaván?

B.:         Todos los métodos y religiones son los mismos.

P.: Pero para alcanzar la liberación enséñanse diferentes métodos.

B.: ¿Por qué no ha de ser liberado usted? ¿Por qué no ha de permanecer como es usted ahora?

P.: Quiero librarme del dolor. Se dice que librarse del dolor es liberación. Eso es lo que enseñan todas las religiones. ¿Pero cuál es el método?

B.: Vuelva por el camino por donde vino.

P.: ¿De dónde vine yo?

B.: Eso es precisamente lo que usted tiene que averiguar. ¿Estas preguntas surgieron cuando usted estaba dormido? Y sin embargo usted entonces existía. ¿No era usted la misma persona?

P.: Sí, yo existía en el sueño. También la mente. Pero los sentidos se fundieron de tal modo que yo no podía hablar.

B.: ¿Usted es el individuo? ¿Usted es la mente? ¿La mente se anunció a usted cuando usted estaba dormido?

P.. No. Pero las autoridades dicen que la individualidad es diferente de Dios.

B.: No se preocupe por Dios; hable por usted.

P.: ¿Qué sobre mi? ¿Quién soy yo?

B.: Eso es precisamente lo que usted tiene que averiguar. Entonces lo sabrá todo. Si no lo hace, entonces habrá tiempo bas­tante para preguntar.

 

P:          Cuando me despierto, veo al mundo, y no estoy para nada cambiado.

B.:         Pero usted no sabe esto cuando está dormido. Y sin em­bargo usted existe en

ambos estados. ¿Quién ha cambiado ahora? ¿Su naturaleza ha de cambiar o ha de  

permanecer inmutable?

 

P.: ¿Cuál es la prueba?

B.: ¿Necesita uno la prueba de su propio ser? Sólo perma­nezca consciente de usted y

todo lo demás se sabrá.

P.: ¿Por qué entonces los dualistas y los no-dualistas disputan entre ellos?

B.: Si cada uno atendiese sus asuntos (de buscar la Realización), no habría

disputa.

 

 

(Las experiencias espirituales pueden expresarse de modos diferentes porque

alguna forma debe darse a lo Amorfo a fin de expresarlas, pero esencialmente son

las mismas) (Arthur Osborne).

 

 

P.:         ¿La experiencia del estado supremo es la misma para todos, o hay alguna

diferencia?

B.: El estado supremo es el mismo y la experiencia es la misma.

P.:         Pero encuentro alguna diferencia en la interpretación dada sobre la verdad

Suprema.

B.: Las interpretaciones se hacen con la mente. Las mentes son diferentes, de modo

que las interpretaciones también difieren.

P.:         Quiere decir que los videntes se expresan de modos dife­rentes.

B.: Sus modos de expresión pueden diferir según la naturaleza de los videntes para

cuya guía se proponen.

                                       P.: Uno habla en términos de Cristianismo, otro en términos de Islamismo, un

            tercero en términos de Budismo, etc. ¿Esto se debe a la educación de e1los?

 

        B.: Cualquiera sea la educación de ellos, su experiencia es la misma.  Sólo difieren  los       modos de expresión, según las circunstan­cias.

 

        (Lo mismo también con los diferentes senderos o escuelas dentro de una religión)

                                                                                        (Arthur Osborne)

             

              P.: Diferentes maestros establecieron diferentes escuelas y pro­clamaron diferentes

              verdades y así confundieron a la gente. ¿Por qué?

              E.: Todos enseñaron la misma verdad pero desde diferentes puntos de vista.

              Tales diferencias fueron necesarias para satisfacer las necesidades de diferentes  

              mentalidades constituidas diversamente, pero todas revelan la misma verdad.

P.: Puesto que recomendaron senderos diferentes, ¿cuál es el que hay que seguir?

B.: Usted habla de senderos como si estuviera en alguna parte y el Atman en otra y usted tuviera que ir a alcanzarle. Pero de hecho el Atman está aquí y ahora, y usted es él siempre. Es como estar aquí y preguntar a la gente el camino hacia el Ramanasramam y luego quejarse de que cada uno muestra un sendero diferente y pregunta cuál habrá que seguir.

 

(Si bien confirma las diversas religiones, Bhagaván insta al mismo tiempo a la gente a trascenderlas hasta el Yo Unico. Paul Brunton, autor de La India Secreta, le interrogó sobre las diversas doctrinas del cielo y del infierno) (Arthur Osborne).

 

P.: ¿Por qué las religiones hablan de dioses, cielo, infierno, etcétera?

E.: Sólo para hacer comprender a la gente se iguala con este mundo y que sólo el Atman es real. Las religiones son según el punto de vista del buscador. (Tome el Bhagavad Gita, por ejemplo; cuando Arjuna dijo que no lucharía contra sus parientes y mayores, a  fin de matarlos y ganar el reino, Sri Krishna dijo: "No es que éstos, tú o yo, no estuviéramos antes, no estemos ahora, ni estemos des­pués. Ninguno nació, ninguno murió, ni será así después", etcétera. Después, al desarrollar el tema y declarar que El había dado la mis­ma instrucción al Sol, a través de él a Ikshvaku, etc., Arjuna planteó la duda: "¿Cómo puede ser eso? Tú naciste hace unos pocos años. Ellos vivieron hace edades." Entonces, Sri Krishna, enten­diendo el punto de vista de Arjuna, dijo: "Sí, ha habido muchas encarnaciones de mí y de ti; yo las conozco todas, pero tú no.") Tales afirmaciones parecen contradictorias, pero ambas son correctas según el punto de vista de quien interroga. Cristo también declaró que El existía incluso antes de Abraham.

P.: ¿Cuál es la finalidad de tales descripciones en la religión?

B.: Sólo para establecer la realidad del Atman.

P.: Bhagaván siempre habla desde el punto de vista supremo.

B.: (sonriendo): La gente no entenderá la verdad desnuda y simple: la verdad de todos los días, la experiencia siempre presente y eterna. Esa es la verdad del Yo. ¿Hay alguien no consciente del (Yo)Atman? Empero, ni siquiera gustan oír de él, mientras que ansían saber qué hay más allá: cielo e infierno y renacimiento. Porque aman el misterio y no la verdad lisa y llana, las religiones los miman, sólo para traerlos, al final, en torno del Atman. Además, por mucho que usted vague, deberá regresar, en última instancia, al Atman, de modo que ¿ por qué no morar en el Atman aquí y ahora?

 

(Anteriormente, citóse un pasaje en el que a quien pregunta se le recomien­da que lea el Gita o la Biblia constantemente; sin embargo, en otras ocasiones, recordaba a la gente que sus escrituras también tenían que ser reemplazadas) (Arthur Osborne).

 

 Todas las escrituras tienden solamente a hacer que el hombre recorra otra vez sus pasos hasta su fuente original. No necesita adquirir nada nuevo. Sólo tiene que renunciar a las ideas falsas y a las adherencias inútiles. Sin embargo, en vez de hacer esto, trata de captar algo extraño y misterioso porque cree que su felicidad está en otra parte. Ese es el error. Todas las escrituras sin excepción proclaman que, para alcanzar la salvación, ha de someterse la mente. Y una vez que uno sabe que el control de la mente es su aspiración final, es fútil efectuar un estudio interminable de aquéllas. Lo que se necesita para tal con­trol es  indagación real en uno mismo mediante la Indagación del Atman: "¿Quién soy yo?" ¿Cómo puede esta indagación en la búsqueda del Yo, formularse por medio de un estudio de las Escrituras?

Uno ha de realizar el Yo mediante el Ojo de la Sabiduría. ¿Rama necesita un espejo para reconocerse como Rama? Aquello a lo cual el "yo" se refiere está dentro de las cinco envolturas, mien­tras las Escrituras están fuera de ellas. Por tanto, es fútil buscar por medio del estudio de las escrituras; El Atman ha de ser realizado rechazando simplemente incluso las cinco envolturas.

Indagar sobre Quién es el Yo que está en la esclavitud y cono­cer sólo la propia naturaleza real es la Liberación. Mantener la mente vuelta constantemente hacia dentro y morar así en el Atman es sólo Atmavichara (indagación del Yo), mientras dhyana (meditación), consiste en la contemplación ferviente del Atman como Sat-Chit-Ananda (Ser-Consciencia-Beatitud). En verdad en algún momento, uno tendrá que olvidar todo lo que ha aprendido.

El Hombre Realizado avanza como Aquello a lo cual se refieren todos los atributos enumerados por las Escrituras. Por tanto, para él, estos textos sagrados no son de ninguna utilidad.

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