viernes, 29 de diciembre de 2023

Identidad Dios (Anthony de Mello S.J.)

 

Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?

 Juan 10,34

 

QP-26 IDENTIDAD

“¿Cómo puedo buscar la unión con Dios?”

               “Cuando más te esfuerces en buscarla, mayor distancia pondrás entre Él y tú”

               “Pero entonces ¿cómo solucionamos precisamente el problema de la distancia?”

               “Comprendiendo que no existe”

               “Quiere eso decir que Dios y yo somos una sola cosa?”

               “Ni una ni dos”

               “¿Cómo es eso posible?”

               “El sol y su luz, el océano y la ola, el cantante y canción…: ni una cosa ni dos”.

 

¿Quién puede hacer que amanezca? Anthony de Mello S.J.

Obra completa. Editorial SAL TERRAE. Santander 2003. P. 472

lunes, 18 de diciembre de 2023

Orden cósmico. Orden social. (Jean Marc Vivenza)

 

Le Dictionnaire de René Guénon

Jean Marc Vivenza

Le Mercure Dauphinois, Grenoble 2002. Pp 356-358

 

ORDEN.

 Orden cósmico. Orden social.

El Orden universal que es visible en el seno de la Manifestación, y que se expresa por las leyes inmanentes, los ritmos cíclicos, los equilibrios naturales, es una expresión concreta y tangible de la Voluntad divina, revelando "en cada estado de existencia las modalidades particulares determinadas por las condiciones propias de ese estado". El orden (Dharma) es un hecho imperativo, una regla que se impone por su carácter evidente y masivo, una determinación no humana frente a la cual la sumisión a sus reglas, no sufre ninguna discusión, es por lo que se puede hablar del carácter universal del Orden en la medida en que su aplicación se extiende a todos los seres y cosas, y que su poder no puede ser relativizado.

La universalidad del Orden, cuando reflexionamos aquí, conduce directamente a su aspecto cósmico, pues, como sabemos, una ley universal extiende su eco al "Cosmos” entero, por el efecto de la interdependencia y de la correspondencia entre "macrocosmos" y "microcosmos". El orden no es pues el resultado de una "convención” general, de una decisión contractual fruto de un asentimiento colectivo, se afirma muy al contrario, sin contestación posible, por su carácter trascendente y categórico, responde a principios que tienen aplicación desde el punto de vista cósmico, lo que en última instancia la hace insuperable.

Este primer aspecto, esencial, concerniente al carácter universal y cósmico del Orden, cuando es bien comprendido, nos conduce a constatar que la aplicación de sus imperativos se ejerce igualmente en los modos de organización de las sociedades, de donde la denominación de  'Orden social' que se da a los principios que rigen los gobiernos y los comportamientos de los grupos, según su lugar preciso en jerarquía tradicional de las estructuras humanas.. Como recuerda René Guénon, el poder temporal está ligado al mundo de la acción y del cambio, mundo que, no poseyendo en sí mismo su razón suficiente, "debe por este hecho recibir de un principio superior su ley, por la cual se integra en el orden universal". Por otra parte, y de ahí viene el problema, "si se pretende independiente de cualquier principio superior, no es más por ese mismo hecho, que desorden puro y simple. Guénon nos hace ver que el desorden es, en el fondo, lo mismo que el desequilibrio, y, en el dominio humano, se manifiesta por lo que se llama la injusticia, pues hay identidad entre las nociones de justicia, de orden, de equilibrio, de armonía, o, más precisamente, no son más que aspectos diversos de una sola y misma cosa, vista de maneras diferentes y múltiples según los dominios a los que se aplique". Se deduce, a nivel de los modos organizacionales de las sociedades, que el desorden va a responder, por el poder de un fenómeno compensador, de un desorden precedente. Es una ley inmutable que se encuentra en todas las épocas, y que se aplica universalmente. "La justicia, explica Guénon, está hecha de la suma de todas las injusticias, y, en orden total, todo desorden se compensa por otro desorden; es por lo que la revolución que derrocó la realeza es a la vez la consecuencia lógica y el castigo, es decir, la compensación de la revuelta anterior de esta misma realeza contra la autoridad espiritual”. El orden, la ley, están en este punto intrínsecamente integrados en el ser mismo de las estructuras sociales, que aquellos que ya no respetan las reglas, o por el contrario los que se rebelan contra el irrespeto de estas últimas, participan inconscientemente la mayoría de las ocasiones en el reequilibrio natural. La ley, o el Orden son, por supuesto, negadas desde que se niega el principio del que emanan, pero como subraya Guénon, los negadores del Orden no pueden realmente suprimirlo, y este mismo este mismo Orden, o esta ley, se vuelven contra ellos; "es así como el desorden debe finalmente volver al orden, al que nada podría oponerse, si este no es más que solamente en apariencia y de una manera ilusoria".

Se retendrá igualmente, a propósito de esta cuestión, que la acentuación del desorden provoca una aceleración general del movimiento, "porque se hace un paso más en el sentido del cambio puro y de la "instantaneidad", por eso, cuanto más de orden inferior son los elementos que lo quitan, menos duradera es su dominación". Guénon saca esta conclusión: "Como todo lo que no tiene más que una existencia negativa, el desorden se destruye a sí mismo". Esta contundente sentencia nos muestra que, finalmente, todo concurre al orden, voluntaria o involuntariamente, y que a veces es en el exceso mismo del desorden que se puede encontrar y se encuentra el remedio que es capaz de lograr el verdadero restablecimiento del equilibrio universal. "Remítase al Apocalipsis, sugiere Guénon, y se verá que es en el límite extremo del desorden, yendo hasta la aparente aniquilación del "mundo exterior", como se produce el advenimiento de la "Jerusalén celeste ", que será, para un nuevo período en la historia de la humanidad, el análogo de lo que fue el "paraíso terrenal" fue para el período que termina en este mismo momento". Luego, prosiguiendo su reflexión, René Guénon pasa a darnos, en cierto modo, su análisis íntimo del el fin del ciclo, que debe ser también el fin del desorden y el retorno a un Orden auténtico, cuando nos dice: "La identidad de los caracteres de la época moderna " con aquellas que las doctrinas tradicionales indican para la fase final del Kali-Yuga  permite pensar, sin demasiada inverosimilitud, que esta eventualidad podría no estar muy lejos; y estaría allí, seguramente,  después del oscurecimiento presente, el triunfo completo de lo espiritual". Estemos pues seguros que tarde o temprano, incluso si la confusión parece generalizase y extenderse por el conjunto del mundo de una manera que es incomparablemente superior a cualquier cosa que se haya podido conocer hasta este día, " conviene esperar el fin  (…) porque el desorden se elimina y el orden se restaura fatalmente"

 (Estudios sobre el Hinduismo, "Sanâtana Dharma". Autoridad espiritual y poder temporal, cap. IX, "La Loi inmutable". El simbolismo de la Cruz, cap. VIII, "La guerra y la paz cap. XXVIΙ, "El lugar del estado humano individual en el conjunto del ser". El Reino de la Cantidad y los signos de los tiempos, cap. III, "Medida y manifestación", cap. XXIX, "Desviación y subversión").


lunes, 4 de diciembre de 2023

FUNCIONES DE LA MEDICINA CHINA

 

 

FUNCIONES DE LA MEDICINA CHINA

 

Nei Ching. Sou Wen.

 

Traducción Jacques-André Lavier

Pardès ,Puiseaux, 1990, P.12-13.

 

Sin embargo, hay que advertir a los lectores de que "la terminología de los médicos chinos es tan hermética para los no iniciados como puede serlo nuestra propia jerga médica. Y como los chinos no disponen del cómodo arsenal de raíces griegas y latinas que tenemos nosotros para construir sus neologismos médicos, utilizan los caracteres habituales, pero les dan significados inusuales, significados no diccionarios. Sus intérpretes, ignorantes de ello, no los entendieron, al desconocer prácticamente el mundo médico chino, y las traducciones que Occidente tiene, palabra por palabra, entre dientes, presentan la Acupuntura como una medicina esotérica, poético-mística, lo que nunca fue en China". (Jacques-André Lavier, L'Acupuncture, revista trimestral de la O.E.D.A., número 4, página 11, 2º trimestre de 1965).

 

Los lectores comprenderán mejor hasta qué punto el arte médico chino iba por delante de Occidente: "No tiene sentido creer que la medicina permaneció en pañales en China mientras las ciencias, las técnicas y las artes evolucionaban a pasos agigantados. Al contrario, como ciencia, técnica y arte, progresó considerablemente.

 

« El estudio de los caracteres chinos primitivos demuestra que a finales del tercer milenio, hace más de 4.000 años, los chinos sabían que el pulmón es el órgano de intercambio entre el aire y la sangre (1). Sabían que el estómago y el duodeno transforman y descomponen los alimentos en productos asimilables y que estos productos se absorben en los dos últimos segmentos del intestino delgado (2).

 

« Se cree que cometieron algunos errores, al decir, por ejemplo, que la bilis era producida por la vesícula biliar y que ésta segregaba orina (3).

 

« Esto es ver las cosas de forma demasiado simple e ignorar el hecho de que los chinos nunca consideraron los órganos como tales, sino sólo como símbolos de sistemas funcionales. Por ejemplo, Wei, el estómago, no se refiere en absoluto a este órgano, sino que simboliza todo el proceso digestivo con las glándulas salivales, el esófago, el estómago, el duodeno y el

páncreas exocrino.

P'ang Kouang, la vejiga, simboliza el tracto urinario desde el glomérulo hasta la uretra.

 

« Centrándose únicamente en la noción de función, los chinos descubrieron también el sistema nervioso vegetativo, con sus dos elementos antagónicos, simpático y parasimpático (4).

 

« ¿Y qué pasa con este símbolo funcional llamado Chen, cuya traducción francesa de la palabra "riñón" es totalmente errónea? Los antiguos chinos dicen que es nuestra glándula suprarrenal la que, bajo la estimulación de un órgano cerebral, controla gran parte de la función sexual. No podemos dejar de reconocer en ello la corteza suprarrenal y sus hormonas gonadales, y también la hipófisis y su secreción de A.C.T.H., pues los chinos tenían una noción del sistema endocrino bajo el nombre de "esencias sutiles"(5).

 

"Más de 3.500 años antes de William Harvey, sabían que la sangre circula por los vasos bajo el impulso de la bomba cardíaca, y conocían perfectamente la vaso-motricidad". (Revista L'Acupuncture, número 4, página 9)(6).

 

Los 81 capítulos del Sou Wen lei Tching presentan los conocimientos del arte médico de la época. Pero la presentación de tal tratado en forma de preguntas elementales (Sou Wen) del Emperador Amarillo (Houang Ti) sobre fisiología o circulación interna (lei Tching) es un ejemplo notable y fenomenal del género incluso para nuestra época. Las respuestas se adaptan a la progresión de la enseñanza impartida, lo que permite al Emperador y al lector aprender desde lo más sencillo a lo más complicado sin excesivo esfuerzo. Una pregunta salta a la mente al considerar cómo poner tanto conocimiento en la página: ¿cómo podemos creer que no había obras perdidas antes del lei Tching Sou Wen?

 

Demos paso al texto traducido con pasión por nuestro querido amigo y maestro fallecido demasiado pronto. Más alá del tiempo y del espacio le renovamos nosotros mismos y la parte de todos sus alumnos toda nuestra inmensa gratitud.

 

Doctor René ALQUIÉ

Sociedad Médica

Acupuntura china *

 

* S.M.A.C., 1, rue Henri Ruih, 06400 Cannes.

 

Notas

(1) En 1754, Black, Priesltley, Lavoisier y Scheele publicaron su descubrimiento sobre los gases implicados en la respiración, el dióxido de carbono y el oxígeno, fundamentos que impulsaron a la construcción de los primeros artilugios de ventilación mecánica o respiradores.

(2) Gracias a una herida de bala, el cirujano William Beaumont sentó las bases de la gastroenterología a principios del siglo XIX. En la historia de la fisiología gástrica es importante señalar que al conocimiento de que el ácido clorhídrico (HCl) es segregado por el estómago, se llegó sólo después de grandes controversias desde el siglo xvii. William Beaumont demostró en 1825 que la secreción gástrica obtenida de la fístula gastrocutánea de su paciente Alexis St. Martin contenía HCl.

El científico William Proust (1785–1850) descubrió que los jugos gástricos contienen ácido hidroclórico

En 1865 Claude Bernard presenta su descubrimiento sobre la función del páncreas.

(3) Andreas Vesalius (1514-1564) describe a los cálculos biliares y sus consecuencias. Otro cirujano anatomista que describió a la vesícula y las vías biliares fue Gabrielo Fallopio (1523-1562), aunque es más conocido por algunas otras estructuras que llevan su nombre.

(4) Claude Bernard (1813-1878) descubrió el sistema nervioso simpático.

John Newport Langley (1852-1925) descubrió el sistema nervioso parasimpático.

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es a menudo nombrado " padre de la neurociencia moderna" por sus estudios sobresalientes sobre la anatomía microscópica del sistema nervioso, sus observaciones sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso y por sus teorías sobre la función, el desarrollo y la plasticidad de ...

(5) La glándula fue descrita en 1564 por Bartolomeo Eustachi y durante los siglos XVII y XVIII muchos investigadores no lograron demostrar la importancia funcional de las glándulas suprarrenales hasta la descripción que realizó Addison en 1855, en su libro ”On the constitutional and local effects of the supra-renal ...

El nacimiento de la endocrinología se suele situar en 1902, cuando Ernest Starling utilizó el término hormona para describir la secretina, una sustancia segregada por el intestino delgado a la sangre para estimular la secreción del páncreas.

(6) William Harvey (1578-1657).