lunes, 29 de julio de 2013

Liber Scalae Mahometi


LIBER SCALAE MAHOMETI:

    "LIBRO DE LA ESCALA DE MAHOMA"

    XXI. MUESTRA DE QUÉ FORMA VIO MAHOMA UNOS ÁNGELES

    QUE TRANSPORTABAN EL TRONO DE DIOS. (1)   

    "Yo, Mahoma, ya os he hablado del trono, de la pluma y de la tabla; ahora,     voy a hablaros de los ángeles que llevan el trono: cómo fueron creados y  cómo es su aspecto. Has de saber que estos ángeles que llevan el trono sobre  sus hombros fueron formados a la vez que el trono; desde sus hombros hasta   la cabeza tienen de grosor exactamente lo mismo que el trono y el grosor del   trono es tal que nadie podría describirlo, salvo Dios, que fue quien lo creó. Cada uno de los ángeles tenía cuatro rostros: uno, delante; otro,   detrás; otro, a la derecha y el cuarto, a la izquierda; de igual modo,  poseían cuatro figuras: una, de hombre; otra, de águila; otra, de león y una   cuarta, de toro. Sus cuerpos estaban completamente saturados de ojos y,  además, poseían seis alas: dos para volar, dos para alabar a Dios y las  otras dos, llameantes de fuego, cubrían sus rostros. No cesaban de alabar a  Dios, cantando: "Santo, Santo, Santo Dios de cuya gloria están llenos los   cielos y la Tierra; seas Tú alabado y seas bendecido eternamente, pues eres  el Dios más sublime, más grande y más poderoso. Por esto, debes ser   bendecido y santificado en todas las lenguas, en todo tiempo y en todo lugar   donde estés o vayas a estar". El trono que llevaban los ángeles tenía cuatro   patas y cada una de ellas era setenta mil veces más larga que la distancia  que media desde el cielo hasta la Tierra. Dentro del trono se hallan el   cielo, la Tierra y todo el mundo, mas parecen algo tan pequeño dentro del   trono como es el grano de mostaza en la mano de un hombre muy grande. Los   ángeles que llevan el trono no saben si se encuentran lejos o cerca de Dios. Entre estos ángeles y los que llevan el cielo, median tres estancias o  separaciones: en la primera estancia, hay setenta cortinas, todas ellas de  tinieblas; en la segunda, hay setenta cortinas de granizo; y en la tercera,  hay setenta cortinas de límpida claridad. Cada una de las cortinas tiene un  grosor igual al recorrido que puede caminar un hombre en quinientos años de  andadura; y esa misma era la distancia que mediaba entre una y otra cortina.   Dios fue quien creó estas estancias y, si Dios no las hubiera creado de esta   manera, su resplandor -ya indicado- sería tan fuerte que quemaría a todos  los ángeles que allí se encuentran. Los ángeles que llevan el trono son  cuatro, pero, cuando llegue el día del juicio, Dios añadirá otros cuatro   ángeles, y así sumarán ocho. El ángel que tiene figura humana rogará a Dios   por los hombres, para que se apiade de ellos y perdone sus pecados; el ángel  que tiene figura de águila rogará por las aves; el que tiene figura de león   lo hará por las bestias salvajes; y el que tiene figura de toro rogará por   los animales domésticos".

   

     NOTAS:

    1. Según la versión latina del siglo XIII de Buenaventura de Siena. Madrid,     Siruela, 1996 (extracto). Traducido del latín por José Luis Oliver Domingo.

   

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