jueves, 30 de junio de 2011

Banca, Club Bildelberg,Asesinatos, Derrocamientos

Banquero suizo revela los asesinatos de dirigentes, pagados por banqueros y miembros del Club Bildelberg.En una entrevista con un prominente banquero suizo por WeAreChange el 30 de
mayo de 2011, las relaciones profundamente interconectadas entre la gestión de alto nivel de bancos suizos y el club Bilderberg están expuestas. Se hace evidente que Bilderberg utiliza los bancos suizos para las actividades de blanqueo de capitales, la financiación de derrocamientos de gobiernos,asesinatos y bancarrota de países.

Josef Ackermann, consejero delegado de Deutsche Bank y miembro del comité directivo del Grupo Bilderberg, es nombrado como una de las figuras importantes de los planes para censurar Internet y cerrar uno de los últimos lugares donde la libertad de expresión interfiere con sus planes para el control completo.

Encuentra la entrevista completa a continuación:

*Q: ¿Puede decirnos algo acerca de su participación en el negocio bancario suizo?*

R: He trabajado para los bancos suizos durante muchos años. Fui designado como uno de los mejores directores de uno de los mayores bancos suizos. Durante mi trabajo he participado en el pago, en el pago directo en efectivo a una persona que mató al presidente de un país extranjero. Yo estaba en la reunión donde se decidió dar este dinero en efectivo para el asesino. Esto me dio dramáticos dolores de cabeza y problemas de conciencia. No fue el único caso realmente malo pero fue lo peor.
Fue una orden de pago por orden de un servicio secreto exterior escrito a mano dando la orden de pagar una cierta cantidad a una persona que mató al máximo líder de un país extranjero. Y no fue el único caso. Recibimos varias cartas escritas a mano procedentes de los servicios secretos extranjeros dando la orden de desembolso en efectivo de las cuentas secretas para financiar revoluciones o para la muerte de personas. Puedo confirmar lo que John Perkins ha escrito en su libro "Confesiones de un sicario económico". En realidad existe sólo un sistema y los bancos suizos están involucrados en
tales casos.

*Q: El libro de Perkins también está traducido y disponible en ruso. ¿Nos puede decir qué banco es y quién fue el responsable?*

R: Fue uno de los tres principales bancos suizos en ese momento y era el presidente de un país del tercer mundo. Pero no quiero dar a conocer muchos detalles porque me van a encontrar muy fácilmente si digo el nombre del presidente y el nombre del banco. Voy a arriesgar mi vida.

*Q: ¿Usted no puede nombrar a alguna persona del banco tampoco?*

R: No, no puedo, pero puedo asegurarles que esto sucedió. Habíamos varias personas en la sala de reuniones. La persona responsable del pago físico en efectivo vino a nosotros y nos preguntó si se le permitía el pago de una cantidad tan grande de dinero en efectivo a la persona indicada y uno de los directores explicó el caso y todos los demás dijeron “bien, puede hacerlo”.

*Q: ¿Esto ha sucedido a menudo? ¿Fue éste un tipo de fondo para sobornos?*

R: Sí. Este era un fondo especial administrado en un lugar especial en el banco donde todas las cartas codificadas vinieron del extranjero. Las cartas más importantes fueron escritas a mano. Tuvimos que descifrarlas y en ellas estaba la orden de pagar una cierta cantidad de dinero en efectivo de cuentas para el asesinato de personas, la financiación de revoluciones, la financiación de huelgas, la financiación de todo tipo de partidos. Sé que algunas personas que son Bilderbergers participaron de dichas órdenes. Quiero decir que dieron la orden de matar.

*Q: ¿Puede decirnos en qué año o década sucedió esto?*

R: Prefiero no dar el año exacto pero fue en los años 80.

*Q: ¿Usted tuvo un problema con este trabajo?*

R: Sí, un problema muy grande. No pude dormir durante muchos días y después de un tiempo me fui del banco. Si te doy muchos detalles ellos me localizarán. Varios servicios secretos en el extranjero, sobre todo de habla inglesa, dieron órdenes para financiar actos ilegales, incluso la matanza de personas a través de bancos suizos. Tuvimos que pagar según instrucciones de potencias extranjeras para el asesinato de personas que no seguían las órdenes de Bilderberg o el FMI o el Banco Mundial, por ejemplo.

*Q: Esta es una sorprendente revelación que usted está haciendo. ¿Por qué siente la necesidad de decir esto ahora?*

R: Porque Bilderberg se reúne en Suiza. Porque la situación mundial es cada vez peor. Y porque los mayores bancos de Suiza participan en actividades no éticas. La mayoría de estas operaciones están fuera de la contabilidad. Es un múltiplo de lo que oficialmente se declara. No son auditadas y suceden sin ningún tipo de impuestos. Las cifras en cuestión tienen un montón de ceros. Son grandes cantidades.

*Q: Entonces, ¿son miles de millones?*


R: Es mucho más, son trillones, totalmente sin auditar, ilegal y fuera del sistema tributario. Básicamente se trata de un robo de todo el mundo. Me refiero a que la gente normal pago sus impuestos y siguen el cumplimiento de las leyes. Lo que está sucediendo aquí está completamente contra nuestros valores suizos, como la neutralidad, la honestidad y la buena fe. En las reuniones en las que participé, las discusiones estaban completamente en contra de nuestros principios democráticos. Usted verá, la mayoría de los directores de bancos suizos ya no son los locales, son extranjeros, sobre todo anglosajones, ya sean americanos o británicos, que no respetan nuestra neutralidad, no respetan nuestros valores, que están en contra de nuestra democracia directa, que sólo utilizan los bancos suizos para sus fines ilegales.
Utilizan grandes cantidades de dinero creado de la nada y destruyen nuestra sociedad, destruyen el mundo entero sólo por la codicia. Ellos buscan el poder y destruir países enteros, como Grecia, España, Portugal o Irlanda y Suiza será uno de los últimos en la fila. Y usan a China como esclavos de trabajo. Y una persona como Josef Ackermann, el cual es un ciudadano suizo, es el hombre más importante de un banco alemán y utiliza su poder para satisfacer la avaricia y no respeta a la gente común. Él tiene unos cuantos casos legales en Alemania y ahora también en Estados Unidos. Es un Bilderberger y no se preocupa por Suiza o cualquier otro país. [imagen: el consejero delegado de Deutsche Bank] Josef Ackermann, consejero delegado de Deutsche BankJosef Ackermann, consejero delegado de Deutsche Bank .

Q: ¿Está usted diciendo que algunas de estas personas que usted menciona estarán en la próxima reunión de Bilderberg en junio en St. Moritz?*

R: Sí.

*Q: ¿Así que están en una posición de poder?*

R: Sí. Tienen una enorme cantidad de dinero disponible y la utilizan para destruir países enteros. Destruyen nuestra industria y la construiyen en China. Por otro lado, abrieron las puertas de Europa para todos los productos chinos. La población activa de Europa está ganando cada vez menos. El verdadero objetivo es destruir Europa.

*Q: ¿Cree usted que la reunión de Bilderberg en St. Moritz tiene un valor simbólico? Puesto que en el 2009 estuvieron en Grecia, en 2010 en España y mira lo que pasó con ellos. ¿Significa esto que Suiza puede esperar algo malo?*

R: Sí. Suiza es uno de los países más importantes para ellos, porque hay mucho capital aquí. Ellos se reúnen allí, porque, aparte de otras cosas quieren destruir todos los valores que Suiza representa. Usted se dará cuenta que es un obstáculo para ellos no estar en la UE o el euro, no totalmente controlado por Bruselas y así sucesivamente. En cuanto a los valores no estoy hablando de los grandes bancos suizos, porque ya no son suizos, la mayoría de ellos están dirigidos por estadounidenses. Estoy hablando del verdadero espíritu de Suiza que la gente común aprecia y sostiene.
Claro que tiene un valor simbólico, como usted ha dicho, con respecto a Grecia y España. Su objetivo es ser una especie de club exclusivo de la élite que tiene todo el poder y todo el mundo restante es empobrecido y derribado.

*Q: ¿Cree usted que el objetivo de Bilderberg es crear una especie de dictadura global, controlado por las grandes corporaciones globales, donde ya no hay estados soberanos?*

R: Sí y Suiza es el único lugar que queda con una democracia directa y en su camino. Utilizan el chantaje de "demasiado grande para quebrar", como en el caso de UBS para poner a nuestro país con una gran deuda, al igual que hicieron con muchos otros países. Al final tal vez lo que quieren hacer con Suiza es lo que hicieron con Islandia, con todos los bancos y el país en bancarrota.

*Q: ¿Y también lo traen a la UE?*

R: Por supuesto. La UE está bajo el férreo control de Bilderberg.

*Q: ¿Qué crees que podría detener este plan?*

R: Bueno, esa es la razón por la que hablo con usted. La verdad. La verdad es la único camino. Ponga una luz sobre esta situación, expóngalos. No les gusta estar en el centro de la atención. Tenemos que crear transparencia en el sector bancario y en todos los niveles de la sociedad.

Q: Lo que estás diciendo es, hay un lado correcto para el negocio bancario suizo y hay unos pocos bancos grandes que están haciendo un mal uso del sistema financiero para sus actividades ilegales.*

R: Sí. Los grandes bancos están adiestrando a su personal con los valores anglosajones. Los están entrenando para ser codiciosos y despiadados. Y la codicia está destruyendo Suiza y todos los demás. Como país tenemos la mayoría de los bancos que operan correctamente en el mundo, si nos fijamos en los bancos pequeños y medianos. Son sólo los grandes que operan a nivel mundial que son un problema. Ellos ya no son suizos y no se consideran como tales.

*Q: ¿Crees que es bueno que la gente exponga Bilderberg y muestre lo que realmente son?*

R: Creo que el caso de Strauss-Kahn es una buena oportunidad para nosotros, porque demuestra que estas personas son corruptas, enfermos en sus mentes, tan enfermos que están llenos de vicios y los vicios se mantienen en secreto bajo sus ordenes. Algunos de ellos como Strauss-Kahn violan mujeres, otros son sadomaso, o pedófilos y muchos están en el satanismo. Cuando vas a algunos bancos ves estos símbolos satánicos, como en el Banco Rothschild en Zurich. Estas personas son controladas por chantaje a causa de las debilidades que tienen. Tienen que seguir las órdenes o serán expuestos, serán destruidos o incluso asesinados. La reputación de Strauss-Kahn no está sólo asesinada en los medios de comunicación, podría ser también asesinado literalmente.

*Q: Ya que Ackermann está en el comité directivo de Bilderberg, ¿crees que es un importante actor en la toma de decisiones allí?*

R: Sí. Pero hay otros muchos, como Lagarde, que probablemente será la próximo jefa del FMI, también miembro de Bilderberg, luego Sarkozy y Obama. Tienen un nuevo plan para censurar Internet, porque Internet todavía es libre. Ellos lo quieren controlar y utilizar el terrorismo o lo que sea como una razón. Incluso pueden planear algo horrible para tener una excusa.

[image: internet censorship] la censura en Internet está llegando

*Q: ¿Así cuál es su temor?*

R: No es sólo un temor, estoy seguro de ello. Como ya he dicho, dieron órdenes de matar, por lo que son capaces de cosas terribles. Si tienen la sensación de que están perdiendo el control, como las revueltas de ahora en Grecia y España, y tal vez Italia será el próximo, entonces ellos pueden hacer otro Gladio. Yo estaba cerca de la red Gladio. Como saben instigaron el terrorismo pagado con el dinero estadounidense para controlar el sistema político en Italia y otros países europeos. En cuanto al asesinato de Aldo Moro, el pago se realizó a través del mismo sistema que te conté antes.

*Q: ¿Fue Ackermann parte de este sistema de pago en un banco suizo?*

R: (Sonrisa) ... usted es el periodista. Mira a su carrera y lo rápido que llegó a la cima.

*Q: ¿Qué crees que puede hacerse para impedírselo?*

R: Bueno, hay muchos buenos libros que explican el trasfondo y conectan los puntos, como el que mencioné de Perkins. Estas personas realmente tienen sicarios que pagan para matar. Algunos de ellos obtienen su dinero a través de bancos suizos. Pero no sólo, tienen un sistema establecido a nivel mundial. Y exponer al público a estas personas que están dispuestas a hacer cualquier cosa para mantener el control. Y quiero decir todo.

*Q: ¿A través de la exposición podremos detenerlos?*

R: Sí, diciendo la verdad. Nos enfrentamos a delincuentes muy crueles, también grandes criminales de guerra. Es peor que genocidio. Ellos están listos y son capaces de matar a millones de personas sólo para mantenerse en el poder y tener el control.

*Q: ¿Puede explicar desde su punto de vista, ¿por qué los medios de comunicación occidentales guardan más o menos completo silencio sobre Bilderberg?*

R: Porque hay un acuerdo entre ellos y los propietarios de los medios de comunicación. No hables de ello. Los compran. También algunas de las figuras principales de los medios de comunicación están invitadas a las reuniones, pero se les dice que no informen de nada de lo que ven y oyen.

*Q: En la estructura de Bilderberg, ¿hay un círculo interior que conoce los planes y luego están la mayoría que sólo tienen que seguir las órdenes?*

R: Sí. Usted tiene el círculo interior, los que están en el satanismo, y luego están las personas ingenuas o menos informadas. Algunas personas incluso llegan a pensar que están haciendo algo bueno, el círculo exterior.

*Q: De acuerdo documentos expuestos y las propias declaraciones, Bilderberg decidió en 1955 crear la UE y el euro, por lo que tomaron decisiones de suma trascendencia.*

R: Sí, y usted sabe que Bilderberg fue fundado por el príncipe Bernardo, un antiguo miembro de las SS y del partido nazi y también trabajó para IG Farben, filial para la producción del Ciclón B. El otro era el jefe de Occidental Petroleum, que tenía una estrecha relación con los comunistas de la Unión Soviética. Trabajaron en ambos lados, pero en realidad estas personas son fascistas que quieren controlar todo y a todos y al que se ponga en medio de su camino se elimina.

*Q: ¿El sistema de pago que usted explica fuera de las operaciones normales,está en compartimentos y en secreto?*

R: En los bancos suizos los empleados normales no saben lo que está pasando. Es como un departamento aparte secreto en el banco. Como ya he dicho estas operaciones están fuera de la contabilidad, sin supervisión. Algunos están situados en el mismo edificio, otros están fuera. Tienen su propia seguridad y una zona especial donde sólo las personas autorizadas puedan entrar.

*Q: ¿Cómo mantienen estas operaciones fuera del sistema internacional Swift?
*


R: Bueno, algunos de los flujos en los primeros listados eran verdad al principio. Ellos sólo incluían nombres falsos para hacer creer que toda la lista era falsa. Usted puede ver que también cometen errores. La primera lista era cierta y se pueden encontrar un montón de cosas. Como usted ver, hay gente alrededor que descubre irregularidades, la verdad y lo dicen. Después, por supuesto, son puestos ante la justicia y estas personas se ven obligadas a callar.
La mejor manera de detenerlos es diciendo la verdad, poner el punto de mira sobre ellos. Si no se lo impedimos terminaremos como sus esclavos.

*Q: Gracias por esta entrevista.*

lunes, 27 de junio de 2011

Los paniaguados de la hechicería (Juan Manuel de Prada . XLSEMANAL 19-6-2011)

10 MAGAZINE Firmas

Animlaes de compañía

por Juan Manuel de Prada

Los paniaguados de la hechicería

Se ha escrito mucho sobre Inside job, el documental de Charles Ferguson que desenmascara el conciliábulo político- financiero que propició la crisis económica. Inside job es, desde luego, demoledora en su exposición de la hechicería económica que nos hizo creer que el dinero se reproducía por generación espontánea; y también en la catalogación de los tipejos que obraron el falso prodigio, una panda de puteros sin escrúpulos que inflaron la burbuja del dinero imaginario, ante la pasividad cómplice de los gobiernos, mientras se llenaban los bolsillos vampirizando la economía real. El colofón de la película, en la que se nos desvela que esta gentuza sigue ocupando los puestos más encumbrados en la Administración Obama, resulta desolador, pues nos permite comprender que las sucesivas 'operaciones de salvamento' de la economía mundial que hasta ahora se han intentado (y lo que te rondaré, morena) no han sido sino aspavientos que tratan de apuntalar —a la desesperada— el tinglado de la farsa, utilizando para ello el mismo procedimiento que antes habían empleado para levantarlo sobre cimientos de humo; esto es, detrayendo recursos de la economía real con los que se rellena el agujero negrísimo y sin fondo de la economía financiera.

La impresión que uno se lleva, después de ver la película, es que los que perpetraron el desaguisado son los mismos que ahora se disponen a remediarlo, haciendo sangrar todavía
más la herida que abrieron; con la única diferencia de que, si para abrir la herida contaron con la remolonería culposa de los Estados, ahora cuentan con su contribución dolosa, pues los Estados
—que inflaron su deuda hasta extremos cetáceos, en volandas de la burbuja financiera— necesitan ahora, para evitar su quiebra, convertirse en expoliadores implacables al servicio de la plutocracia internacional. Los expoliados, por supuesto, somos los pringadillos que todavía nos desenvolvemos en la economía real (asalariados, autónomos, pequeños empresarios, jubilatas,
parados y demás ralea), a quienes nos despiden como quien se rasca las pulgas (a esto lo llaman 'flexibilidad laboral'), nos fríen a impuestos (a esto lo llaman 'ajuste fiscal'), nos saquean los ahorros, nos adelgazan los sueldos, nos 'congelan' las pensiones y en breve nos obligarán al `co-pago' sanitario y educativo (que en realidad debería llamarse `bi-pago', pues se trata de que paguemos dos veces por la prestación del mismo servicio, la primera por vía impositiva y la segunda mediante factura ejecutable). Aquí podría decirse que `en el pecado llevamos la penitencia', pues en honor a la verdad también los pringadillos de la economía real nos dejamos en su día subyugar por las hechicerías de la plutocracia; solo que se trata de una penitencia desmesurada, en la que no nos limitamos a purgar nuestra parte alícuota (y diminuta) de culpa, sino que nos toca apechugar con la culpa mastodóntica de quienes perpetraron el desaguisado, que —si Dios no lo remedia— saldrán de esta crisis más reforzados y pujantes. Porque lo que venga después de esta era que ahora naufraga será otra era aún más abominable e inhumana, en que la plutocracia (bancos, empresas transnacionales, grandes corporaciones) acabará por engullirse los jirones de la economía real todavía supervivientes, formando una amalgama de
poder inexpugnable.

Entretanto, y mientras se completael advenimiento de esta nueva era, ¿qué
hacen los 'expertos' en economía? Toda hechicería requiere, para que el tinglado de la farsa se mantenga en pie, de una casta de medioletrados (disfrazados con la toga y el birrete de los auténticos letrados) que garanticen el trampantojo, apoyados en una jerga rimbombante que obnubila el sentido común de la multitud esclavizada. Uno de los pasajes más sobrecogedores de Inside job es, precisamente, el dedicado a estos medioletrados fantoches, 'analistas' y profesores de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, en realidad una patulea de paniaguados al servicio de la hechicería, alimentados con las migajas de su banquete, que convertidos en lo que hoy llamamos `gurús' de la ciencia económica, mienten a sabiendas para mantener en pie el tinglado de la farsa, que escriben en periódicos y pontifican en tribunas mediáticas, dispuestos a seguir defendiendo la hechicería con uñas y dientes, como impávidos lacayos, mientras los pringadillos nos quedamos mondos y lirondos. Saben bien que mantener en pie la hechicería es un suicidio colectivo; pero saben también que, si la hechicería se derrumbase, ellos serían los primeros que morirían aplastados entre sus escombros.

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martes, 21 de junio de 2011

La economía de la infelicidad (Borja Vilaseca 08/05/2011)

La economía de la infelicidad

BORJA VILASECA 08/05/2011

"Estamos produciendo seres humanos enfermos para tener una economía sana"
(Erich Fromm)

La economía no es algo ajeno a nosotros. Los seres humanos formamos parte de ella del mismo modo que los peces forman parte del océano. Tanto es así, que podría describirse como el tablero de juego sobre el que hemos edificado nuestra existencia, y en el que a través del dinero se relacionan e interactúan tres jugadores principales: el sistema monetario, las organizaciones y los seres humanos. Cabe decir que esta partida está regulada por leyes diseñadas por los Estados. Sin embargo, por encima de su influencia, el poder real reside en los ciudadanos: con nuestra manera de ganar dinero (trabajo) y de gastarlo (consumo) moldeamos día a día la forma que toma el sistema.

Más allá de cubrir nuestras necesidades, a lo largo de las últimas décadas nos hemos convencido de que debemos tener deseos y aspiraciones materiales de cuya satisfacción dependa nuestra felicidad. Y no es para menos. En 2010, la inversión publicitaria en España superó los 12.880 millones de euros, según la agencia Infoadex. Así, las empresas se gastaron 280 millones por ciudadano con el objetivo de persuadirnos para comprar sus productos y servicios. Cabe decir que esta inversión multimillonaria promueve unas determinadas creencias, valores y prioridades en nuestro paradigma. Es decir, en nuestra manera de comprender y de vivir la vida. Prueba de ello es el triunfo del hiperconsumismo.

Además, mientras seguimos asfaltando y urbanizando la naturaleza, conviene recordar que la economía creada por la especie humana es un subsistema que está dentro de un sistema mayor: el planeta Tierra, cuya superficie física y recursos naturales son limitados y finitos. De hecho, creer que el crecimiento económico va a resolver nuestros problemas existenciales es como pensar que podemos atravesar un muro de hormigón al volante de un coche pisando a fondo el acelerador.

Sin embargo, hoy en día es común escuchar a políticos, economistas y empresarios afirmar que "el sistema capitalista es el menos malo" de todos los que han existido a lo largo de la historia. Y que "afortunadamente" ya empiezan a verse señales de "recuperación económica". Es decir, que la idea general es seguir creciendo y expandiendo la economía tal y como lo hemos venido haciendo. Es decir, sin tener en cuenta los costes humanos y medioambientales. De lo que se trata es de "superar cuanto antes" el bache provocado por la crisis financiera.

Ante este tipo de declaraciones podemos concluir que como sociedad no estamos aprendiendo nada de lo que esta crisis ha venido a enseñarnos. De ahí que sigamos mirando hacia otro lado, obviando la auténtica raíz del problema. No nos referimos a la guerra, a la pobreza o al hambre que padecen millones de seres humanos en todo el mundo. Ni a la voracidad con la que estamos consumiendo los recursos naturales del planeta. Tampoco estamos hablando del abuso y de la dependencia de los combustibles fósiles -petróleo, carbón y gas natural-, que tanto contaminan la naturaleza. Ni siquiera del calentamiento global. Estos solo son algunos síntomas que ponen de manifiesto el verdadero conflicto de fondo: nuestra propia infelicidad.

Cegados por nuestro afán materialista llevamos una existencia de segunda mano. Parece como si nos hubiéramos olvidado de que estamos vivos y de que la vida es un regalo. Prueba de ello es que el vacío existencial se ha convertido en la enfermedad contemporánea más común. Tanto es así, que lo normal es reconocer que nuestra vida carece de propósito y sentido. Y también que muchos confundan la verdadera felicidad con sucedáneos como el placer, la satisfacción y la euforia que proporcionan el consumo de bienes materiales y el entretenimiento.

La paradoja es que el crecimiento económico que mantiene con vida al sistema se sustenta sobre la insatisfacción crónica de la sociedad. Y la ironía es que cuanto más crece el consumo de antidepresivos como el Prozac o el Tranquimazín, más aumenta la cifra del producto interior bruto. De ahí que no sea descabellado afirmar que el malestar humano promueve bienestar económico.

Frente a este panorama, la pregunta aparece por sí sola: ¿hasta cuándo vamos a posponer lo inevitable? Es hora de mirarnos en el espejo y cuestionar las creencias con las que hemos creado nuestro falso concepto de identidad y sobre las que estamos creando un estilo de vida puramente materialista. Si bien el dinero nos permite llevar una existencia más cómoda y segura, la verdadera felicidad no depende de lo que tenemos y conseguimos, sino de lo que somos. Para empezar a construir una economía que sea cómplice de nuestra felicidad, cada uno de nosotros ha de asumir la responsabilidad de crear valor a través de nuestros valores. Y este aprendizaje pasa por encontrar lo que solemos buscar desesperadamente fuera en el último lugar al que nos han dicho que debemos mirar: dentro de nosotros mismos.

(Borja Vilaseca es director del máster en Desarrollo Personal y Liderazgo de la Universidad de Barcelona)

© EDICIONES EL PAÍS S.L.

lunes, 13 de junio de 2011

El tiempo de la limosna (Juan Manuel de Prada)

EL TIEMPO DE LA LIMOSNA


por Juan Manuel de Prada

XLSEMANAL 5 de junio de 2011


Han pasado apenas unos días desde la celebración de las elecciones municipales y autonómicas cuando escribo estas líneas, y los acampados de la Puerta del Sol, que acapararon portadas en las fechas inmediatamente anteriores al 22 de mayo, empiezan a ser vistos como una chusma pulgosa y aborrecible. Aquí puede decirse con propiedad que «en el pecado llevan la penitencia»: para combatir el sistema del que abominaban, los acampados quisieron explotar la resonancia y el brillo mediático que el propio sistema les brindaba, aprovechándose de una coyuntura electoral; y como, a la postre, el sistema pasó como una apisonadora sobre su chiringuito, sus reivindicaciones parecen hoy obsoletas y descangalladas, como cachivaches inservibles que recluimos en el desván. En lo que vuelve a demostrarse que el sistema forma una amalgama de poder inexpugnable; y que pretender derribarlo con acampadas es como oponerse al avance de una división Panzer armado con un tirachinas.

Las proclamas de los indignados estaban, por lo demás, lastradas por un emotivismo párvulo, por una retórica atufada de porros; y en casi todas ellas se percibía una candorosa ausencia de teoría política que se suplía con consignas más viejas que la tos. Quizá lo más llamativo de tales consignas era que, a la vez que reclamaban el desmantelamiento del sistema, demandaban más «libertades ciudadanas» y «financiación pública» al mismo sistema que combatían, ignorantes tal vez de que, si el sistema se ha hecho fuerte, es precisamente porque, a la vez que nos oprime y
desangra, nos mantiene entretenidos con estos caramelos envenenados. A la postre, todos somos hijos de nuestra época; y los chavales indignados de la Puerta del Sol, al exigir que el reparto de caramelos envenenados se reactivase, no hacían sino proclamarse siervos del sistema que los ha modelado interiormente. Como a todos nosotros.

Pero así y todo... había en la acampada de la Puerta del Sol un fondo —magullado, malherido, hecho añicos— de bendita rebeldía española, reciclada en rastas y tetrabrik, que suscitaba cierta esperanza. Es verdad que la expresión de esa rebeldía era intuitiva, caótica y, en último extremo, ahogada por un vómito ideológico, como no podía ser de otro modo en una época en que el sistema se preocupa de empachamos de morralla ideológica, para que nos entretengamos disputando sobre las consecuencias del mal que nos aflige, enviscados los unos contra los otros e incapaces de ascender hasta sus primeras causas. Este vómito ideológico que caracterizaba la protesta de los indignados los hacía antipáticos para mucha gente (la que 'profesa' ideologías adversas); pero por debajo de ese vómito subyacía un malestar más profundo, compartido hasta por quienes los miraban con antipatía. Y ese malestar es la conciencia de que vivimos en una época en que el poder político, económico y mediático han formado una amalgama monstruosa, un Leviatán infinitamente más tiránico y acaparador que en cualquier otra época de la
historia; disfrazado de ropajes democráticos, endulzado de 'libertades ciudadanas' y otras golosinas suculentas, pero Leviatán rampante que nos deglute y tritura como si estuviésemos hechos de alfeñique.

En este Leviatán rampante, al pueblo (que ya ni siquiera es pueblo, sino ciudadanía gregaria y amorfa, ciudadanía sin mística ni ascética) se le ha asignado un papel de mera comparsa retórica, mientras el sistema controla todas las instituciones que deberían estar al servicio del pueblo, desde los sindicatos al poder judicial, pasando por las universidades, las cajas de ahorro o los medios de comunicación. El instrumento para perpetuar esta dominación es la partitocracia, que, a la vez que desvirtúa las instituciones públicas hasta destruirlas, degrada al pueblo, convirtiéndolo en un organismo desvinculado, al que primero se agita con consignas ideológicas que actúan a modo de implantes emocionales, para después convertirlo en una papilla que
se resigna al clientelismo, que acepta la corrupción como una calamidad endémica e irremediable, que reclama como un chiquilín emberrinchado un plato de lentejas en forma de `libertades ciudadanas' o 'financiación pública'. Pero reclamar un plato de lentejas cuando previamente se ha renunciado a la primogenitura es inútil; porque ese plato de lentejas ha dejado ya de ser tu propiedad inalienable, para convertirse en una limosna que el sistema te concede o te niega según su libre arbitrio. Y que, al fin y a la postre, se convierte en un caramelo envenenado.

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martes, 7 de junio de 2011

Alabanzas y críticas (José Jiménez Lozano, Diario de Ávila 5-6-2011)

A LA LUZ DE UNA CANDELA JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO PREMIO CERVANTES

(Diario de Ávila 5 junio 2011)

Alabanzas y críticas

Los grandes de este mundo siemre tuvieron sus cronistas para que dejasen escritas sus gestas, y así desa­fiar de algún modo los tiempos, pero también es cierto que cronistas ha ha­bido que escribieron por su cuenta, pero en este último caso - es decir, el de escribir crónicas por cuenta pro­pia - todo se matiza bastante; ya que meterse a cronista mientras el poder está ahí tiene sus inconvenientes, y resultado es que el cronista escribe unas cosas cuando el poderoso está vivo y en el poder y otras, o exacta­mente las contrarias, cuando ha caí­do o ha muerto. Tales son la condi­ción humana y el obligado funciona­miento de las libertades.

Hay que ver, ciertamente, las co­sas que escribió Procopio de Cesárea a propósito del emperador Justinia­no, de la emperatriz, y de otros pode­rosos muchos mientras vivían, y las que escribió después de muertos. Él mismo se dio cuenta de ello, y nos ad­vierte de que no había sido libre sino en el momento de escribir la segunda vez, cuando ya los emperadores no existían. Aunque resultaba algo raro que las enormes alabanzas se convir­tieran en un enorme cúmulo de cosas horribles, y sólo el paso del tiempo y el mejor conocimiento de las cosas han podido poner algunas cosas en su punto. Así que lo más aconsejable es que los sucesos de las crónicas se enfríen pongamos por caso como cien años para que nadie pueda tener ningún vínculo pasional con los he­chos que se cuenten.

Tratándose de España, sin embar­go, esos cien arios deben convertirse en más de mil porque se ve que so­mos lentos en digestiones del pasado y nos repite constantemente. Y esto es algo que no sucede en ninguna otra parte del mundo, pero dar una contestación a esta pregunta es sumamente difícil, o por lo menos no hemos dado hasta ahora con ella.

Y tan así son las cosas que entre los extranjeros, desde los tiempos más remotos del XIX en los
que la España Ro­mántica de golpes militares, quema de conventos, y lides pintorescas
entre guardias civiles y gita­nos o bandoleros, se convir­tió en una folklórica más, y se viene lamentando con más o menos disimulo que en Espa­ña ya no haya grescas o jaranas políti­cas, como se decía.

Los hombres, en general, han jugado siempre a este juego, y tienen propensión a dar crédito, a quienes aseguran que un país sin violencias o por lo menos jaranas serias, comoSuiza, pongamos por caso, sólo es un país de relojeros, o aborregado y ahistórico. Mientras que si busca los cambios hacia la felicidad, la utopía y otrosa suntos así de consistentes, al precio que sea, sería un país de héroes. Y los augures que vivieron entiempos de Isabel II o de la reina Victoria en Ingla‑
terra aseguraron que, por estas fechas en que nosotros vivimos, llegaría el edén para la hu­manidad entera.

Y, aunque por las razones que sea, no ha llegado y no estamos conformes con lo ya conquistado, todavía, setrata de vender laidea de que llegarámás adelante, y seguimos viendo las cosas más o menos.

domingo, 5 de junio de 2011

Hora del despertar

Hora de despertar,

por Antonio Muñoz Molina

He pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos y el gobierno nos decía que España estaba de moda en el mundo, y Tierno Galván -¡Tierno Galván!- empezó la demagogia del político campechano y majete proclamando en las fiestas de San Isidro de Madrid aquello de “¡ El que no esté colocao que se coloque, y al loro!” Tierno Galván, que miró sonriente para otro lado, siendo alcalde, cuando un concejal le trajo pruebas de los primeros indicios de la infección que no ha dejado de agravarse con los años, la corrupción municipal que volvía cómplices a empresarios y a políticos.

Por un azar de la vida me encontré en la Expo de Sevilla en 1992 la noche de su clausura: en una terraza de no sé qué pabellón, entre una multitud de políticos y prebostes de diversa índole que comían gratis jamón de pata negra mientras estallaban en el horizonte los fuegos artificiales de la clausura. Era un símbolo tan demasiado evidente que ni siquiera servía para hacer literatura. Era la época de los grandes acontecimientos y no de los pequeños logros diarios, del despliegue obsceno de lujo y no de administración austera y rigurosa, de entusiasmo obligatorio. Llevar la contraria te convertía en algo peor que un reaccionario: en un malasombra. En esos años yo escribía una columna semanal en El País de Andalucía, cuando lo dirigía mi querida Soledad Gallego, a quien tuve la alegría grande de encontrar en Buenos Aires la semana pasada. Escribía denunciando el folklorismo obligatorio, el narcisismo de la identidad, el abandono de la enseñanza pública, el disparate de un televisión pagada con el dinero de todos en la que aparecían con frecuencia adivinos y brujas, la manía de los grandes gestos, las inauguraciones, las conmemoraciones, el despilfarro en lo superfluo y la mezquindad en lo necesario. Recuerdo un artículo en el que ironizaba sobre un curso de espíritu rociero para maestros que organizó ese año la Junta de Andalucía: hubo quien escribió al periódico llamándome traidor a mi tierra; hubo una carta colectiva de no sé cuantos ofendidos por mi artículo, entre ellos, por cierto, un obispo. Recuerdo un concejal que me acusaba de “criminalizar a los jóvenes” por sugerir que tal vez el fomento del alcoholismo colectivo no debiera estar entre las prioridades de una institución pública, después de una fiesta de la Cruz en Granada que duró más de una semana y que dejó media ciudad anegada en basuras.

El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer. Es algo que viene de antiguo, concretamente de la época de la Contrarreforma, cuando lo importante en la España inquisitorial consistía en mostrar que se era algo, a machamartillo, sin mezcla, sin sombra de duda; mostrar, sobre todo, que no se era: que no se era judío, o morisco, o hereje. Que esa obcecación en la pureza de sangre convertida en identidad colectiva haya sido la base de una gran parte de los discursos políticos ha sido para mí una de las grandes sorpresas de la democracia en España. Ser andaluz, ser vasco, ser canario, ser de donde sea, ser lo que sea, de nacimiento, para siempre, sin fisuras: ser de izquierdas, ser de derechas, ser católico, ser del Madrid, ser gay, ser de la cofradía de la Macarena, ser machote, ser joven. La omipresencia del ser cortocircuita de antemano cualquier debate: me critiacan no porque soy corrupto, sino porque soy valenciano; si dices algo en contra de mí no es porque tengas argumentos, sino porque eres de izquierdas, o porque eres de derechas, o porque eres de fuera; quien denuncia el maltrato de un animal en una fiesta bárbara está ofendiendo a los extremeños, o a los de Zamora,o de donde sea; si te parece mal que el gobierno de Galicia gaste no sé cuántos miles de millones de euros en un edificio faraónico es que eres un rojo; si te escandalizas de que España gaste más de 20 millones de euros en la célebre cúpula de Barceló en Ginebra es que eres de derechas, o que estás en contra del arte moderno; si te alarman los informes reiterados sobre el fracaso escolar en España es que tiene nostalgia de la educación franquista.

He visto a alcaldes y a autoridades autonómicas españolas de todos los colores tirar cantidades inmensas de dinero público viniendo a Nueva York en presuntos viajes promocionales que solo tienen eco en los informativos de sus comarcas, municipios o comunidades respectivas, ya que en el séquito suelen o solían venir periodistas, jefes de prensa, hasta sindicalistas. Los he visto alquilar uno de los salones más caros del Waldorf Astoria para “presentar” un premio de poesía. Presentar no se sabe a quién, porque entre el público solo estaban ellos, sus familiares más próximos y unos cuantos españoles de los que viven aquí. Cuando era director del Cervantes el jefe de protocolo de un jerarca autonómico me llamó para exigirme que saliera a recibir a su señoría a la puerta del edificio cuando él llegara en el coche oficial. Preferí esperarlo en el patio, que se estaba más fresco. Entró rodeado por un séquito que atascaba los pasillos del centro y cuando yo empezaba a explicarle algo tuvo a bien ponerse a hablar por el móvil y dejarnos a todos, al séquito y a mí, esperando durante varios minutos. “Era Plácido”, dijo, “que viene a sumarse a nuestro proyecto”. El proyecto en cuestión calculo que tardará un siglo en terminar de pagarse.Lo que yo me preguntaba, y lo que preguntaba cada vez que veía a un economista, era cómo un país de mediana importancia podía permitirse tantos lujos. Y me preguntaba y me pregunto por qué la ciudadanía ha aceptado con tanta indiferencia tantos abusos, durante tanto tiempo. Por eso creo que el despertar forzoso al que parece que al fin estamos llegando ha de tener una parte de rebeldía práctica y otra de autocrítica. Rebeldía práctica para ponernos de acuerdo en hacer juntos un cierto número de cosas y no solo para enfatizar lo que ya somos, o lo que nos han dicho o imaginamos que somos: que haya listas abiertas y limitación de mandatos, que la administración sea austera, profesional y transparente, que se prescinda de lo superfluo para salvar lo imprescindible en los tiempos que vienen, que se debata con claridad el modelo educativo y el modelo productivo que nuestro país necesita para ser viable y para ser justo, que las mejoras graduales y en profundidad surgidas del consenso democrático estén siempre por encima de los gestos enfáticos, de los centenarios y los monumentos firmados por vedettes internacionales de la arquitectura.

Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931.

Lo más raro es que el espejismo haya durado tanto.