Teología mística
L’Orthodoxie
hier-demain . Deuxième partie: La Pensée
Marc-Antoine Costa de
Beauregard
E. Buchet/Chastel.
Paris 1979
c) Teología "mística"
El apofatismo funda el carácter "místico" de la
teología patrística. "En cierto sentido, escribe Wladimir Lossky, toda teología
es mística, en tanto que manifiesta el misterio divino, los datos de la
Revelación". "La esencia del pensamiento ortodoxo es, como hemos
visto, no separar la teología de la experiencia espiritual. "Ninguno de
los misterios de la sabiduría de Dios más secreto no debe parecernos ajeno o
totalmente trascendente, sino con toda humildad ebemos adaptar nuestro espíritu
a la contemplación de las cosas divinas" (Filareto de Moscú). Esta
adaptación es hecha por la acción del Espíritu Santo en nosotros: procediendo
personalmente del Padre, Él nos adapta a la plenitud de la Vida y la Verdad que
es Cristo.
Esta "adaptación" lleva a la unión con Dios. El
Espíritu nos adapta al Verbo que es la Verdad revelada. Pero la Verbo nos ha conducido
al Padre. Es Él mismo el camino que conduce al Padre. "La teología
cristiana, sigue escribiendo Lossky, "es siempre, en último término, un
medio, un conjunto de conocimientos que debe servir aun fin que sobrepasa todo conocimiento. Este
último fin último es unión con Dios o deificación. »
La teología tiene así su punto de partida en un impulso del
Espíritu Santo: "No hay impulso sin el Espíritu", dice Juan Damasceno. La teología también tiene sus
límites en el descubrimiento de la paternidad divina de quien proceden siempre todo
don perfecto y todo bien.
Este conocimiento es por lo tanto unión, una participación
en el amor trinitario, una experiencia de los esponsales de Dios y de la
humanidad. Esta es la razón por la que los escritos areopagíticos emplean a
este respecto el término "eros": "El conocimiento de Dios no es
una simple enseñanza, sino fundamentalmente una "pasión" (Christos Yannaras).
"No es necesario pues que el nombre de deseo amoroso nos de miedo 60".
El deseo de unión en el conocimiento teológico es la
respuesta al amor divino que es el primero: "En Dios el deseo de amor es extático.
No deja a los amantes a ellos mismos, sino a lo que ellos aman. Así es como el
gran Pablo, poseído por el amor divino y participando de su poder extático,
dijo con una boca inspirada : "Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien
vive en mi. "El deseo de amor verdaderamente lo hizo, como él dijo, salir
de él y penetrar en Dios. Ya no vive de su propia vida, sino la Vida de Aquel a
quien ama, profundamente amado.61"
La comunión estática se realiza a través de la deificación
de la persona humana, respondiendo así a la humanización extática de la la
Persona divina de Cristo: "La deificación es asemejarse a Dios y unirnos a Él tanto como sea
posible...., contemplar y comprender la Santa Verdad, participar en Dios, tanto
como sea posible, en la simplicidad de la perfección, a Aquel que es unidad
misma 62".
Por lo tanto, el conocimiento apofático no es sólo un método
teológico, el método negativo: él "se identifica finalmente a la
deificación de la persona humana" (Ch. Yannaras). Es preciso releer acerca
de este tema los escritos areοpagíticos, así como los comentarios que ha hecho San
Máximo. Guiados e impulsados por el Espíritu Santo, el espíritu del hombre,
unido a su corazón apasionado del Cristo, va más allá de las negaciones
sucesivas: afirmar sucesivamente lo que Dios no es, la persona humana refuerza
su convicción interior e indecible, no de la naturaleza, sino de la identidad
del ser amado. Es como un amante o una amante a quien se propone sucesivamente
definiciones y explicaciones de amor y que rechaza todas : ¡no es eso!. Pero su
corazón sabe que ama, que es amado y que es el amor.
Notas
59 Vladimir Lossky Teología
mística de la Iglesia de Oriente
60 Christos Yannaras De la
absence et l’inconaissance de Dieu Paris 1971 p. 115 . Dionision Areopagita
Los Nombres Divinos P.G. 3, 709 b
61 El dogma y la Verdad no se identifican. Si Cristo es dogma por
excelencia, no es porque Él ha dicho: “Yo soy la Verdad” sino porque el ha
dicho “Yo soy la Vía”. Así el staretz Silvano de Athos llama el dogma “vía de
salvación” cf. Silouane de l’Athos, vie
et écrits, por el padre Sophrony (Paris 1974)
62 Dionisio Areopagita Jerarquía
eclesiástica IV P.G. 3, 480 c
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