viernes, 28 de junio de 2019

Escatología. (Jean Meyendorff)



Escatología.

Introduction a l’etude de Grégoire Palamas. Deuxième Partie IV
Jean Meyendorff
Patrística Sorbonensia Ed. Seuil 1959

Este significado escatológico constituye una de las claves para ver el vínculo interno entre los diversos aspectos del pensamiento palamita. Uno puede preguntarse, por ejemplo, por qué los espirituales, que afirmaban contemplar a Dios en el interior de ellos mismos, lo vieron de forma luminosa y por qué asimilaron esta luz con una teofanía particular, la del Monte Tabor. A esta pregunta, el doctor hesicasta nos da una respuesta precisa: en el Tabor, como en el        corazón de los santos, aparece una realidad idéntica, el Reino de  Dios, y esta es la única riqueza a la que aspiran los cristianos. La interpretación escatológica del milagro de la Transfiguración es, de hecho, tradicional en la literatura patrística 41 y es correcto desde un punto de vista puramente bíblico. En cuanto a la

41. Ver en particular el Pseudo-Dionisio Nombres Divinos, I, 4, PG, III, col. 592 C; texto citado a menudo por Palamas (Tr., II, 3, §§ 20, 50, etc.).

Visón luminosa de la que se benefician los santos, nos será suficiente citar al azar algunos textos de Palamas para ver también que no es una realidad diferente de las "primicias de la resurrección" que todos los cristianos reciben en su bautismo.

"Este conocimiento supraracional, escribe, por ejemplo en la segunda Tríada, es común a todos aquellos que han creído en  Cristo"; y, después de vincular este conocimiento sobrenatural a la gracia santificadora de Cristo glorioso, continúa: "Es en la gloria del Padre que Cristo vendrá y.... que los justos resplandecerán como el sol (Mateo, XIII, 43); ellos serán luz y verá la luz, espectáculo agradable y sagrado, que pertenece solamente al corazón purificado; esta luz hoy en día resplandece  en parte, como una promesa (αρραβών) para aquellos que, por impasibilidad, han superado todo lo que es maldito y, por la oración pura e inmaterial, todo lo que es puro; pero en ese día, deificará de una manera manifiesta a los hijos de la resurrección (Lucas, XX, 36), que gozarán de la eternidad y de la gloria; en comunión con Aquel que dio a nuestra naturaleza una gloria y un resplandor divinos 42." "¿No es evidente, escribe él por otra parte, que no hay más que una y la misma luz divina: la que los apóstoles vieron en el Tabor, la que las almas purificadas contemplar desde ahora y la que es la realidad misma de los bienes eternos por venir? Por eso es por lo que Basilio el Grande  dijo por su parte que la luz que brota del Tabor, durante la La Transfiguración del Señor, era el preludio de la gloria Cristo en su segunda venida 43."
Los textos de Palama sobre la naturaleza escatológica de la luz son innumerables 44. No dejan ninguna duda sobre el verdadero pensamiento del doctor hesicasta y sobre su concepción escatológica de la espiritualidad. Y se comprende aún mejor la importancia de su discusión con Barlaam y sus émulos: para Palamas, era una cuestión de si el Reino de Dios ya estaba presente en la Iglesia, si la Nueva Alianza era verdaderamente distinta de la  Antigua, si el período actual de la historia de la salvación, inaugurada por la resurrección de Cristo, era en realidad el Reino de Cristo, un Reino escondido bajo los velos sacramentales, pero verdadera y plenamente real para los creyentes. Para utilizar el vocabulario teológico moderno, el doctor

42. Tr., II, 3, § 66.
43. Tr., I, 3, § 43; la cita de San Basilio se toma de su Comentario
Sobre el  Salmo XLIV, PG, XXIX, col. 400 CD.
44. Véase, en particular, Tr., I, 3, §§ 10, 18, 25, 26, 28, 33, 35, 37-39; II, 3, §§
23-24, 31, 38-39, 41, 54, 78; III, 1, §§ 11, 22; III, 2, § 1; contra Barlaam y
Akindynos, Cois'. 99, fol. 34 ν; Dialogue, ibíd., fol. 39 y.; Contra  Gregoras, I,
Coisl. 100, fol. 238, etc. Ver BASILE KHIVOCHEINE, Asketiéeskne i bogoslovskoe
ucenie, en el Seminarium Kondakovianum VIII 1936 p.141

hesicasta era el defensor de una escatología contra los intentos hechos por el pensamiento nominalista para revertir la realidad misma de la Encarnación solo en el futuro y negar su eficacia en el presente. La insistencia de Palamas en la importancia de la vida sacramental, su realismo eucarístico, su doctrina de gracia santificante que toca al hombre entero, toda su alma y cuerpo, y así anticipa la Resurrección corporal del último día, son sólo aspectos diferentes de una concepción realista y bíblica del cristianismo. En muchos puntos, la cuestión de la controversia que le oponía a sus oponentes eran básicamente los mismos que los que, desde el Siglo XVI, se opone en el Oeste a los Reformadores  y a los contra-Reformadores. La diferencia esencial es que en Oriente los defensores del sacramentalismo realista ignoraron las categorías filosóficas, heredado de Escolástica, y no oponían a los nominalistas más que las fórmulas bíblicas y patrísticas tradicionales.
Es manteniendo la identidad esencial entre la experiencia de los espirituales hesicastas y la realidad escatológica que Palamas se opone al simbolismo de sus oponentes. Para él no hay ninguna duda de que una concepción nominalista de las realidades presente es equivalente a una actitud igualmente nominalista hacia las realidades futuras, porque la vida y la experiencia eclesial y la experiencia cristiana consiste en una anticipación velada, pero real desde aquí abajo del Reino de Dios. El anti-simbolismo de Palamas está así fundamentalmente ligado a su teología de la historia.


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