Dolor
Julius Evola
"La Doctrina del Despertar", Primera parte, capítulo 5 La llama y
la conciencia samsárica
Biblioteca Evoliana.-
Ya aquí es preciso separar el meollo de la enseñanza
budista, de sus elementos accesorios y de sus formulaciones populares; no sólo
eso, sino que hay que lidiar con una terminología cuyo equivalente preciso es
difícil trasladar a las lenguas occidentales, además de que incluso en un mismo
texto las expresiones a menudo cambian de significado. Si los términos de las
lenguas occidentales modernas son rígidamente unívocos, por estar basados
máximamente en abstracciones verbales y conceptuales, en igual medida los
términos de las lenguas orientales son plásticos, porque se adecuan a la
riqueza de un contenido vivido.
El término dukkha se suele traducir por "dolor",
de donde el concepto estereotipado de que la esencia de la enseñanza budista
es, simplemente, que el mundo es dolor. Mas éste es el aspecto más popular,
exotérico, casi diría profano, de la doctrina budista. Cierto, no se puede
objetar que dukkha en los textos se aplica a cosas que, como envejecer,
enfermarse, morir, sufrir lo que no se desea y no tener lo que se desea, etc.,
pueden en general ser motivo de dolor, de sufrimiento. Pero, por ejemplo, ya la
idea de que el nacimiento en sí sea dukkha debería dar que pensar, y aún más el
que el mismo término sea aplicado a estados de conciencia no humanos, "celestes"
o "divinos", de los que no se puede decir que estén sujetos al
"dolor" en el sentido común del término.
El significado más profundo, doctrinal y no popular del
vocablo dukkha, más que "sufrimiento" es estado de agitación, de
inquietud, de "conmoción" .[14] Vale pues decir que es la
contrapartida vivida de lo que se expresa en la misma teoría de la universal
impermanencia y no sustancialidad, del annicca y del anatta. Por esto, en los
textos, dukkha, anicca y anatta si no aparecen de plano como sinónimos,[15] se
encuentran unidos por una íntima relación. Esta interpretación se confirma si
consideramos dukkha a la luz de su opuesto, vale decir, de los estados de
"liberación": dukkha se nos aparece entonces como la antítesis de una
calma impasibilidad, de una superioridad no sólo ante el dolor sino ante la
alegría; como lo opuesto de la "incomparable seguridad" del estado en
el que no hay ya "inquieto girar", no hay ya "ir y venir",
y el miedo y la angustia han sido destruidos. Para entender de veras el
contenido de la primera verdad de los ariya, dukkha, más aún, para aprehender
la sustancia más profunda de la existencia samsárica, hay que asociar a la
noción de "conmoción" y de "agitación", la de
"angustia". "Una raza que tiembla", vio Buda en el mundo:
hombres que temblaban, apegados a su persona, "semejantes a peces de una
corriente casi seca"[16] "Este mundo ha caído en la agitación":
tal es el pensamiento que le vino cuando aún se esforzaba por conseguir la
iluminación.[17]
"De verdad, este mundo ha sido vencido por la
agitación. Se nace, se muere, se decae de un estado y se pasa a otro. Y de esta
pena, de este decaer y morir, nadie conoce un respiro".[18] Se trata pues
de algo bastante más vasto y profundo que cuanto se pueda expresar con un término
como dolor.
[14] Véase Stcherbatsky, T., The Central conception ... ,
op. cit., p. 48.
[15] Jansink, B .. Mistik des Buddhismus, op. cit., p. 95.
[16] Atthakavagga, 11,5-6.
[17] Samyutta ... XII, 10.
[18] Digha ... , XIV, 11, 18.
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