Felicidad
Julius Evola
"La Doctrina del Despertar", Segunda parte, capítulo 4
La presencia sidérea. Las heridas se cierran
De igual
manera, en el budismo se habla de una felicidad que se antoja "fangosa y
putrefacta" frente a la ligada al desprendimiento, a la calma, a la
iluminaciόn.50 Además se consideran secuencias como ésta: "En el asceta
surge la alegría; esta alegría lo hace feliz; el cuerpo feliz se calma; calmado
el cuerpo, surge la serenidad; en esta serenidad el ánimo se detiene, se
recoge"; esto como camino hacia los cuatro jhana.51 Otra secuencia
presenta el aspecto de una serie concatenada que se desarrolla en sentido
ascendente, después de la descendente que, a través de los doce nidana, ha conducido hasta la existencia
samsárica (véase primera parte, cap. 6). El punto de partida de esta nueva
serie es, en efecto, el estado de sufrimiento, de agitación, de contingencia,
que corresponde al último nidana del
camino descendente. Más allá de éste surge el estado de la confianza; éste
conduce a la alegría purificada (pamujja);
sigue la serenidad, que da lugar a la beatitud, que pasa a la ecuanimidad. El
término usado aquí literalmente significa desvanecerse, cesar de estar en un
lugar: se trata de un estado de equilibrio liberado, por lo que pamujja a veces figura como antecedente
de la extincίόn.52 En este texto, la realización suprema lleva tras sí una
serie concatenada en la que tienen una parte
precisa estados especiales de una felicidad liberada, análoga a la que
Platόn considero oponiéndola a toda forma mixta y condicionada de alegría o de
placer. Citemos aún un texto que se refiere al estado en que aproximadamente nos encontramos en este punto de nuestra exposición:
"Tal recogimiento, que no conoce ni aumento ni disminución, que no se basa
en una subyugación violenta, que por su carácter
50 Anguttara..., Viii, 86;
véase 1, 51, donde se consideran y contraponen dos especies de felicidad, una
ligada a la vida en el mundo, a la mania, al goce; la otra, ligada a la ascesis
o a estados supramundanos de desprendimiento y de libertad de la mania; y se
dice que la segunda es la felicidad más alta: "La extinción —se dice
(Majihima..., LXXV, 11, 323)— es la maxima alegría". Ya con referencia al
estado del primer jhana (véase segunda parte, cap.5) se dice que una sensación
de voluptuosidad que surgiera en el asceta, la sentirla como una herida
(abadha), como un sufrimiento, como lo es el dolor que perturba al hombre
sano" (Anguttara..., IV, 414). Es por poseer un goce superior que no se
envidia a quienes gozan encendidos por el deseo (Majjhima..., LXXV). Es por
haber descubierto, allende este goce, otra felicidad -la "felicidad
heroica"— como algo mejor, que se abandonan afán y aversión (Majihima...,
XiV, i, 135). La felicidad, en muchas secuencias budistas, llega precisamente
después de la "fuerza".
51 Digha...,11, 75.
52 Samyutta.... XII, 23.
desprendido es constante,
por su constancia está lleno de beatitud, por
su beatitud no se puede
eliminar. Tal recogimiento tiene por resultado
el supremo saber".53
Valga esto para alejar la
idea de que el camino del despertar es árido
y desolado, que a lo largo
del mismo fenece toda alegría y que en dicho
camino se consideran
únicamente renuncias y destrucciones. Que aquellos
para los que, como extrema
instancia, vale el mundo afectivo
samsáricamente
condicionado puedan suponer algo por este estilo es
natural, pero dice bien
poco. En un texto se lee: sólo un Despertado
puede comprender al
Despertado. Hay un símil bastante expresivo: dos
compañeros salen juntos de
una ciudad y llegan a una roca que uno
escala y le dice al otro:
"Desde aquí veo una maravilla de jardines, de
selvas, de campos, de
lagos", pero el otro le rebate: "Es imposible, es
inadmisible, amigo, que tú
desde ahí arriba puedas ver todo esto'. Entonces
el compañero que ha subido
a la roca, baja, toma del brazo a su
compañero, lo hace subir
con él y luego de hacer que repose un poco,
le pregunta: "¿Qué
ves tú, amigo, estando sobre la roca?" El otro le responde:
"Yo veo una maravilla
de jardines, de selvas, de campos, de
lagos". "¿Y tu
opinión anterior?" "Mientras me lo impedía esta gran
roca no podía discernir lo
visible". Se concluye: lo que es cognoscible,
discernible, asequible,
realizable con desprendimiento no es posible
que lo conozca o discierna
o consiga o realice quien vive entre los deseos
y encendido por los
deseos.54 Aparte el principio "sidéreo', también
el budismo conoce una
felicidad que es contento, fiesta, júbilo,
entusiasmo, exultación,
transportación del ánimo; felicidad que, entre
otras cosas, es
considerada como "un factor del gran despertar" (
pitisambojjhango).55
53 "Anguttara..., IX, 37.
54 Majjhima...,
CXXV (III, 212-13).
55 Dhama -sangani, 285. Muy oportunamente contra quienes
creen que el camino
dista es desolación y aridez, L. de la
Vallée-Poussin (Nirvana, Paris, 1925, p. 62) escribe "
Reconozcamos más bien que la India es difícil
en cuanto a ser y a felicidad, pues al colocar
el ser más allá de la existencia, sitúa
la felicidad más allá de la sensación".
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