martes, 18 de junio de 2019

Felicidad (Julius Evola)


Felicidad

Julius Evola
"La Doctrina del Despertar", Segunda parte, capítulo 4 La presencia sidérea. Las heridas se cierran

De igual manera, en el budismo se habla de una felicidad que se antoja "fangosa y putrefacta" frente a la ligada al desprendimiento, a la calma, a la iluminaciόn.50 Además se consideran secuencias como ésta: "En el asceta surge la alegría; esta alegría lo hace feliz; el cuerpo feliz se calma; calmado el cuerpo, surge la serenidad; en esta serenidad el ánimo se detiene, se recoge"; esto como camino hacia los cuatro jhana.51 Otra secuencia presenta el aspecto de una serie concatenada que se desarrolla en sentido ascendente, después de la descendente que, a través de los doce nidana, ha conducido hasta la existencia samsárica (véase primera parte, cap. 6). El punto de partida de esta nueva serie es, en efecto, el estado de sufrimiento, de agitación, de contingencia, que corresponde al último nidana del camino descendente. Más allá de éste surge el estado de la confianza; éste conduce a la alegría purificada (pamujja); sigue la serenidad, que da lugar a la beatitud, que pasa a la ecuanimidad. El término usado aquí literalmente significa desvanecerse, cesar de estar en un lugar: se trata de un estado de equilibrio liberado, por lo que pamujja a veces figura como antecedente de la extincίόn.52 En este texto, la realización suprema lleva tras sí una serie concatenada en la que tienen una parte  precisa estados especiales de una felicidad liberada, análoga a la que Platόn considero oponiéndola a toda forma mixta y condicionada de alegría o de placer. Citemos aún un texto que se refiere al estado en que aproximadamente  nos encontramos en este punto de nuestra exposición: "Tal recogimiento, que no conoce ni aumento ni disminución, que no se basa en una subyugación violenta, que por su carácter

50 Anguttara..., Viii, 86; véase 1, 51, donde se consideran y contraponen dos especies de felicidad, una ligada a la vida en el mundo, a la mania, al goce; la otra, ligada a la ascesis o a estados supramundanos de desprendimiento y de libertad de la mania; y se dice que la segunda es la felicidad más alta: "La extinción —se dice (Majihima..., LXXV, 11, 323)— es la maxima alegría". Ya con referencia al estado del primer jhana (véase segunda parte, cap.5) se dice que una sensación de voluptuosidad que surgiera en el asceta, la sentirla como una herida (abadha), como un sufrimiento, como lo es el dolor que perturba al hombre sano" (Anguttara..., IV, 414). Es por poseer un goce superior que no se envidia a quienes gozan encendidos por el deseo (Majjhima..., LXXV). Es por haber descubierto, allende este goce, otra felicidad -la "felicidad heroica"— como algo mejor, que se abandonan afán y aversión (Majihima..., XiV, i, 135). La felicidad, en muchas secuencias budistas, llega precisamente después de la "fuerza".
51 Digha...,11, 75.
52 Samyutta.... XII, 23.

desprendido es constante, por su constancia está lleno de beatitud, por
su beatitud no se puede eliminar. Tal recogimiento tiene por resultado
el supremo saber".53

Valga esto para alejar la idea de que el camino del despertar es árido
y desolado, que a lo largo del mismo fenece toda alegría y que en dicho
camino se consideran únicamente renuncias y destrucciones. Que aquellos
para los que, como extrema instancia, vale el mundo afectivo
samsáricamente condicionado puedan suponer algo por este estilo es
natural, pero dice bien poco. En un texto se lee: sólo un Despertado
puede comprender al Despertado. Hay un símil bastante expresivo: dos
compañeros salen juntos de una ciudad y llegan a una roca que uno
escala y le dice al otro: "Desde aquí veo una maravilla de jardines, de
selvas, de campos, de lagos", pero el otro le rebate: "Es imposible, es
inadmisible, amigo, que tú desde ahí arriba puedas ver todo esto'. Entonces
el compañero que ha subido a la roca, baja, toma del brazo a su
compañero, lo hace subir con él y luego de hacer que repose un poco,
le pregunta: "¿Qué ves tú, amigo, estando sobre la roca?" El otro le responde:
"Yo veo una maravilla de jardines, de selvas, de campos, de
lagos". "¿Y tu opinión anterior?" "Mientras me lo impedía esta gran
roca no podía discernir lo visible". Se concluye: lo que es cognoscible,
discernible, asequible, realizable con desprendimiento no es posible
que lo conozca o discierna o consiga o realice quien vive entre los deseos
y encendido por los deseos.54 Aparte el principio "sidéreo', también
el budismo conoce una felicidad que es contento, fiesta, júbilo,
entusiasmo, exultación, transportación del ánimo; felicidad que, entre
otras cosas, es considerada como "un factor del gran despertar" (
pitisambojjhango).55

53 "Anguttara..., IX, 37.
54 Majjhima..., CXXV (III, 212-13).
55 Dhama -sangani, 285. Muy oportunamente contra quienes creen que el camino
dista es desolación y aridez, L. de la Vallée-Poussin (Nirvana, Paris, 1925, p. 62) escribe "
Reconozcamos más bien que la India es difícil en cuanto a ser y a felicidad, pues al colocar
el ser más allá de la existencia, sitúa la felicidad más allá de la sensación".

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