La Trascendencia
Absoluta y la Revelación
L’Orthodoxie
hier-demain . Deuxième partie: La Pensée
Marc-Antoine Costa de
Beauregard
E. Buchet/Chastel.
Paris 1979
Los hombres no pueden conocer la esencia de Dios. No es una cuestión de conocimiento. Dios "no
es ni inteligible ni sensible ni absolutamente nada de lo que son los
seres," "Su naturaleza es incognoscible” 65. A la esencia divina
corresponde, como lo enseñan los escritos areopagíticos, la "agnosia"
del hombre, el desconocimiento absoluto de lo Incognoscible. "Más allá Incluso
de lo incognoscible hasta la cima más
alta de las Escrituras místicas, allí donde los misterios simples, absolutos e incorruptibles
de la teología se revelan en la Tiniebla más que luminosa del Silencio "
66 es " el Santo de los Santos que permanece oculto incluso a los
Serafines" 67, donde sólo penetra y de una vez por todas Cristo, único sacerdote
para todos los bautizados y para todos los pueblos (Heb. IX/24-28).
Este "lugar" no puede ser descrito. "La naturaleza
primera y muy pura no es conocida sólo por ella misma, es decir, por la Santa Trinidad"
68. "Pero si lo Totalmente Otro, lo Trascendente no puede ser captado por
la criatura, Él condesciende, por otra parte, a nombrarse y ser nombrado por los hombres. Lo increado
revela Su Nombre a lo creado: entre los Nombres divinos, el "más
sublime" es el de la Trinidad. « Dios no es nada de lo que es conocido"
69, “Dios no es nada" 70 "Dios está más allá de todos los nombre."
Por lo tanto, es necesario que Dios descienda al hombre y se dé a conocer a sí
mismo.
Dios no reveló Su esencia sino Su vida personal, Su vida "hipostática".
Dios dice a Moisés, “ Yo soy el ser", sino "¡Yo soy! "Es, como
hemos visto anteriormente, la limitación personal. Pero la revelación de la
Persona que culmina en la Encarnación del Verbo Divino introduce al hombre en
la intimidad divina. Esta intimidad no es una esencia, sino una vida, un modo
de ser, un "tropos tou biou", un "ethos" divino: “La
comunión de las tres Personas en el espacio de la Naturaleza una, común e
indivisible define el ethos de Dios, que
se identifica con el modo de existencia de Dios, con el ser de Dios....El ethos
de Dios es Su ser.... La comunión kenótica y la interpenetración de las
Personas divinas en el espacio de la Naturaleza común, es decir, el modo según
el cual es la divinidad, revela el ethos de la vida divina" 71 y este "ser
"es el Amor (I Jn 4).
El dogma trinitario es la cima de la Revelación ya que es la
revelación de la vida misma de Dios, la vida de la que somos, en Jesucristo,
los herederos: "Serán herederos de la Luz perfecta y de la contemplación
de la muy santa y soberana Trinidad.... aquellos que se unan totalmente con el
Espíritu total; y así esto será, como yo creo, el reino celestial. » 72
El ethos de Dios es la manera permanente en la que Dios es,
su disposición eterna y ontológica al don de sí, al sacrificio de si en la
relación personal, o en la intimidad tri-hipostática (plano de la teología), o
en la relación con lo creado (plan de la "economía"). El ethos de
Dios también revela el su " morada": "La divina Tiniebla es la
luz inaccesible donde Dios habita" (I Tim 11/16). Pero Aquel que habita desde
toda la eternidad la "Luz inaccesible" de su propia naturaleza ha venido
para vivir entre nosotros. Además, habitando entre nosotros, Él nos ha dado a
través de Su Resurrección, para permanecer con Él, en la Luz: "El que ama vive
en la Luz" (I Jn 2,10); y de nuevo: "Tenemos en el cielo una morada
eterna" (2 Co 5:1). Y no sólo habitó entre nosotros, sino que habitó en nosotros,
y habitando en nosotros nos dio por la Resurrección y l el Pentecostés para
habitar en Él: "El Verbo habitando en nosotros y nosotros en él, nos
convertimos en el templo del Señor," canta la Liturgia en el tiempo de
Pascua.
Dios se revela como "Amor" (I Jn 4,8). Esto quiere
decir significa que Él se revela como Persona – abnegación mutua y pertenencia
mutua de las Personas Divinas, abnegación y pertenencia mutua de lo humano y lo
divino en la persona de Cristo. Las personas o "hipóstasis" divinas
no son "partes" de Dios. La persona" expresa el modo de existir
de la naturaleza total, la unicidad y la disimilitud de la existencialidad de
la naturaleza que se revela solamente dentro de los límites de una relación y de
una comunión » 73. El ethos de Dios, el modo de existencia de la divinidad,
revela Su naturaleza total, una e indivisible. Ella revela la unidad de la
naturaleza divina en la Persona. Ella revela también la absoluta unicidad del
Dios personal. La existencia personal de Dios tampoco es la el resultado de una
fragmentación. Es por eso que la Tradición de la Iglesia no puede ser asimilada
a un simple monoteísmo, no es tampoco uno triteismo. Es la antinomia de la
Tri-unidad.
65 Nombres divinos IV P.G.
3, 712 a
66 Dionisio Areopagita Teología
mística P.G. 3,997
67 San Gregorio Nacianceno
Orat XXXVIII In Teophaniam
68 San Gregorio Nacianceno
Orat XXVII 3 P.G. 36 col 29 ab
69 San Máximo el Confesor P.G.
4,189 a
70 Ibid 204 a
71 Christos Yannaras La
morale de la liberté, en La ley de la liberté, Tours 1972
72 San Gregorio Nacianceno
P.G. 4, 189 a
73 Christos Yannaras La
morale de la liberté
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