Opinion
sobre el cristianismo de 1500
Jacques Le Goff
Histoire des Religions 2 . Encyclopédie de la Pléiade.
Antes
de abandonar el cristianismo medieval, creemos oportuno considerarlo en
relación a lo que le sigue: el Humanismo y la Reforma.
No
deja de ser interesante señalar cómo la Iglesia del siglo xiv y especialmente
el papado se comprometen desde el principio con el
Renacimiento. La restauración de la antigua Roma, la fundación de la Biblioteca
Vaticana, los frescos de la capilla Sixtina, muestran cómo los papas no se
quedan atrás. Dos de ellos son además gran des hombres de letras: Nicolás V (1447-1455) y Pio I (1458-1464).
También
se puede pensar que la Reforma era inevitable al observar, por ejemplo, que la
vida religiosa estaba deteriorada en el seno del catolicismo a juzgar por cómo
estaba en Flandes (Jacques Toussaert), y que surgió la Reforma fue porque para
algunos era indispensable, aunque, por otro lado, el fervor suscitado por el jubileo romano de 1500
bajo un Papa como Alejandro VI Borgia, de tan malas costumbres y reputación, nos lleva
a no sacar conclusiones apresuradas. Lo mismo ocurre sí nos fijamos en la Spät-Schοlastik,
de la que nos dicen que está esclerotizada y muerta a finales del siglo xxv y
que tanto repugnaba a Erasmo. Sin embargo, los historiadores polacos de la
filosofía aseguran que en el siglo xv continuaba viva y enriquecedora en
Cracovia.
Se puede pensar con Erikson que el Renacimiento fue, en
contraposición al yugo comunitario de la Edad Media, «la revolución por
excelencia del yo», o con Tawney y Max Weber que el catolicismo debía dejar su plaza
al protestantismo en los sitios en que su ética económica era un obstáculo para
el desarrollo del capitalismo, o también, como Lucien Febvre, negarse a considerar
estos «grandes conceptos, verdaderos y falsos a la vez: la Edad Media y el
Renacimiento». Efectivamente,un ejemplo de la enorme dificultad en el terreno
de lo religioso para poner etiquetas es el de Luis XI, ese rey “moderno” con
una piedad completamente supersticiosa y tradicional: medallas, ermitas y
reliquias.
Pensemos mejor en dos fenómenos de fondo.
El primero es la realidad cada vez mayor del hecho nacional,
Francia es casi galicana e Inglaterra es ya anglicana en su totalidad. La
conveniencia de los príncipes inclinará con frecuencia la balanza. Cujus regio eius religio.
Un gran giro en la historia de Occidente lo constituye la
aparición de una segunda religión oficial. Aunque tan sólo sea una variante de
la misma religión, supone el fin del monopolio católico. Sin embargo, aparte de
la elección entre el catolicismo y protestantismo (o de la obligación de
abrazar una de las dos, puesto que, decididamente, aún no existe la libertad de
pensamiento), ¿ no es algo más que la impotencia del catolicismo para evitar la
Reforma lο que sorprende en este despertar del siglo xIv? ¿Νο es la irrupción
de todo un folklore religioso , de todo un viejo fondo de creencias tradicionales,
el mismo que organiza aquí y allá la procesión de carnaval frente a la de
cuaresma? En lugar de preguntarnos por qué el catolicismo medieval no se ha
reformado, ¿no convendría en todo caso preguntarnos por qué el cristianismo
medieval no ha cristianizado a Occidente o lo ha hecho tan mal? La cristiandad
hacia 1500 es, casi, un país de misión.
Jacques Le Goff
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