lunes, 30 de septiembre de 2013

Del infierno (Paul Evdokimov)


DEL INFIERNO  por  PAUL EVDOKÍMOV

 

Paul Evdokimov - (1901-1970)

Nació el 2 de agosto de 1901 en Petrograd, en una familia de la aristocracia. Llegó a Paris en 1923 y fue alumno del Instituto San Sergio. Casado en 1927 con una francesa de madre rusa, viudo en 1945, se casa de nuevo en 1954 con una joven japonesa. Hospitalario artista organizó jornadas teológicas para jóvenes griegos. Entre muchas obras, escribió La Mujer y la Salvación del mundo (1958), Gogol y Dostoievsky o el Descenso a los Infiernos (1961), El Sacramento del Amor (1962), El Arte del Icono, Teología de la Belleza (1970. Murió el 16 de septiembre de 1970.

 

La concepción corriente de los sufrimientos eternos es sólo una opinión escolar, una teología simplista de tipo “penitencial”, que descuida la profundidad de textos como los de Juan 3,17 y El Concilio Ecuménico (Constantinopla II -año 553-)  no examinó el problema de la duración de los sufrimientos infernales. El Emperador Justiniano (que, en este caso, se parece a Jonás decepcionado porque el castigo no tocó a los culpables), presentó al Patriarca su doctrina personal. A partir de ella, el Patriarca elaboró las tesis contra Orígenes, que negaba los sufrimientos eternos. El Papa Vigilio las confirmó y por error se las atribuyó al Concilio Ecuménico. Pero esta doctrina es sólo una opinión personal, y la de San Gregorio de Nisa que le es opuesta no fue jamás condenada. El problema queda abierto, quizás suspendido de la caridad humana. San Gregorio de Nisa habla incluso de la redención del diablo y San Gregorio Nacianceno, el Teólogo, habla de la APOCATÁSTASIS (el retorno final y eterno de todo al Reino). San Antonio decía que la apocatástasis no era una doctrina, sino la Juan 12,47*.  Lo que es inadmisible es imaginar que junto al Reino Eterno, Dios, prepara un infierno eterno, es decir, un fracaso del designio divino y una victoria parcial del mal.[...]

 

            plegaria para la salvación de todos. “El que bajó a las regiones inferiores (infernales) de la tierra es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar todo” Efesios 4,9-10 [...].

 

 

* Juan 3,17: Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.

Juan 12,47: Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido a juzgar al mundo, sino para salvar al mundo

 

 

 

 

 

 

Fragmento de Paul Evdokimov, Le Buisson Ardent ("La Zarza Ardiente"), cap IX: "L´eschatologie", Lethielleux, París,  1981.

 





 

 

 

 

 

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