NUEVOS ESCOLIOS A UN TEXTO
IMPLICITO TOMO I
· Camino entre tinieblas.
Pero me guía el olor de la retama
· El reaccionario no
escribe para convencer, meramente transmite a sus futuros
cómplices el legajo de un pleito sagrado.
· Mientras el escritor
anhele seducir, su prosa titubea.
· Nunca basta disentir
para acertar; si bien hoy para errar basta consentir.
· El que no se acomoda a
evidencias contrarias se aloja finalmente entre imposturas coherentes.
· Nada obliga al que tan
sólo medita a disputar con todo tonto que arguya.
· Olvida tus
demostraciones. No escucho tu prédica sino tu voz.
· Pocas ideas merecen más
que curiosidad o irrespeto.
· La única derrota sin
remedio es la imbecilidad, aún victoriosa.
· La inteligencia avanza
tomando creciente posesión de su punto de partida.
· Aun la más discreta
verdad le parece al moderno una insufrible impertinencia.
· La síntesis que no sea
mito es estafa.
· Las tinieblas de ciertas
almas son sombra de la luz divina.
· La vigencia de una idea
no depende de su validez, depende de conjunturas casuales.
· Las
metafísicas suelen ser fábulas amenas que el filósofo expande en novelas
tediosas.
· Cada acontecimiento
modifica su idea histórica, no la ejemplifica meramente.
· Las evidencias de una
época parecen enigmas a otra época, y sus enigmas evidencias.
En ciclos sin fin.
· El ser producto de
estructuras, de conjunturas, de aventuras históricas, no limita las ideas a ser
meramente su expresión.
· La calidad de los
sistemas declina progresivamente desde la magnificencia de los propileos hasta
la vacuidad del sagrario.
· Nuestros rivales
posibles son casi siempre humillantes. Y casi siempre victoriosos.
· Las
insurrecciones titánicas contra la divinidad culminan en hebdomadarias visitas
a prostíbulos de barrio.
· La poesía acostumbra,
como todas las apariciones milagrosas, decir preferentemente trivialidades.
· Las verdades que se
apresuran a desfilar sobre el proscenio están listas a prostituirse al público.
· El que peor escribe es
el que imita al que escribe bien.
· En el taller de las
letras francesas se oye un rumor de artesanos probos.
· La moda adopta las
filosofías que esquivan cautelosamente los problemas.
· Lo que significa la
belleza de un poema no tiene relación alguna con lo que el poema significa.
· El que se refugia en la
inmanencia, para huir el vértigo nihilista, siente pronto la realidad bajo sus
pies disolverse lentamente en la nada. La trascendencia es el
fundamento de la consistencia de las cosas.
· El artista muere de sed
entre las fuentes que lega.
· Las doctrinas políticas
modernas esconden ideologías acomodaticias. La última idea política fue el
Sacro Imperio.
· Entre el polo del
desierto y el polo de la urbe se extiende la zona ecuatorial de la civilización.
· Para sanar al paciente
que lesionó en el XIX, la sociedad industrial tuvo que
embrutecerlo en el XX. La miseria espiritual
paga la prosperidad industrial.
· Que racionalismo e
iluminismo corran parejos en el siglo XVIII no debe extrañarnos:son rieles del
mismo tren.
· De la actual anemia del
arte culpemos la doctrina que aconseja a cada artista preferir la invención de
un idioma estético propio al manejo inconfundible de un idioma estético común.
· La poesía del siglo XIX
fue la herencia que la contrarrevolución sofocada legó a la literatura.
· El marxista llama
“verdad de clase” la que su clase le impide entender.
· La mentalidad liberal
atribuye las consecuencias de la congénita perversidad del hombre a los
artificios con que la humanidad a veces las mitiga.
· Con la corrupción del
escritor pululan libros malos, con la del lector mueren los
buenos.
· Las proposiciones
generales en estética disfrazan preferencias. El juicio particular, en cambio,
suele ser objetivo.
· Las obras menores de
ciertas épocas atraen; en otras épocas sólo las eximias no
repelen.
· Sobrevivir se reduce a
ser desempolvado de cuando en cuando.
· El que profetiza sin
difidencias tiene chanchullo en vista.
· En la textura de un
mundo que desfiguró el pecado no es dable deletrear un texto consistente.
Lampos de luz tan sólo en una noche inacabable.
· La frase necesita
ciertamente que la irrigue el sermo cottidianus. Pero depurado
previamente en filtros cultos.
· Sin imaginación alerta
la inteligencia encalla.
· El pensamiento vuelto
oficio pacta pronto con artificiosas simetrías, con enlaces fingidos, con
redondeces postizas.
· En las ciencias humanas
se toma la última moda por el último estado de la ciencia.
· El desdén de la
actualidad es la ascesis de la santidad estética.
· La perfección de la obra
de arte depende del grado de obediencia de sus diversos elementos a su debida
jerarquía.
· Las alabanzas a un
libro, hoy día, indican sólo el partido político del autor.
· El acierto estético no
recompensa al trabajo, pero sólo al trabajo premia.
· La exclusiva lectura de
contemporáneos reseca el cerebro.
· Socialismo es el nombre
comercial del capitalismo de estado en el mercado electoral.
· Los “complejos” que no
robustecemos publicándolos, en vez de envenenarnos, a menudo se suicidan.
· Un conjunto personal de
soluciones auténticas no tiene coherencia de sistema sino de sinfonía.
· Morir en
el exilio garantiza no haber sido del todo mediocre.
· La cortesía es actitud
del que no necesita presumir.
· El tonto llama
“prejuicios” las conclusiones que no entiende.
· Sólo debe inquietarnos
lo que hacemos, aun cuando sólo cuenta lo que somos.
· El que meramente lee se distingue
del auténtico lector en que nunca relee.
· El tonto cree engendrar
verdades nuevas haciendo copular ideas confusas.
· La verdad de una idea es
reflejo del contexto total de la inteligencia que la adopta.
· El ignorante debe
esquivar cuidadosamente los libros condescendientemente escritos
para el.
· Las ideas nuevas
ocasionan remolinos en la historia; las sensibilidades nuevas
cambian su curso.
· “actualidad” designa la
suma de lo insignificante.
· La máxima es mueca
histriónica, si no es involuntario espasmo.
· Tratemos de adherir
siempre al que pierde, para no tener que avergonzarnos de lo que hace siempre
el que gana.
· Ser común y corriente
sin ser predecible es el secreto de la buena prosa.
· Cualquier explicación
induce a emitir tres cuartas partes de la evidencia.
· Los problemas también se
reparten en clases sociales. Hay problemas nobles,
problemas plebeyos, e innúmeros problemas de
medio pelo.
· Cuando un idioma se
corrompe sus parlantes creen que se remoza. En el verdor de la
prosa actual hay visos de carne mortecina.
· Un lector ferviente no
renuncia a sus predilecciones de antaño, pero al cabo de pocos
lustros todo poema se torna patentemente
blanco o negro.
· La mentalidad liberal
nunca entiende que los horrores que la espantan son el envés de
las falacias que admira.
· Más amargo que el
infortunio del joven que el dios desdeña es el del mancebo que el
águila roza pero no rapta.
· Siendo de casta, el
zorro descolado admira la hermosa cola del vecino.
· También en las artes y
en las letras el industrial desalojó al artesano.
· Las comunicaciones
fáciles trivializan hasta lo urgente.
· El impacto de las tesis
políticas cándidas es irresistible.
· Las aclamaciones de una
época suelen ser más incomprensibles que sus
incomprensiones.
· La verdad nace a veces
de la rectificación impuesta a una frase por una exigencia de eufonía.
· Los temas intocables
abundan en tiempos democráticos. Raza, morbos, clima, resultan allí substancias
cáusticas. Nefando es allí lo que pueda implicar que la humanidad no es causa
sui.
· A trazar una breve recta
sólo debe atreverse la mano experta en arabescos.
· Cada obra de arte
responde a una pregunta que no la precede.
· Pascal y Montaigne - ¿
adversarios ? . Simples rivales, como armas distintas del
mismo ejército.
· La libido imperandi de
la izquierda fastidia menos que su libido docendi.
· En los subterráneos del
alma, como en los desvanes de las casas viejas, no se
encuentran sino ratones muertos entre muebles
rotos.
· El católico progresista
habla de “dimensión histórica” del cristianismo, a fin de
pervertir la historicidad de su origen en
terrenismo de las metas. “reino de Dios”, en el léxico progresista, es el
sinónimo eclesiástico de reino del hombre.
· La literatura actual
puebla un limbo de lo que no merece ser publicado, ni no serlo.
· La “solución dialéctica”
de un problema lo esconde meramente en otro sitio.
· El irrevocable edicto de demolición del mundo moderno nos
dejó tan sólo la facultad de escoger al demoledor. Ángel o demonio.
· No perteneciendo
obviamente al tipo de innovación que hoy se estila, la innovación insólita en
las letras le parece al crítico actual descalabro o recidiva.
· Las revoluciones sólo
legan a la literatura los lamentos de sus víctimas y las invectivas de sus
enemigos.
· Los que viven en
crepúsculos de la historia se figuran que el día nace cuando la noche se
aproxima.
· La “condición humana”,
sin contexto religioso, se restringe a fenómeno ecológico.
· El ocaso del mundo
moderno interesa apenas como el desenlace de una intriga sórdida en una novela
mal escrita.
· La voz que nos seduce no
es la voz con que el escritor nace, sino la que nace del encuentro de su
talento con su idioma. La persona misteriosa elaborada por el uso inconfundible
de un lenguaje.
· “Reconciliación del
hombre consigo mismo” – la más acertada definición de la
estupidez.
· El principio de
individuación en la sociedad es la creencia en el alma.
· Las herejías rara vez
tienen motivos sociales o económicos, pero las corrientes
económicas y sociales tienen con frecuencia
fuente herética.
· Mientras menos adjetivos
gastemos, más difícil mentir.
· La sinécdoque es el
tropo favorito de la impostura, porque permite vender el género entero pregonando
la sola especie servible.
· Una pudibundez ridícula
no le permite hoy al escritor inteligente tratar sino temas obscenos. Pero ya
que aprendió a no avergonzarse de nada, no debiera avergonzarse de los
sentimientos decentes.
· El pornógrafo es el vocero
del alma moderna.
· El infierno no parece
castigo tan desmesurado después de escudriñar un poco el
vecindario.
· Biografía sólo se puede
escribir del que ha escrito, o del que tuvo oyente indiscreto.
Sin confidencias sólo hay conjeturas o
anales.
· La hipertrofia del
estado proviene del motín que destronó su noción patrística para entronizar so
noción democrática. Secuela del pecado – demiurgo de la sociedad futura.
· Libertad no significa
coposesión del poder político. Su definición en términos de poder político es
la treta con que embauca el demócrata.
· El revolucionario no
descubre el “auténtico espíritu de la revolución” sino ante el tribunal
revolucionario que lo condena.
· El que escucha atento el
ruido de su tiempo no escribirá su música.
· En las artes hay
mediocridades deliciosas e insoportables excelencias.
· La mentira es la musa de
las revoluciones: inspira sus programas, sus proclamaciones, sus panegíricos.
Pero olvida amordazar a sus testigos.
· La agilidad intelectual
se desgasta en escaramuzas. Sólo las cargas de la inteligencia pesada son
irresistibles.
· El comentarista del
filósofo lo alecciona con suficiencia.
· La lectura es droga insuperable, porque más que a la
mediocridad de nuestras vidas nos permite escapar a la mediocridad de nuestras
almas.
· Lo que no sea necio le
parece al moderno criminal u obsoleto.
· Las legiones del hombre
moderno ignoran todavía que en la litera imperial que
escoltan viaja un emperador muerto.
· En el
“patriotismo” de la revolución francesa resurge un atávico reflejo de adhesión gregaria
a la tribu. En su “emigración” expira el paradigma de la adhesión consciente del
hombre libre a una lealtad jurada.
· La izquierda estigmatiza
con el mote de “terreur blanche” los períodos en donde no asesinan sino a asesinos.
· Errar es humano, mentir democrático.
· “Necesidad histórica” es
la fórmula sacramental de los historicismos para absolver el crimen.
· Nadie se llama a si
mismo poeta, filósofo, artista, sin alguna ramplonería y bastante impudicia.
· El meteco no
le hace concesiones al autóctono.
· El acontecimiento
histórico pasa de un estado gaseoso de fenómeno a un estado
sólido de idea a través de un maloliente
estado líquido de retórica.
· La filosofía no debe
practicarse por el que carece de talento sino como vicio
clandestino.
· La persona que no sea
algo absurda resulta insoportable.
· El marxismo puso al
servicio de los que no entienden las preguntas el más adecuado repertorio de
respuestas.
· No hablemos de
determinismo universal, sino de dependentismo óntico.
· La familiaridad
sistemática es hipocresía de igualitario que se juzga a si mismo
inferior, o superior, pero no igual.
· Las sociedades que
pretenden suprimir indispensables estructuras las cambian
meramente por deteriores. Donde no manda el
militar, verbigracia, acaba mandando el policía.
· Cuidémonos del discurso
donde abunde el adjetivo “natural” sin comillas: alguien se engaña a sí mismo,
o quiere engañarnos. Desde las fronteras naturales hasta la religión natural.
· Teniendo el privilegio
incompartible de generalizar en su materia, el especialista pretende extrapolar
ilícitamente su materia misma.
· Simpatizo menos con el
temperamento católico que con el temperamento del que simpatiza con el
catolicismo.
· El pensamiento genuino
sólo descubre sus principios al fin.
· Ni siquiera es su
originalidad lo que el artista actual convierte en fórmula, es alguna de sus
fortuitas ocurrencias.
· La algarabía de las
“explicaciones “calla, cuando una totalidad individual alza la voz.
· Ni petrificarnos en
nuestros gustos primiciales, ni oscilar al soplo de gustos ajenos. Los dos
mandamientos del gusto.
· Del libro
del reaccionario el lector sale menos indignado de lo que entra.
· La poesía no visita sino
de paso.
· La aristocracia
autentica es un sueño popular traicionado por las aristocracias
históricas.
· Los problemas de toda
“juventud contemporánea” son aburridísimos.
· La poesía tiene que
deslizarse en este fosco atardecer como perdiz entre las hierbas.
· Los “minores románticos
gruñían como si les robaran la presa; los “minores” actuales aúllan como si les
pisaran la cola.
· La fecundidad artística
depende menos de la generosidad de la naturaleza con el artista que de la
condescendencia del artista consigo mismo.
· El universo no es esfera
perfecta, sino manzana enjuta, rugosa, agrietada.
· Los argumentos del que
intenta justificar sus creencias nos consternan siempre. Sobre todo si comparte
las nuestras.
· La
inteligencia, en ciertas épocas, tiene que consagrarse meramente a restaurar
definiciones.
· La idea que araña y
muerde desde que nace se domestica prematuramente.
· Artista clásico es el
que prefiere la perfección a la originalidad.
· Asociados a humildad,
hasta los defectos resultan virtudes inéditas.
· La libertad teje la
estameña del tiempo con hilos de destino. La opción es
imprevisible, sus consecuencias
indeclinables.
· Las miradas de los
actuantes parecen, en las instantáneas fotográficas de incidentes revolucionarios,
mitad cretinas mitad dementes.
· La historia nos enseña a
sonreír de los que viven con el hocico hundido en su pienso contemporáneo.
· El pensamiento marxista
nunca ha logrado más que añadir a la cosmografía marxista, de cuando en cuando,
un nuevo epiciclo.
· Toca desacreditar la
cultura, para que no sea rentable envilecerla al servicio de la política o la
industria.
· En tiempos
aristocráticos lo que tiene valor no tiene precio; en tiempos democráticos lo
que no tiene precio no tiene valor.
· Los supuestos enemigos
de la burguesía son jardineros expertos que podan sus ramas caducas. La
sociedad burguesa no peligra mientras sus enemigos admiren lo que admira.
· El diálogo sincero acaba
en pelotera.
· Los jerarcas comunistas
traicionan hoy su fe como cualquier obispo.
· La historia engloba
hasta la proclamación que la niega.
· Más que ininteligible,
lo auténticamente original en filosofía parece al principio
insignificante.
· Sólo hemos comprendido
lo que nos parezca intraducible.
· Entre los artistas
abunda la especie infortunada del impostor sincero.
· La historia no tiene
leyes que permitan predecir; pero tiene contextos, que permiten explicar; y
tendencias, que permiten presentir.
· La mentalidad burguesa
de la izquierda reconstruirá sucesivamente todas las
sociedades burguesas que la izquierda
sucesivamente destruya.
· Lo importante no exhibe
pruebas.
· “encontrarse”, para el
moderno, quiere decir disolverse en una colectividad cualquiera.
· La constelación
histórica sólo determina qué obras de arte no son allí posibles.
· La grandilocuencia del
mensajero suele ser proporcional a la insignificancia del
mensaje.
· “the religión of
humanity” no es figmento de Paine, sino principio activo de todos los venenos.
· Lo que gustó en alguna
época puede volver a gustar, siempre que no haya gustado por motivos ajenos al
gusto.
· O la metáfora es irremplazable
circunloquio, o es vicio de dicción.
· Proponiéndonos fines
prácticos acabamos siempre de brazo con prójimos que no hubiéramos querido
tocar con los pies.
· Frecuentemente
tropezamos con gente convencida de haber leído un libro porque leyó su traducción.
· Después de los amos de
hoy los de ayer escandalizan menos.
· El error no está en
soñar que existan jardines secretos, sino en soñar que tienen
puertas.
· El moderno busca ante
todo una religión que niegue la gracia.
· Un alfilerazo
experto en el centro nervioso de un error lo mata en segundos. Pero se necesitan
siglos para que su cadáver se descomponga.
· Los evangelios, en manos
del clero progresista, degeneran en recopilación de
trivialidades éticas.
· Las
naciones actuales no son pueblos, sino secesiones victoriosas de la plebe.
· Es más fácil hacer
aceptar una verdad nueva que hacer abandonar los errores que
refuta.
· Las ciencias naturales,
idealmente deductivas, construyen inductivamente la
posibilidad de su deducción. Las ciencias
humanas, en cambio, intrínsecamente
experimentales, no se disuelven en sistema
deductivo sino se ordenan en discurso
histórico.
· En las mentiras de los
grandes escritores románticos hay más verdad que en las
verdades de sus sucesores.
· El catedrático sólo logra
embalsamar las ideas que le entregan.
· En todas
las sectas que hoy pululan fermenta una soteriología gnóstica.
· Los panegiristas
sinceros de la naturaleza humana causan los peores colapsos
históricos.
· Ni la inferioridad es
vergonzosa, ni la superioridad culpable.
· El que anhela la
“comunicación perfecta” entre los individuos, su “perfecta
transparencia” recíproca, su mutua “posesión
perfecta”, como cierto pontífice de
izquierda, anhela la perfecta sociedad
totalitaria.
· El testamento político
del izquierdista es la lectura predilecta del reaccionario.
· Exigirle a la
inteligencia que se abstenga de juzgar le mutila su facultad de
comprender. En el juicio de valor la
comprensión culmina.
· El terrorismo no surge
donde existen opresores y oprimidos, sino donde los que se dicen oprimidos no
confrontan opresores.
· El ateísmo preludia la
divinización del hombre.
· El arbusto no es árbol
trunco.
· La novela contemporánea
cava su fosa en el cementerio donde enterraron la tragedia clásica del XVIII.
· La vanguardia de la
ciencia es cautelosa, pero la plebe profesional que la sigue es presumida.
· No existe verdad en las
ciencias humanas que no sea forzoso redescubrir cada ocho días.
· La mente
moderna se anquilosó por creer que hay problemas resueltos.
· El poeta, para hablar de
poesía, recurre a la peor retórica.
· Llamamos individuo al
existente transparente tan sólo a Dios.
· La poesía puede ser
magia, pero el poeta suele ser mago de feria.
· El artista sin
originalidad acude a la improbabilidad.
· El izquierdista
emula al devoto que sigue venerando la reliquia después de comprobar la
impostura del milagro.
· Las civilizaciones con
bullicio estival de insectos entre dos inviernos.
· Una cándida imagen del
pueblo alienta la polémica anti burguesa del socialismo. En la emancipación
burguesa florecen los vicios latentes de pueblo.
· El desdén suele ser
igualitarismo larvado: denegación de autonomía a virtudes
subalternas.
· El que se “supera”
ostenta meramente su inopia en más conspicuo sitio.
· Sólo es recompensa
lisonjera la certeza de haber sido leal al llamamiento.
· “sociedad sin clases” es
aquella donde no hay aristocracia, ni pueblo. Donde sólo circula el burgués.
· Lo que el reaccionario
dice nunca interesa a nadie. Ni cuando lo dice, porque parece absurdo; ni al
cabo de unos años, porque parece obvio.
· Sin las virtudes
pedestres hasta el ingenio más fino se avinagra.
· El absolutismo, intelectual o político, es el pecado
capital contra el método jerárquico. Usurpación, por
uno de los términos de un sistema, de los fueros de los otros.
· Los “experimentos”
literarios únicamente sirven para mostrar que presuntos caminos reales son
callejones ciegos.
· La historia escandaliza
al intelecto y colma a la inteligencia.
· La igualdad no es
expresión empírica de la justicia, sino versión diabólica. Soberbia que rendir
homenaje afronta.
· El historiador foráneo,
por sagaz que sea, transcribe la sinfonía histórica de una nación en partitura
para flauta.
· “rueda de la fortuna” es mejor alegoría de la historia
que “evolución de la
humanidad”.
· Las ilusiones son las
plagas del que renuncia a la esperanza.
· Si la índole de la
intención franquea el recinto, sólo la índole del fin franquea el
santuario.
· La libertad embriaga
como licencia de ser otro.
· Los peregrinantes in hoc
mundo estamos viendo a los cives hujus saeculi volverse meros captivi in hoc
tempore.
· Solo el fracaso político
de la derecha equilibra, en nuestro tiempo, el fracaso literario de la
izquierda.
· Insufrible, como
paradoja aprendida.
· La crítica actual
prefiere los libros reiteradamente ilegibles a los legibles
indefinidamente.
· El clásico no elude el
misterio, pero no lo esculpe en basalto sino en mármol.
· Para actuar se requiere
una noción operacional del objeto, pero se requiere una noción poética para
comprender.
· La hostilidad del vulgo refresca la verdad que se
marchita; su homenaje la reseca.
· El cristianismo no
enseña que el problema tenga solución, sino que la invocación tiene respuesta.
· En el tránsito del yo
abstracto al yo concreto, sin caer en la fosa del psicologismo, la filosofía
resucitó a finales del XIX. Tan genial como el cogito cartesiano es la breve frase
de Dilthey.
· El valor nos es dado, su
percepción dada, dada su posesión. El primer hecho rompe la clausura de la
inmanencia, el segundo las limitaciones de nuestra naturaleza, el tercero la
esclavitud de nuestra condición.
· El filósofo no
demuestra, muestra. Nada dice al que no ve.
· Dios no nace de la
experiencia de nuestros límites, pero muere de su olvido.
· La filosofía es la
hermenéutica de la gracia.
· A la civilización la
distingue de sus simulacros lo que parece trivial al tonto.
· Democracia liberal es el
régimen donde la democracia envilece a la libertad antes de estrangularla.
· Las instituciones
perecen de dos maneras contrarias: o petrificándose en técnicas colectivas
independientes del individuo, o disueltas por el propósito de
espiritualizarlas en acto libre de cada
individuo. Una institución ilesa es rutina social que la subjetividad asume.
· Dios acaba de parasito
en las almas donde predomina la ética.
· El individuo
sólo fructifica injerto en una tradición. La innovación axiológica finaliza el proceso en que un espíritu fusiona
con la tradición espiritual que hereda.
· La opinión corriente
suele pavonearse con énfasis de insólita.
· El universo parece menos
lóbrego cuando recelamos que es de facto,
cuando
comenzamos a sospechar que no es de iure.
· El teólogo deprava la
teología queriendo convertirla en ciencia. Buscándole reglas a la gracia.
· El gran arte literario
está en presentar con plenitud plástica lo inefable.
· De la obra de arte, como
del individuo, sólo habla con pertinencia otra obra de arte.
· La corrupción terrible
es la que pervierte el alma sin envilecerla.
· La idea vulgar no parece
amorfa porque tenga dicción confusa, sino porque tiene raíz
podrida.
· Las mentes
receptivas a todas las ideas son menos hospitalarias que prostituidas.
· Lo difícil no es creer
en Dios, sino creer que le importemos.
· Por haberse presumido
capaz de darle plenitud al mundo, el moderno lo ve volverse cada día más vacío.
· Sociedad civilizada es
aquella donde dolor y placer físico no son los argumentos
únicos.
· El mito falso no se
reemplaza con tesis científicas, sino con auténticos mitos.
· El cristiano sabe que nada
puede reclamar, pero que puede esperar todo.
· Renunciamos más
fácilmente a una realidad que a sus símbolos.
· nuestra época hace mejor
que las demás lo que puede hacerse sin talento.
· El cristianismo no
resuelve “problemas”; meramente nos obliga a vivirlos en más alto
nivel. Los que pretenden que los resuelva lo
enredan en la ironía de toda solución.
· La impostura no consiste
en afirmar más de lo que podemos probar, sino en pretender probar donde la
prueba no cabe. La razón acepta las reglas de cualquier juego si no se las
pretenden deducir de las reglas de otro.
· El universo es
importante si es apariencia, insignificante si es realidad.
· Toda ética
termina en pelagianismo, todo pelagianismo en deísmo, todo deísmo en sepelio de
Dios.
· Al completar deliberadamente
nuestras experiencias, procedemos en restaurador neoclásico de antigüedades.
· El pecado radical no es
transgresión de mandamientos éticos, sino recusación de nuestra dependencia.
· Hoy le toca creer al individuo que morirá lo que él no
salve.
· La cortesía es obstáculo
al progreso.
· El acto técnico, al
aprehender el objeto como fenómeno utilizable, lo degrada en utensilio.
· Los palacios se
construyen con los escombros de los sueños.
· La fe es abstersión de
la inteligencia.
· Porque fallaron los
cálculos de sus expectativas, el tonto cree burlada la locura de nuestras
esperanzas.
· El homo faber y el
civilis son al homo spiritualis lo que son morfología y sintaxis a la intención
significativa; condiciones empíricas de un modo de existir que las engendra.
· Al elaborar una
presentación en obra el espíritu no la falsea, sino la constriñe a
germinar.
· Tanto en la sociedad
como en el alma, cuando las jerarquías dimiten los apetitos
mandan.
· Carecemos de más solidas
razones para prever que habrá un mañana que para creer que habrá otra vida.
· El hombre cultivado no
fosiliza en “cultura” la tradición que hereda.
· Sin la salvaguardia de
la sonrisa lúcida, el hombre oscila entre el torpor y la angustia.Tan sólo la
sonrisa nacida en labios griegos disipa el vapor de sangre que nubla los ojos
barbaros.
· “concientizar” es la variante púdica de adoctrinar.
· El ingenio no lega sus
obras a la “humanidad” sino a otro ingenio afín.
· Aun cuando la ciencia
ambiciona segregarse del espíritu y racionalizarse, como la técnica, la
imposibilidad de verificar sus proposiciones le impide enajenarse del proceso
espiritual que la somete a la indefinida reiteración de instancias
refutatorias.
· Las lumbreras de este
siglo son fuegos fatuos en la planicie pantanosa de una sociedad putrefacta.
· La inteligencia integra
en el espíritu el dato empírico que el intelecto meramente manipula.
· La historia es el modo
de conocer ajustado a un universo contingente.
· El alma no es ilimitada
virtualidad de espíritu. La anamnesis platónica simboliza nuestro alcance
finito.
· Las cosas pertenecen al
amo de la palabra inteligente.
· todo es hipótesis, salvo
las tautologías y las fulguraciones axiológicas.
· Las generaciones
recientes circulan entre los escombros de la cultura de occidente como
caravanas de turistas japoneses por las ruinas de Palmira.
· Las “soluciones” no
resuelven problemas graves. Sólo cura la corrupción del alma la presencia de
una nueva forma intacta.
· El espíritu puede
exportar la técnica, pero sólo transportar la ciencia. La técnica es bien
mostrenco; pero la ciencia se congela en recetas y dogmas, al divorciarse de la
tradición espiritual donde nace.
· El destino no es
necesidad irrecusable, sino invitación desafiante a plenitud de
significado.
· El espíritu no se
transmite de un mortal a otro mortal mediante formulas. Más
fácilmente que por un concepto, el espíritu
pasa de un alma a otra alma por una
quebradura de la voz.
· Pocas discusiones son
más que debates entre una trivialidad y una bobería.
· Las inteligencias
cimeras tienen pesadez de estatua.
· En el imperio
del espíritu nadie conquista sino el reino que hereda.
· Los grandes libros se
defienden no pareciéndole grandes al lector que no eligen.
· El espíritu es falible
sumisión a normas, no infalible sujeción a leyes.
· Lo que interrumpa
rutinas frustra excelencias posibles.
· Como promesa de solución
perfecta, el cristianismo es irrisión de toda solución
imaginable.
· Los reaccionarios
eludimos necesariamente por fortuna la vulgaridad del perfecto
ajuste a las modas del día.
· El espíritu es
la vida nueva que el sacramento del
valor obra en el alma. Proceso que la
revelación del valor inicia, que progresa con
la apropiación de valores transmitidos, que culmina en el hallazgo de nuevos
valores.
· Dios no es la meta de
los que renuncian sino de los que desdeñan.
· Las cosas sólo exhalan
su esencia en las manos crispadas de la nostalgia o del deseo.
· El pecado mortal del
crítico está en soñar secretamente que podría perfeccionar al autor.
· Tan sólo entre amigos no
hay rangos.
· La
tradición es la suma de valores resultantes del proceso en que un espíritu se
engendra dentro de una
continuidad histórica.
· La mano que no supo
acariciar no sabe escribir.
· las experiencias
espiritualmente más hondas no provienen de meditaciones
intelectuales profundas, sino de la visión privilegiada de algo concreto. En el
larario del alma no veneramos grandes dioses, sino fragmentos de frases, gajos
de sueños.
· Las distintas posturas
del hombre lo colocan ante valores distintos. No existe posición privilegiada
desde la cual se observe la conjunción de todos en un valor único.
· Con el pensamiento del
filósofo subalterno nadie puede pintar su retrato.
· En lugar de primer paso
de un discurso, tratemos que nuestra frase sea último gesto de una idea.
· Para seriar las
diversiones basta observar que la diversión superior despierta asombro en la de
abajo y la inferior aburrición en la de arriba.
· La tradición es obra del
espíritu que, a su vez, es obra de la tradición. Cuando una tradición perece el
espíritu se extingue, y las presentaciones que plasmó en objetos revierten a su
condición de utensilios.
· Lo que no parece digno
del hombre suele serlo de casi todos.
· el acceso a las
celebridades de este siglo lo dificulta el tufo de vulgaridad que exhalan.
· El mundo no es lugar
donde el alma se aventura, sino su aventura misma.
· Retórica es todo lo que
exceda lo estrictamente necesario para convencerse a sí
mismo.
· No somos la suma de
nuestros actos. Somos la integridad de nuestro secreto cristal, o su más
secreta fisura.
· La técnica tradicional
educaba, porque su aprendizaje transmitía gestos insertos en un modo de
existencia; la enseñanza de la técnica racionalista meramente instruye, transmitiendo
gestos solos.
· Todos somos contestación
tortuosa a la vocación particular que nos conmina.
· El misterio se hace
polvo si manos diestras no desenrollan el papiro.
· El artista es hermeneuta
del ser, el científico cicerone de la apariencia.
· Las ideas nuevas suelen
ser rescoldos que avivan nuevos soplos del espíritu.
· Como quiera que la
inmoralidad consiste en tratar al sujeto y al objeto como medios, el acto técnico, que convierte por esencia la presentación en
utensilio, es radical inmoralidad, y el organismo por lo tanto, siendo integración
de sistemas técnicos, es radical culpabilidad. Vida es el modo de perseverar en
el ser un ser condenado a la culpabilidad para lograrlo.
· El hombre no sabe que
destruye sino después de haberlo destruido.
· Si las palabras no
reemplazan nada solo ellas completan todo.
· El error grave es el que
se limita muchas veces a acentuar impropiamente una frase.
· La mentalidad moderna
insiste en analizar lo simple.
· El árbol de la sangre se
estremece bajo el hálito de la muerte, pero sobre las más altas
frondas del espíritu soplan vientos de otros
cielos.
· Ni pobreza, ni riqueza,
son categorías del espíritu. Riqueza de alma decente y pobreza
de alma decente se valen, como pobreza y
riqueza de alma vulgar,
· El que se
dice respetuoso de todas las ideas se confiesa listo a claudicar.
· La acción disuelve al
ser en series causales; la contemplación lo compacta en
presencias sagradas.
· La vida es culpabilidad
en acto; pero cualquier existente se redime al detenerse en puro ser.
· Porque sabemos que el
individuo le importa a Dios, no olvidemos que la humanidad parece importarle
poco.
· El ejercicio del poder
no es inocente sino cuando es irrenunciable. Manos limpias sólo son las manos
que lo heredan. Las muchedumbres miran con admiración o espanto a los que usurpan,
pero sólo se postran reverentes ante una majestad sagrada.
· Morir es el signo
inequívoco de nuestra dependencia. Nuestra dependencia es el
fundamento inequívoco de nuestra esperanza.
· La imposibilidad de
calcular el acierto estético autentica el mito de la “inspiración”. El poeta
procrea menos poemas que engendros.
· Resolvemos ciertos
problemas demostrando que no existen y de otros negamos que existan para no
tener que resolverlos.
· Reinstalar con otro
nombre el término que se pretende eliminar es el secreto de
muchas “explicaciones” en las ciencias
humanas.
· El criterio estético que
no sea la obra misma acaba de receta.
· La caridad inicia la
redención del sujeto, el arte la del objeto, el honor la de la relación entre
los dos. La caridad es acto del sujeto que trata a los demás sujetos como
fines, el arte es el acto de aprehensión que trata al objeto como fin, el honor
es el acto que trata como fin la relación entre sujeto y objeto porque consiste
en cumplir el compromiso asumido.
· En la codicia de poder
germina el mal, pero la tenencia de poder es condición del bien. Doble faz de
la inmoralidad política: ansiar el poder que no tenemos, renunciar al poder que
tengamos.
· Innúmeras cosas no dan
posesión de sí mismas sino al que las hereda.
· El hombre cortés seduce
en secreto aun al que lo insulta.
· Los términos
irreductibles impiden que el maderamen del mundo se desarticule en la nada.
· La
comprensión da un salto desde donde termina lo explicable.
· La técnica no es
esclavitud neutra. El hombre olvida vigilar su espontánea proclividad al mal.
· De lo importante no hay
pruebas sino testimonios.
· Las reglas éticas
varían, el honor no cambia. Noble es el que prefiere fracasar a
envilecer las herramientas de su triunfo.
· El artista es personaje
trágico: redentor del objeto, pero no de sí mismo. El arte
fructifica igualmente en pámpanos intactos y
en sarmientos podridos. Ni el genio
mismo sana la lepra del que unge.
· Al que yerra de buena
voluntad se le imputan a la vez su buena voluntad y su error.
· Todo deber cumplido
tiene igual perfección ética, pero no todos tienen igual rango. Aun a la muerte
heroica le fija rango el dios por quien se muera.
· La luz divina
riela sobre el mar del ser.
· El raciocinio parte de
postulados, el pensamiento de evidencias. Raciocinar es
arriesgarse a postular trivialidades, pensar
es arriesgarse a asumir falacias.
· Los años no entorpecen
sino a la inteligencia que dimite.
· El esquema metodológico
de las ciencias naturales, gracias a su uniformidad y rigor, suple las
funciones de teoría general y frena las extravagancias. En las ciencias humanas,
al contrario, la flexibilidad necesaria y la multiplicidad ineludible de los métodos
inducen al especialista a remediar la carencia de teoría general con cualquier extravagancia
de moda.
· El egoísmo tolerado al
artista no es premio que reciba, sino precio que paga.
· Cuando un sistema
suministre respuestas automáticas a todas las preguntas,
cambiemos el sistema.
· Las exigencias del honor
crecen con el rango de las obligaciones y parecen pronto extravagantes a las
almas plebeyas.
· Como el homo faber
maneja su herramienta con espontaneidad que hereda de una tradición
irreflexiva, el acto técnico no es determinante único de su visión del mundo.El
homo technicus, en cambio, procediendo previamente a la reducción conceptual
del objeto, convierte el acto técnico en determinante único de su visión total.
· Sólo florecen las almas
que fecunda un polen divino.
· Ni los valores, ni el
alma, ni la vida, son objetos contra los cuales el intelecto tropiece. La
acción recorre un universo homogéneo. Pero el hombre se mueve en una sombra que
horadan esplendores.
· Lo que vuelve sonrisa la
contracción de unos músculos es el roce de invisibles alas.
· El tecnicismo es
síndrome de la demencia satánica.
· Las cosas no son vanas
sino esquivas. Vana es nuestra precaria posesión.
· Si pudiéramos demostrar
la existencia de Dios, todo se habría sometido al fin a la soberanía del
hombre.
· La conciencia de la
culpa es el misericordioso llamamiento del dios befado al ser caído.
· El bien y la belleza nos
conminan con ojos imperiosos y manos cercenadas.
· La verdad no es
separable de la carne individual que hiere, pero difiere de la herida.
· La gracia aviva en el
hogar de cada objeto las huellas de su fuego y las primicias de su llama.
· Los pasos de la gracia
nos espantan como pasos de transeúnte entre la niebla.
· Al artista a veces lo
rescata de la miseria de su gloria el dios que entrelaza al laurel un vástago
de espinas.
· Nada que valga se descompone
sin residuo en sus causas. El espíritu depende de un venturoso encuentro entre
una eyaculación y un espasmo.
· Como quiera que depender
de Dios es el ser del ser, la emancipación del ser es
abdicación del ser a su ser mismo. En la
contradicción interna del pecado se disuelve la substancia. Más que castigo, la
muerte es realización del pecado.
El ser que el pecado emancipó de su
esclavitud divina fluye en torrente de pus hacia la nada
· Al imbécil lo
caracteriza menos la imbecilidad de sus ideas que la imbecilidad de sus razones.
· Basta enunciar una
verdad para hacer reír al tonto.
· Los dioses subalternos
son ecos de los pasos divinos.
· Todo lo que vale en el
mundo le es incongruo, y el mundo no lo arrastra consigo hacia su ocaso. Nuestras
dichas pretéritas nos esperan al final de la jornada para ungir nuestros pies heridos.
· La pasividad de las
cosas nos engaña: nada manipulamos con descaro si herir a un dios.
· Siempre hay
termopilas en donde morir.
· Reducir el pensamiento
ajeno a sus motivos supuestos nos impide comprenderlo.
· Entre los escritores
impopulares muchos no merecen el homenaje de la impopularidad.
· Los que se consagran a
“salvar el cristianismo” acaban ofreciéndole sus servicios como sepultureros.
· Las “bases” de un
pensamiento suelen ser las zonas que no investiga.
· La clave del universo es
una evidencia trivial: no existe técnica para la producción del valor. Toda
proposición que no implique esa evidencia es falsa.
· La idea no ha
cristalizado en obra mientras una definición la agota.
· Las noticias son el
substituto de las verdades.
· La definición ubica el
objeto, pero sólo la descripción lo capta.
· El moderno siempre
admira en lo moderno lo que más ensucia.
· Forma clásica es la
carente de rebaba.
· El alma Sólo se forja
bajo innúmeras atmósferas de sueños.
· El único sistema de
postulados radicalmente inconcebible es el que permitiese deducir un valor.
· El heroísmo de una
milicia ciudadana es de menos alto rango que el del mercenario que perece con
desdén, por lealtad a su contrato, defendiendo una colina solitaria.
· Las tesis de
psico-fisiología se vuelven cómicas en el instante en que se vuelven precisas.
· Sólo al cabo de decenios
la lista de autores admirados por una generación cualquiera parece simplemente
curiosa y no claramente ridícula.
· Al asumirse a si misma
como fin, la creatura se convierte en un encadenamiento de causas y de efectos.
La materia es la ceniza de la culpa, la vida
brasa donde la rebeldía aún palpita.
En ese rescoldo del incendio todavía pueden
forjarse los acatamientos supremos.
· Los problemas
metafísicos no acosan al hombre para que los resuelva sino para que los viva.
· Para obtener del técnico
exclusiva aplicación a su oficio, la sociedad industrial, sin deformarle el
cráneo, le comprime el cerebro.
· Anhelo meramente trazar
una elipse que tenga por focos la absoluta contingencia del ser y la gratuidad
absoluta del valor.
Conciencia de creatura y experiencia de la
gracia.
· Creer en Dios no es
creer en Dios, es no poder no creer en Él.
· Pocas personas no
requieren que las circunstancias les compliquen un poco el alma.
· Real no es lo que el
pensamiento explica sino lo que no entiende.
· El costo del progreso se computa en tontos.
· La diferencia entre los
fracasos y los éxitos al alcance de la inmensa mayoría, es apenas perceptible.
· Al hombre lo salva de no
ser sino su barro su pasibilidad a epifanías.
· El genio suele ser
expresión curiosamente incongrua de su pueblo.
· La redención redime
porque invierte el gesto mismo del pecado: en vez de tomarse el medio a sí
mismo como fin, el fin se toma a sí mismo como medio. La redención
redime al ser mismo, porque el fin que se
toma a sí mismo como medio es el supremo fin.
· Cada época reputa
explicado lo que le formulan en el léxico de sus convicciones clandestinas.
· El mimetismo embelesado
del meteco es el disolvente de las culturas
Una cultura, en efecto, no perece absorbiendo
elementos exóticos, sino siendo
asimilada y difundida por mentes foráneas.
· Comprendemos más
fácilmente de arriba hacia abajo - al revés de lo que
afirman- que de abajo hacia arriba.
· Las culturas moribundas
intentan sobrevivir imitándose sistemáticamente o
radicalmente innovando. La salud espiritual
está, al contrario, en prologar sin
imitar y en innovar sin abolir.
· El nacer derrotados nos
permite caminar sin doblegar nuestras ideas.
· El demócrata anhela
recónditamente no obedecer sino al que no merezca
mandar. ¿Qué otro principio de selección
explica los fallos del sufragio?
· Los modos infalibles de
ganar son más desastrosos que cualquier derrota.
· Aparentes desperfectos
de obras que admiramos se revelan a miradas más
expertos factores furtivos de su excelencia
misma.
· La redención es hecho
cumplido en la historia, pero realizado en el ser. En
cualquier tiempo, en cualquier sitio, lo que
redima redime como partícipe de la
Redención. La crucifixión es el hontanar de
la gracia.
· El escenario de la
historia se volvió sofocante. De los ilimitados espacios
prehistóricos hemos llegado a la ubicuidad
posible del más trivial
acontecimiento.
· El biógrafo no debe
confundir su compromiso de decirnos el cómo de su
biografiado con la ridícula pretensión de
explicarnos el porqué.
· Las distancias entre
naciones, clases sociales, culturas, razas, son poca cosa. La
grieta corre entre la mente plebeya y la
mente patricia.
· Cuando la filosofía se
parcela en “problemas”, una escolástica la acecha.
· El biógrafo sin talento
espera que la indiscreción de la anécdota reemplace la
destreza del retrato.
· El que irrespeta para
demostrar su igualdad patentiza su inferioridad.
· Las instituciones
liberales le impidieron a la burguesía civilizarse. La
aceleración jurídica de la circulación
social, en efecto, selecciona en cada
generación las mentes ávidas y las manos
callosas.
· Para conciliar la contingencia
de facto del ser con una necesidad de iure, una
legalidad de iure del valor con su anomismo
de facto, y el ser con el valor,
conviene imaginar una voluntad absoluta.
Voluntad cuyo ser es su propia
volición, no un hallarse ser. Voluntad cuya
volición es valor, no obligación de
acatarlo. Voluntad, en fin, cuyo ser es valor
y cuyo valor es ser, puesto que
funda el valor al fundarse a sí misma. Pero
la inteligibilidad de una conciliación
posible es mero figmento, si la voluntad
absoluta no nos reta, como la bruta
contingencia y el anomismo bruto, en un
empírico encuentro.
· Un poco de inteligencia
le agrava al individuo sus problemas. Una gran
inteligencia se los agrava aún más, pero
también se los limpia.
· Nadie fastidia tanto
como el escritor capaz únicamente de coquetear con su
tema.
· El número de
combinaciones estéticamente válidas en un idioma parece
agotarse en pocos siglos.
· Para desatar grandes
catástrofes no se necesitan hoy grandes ambiciones, basta
la acumulación de pequeñas codicias.
· El lujo moderno desarma
la envidia.
· Saber leer es
lo último que se aprende.
· El activismo
no tiene más paradero que el infierno.
· Al que pregunte con
angustia que toca hacer hoy, contestemos con probidad que hoy sólo cabe una
lucidez impotente.
· Lo “natural” fue
proclamado categoría axiológica, para poder absolver lo
inmundo.
· El hombre es una
abyección capaz de avergonzarse a veces.
· De la ruptura entre lo
“universal” y lo “particular” denunciada por Marx el
igualitarismo fue responsable, porque escinde
la vida individual en privada y
pública al impersonalizar las relaciones de
mando.
· El tonto envidia hasta
lo que no codicia.
· El pecado deja de
parecer ficción, cuando hemos recibido en plena cara el
impacto de su vulgaridad estética.
· Educar no es transmitir
recetas, sino repugnancias y fervores.
· Las ideas se revenden en
todos los puestos del mercado, pero la inteligencia hay
que llevarla consigo a la feria.
· El sacrificio
de la misa es hoy el suplicio de la liturgia.
· Al juzgar triviales
ciertas cosas, confesamos meramente no verlas; pero al
juzgar triviales otras, confesamos ser
tontos.
· Para que el público
respete una idea desinteresada se necesita restregársela en la cara con
insolencia.
· La incredulidad no es
pecado sino castigo.
· Cuando el clero
progresista termine de desmantelar la iglesia, la última
civilización supérstite habrá perecido.
· La inteligencia inventó
los ritos para amparar al hombre contra la sinceridad del
tonto.
· El moderno es menos
orgulloso que presumido.
· De las corrupciones
mismas sólo las despreciables se divulgan.
· Sólo la “letra”
civiliza. El espíritu al soplar sobre el vulgo aviva su tontería.
· La austeridad religiosa
fascina, la severidad ética repele.
· La inteligencia se
capacita para descubrir verdades nuevas redescubriendo
viejas verdades.
· El moralismo rígido
embota la sensibilidad ética.
· No debemos someter el
caso a la norma, ni la norma al caso, sino desentrañar
del caso su norma.
· Lo que no fue católico
en los dos últimos milenios parece siempre algo
provinciano.
· La mirada de cualquier
hombre inteligente hace tropezar a cualquier dignatario.
· La más grave
acusación contra el mundo moderno es su arquitectura.
· La actual novela no
huele a aceite de lámpara sino de máquina.
· Un libro tiene que ser excepcionalmente
mediocre para no hacernos creer, al
releerlo, que no lo habíamos leído.
· La humanidad es el único
dios totalmente falso.
· Sólo la idea estúpida
despierta hoy entusiasmo auténtico
· Es reaccionario quienquiera no esté listo a comprar su victoria
a cualquier
precio.
· Las ideas científicas se
dejan depravar fácilmente por mentes toscas.
· Nadie es importante
durante largo tiempo sin volverse bobo.
· El atardecer de ciertas
vidas no tiene patetismo de ocaso sino plenitud de
mediodía.
· Sus temas predestinados
vuelven significativos determinados episodios en la
vida del artista. Los temas seleccionan los
episodios; los episodios no engendran
los temas.
· Nada que satisfaga, pero
casi todo lo que enorgullece, es grotesco.
· No recurrir a fuentes de
segunda mano es la definición correcta de scholarship.
· El hombre práctico
frunce un ceño perplejo al oír ideas inteligentes, tratando de
resolver si oye pamplinas o impertinencias.
· Al público no lo
convencen sino las conclusiones de raciocinios cuyas premisas
ignora.
· En la historia es
sensato esperar milagros y absurdo confiar en proyectos.
· El intelectual irrita al
hombre culto como el adolescente al adulto, no por la
audacia de sus ocurrencias sino por la
trivialidad de sus petulancias.
· Lo hilarante entre
interlocutores de inigual talla intelectual es el disimulo con
que el chiquitito se empina.
· Del escritor
contemporáneo sólo se admiran las guapezas en país extranjero.
· Las épocas de balbuceo
intelectual no preceden solamente, también siguen, las
breves épocas de dicción perfecta de la
inteligencia.
· El infortunio hoy día de
innúmeras almas decentes está en tener que desdeñar,
sin saber en nombre de que hacerlo.
· Cuando olvidamos que ser
libres consiste en poder buscar al amo que debemos
servir, la libertad resulta mera oportunidad
cabal para que el amo más vil nos
mande.
· A los que no podemos
escuchar sin emoción ideas inteligentes la atonía con que otros las oyen nos
pasma.
· El estilo es orden a que
el hombre somete el caos.
· Con nada se enoja tanto
el progresista como con la terquedad del que rehúsa
sacrificar lo cierto a lo nuevo.
· No malgastemos en las
sequías de la historia semilla de futuras sementeras.
· El determinista jura que
no había pólvora, cuando la pólvora no estalla; jamás
sospecha que alguien apagó la mecha.
· A las éticas formales el
diablo acaba dándoles el contenido.
· Si Dios no fuese persona
hace rato que habría muerto.
· Un texto inteligente es
inteligible en niveles distintos.
· El historiador sin mente
chismosa esfuma la historia en espiras de niebla.
· La teología natural
devana un paralogismo perpetuo. Sólo cabe la teología de un dios concreto.
· A pocas inteligencias no
las oímos aletear ciegamente en su jaula de convicciones inconscientes.
· El mundo moderno, desde
hace rato, modula la misma canción tediosa con voz cada vez más ronca.
· Proclamar al
cristianismo “cuna del mundo moderno” es una acusación grave o una grave
calumnia.
· Para descubrir en donde
le patina el raciocinio al filósofo, basta observar en donde se vuelve más
locuaz.
· La existencia de Dios es
indemostrable, porque con una persona tan sólo podemos tropezar.
· El libro que una
“juventud contemporánea” adopta necesita decenios de penitencia para expiar las
sandeces que inspira.
· Los dioses castigan
privando de significado las cosas.
· La
universidad es el sitio donde los jóvenes debieran aprender a callar.
· Las ciencias humanas se
congelan en simplezas si no fluyen en historia.
· Las autenticas obras de
arte estallan a espaldas de su tiempo, como proyectiles
olvidados en un campo de batalla.
· Hombre decente es el que
se hace a si mismo exigencias que las circunstancias no le hacen.
· El candor del liberal
inteligente desconcierta repetidamente al espectador.
· La obsesión cultural es
el azote de las clases sociales en ascenso.
· En todo artista atraído
por un colectivismo cualquiera hay vocación a dimitir.
· La ortodoxia de
cualquier modernismo es más intransigente que cualquier otra
ortodoxia.
· La actividad
revolucionaria del joven es el rite de passage entre la adolescencia y la burguesía.
· Cada cual sitúa su
incredulidad en sitio distinto. La mía se acumula donde nadie duda.
· Hasta ayer el artista
obraba sin teoría, o apelando al mismo lugar común para justificar las obras
más diversas. Pero desde hace un tiempo, en cambio, las estéticas asfixian las obras.
· El libro importante de
filosofía es el que descubre un nuevo término irreductible.
· Creo más en la sonrisa
que en la cólera de Dios.
· El especialista, en las
ciencias humanas, ambiciona ante todo cuantificar lo obvio.
· Si no queremos mutilar
las posibilidades del discurso, cuidémonos de vulgarizar el vocabulario místico
en que culmina,
· En cada distinta profesión
el bobo se comporta de manera distinta. Lo que desorienta al profano.
· La obsesión lingüística en una literatura es pródromo de
parálisis general
· La existencia de Dios es
proposición analítica para el que se siente creatura.
· El escepticismo no
mutila la fe, la poda.
· El pensamiento pregona
su rigor para poder deslizar subrepticiamente nociones vagas.
· No bastan las palabras
para que una civilización se transmita. Cuando se paisaje
arquitectónico se derrumba, el alma de una
civilización deserta.
· El gusto no se deshonra
con lo que le plazca o deteste, sino con lo que erróneamente equipare.
· Para que haya
ciencia se necesita postular la insignificancia del universo. La
neutralidad axiológica no es conclusión
científica, sino postulado metodológico.
· El alma es cantidad que
decrece a medida que más individuos se agrupan.
· Al suprimir determinadas liturgias suprimimos determinadas evidencias. Talar
bosques sagrados es borrar huellas divinas.
· Los resultados no
cambian, aun cuando todo cambie, si la sensibilidad no cambia.
· El tonto grita que
negamos el problema cuando mostramos la falsedad de su solución
favorita.
· El moderno es el hombre
que olvida lo que el hombre sabe del hombre.
· Las culturas se resecan
cuando sus ingredientes religiosos se evaporan.
· El estado merecerá
respeto nuevamente, cuando nuevamente se restrinja a simple perfil político de
una sociedad constituida.
· Todo cristiano ha sido
directamente responsable del endurecimiento de algún
incrédulo.
· El tonto vibra de
entusiasmo cuando la ciencia le roba un fajo de futesas a la impasible sombra.
· Ser
reaccionario es querer extirpar del alma hasta las ramificaciones más remotas
de la promesa del ofidio.
· La muchedumbre vocifera
contra la inclemencia del que se opone a que manos
ignorantes y torpes operen al enfermo.
· Los manuales de historia
moderna son inventarios de quiebra.
· El reflorecimiento
periódico de lo que decreta obsoleto le amarga la vida al
progresista.
· El mito no encubre
teorías, delata su fracaso.
· La fe no es asentimiento
a conceptos, sino repentino resplandor que nos postra.
· Nada caduca más presto
en la historia del cristianismo que los criterios sucesivos con que definen sus
“elementos caducos”.
· A una inteligencia
esbelta se le perdonan las extravagancias.
· En el océano de la fe se
pesca con una red de dudas.
· Después de escuchar con
cuidado un susurro de confidencias, comprendemos que el hombre necesita menos
lecciones que exorcismos.
· El hombre venera la
máquina como primicia tangible de la suprema blasfemia.
· El
consentimiento no funda la autoridad, la confiesa.
· El nombre con que se nos
conoce es meramente el más conocido de nuestros
seudónimos.
· La esfinge no devora al
que no descifra se enigma, sino al que le brinda claves tontas.
· La suma
sapiencia reaccionaria estaría en hallarle puesto hasta al demócrata.
· El roce del espíritu no
despierta las mentes dormidas, les despierta pesadillas.
· El conocimiento se funda
sobre sospechas inteligentes, no sobre certidumbres
inconcusas.
· Tolerar no debe
consistir en olvidar que lo tolerado sólo merece tolerancia.
· El artista no compite
con sus congéneres, batalla con su ángel.
· El libro ameno no atrae
al tonto mientras no lo cauciona una interpretación pedante.
· El moderno se asorda de
música para no oírse.
· El signo verbal en país
comunista tiene una dimensión más. Amén de su faz doble:
significado-significante, el signo total es
un significante con su peculiar significado.
· El talento nace por
generación espontánea, pero parece que hay épocas
intelectualmente asépticas, como la nuestra.
· La vulgarización
vulgariza sin divulgar.
· La historia de la
literatura cataloga meramente entre las curiosidades literarias a los que
innovan en las letras de afuera para adentro.
· Las inteligencias ágiles
son de corto vuelo.
· Las formas originales en
las artes suelen aparecer donde meramente se quiso plasmar lo mejor posible
formas convencionales.
· Ciertas catástrofes
abren en el mundo grietas sin las cuales el hombre se asfixiaría.
· La inteligencia es
inicuamente clasista. Nada más deprimente que el inmenso
proletariado de las bibliotecas.
· Mientras el hombre no
logre ser amo absoluto de su suerte, no temamos el ascenso de la Jerusalén
infernal.
· Las ideas sin aristas se
desportillan más fácilmente.
· La gloria no es lotería
sino entre talentos diminutos.
· El error muchas veces no
está en el texto sino en sus armónicos.
· Entre los inventos de la
soberbia humana se desliza finalmente uno que los destruye todos.
· La explicación implica,
la comprensión despliega. La explicación empobrece,
identificando los términos; la comprensión
enriquece, diversificándolos.
· Escribir bien consiste
en describir una curva mediante el menor número de tangentes.
· Prisión es todo lo que
se construya científicamente.
· La verdad total no será
empacho de un proceso dialéctico que engulle todas las
verdades parciales, sino límpida estructura
en que se ordenan.
· El desgaste de un idioma
es más rápido, y la civilización que sobre él se asiente más
frágil, cuando el pedantismo gramatical se
olvida. Las civilizaciones son periodos de gramática normativa.
· Las pulsaciones de la
historia responden en parte el ritmo de sus epidemias. Quizá la única
dialéctica histórica sea la del hombre y sus pestes. La candidatura del “trabajador”
a protagonista de la historia es más débil que la del microbio que lo diezma.
· Acostumbramos bautizar
la idea vulgar que adoptamos con el nombre de alguna idea ilustre que no
entendemos.
· Tan sólo lo común cumple
lo que lo extraordinario promete.
· Pensamiento ordenado es
el que tiene centro secreto, aun cuando no tenga articulación secreta.
· Primera mitad del siglo
XVIII, segunda mitad del siglo XX: los dos medios siglos más hueros de poesía
en muchos siglos.
· No es tanto la zambra
plebeya que las revoluciones desatan lo que espanta al
reaccionario, como el orden celosamente
burgués que engendran.
· La dignidad es condición
plausible meramente de lo que tenga atributos irreductibles a categorías
científicas. Si negamos la autenticidad de tales atributos, el manipuleo se emancipa,
y protestar en nombre de la dignidad del mundo o del hombre es declamación
retórica.
· El pintoresco traje de
revolucionario se descolora insensiblemente en severo uniforme de policía.
· Sin estructura
jerárquica no es posible transformar la libertad de fábula en hecho. El liberal descubre siempre demasiado tarde que el precio de
la igualdad es el estado omnipotente.
· La eficacia pragmática
de un idioma es diacrónicamente constante, pero sólo algunos de sus estados
sincrónicos son bellos.
· Reaccionarios y marxistas
viviremos igualmente incómodos en la sociedad futura; pero los marxistas
mirarán con ojos de padre estupefacto, nosotros con ironía de forastero.
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