jueves, 16 de mayo de 2019

El progreso catastrófico (Paul Evdokimov)


El progreso catastrófico

Paul Evdokimov
La femme et la salut du monde. Chap. VI
Desclée de Brouwer 1978

No está dado al hombre cambiar el tema de su existencia, de huir de su destino, no puede cambiar el signo del complejo histórico en positivo o negativo. Esto explica suficientemente que la historia no puede durar indefinidamente, ni detenerse arbitrariamente. Nos encontramos ante el problema de su fin , que se compone del elemento trascendente (el acto de Dios), y el elemento inmanente (la madurez interior de la historia). Ello muestra que la escatología posee su postulado histórico, sus premisas históricas, su medida humana de cumplimiento, pero con una participación de las potencias celestes, angélicas y demoniacas. Permaneciendo escondido, el sentido no existe menos y dirige los tiempos de la historia. Podemos avanzar  esta declaración muy general: el sujeto absoluto de la historia es Cristo, es en él solamente que la humanidad en tanto que su cuerpo -la Iglesia- es también objeto de la historia. ¿Pero Cristo es el rey de la historia? Sí, pero a la manera evangélica que de su entrada a Jerusalén: a la manera  kenοtica (velo de humanidad), escondida, imperceptible a los sentidos, más que visible y absolutamente evidente para la fe. La historia en la imagen de la parábola del trigo y la cizaña presenta la confusión de las apariencias y la profundidad escondida (MATEO. 21, 22-30).

El conflicto que polariza el mundo y lo sumerge en la lucha no es entre el espíritu y la materia, sino entre espíritus de diferentes clases (APOC. 12, 19). El capítulo 13 del APOCALIPSIS habla de dos atributos demoníacos dotados de una enorme potencia destructiva: poder ilimitado que se asemeja al poder de un estado totalitario sobre los vivos, y las falsas profecías. Las "notas" de la anti-iglesia: impostura, parasitismo, parodia se realizan. El mal roba el ser, vive como parásito, y recompone sus elementos de manera demoníaca: imitación de Dios, pero con el signo inverso, que es la esencia de toda parodia. Por el contrario, la afirmación dogmática de Calcedonia designa la meta positiva: realizar la humanidad en la forma de la plenitud de Cristo. La oposición exclusiva de los dos reinos explica el fin catastrófico. No se trata de evolución rectilínea directa, sino un "progreso catastrófico ».

Sin precisar las  fechas, nombres y épocas, se puede discernir en la historia este doble proceso: la deshumanización cada vez más intensa, y por otra parte, la predicación del evangelio en el mundo entero, la santidad en sus nuevas formas, la conversión de Israel. Se tienen razones para creer que una de estas dos corrientes será coronada por Cristo en su parusía, y la otra por el anticristo. En Cristo la historia se cumple. Nada nuevo puede suceder la historia. No se puede superar a Cristo. Sin embargo, el Cristo de la parusía plenifica la historia en el sentido del fin de la kenosis y la escatología es la consecuencia cósmica de su gloria. El cristianismo, en el día de Pentecostés, es ya la escatología inaugurada en acción, la parusía se ha aproximado al mundo


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