SCHUON VERSUS GUENON
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COLECTIVO REDACCION
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PRESENTACION
La
diferencia fundamental entre la Obra de René Guénon y la literatura de
Frithjof Schuon estriba en la concepción que de la religión tienen ambos
autores. Mientras que Schuon concibe el esoterismo como una hiper religión,
Guénon aclara a lo largo de su obra (y su correspondencia) que ambas
pertenecen netamente a distintos órdenes y niveles de la realidad. Al caer en
tan tamaño y deliberado error,1 Schuon crea una situación
que confunde y asimila la religión a la metafísica, impidiendo la
efectivización de esta última, negando así su existencia que es en definitiva
la única posibilidad verdadera que le cabe al ser humano, ya que ella es la
realización del Conocimiento, por la que le toca al hombre el papel de
mediador que le ha sido acordado.
La
religión se limita a tres elementos: dogma, moral y culto. Es decir, lo que
constituye la ley. La metafísica va más allá de la ley –aunque jamás debería
abolirse la ley, es decir la religión, según las enseñanzas del Maestro
Jesús–, y se refiere al Conocimiento, la Doctrina y la realización, es decir,
la identificación directa con la Suprema Identidad, que al mismo tiempo es y
no es. La primera se refiere a la fe, la salvación y un ilusorio más allá al
que se accederá en un futuro por medio de toda suerte de rigideces, la
segunda a la encarnación del Ser Supremo y la verificación de la Ciencia
Sagrada que se manifiesta como una teofanía en el alma del iniciado a los
misterios. Ambas labores son duras y delicadas, pero la segunda, pese a sus
dificultades, finalmente se hace fácil y se obtiene la Gran Paz; mi yugo es
leve, dice el Maestro Jesús. Por el contrario la religión, como fin en ella
misma, lleva al fanatismo y se complace en su soberbia, y aún en la
ignorancia de que hace gala, reconfortándose en el dolor de sus enemigos.
Religión o Muerte es el lema secreto de este personal, netamente opuesto al
del iniciado: "La verdad os hará libres".
La
religión es indirecta pues ora a un Dios exterior y su ciencia es la
Teología.2 La metafísica es interior e
incluye la iluminación del alma, es decir que lleva a la deificación del ser
humano, y su arte es la Ciencia Sagrada. De ninguna manera negamos la
importancia de las religiones reveladas, las cuales, por otra parte, son
imprescindibles como ordenadores sociales y depositarias de las semillas del
Conocimiento, pero creemos también, y de modo principal, en las palabras del
fundador de una de ellas: "Muchos son los llamados y pocos los
escogidos."
El
pensamiento religioso actual, tal cual lo conocemos por medio de sus tres
exponentes abrahámicos, se refiere exclusivamente a la adopción de la norma,
hechos y costumbres susceptibles de cambios en el tiempo. El Conocimiento
Metafísico, a la Revelación y al Misterio, siempre inmutables. Ambas, como se
dice, pertenecen a diferentes planos de la realidad, a distintos mundos y a
disímiles perspectivas. La religión así encarada es una "creencia"
exotérica a la que nos adherimos, una ideología que detesta todo lo que se le
opone. Por el contrario la Ciencia Sagrada es interior, metafísica –en el
sentido etimológico del término–, y se obtiene por la gracia del Señor, y no
por pequeños esfuerzos, siempre mediocres e interesados en obtener la
"santidad", en el mejor de los casos, o el poder, como en la mayoría.
En la religión, nadie se pierde para encontrarse, porque "a priori"
ya se ha obtenido el orden al que sólo hay que sumarse.3 Va de suyo, entonces, la
superioridad de la una sobre la otra, y la disimilitud de sus contenidos y
las personas que se identifican con ambas perspectivas. La sabiduría no tiene
nada que ver con la policía, y mucho menos con la contratradición que quiere
identificar a Guénon y a la metafísica con la religión. De esto a su asimilación
con la política, la manipulación de su obra por los
"tradicionalistas", los fundamentalismos y los intereses
personales, no hay sino un paso.
La
Religión y sus sacramentos no tienen una relación directa con la Iniciación.
Por el contrario los Misterios Menores, o sea las antiguas Artes Liberales
componen la médula de la Iniciación de Occidente, fundada en el Dios Hermes
(Henoc), el Mercurio Solar, equiparado a Metatron y a Cristo
(Sol Invictus).
Por lo que
no hay ninguna posible comparación entre estos dos niveles. La Iniciación
comprende a los Misterios Mayores y los Menores. Según Guénon la Religión no
tiene nada que ver con ello, es de otra naturaleza. Lo mismo sucede entre la
obra metafísica de Guénon y la literatura religiosoesotérica de Schuon.
Sólo la
ignorancia, la mala fe, o aviesas intenciones pueden conjugar el pensamiento
de Guénon con el de Schuon. Y aunque este último haya tomado todo su
andamiaje intelectual de la obra del primero, sin embargo él mismo se ha
encargado de diferenciar su "misión" de la del metafísico francés,
al que no sólo no considera su maestro, sino al que juzga duramente y sin
ningún atisbo de amor, o agradecimiento, llegando incluso sus comentarios al
liso y llano desprecio.
A
continuación publicamos algunas de las afirmaciones de Frithjof Schuon, en su
mayoría vertidas en publicaciones dedicadas a René Guénon aparecidas a partir
de la muerte de éste.4
Le siguen
otros documentos editados en distintos medios periodísticos de diferentes
tiempos y países que hablan del conflicto Schuon-Guénon y de la oposición de
ambos pensamientos.
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Afirmado
por primera vez en su artículo "Misterios crísticos", aparecido
en Etudes Traditionnelles –revista como se sabe donde Guénon
publicó gran parte de su obra y que doctrinariamente dirigía– en el que rompe
con Guénon respecto a la validez iniciática de los sacramentos cristianos.
Esto manifestó sus diferencias en materia de religión e iniciación; Guénon
contestó este artículo con otro llamado "Cristianismo e Iniciación"
que apareció también en E. T. (ver aquí pág. 19 donde se
reseñan varios artículos de Guénon dirigidos particularmente a Schuon).
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Aunque su
limitación no impide que representantes exotéricos hayan sido al mismo tiempo
hombres de Conocimiento.
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También
debe considerarse a la religión en algunos casos no sólo como conservatismo y
tradicionalismo, sino como búsqueda de la respetabilidad, seguridad y un
cierto status, en total acuerdo con las aspiraciones de la
pequeña burguesía.
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Hemos de
decir que ciertas críticas a algunos aspectos del pensamiento de Guénon nos
parecen fundadas, pero no así el tono de rencor-reproche-celo en que están
expresadas.
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