sábado, 27 de abril de 2019

Ritos (Julius Evola)


RITOS

La dottrina del risveglio
(1ª parte Cap 3)
Julius Evola

Biblioteca Julius Evola

La lucubración en torno a los textos brahmana se apoyó sobre todo en aquella parte de los Vedas que se refiere al rito y a la acción sacrificiales. El rito, en todas las civilizaciones tradicionales, se concibió no como una ceremonia vacua, sentimental y formalista a la par, para alabar y mantener propicio a un dios, sino como una operación que producía efectos reales, o sea, como un acto de potencia que podía ora reavivar los contactos con el mundo trascendente ora imponerse a las fuerzas suprasensibles y, con la mediación de éstas, ejercer efectos eventualmente sobre las fuerzas naturales. Como tal, el rito presupone tanto el conocimiento de ciertas leyes secretas, como esencialmente la posesión de una fuerza no humana. El término brahman (en neutro, sin confundirlo con el masculino Brahma, que es la divinidad concebida teístamente) en su origen designaba precisamente esta energía, fuerza mágica, fluido y fuerza de vida, en que se cifra el rito y lo activa.

En los textos brahmana, este aspecto ritual de la tradición védica se hipertrofia y se formaliza. El rito se transforma en el centro de todo y es objeto de una ciencia minuciosa, que poco a poco resultaría exenta de todo contenido vivo. Oldenberg, refiriéndose a la época en que vivió el príncipe Siddhartha, habla de "una sabiduría tonta que todo sabe, todo explica y todo pontifica, satisfecha, en medio de sus extravagante creaciones".[6] El juicio es excesivo, pero tiene su parte de verdad. En tiempos de Buda se puede hablar de sobras de una casta de theologiphilosophantes, dedicados a administrar los vestigios de la antigua tradición, buscando todo medio de consolidar un prestigio, al que no siempre correspondía su calidad humana ni su raza (si no la raza física, que el sistema de castas bien protegía, al menos la espiritual). Y si he dicho "teólogos", ya que en aquellos ambientes el concepto de brahmán se fue generalizando y, por así decir, se sustancializó, hasta el punto de que brahman ya no significó aquella fuerza misteriosa que en el fondo sólo tenía sentido como experiencia mágica y ritual, sino el alma del mundo, la fuerza-sustancia suprema del universo, el sustrato, en sí indeterminado, de todo ser y de todo fenómeno. Pasó a ser, pues, un concepto casi teológico.

[6] Oldenberg, H .. Buddha. op. cit .. p. 21.


No hay comentarios: