lunes, 29 de agosto de 2016

De la Norma y las normas (Abbé Henri Stéphane)


TRATADO XI.4 De la Norma y las normas

(Abbé Henri Stéphane 1907-1985, Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo XI, Epistemología)
Toda religión, si no se la reduce a una religiosidad vaga y sentimental, comporta necesariamente tres elementos

1) Las verdades a creer (dogmas) que no son conceptos abstractos, sino la expresión mental y verbal de Realidad Transcendente (ejemplo: la Inmaculada Concepción);

2) Mandamientos a observar (moral), virtudes a realizar, que no son simples actos exteriores, sino la  expresión o la traducción de una Norma interior, de la conformidad a 3"mi" Arquetipo eterno;

3) Un culto, una liturgia), ritos, sacramentos que actualizan en mí  ciertas Realidades suprahumanas o divinas ( Ejemplo: el Bautismo y la Eucaristía actualizan en mí la Pasión, la Muerte y la Resurrección del Cristo).

Sea lo que sea, dogmas, mandamientos y ritos aparecen en primer lugar como normas exteriores, pero, si ellas no corresponden a una Norma interior, se reducen a un formalismo puro o al fariseísmo. Sin embargo, en las normas exteriores, se recae en la religiosidad vaga, inconsistente, ineficaz. Las normas constituyen el lado objetivo de la Religión, la Norma interior es ahí el lado subjetivo, pero ellas son el complemento indispensable la una de la otra.

En el punto de partida y todo a lo largo de la " vía purgativa ", los dogmas aparecen como jalones y pretiles en el camino que lleva al Conocimiento; la discusión, la duda, la puesta en cuestión son tantos obstáculos que hay que evitar. En el estadio de la " vía iluminativa ", los dogmas no aparecen aún más que " en estos tus semblantes plateadas " (san Juan de la Cruz, Cantico Espiritual), pero al nivel de la " vía unitiva" y  del matrimonio espiritual, el mismo autor declara: " Enseguida tendremos acceso a sublimes cavernas de la Piedra (el Cristo) que están  bien escondidas. " Se trata aquí de " mística nupcial "; sin embargo, la " mística de la esencia " (san Dionisio , maestro Eckhart ) y la Tiniebla mística no están excluidos por ello,  pero sobrepasan la perspectiva del Cántico, ya que las "cavernas están bien escondidas ". Sea lo que sea, en esta ascensión mística, se trata siempre de unos dogmas desde su función de normas exteriores (pretiles) hasta la Norma interior (las cavernas de la Piedra), la " en estos tus semblantes plateados " siendo una especie de límite, de frontera entre las caras "externa " y " interna " de los dogmas, o si se quiere, entre la Luz inteligible y la " Tiniebla más que luminosa " del Silencio (san Dionisio).

Todo lo que precede tiende a mostrar que la Norma interior no es puramente subjetiva, no sólo porque tiene como complemento indispensable las normas exteriores objetivas, sino  porque en la cumbre de la Unión mística, ellas forman como las dos caras de una misma Realidad, a la vez objetiva y subjetiva, figuradas en el Cántico espiritual (estrofas  11 y 36) por la " en estos tus semblantes plateados " y por las " Subidas cavernas de la Piedra”.

Estas consideraciones nos parecen esenciales para comprender que la Norma interior, en su realidad profunda no se sitúa al nivel psicológico; sin duda se traduce al nivel de la Psique por una actitud que se puede llamar "interior", exactamente como ella se expresa a nivel del "cuerpo" por normas exteriores, especialmente en las obras y los ritos. Pero precisamente lo que hemos dicho sobre el dogma, cuya cara exterior se sitúa al nivel de lo mental (que aparece como interior con relación a lo corporal) y cuya cara interior está en consecuencia más allá de lo mental, permite comprender que la verdadera interioridad se encuentra, en todos los casos, más allá de la Psique, por lo tanto al nivel del Nous.7

Se sigue que en la perspectiva cristiana la verdadera norma interior, es la Piedra, es decir el Cristo. Esta perspectiva se sitúa pues al nivel ontológico, y el Misterio de la Encarnación, de la Unión Hipostática de las dos naturalezas sigue siendo el Centro de la espiritualidad cristiana, el Prototipo, a la vez subjetivo y objetivo, de la Unión mística, pues, como dice el Maestro Eckhart, el Padre no tiene más que una voluntad, es engendrar el Hijo Único, el Primer Nacido, el hijo monogéneo; fuera de este mediador no hay espiritualidad cristiana.
7 Psique alma, Nous espíritu 

1 comentario:

Tony Pedroza dijo...

Usted tiene esto libro por completo? Esta siendo traduzido?