domingo, 28 de agosto de 2016

De la ignorancia (Abbé Henri Stéphane )


TRATADO  XI.3 De la ignorancia
(Abbé Henri Stéphane 1907-1985, Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo XI, Epistemología)
La ignorancia es la raíz de todo mal: todo ser es bueno en su esencia verdadera, pero el mal proviene de lo que ignoramos esta esencia verdadera, tanto la nuestra como la de los otros seres. El peor de los errores es confundir nuestra esencia verdadera - nuestro " Sí  " inmortal - con nuestro ego perecedero, que no es más que la serie de nuestros estados de conciencia y de nuestras relaciones con mundo exterior.

La ignorancia pura y simple del "iletrado" es benigno e inocente al lado de la pretensión sabia del hombre "cultivado" cuyo saber profano es un obstáculo a la Luz, mientras que la " virginidad mental " del iletrado 3 puede ser una apertura a la Verdad. La ciencia profana, que no es más que un formalismo pseudometafísico constituye de hecho una ignorancia "tanto más "monstruosa" cuanto se desarrolla para ella misma fuera de toda teología. En cuanto a la filosofía profana, es la palabrería de un ciego que diserta sobre los colores. El arte y la literatura profanas no son entonces más que la expresión colectiva de una  psicología reducida a los estados de conciencia o a las situaciones humanas más vulgares del hombre zambullido en las tinieblas

3. Al Ángel Gabriel, la Virgen responde que " no conoce en absoluto hombre : el Profeta responde que es " iletrado".



De la ignorancia  más espesa y las intrigas más banales  de la vida ordinaria (F. Schuon)

No hay pues  peor ilusión que la ciencia, la filosofía, el arte y la literatura profanas: es allí donde reside la ignorancia  verdadera, ya que una pseudosabiduría tiende a sustituírsele a la Verdadera Sabiduría  (1 Corintios  I, 19). Porque ésta es también  "Ignorancia", No saber, Apofatismo. Se le llama la " Docta Ignorancia", y  la ignorancia de los iletrados es el reflejo de  cierta manera natural: el falso saber del filósofo profano es , por contra, la manera satánica o luciferina.

¿ En  qué consiste la  " Docta Ignorancia "? A saber, en primer lugar, que mi ego perecedero  es una pura nada delante de Dios, una  sucesión de estados de conciencia y de relaciones con exterior, sin consistencia y sin realidad: " esto no es mi Sí " 4; a saber, en segundo lugar, que ninguna de mis facultades humanas puede entregarme el " Secreto sobre-esencial " de mi esencia verdadera, mi verdadero Nombre (Apoc. II, 17). En otros términos, la " Docta Ignorancia " consiste en saber que Dios es incognoscible. En verdad, la Esencia divina es absolutamente incognoscible, hasta para ella misma: Dios no puede conocer lo que Él es, porque no es ningún "esto"; Él no es nada de esto, en nuestra ignorancia, creemos que nosotros podemos afirmar de él. Lo que afirmamos de él, hay que negarlo en seguida: tal es el apofatismo. Pero en verdad, Dios es más allá de toda negación y de toda afirmación: él es el Inefable.

Sin embargo si la Esencia divina es incognoscible, hasta para ella misma, no es menos verdad que Dios es Todo Conocimiento como es Todo Amor, sin distinción de  sujeto conociente  y de objeto conocido, o de amante y de amado. Es de alguna manera el Testimonio inmutable e inafectado de todo Conocimiento y de todo Amor: él es el " Si"  supremo e incondicionado, absoluto y trascendente.

Puede cuestionarse evidentemente que relación sostiene lo Absoluto con lo relativo, es decir con la creación; esta relación es unilateral ; el efecto depende íntegramente de la Causa, pero esta no es afectada en nada por el efecto.

4 Fórmula por la cual A.K: Coomaraswamy espresa la doctrina budista del anâtman ( o anatta); cf Hinduismo y Budismo  p.117

. Se puede decir también que éste está contenido "eminentemente" en la Causa, donde está liberad de todos sus límites o determinaciones, a título de " pura relación"  o de "posibilidad": en el seno de la Esencia divina, toda posibilidad es necesaria, permanente, eterna, y si una posibilidad es distinta de otra, no se distingue sin embargo la Esencia divina en la que no hay ninguna distinción. El conjunto de todas las posibilidades - que se puede llamar la Toda Posibilidad – no añade pues nada a la Esencia divina que es infinita, y es por esto que lo creado es rigurosamente nulo frente a lo Increado: no subsiste en él más que a título de pura : " soy una pura relación con Dios ", yo no soy pues nada por mí mismo o en mí mismo.

La expresión dogmática de esta verdad aparece netamente en el Misterio de la Inmaculada Concepción: la Virgen es una pura relación con Dios, porque no tiene realidad más que  por la Encarnación del Verbo. Decir " soy la Inmaculada Concepción " equivale a decir: " soy una relación pura con Dios". Es en este nivel " ontológico  " done se sitúa la Virginidad verdadera, y todas las disertaciones morales sobre la pureza o la castidad no son más que sombras en comparación de la esencia verdadera de la Virginidad. Que el alma humana, purificando sus facultades mentales o psíquicas por la " Docta Ignorancia ", se esfuerza por contemplar su propia virginidad, en el estado de pura relación con Dios, realizando su esencia verdadera: " soy la Inmaculada Concepción. "

El Misterio de la Asunción se presta a la misma dialéctica. Devenida "Virgen", es decir " devenida lo que es ", o lo que jamás dejó de ser en el seno de la Esencia divina, a saber una pura relación con la Deidad, el alma humana "es asumida" por el Verbo: Jesús, que nace en ella, la absorbe en Él.

El simbolismo de la Flor, o de la Rosa, ilustra todo lo que acabamos de decir: el Cáliz abierto hacia el Rocío Celeste, la flor vuelta hacia el sol, simbolizan la virginidad del mental en el estado de " Docta Ignorancia". No está desprovisto de interés notar que este simbolismo es universal: Jesús de Nazareth quiere decir " Jesús nacido de la flor ", porque Nazareth significa "flor" 5.

La invocación búdica mani padmé –joya en el loto- tiene la misma significación. El simbolismo del " Profeta iletrado" en el Islam significa de la mismo forma la virginidad mental - o la "Docta Ignorancia " - del que recibe el Corán. Citemos en este pasaje de un poema turco: " pregunté a la flor:  ¿ por qué curvas la cabeza?  La flor me respondió: Ô derviche, mi corazón  esta derecho hacia Allâh. " 6

5. De la raíz hebraica NâZaR (floruit), pero esta etimología es dudosa.

6 Poema de Younous Emré

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