VIII. Porque se querría convertirla en una religión...
La democracia que fue, recordémoslo, un modo entre otros de designación de gobernantes, se nos presenta hoy como una suerte de religión o, incluso, una religión de religiones. Y tiene de la religión lo esencial: la pretensión de monopolizar la verdad.
En las religiones, se comprende. Sin necesariamente tener la ambición de exterminar a todos los que no son cristianos, o a todos los que no practican la religión cristiana exactamente como nosotros (por más que tampoco nos privamos demasiado de esto a lo largo de los siglos), nosotros los cristianos creemos que Dios es trino, que Jesús de Nazareth era Hijo de Dios, que eso es verdad y que, por consiguiente, todos aquellos que piensan lo contrario están equivocados. Creemos esto allí donde se supone que deberíamos creerlo: si repudiamos esta creencia, ya no somos cristianos.
Por su parte, los musulmanes creen que no hay más Dios que Dios, que nunca tuvo un hijo y que Mahoma es su profeta. Si los cristianos tienen razón los musulmanes se equivocan, y viceversa. Hay que agregar que los musulmanes tienen el deber, ellos, de pasar a degüello a los infieles mientras que nosotros habitualmente no lo hacemos sino por exceso de celo, aunque el principio es el mismo: sí, ellos presumen tener el monopolio de la verdad y nosotros... también.
Si, como lo afirman en los días que corren, todas las religiones valen por igual, es que no son religiones.
En política, esta monopolización de la verdad, justificada o no, se comprende menos. Un mínimo de esta tolerancia tan declamada por los partidarios de la democracia alcanzaría para que se admita que los distintos procedimientos para elegir gobernantes son igualmente estimables, sobre todo si se tiene en cuenta la geografía y la historia. Pero allí es donde la democracia moderna desnuda sus pretensiones de alcanzar el status de religión: ya no es más un sistema de designación de gobernantes, ahora es un cuerpo de doctrina infalible y obligatoria, y tiene su catecismo: los derechos del hombre, y fuera de los derechos del hombre, no hay salvación.
La democracia moderna tiene otras notas indispensables de cualquier religión.
Un paraíso: los países democráticamente liberales con, preferentemente, una legislación anglosajona.
Un purgatorio: las dictaduras de izquierda.
Un infierno: las dictaduras sedicentemente de derechas.
Un clero regular: los intelectuales encargados de adaptar las tesis marxistas a las sociedades liberales.
Un clero secular. los periodistas encargados de distribuir esta doctrina.
Oficios religiosos: los grandes programas de televisión.
Un index tácito que prohíbe tomar conocimiento de cualquier obra cuya inspiración fuera reprensible. Este índice resulta admirablemente eficaz bajo la forma de conspiración del silencio mediático, aunque a veces se lo utiliza de un modo más draconiano: si bien todavía no van a parar a la hoguera, algunos libros juzgados deficientes desde el punto de vista democrático son retirados de las bibliotecas escolares como sucedió en Saint-Ouen L’Aumone.
Una inquisición. Nadie tiene el derecho de expresarse si no está en la línea recta de la religión democrática y, si con todo llega a hacerlo, pagará las consecuencias. A este respecto resulta ejemplar el linchamiento mediático al que se lo sometió en Francia a Régis Debray (al cual nadie sospecharía de no ser democrático) porque puso en duda la legitimidad de los crímenes de guerra cometidos por la NATO en 1999 en territorio de Yugoslavia.
Congregación de propaganda de la fe: las oficinas de desinformación, autodenominada de “comunicación” o de “relaciones públicas”.
Misas dominicales: y obispos que utilizan escudos protectores tomados en préstamo a las diversas ONG o a la ONU.
Indulgencias varias generalmente otorgadas a viejos comunistas.
Una legislación penal y tribunales encargados de castigar a quienquiera se atreva a poner en duda la versión oficial de la historia.
E incluso tropas encargadas de evangelizar a los no-demócratas “a sangre y fuego”. Lo hemos visto claramente cuando diecinueve naciones democráticas bombardearon a un país soberano con el que no estaban en guerra.
Hoy, una frase tal como “en el nombre de los derechos del hombre” se va extendiendo tal como “en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” se extendió durante los siglos. Quizás rescatamos el sentido de lo sagrado, pero no creo que sea un sagrado de buena ley.
IX ... Pero de hecho es una idolatría
Le falta a la democracia un factor esencial en cualquier religión verdadera o falsa: la trascendencia.
Esta trascendencia puede adquirir todas las formas que uno quiera, desde la metempsicosis hasta el apocalipsis, pero en todos los casos supone que el hombre venera alguna cosa que está más allá del hombre. ¿ Y bien? Digan todo lo que quieran pero los derechos del hombre no pueden ir más allá del hombre. Son, por definición, antropocéntricos.
Para mi, lo admito sin ambages, la noción misma de “derechos del hombre” constituye un sinsentido, no sólo porque reposa sobre un postulado, sino porque el postulado está mal expresado.
Se comprende que un indio patagón tenga los derechos que le otorga su jefe patagón o que los franceses tienen los derechos que le son garantizados por su republicano gobierno, o que el miembro de un club o el paciente de un hospital o el cliente de un restaurante tenga los derechos que le garantiza tal restaurante, tal hospital o tal club. Pero que el hombre tenga derechos en absoluto, que él mismo se los garantice a si mismo mediante declaraciones periodísticas, nacionales o internacionales – cosa que habitualmente de poco vale – me parece, perdón si escandalizo, una broma gigantesca.
Los chicos juegan a esta clase de juego: “Tu serás el papá y yo seré la Mamá” o “Tú serás el marinero y yo seré el almirante”. Con semejante espíritu se pueden entender las juguetonas expresiones tales como “derecho a la salud” o “derecho a la felicidad”. Ahora bien, toda vez que con semejantes declamaciones no se impide que la gente se convierta en infeliz o se enferme, no me parecen que tengan ni sombra de realidad.
Tomo la Declaración de 1789 y me pregunto sobre afirmaciones como las que siguen:
“El fin de la sociedad es el bienestar de todos” ¿Qué cosa es un bienestar para todos? Que se me suministre una definición que no sea la suma de los bienestares individuales.
“Todos los hombres son iguales por naturaleza” ¿Verdaderamente? ¿Los grandes y los pequeños, los lindos y los desgraciados?
”La ley es la expresión libre y solemne de la voluntad general”. Muy bien. ¿Y qué es, por favor, la voluntad general?
“Los delitos de los mandatarios del pueblo y de sus agentes en ningún caso deben quedar impunes. Nadie debe pretender ser más inviolable que los demás ciudadanos”. ¡Estaría bueno si se pudiera aplicar bien, si siquiera se pudiera aplicar! ¡Riámonos, oh mis contemporáneos, vosotros que no juráis sino por la inmunidad o la amnistía!
Tomo la Declaración universal de 1984 y allí leo que “todos los seres humanos... deben interactuar con espíritu de fraternidad”. Atención: ¡deben! ¿ Se trata de un derecho o de un deber? ¿Y en nombre de quién se establece semejante deber?
“Nadie será sometido a la tortura...”. El tiempo futuro del verbo es conmovedor: me hace acordar a “Tú serás Papá y yo seré la Mamá”.
“Nadie puede ser arbitrariamente detenido...”. ¿Pero qué quiere decir “puede”? ¿No habría que leer allí “debe” puesto que “puede” es obviamente absurdo?
“La voluntad del pueblo es el fundamento de la autoridad de los poderes públicos”. Una vez más, ¿no será demasiado suponer que el pueblo tiene voluntad colectiva?
“La familia es la célula fundamental de la sociedad y tiene derecho a que la sociedad y el Estado la protejan” ¿Y si la sociedad favorece el concubinato de los pederastas y si el Estado remunera a los hacedores de lesbianas...?
No niego que algunas de las ideas que sostienen esta monserga tienen cierto poder seductor, pero, para significar alguna cosa me parece que deberían, por una parte, expresarse bajo la forma de deberes concretos antes que derechos abstractos y, por otra parte, debería fundarse sobre la autoridad más allá de la del hombre y, por tanto, nunca sobre la humanidad que no es más que la adición de todos los hombres vivientes, que hayan vivido o llamados a vivir.
Ya lo constataba Dostoievsky: “Si Dios no existe, todo está permitido”. Y si los hombres se arrogan el derecho de Dios de decir qué está bien y qué está mal, nada bueno puede resultar, por lo menos según el Génesis.
[Tomado de ¿Por qué soy medianamente democrático? de Vladimir Volkoff.]
martes, 22 de enero de 2008
lunes, 21 de enero de 2008
Nacionalismo e internacionalismo 6. Enseñanza
5. ENSEÑANZA
Ahora si descendemos del plan de la filosofía teórica al de la enseñanza encontramos también la subversión y la conspiración mundialista. Encuentro fácil prever para el experto de literatura utópica - sabe que la educación de los niños, su "adiestramiento", constituye la principal preocupación de los hacedores de utopías, preocupados sobre todo por la formación del futuro ciudadano de la Ciudad ideal. Cuando se quiere "transformar" al ser humano, "perfeccionarlo ", es necesario amasarlo, modelarlo desde su edad más joven. Todos los revolucionarios, a comenzar por Robespierre, persiguen a la familia con su odio y quieren confiar la educación de los niños al Estado - su ideal es Esparta, menos su carácter aristocrático naturalmente. En Francia, la Izquierda, siempre previsora y sabiendo calcular largo término - de donde la permanencia de la conspiración -, se ha apoderado de la Enseñanza desde los principios de la IIIa República, sin causar reacciones o contramedidas eficaces en sus adversarios de derecha. En la actualidad, con el desarrollo paralelo de las instancias internacionales y de la conspiración mundialista, son los sistemas educativos del mundo entero, los que sufren la influencia de la Subversión. Pascal Bernardin dedicó a este tema un estudio difícilmente contestable ya que está basado solamente en documentos oficiales emitidos por las grandes organizaciones internacionales: ONU, UNESCO, Consejo de Europa, OCDE. De este estudio resulta con evidencia que la conspiración mundialista se esfuerza en penetrar todos los programas de enseñanza de del planeta.
Después del hundimiento de la la URSS y el fracaso aparente de los métodos revolucionarios violentos, parecería que los mundialistas aplican las teorías de Gramsci y buscan apoderarse en primer lugar de las "superestructuras" - método maquiavélico (Gramsci escribió un ensayo sobre Maquiavelo) que ha debido sugerir a Pascal Bernardin el título de su libro: Machiavel Pédagogue. Si Maquiavelo era un personaje inquietante, sus modernos discípulos lo son mucho más ya que no se satisfacen ya con intrigas políticas sino que se libran a maquinaciones que afectan al ámbito psíquico; aprovechan con una inteligencia casi demoníaca los progresos de las ciencias psicológicas y sociológicas relativas especialmente a la "violación de las masas" y al "lavado de cerebro". Según Pascal Bernardin "los revolucionarios ahora están convencidos de que este sistema (soviético) no les permitía un control óptimo de la sociedad y los individuos - y sobre todo de su psiquismo (...) Así no se busca ya controlar la sociedad por medio de la economía, cara a Marx, sino manipulando los valores, las actitudes y los comportamientos, es decir los psiquismos." (59) Como quería Gramsci, la lucha revolucionaria se transporta ahora al ámbito psicológico y cultural, lo que implica la toma de" posesión de la Enseñanza, primera etapa en del conquista y la transformación de los espíritus.
Así "una revolución pedagógica basada en los resultados de la investigación psicopedagogía está en curso en todo el mundo (...) Esta revolución pedagógica contempla imponer una" ética para la creación de una nueva sociedad "(Parlamento Europeo) y establecer una sociedad intercultural. La nueva ética no es más que una presentación notable de la utopía comunista. "(60) Conocer esta revolución pedagógica permite accesoriamente explicar el hecho paradójico de una subida constante de los créditos consagrados a la Enseñanza seguida por una reducción no menos continua de la calidad de los estudios. En efecto, no se trata ya de despertar los espíritus y de transmitirles un conocimiento, sino del transformarlos en instrumentos flexibles del futuro Orden mundial. "La reforma pedagógica que tiene lugar en la hora actual en numerosos países quiere sustituir a las enseñanzas clásicas y cognoscitivas por una enseñanza" pluridimensional y no cognoscitiva que afecta todos los componentes de la personalidad: ética, emocional, social, cívica, política, estética, psicológica... Se tratan de vaciar las enseñanzas de su contenido (cognoscitivos) para sustituirlos por un adoctrinamiento criptocomunista y mundialista, que contempla modificar los valores, las actitudes y los comportamientos. "(61)
Comprendemos entonces porqué los Diarios y los otros medios de información, sujetos al control de los financieros internacionales, evitan criticar el comunismo y se guardan bien de injuriarlo. Es que el comunismo demostró una temible eficacia y que puede aún servir. Si se cree a Pascal Bernardin, uno de los objetivos de la revolución pedagógica es crear " una sociedad dual, compuesta de dos clases:" los dirigidos y los dirigentes, la élite y el pueblo, ciertos dicen los capataces y los esclavos (...) El trabajo intelectual, así como el poder, estará entonces reservado a una élite tecnócrata que habrá recibido, en exclusiva, la formación intelectual necesaria para su cumplimiento. "(62)
¡Extraño resultado del igualitarismo revolucionario! pero la igualdad será realizada en la base por del comunismo reservado a las masas, de acuerdo con las ideas de Ruskin. Más extraña aún sería la hipótesis de una Izquierda mistificatriz que permite el paraíso sobre tierra con el fin de preparar el infierno, pero las realizaciones de los regímenes comunistas van bastante en este sentido: se masacran millones de seres humanos en nombre del humanismo. Que similares masacres solo suscitan una escasa reprobación en comparación de la fuerza del crimen, muestra hasta qué punto nuestros contemporáneos están penetrados por el espíritu revolucionario. La revolución pedagógica no es quizá paso indispensable habida cuenta de los resultados ya obtenidos por la propaganda subversiva, marcará solamente un paso más hacia el control total de las conciencias humanas. ¿Cómo no pensar aquí en las predicciones de un Aldous Huxley o de un George Orwell, incluso si se presentaron en su tiempo bajo una forma novelesca? ¿No estamos sobre el umbral "del mejor de los mundos"? En cualquier caso, podemos pretender, en virtud de todos los elementos de los que disponemos, que el reino de la Igualdad no es más que un objetivo secundario de la Revolución, su objetivo principal, pero oculto, consiste establecer un régimen totalitario que será la prefiguración de reino del Anticristo.
Notas
(59) Entretien avec Pascal Bernardin, revue Lecture et Tradition, N° 221222, juillet-aoút 1995.
(60) P. BERNARDIN, Machiavel Pédagogue, p.7. (61) Ibid, p.98.(62) Ibid, p.172-3.
(62) Ibid, p.172-3.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Ahora si descendemos del plan de la filosofía teórica al de la enseñanza encontramos también la subversión y la conspiración mundialista. Encuentro fácil prever para el experto de literatura utópica - sabe que la educación de los niños, su "adiestramiento", constituye la principal preocupación de los hacedores de utopías, preocupados sobre todo por la formación del futuro ciudadano de la Ciudad ideal. Cuando se quiere "transformar" al ser humano, "perfeccionarlo ", es necesario amasarlo, modelarlo desde su edad más joven. Todos los revolucionarios, a comenzar por Robespierre, persiguen a la familia con su odio y quieren confiar la educación de los niños al Estado - su ideal es Esparta, menos su carácter aristocrático naturalmente. En Francia, la Izquierda, siempre previsora y sabiendo calcular largo término - de donde la permanencia de la conspiración -, se ha apoderado de la Enseñanza desde los principios de la IIIa República, sin causar reacciones o contramedidas eficaces en sus adversarios de derecha. En la actualidad, con el desarrollo paralelo de las instancias internacionales y de la conspiración mundialista, son los sistemas educativos del mundo entero, los que sufren la influencia de la Subversión. Pascal Bernardin dedicó a este tema un estudio difícilmente contestable ya que está basado solamente en documentos oficiales emitidos por las grandes organizaciones internacionales: ONU, UNESCO, Consejo de Europa, OCDE. De este estudio resulta con evidencia que la conspiración mundialista se esfuerza en penetrar todos los programas de enseñanza de del planeta.
Después del hundimiento de la la URSS y el fracaso aparente de los métodos revolucionarios violentos, parecería que los mundialistas aplican las teorías de Gramsci y buscan apoderarse en primer lugar de las "superestructuras" - método maquiavélico (Gramsci escribió un ensayo sobre Maquiavelo) que ha debido sugerir a Pascal Bernardin el título de su libro: Machiavel Pédagogue. Si Maquiavelo era un personaje inquietante, sus modernos discípulos lo son mucho más ya que no se satisfacen ya con intrigas políticas sino que se libran a maquinaciones que afectan al ámbito psíquico; aprovechan con una inteligencia casi demoníaca los progresos de las ciencias psicológicas y sociológicas relativas especialmente a la "violación de las masas" y al "lavado de cerebro". Según Pascal Bernardin "los revolucionarios ahora están convencidos de que este sistema (soviético) no les permitía un control óptimo de la sociedad y los individuos - y sobre todo de su psiquismo (...) Así no se busca ya controlar la sociedad por medio de la economía, cara a Marx, sino manipulando los valores, las actitudes y los comportamientos, es decir los psiquismos." (59) Como quería Gramsci, la lucha revolucionaria se transporta ahora al ámbito psicológico y cultural, lo que implica la toma de" posesión de la Enseñanza, primera etapa en del conquista y la transformación de los espíritus.
Así "una revolución pedagógica basada en los resultados de la investigación psicopedagogía está en curso en todo el mundo (...) Esta revolución pedagógica contempla imponer una" ética para la creación de una nueva sociedad "(Parlamento Europeo) y establecer una sociedad intercultural. La nueva ética no es más que una presentación notable de la utopía comunista. "(60) Conocer esta revolución pedagógica permite accesoriamente explicar el hecho paradójico de una subida constante de los créditos consagrados a la Enseñanza seguida por una reducción no menos continua de la calidad de los estudios. En efecto, no se trata ya de despertar los espíritus y de transmitirles un conocimiento, sino del transformarlos en instrumentos flexibles del futuro Orden mundial. "La reforma pedagógica que tiene lugar en la hora actual en numerosos países quiere sustituir a las enseñanzas clásicas y cognoscitivas por una enseñanza" pluridimensional y no cognoscitiva que afecta todos los componentes de la personalidad: ética, emocional, social, cívica, política, estética, psicológica... Se tratan de vaciar las enseñanzas de su contenido (cognoscitivos) para sustituirlos por un adoctrinamiento criptocomunista y mundialista, que contempla modificar los valores, las actitudes y los comportamientos. "(61)
Comprendemos entonces porqué los Diarios y los otros medios de información, sujetos al control de los financieros internacionales, evitan criticar el comunismo y se guardan bien de injuriarlo. Es que el comunismo demostró una temible eficacia y que puede aún servir. Si se cree a Pascal Bernardin, uno de los objetivos de la revolución pedagógica es crear " una sociedad dual, compuesta de dos clases:" los dirigidos y los dirigentes, la élite y el pueblo, ciertos dicen los capataces y los esclavos (...) El trabajo intelectual, así como el poder, estará entonces reservado a una élite tecnócrata que habrá recibido, en exclusiva, la formación intelectual necesaria para su cumplimiento. "(62)
¡Extraño resultado del igualitarismo revolucionario! pero la igualdad será realizada en la base por del comunismo reservado a las masas, de acuerdo con las ideas de Ruskin. Más extraña aún sería la hipótesis de una Izquierda mistificatriz que permite el paraíso sobre tierra con el fin de preparar el infierno, pero las realizaciones de los regímenes comunistas van bastante en este sentido: se masacran millones de seres humanos en nombre del humanismo. Que similares masacres solo suscitan una escasa reprobación en comparación de la fuerza del crimen, muestra hasta qué punto nuestros contemporáneos están penetrados por el espíritu revolucionario. La revolución pedagógica no es quizá paso indispensable habida cuenta de los resultados ya obtenidos por la propaganda subversiva, marcará solamente un paso más hacia el control total de las conciencias humanas. ¿Cómo no pensar aquí en las predicciones de un Aldous Huxley o de un George Orwell, incluso si se presentaron en su tiempo bajo una forma novelesca? ¿No estamos sobre el umbral "del mejor de los mundos"? En cualquier caso, podemos pretender, en virtud de todos los elementos de los que disponemos, que el reino de la Igualdad no es más que un objetivo secundario de la Revolución, su objetivo principal, pero oculto, consiste establecer un régimen totalitario que será la prefiguración de reino del Anticristo.
Notas
(59) Entretien avec Pascal Bernardin, revue Lecture et Tradition, N° 221222, juillet-aoút 1995.
(60) P. BERNARDIN, Machiavel Pédagogue, p.7. (61) Ibid, p.98.(62) Ibid, p.172-3.
(62) Ibid, p.172-3.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Nacionalismo e internacionalismo 5. Teoría del caos
4. TEORÍA DEL CAOS
No hay dominio filosófico que no esté afectado por la Subversión con la nueva teoría del Caos - teoría que representa el resultado lógico del pensamiento revolucionario que no ha dejado desde siglos de poner todo en cuestión, de combatir los fundamentos de las sociedades humanas incluido del orden cósmico. La teoría del Caos sería a nivel filosófico lo que es el socialismo a nivel político: una manifestación del nihilismo de la Izquierda, una negación total de do divino. Como los Antiguos, los teóricos del Caos hacen de éste uno entidad, casi un divinidad, que se encontraría en origen de universo - manera radical de negar la creación divina. "al comienzo había no el Verbo sino" el vacío "," el caos "," la fluctuación "," la inestabilidad creativa de la materia ". " No hay más orden absoluto, incondicional, eterno", proclama Morin, "no solamente a nivel biológico (...) sino no aún más en el universo estelar, galáctico y cósmico. (...) el desorden está en el tejido subatómico del universo. El desorden está en el origen accidental de nuestro universo (...) el desorden es inseparable de la evolución de nuestro universo ". "(53)
Se encuentran en esta bonita teoría el espíritu fundamentalmente antirreligioso de la Revolución que niega el orden divino a fin poder reemplazarlo por un orden puramente humano; se encuentra aquí también el materialismo de los "filósofos" del Siglo de las Luces. "Es la materia mismo, en efecto, la que determina un camino evolutivo hacia estructuras siempre más complejas. Eso comporta la capacidad de percibir y pensar de la materia, ya teorizada por Toland y por el deísmo inglés, antes del mimo Diderot y Marx. "(54) A fin de explicar el orden del mundo, o, en el caso de Marx, su evolución, el materialista se ven obligado a conceder a la Materia una cierta conciencia y una determinada voluntad - pero se burlan de esta contradicción, siendo su objetivo eliminar Dios - caen entonces en el panteísmo. "La naturaleza no es solamente materia que evoluciona en el espacio y el tiempo, sino que es un todo-viviente, que tiene en si un alma, principio interior y espontáneo de actividad." (55) El panteísmo es una tentación permanente para la Izquierda puesto que debe reconciliar su negación de Dios con su creencia en la Evolución y el Progreso.
Para Roberto de Mattei "la teoría del caos se presenta propiamente como una gnosis, es decir como una" técnica del conocimiento ", gracias a la cual el hombre vuelve a entrar en posesión de la clave misterio cósmico y" reconoce "su propia naturaleza divina, anulando la individualidad en el Todo inconsciente." (56) Bajo nuevas ropas encontramos la vieja cosmología de las sectas gnósticas, con un carácter nihilista aún más acentuado, ya que no se trata más de declarar el mundo malo sino de disolverlo en la lucha de fuerzas antagónicas. Los teóricos del Caos van aún más lejos, combaten la constitución misma del entendimiento humano pretendiendo negar el principio de causalidad.
Dado que es difícil proponer una explicación del universo bajo una forma enteramente negativa, nuestros modernos gnósticos introducen, muy arbitrariamente, en su sistema el concepto de solidaridad. De una manera poco convincente suponen "una" trama de relaciones ", es decir una relación solidaria y necesaria que vincularía cualquier realidad autoorganizada al entorno. "(57) Realmente - y es aquí donde la Revolución se manifiesta subrepticiamente - la intención oculta es aportar una fianza filosófica o pseudocientífica para la edificación de la República Universal, y eso por medio del principio de solidaridad. Los teóricos del Caos, cantores del desorden universal, abogan curiosamente por una "regeneración de la solidaridad en el tejido complejo de la sociedad civil" y por una "revivificación de las fórmulas federativas y confederativas para sobrepasar el Estado-nación."(58) ¡Sobrepasar el Estado-nación! ¡Así la teoría del Caos, del desorden original, consigue la apología del Nuevo Orden Mundial! Todas estas elucubraciones, a la vez gnósticas y pseudocientíficas, podrían prestarse a la risa, pero sería culpable dejarse ganar por la hilaridad, ya que confirman una predicción pesimista de Guénon: la fase de solidificación (racionalismo) debe suceder una fase de disolución (pseudospiritualismo) - y la teoría del Caos parece un elemento del proceso de disolución.
Notas
(53) Roberto de MATTEI, De l'utopie du progrés au régne du chaos, p.29.
(54) Ibid, p.34.
(55) Ibid, p.50. (56) Ibid, p.50. (57) Ibid, p.37.
(58) Ibid, p.102.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
No hay dominio filosófico que no esté afectado por la Subversión con la nueva teoría del Caos - teoría que representa el resultado lógico del pensamiento revolucionario que no ha dejado desde siglos de poner todo en cuestión, de combatir los fundamentos de las sociedades humanas incluido del orden cósmico. La teoría del Caos sería a nivel filosófico lo que es el socialismo a nivel político: una manifestación del nihilismo de la Izquierda, una negación total de do divino. Como los Antiguos, los teóricos del Caos hacen de éste uno entidad, casi un divinidad, que se encontraría en origen de universo - manera radical de negar la creación divina. "al comienzo había no el Verbo sino" el vacío "," el caos "," la fluctuación "," la inestabilidad creativa de la materia ". " No hay más orden absoluto, incondicional, eterno", proclama Morin, "no solamente a nivel biológico (...) sino no aún más en el universo estelar, galáctico y cósmico. (...) el desorden está en el tejido subatómico del universo. El desorden está en el origen accidental de nuestro universo (...) el desorden es inseparable de la evolución de nuestro universo ". "(53)
Se encuentran en esta bonita teoría el espíritu fundamentalmente antirreligioso de la Revolución que niega el orden divino a fin poder reemplazarlo por un orden puramente humano; se encuentra aquí también el materialismo de los "filósofos" del Siglo de las Luces. "Es la materia mismo, en efecto, la que determina un camino evolutivo hacia estructuras siempre más complejas. Eso comporta la capacidad de percibir y pensar de la materia, ya teorizada por Toland y por el deísmo inglés, antes del mimo Diderot y Marx. "(54) A fin de explicar el orden del mundo, o, en el caso de Marx, su evolución, el materialista se ven obligado a conceder a la Materia una cierta conciencia y una determinada voluntad - pero se burlan de esta contradicción, siendo su objetivo eliminar Dios - caen entonces en el panteísmo. "La naturaleza no es solamente materia que evoluciona en el espacio y el tiempo, sino que es un todo-viviente, que tiene en si un alma, principio interior y espontáneo de actividad." (55) El panteísmo es una tentación permanente para la Izquierda puesto que debe reconciliar su negación de Dios con su creencia en la Evolución y el Progreso.
Para Roberto de Mattei "la teoría del caos se presenta propiamente como una gnosis, es decir como una" técnica del conocimiento ", gracias a la cual el hombre vuelve a entrar en posesión de la clave misterio cósmico y" reconoce "su propia naturaleza divina, anulando la individualidad en el Todo inconsciente." (56) Bajo nuevas ropas encontramos la vieja cosmología de las sectas gnósticas, con un carácter nihilista aún más acentuado, ya que no se trata más de declarar el mundo malo sino de disolverlo en la lucha de fuerzas antagónicas. Los teóricos del Caos van aún más lejos, combaten la constitución misma del entendimiento humano pretendiendo negar el principio de causalidad.
Dado que es difícil proponer una explicación del universo bajo una forma enteramente negativa, nuestros modernos gnósticos introducen, muy arbitrariamente, en su sistema el concepto de solidaridad. De una manera poco convincente suponen "una" trama de relaciones ", es decir una relación solidaria y necesaria que vincularía cualquier realidad autoorganizada al entorno. "(57) Realmente - y es aquí donde la Revolución se manifiesta subrepticiamente - la intención oculta es aportar una fianza filosófica o pseudocientífica para la edificación de la República Universal, y eso por medio del principio de solidaridad. Los teóricos del Caos, cantores del desorden universal, abogan curiosamente por una "regeneración de la solidaridad en el tejido complejo de la sociedad civil" y por una "revivificación de las fórmulas federativas y confederativas para sobrepasar el Estado-nación."(58) ¡Sobrepasar el Estado-nación! ¡Así la teoría del Caos, del desorden original, consigue la apología del Nuevo Orden Mundial! Todas estas elucubraciones, a la vez gnósticas y pseudocientíficas, podrían prestarse a la risa, pero sería culpable dejarse ganar por la hilaridad, ya que confirman una predicción pesimista de Guénon: la fase de solidificación (racionalismo) debe suceder una fase de disolución (pseudospiritualismo) - y la teoría del Caos parece un elemento del proceso de disolución.
Notas
(53) Roberto de MATTEI, De l'utopie du progrés au régne du chaos, p.29.
(54) Ibid, p.34.
(55) Ibid, p.50. (56) Ibid, p.50. (57) Ibid, p.37.
(58) Ibid, p.102.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
viernes, 18 de enero de 2008
Nacionalismo e internacionalismo 4. Internacionalismo 2º
"The Establishment, como en Francia, no tiene nada de común con una asociación constituida ni con un partido político." Es una reunión de personalidades ejerciendo un control personal sobre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial del Gobierno, sobre la vida intelectual, la actividad científica educativa americana haciendo autoridad hasta en las esferas religiosas, principalmente por medio de Foundations filantrópicas, estas últimas encubriendo, bajo esta etiqueta, su verdadero objetivo. "(33) La existencia de el Establishment se deriva naturalmente de una de las leyes que regulan la política, según la cual siempre una pequeña minoría dirige. En democracia, supuesta ser el Gobierno del Pueblo, esta minoría permanece discreta y no aparece a la luz del día. Pero, la voluntad de poder siendo insaciable, el Establishment no se satisface con el poder en un único país, quiere extender este poder del mundo entero; se incorpora entonces a la Revolución ya que persigue el mismo objetivo: destruir las entidades nacionales con el fin de instaurar a un Gobierno internacional. He ahí la explicación de un hecho que solo es paradójico aparentemente: el sostén concedido por los hombres más ricos del mundo a los movimientos revolucionarios que reclaman la división de las riquezas. "Si se comprende que el socialismo no es un programa de división de las riquezas, sino en realidad un método de consolidar y controlar la riqueza, entonces la paradoja aparente de los hombres más ricos que promueven el socialismo no es más una paradoja." Al contrario se convierte en el instrumento lógico e incluso perfecto de los megalómanos a la búsqueda del poder. El comunismo, o más concretamente el socialismo, no es un movimiento de las masas desheredadas, sino de la elite económica. "(34)
A los que la anterior explicación no convenciera, aconsejamos el estudio de los hechos históricos. Está probado ahora que varios bancos americanos financiaron la Revolución bolchevique - la revolución, que nunca es espontánea como la rebelión, ¡es una cosa que cuesta caro, muy caro! ¡En 1917 de Lenin pudo hacer aparecer ¡diecisiete diarios bolchéviques! Después del éxito de la Revolución, generosos banqueros apoyaron el régimen soviético y le han impedido hundirse. "una camarilla de financieros americanos no solamente ayudó al comunismo en Rusia, sino contribuyó mucho mantenerlo en vida." Desde 1918 esta camarilla se consagró a la transferencia de dinero e información técnica hacia la URSS. Esto está probado por el estudio histórico en tres volúmenes del profesor Antony Sutton del Stanford Universidad, titulada Western, Technology and Soviét Economic Developement. Utilizando, para la mayor parte, los documentos oficiales del Departamento de Estado, Sutton demuestra que la casi totalidad de las adquisiciones de la URSS se obtuvieron de Occidente. No ese exagerado calificar a la URSS de made in USA "(35) De una evidencia cegadora es el hecho de que las democracias" capitalistas ", victoriosas a la salida de la primera Guerra Mundial, habrían podido fácilmente aplastar en el huevo el movimiento bolchevique, o apoyando verdaderamente los ejércitos blancos o interviniendo militarmente en una Rusia en plena descomposición. No lo hicieron a pesar de las proclamaciones amenazantes de Lenin que declaraba abiertamente la guerra al capitalismo del mundo entero. Estas mismas democracias capitalistas demostraron, al final de la segunda Guerra Mundial, una mansedumbre comparable concediendo la mitad de Europa un régimen comunista que subvencionaba, sobre su propio suelo, partidos revolucionarios anticapitalistas. Los acuerdos de Yalta, que suscitaron tantas interrogaciones, se comprenden perfectamente en la perspectiva de un complot mundialista; ellos redujeron una multitud de naciones a dos grandes conjuntos, primer paso hacia unificación del globo. "La colusion constante entre los países anglosajones y la Rusia soviética, que, a pesar de algunos " errores ", se manifestará abiertamente durante el siglo XX, encuentra su explicación en el común determinación de sus dirigentes, reconocidos u ocultos, de hacer triunfar un socialismo universal para la instauración del Gobierno Mundial." "(36) En fin, hoy día, el hundimiento del régimen comunista en la URSS es susceptible de la misma interpretación. Ninguna revolución popular, ninguna sublevación general de las masas, no tuvieron lugar el régimen no cedió a la presión de la calle sino que procedió el mismo a su transformación. Todo pasa como si los mundialistas hubieran decidido sustituir a la tiranía soviética, juzgada obsoleta e ineficaz, por una clase de socialdemocracia generalizada pudiendo englobar a Occidente. "Cuando se lee el libro del antiguo Ministro de Asuntos exteriores de Gorbachov, el Sr. Chevardnadze, que fue el primero anunciar, en diciembre de 1990, la inminencia de un golpe de Estado, se percibió que el Sr. Chevardnadze había cambiado la ideología de la lucha de clases por una ideología mundialista de lenguaje muy masónico. El Sr. Chevardnadze considera el marxismo superado por la evolución actual de la Razón humana. Habla de un Templo de la humanidad a construir, como nuevo ideal que substituya la ideología de la lucha de clases. ¿los Sres. Yakoviev, Chevardnaze y todos los que lanzaron la perestroika, no habrían intentado transformar la URSS para hacer un estado de tipo social demócrata de acuerdo con los medios masónicos occidentales? "(37)
La alianza de hecho, si no la complicidad, entre el Franc-Masonería, la Alta Finanza, y el Comunismo, alianza contra naturaleza a los ojos del observador profano, se convierten en una evidencia para el investigador que realiza el esfuerzo de reunir un gran número de índices probatorios;" esfuerzo recompensado por el descubrimiento de curiosas confianzas hechas por los conspiradores mismos... es posible recoger un número suficiente de testimonios, a menudo edificantes, emanados de personajes de influencia. Por ejemplo, por lo que se refiere a la supresión de los Estados nacionales, podemos citar a Walt Rostow, consejero del Presidente Lyndon Johnson. "Es, escribe en su libro United States in the World Arena, un legitimo objetivo nacional de los Americanos ver retirar a todas las naciones - incluidos los Estados Unidos - el derecho a utilizar una fuerza militar importante para la continuación de sus intereses propios. Puesto que este derecho remanente está en la raíz de la soberanía nacional, es, por lo tanto, de interés americano poner un término a la nacionalidad tal como está definida históricamente. "(38) Como numerosas personalidades oficiales de los Estados Unidos hacen ahora similares afirmaciones, parecería que la conspiración mundialista haya entrado en una nueva fase de realización acarreando, de una manera inevitable, la revelación parcial de sus objetivos. La fórmula "Nuevo Orden Mundial", cada vez más utilizada hoy, parece seducir numerosos espíritus que aceptarían de buen grado la extensión de los poderes conferidos a la ONU. Se podría considerar esta tendencia como el resultado de los esfuerzos de los pacifistas, que fueran sinceros o no, que tienden verdaderamente a la Paz o a la Revolución, pero la corriente mundialista es demasiado potente para que se la reduzca a la acción de simples idealistas, por numerosos que sean. Que el establecimiento de la Paz en el mundo sea un pretexto o no, se trata ante todo de una lucha por el poder y hoy día el Dinero se ha convertido en la principal fuerza en política. Si se acepta la tesis de los autores que hemos citado, el Dinero utiliza el Comunismo como medio para llegar a sus fines, medio que podría convertirse en peligroso para sus usuarios. ¿"No puede escaparse nadie que la colusión entre el Establishment y el Comunismo, que sea Soviético, Chino o - ¿por qué no?" - del Tercer mundo, presenta para la Alta Finanza internacional riesgos a no descuidar. Nada dice que los dirigentes comunistas aceptarán jugar el juego y que al contrario, imbuidos de su potencia, no intentarán realizar al Gobierno Mundial en su provecho. Pero, manifiestamente, los "supercapitalistas" sin embargo el lo más directamente amenazados, no muestren ningún temor." Es pues de simple lógica suponer que se consideran en estado de controlar todo momento el Comunismo internacional. "(39) El fracaso del régimen comunista en Rusia parece confirmar este juicio, ya que resulta de decisiones tomadas en la cumbre y no de una rebelión la base." Permanecería la incógnita representada por China.
Para los que experimentan dificultades en concebir el reino del Dinero, recordaremos que la casta comerciante tomó el poder con la Revolución francesa, ha impuesto su filosofía: el liberalismo, y finalmente estableció el sistema capitalista, o sea "el reino de la cantidad". De estas premisas se derivan necesariamente graves consecuencias: el poder de la Sangre que se suprime definitivamente en 1918 con la destrucción de las últimas monarquías hereditarias, solo subsiste el poder del Dinero. Es divertido constatar que la Izquierda, innatamente anticapitalista según sus declaraciones, concentra todos sus ataques contra los "patronos" o también contra las célebres "dos ciento familias", pero se guarda bien poner de relieve la toda potencia de la Finanza international. ¿Qué son las "dos ciento familias" francesas, suponiendo que estén unidas y dispongan de un verdadero poder, en comparación de los grandes organismos financieros internacionales, como el Banco central de los Estados Unidos? "La Federal Reserva Bank US es una dictadura monetaria que posee poderes discrecionales absolutos sobre el pueblo americano y, por repercusión sobre el resto del mundo (...) En los Estados Unidos la política monetaria controlada por los siete miembros del Federal Reserva Board, los doce Presidentes y ciento ocho directores de los doce bancos del Federal Reserva." Estas 127 personas actuando en el secreto más total, tienen un poder absoluto sobre las decisiones monetarias. "(40) Si la Federal Reserva Bank US posee un poder discrecional a nivel financiero y por lo tanto a nivel político, no es la única organización de este tipo a ejercer una influencia sobre los asuntos del mundo. Hemos visto la importancia del papel jugado por el C.F.R. y la Triláteral; pero existen otros grupos de presión tales como los Bilderbergers. A este a propósito y a la intención de los lectores poco convencidos de la realidad de la conspiración mundialista, transcribiremos otro testimonio, el de John R. Rarick, miembro de los Congreso de los Estados Unidos. "Los Bilderbergers, escribe, prestigiosos y poderosos a nivel internacional, continúan dirigiendo las finanzas mundiales en una conspiración para convertir el mundo en un sistema feudal en el cual se somete cada detalle de la libertad individual la fantasía de su veto. La nueva nobleza plutocrática se propone controlar las nuevas colonias gracias a su dominio del dinero y de la potencia financiera, sin preocuparse de los caracteres políticos o geográficos, ni de raza, creencia, color, religión o sexo. "(41) James Perloff, que dedicó un libro al C.F.R., cita la declaración estupefaciente hecha por Rowan Gaither, Presidente de la Fundación Ford a Norman Dodd, miembro de una comisión de encuesta del Congreso americano:" "Usaremos nuestro poder con el fin de cambiar la vida en los Estados Unidos de tal manera que puedan fundirse juntos con la Unión Soviética." "(42)
Después de haber reunido una serie de testimonios sobre los círculos de las alta finanza internacional, encontramos la cuestión de la unidad de la Revolución." Si la Revolución es una entidad, un ser espiritual, sus representantes sobre tierra ¿forman un "orden" jerarquizado, parodia satánica de las órdenes de caballería, o actúa en total independencia? ¿Existe un centro coordinador que sea a la Revolución lo que el Komintern era al Comunismo? Parecerían que no son tan numerosas las distintas formas de la Subversión. Gary Allen y Larry Abraham, en su estudio de la conspiración financiera, precisan que pertenece a un conjunto mucho más extenso. "Esta conspiración, escriben, no está constituida solamente por banqueros y financieros internacionales sino que incluye todos los ámbitos donde se ejerce la acción humana. A partir De Voltaire y Adam Weishaupt, pasando por John Ruskin, Sidney Webb, Nicholas Murray Butler, se trata siempre del intelectual a la búsqueda del poder, que muestra a los "hijos de Mammon" cómo utilizar sus riquezas para regular el mundo. "(43) Por eso la Subversión, verdadero Protéo, puede utilizar todas las formas concebibles para llegar sus finales, incluso formas antagónicas como el Capitalismo y el Comunismo. Si se quiere comprender la Revolución es necesario admitir que es la vez un organismo vivo, o más concretamente organismos, a menudo efímeros – retomemos el ejemplo del Komintern -, y un "mito", en el sentido soréliano, es decir una idea-fuerza capaz de encender las muchedumbres; pero sobre todo es necesario percibir que es una fuerza de naturaleza espiritual, superando nuestro mundo y sus luchas políticas. "Existe, como cada uno puede verlo, un conflicto perenne a través del mundo. Se la ha designado como la lucha entre la izquierda y la derecha, entre la Cortina de Hierro y el Mundo Libre, entre el Comunismo ateo y la Cristiandad. En realidad esta confrontación de fuerzas mundiales es un macrocosmo simplemente del conflicto que se continúa en el interior de cada ser humano. Nosotros le hemos llamado el combate entre la materia y el espíritu, entre el deseo y la conciencia, entre Dios y Satanás. Pero cualquiera que sea el nombre conveniente, el conflicto existe. Esta es la razón por la que observamos la paradoja de la alianza entre Capitalistas y Comunistas. En contradicción con la doctrina marxista, la vida no es una lucha de clases sino una lucha espiritual. "(44) Después de haber formulado este juicio, James Perloff, afectado por el desarrollo extraordinario de los movimientos en favor de un Gobierno Mundial, se pregunta si el reino del Anticristo no está tomando forma."
Para Pierre Virión también "el combate es espiritual, religioso sobre todo, y la toma de posesión del mundo por los poderes del dinero, las tecnocracias, los supernacionalismos no son política en primer lugar sino esencialmente satánica." "(45) El fenómeno revolucionario tomó tal amplitud en el siglo XX que es difícil considerarlo puramente humano;" la Revolución se apoderó no solamente de los mayores países del mundo sino también de la mayoría de los espíritus, incluso de los que deberían estar protegidos por su religión, y puede preguntarse si ella no ha triunfado en penetrar en la Iglesia.' "este falsificación humanitaria de nuestra santa religión que la Revolución construyó en Rusia y China sobre las decenas de millones de cadáveres de gente reputada inasimilables (es decir de gente que no quiso " doblar la rodilla delante de la bestia") y este orden nuevo, lleva la marca del enemigo de Dios y del género humano." "(46)
Como lo dice Louis Daménie, es necesario venir a nombrar al diablo y reconocer la existencia de sus principales agentes sobre tierra," verdaderos conductores espirituales que dirigen en la historia la gran ofensiva del mal y quienes, no lo hacen ni por interés, ni por debilidad carnal, ni por cálculo. Lo hacen por amor, por este amor negativo que es el odio de todo lo que procede de Dios. "(47) La religión del diablo tiene no sólo sus fieles sino también sus " santos "que se sacrifican cuerpo y alma para la realización del el grande obra:" el advenimiento del reino del Anticristo. Después de los siglos de racionalismo, de propaganda revolucionaria negando el pecado original e incluso la realidad del Mal, nuestros contemporáneos tienen la mayor dificultad en concebir la existencia de Satanás; en cuanto a asignarle una influencia sobre el curso de la historia humana, es un hipótesis que los historiadores se sienten en el deber rechazar como no científico. Y sin embargo esta hipótesis permite explicar la continuidad sorprendente de la acción revolucionaria en el tiempo, continuidad que sería difícil acordar a un organismo puramente humano triunfando al mantenerse y perpetuarse durante siglos.
Henri Le Caron considera que es una locura cerrar los ojos sobre la realidad de Satanás. "El demonio, escribe este autor, existe realmente. Es visible en el comunismo, ya que la persecución religiosa por los comunistas es una conspiración contra Dios, tejido por el único que pueda tener la pretensión de invertir del trono del Toto-Poderoso. Es una guerra sin razón contra el Señor de la luz, llevada con una lógica de hierro por un puñado de secuaces del Príncipe de las tinieblas. "(48) Es innegable que el Comunismo ha impulsado la persecución anticristiana hasta un grado espantoso, sistemático, desconocido en la historia. Numerosos testimonios, dignos de fe, exponen el odio, patológico o satánico, manifestado por los Comunistas hacia la Religión. Nos limitaremos a citar el del pastor baptista Richard Wurmbrand que pasó catorce años en las mazmorras comunistas rumanas, antes de ser liberado por rescate, y cuya supervivencia se consideró como un milagro por los médicos occidentales. "Lo que los comunistas, escribe, infligieron a los cristianos superan el entendimiento humano. Vi marxistas torturar cristianos y la cara de los verdugos estallaba en una alegría extática. Mientras que nos martirizaban se los oía gritar: ¡"Somos el diablo!" (49) se comprende entonces porqué el papa Pio XI ha considerado el Comunismo no sólo como "intrínsecamente perverso" sino que también como "el ejército de Satanás sobre tierra" (50)
Podemos pues concluir con Nesta Webster que "el objetivo final de la revolución mundial no es el socialismo o incluso el comunismo, ni el cambio del sistema económico existente, ni la destrucción de la civilización en un sentido material; la revolución deseada es moral y espiritual, una anarquía por la cual todos los principios establecidos durante diecinueve siglos serán invertidos, todas tradiciones pisoteadas por los pies, y finalmente el ideal cristiano suprimido." (51) Si tal es el objetivo de la Subversión, no puede faltar de manifestarse en todos los ámbitos de la existencia y particularmente en el ámbito religioso; se trata no solamente de luchar contra la Religión, sino de crear una contra-religión. La proliferación actual de las sectas religiosas, lejos de ser el síntoma de renacimiento espiritual, no sería más que la preparación de una nueva religión. Entre estas sectas, la New Age podría realizar la unidad y convertirse en la futura religión mundial. Según Deirdre Manifold "la New Age tiene cuatro objetivos: 1° Inauguración el Nuevo Orden mundial. 2° Lanzar una nueva religión mundial. 3° Generación el Cristo de la New Age. 4° Rendir honor y homenaje universales a Lucifer (su portador de Luz). "(52) En estas condiciones, la New Age aparece como un elemento de la conspiración mundialista, su complemento espiritual hasta cierto punto. Así se concretan los planes de las Sociedades secretas, así se prepara cada vez más abiertamente el mundo futuro querido por los Iniciados, los Insiders, que parecen embriagados por sus realizaciones: a nivel político la ONU prefigura al futuro Gobierno mundial, a nivel económico los grupos de influencia, tales la Triláteral y los Bilderbergers, aseguran el reino del Dinero, finalmente a nivel religioso la New Age prepara los espíritus el futuro religión universal.
Notas
(33) Pierre VIRION, op. cit., p.72.
(34) G. ALLEN et L. ABRAHAM, None dare call it conspiracy, p.37.
(35) Ibid, p.85.
(36) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement Invisible, p.95.
(37) Yvan BLOT, in journal Présent du 24 aoút 1993.
(38) Cité par J. Bordiot in Une main cachée dirige, p.255.
(39) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.275.
(40) Deirdre MANIFOLD, Fatima et la Grande Conspiration, p.45-6.
(41) Cité par J. Bordiot in L'Occident démantelé, p.159.
(42) Cité par J. Perloff in The Shadows of Power, p.205.
(43) G. ALLEN et L. ABRAHAM, None dare call it conspiracy, p.86.
(44) J. PERLOFF, op. cit., p.220.
(45) -Pierre VIRION, op. cit., p.242.
(46) Henri LE CARON, Comprendre la Révolution, p.64.
(47) E. MALYNSKI, cité par L. Daménie in La Révolution, p.116.
(48) Henri LE CARON, op. cit., p.127.
(49) R. WURMBRAND, cité par D. Manifold in Fatima et la Grande Conspiration, p.103.
(50) Pie XI, encyclique Divini Redemptoris, cité par D. Manifold, op. cit., p.63.
(51) N. H. WEBSTER, Secret Societies and Subversive movements, p.337.
(52) D. MANIFOLD, Vers le nouvel ordre du monde, p.41.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
A los que la anterior explicación no convenciera, aconsejamos el estudio de los hechos históricos. Está probado ahora que varios bancos americanos financiaron la Revolución bolchevique - la revolución, que nunca es espontánea como la rebelión, ¡es una cosa que cuesta caro, muy caro! ¡En 1917 de Lenin pudo hacer aparecer ¡diecisiete diarios bolchéviques! Después del éxito de la Revolución, generosos banqueros apoyaron el régimen soviético y le han impedido hundirse. "una camarilla de financieros americanos no solamente ayudó al comunismo en Rusia, sino contribuyó mucho mantenerlo en vida." Desde 1918 esta camarilla se consagró a la transferencia de dinero e información técnica hacia la URSS. Esto está probado por el estudio histórico en tres volúmenes del profesor Antony Sutton del Stanford Universidad, titulada Western, Technology and Soviét Economic Developement. Utilizando, para la mayor parte, los documentos oficiales del Departamento de Estado, Sutton demuestra que la casi totalidad de las adquisiciones de la URSS se obtuvieron de Occidente. No ese exagerado calificar a la URSS de made in USA "(35) De una evidencia cegadora es el hecho de que las democracias" capitalistas ", victoriosas a la salida de la primera Guerra Mundial, habrían podido fácilmente aplastar en el huevo el movimiento bolchevique, o apoyando verdaderamente los ejércitos blancos o interviniendo militarmente en una Rusia en plena descomposición. No lo hicieron a pesar de las proclamaciones amenazantes de Lenin que declaraba abiertamente la guerra al capitalismo del mundo entero. Estas mismas democracias capitalistas demostraron, al final de la segunda Guerra Mundial, una mansedumbre comparable concediendo la mitad de Europa un régimen comunista que subvencionaba, sobre su propio suelo, partidos revolucionarios anticapitalistas. Los acuerdos de Yalta, que suscitaron tantas interrogaciones, se comprenden perfectamente en la perspectiva de un complot mundialista; ellos redujeron una multitud de naciones a dos grandes conjuntos, primer paso hacia unificación del globo. "La colusion constante entre los países anglosajones y la Rusia soviética, que, a pesar de algunos " errores ", se manifestará abiertamente durante el siglo XX, encuentra su explicación en el común determinación de sus dirigentes, reconocidos u ocultos, de hacer triunfar un socialismo universal para la instauración del Gobierno Mundial." "(36) En fin, hoy día, el hundimiento del régimen comunista en la URSS es susceptible de la misma interpretación. Ninguna revolución popular, ninguna sublevación general de las masas, no tuvieron lugar el régimen no cedió a la presión de la calle sino que procedió el mismo a su transformación. Todo pasa como si los mundialistas hubieran decidido sustituir a la tiranía soviética, juzgada obsoleta e ineficaz, por una clase de socialdemocracia generalizada pudiendo englobar a Occidente. "Cuando se lee el libro del antiguo Ministro de Asuntos exteriores de Gorbachov, el Sr. Chevardnadze, que fue el primero anunciar, en diciembre de 1990, la inminencia de un golpe de Estado, se percibió que el Sr. Chevardnadze había cambiado la ideología de la lucha de clases por una ideología mundialista de lenguaje muy masónico. El Sr. Chevardnadze considera el marxismo superado por la evolución actual de la Razón humana. Habla de un Templo de la humanidad a construir, como nuevo ideal que substituya la ideología de la lucha de clases. ¿los Sres. Yakoviev, Chevardnaze y todos los que lanzaron la perestroika, no habrían intentado transformar la URSS para hacer un estado de tipo social demócrata de acuerdo con los medios masónicos occidentales? "(37)
La alianza de hecho, si no la complicidad, entre el Franc-Masonería, la Alta Finanza, y el Comunismo, alianza contra naturaleza a los ojos del observador profano, se convierten en una evidencia para el investigador que realiza el esfuerzo de reunir un gran número de índices probatorios;" esfuerzo recompensado por el descubrimiento de curiosas confianzas hechas por los conspiradores mismos... es posible recoger un número suficiente de testimonios, a menudo edificantes, emanados de personajes de influencia. Por ejemplo, por lo que se refiere a la supresión de los Estados nacionales, podemos citar a Walt Rostow, consejero del Presidente Lyndon Johnson. "Es, escribe en su libro United States in the World Arena, un legitimo objetivo nacional de los Americanos ver retirar a todas las naciones - incluidos los Estados Unidos - el derecho a utilizar una fuerza militar importante para la continuación de sus intereses propios. Puesto que este derecho remanente está en la raíz de la soberanía nacional, es, por lo tanto, de interés americano poner un término a la nacionalidad tal como está definida históricamente. "(38) Como numerosas personalidades oficiales de los Estados Unidos hacen ahora similares afirmaciones, parecería que la conspiración mundialista haya entrado en una nueva fase de realización acarreando, de una manera inevitable, la revelación parcial de sus objetivos. La fórmula "Nuevo Orden Mundial", cada vez más utilizada hoy, parece seducir numerosos espíritus que aceptarían de buen grado la extensión de los poderes conferidos a la ONU. Se podría considerar esta tendencia como el resultado de los esfuerzos de los pacifistas, que fueran sinceros o no, que tienden verdaderamente a la Paz o a la Revolución, pero la corriente mundialista es demasiado potente para que se la reduzca a la acción de simples idealistas, por numerosos que sean. Que el establecimiento de la Paz en el mundo sea un pretexto o no, se trata ante todo de una lucha por el poder y hoy día el Dinero se ha convertido en la principal fuerza en política. Si se acepta la tesis de los autores que hemos citado, el Dinero utiliza el Comunismo como medio para llegar a sus fines, medio que podría convertirse en peligroso para sus usuarios. ¿"No puede escaparse nadie que la colusión entre el Establishment y el Comunismo, que sea Soviético, Chino o - ¿por qué no?" - del Tercer mundo, presenta para la Alta Finanza internacional riesgos a no descuidar. Nada dice que los dirigentes comunistas aceptarán jugar el juego y que al contrario, imbuidos de su potencia, no intentarán realizar al Gobierno Mundial en su provecho. Pero, manifiestamente, los "supercapitalistas" sin embargo el lo más directamente amenazados, no muestren ningún temor." Es pues de simple lógica suponer que se consideran en estado de controlar todo momento el Comunismo internacional. "(39) El fracaso del régimen comunista en Rusia parece confirmar este juicio, ya que resulta de decisiones tomadas en la cumbre y no de una rebelión la base." Permanecería la incógnita representada por China.
Para los que experimentan dificultades en concebir el reino del Dinero, recordaremos que la casta comerciante tomó el poder con la Revolución francesa, ha impuesto su filosofía: el liberalismo, y finalmente estableció el sistema capitalista, o sea "el reino de la cantidad". De estas premisas se derivan necesariamente graves consecuencias: el poder de la Sangre que se suprime definitivamente en 1918 con la destrucción de las últimas monarquías hereditarias, solo subsiste el poder del Dinero. Es divertido constatar que la Izquierda, innatamente anticapitalista según sus declaraciones, concentra todos sus ataques contra los "patronos" o también contra las célebres "dos ciento familias", pero se guarda bien poner de relieve la toda potencia de la Finanza international. ¿Qué son las "dos ciento familias" francesas, suponiendo que estén unidas y dispongan de un verdadero poder, en comparación de los grandes organismos financieros internacionales, como el Banco central de los Estados Unidos? "La Federal Reserva Bank US es una dictadura monetaria que posee poderes discrecionales absolutos sobre el pueblo americano y, por repercusión sobre el resto del mundo (...) En los Estados Unidos la política monetaria controlada por los siete miembros del Federal Reserva Board, los doce Presidentes y ciento ocho directores de los doce bancos del Federal Reserva." Estas 127 personas actuando en el secreto más total, tienen un poder absoluto sobre las decisiones monetarias. "(40) Si la Federal Reserva Bank US posee un poder discrecional a nivel financiero y por lo tanto a nivel político, no es la única organización de este tipo a ejercer una influencia sobre los asuntos del mundo. Hemos visto la importancia del papel jugado por el C.F.R. y la Triláteral; pero existen otros grupos de presión tales como los Bilderbergers. A este a propósito y a la intención de los lectores poco convencidos de la realidad de la conspiración mundialista, transcribiremos otro testimonio, el de John R. Rarick, miembro de los Congreso de los Estados Unidos. "Los Bilderbergers, escribe, prestigiosos y poderosos a nivel internacional, continúan dirigiendo las finanzas mundiales en una conspiración para convertir el mundo en un sistema feudal en el cual se somete cada detalle de la libertad individual la fantasía de su veto. La nueva nobleza plutocrática se propone controlar las nuevas colonias gracias a su dominio del dinero y de la potencia financiera, sin preocuparse de los caracteres políticos o geográficos, ni de raza, creencia, color, religión o sexo. "(41) James Perloff, que dedicó un libro al C.F.R., cita la declaración estupefaciente hecha por Rowan Gaither, Presidente de la Fundación Ford a Norman Dodd, miembro de una comisión de encuesta del Congreso americano:" "Usaremos nuestro poder con el fin de cambiar la vida en los Estados Unidos de tal manera que puedan fundirse juntos con la Unión Soviética." "(42)
Después de haber reunido una serie de testimonios sobre los círculos de las alta finanza internacional, encontramos la cuestión de la unidad de la Revolución." Si la Revolución es una entidad, un ser espiritual, sus representantes sobre tierra ¿forman un "orden" jerarquizado, parodia satánica de las órdenes de caballería, o actúa en total independencia? ¿Existe un centro coordinador que sea a la Revolución lo que el Komintern era al Comunismo? Parecerían que no son tan numerosas las distintas formas de la Subversión. Gary Allen y Larry Abraham, en su estudio de la conspiración financiera, precisan que pertenece a un conjunto mucho más extenso. "Esta conspiración, escriben, no está constituida solamente por banqueros y financieros internacionales sino que incluye todos los ámbitos donde se ejerce la acción humana. A partir De Voltaire y Adam Weishaupt, pasando por John Ruskin, Sidney Webb, Nicholas Murray Butler, se trata siempre del intelectual a la búsqueda del poder, que muestra a los "hijos de Mammon" cómo utilizar sus riquezas para regular el mundo. "(43) Por eso la Subversión, verdadero Protéo, puede utilizar todas las formas concebibles para llegar sus finales, incluso formas antagónicas como el Capitalismo y el Comunismo. Si se quiere comprender la Revolución es necesario admitir que es la vez un organismo vivo, o más concretamente organismos, a menudo efímeros – retomemos el ejemplo del Komintern -, y un "mito", en el sentido soréliano, es decir una idea-fuerza capaz de encender las muchedumbres; pero sobre todo es necesario percibir que es una fuerza de naturaleza espiritual, superando nuestro mundo y sus luchas políticas. "Existe, como cada uno puede verlo, un conflicto perenne a través del mundo. Se la ha designado como la lucha entre la izquierda y la derecha, entre la Cortina de Hierro y el Mundo Libre, entre el Comunismo ateo y la Cristiandad. En realidad esta confrontación de fuerzas mundiales es un macrocosmo simplemente del conflicto que se continúa en el interior de cada ser humano. Nosotros le hemos llamado el combate entre la materia y el espíritu, entre el deseo y la conciencia, entre Dios y Satanás. Pero cualquiera que sea el nombre conveniente, el conflicto existe. Esta es la razón por la que observamos la paradoja de la alianza entre Capitalistas y Comunistas. En contradicción con la doctrina marxista, la vida no es una lucha de clases sino una lucha espiritual. "(44) Después de haber formulado este juicio, James Perloff, afectado por el desarrollo extraordinario de los movimientos en favor de un Gobierno Mundial, se pregunta si el reino del Anticristo no está tomando forma."
Para Pierre Virión también "el combate es espiritual, religioso sobre todo, y la toma de posesión del mundo por los poderes del dinero, las tecnocracias, los supernacionalismos no son política en primer lugar sino esencialmente satánica." "(45) El fenómeno revolucionario tomó tal amplitud en el siglo XX que es difícil considerarlo puramente humano;" la Revolución se apoderó no solamente de los mayores países del mundo sino también de la mayoría de los espíritus, incluso de los que deberían estar protegidos por su religión, y puede preguntarse si ella no ha triunfado en penetrar en la Iglesia.' "este falsificación humanitaria de nuestra santa religión que la Revolución construyó en Rusia y China sobre las decenas de millones de cadáveres de gente reputada inasimilables (es decir de gente que no quiso " doblar la rodilla delante de la bestia") y este orden nuevo, lleva la marca del enemigo de Dios y del género humano." "(46)
Como lo dice Louis Daménie, es necesario venir a nombrar al diablo y reconocer la existencia de sus principales agentes sobre tierra," verdaderos conductores espirituales que dirigen en la historia la gran ofensiva del mal y quienes, no lo hacen ni por interés, ni por debilidad carnal, ni por cálculo. Lo hacen por amor, por este amor negativo que es el odio de todo lo que procede de Dios. "(47) La religión del diablo tiene no sólo sus fieles sino también sus " santos "que se sacrifican cuerpo y alma para la realización del el grande obra:" el advenimiento del reino del Anticristo. Después de los siglos de racionalismo, de propaganda revolucionaria negando el pecado original e incluso la realidad del Mal, nuestros contemporáneos tienen la mayor dificultad en concebir la existencia de Satanás; en cuanto a asignarle una influencia sobre el curso de la historia humana, es un hipótesis que los historiadores se sienten en el deber rechazar como no científico. Y sin embargo esta hipótesis permite explicar la continuidad sorprendente de la acción revolucionaria en el tiempo, continuidad que sería difícil acordar a un organismo puramente humano triunfando al mantenerse y perpetuarse durante siglos.
Henri Le Caron considera que es una locura cerrar los ojos sobre la realidad de Satanás. "El demonio, escribe este autor, existe realmente. Es visible en el comunismo, ya que la persecución religiosa por los comunistas es una conspiración contra Dios, tejido por el único que pueda tener la pretensión de invertir del trono del Toto-Poderoso. Es una guerra sin razón contra el Señor de la luz, llevada con una lógica de hierro por un puñado de secuaces del Príncipe de las tinieblas. "(48) Es innegable que el Comunismo ha impulsado la persecución anticristiana hasta un grado espantoso, sistemático, desconocido en la historia. Numerosos testimonios, dignos de fe, exponen el odio, patológico o satánico, manifestado por los Comunistas hacia la Religión. Nos limitaremos a citar el del pastor baptista Richard Wurmbrand que pasó catorce años en las mazmorras comunistas rumanas, antes de ser liberado por rescate, y cuya supervivencia se consideró como un milagro por los médicos occidentales. "Lo que los comunistas, escribe, infligieron a los cristianos superan el entendimiento humano. Vi marxistas torturar cristianos y la cara de los verdugos estallaba en una alegría extática. Mientras que nos martirizaban se los oía gritar: ¡"Somos el diablo!" (49) se comprende entonces porqué el papa Pio XI ha considerado el Comunismo no sólo como "intrínsecamente perverso" sino que también como "el ejército de Satanás sobre tierra" (50)
Podemos pues concluir con Nesta Webster que "el objetivo final de la revolución mundial no es el socialismo o incluso el comunismo, ni el cambio del sistema económico existente, ni la destrucción de la civilización en un sentido material; la revolución deseada es moral y espiritual, una anarquía por la cual todos los principios establecidos durante diecinueve siglos serán invertidos, todas tradiciones pisoteadas por los pies, y finalmente el ideal cristiano suprimido." (51) Si tal es el objetivo de la Subversión, no puede faltar de manifestarse en todos los ámbitos de la existencia y particularmente en el ámbito religioso; se trata no solamente de luchar contra la Religión, sino de crear una contra-religión. La proliferación actual de las sectas religiosas, lejos de ser el síntoma de renacimiento espiritual, no sería más que la preparación de una nueva religión. Entre estas sectas, la New Age podría realizar la unidad y convertirse en la futura religión mundial. Según Deirdre Manifold "la New Age tiene cuatro objetivos: 1° Inauguración el Nuevo Orden mundial. 2° Lanzar una nueva religión mundial. 3° Generación el Cristo de la New Age. 4° Rendir honor y homenaje universales a Lucifer (su portador de Luz). "(52) En estas condiciones, la New Age aparece como un elemento de la conspiración mundialista, su complemento espiritual hasta cierto punto. Así se concretan los planes de las Sociedades secretas, así se prepara cada vez más abiertamente el mundo futuro querido por los Iniciados, los Insiders, que parecen embriagados por sus realizaciones: a nivel político la ONU prefigura al futuro Gobierno mundial, a nivel económico los grupos de influencia, tales la Triláteral y los Bilderbergers, aseguran el reino del Dinero, finalmente a nivel religioso la New Age prepara los espíritus el futuro religión universal.
Notas
(33) Pierre VIRION, op. cit., p.72.
(34) G. ALLEN et L. ABRAHAM, None dare call it conspiracy, p.37.
(35) Ibid, p.85.
(36) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement Invisible, p.95.
(37) Yvan BLOT, in journal Présent du 24 aoút 1993.
(38) Cité par J. Bordiot in Une main cachée dirige, p.255.
(39) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.275.
(40) Deirdre MANIFOLD, Fatima et la Grande Conspiration, p.45-6.
(41) Cité par J. Bordiot in L'Occident démantelé, p.159.
(42) Cité par J. Perloff in The Shadows of Power, p.205.
(43) G. ALLEN et L. ABRAHAM, None dare call it conspiracy, p.86.
(44) J. PERLOFF, op. cit., p.220.
(45) -Pierre VIRION, op. cit., p.242.
(46) Henri LE CARON, Comprendre la Révolution, p.64.
(47) E. MALYNSKI, cité par L. Daménie in La Révolution, p.116.
(48) Henri LE CARON, op. cit., p.127.
(49) R. WURMBRAND, cité par D. Manifold in Fatima et la Grande Conspiration, p.103.
(50) Pie XI, encyclique Divini Redemptoris, cité par D. Manifold, op. cit., p.63.
(51) N. H. WEBSTER, Secret Societies and Subversive movements, p.337.
(52) D. MANIFOLD, Vers le nouvel ordre du monde, p.41.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Nacionalismo e internacionalismo 3. Internacionalismo 1ª parte
3. INTERNACIONALISMO
El internacionalismo es sobre todo conocido por las Internacionales comunistas de los siglos XIX y XX. La primera Internacional o Asociación Internacional de los Trabajadores se fundó en Londres en 1864; Karl Marx redactó los estatutos de la Asociación. Esta primera Internacional se disolvió en el Congreso de Filadelfia en 1876. Con ocasión de la Exposición Universal de París en 1889, se constituyó una segunda Internacional que, desacreditada por la poca eficacia de su discurso pacifista en el desencadenamiento de la primera Guerra Mundial, desapareció en 1919; la mayoría de sus miembros se incorporó a la III Internacional. Ésta, más conocida bajo el nombre de Komintern, se fundó en Moscú en marzo de 1919 por Lenin con el fin de reunir los todos partidos comunistas del mundo. Stalin, por puro oportunismo, pronunció la disolución del Komintern en 1943; pero lo reconstituyó bajo el nombre de Kominform en 1947. Después de la muerte de Stalin, se disolvió el Kominform en 1956. Es preciso mencionar también a la Internacional anarquista, fundada por Bakounine, cuyo existencia fue bastante breve , de 1872 a 1880, y la IV Internacional instituida por Trotsky en 1937, con el objeto de la revolución permanente - bonito programa pero de una aplicación bastante difícil. A continuación los socialistas no comunistas quisieron tener su Internacional. Ésta, después de distintas aventuras, se reconstituyó en 1951 en el Congreso de Frankfurt; existe todavía hoy pero es bastante discreta y hace hablar poco de ella. En fin, en el siglo XX el internacionalismo ha recibido, una consagración oficial con el establecimiento de la Sociedad de Naciones en Versalles en 1919. El Pacto de la Sociedad de Naciones, presentado en la Conferencia de la Paz por el Presidente Wilson, fue preparado por su eminencia gris, el coronel House, con la asistencia de numerosos juristas. Naturalmente este bonito proyecto se presentó en su mejor momento como expresión de una voluntad de paz universa. "Oficialmente, por lo tanto, esta organización internacional’ tenía por objeto intensificar la cooperación entre las naciones y garantizar la paz y la seguridad ‘. Pero para el" coronel "House y sus colaboradores, constituía una importante etapa hacia la instauración del Gobierno socialista mundial bajo la autoridad de la Alta Finanza internacional." "(18) Sin embargo el Presidente Wilson, que presentaba todas las características del soñador utópico, no era el único a imaginar una gran organización internacional;" los Franc-masones que participaban en el Congreso Masónico de París en 1917, habían elaborado un programa similar. "Además de su tendencia socialista, el Pacto del S.D.N. se inspiraba en la ideología Masónica, impresa por sus principales redactores altos dignatarios de la F.- M. El F. Pedro Mariel confirma en efecto que: "la Sociedad de las Naciones fue esencialmente una creación masónica, y su primer Presidente fue un masón francés, Léon Bourgeois". "(19) El S.D.N., después de una existencia poco gloriosa, fue disuelto en Ginebra en 1946 y sustituido por la Organización de las Naciones Unidas fundada en San Francisco en 1945." "Creada, se pretendió, para garantizar el mantenimiento de la Paz entre los Estados, la ONU se reveló al contrario como un instrumento de hegemonía a las manos de la Alta Finanza Internacional. "(20) La consagración oficial y jurídica del internacionalismo señala el término de una larga marcha, a través de los siglos, de una idea-fuerza de la Izquierda." Pues el internacionalismo es la vez uno de los grandes temas de la Izquierda, casi siempre asociado al pacifismo, y un organismo vivo, en particular, bajo la forma de las Internacionales comunistas. Realmente el internacionalismo existe desde hace tiempo; está presente en las sectas milenaristas de la Edad Media, en los obras de los utopistas desde el Renacimiento, y en los planes de las sociedades secretas. "La idea de un Gobierno mundial no es seguramente nueva." Desde el final de la Cristiandad medieval que nunca sido una, ha dado nacimiento a múltiples proyectos; procede de una degradación de la idea cristiana de unidad de la clase humana, hostil generalmente el Papado cuando no contempla pura y simplemente una teocracia a la inversa lo que es el caso de las Altas Sociedades Secretas. "(21) Hemos visto que en el siglo XVII Coménius había trazado los planes de un futuro Gobierno mundial; estos planes serán reanudados en el siglo siguiente por la Franc-Masonería que, a partir de Londres, va a ejercer su influencia sobre toda Europa. Lo que nos confirma un Gran Maestro del Gran Oriente en la revista Humanismo (1969): "hace dos ciento años el caballero de Ramsay ha anunciado la República universal. Después, incansablemente, a pesar de las decepciones, a pesar de las lágrimas, a pesar de la sangre, los Franc-Masones del mundo entero participan en su edificación. "(22) Aunque la Franc-Masonería constituye una sociedad discreta si no secreta, no hace misterio de sus proyectos de unificación de la humanidad. En una de sus obras, un eminente masón, el F. Albert Lantoine, revela el "secreto" del Franc-Masonería: "Consiste en construir insensiblemente una República universal y democrática cuya Reina será la Razón y el Consejo supremo la asamblea de los Sabios." "(23) Con el fin de realizar este sublime proyecto, la Franc- Masonería se ve en la triste obligación de destruir todas las monarquías antes de atacar a los Gobiernos nacionales que se oponen al internacionalismo. Encontramos siempre la ejecución de la "tabla rasa", cara a los utopistas. "La masonería, escribe el célebre masón suizo Quartier-la-Tente, se ha impuesto un tarea, una misión. Es cuestión nada menos que de reconstruir la Sociedad sobre una base enteramente nueva. "(24) En estas condiciones, la Franc- Masonería no puede sino manifestar su simpatía a los movimientos socialistas y comunistas que obran en la misma perspectiva. No se debe pues ligar demasiada importancia al hecho de que el Franc-Masonería se prohíba a menudo por los regímenes commuistas - la razón es puramente táctica.
Paralelamente la Franc- Masonería, la Alta Finanza que se constituyó a partir de 1694, fecha de fundación del Banco de Inglaterra, ejerce una influencia cada vez más preponderante en el ámbito de la política. Tengamos en cuenta esta concordancia en el espacio y el tiempo: la Franc-Masonería moderna y la Alta Finanza se desarrollan las dos en Inglaterra a partir del siglo XVII. El primera estará ya muy estructurada en el siglo XVIII con logias en toda Europa e incluso en América - las logias américanas jugarán un papel importante en la rebelión contra Inglaterra. La segunda se organizará realmente en el siglo XIX y se volverá una potencia capaz de imponer su voluntad a los Gobiernos. Se le se debe atribuir, parece, a John Ruskin (1819-1900), el mérito (o la culpa) de haber creado una ideología destinada a consolidar las ambiciones de la casta comerciante, dibujando los planes de un Gobierno mundial. Imbuido de la superioridad británica, Ruskin consideraba que el mundo debía ser dirigido por una élite anglosajona que reinaría sobre masas vueltas satisfechas y flexibles por el socialismo. Su sistema "era en realidad un síntesis de la República de Platón, del Panorthosie de Coménius, del Código de Weishaupt y la Sinarquía de Sant- Yves de Alveydre, pero sobre todo del Manifiesto de Karl Marx, todo ello adaptado de manera aristocrática." "(25) Ruskin, contrariamente la mayoría de los creadores de utopías, no buscaba establecer a la igualdad, pero había percibido mucho antes que Ortega y Gasset la" rebelión de las masas ", por eso, para prevenirla, preveía el socialismo en la base de su proyecto de organización universal.
¿Es necesario considerar a Ruskin como un hombre de izquierdas? La cuestión puede paracer ociosa pero realmente abre perspectivas interesantes; nos conduce explorar las intenciones ocultas de la Revolución. ¿Quiere verdaderamente establecer la igualdad? ¿O no es más que un señuelo destinado seducir a las muchedumbres? La célebre divisa "Libertad, Igualdad, fraternidad ", debida a la Franc- Masonería, no sería entonces más que un arma de propaganda." Si se examina la acción ejercida por la Revolución en la historia, se está forzado a concluir que es sobre todo destructiva. Los teóricos revolucionarios lo declaran: es necesario destruir todo, realizar la tabla rasa, con el fin de poder construir una forma de sociedad enteramente nueva. ¿Pero se puede llamar constructiva a una fase que, sucediendo la de la destrucción generalizada, solo podría ser anárquica? Ahora bien todos los revolucionarios aspiran la Anarquía, incluso los marxistas, puesto que la dictadura del Proletariado solo representará un período transitorio precediendo el estadio final del verdadero comunismo. Engels exclamaba: ¡"Queremos la anarquía!" Eso de lo que tenemos necesidad es la anarquía: que nadie domine, que cada uno sea responsable de si mismo"(26) El fin último de la Revolución así es proclamado por uno de sus principales teóricos, pero puede preguntarse si similar anarquía ¿no caería en la peor de las tiranías o aun si la dictadura del Proletariado no se prolongaría ndefinidamente? En estas condiciones el establecimiento de una verdadera igualdad parece poco probable. Anarquía o Tiranía, el fin que persigue la Revolución ¿no sería, como nosotros hemos ya sugerido, de preparar el reino del Anticristo?
Se podría comprender así porqué los revolucionarios se reclutan en todas las filas de la sociedad pero particularmente en las de la casta comerciante. El Burgués, lo hemos visto , constituye un tipo metafísico, es el arquetipo del hombre de este mundo, que se propone gozar lo más posible de los bienes terrestres, en una actitud a-religiosa o anti-religiosa; se opone pues al sacerdote que renunció a la existencia mundana, y al guerrero que hace prueba de desapego arriesgando su vida. Así se explica la colusión, sorprendente para muchos, entre financieros y revolucionarios - comparten la misma Weltanschaung, la misma filosofía materialista -, colusión que va a devenir flagrante a partir del siglo XIX. "No hay un movimiento proletario que, sin que los idealistas de entre sus jefes tuvieran conciencia de alguna manera, no actúe en interés del dinero, en la dirección querida por el dinero y durante la duración fijada por el dinero. "(27)
Por eso no es necesario extrañarse de encontrar, en el origen del moderno complot mundialista ( o conspiración mundialista), a un hombre riquísimo, Cecil Rhodes, Primer Ministro de Colonia del Cabo, que controlaba la explotación de las minas de oro y diamantes de Sudáfrica. Cecil Roberts, con la ayuda de los discípulos de Ruskin y el periodista William T. Stead, fundó a una sociedad secreta en Londres en 1891, sociedad organizada sobre del modelo de los “círculos concéntricos” de los Iluminados de Baviére - se conocerá el " círculo exterior " bajo el nombre de Tabla Redonda. "El motivo más poderoso del secreto en la sociedad Rhodes-Stead corresponde obviamente al objetivo mismo la empresa (...) Pues el fin real de la Sociedad Rodas-Stead era la realización del proyecto mesiánico de un Gobierno mundial, bajo la dirección de un colegio restringido de "Iniciados", el mismo eventualmente sometido a la dictadura de uno de sus miembros cooptado. "(28) En 1909, Alfred Milner, albacea testamentario de Cecil Rodas, fundó a una asociación semisecreta, la Tabla Redonda, que debía tener filiales en los países anglosajones, en particular en los Estados Unidos. "Las subvenciones de la Tabla Redonda estuvieron garantizados al principio por los proveedores de fondos de la sociedad Rhodes-Stead, en particular por el Rhodes Trust (...) y por los banqueros internacionales agrupados alrededor del banco Lazard Brothers, de Londres, y del banco J. P Morgan, de Nueva York." Es sobre todo por esta participación de grupos financieros que se establece una "estructura de potencia" – la expresión es del Dr. Carroll Quigley - entre Londres y Nueva York, cuya actividad se establece paralelamente en los dos lados del Atlántico. "(29)
Un poco más tarde, en 1919, el coronel House, consejero y maestro de pensar del Presidente Wilson, fundó en París el Real Institute of Internacional Affairs, adjunto a la Tabla Redonda, y cuya filial americana debía tomar el nombre de Council on Foreign Relations (C.F.R.). El C.F.R., que agrupa los principales banqueros, a hombres de negocios y a industriales americanos, puede ser considerado como el verdadero Gobierno oculto de los Estados Unidos. Publica, desde 1922, una revista trimestral titulada Foreign Affairs, que ejerce una enorme influencia sobre la política americana. Enrique A. Kissinger, miembro eminente del C.F.R., ejerció sucesivamente las funciones de consejero de cinco Presidentes de los Estados Unidos. "El “ sistema “ consta de un reducido número de Iniciados", pertenecientes a las más alta finanza internacional, que prosigue actualmente el viejo sueño mesiánico de un Gobierno mundial bajo la autoridad de una oligarquía apátrida. Se tiene el testimonio del Dr. Caroll Quigley uno de estos iniciados. En su libro: Tragedy and Hope (Tragedia y Esperanza), afirma que el objetivo de esta oligarquía es nada menos que la creación de un Sistema mundial de hegemonía financiera en manos de algunas personalidades capaces de dominar la política de cada país y la economía mundial toda entera. "(30) El testimonio del Dr. Quigley es inestimable porque emana de un miembro del C.F.R.; su libro, escrito sin embargo con un objetivo apologético, suscitó por otra parte reacciones hostiles de otros miembros de la Sociedad, porque se juzgó demasiado indiscreto. Disponemos también del testimonio capital de Bella Dodd, antiguo miembro del Boureau del Partido Comunista Americano, que escribió: "Creo que la conspiración comunista no es que una rama de una conspiración mucho más importante." (31)
En torno al C.F.R. giran un gran número de organizaciones con vocación mundialista; entre ellas algunas son conocidas, por lo menos por su nombre, por el gran público - es el caso del Trilátera cuyas reuniones internacionales se anuncian por la prensa. La Trilateral Comission fue fundada en 1973 por David Rockfeller, entonces presiden del C.F.R. En cuanto al principal teórico la Trilátera, Zbigniew Brzezinski, considera que el marxismo representa una victoria de la razón sobre la creencia. Por eso la Trilátera nunca ha dejado de abogar por una aproximación con el comunismo soviético. Cuál no fue la estupefacción del disidente ruso Vladimir Boukovsky, liberado de las mazmorras soviéticas, cuando desembarcó en los Estados Unidos, al constatar que la ideología de la izquierda dominaba en el Occidente capitalista. "Como lo descubrí para mi gran sorpresa, escribe, el Establishment occidental era - y ha seguido siendo en gran medida pro-socialista y, en el mejor de los casos, discretamente social-demócrata. (...) el éstablishment es inmutable y, en democracia, su poder predomina sobre el del gobierno "(32) Con una lucidez sorprendente, este viajero proveniente de otro planeta, el planeta soviético, ha comprendido inmediatamente el papel nefasto jugado en el mundo occidental por Establishment mundialista."
Notas
(18) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.126.
(19) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement Invisible, p.97.
(20) Ibid, p.111.
(21) Pierre VIRION, Bient6t un Gouvernement Mondial ?, p.5.
(22) Cité par J. Ploncard d'Assac, in La Politique, revue Lectures FranÇaise, N° 426, octobre 1992.
(23) Cité par Léon de Poncins in La FM d'aprés ses documents secrets, pA8. (24) Ibid, p.36.
(25) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement invisible, p.86.
(26) F. ENGELS, cité par R. de Mattei in De 1'Utopie du progrés au régne du chaos, p.153.
(27) Oswald SPENGLER, Le déclin de 1'Occident cité par Deirdre Manifold in Fatima et la grande conspiration, p.82.
(28) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.90.
(29) Ibid, p.94.
(30) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement invisible, p.85. (31) Ibid, p.85.
(32) V BOUKOVSKI, Jugement á Moscou, p.304. (33) Pierre VIRION, op. cit., p.72.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
El internacionalismo es sobre todo conocido por las Internacionales comunistas de los siglos XIX y XX. La primera Internacional o Asociación Internacional de los Trabajadores se fundó en Londres en 1864; Karl Marx redactó los estatutos de la Asociación. Esta primera Internacional se disolvió en el Congreso de Filadelfia en 1876. Con ocasión de la Exposición Universal de París en 1889, se constituyó una segunda Internacional que, desacreditada por la poca eficacia de su discurso pacifista en el desencadenamiento de la primera Guerra Mundial, desapareció en 1919; la mayoría de sus miembros se incorporó a la III Internacional. Ésta, más conocida bajo el nombre de Komintern, se fundó en Moscú en marzo de 1919 por Lenin con el fin de reunir los todos partidos comunistas del mundo. Stalin, por puro oportunismo, pronunció la disolución del Komintern en 1943; pero lo reconstituyó bajo el nombre de Kominform en 1947. Después de la muerte de Stalin, se disolvió el Kominform en 1956. Es preciso mencionar también a la Internacional anarquista, fundada por Bakounine, cuyo existencia fue bastante breve , de 1872 a 1880, y la IV Internacional instituida por Trotsky en 1937, con el objeto de la revolución permanente - bonito programa pero de una aplicación bastante difícil. A continuación los socialistas no comunistas quisieron tener su Internacional. Ésta, después de distintas aventuras, se reconstituyó en 1951 en el Congreso de Frankfurt; existe todavía hoy pero es bastante discreta y hace hablar poco de ella. En fin, en el siglo XX el internacionalismo ha recibido, una consagración oficial con el establecimiento de la Sociedad de Naciones en Versalles en 1919. El Pacto de la Sociedad de Naciones, presentado en la Conferencia de la Paz por el Presidente Wilson, fue preparado por su eminencia gris, el coronel House, con la asistencia de numerosos juristas. Naturalmente este bonito proyecto se presentó en su mejor momento como expresión de una voluntad de paz universa. "Oficialmente, por lo tanto, esta organización internacional’ tenía por objeto intensificar la cooperación entre las naciones y garantizar la paz y la seguridad ‘. Pero para el" coronel "House y sus colaboradores, constituía una importante etapa hacia la instauración del Gobierno socialista mundial bajo la autoridad de la Alta Finanza internacional." "(18) Sin embargo el Presidente Wilson, que presentaba todas las características del soñador utópico, no era el único a imaginar una gran organización internacional;" los Franc-masones que participaban en el Congreso Masónico de París en 1917, habían elaborado un programa similar. "Además de su tendencia socialista, el Pacto del S.D.N. se inspiraba en la ideología Masónica, impresa por sus principales redactores altos dignatarios de la F.- M. El F. Pedro Mariel confirma en efecto que: "la Sociedad de las Naciones fue esencialmente una creación masónica, y su primer Presidente fue un masón francés, Léon Bourgeois". "(19) El S.D.N., después de una existencia poco gloriosa, fue disuelto en Ginebra en 1946 y sustituido por la Organización de las Naciones Unidas fundada en San Francisco en 1945." "Creada, se pretendió, para garantizar el mantenimiento de la Paz entre los Estados, la ONU se reveló al contrario como un instrumento de hegemonía a las manos de la Alta Finanza Internacional. "(20) La consagración oficial y jurídica del internacionalismo señala el término de una larga marcha, a través de los siglos, de una idea-fuerza de la Izquierda." Pues el internacionalismo es la vez uno de los grandes temas de la Izquierda, casi siempre asociado al pacifismo, y un organismo vivo, en particular, bajo la forma de las Internacionales comunistas. Realmente el internacionalismo existe desde hace tiempo; está presente en las sectas milenaristas de la Edad Media, en los obras de los utopistas desde el Renacimiento, y en los planes de las sociedades secretas. "La idea de un Gobierno mundial no es seguramente nueva." Desde el final de la Cristiandad medieval que nunca sido una, ha dado nacimiento a múltiples proyectos; procede de una degradación de la idea cristiana de unidad de la clase humana, hostil generalmente el Papado cuando no contempla pura y simplemente una teocracia a la inversa lo que es el caso de las Altas Sociedades Secretas. "(21) Hemos visto que en el siglo XVII Coménius había trazado los planes de un futuro Gobierno mundial; estos planes serán reanudados en el siglo siguiente por la Franc-Masonería que, a partir de Londres, va a ejercer su influencia sobre toda Europa. Lo que nos confirma un Gran Maestro del Gran Oriente en la revista Humanismo (1969): "hace dos ciento años el caballero de Ramsay ha anunciado la República universal. Después, incansablemente, a pesar de las decepciones, a pesar de las lágrimas, a pesar de la sangre, los Franc-Masones del mundo entero participan en su edificación. "(22) Aunque la Franc-Masonería constituye una sociedad discreta si no secreta, no hace misterio de sus proyectos de unificación de la humanidad. En una de sus obras, un eminente masón, el F. Albert Lantoine, revela el "secreto" del Franc-Masonería: "Consiste en construir insensiblemente una República universal y democrática cuya Reina será la Razón y el Consejo supremo la asamblea de los Sabios." "(23) Con el fin de realizar este sublime proyecto, la Franc- Masonería se ve en la triste obligación de destruir todas las monarquías antes de atacar a los Gobiernos nacionales que se oponen al internacionalismo. Encontramos siempre la ejecución de la "tabla rasa", cara a los utopistas. "La masonería, escribe el célebre masón suizo Quartier-la-Tente, se ha impuesto un tarea, una misión. Es cuestión nada menos que de reconstruir la Sociedad sobre una base enteramente nueva. "(24) En estas condiciones, la Franc- Masonería no puede sino manifestar su simpatía a los movimientos socialistas y comunistas que obran en la misma perspectiva. No se debe pues ligar demasiada importancia al hecho de que el Franc-Masonería se prohíba a menudo por los regímenes commuistas - la razón es puramente táctica.
Paralelamente la Franc- Masonería, la Alta Finanza que se constituyó a partir de 1694, fecha de fundación del Banco de Inglaterra, ejerce una influencia cada vez más preponderante en el ámbito de la política. Tengamos en cuenta esta concordancia en el espacio y el tiempo: la Franc-Masonería moderna y la Alta Finanza se desarrollan las dos en Inglaterra a partir del siglo XVII. El primera estará ya muy estructurada en el siglo XVIII con logias en toda Europa e incluso en América - las logias américanas jugarán un papel importante en la rebelión contra Inglaterra. La segunda se organizará realmente en el siglo XIX y se volverá una potencia capaz de imponer su voluntad a los Gobiernos. Se le se debe atribuir, parece, a John Ruskin (1819-1900), el mérito (o la culpa) de haber creado una ideología destinada a consolidar las ambiciones de la casta comerciante, dibujando los planes de un Gobierno mundial. Imbuido de la superioridad británica, Ruskin consideraba que el mundo debía ser dirigido por una élite anglosajona que reinaría sobre masas vueltas satisfechas y flexibles por el socialismo. Su sistema "era en realidad un síntesis de la República de Platón, del Panorthosie de Coménius, del Código de Weishaupt y la Sinarquía de Sant- Yves de Alveydre, pero sobre todo del Manifiesto de Karl Marx, todo ello adaptado de manera aristocrática." "(25) Ruskin, contrariamente la mayoría de los creadores de utopías, no buscaba establecer a la igualdad, pero había percibido mucho antes que Ortega y Gasset la" rebelión de las masas ", por eso, para prevenirla, preveía el socialismo en la base de su proyecto de organización universal.
¿Es necesario considerar a Ruskin como un hombre de izquierdas? La cuestión puede paracer ociosa pero realmente abre perspectivas interesantes; nos conduce explorar las intenciones ocultas de la Revolución. ¿Quiere verdaderamente establecer la igualdad? ¿O no es más que un señuelo destinado seducir a las muchedumbres? La célebre divisa "Libertad, Igualdad, fraternidad ", debida a la Franc- Masonería, no sería entonces más que un arma de propaganda." Si se examina la acción ejercida por la Revolución en la historia, se está forzado a concluir que es sobre todo destructiva. Los teóricos revolucionarios lo declaran: es necesario destruir todo, realizar la tabla rasa, con el fin de poder construir una forma de sociedad enteramente nueva. ¿Pero se puede llamar constructiva a una fase que, sucediendo la de la destrucción generalizada, solo podría ser anárquica? Ahora bien todos los revolucionarios aspiran la Anarquía, incluso los marxistas, puesto que la dictadura del Proletariado solo representará un período transitorio precediendo el estadio final del verdadero comunismo. Engels exclamaba: ¡"Queremos la anarquía!" Eso de lo que tenemos necesidad es la anarquía: que nadie domine, que cada uno sea responsable de si mismo"(26) El fin último de la Revolución así es proclamado por uno de sus principales teóricos, pero puede preguntarse si similar anarquía ¿no caería en la peor de las tiranías o aun si la dictadura del Proletariado no se prolongaría ndefinidamente? En estas condiciones el establecimiento de una verdadera igualdad parece poco probable. Anarquía o Tiranía, el fin que persigue la Revolución ¿no sería, como nosotros hemos ya sugerido, de preparar el reino del Anticristo?
Se podría comprender así porqué los revolucionarios se reclutan en todas las filas de la sociedad pero particularmente en las de la casta comerciante. El Burgués, lo hemos visto , constituye un tipo metafísico, es el arquetipo del hombre de este mundo, que se propone gozar lo más posible de los bienes terrestres, en una actitud a-religiosa o anti-religiosa; se opone pues al sacerdote que renunció a la existencia mundana, y al guerrero que hace prueba de desapego arriesgando su vida. Así se explica la colusión, sorprendente para muchos, entre financieros y revolucionarios - comparten la misma Weltanschaung, la misma filosofía materialista -, colusión que va a devenir flagrante a partir del siglo XIX. "No hay un movimiento proletario que, sin que los idealistas de entre sus jefes tuvieran conciencia de alguna manera, no actúe en interés del dinero, en la dirección querida por el dinero y durante la duración fijada por el dinero. "(27)
Por eso no es necesario extrañarse de encontrar, en el origen del moderno complot mundialista ( o conspiración mundialista), a un hombre riquísimo, Cecil Rhodes, Primer Ministro de Colonia del Cabo, que controlaba la explotación de las minas de oro y diamantes de Sudáfrica. Cecil Roberts, con la ayuda de los discípulos de Ruskin y el periodista William T. Stead, fundó a una sociedad secreta en Londres en 1891, sociedad organizada sobre del modelo de los “círculos concéntricos” de los Iluminados de Baviére - se conocerá el " círculo exterior " bajo el nombre de Tabla Redonda. "El motivo más poderoso del secreto en la sociedad Rhodes-Stead corresponde obviamente al objetivo mismo la empresa (...) Pues el fin real de la Sociedad Rodas-Stead era la realización del proyecto mesiánico de un Gobierno mundial, bajo la dirección de un colegio restringido de "Iniciados", el mismo eventualmente sometido a la dictadura de uno de sus miembros cooptado. "(28) En 1909, Alfred Milner, albacea testamentario de Cecil Rodas, fundó a una asociación semisecreta, la Tabla Redonda, que debía tener filiales en los países anglosajones, en particular en los Estados Unidos. "Las subvenciones de la Tabla Redonda estuvieron garantizados al principio por los proveedores de fondos de la sociedad Rhodes-Stead, en particular por el Rhodes Trust (...) y por los banqueros internacionales agrupados alrededor del banco Lazard Brothers, de Londres, y del banco J. P Morgan, de Nueva York." Es sobre todo por esta participación de grupos financieros que se establece una "estructura de potencia" – la expresión es del Dr. Carroll Quigley - entre Londres y Nueva York, cuya actividad se establece paralelamente en los dos lados del Atlántico. "(29)
Un poco más tarde, en 1919, el coronel House, consejero y maestro de pensar del Presidente Wilson, fundó en París el Real Institute of Internacional Affairs, adjunto a la Tabla Redonda, y cuya filial americana debía tomar el nombre de Council on Foreign Relations (C.F.R.). El C.F.R., que agrupa los principales banqueros, a hombres de negocios y a industriales americanos, puede ser considerado como el verdadero Gobierno oculto de los Estados Unidos. Publica, desde 1922, una revista trimestral titulada Foreign Affairs, que ejerce una enorme influencia sobre la política americana. Enrique A. Kissinger, miembro eminente del C.F.R., ejerció sucesivamente las funciones de consejero de cinco Presidentes de los Estados Unidos. "El “ sistema “ consta de un reducido número de Iniciados", pertenecientes a las más alta finanza internacional, que prosigue actualmente el viejo sueño mesiánico de un Gobierno mundial bajo la autoridad de una oligarquía apátrida. Se tiene el testimonio del Dr. Caroll Quigley uno de estos iniciados. En su libro: Tragedy and Hope (Tragedia y Esperanza), afirma que el objetivo de esta oligarquía es nada menos que la creación de un Sistema mundial de hegemonía financiera en manos de algunas personalidades capaces de dominar la política de cada país y la economía mundial toda entera. "(30) El testimonio del Dr. Quigley es inestimable porque emana de un miembro del C.F.R.; su libro, escrito sin embargo con un objetivo apologético, suscitó por otra parte reacciones hostiles de otros miembros de la Sociedad, porque se juzgó demasiado indiscreto. Disponemos también del testimonio capital de Bella Dodd, antiguo miembro del Boureau del Partido Comunista Americano, que escribió: "Creo que la conspiración comunista no es que una rama de una conspiración mucho más importante." (31)
En torno al C.F.R. giran un gran número de organizaciones con vocación mundialista; entre ellas algunas son conocidas, por lo menos por su nombre, por el gran público - es el caso del Trilátera cuyas reuniones internacionales se anuncian por la prensa. La Trilateral Comission fue fundada en 1973 por David Rockfeller, entonces presiden del C.F.R. En cuanto al principal teórico la Trilátera, Zbigniew Brzezinski, considera que el marxismo representa una victoria de la razón sobre la creencia. Por eso la Trilátera nunca ha dejado de abogar por una aproximación con el comunismo soviético. Cuál no fue la estupefacción del disidente ruso Vladimir Boukovsky, liberado de las mazmorras soviéticas, cuando desembarcó en los Estados Unidos, al constatar que la ideología de la izquierda dominaba en el Occidente capitalista. "Como lo descubrí para mi gran sorpresa, escribe, el Establishment occidental era - y ha seguido siendo en gran medida pro-socialista y, en el mejor de los casos, discretamente social-demócrata. (...) el éstablishment es inmutable y, en democracia, su poder predomina sobre el del gobierno "(32) Con una lucidez sorprendente, este viajero proveniente de otro planeta, el planeta soviético, ha comprendido inmediatamente el papel nefasto jugado en el mundo occidental por Establishment mundialista."
Notas
(18) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.126.
(19) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement Invisible, p.97.
(20) Ibid, p.111.
(21) Pierre VIRION, Bient6t un Gouvernement Mondial ?, p.5.
(22) Cité par J. Ploncard d'Assac, in La Politique, revue Lectures FranÇaise, N° 426, octobre 1992.
(23) Cité par Léon de Poncins in La FM d'aprés ses documents secrets, pA8. (24) Ibid, p.36.
(25) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement invisible, p.86.
(26) F. ENGELS, cité par R. de Mattei in De 1'Utopie du progrés au régne du chaos, p.153.
(27) Oswald SPENGLER, Le déclin de 1'Occident cité par Deirdre Manifold in Fatima et la grande conspiration, p.82.
(28) Jacques BORDIOT, Une main cachée dirige, p.90.
(29) Ibid, p.94.
(30) Jacques BORDIOT, Le Gouvernement invisible, p.85. (31) Ibid, p.85.
(32) V BOUKOVSKI, Jugement á Moscou, p.304. (33) Pierre VIRION, op. cit., p.72.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Nacionalismo e internacionalismo 2. Nacionalismo
2. NACIONALISMO
Si el orléanismo se mantiene hasta nuestros días bajo la forma de la "derecha económica", no es lo mismo el bonapartismo que ha debido ceder el lugar al nacionalismo. El nacionalismo nació de la Revolución francesa y jugó un papel importante en todos los movimientos revolucionarios del siglo XIX, llamado el siglo de los nacionalismos. Luego, curiosamente, en los últimos años del siglo, el nacionalismo va a pasar a la derecha. "Fenómeno absolutamente imprevisible en el contexto político del siglo XIX, transfiere de izquierda derecha todo un conjunto de nociones, sentimientos y valores hasta ahora considerados como el atributo del radicalismo. "(7) Se podría proponer una explicación poniendo de manifiesto que la Nación, objeto del culto de los nacionalistas, no es más que una desviación antitradicional de la Patria." Subsistiría así un escaso elemento tradicional que se despertaría en el momento en que los movimientos internacionalistas amenazan las naciones - un sobresalto patriótico hasta cierto punto, manifestación del instinto de conservación de los pueblos. En cualquier caso, el boulangismo, según la bonita fórmula de René Rémond, instituyó el acta de nacimiento del nacionalismo, y el affaire Dreyfus su acta de bautismo. Es importante tener en cuenta que "el boulangismo simboliza, en Francia, los principios del política de las masas" (8), lo que prohíbe toda aproximación con la derecha tradicional. La filiación del nacionalismo a partir del bonapartismo, por intermedio del boulangismo, parece evidente. "Boulanger hace campaña por un república consular, cedida en subcontrato a la oligarquía de los partidos y a la soberanía de una casta de parlamentarios profesionales." Es decir que encuentra algunas aspiraciones fundamentales de la tradición bonapartista. Ni reaccionario, ni prefascista, el boulangismo es un avatar de esta tradición profundamente arraigada en nuestra cultura política que asocia la llamada al pueblo y la confianza a un hombre, la pasión de la grandeza nacional y la aspiración a una determinada justicia, la democracia directa y el ejercicio de autoridad, la detestación de los liberales notables y la crítica de los parlamentarios. "(9)¡Es preciso reconocer que subsiste bien pocos elementos tradicionales en una mezcla similar!
Si se quiere comprender a la evolución de los partidos políticos modernos, debe nunca perderse de vista dos datos esenciales: el fundamento antitradicional del mundo moderno y la irrupción de las masas sobre del teatro de la Historia - Ortéga y Gasset habla incluso de "la llegada de las masas al pleno poder social." "(10) Según estos datos, no puede existir hoy más que partidos de izquierda preconizando la igualdad, a menudo impregnados de nacionalismo - y partidos situados a su derecha, donde las masas se divinizan ellas mismas instituyendo el culto de la Nación." Lo que dice Roberto Michels del bonapartismo es válido para el nacionalismo: "encuentra un terreno eminentemente favorable en las muchedumbres democráticas a las cuales da a la ilusión de ser los dueños de sus dueños; y al introducir el procedimiento de la delegación, da esta ilusión un color jurídico que place a las masas que luchan por sus "derechos." (11)
Los orígenes plebeyos del nacionalismo le transmiten numerosos caracteres que resultan de la psicología de las masas. "El nacionalismo no tiene teoría, a penas un programa: tiene antipatías potentes, aspiraciones vigorosas; es instintivo, pasional, sacudido pot impulsos furiosos. "(12) Reflexionando sobre esta situación de hecho es como Charles Maurras quiso reconciliar lo inconciliable y dar cartas de nobleza a un movimiento popular singularmente desprovisto de ideas. No se puede sino saludar el esfuerzo admirable de la Acción FranÇaise para conferir un contenido doctrinal al nacionalismo, intentando inhalarle principios extraídos de la enseñanza contrarevolucionaria, si no tradicional. "El innegable genio doctrinal del maestro de Martigues es haber sabido fundir estos elementos dispares en un sistema intelectual al parecer lógico y coherente." "(13) Desgraciadamente este brillante síntesis, después de de innegables éxitos, no ha podido llegar a construir una fuerza política capaz de oponerse de una manera duradera a la corriente subversiva y revolucionaria." ¿Era debido a sus contradicciones internas, a la incompatibilidad innata entre realismo y nacionalismo, a la alianza contra natura entre principios tradicionales e ideas resultantes de la Revolución francesa? En cualquier caso eso prueba que en la época moderna es inútil esperar actuar sobre las masas refiriéndose la Tradición. Finalmente, debido no sólo a la decadencia de la Derecha, sino también a la decadencia de Occidente, no quedan en liza, frente a la Izquierda, más que dos falsas derechas: la derecha liberal o económica y la derecha nacionalista. Situación política que puede explicarse por razones sociológicas. Nosotros hemos visto que el liberalismo era filosofía de la Burguesía; los liberales representan la clase burguesa. ¿Pero se puede aún hablar hoy de clases sociales mientras que algunos afirman que el Proletariado no existe ya y qué todos hemos llegado a ser burgueses? El hombre-masa de Ortega y Gasset sería un burgués - Berdiaev debería suscribir este juicio. En estas condiciones se podría decir que la derecha nacionalista representa a la pequeña burguesía mientras que la derecha liberal defiende los intereses de la gran burguesía. Esto sería aventurarse sobre un terreno peligroso ya que la separación Derecha- Izquierda no corresponde a la separación social. A lo sumo se puede afirmar que la derecha liberal defiende intereses económicos y que la derecha nacionalista responde aspiraciones populares. Desde este punto de vista sería interesante estudiar el resurgimiento de partidos nacionalistas, que solo pueden ser populares, en los países que no están ya, por lo menos en principio, bajo el yugo comunista. Puede preguntarse también si un nacionalismo popular no está en camino de nacer en los Estados Unidos, por reacción al internacionalismo de la elite dirigente, el Establishment - en cualquier caso existe una corriente popular muy hostil a la Organización de las Naciones Unidas. El conflicto Derecha- Izquierdo, degradándose, parecería reducirse ahora a la confrontación entre el nacionalismo y el internacionalismo bajo su forma liberal o bajo su forma comunista, opuestas aparentemente pero solo presentando diferencias de grado de un mismo mal. En realidad se trataría de una clase de reacción de defensa instintiva del pueblo, cara una agresión de fuerzas ocultas que se destinan a la destrucción de las naciones. Intentaremos estudiar de una manera más profunda a los protagonistas de un combate que podría ser el último - antes del fin de los tiempos ya que el triunfo del Internacionalismo sería una prefiguración de reino del Anticristo.
Si el nacionalismo debe permanecer la única fuerza de resistencia a la derecha, la única, según algunos, capaz de oponerse al comunismo, parece oportuno conocer bien esta "falsa derecha" salida del bonapartismo. Con este fin no podemos hacer mejor sino seguir los análisis de Julius Evola porque son los más profundos en una perspectiva tradicional. Evola busca en primer lugar los antecedentes del nacionalismo; después de haber observado que los mitos políticos de la "patria" y de la "nación" no encuentran en las antiguas sociedades tradicionales, estudia la disociación de la unidad ecuménica de la Edad media y la aparición consecutiva de los Estados nacionales. La acción antitradicional de Felipe el Hermoso, con sus tendencias centralizadoras y absolutistas, se pone de relieve entonces. Más tarde la Revolución francesa vendrá a acabar este proceso destructivo del orden tradicional. "Es pues al margen de la revolución burguesa o el Tercero Estado, que la" patria " y la " nación " tomaron un sentido sobre todo político y este valor de mito que debía precisarse cada vez más abiertamente con los ideologías nacionalistas que siguieron. Los "sentimientos patrióticos" y "nacionales" se vinculan por lo tanto la mitología de la época burguesa, y es solamente en esta época, es decir durante el período relativamente breve que se extiende de la Revolución francesa a la primera o la segunda Guerra Mundial, que la idea de nación jugó realmente un papel determinante en la historia de Europa, en estrecha relación con las ideologías democráticas. "(14) tengamos en cuenta por una parte que el nacionalismo no es más que una forma política muy reciente con relación al tradicionalismo que siempre ha existido, y por otra parte que su aparición coincide con la" rebelión "de la casta comerciante. La aparición del nacionalismo corresponde también la llegada de las masas que ayudaron a los negociantes se desembarazarse de las dos primeras castas. "Así viene a primer plano la nación como pueblo, colectividad y masa, es decir lo que la nación tendió significar cada vez más a partir de la Revolución Francesa. Es casi la criatura que sigue el paso de su creador cuando, progresando en esta dirección, no se admite ya ninguna soberanía que no sea la expresión y el reflejo de la "voluntad de la nación". "(15) después de haber mostrado la acción disolvente, a partir del declive de la Edad Media, de las fuerzas antitradicionales que, al destruir el orden antiguo, favorecieron la llegada del Estado nacional, Evola pone de relieve la reducción de nivel espiritual, el paso de la calidad la cantidad, verdadero descenso al infierno, consecutivo al nacimiento del nacionalismo que se sitúa a nivel más bajo, el de la masa. "Es sobre esta masa que actúa el nacionalismo, por medio de mitos y sugestiones propios a galvanizarla, despertar instintos elementales, halagarlo con perspectivas quiméricas de primacía, de privilegios y de potencia. Cualesquiera que sean sus pretensiones de referirse una raza u otra, la sustancia del nacionalismo moderno no es un etnos, sino un demos, y su prototipo es el prototipo plebeyo suscitado por la Revolución francesa. "(16)
El juicio de Evola sobre el nacionalismo puede parecer demasiado severo pero se le debe reconocer que está confirmado por la historia." Es un hecho de que el régimen comunista de URSS siempre ha favorecido los movimientos nacionalistas en el mundo, incluso los que eran o se pretendían anticomunistas. Los dirigentes marxistas habían comprendido muy bien que el nacionalismo puede ser utilizado como fuerza de ruptura contra el orden establecido; conocían también el carácter "colectivizante" del nacionalismo, para reanudar una expresión de Evola, que debe conducirlos finalmente en la vía del colectivismo. Así pues, en numerosos países africanos, los nacionalistas, después de haber conquistado el poder, instituyeron regímenes comunistas. En nuestra época, donde todo orden normal está subvertido, el ejército, cuya razón de ser es con todo la defensa de la Nación, puede ayudar a un partido internacionalista, recibiendo sus órdenes del extranjero, tomar el poder, como lo prueba el ejemplo de Portugal. Sin embargo Evola, quizá en un momento de optimismo, distinguió dos nacionalismos, no uno un malo y uno bueno, esto sería demasiado simple, sino un nacionalismo subversivo y un nacionalismo susceptible de resistir la subversión. "En el primer caso, el nacionalismo juega a un papel nivelador antiaristocrático, especie de preludio a un nivelamiento más extenso cuyo denominador común no será ya la nación. En el segundo, la idea de nación puede servir de punto de apoyo una rectificación y efectivamente valer a título de primera defensa contra la disolución internacionalista; invoca un principio de diferencia, que deberá servir posteriormente crear un sistema articulado y una jerarquía en el interior de cada país. "(17) La segunda forma de nacionalismo, retenida por Evola, podría representar hoy día nuestra última posibilidad de resistir al internacionalismo, o sea a las fuerzas más o menos ocultas que obran para el establecimiento de un Gobierno mundial.
Notas
(7) René RÉMOND, Les droites en France, p.150.
(8) Zeev STERNHELL, La droite révolutionnaire, p.56.
(9) René RÉMOND, op. cit., p.152.
(10) J. ORTEGA Y GASSET, La Révolte des masses, p.47.
(11) R. MICHELS, Les partis politiques, p.214.
(12) René RÉMOND, op. cit., p.157. (13) J. C. PETITFILS, op. cit., p.72.
(14) J. ÉVOLA, Chevaucher le tigre, p.225.
(15) J. EÉVOLA, Les Hommes au milieu des ruines, p.34.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
(16) J. ÉVOLA, Révolte contre le monde moderne, p.462.
(17) J. ÉVOLA, Les Hommes au milieu des ruines, p.197.
Si el orléanismo se mantiene hasta nuestros días bajo la forma de la "derecha económica", no es lo mismo el bonapartismo que ha debido ceder el lugar al nacionalismo. El nacionalismo nació de la Revolución francesa y jugó un papel importante en todos los movimientos revolucionarios del siglo XIX, llamado el siglo de los nacionalismos. Luego, curiosamente, en los últimos años del siglo, el nacionalismo va a pasar a la derecha. "Fenómeno absolutamente imprevisible en el contexto político del siglo XIX, transfiere de izquierda derecha todo un conjunto de nociones, sentimientos y valores hasta ahora considerados como el atributo del radicalismo. "(7) Se podría proponer una explicación poniendo de manifiesto que la Nación, objeto del culto de los nacionalistas, no es más que una desviación antitradicional de la Patria." Subsistiría así un escaso elemento tradicional que se despertaría en el momento en que los movimientos internacionalistas amenazan las naciones - un sobresalto patriótico hasta cierto punto, manifestación del instinto de conservación de los pueblos. En cualquier caso, el boulangismo, según la bonita fórmula de René Rémond, instituyó el acta de nacimiento del nacionalismo, y el affaire Dreyfus su acta de bautismo. Es importante tener en cuenta que "el boulangismo simboliza, en Francia, los principios del política de las masas" (8), lo que prohíbe toda aproximación con la derecha tradicional. La filiación del nacionalismo a partir del bonapartismo, por intermedio del boulangismo, parece evidente. "Boulanger hace campaña por un república consular, cedida en subcontrato a la oligarquía de los partidos y a la soberanía de una casta de parlamentarios profesionales." Es decir que encuentra algunas aspiraciones fundamentales de la tradición bonapartista. Ni reaccionario, ni prefascista, el boulangismo es un avatar de esta tradición profundamente arraigada en nuestra cultura política que asocia la llamada al pueblo y la confianza a un hombre, la pasión de la grandeza nacional y la aspiración a una determinada justicia, la democracia directa y el ejercicio de autoridad, la detestación de los liberales notables y la crítica de los parlamentarios. "(9)¡Es preciso reconocer que subsiste bien pocos elementos tradicionales en una mezcla similar!
Si se quiere comprender a la evolución de los partidos políticos modernos, debe nunca perderse de vista dos datos esenciales: el fundamento antitradicional del mundo moderno y la irrupción de las masas sobre del teatro de la Historia - Ortéga y Gasset habla incluso de "la llegada de las masas al pleno poder social." "(10) Según estos datos, no puede existir hoy más que partidos de izquierda preconizando la igualdad, a menudo impregnados de nacionalismo - y partidos situados a su derecha, donde las masas se divinizan ellas mismas instituyendo el culto de la Nación." Lo que dice Roberto Michels del bonapartismo es válido para el nacionalismo: "encuentra un terreno eminentemente favorable en las muchedumbres democráticas a las cuales da a la ilusión de ser los dueños de sus dueños; y al introducir el procedimiento de la delegación, da esta ilusión un color jurídico que place a las masas que luchan por sus "derechos." (11)
Los orígenes plebeyos del nacionalismo le transmiten numerosos caracteres que resultan de la psicología de las masas. "El nacionalismo no tiene teoría, a penas un programa: tiene antipatías potentes, aspiraciones vigorosas; es instintivo, pasional, sacudido pot impulsos furiosos. "(12) Reflexionando sobre esta situación de hecho es como Charles Maurras quiso reconciliar lo inconciliable y dar cartas de nobleza a un movimiento popular singularmente desprovisto de ideas. No se puede sino saludar el esfuerzo admirable de la Acción FranÇaise para conferir un contenido doctrinal al nacionalismo, intentando inhalarle principios extraídos de la enseñanza contrarevolucionaria, si no tradicional. "El innegable genio doctrinal del maestro de Martigues es haber sabido fundir estos elementos dispares en un sistema intelectual al parecer lógico y coherente." "(13) Desgraciadamente este brillante síntesis, después de de innegables éxitos, no ha podido llegar a construir una fuerza política capaz de oponerse de una manera duradera a la corriente subversiva y revolucionaria." ¿Era debido a sus contradicciones internas, a la incompatibilidad innata entre realismo y nacionalismo, a la alianza contra natura entre principios tradicionales e ideas resultantes de la Revolución francesa? En cualquier caso eso prueba que en la época moderna es inútil esperar actuar sobre las masas refiriéndose la Tradición. Finalmente, debido no sólo a la decadencia de la Derecha, sino también a la decadencia de Occidente, no quedan en liza, frente a la Izquierda, más que dos falsas derechas: la derecha liberal o económica y la derecha nacionalista. Situación política que puede explicarse por razones sociológicas. Nosotros hemos visto que el liberalismo era filosofía de la Burguesía; los liberales representan la clase burguesa. ¿Pero se puede aún hablar hoy de clases sociales mientras que algunos afirman que el Proletariado no existe ya y qué todos hemos llegado a ser burgueses? El hombre-masa de Ortega y Gasset sería un burgués - Berdiaev debería suscribir este juicio. En estas condiciones se podría decir que la derecha nacionalista representa a la pequeña burguesía mientras que la derecha liberal defiende los intereses de la gran burguesía. Esto sería aventurarse sobre un terreno peligroso ya que la separación Derecha- Izquierda no corresponde a la separación social. A lo sumo se puede afirmar que la derecha liberal defiende intereses económicos y que la derecha nacionalista responde aspiraciones populares. Desde este punto de vista sería interesante estudiar el resurgimiento de partidos nacionalistas, que solo pueden ser populares, en los países que no están ya, por lo menos en principio, bajo el yugo comunista. Puede preguntarse también si un nacionalismo popular no está en camino de nacer en los Estados Unidos, por reacción al internacionalismo de la elite dirigente, el Establishment - en cualquier caso existe una corriente popular muy hostil a la Organización de las Naciones Unidas. El conflicto Derecha- Izquierdo, degradándose, parecería reducirse ahora a la confrontación entre el nacionalismo y el internacionalismo bajo su forma liberal o bajo su forma comunista, opuestas aparentemente pero solo presentando diferencias de grado de un mismo mal. En realidad se trataría de una clase de reacción de defensa instintiva del pueblo, cara una agresión de fuerzas ocultas que se destinan a la destrucción de las naciones. Intentaremos estudiar de una manera más profunda a los protagonistas de un combate que podría ser el último - antes del fin de los tiempos ya que el triunfo del Internacionalismo sería una prefiguración de reino del Anticristo.
Si el nacionalismo debe permanecer la única fuerza de resistencia a la derecha, la única, según algunos, capaz de oponerse al comunismo, parece oportuno conocer bien esta "falsa derecha" salida del bonapartismo. Con este fin no podemos hacer mejor sino seguir los análisis de Julius Evola porque son los más profundos en una perspectiva tradicional. Evola busca en primer lugar los antecedentes del nacionalismo; después de haber observado que los mitos políticos de la "patria" y de la "nación" no encuentran en las antiguas sociedades tradicionales, estudia la disociación de la unidad ecuménica de la Edad media y la aparición consecutiva de los Estados nacionales. La acción antitradicional de Felipe el Hermoso, con sus tendencias centralizadoras y absolutistas, se pone de relieve entonces. Más tarde la Revolución francesa vendrá a acabar este proceso destructivo del orden tradicional. "Es pues al margen de la revolución burguesa o el Tercero Estado, que la" patria " y la " nación " tomaron un sentido sobre todo político y este valor de mito que debía precisarse cada vez más abiertamente con los ideologías nacionalistas que siguieron. Los "sentimientos patrióticos" y "nacionales" se vinculan por lo tanto la mitología de la época burguesa, y es solamente en esta época, es decir durante el período relativamente breve que se extiende de la Revolución francesa a la primera o la segunda Guerra Mundial, que la idea de nación jugó realmente un papel determinante en la historia de Europa, en estrecha relación con las ideologías democráticas. "(14) tengamos en cuenta por una parte que el nacionalismo no es más que una forma política muy reciente con relación al tradicionalismo que siempre ha existido, y por otra parte que su aparición coincide con la" rebelión "de la casta comerciante. La aparición del nacionalismo corresponde también la llegada de las masas que ayudaron a los negociantes se desembarazarse de las dos primeras castas. "Así viene a primer plano la nación como pueblo, colectividad y masa, es decir lo que la nación tendió significar cada vez más a partir de la Revolución Francesa. Es casi la criatura que sigue el paso de su creador cuando, progresando en esta dirección, no se admite ya ninguna soberanía que no sea la expresión y el reflejo de la "voluntad de la nación". "(15) después de haber mostrado la acción disolvente, a partir del declive de la Edad Media, de las fuerzas antitradicionales que, al destruir el orden antiguo, favorecieron la llegada del Estado nacional, Evola pone de relieve la reducción de nivel espiritual, el paso de la calidad la cantidad, verdadero descenso al infierno, consecutivo al nacimiento del nacionalismo que se sitúa a nivel más bajo, el de la masa. "Es sobre esta masa que actúa el nacionalismo, por medio de mitos y sugestiones propios a galvanizarla, despertar instintos elementales, halagarlo con perspectivas quiméricas de primacía, de privilegios y de potencia. Cualesquiera que sean sus pretensiones de referirse una raza u otra, la sustancia del nacionalismo moderno no es un etnos, sino un demos, y su prototipo es el prototipo plebeyo suscitado por la Revolución francesa. "(16)
El juicio de Evola sobre el nacionalismo puede parecer demasiado severo pero se le debe reconocer que está confirmado por la historia." Es un hecho de que el régimen comunista de URSS siempre ha favorecido los movimientos nacionalistas en el mundo, incluso los que eran o se pretendían anticomunistas. Los dirigentes marxistas habían comprendido muy bien que el nacionalismo puede ser utilizado como fuerza de ruptura contra el orden establecido; conocían también el carácter "colectivizante" del nacionalismo, para reanudar una expresión de Evola, que debe conducirlos finalmente en la vía del colectivismo. Así pues, en numerosos países africanos, los nacionalistas, después de haber conquistado el poder, instituyeron regímenes comunistas. En nuestra época, donde todo orden normal está subvertido, el ejército, cuya razón de ser es con todo la defensa de la Nación, puede ayudar a un partido internacionalista, recibiendo sus órdenes del extranjero, tomar el poder, como lo prueba el ejemplo de Portugal. Sin embargo Evola, quizá en un momento de optimismo, distinguió dos nacionalismos, no uno un malo y uno bueno, esto sería demasiado simple, sino un nacionalismo subversivo y un nacionalismo susceptible de resistir la subversión. "En el primer caso, el nacionalismo juega a un papel nivelador antiaristocrático, especie de preludio a un nivelamiento más extenso cuyo denominador común no será ya la nación. En el segundo, la idea de nación puede servir de punto de apoyo una rectificación y efectivamente valer a título de primera defensa contra la disolución internacionalista; invoca un principio de diferencia, que deberá servir posteriormente crear un sistema articulado y una jerarquía en el interior de cada país. "(17) La segunda forma de nacionalismo, retenida por Evola, podría representar hoy día nuestra última posibilidad de resistir al internacionalismo, o sea a las fuerzas más o menos ocultas que obran para el establecimiento de un Gobierno mundial.
Notas
(7) René RÉMOND, Les droites en France, p.150.
(8) Zeev STERNHELL, La droite révolutionnaire, p.56.
(9) René RÉMOND, op. cit., p.152.
(10) J. ORTEGA Y GASSET, La Révolte des masses, p.47.
(11) R. MICHELS, Les partis politiques, p.214.
(12) René RÉMOND, op. cit., p.157. (13) J. C. PETITFILS, op. cit., p.72.
(14) J. ÉVOLA, Chevaucher le tigre, p.225.
(15) J. EÉVOLA, Les Hommes au milieu des ruines, p.34.
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
(16) J. ÉVOLA, Révolte contre le monde moderne, p.462.
(17) J. ÉVOLA, Les Hommes au milieu des ruines, p.197.
Nacionalismo e internacionalismo 1. La Revolución
Una de las cuestiones que suscita siempre imprecisión en su concreción es el tema del nacionalismo, sobre todo en España, donde al revés que en la mayoría de los pueblos de Europa la palabra se refiere en principio más a los micronacionalismos periféricos que no a la propia España, donde nunca fue fuerte el nacionalismo al estilo moderno, quizá debido a lo que algunos denominarían sin rubor atraso secular en adaptar tarde y mal las ideas emanadas de la Revolución francesa. Menos aún sería cuestión de hablar de nacionalismo a la moderna en Castilla, donde, como recordaba Miguel Delibes, los castellanos tan solo se sienten vagamente españoles. Eso no obsta a la existencia de minúsculos grupos que se reclaman de nacionalismo castellano, por imitación bastante simiesca de los micronacionalismos periféricos, y dando al adjetivo castellano un sentido abstracto, bastante divagante que se corresponde poco o nada con lo que con cierta precisión se podría denominar castellano de acuerdo a las singularidades históricas.
Es interesante a este respecto el análisis que desde un punto de vista tradicional hace Jacques du Perron, en el capítulo VIII de su libro: DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998, que se trascribe íntegramente traducido al castellano.
Propone el autor unas aproximaciones al fenómeno nacionalista bastante ilustrativas, asi: " Los orígenes plebeyos del nacionalismo le transmiten numerosos caracteres que resultan de la psicología de las masas. "El nacionalismo no tiene teoría, a penas un programa: tiene antipatías potentes, aspiraciones vigorosas; es instintivo, pasional, sacudido por impulsos furiosos. ". Una caracterización que no es en absoluto extraña a los habitantes de la península ibérica, donde se sabe ahora mismo no solo de impulsos furiosos sino también criminales, convenientemente camuflados como guerra de liberación nacional, faltaría más.
Prosigue con su caracterización del moderno nacionalismo: “encuentra un terreno eminentemente favorable en las muchedumbres democráticas a las cuales da a la ilusión de ser los dueños de sus dueños; y al introducir el procedimiento de la delegación, da esta ilusión un color jurídico que place a las masas que luchan por sus "derechos." O también este otra: "las masas se divinizan ellas mismas instituyendo el culto de la Nación." El siglo XX y al parecer también el XXI ha tenido y sigue teniendo sobradas muestras de las masas siguiendo histéricas sus banderas y consignas lo mismo en Nürmberg que en Bilbao o en Tirana.
El nacionalismo aspira a su estado nacional, faltaría más, ya que los privilegios de supremacía racial, no solamente esgrimidos por un Sabino Arana sino también por catalanes como Pompeu Fabra y otros conspicuos líderes del nacionalismo catalán, aunque ocultado esto en lo posible tras la II guerra mundial; una más próspera situación económica y unos supuestos y horribles agravios históricos, que se pretenden comparar al genocidio armenio, judío o al gulag soviético, hacen perentorio en el discurso micronacionalista la exigencia inexcusable de un estado nacional fieramente independiente y ya, so pena de multiplicar crímenes y atropellos como tributo al ídolo nacional. De estado nos dice Jacques du Perron: Estado nacional, Evola pone de relieve la reducción de nivel espiritual, el paso de la calidad la cantidad, verdadero descenso al infierno, consecutivo al nacimiento del nacionalismo que se sitúa a nivel más bajo, el de la masa. "Es sobre esta masa que actúa el nacionalismo, por medio de mitos y sugestiones propios a galvanizarla, despertar instintos elementales, halagarlo con perspectivas quiméricas de primacía, de privilegios y de potencia. Cualesquiera que sean sus pretensiones de referirse una raza u otra, la sustancia del nacionalismo moderno no es un etnos, sino un demos, y su prototipo es el prototipo plebeyo suscitado por la Revolución francesa. "
En realidad el nacionalismo moderno, hijo de la Revolución francesa, es solo el primer paso hacia un internacionalismo global hacia cual ha tendido lo mismo el movimiento socialista que la alta finaza internacional. La pretensión igualitaria no solo pretende hacer tabla rasa de estamentos, privilegios y demás formas de distinción en una solo nación sino en el mundo entero. Pero en un mundo que siendo las pautas revolucionarias cada es vez más unitario, las diferencias económicas entre naciones y clases sociales cada vez son mayores, lo que hace cuestionarse al autor acerca de las intenciones ocultas de la Revolución: "¿Quiere verdaderamente establecer la igualdad? ¿O no es más que un señuelo destinado seducir a las muchedumbres?".
¿Cuál es entonces el verdadero fin de la Revolución? , la respuesta no deja lugar a dudas: "la revolución deseada es moral y espiritual, una anarquía por la cual todos los principios establecidos durante diecinueve siglos serán invertidos, todas tradiciones pisoteadas por los pies, y finalmente el ideal cristiano suprimido." Si tal es el objetivo de la Subversión, no puede faltar de manifestarse en todos los ámbitos de la existencia y particularmente en el ámbito religioso; se trata no solamente de luchar contra la Religión, sino de crear una contra-religión.
Y añade: el resultado lógico del pensamiento revolucionario que no ha dejado desde siglos de poner todo en cuestión, de combatir los fundamentos de las sociedades humanas, incluido del orden cósmico.
De acuerdo con esta visión: "el socialismo no es un programa de división de las riquezas, sino en realidad un método de consolidar y controlar la riqueza". Aunque hay todavía demasiada ignorancia e ingenuidad este respecto. La corriente mundialista, de la que nuestro autor opina que : es demasiado potente para que se la reduzca a la acción de simples idealistas, por numerosos que sean, está básicamente impulsada por la alta finanza internacional y el socialismo en sus diversas variantes y a nivel de sofismas intelectuales por la teoría del Caos de la que afirma taxativamente : La teoría del Caos sería a nivel filosófico lo que es el socialismo a nivel político. De hecho entre las hipótesis sófisticas de dicha teoría se encuentra una vaga solidaridad en base a la cual se propugna la liquidación de los viejos estados nacionales en pro del mundialismo, " mediante la revivificación de las fórmulas federativas y confederativas para sobrepasar el Estado-nación." En España se oye hablar mucho de eso, es al parecer la panacea de muchos micronacionalistas; de lo que no cabe duda sin embargo es que una balcanización de la península ibérica facilitaría mucho las cosas en pro de una rápida mundialización, sobre todo a la alta finaza internacional; probablemente detrás de todo esto haya fuerzas mucho más poderosas que los partidos micronacionalistas conocidos públicamente.
La Revolución, que según el autor comenzó mucho antes del episodio histórico de la revolución Francesa, precisa para sus fines una revolución a nivel pedagógica, de la cual dice: Conocer esta revolución pedagógica permite accesoriamente explicar el hecho paradójico de una subida constante de los créditos consagrados a la Enseñanza seguida por una reducción no menos continua de la calidad de los estudios. En efecto, no se trata ya de despertar los espíritus y de transmitirles un conocimiento, sino del transformarlos en instrumentos flexibles del futuro Orden mundial. De eso sabemos también un poco en España; ahora comienza precisamente una nueva etapa de dicha revolución con la formación para la ciudadanía.
El autor concluye este capítulo con la siguiente conclusión: En cualquier caso, podemos pretender, en virtud de todos los elementos de los que disponemos, que el reino de la Igualdad no es más que un objetivo secundario de la Revolución, su objetivo principal, pero oculto, consiste establecer un régimen totalitario que será la prefiguración de reino del Anticristo.
************* ANEXO *******************
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Pp 285-318
Subjetivamente, el valor del imperialismo y la de su cercano padre, el nacionalismo, no son grandes." Pero objetivamente, parece que estas fuerzas pertenecen al reducido número de las que pueden aún tener en fracaso el socialismo.
"Vilfredo Pareto"
“el mundo se unifica, no se une. “
Abel Bonnard
Ahora, tenemos el Estado mundial. Y las Ceremonias del Día de Ford, y los cantos en común, y los Oficios de Solidaridad.
Aldous Huxley
Capítulo IX
NACIONALISMO E INTERNACIONALISMO
1. LA REVOLUCIÓN
Después de la Revolución francesa la Derecha y la Izquierda van a dividirse en varias corrientes divergentes. La Izquierda, hija espiritual de la Revolución que se la puede considerar como una poderosa fuente de energía, va a heredar una prodigiosa fuerza de expansión. Entonces la madre y la hija, que es a menudo difícil distinguir, van a suscitar todos los trastornos políticos de los tiempos moderno: 1830, 1848,.1870 (La Comuna), 1917. Con la socialdemocracia alemana (1869) la Izquierda va a crear el primer partido político de la historia que solo había conocido hasta entonces facciones y el tentativas sin mañana de los Jacobinos. Por último, y es lo más importante, va a inventar una nueva religión o una contra-religión, una religión secular - cualquiera que sea el término conveniente -, destinada colmar el vacío espiritual que creó destruyendo la religión en el espíritu de las masas: esta será la ideología, alianza sorprendente, debida Karl Marx, entre el materialismo del siglo XVIII, el idealismo utópico, y el milenarismo de las sectas heréticas, alianza colocada bajo la égida de la Ciencia, nuevo ídolo de los tiempos modernos. El marxismo, personificación de la Izquierda como religión, estaba destinado a conquistar la tierra entera; pero no consiguió unificar completamente la Izquierda, que, desafiando toda autoridad, lleva en ella todos los gérmenes de la división y la discordia.
Se pueden en efecto, con Jean Defrasne (1), distinguir tres izquierdas salidas de la Revolución francesa: las de la Libertad, de la Autoridad, de la Rebelión. El primera, inspiradora del Girondinos, va a dar nacimiento al liberalismo. Si los liberales, como consecuencia del proceso de "siniestrismo" se sitúan hoy a la derecha sobre el tablero político, no era lo mismo en el siglo anterior. "El liberalismo, escribe René Rémond, aparece, en el siglo XIX, como una doctrina subversiva. Y, de hecho, es una fuerza propiamente revolucionaria cuyo impulso implica el rechazo de las autoridades, que condena a todas las instituciones que sobrevivieron la tormenta de la revolución, y lleva en él la destrucción del orden antiguo. "(2) No olvidemos que son los liberales los que prepara y comienzan las revoluciones antes de ceder el lugar hombres más radicales. La segunda izquierda, la de los Jacobinos, es autoritaria; inspira una corriente, ejerciendo una gran influencia, que coloca todas sus esperanzas en un fuerte Estado, único capaz de realizar la utopía socialista -el resultado natural de esta corriente que es la dictadura del Proletariado. Finalmente la tercera izquierda, la de la Rebelión, presenta en los enrabiados y en Babeuf, generará la izquierda revolucionaria y el anarquismo.
Es útil completar la clasificación de Jean Defrasne por la visión cronológica de las izquierdas debida Georges Lefranc (3), que hace resaltar la evolución de la Izquierda como carrera a los extremos. Georges Lefranc, que escribe una historia de las izquierdas lo mismo que René Rémond escribe una historia de las derechas, distingue cuatro períodos que suceden en el tiempo –cada período por la preeminencia de una tendencia de la Izquierda. Son las de la izquierda liberal (1804-1880), de la izquierda anticlerical y democrática (1880-1905), de la izquierda socialista (1905-1917), de la izquierda comunista (1917-?). Así aparecía claramente la tendencia a la radicalización, al extremismo, de la Izquierda - tendencia en resumen natural para una fuerza revolucionaria. De los liberales de 1789, amasados de buenas intenciones, partidarios de los derechos del hombre, se concluye en los tiranos inhumanos de los regímenes comunistas del siglo XX, pasando por los demócratas "comedores de curas".
La izquierda liberal hace excepción: no se radicaliza, al contrario se humaniza a tal punto que se vuelve conservadora. Curioso fenómeno que se explica por el desarrollo de la historia. Los burgueses liberales, que habían desencadenado la Revolución de 1789, retornaron al poder algunas décadas más tarde - muy naturalmente se convirtieron en conservadores en tanto que partidarios del nuevo orden burgués. Gracias a la Monarquía de Julio, expresión perfecta del reino de la Burguesía, el liberalismo va a transformarse en orleanismo que no se sabe ya cómo calificar: ¿falsa izquierda o falsea derecha? El orleanismo va a mantenerse todavía hasta nuestros días llegando a ser lo que Julius Evola nombró la "derecha económica" que en efecto se sitúa a la derecha de los partidos de izquierda, sin ser por tanto derecha.
En consecuencia de la traición de la burguesía, la Revolución va a colocar todas sus esperanzas en el Proletariado. La Izquierda en adelante va a defender la causa de los desheredados y explotados - esta posición adoptada, confiriéndole al mismo tiempo una justificación cuasi-sacramental, va a garantizarle una influencia y una radiación universal. Al crear el mesianismo del Proletariado, la Izquierda prolonga el mesianismo de los movimientos milenaristas de la Edad media. El mérito de Karl Marx consistirá en aprovechar esta oportunidad; según una frase célebre, el busca la Revolución y encuentra el Proletariado, no al contrario. Con del tesis de la dictadura del Proletariado, el marxismo se volverá el representante oficial de la izquierda autoritaria y triunfará al imponerse a sus competidores. "El marxismo permanece después de 1870 la única corriente ideológica coherente del socialismo." Sólo anarquismo le disputa el lugar con éxito pero en zonas muy limitadas (...) . Hasta 1917, el marxismo seguirá siendo la ideología oficial de todos los partidos socialistas continentales. "(4)
Después de la Revolución de Octubre el marxismo va a dividirse en dos grandes esferas de influencia:" la esfera de influencia comunista y la esfera de influencia socialista, que se mantiene hasta este día. Se podría mantener que el socialismo no es más que un marxismo edulcorado, más reformista que autoritario, pero el ejemplo del régimen socialista sueco viene a contradecir esta aserción puesto que se pudo hablar a su respecto de nuevo totalitarismo.
En cuanto a la izquierda de la Rebelión, muy minoritaria, aún está representada hoy por los anarquistas a los cuales se podría adjuntar los Trotskistas. "Ciertos anarquistas consideran que son ellos los socialistas más auténticos y los más consecuentes." (5) ¿Cómo no darles razón? El anarquismo es el resultado lógico de la Revolución que destruyó la Realeza y la Religión, que desafía a toda autoridad apropiándose de la divisa de los anarquistas: "ni Dios ni amo".
Comparada la Izquierda triunfante que no dejó de progresar desde la Revolución francesa y que gobierna ahora nuestro planeta por regímenes liberales o comunistas interpuestos, la Derecha presenta la triste cara de la decadencia. Más bien que hablar de división en distintas corrientes, sería más realista pronunciar la palabra de desaparición; en efecto la verdadera derecha, la derecha tradicional, desaparece con el conde de Chambord, al final del siglo XIX . Ciertamente se encuentran aún hoy día los tradicionalistas, los monárquicos, pero la derecha tradicional ha dejado de existir como fuerza política - Evola afirma que se ha mantenido en Austria hasta la víspera de la segunda Guerra Mundial. ¿Cómo podría ser de otra manera en un mundo fundamentalmente antitradicional? Esta es la razón por la que la distinción establecida por René Rémond entre tres derechas se revela finalmente bastante superficial: útil como instrumento de análisis, no va al fondo de las cosas pero sigue siendo válida a nivel parlamentario... Así, no se puede contestar que hasta al principio de la III República, los legitimistas, los orleanistas, los bonapartistas, forman la derecha de la Asamblea. La primera derecha, la derecha legitimista, va pues a desaparecer, en cuanto a los otras dos: el orleanismo y el bonapartismo, estas no son, lo hemos visto, más que falsas derechas.
¿Por qué falsas derechas? Es lo que sería necesario explicar. Hemos visto que la Burguesía revolucionaria se convirtió en conservadora después de apoderarse del poder en 1830. Así toma nacimiento el orleanismo que no es más que un avatar del liberalismo, expresión de la filosofía burguesa. Por lo que se refiere al bonapartismo, el estudio de sus orígenes se muestra suficientemente aclarador. Bonaparte era un Jacobino, como lo prueba su actitud hacia la Iglesia y la Realeza, pero un Jacobino pragmático que, para realizar el sueño de Estado centralizador, a debido transigir con la sociedad de su tiempo, de donde la firma del Concordato y la creación de una nueva nobleza. El bonapartismo, nacido de la Revolución francesa, es un cesarismo plebeyo que toma apoyo sobre las masas populares - no podría ser más anti-tradicional. Napoleón III juzgó muy bien la acción de Napoleón I. "Mató al Antiguo Régimen restableciendo todo lo que este régimen tenía de bueno. Mató el espíritu revolucionario haciendo triunfar los beneficios de la Revolución. "(6) Es pues imposibles considerar el bonapartismo como un verdadero partido de derecha, incluso si se convirtió en conservador (¡pero no reaccionario!)" y si figura a la derecha del tablero político. El fenómeno de las falsas derechas puede explicarse por el conservatismo natural de los pueblos que repugnan el cambio – no siendo la Revolución más que una crisis artificial suscitada por los complots (o conspiraciones). Una sociedad, so pena de hundirse en la anarquía, no puede vivir sin un partido conservador, un partido del orden. Debido al "siniestrismo", propio Francia, pero que tiende ahora extenderse al mundo entero, los partidos políticos situados hoy a la derecha solo son antiguos partidos de izquierda. Los liberales, revolucionarios en el siglo XIX, se consideran en el siglo XX como gente de derecha.
Notas
(1) Cf. J. Defrasne, La Gauche en France de 1789 á nos jours.
(2) René RÉMOND, Introduction á 1'histoire de notre temps siécle, p.96.
(3) Cf. G. Lefranc, Les Gauches en France 1789-1972.
(4) Jean TOUCHARD, Histoire des idées politiques, p.314.
(5) Daniel GUÉRIN, L'anarchisme, p.47.
(6) NAPOLÉON III cité par J.C. Petitfils in La droite en France de 1789 á nos jours, p.47.
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Es interesante a este respecto el análisis que desde un punto de vista tradicional hace Jacques du Perron, en el capítulo VIII de su libro: DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II. Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998, que se trascribe íntegramente traducido al castellano.
Propone el autor unas aproximaciones al fenómeno nacionalista bastante ilustrativas, asi: " Los orígenes plebeyos del nacionalismo le transmiten numerosos caracteres que resultan de la psicología de las masas. "El nacionalismo no tiene teoría, a penas un programa: tiene antipatías potentes, aspiraciones vigorosas; es instintivo, pasional, sacudido por impulsos furiosos. ". Una caracterización que no es en absoluto extraña a los habitantes de la península ibérica, donde se sabe ahora mismo no solo de impulsos furiosos sino también criminales, convenientemente camuflados como guerra de liberación nacional, faltaría más.
Prosigue con su caracterización del moderno nacionalismo: “encuentra un terreno eminentemente favorable en las muchedumbres democráticas a las cuales da a la ilusión de ser los dueños de sus dueños; y al introducir el procedimiento de la delegación, da esta ilusión un color jurídico que place a las masas que luchan por sus "derechos." O también este otra: "las masas se divinizan ellas mismas instituyendo el culto de la Nación." El siglo XX y al parecer también el XXI ha tenido y sigue teniendo sobradas muestras de las masas siguiendo histéricas sus banderas y consignas lo mismo en Nürmberg que en Bilbao o en Tirana.
El nacionalismo aspira a su estado nacional, faltaría más, ya que los privilegios de supremacía racial, no solamente esgrimidos por un Sabino Arana sino también por catalanes como Pompeu Fabra y otros conspicuos líderes del nacionalismo catalán, aunque ocultado esto en lo posible tras la II guerra mundial; una más próspera situación económica y unos supuestos y horribles agravios históricos, que se pretenden comparar al genocidio armenio, judío o al gulag soviético, hacen perentorio en el discurso micronacionalista la exigencia inexcusable de un estado nacional fieramente independiente y ya, so pena de multiplicar crímenes y atropellos como tributo al ídolo nacional. De estado nos dice Jacques du Perron: Estado nacional, Evola pone de relieve la reducción de nivel espiritual, el paso de la calidad la cantidad, verdadero descenso al infierno, consecutivo al nacimiento del nacionalismo que se sitúa a nivel más bajo, el de la masa. "Es sobre esta masa que actúa el nacionalismo, por medio de mitos y sugestiones propios a galvanizarla, despertar instintos elementales, halagarlo con perspectivas quiméricas de primacía, de privilegios y de potencia. Cualesquiera que sean sus pretensiones de referirse una raza u otra, la sustancia del nacionalismo moderno no es un etnos, sino un demos, y su prototipo es el prototipo plebeyo suscitado por la Revolución francesa. "
En realidad el nacionalismo moderno, hijo de la Revolución francesa, es solo el primer paso hacia un internacionalismo global hacia cual ha tendido lo mismo el movimiento socialista que la alta finaza internacional. La pretensión igualitaria no solo pretende hacer tabla rasa de estamentos, privilegios y demás formas de distinción en una solo nación sino en el mundo entero. Pero en un mundo que siendo las pautas revolucionarias cada es vez más unitario, las diferencias económicas entre naciones y clases sociales cada vez son mayores, lo que hace cuestionarse al autor acerca de las intenciones ocultas de la Revolución: "¿Quiere verdaderamente establecer la igualdad? ¿O no es más que un señuelo destinado seducir a las muchedumbres?".
¿Cuál es entonces el verdadero fin de la Revolución? , la respuesta no deja lugar a dudas: "la revolución deseada es moral y espiritual, una anarquía por la cual todos los principios establecidos durante diecinueve siglos serán invertidos, todas tradiciones pisoteadas por los pies, y finalmente el ideal cristiano suprimido." Si tal es el objetivo de la Subversión, no puede faltar de manifestarse en todos los ámbitos de la existencia y particularmente en el ámbito religioso; se trata no solamente de luchar contra la Religión, sino de crear una contra-religión.
Y añade: el resultado lógico del pensamiento revolucionario que no ha dejado desde siglos de poner todo en cuestión, de combatir los fundamentos de las sociedades humanas, incluido del orden cósmico.
De acuerdo con esta visión: "el socialismo no es un programa de división de las riquezas, sino en realidad un método de consolidar y controlar la riqueza". Aunque hay todavía demasiada ignorancia e ingenuidad este respecto. La corriente mundialista, de la que nuestro autor opina que : es demasiado potente para que se la reduzca a la acción de simples idealistas, por numerosos que sean, está básicamente impulsada por la alta finanza internacional y el socialismo en sus diversas variantes y a nivel de sofismas intelectuales por la teoría del Caos de la que afirma taxativamente : La teoría del Caos sería a nivel filosófico lo que es el socialismo a nivel político. De hecho entre las hipótesis sófisticas de dicha teoría se encuentra una vaga solidaridad en base a la cual se propugna la liquidación de los viejos estados nacionales en pro del mundialismo, " mediante la revivificación de las fórmulas federativas y confederativas para sobrepasar el Estado-nación." En España se oye hablar mucho de eso, es al parecer la panacea de muchos micronacionalistas; de lo que no cabe duda sin embargo es que una balcanización de la península ibérica facilitaría mucho las cosas en pro de una rápida mundialización, sobre todo a la alta finaza internacional; probablemente detrás de todo esto haya fuerzas mucho más poderosas que los partidos micronacionalistas conocidos públicamente.
La Revolución, que según el autor comenzó mucho antes del episodio histórico de la revolución Francesa, precisa para sus fines una revolución a nivel pedagógica, de la cual dice: Conocer esta revolución pedagógica permite accesoriamente explicar el hecho paradójico de una subida constante de los créditos consagrados a la Enseñanza seguida por una reducción no menos continua de la calidad de los estudios. En efecto, no se trata ya de despertar los espíritus y de transmitirles un conocimiento, sino del transformarlos en instrumentos flexibles del futuro Orden mundial. De eso sabemos también un poco en España; ahora comienza precisamente una nueva etapa de dicha revolución con la formación para la ciudadanía.
El autor concluye este capítulo con la siguiente conclusión: En cualquier caso, podemos pretender, en virtud de todos los elementos de los que disponemos, que el reino de la Igualdad no es más que un objetivo secundario de la Revolución, su objetivo principal, pero oculto, consiste establecer un régimen totalitario que será la prefiguración de reino del Anticristo.
************* ANEXO *******************
Jacques du Perron, DÉCADENCE ET COMPLOT. Droite et Gauche. Tradition et Revolution. Tome II.
Éditions Godefroy de Bouillon. Paris 1998
Pp 285-318
Subjetivamente, el valor del imperialismo y la de su cercano padre, el nacionalismo, no son grandes." Pero objetivamente, parece que estas fuerzas pertenecen al reducido número de las que pueden aún tener en fracaso el socialismo.
"Vilfredo Pareto"
“el mundo se unifica, no se une. “
Abel Bonnard
Ahora, tenemos el Estado mundial. Y las Ceremonias del Día de Ford, y los cantos en común, y los Oficios de Solidaridad.
Aldous Huxley
Capítulo IX
NACIONALISMO E INTERNACIONALISMO
1. LA REVOLUCIÓN
Después de la Revolución francesa la Derecha y la Izquierda van a dividirse en varias corrientes divergentes. La Izquierda, hija espiritual de la Revolución que se la puede considerar como una poderosa fuente de energía, va a heredar una prodigiosa fuerza de expansión. Entonces la madre y la hija, que es a menudo difícil distinguir, van a suscitar todos los trastornos políticos de los tiempos moderno: 1830, 1848,.1870 (La Comuna), 1917. Con la socialdemocracia alemana (1869) la Izquierda va a crear el primer partido político de la historia que solo había conocido hasta entonces facciones y el tentativas sin mañana de los Jacobinos. Por último, y es lo más importante, va a inventar una nueva religión o una contra-religión, una religión secular - cualquiera que sea el término conveniente -, destinada colmar el vacío espiritual que creó destruyendo la religión en el espíritu de las masas: esta será la ideología, alianza sorprendente, debida Karl Marx, entre el materialismo del siglo XVIII, el idealismo utópico, y el milenarismo de las sectas heréticas, alianza colocada bajo la égida de la Ciencia, nuevo ídolo de los tiempos modernos. El marxismo, personificación de la Izquierda como religión, estaba destinado a conquistar la tierra entera; pero no consiguió unificar completamente la Izquierda, que, desafiando toda autoridad, lleva en ella todos los gérmenes de la división y la discordia.
Se pueden en efecto, con Jean Defrasne (1), distinguir tres izquierdas salidas de la Revolución francesa: las de la Libertad, de la Autoridad, de la Rebelión. El primera, inspiradora del Girondinos, va a dar nacimiento al liberalismo. Si los liberales, como consecuencia del proceso de "siniestrismo" se sitúan hoy a la derecha sobre el tablero político, no era lo mismo en el siglo anterior. "El liberalismo, escribe René Rémond, aparece, en el siglo XIX, como una doctrina subversiva. Y, de hecho, es una fuerza propiamente revolucionaria cuyo impulso implica el rechazo de las autoridades, que condena a todas las instituciones que sobrevivieron la tormenta de la revolución, y lleva en él la destrucción del orden antiguo. "(2) No olvidemos que son los liberales los que prepara y comienzan las revoluciones antes de ceder el lugar hombres más radicales. La segunda izquierda, la de los Jacobinos, es autoritaria; inspira una corriente, ejerciendo una gran influencia, que coloca todas sus esperanzas en un fuerte Estado, único capaz de realizar la utopía socialista -el resultado natural de esta corriente que es la dictadura del Proletariado. Finalmente la tercera izquierda, la de la Rebelión, presenta en los enrabiados y en Babeuf, generará la izquierda revolucionaria y el anarquismo.
Es útil completar la clasificación de Jean Defrasne por la visión cronológica de las izquierdas debida Georges Lefranc (3), que hace resaltar la evolución de la Izquierda como carrera a los extremos. Georges Lefranc, que escribe una historia de las izquierdas lo mismo que René Rémond escribe una historia de las derechas, distingue cuatro períodos que suceden en el tiempo –cada período por la preeminencia de una tendencia de la Izquierda. Son las de la izquierda liberal (1804-1880), de la izquierda anticlerical y democrática (1880-1905), de la izquierda socialista (1905-1917), de la izquierda comunista (1917-?). Así aparecía claramente la tendencia a la radicalización, al extremismo, de la Izquierda - tendencia en resumen natural para una fuerza revolucionaria. De los liberales de 1789, amasados de buenas intenciones, partidarios de los derechos del hombre, se concluye en los tiranos inhumanos de los regímenes comunistas del siglo XX, pasando por los demócratas "comedores de curas".
La izquierda liberal hace excepción: no se radicaliza, al contrario se humaniza a tal punto que se vuelve conservadora. Curioso fenómeno que se explica por el desarrollo de la historia. Los burgueses liberales, que habían desencadenado la Revolución de 1789, retornaron al poder algunas décadas más tarde - muy naturalmente se convirtieron en conservadores en tanto que partidarios del nuevo orden burgués. Gracias a la Monarquía de Julio, expresión perfecta del reino de la Burguesía, el liberalismo va a transformarse en orleanismo que no se sabe ya cómo calificar: ¿falsa izquierda o falsea derecha? El orleanismo va a mantenerse todavía hasta nuestros días llegando a ser lo que Julius Evola nombró la "derecha económica" que en efecto se sitúa a la derecha de los partidos de izquierda, sin ser por tanto derecha.
En consecuencia de la traición de la burguesía, la Revolución va a colocar todas sus esperanzas en el Proletariado. La Izquierda en adelante va a defender la causa de los desheredados y explotados - esta posición adoptada, confiriéndole al mismo tiempo una justificación cuasi-sacramental, va a garantizarle una influencia y una radiación universal. Al crear el mesianismo del Proletariado, la Izquierda prolonga el mesianismo de los movimientos milenaristas de la Edad media. El mérito de Karl Marx consistirá en aprovechar esta oportunidad; según una frase célebre, el busca la Revolución y encuentra el Proletariado, no al contrario. Con del tesis de la dictadura del Proletariado, el marxismo se volverá el representante oficial de la izquierda autoritaria y triunfará al imponerse a sus competidores. "El marxismo permanece después de 1870 la única corriente ideológica coherente del socialismo." Sólo anarquismo le disputa el lugar con éxito pero en zonas muy limitadas (...) . Hasta 1917, el marxismo seguirá siendo la ideología oficial de todos los partidos socialistas continentales. "(4)
Después de la Revolución de Octubre el marxismo va a dividirse en dos grandes esferas de influencia:" la esfera de influencia comunista y la esfera de influencia socialista, que se mantiene hasta este día. Se podría mantener que el socialismo no es más que un marxismo edulcorado, más reformista que autoritario, pero el ejemplo del régimen socialista sueco viene a contradecir esta aserción puesto que se pudo hablar a su respecto de nuevo totalitarismo.
En cuanto a la izquierda de la Rebelión, muy minoritaria, aún está representada hoy por los anarquistas a los cuales se podría adjuntar los Trotskistas. "Ciertos anarquistas consideran que son ellos los socialistas más auténticos y los más consecuentes." (5) ¿Cómo no darles razón? El anarquismo es el resultado lógico de la Revolución que destruyó la Realeza y la Religión, que desafía a toda autoridad apropiándose de la divisa de los anarquistas: "ni Dios ni amo".
Comparada la Izquierda triunfante que no dejó de progresar desde la Revolución francesa y que gobierna ahora nuestro planeta por regímenes liberales o comunistas interpuestos, la Derecha presenta la triste cara de la decadencia. Más bien que hablar de división en distintas corrientes, sería más realista pronunciar la palabra de desaparición; en efecto la verdadera derecha, la derecha tradicional, desaparece con el conde de Chambord, al final del siglo XIX . Ciertamente se encuentran aún hoy día los tradicionalistas, los monárquicos, pero la derecha tradicional ha dejado de existir como fuerza política - Evola afirma que se ha mantenido en Austria hasta la víspera de la segunda Guerra Mundial. ¿Cómo podría ser de otra manera en un mundo fundamentalmente antitradicional? Esta es la razón por la que la distinción establecida por René Rémond entre tres derechas se revela finalmente bastante superficial: útil como instrumento de análisis, no va al fondo de las cosas pero sigue siendo válida a nivel parlamentario... Así, no se puede contestar que hasta al principio de la III República, los legitimistas, los orleanistas, los bonapartistas, forman la derecha de la Asamblea. La primera derecha, la derecha legitimista, va pues a desaparecer, en cuanto a los otras dos: el orleanismo y el bonapartismo, estas no son, lo hemos visto, más que falsas derechas.
¿Por qué falsas derechas? Es lo que sería necesario explicar. Hemos visto que la Burguesía revolucionaria se convirtió en conservadora después de apoderarse del poder en 1830. Así toma nacimiento el orleanismo que no es más que un avatar del liberalismo, expresión de la filosofía burguesa. Por lo que se refiere al bonapartismo, el estudio de sus orígenes se muestra suficientemente aclarador. Bonaparte era un Jacobino, como lo prueba su actitud hacia la Iglesia y la Realeza, pero un Jacobino pragmático que, para realizar el sueño de Estado centralizador, a debido transigir con la sociedad de su tiempo, de donde la firma del Concordato y la creación de una nueva nobleza. El bonapartismo, nacido de la Revolución francesa, es un cesarismo plebeyo que toma apoyo sobre las masas populares - no podría ser más anti-tradicional. Napoleón III juzgó muy bien la acción de Napoleón I. "Mató al Antiguo Régimen restableciendo todo lo que este régimen tenía de bueno. Mató el espíritu revolucionario haciendo triunfar los beneficios de la Revolución. "(6) Es pues imposibles considerar el bonapartismo como un verdadero partido de derecha, incluso si se convirtió en conservador (¡pero no reaccionario!)" y si figura a la derecha del tablero político. El fenómeno de las falsas derechas puede explicarse por el conservatismo natural de los pueblos que repugnan el cambio – no siendo la Revolución más que una crisis artificial suscitada por los complots (o conspiraciones). Una sociedad, so pena de hundirse en la anarquía, no puede vivir sin un partido conservador, un partido del orden. Debido al "siniestrismo", propio Francia, pero que tiende ahora extenderse al mundo entero, los partidos políticos situados hoy a la derecha solo son antiguos partidos de izquierda. Los liberales, revolucionarios en el siglo XIX, se consideran en el siglo XX como gente de derecha.
Notas
(1) Cf. J. Defrasne, La Gauche en France de 1789 á nos jours.
(2) René RÉMOND, Introduction á 1'histoire de notre temps siécle, p.96.
(3) Cf. G. Lefranc, Les Gauches en France 1789-1972.
(4) Jean TOUCHARD, Histoire des idées politiques, p.314.
(5) Daniel GUÉRIN, L'anarchisme, p.47.
(6) NAPOLÉON III cité par J.C. Petitfils in La droite en France de 1789 á nos jours, p.47.
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jueves, 17 de enero de 2008
¿Patriotismo español?. Emilio Lamo de Espinosa
¿Patriotismo español?
Emilio Lamo de Espinosa.
EL País
Jueves, 22 de noviembre de 2001
El nacionalismo español nunca parece haber sido fuerte. No lo fue a lo largo del siglo XIX por la debilidad del Estado liberal, aunque debemos recordar que, incluso en Francia, el más fuerte y centralizado de los Estados europeos, y a finales de ese mismo siglo, los campesinos aún se sentían bretones o saboyanos más que franceses. De hecho, fueron las dos grandes guerras mundiales las que azuzarían el nacionalismo en Francia o Inglaterra. España, por supuesto, no participó en ellas pero sí en varias guerras civiles durante el XIX más la espantosa matanza del 36-39, ciertamente no el mejor ambiente para el florecimiento del patriotismo, de modo que la cultura española se ha regodeado más en la excepcionalidad de nuestra decadencia que en la de nuestra eventual grandeza. Y por si fuera poco, y de modo similar a lo que ocurrió en Alemania e Italia, el franquismo abusó de los escasos símbolos de unidad dejándolos casi inservibles. El resultado, que puede sorprender a muchos, es que los españoles somos uno de los pueblos menos nacionalistas.
No es una opinión a la ligera y me baso para ello en el Informe Mundial sobre la Cultura editado por la Unesco (en inglés en 2000), y concretamente en el capítulo 14, escrito por Jos W. Becker con datos de una encuesta internacional realizada en 24 países de todo el mundo. Para comenzar, los españoles somos muy localistas y, comparados con otros países, nos identificamos bastante más con la provincia y la ciudad de residencia y mucho menos con el propio país. Además, el orgullo de ser español sigue siendo muy bajo. De los 24 países estudiados, y junto con los Países Bajos, somos los que estamos menos de acuerdo con la frase quiero ser ciudadano de mi país. La media es del 47% pero en España baja a nada menos que el 25%. Para comparar, en un país fuertemente nacionalista como es Japón, sube al 72%. Otro tanto ocurre con la idea de que mi país es el mejor; la media es del 18%, pero en España es del 6% y en Japón del 52%. Son datos reveladores de muy escaso orgullo nacional.
Sin duda por ello exigimos bastante poco de quien desee ser ciudadano español. Respecto a los criterios necesarios para ser un verdadero ciudadano somos los menos exigentes en el requisito de hablar una lengua, sin duda el indicador más fuerte de nacionalismo identitario; sólo un 32% de los españoles lo exige cuando la media es del 59%. Pero incluso en el requisito de haber nacido en el país o en el de ser residente por largo tiempo estamos en los últimos lugares.
Así, y para terminar, no es de extrañar que cuando el informe de la Unesco elabora un ranking de los 24 países por su nivel de nacionalismo, España ocupa el lugar 23, el penúltimo, seguido por los Países Bajos y precedido por Italia. Hay quien dice que, patriotismo, ni siquiera el constitucional. Pues bien, eso es lo que parecen opinar ya los españoles, mucho antes de que tratemos de convencerles.
De modo que la propuesta del PSOE, aceptada al menos inicialmente por el PP, de hacer del patriotismo constitucional la base de un nuevo nacionalismo español postnacionalista encuentra terreno abonado. No debe sorprender por ello que sean los nacionalismos vasco o catalán quienes se oponen a esta formulación. Ambos siguen anclados en concepciones decimonónicas de la nación basadas en la lengua, ambos tratan de enfervorizar a sus ciudadanos con símbolos y ritos, ambos entienden sus patriotismos de modo sustancial y excluyente y necesitan por ello un enemigo al que poder zaherir con el argumento de que “ tú sí que eres nacionalista “. Nada puede desorientarles más que encontrarse con que los españoles apostamos por una ciudadanía cosmopolita y abierta frente a la cual carecen de argumentos. Por eso, porque comparto ese patriotismo constitucional, me irrita y disgusta tanto como a ellos el menosprecio de que han sido objeto en la composición del Tribunal Constitucional y las impertinentes declaraciones de su presidente, o el más reciente de la Warner al negarles autorización para el doblaje de una película al catalán. Por una vez tiene razón Pujol, aunque sea con argumentos contrarios a los suyos.
Emilio Lamo de Espinosa.
EL País
Jueves, 22 de noviembre de 2001
El nacionalismo español nunca parece haber sido fuerte. No lo fue a lo largo del siglo XIX por la debilidad del Estado liberal, aunque debemos recordar que, incluso en Francia, el más fuerte y centralizado de los Estados europeos, y a finales de ese mismo siglo, los campesinos aún se sentían bretones o saboyanos más que franceses. De hecho, fueron las dos grandes guerras mundiales las que azuzarían el nacionalismo en Francia o Inglaterra. España, por supuesto, no participó en ellas pero sí en varias guerras civiles durante el XIX más la espantosa matanza del 36-39, ciertamente no el mejor ambiente para el florecimiento del patriotismo, de modo que la cultura española se ha regodeado más en la excepcionalidad de nuestra decadencia que en la de nuestra eventual grandeza. Y por si fuera poco, y de modo similar a lo que ocurrió en Alemania e Italia, el franquismo abusó de los escasos símbolos de unidad dejándolos casi inservibles. El resultado, que puede sorprender a muchos, es que los españoles somos uno de los pueblos menos nacionalistas.
No es una opinión a la ligera y me baso para ello en el Informe Mundial sobre la Cultura editado por la Unesco (en inglés en 2000), y concretamente en el capítulo 14, escrito por Jos W. Becker con datos de una encuesta internacional realizada en 24 países de todo el mundo. Para comenzar, los españoles somos muy localistas y, comparados con otros países, nos identificamos bastante más con la provincia y la ciudad de residencia y mucho menos con el propio país. Además, el orgullo de ser español sigue siendo muy bajo. De los 24 países estudiados, y junto con los Países Bajos, somos los que estamos menos de acuerdo con la frase quiero ser ciudadano de mi país. La media es del 47% pero en España baja a nada menos que el 25%. Para comparar, en un país fuertemente nacionalista como es Japón, sube al 72%. Otro tanto ocurre con la idea de que mi país es el mejor; la media es del 18%, pero en España es del 6% y en Japón del 52%. Son datos reveladores de muy escaso orgullo nacional.
Sin duda por ello exigimos bastante poco de quien desee ser ciudadano español. Respecto a los criterios necesarios para ser un verdadero ciudadano somos los menos exigentes en el requisito de hablar una lengua, sin duda el indicador más fuerte de nacionalismo identitario; sólo un 32% de los españoles lo exige cuando la media es del 59%. Pero incluso en el requisito de haber nacido en el país o en el de ser residente por largo tiempo estamos en los últimos lugares.
Así, y para terminar, no es de extrañar que cuando el informe de la Unesco elabora un ranking de los 24 países por su nivel de nacionalismo, España ocupa el lugar 23, el penúltimo, seguido por los Países Bajos y precedido por Italia. Hay quien dice que, patriotismo, ni siquiera el constitucional. Pues bien, eso es lo que parecen opinar ya los españoles, mucho antes de que tratemos de convencerles.
De modo que la propuesta del PSOE, aceptada al menos inicialmente por el PP, de hacer del patriotismo constitucional la base de un nuevo nacionalismo español postnacionalista encuentra terreno abonado. No debe sorprender por ello que sean los nacionalismos vasco o catalán quienes se oponen a esta formulación. Ambos siguen anclados en concepciones decimonónicas de la nación basadas en la lengua, ambos tratan de enfervorizar a sus ciudadanos con símbolos y ritos, ambos entienden sus patriotismos de modo sustancial y excluyente y necesitan por ello un enemigo al que poder zaherir con el argumento de que “ tú sí que eres nacionalista “. Nada puede desorientarles más que encontrarse con que los españoles apostamos por una ciudadanía cosmopolita y abierta frente a la cual carecen de argumentos. Por eso, porque comparto ese patriotismo constitucional, me irrita y disgusta tanto como a ellos el menosprecio de que han sido objeto en la composición del Tribunal Constitucional y las impertinentes declaraciones de su presidente, o el más reciente de la Warner al negarles autorización para el doblaje de una película al catalán. Por una vez tiene razón Pujol, aunque sea con argumentos contrarios a los suyos.
martes, 15 de enero de 2008
PREPARANDO EL DESCENSO.John Michael Greer
PREPARANDO EL DESCENSO
John Michael Greer (*)
A medida que se acumulan las evidencias de que está próximo el cenit del petróleo, cada vez más gente siente preocupación por esta problemática que desafía casi todas las creencias sociales sobre el futuro y el asunto de qué hacer al respecto está a la orden del día. De forma previsora, los catastrofistas por la supervivencia están saltando con sus "soluciones" que valen igual para un roto que para un descosido. Este tipo de respuestas ya habían aparecido en los años 20, cuando las creencias de los Cristianos Evangélicos en el inminente Apocalipsis se unió con la retórica de la América tradicional que oponía las ciudades ricas, populosas y lujuriosas con el mundo rural tradicional pobre, aislado y supuestamente más virtuoso para crear las primeras ideologías para la supervivencia post-apocalíptica. Desde entonces los apocalípticos de la supervivencia insisten en que la única respuesta a cualquier crisis que podamos imaginar (epidemias de enfermedades, holocausto nuclear, guerras étnicas, la venida del Anticristo, el colapso de los sistemas informáticos por el cambio de milenio, y la lista podría continuar) es la de refugiarse en el bosque con muchos alimentos y armas, y vivir una vida asilvestrada mientras las grandes urbes caen destruidas en medio de las llamas.
Desde el punto de vista de los apocalípticos de la supervivencia, el cenit del petróleo es una excusa más pare echarse al monte. Aun así, no es una razón muy convincente. Ciertamente que el cenit mundial del petróleo nos llevará a una era de costes energéticos crecientes y suministros decrecientes, lo que acarreará muchos problemas económicos, sociales, políticos y demográficos, pero está aun por ver el que haga un razonamiento creíble de que estos problemas causarán un colapso inmediato y absoluto de la civilización. Nos enfrentamos a un declive, no al Apocalipsis, y de cara a un declive gradual que se extenderá durante un siglo o más, una estrategia basada en judías en lata y M-16s en una cabaña en el bosque no sirve más que de distracción. Una visión más realista, con estrategias realmente útiles se pueden encontrar ya fácilmente pasando de las fantasías de muchos apocalípticos a la realidad de la grave situación de la industria mundial. Aunque el futuro que nos espera no sea apocalíptico, cuatro jinetes definen el escenario mas probable:
El primer jinete en tomar la salida es la decreciente disponibilidad energética. En algún momento de aquí al 2010, la producción de petróleo alcanza su cenit, se estabiliza y comienza un irregular pero también irreversible descenso. Los suministros de gas también comienzan su declive sobre la misma fecha. Parte de ese déficit energético podrá subsanarse con carbón, eólica y otras renovables, nuclear, y mediante ahorro energético. Pero según se acelera el agotamiento de petróleo, y otros recursos como el uranio para la fisión y el gas también alcanzan sus propios cenits, la fractura se hará mas profunda, y muchos estilos de vida y modelos de negocio que dependen de la energía barata dejarán de ser rentables.
El segundo jinete, a escasa distancia del primero, es la crisis económica. Según empiece a disminuir la producción de petróleo, los precios energéticos se dispararán a medida que las naciones, regiones e individuos se meten en cada vez más guerras llevadas al extremo por culpa de la desenfrenada especulación. La economía global, que tuvo sentido mientras duró el contexto de los precios petrolíferos mantenidos artificialmente bajos de los 90, se rompe en mil pedazos, llevándose consigo a muchos negocios basados en la importación y exportación, dando comienzo a una ola de bancarrotas y quiebras empresariales en cadena que causarán escasez de muchos productos de consumo, llegando incluso a faltar de los más esenciales como comida y vestimenta. La subida de los precios de la energía también afectará directamente en muchos aspectos de las economías familiares. El desempleo se eleva hasta niveles desconocidos desde la Gran Depresión y se extiende la pobreza.
El tercer jinete, por detrás del segundo en una distancia de uno o dos cuerpos, es la quiebra de la Seguridad Social. El aumento espectacular de los índices de pobreza, la escasez y el impacto del coste creciente de la energía afectan a la cadena de suministros alimentarios, y de la misma manera el cuidado de la salud intensivo en energía se convierte en un lujo solo asumible para los obscenamente ricos, mientras que el calentamiento global y el colapso del equilibrio en el ecosistema provocan la generalización de nuevas o antes exóticas enfermedades, al tiempo que la desnutrición y las enfermedades se convierten en grandes pandemias. La gente comienza a morirse de lo que antes eran enfermedades comunes y perfectamente tratables, mientras que enfermedades crónicas como la diabetes se convierten en condenas a muerte con la subida de los precios de las medicinas hasta precios inalcanzables. Las tasas de fallecimiento se disparan e inversamente la esperanza de vida se hunde, provocando la primera gran ola de contracción poblacional.
El cuarto jinete, al galope de los primeros tres, es el desorden político. Lo que la sociología política denomina "democracia liberal" es un sistema en el que grupos de élite compiten entre sí para conseguir la confianza de sectores del electorado ofreciendo a cambio dádivas generadas por el crecimiento económico. Por tanto el sistema depende de un abundante combustible fósil y del sistema industrial económico que lo transforma en crecimiento. Muchas de las instituciones políticas de hoy en día no podrán sobrevivir al final de la energía barata y el cambio hacia nuevos ordenamientos políticos podrán muy probablemente provocar violencia. En política internacional tendremos el mismo tipo de problemática ya que las naciones cuyo poder e influencia dependían de un suministro de energía barato y abundante caerán de su actual posición hegemónica, mientras que otra naciones "a la cola", verán como sus economías menos dependientes energéticamente se hacen poderosas en vez de debilitarse en el escenario mundial. Si la historia nos puede servir de maestra, estos cambios en el poder mundial se resolverán en el campo de batalla.
Lo que es más importante de recordar sobre los cuatro factores es que se autolimitan a medio plazo. Al subir los precios de la energía, la economía se contrae, y baja la demanda energética, haciendo que los precios caigan esta vez. Pero si la economía global se hunde por completo, las necesidades humanas permanecen, y las economías locales cogerán el relevo de la mejor forma que puedan utilizando los recursos a su disposición, dando nuevas oportunidades e infundiendo nueva vida en sectores antes moribundos de la economía. Con la quiebra de la Seguridad Social, el descenso de población aliviará a otros sectores de la economía. Con el colapso de los actuales ordenamientos políticos, nuevos regímenes tomaran el poder en su lugar, y como cualquier nuevo régimen aparece para restablecer el orden de manera prioritaria. Por lo que nos enfrentamos a un ciclo de crisis de aproximadamente un cuarto de siglo de largo, seguido de un periodo de renovada estabilidad, con otro ciclo de crisis esperando a la vuelta de la esquina. Hablando en perspectiva histórica, así es como las civilizaciones caen, en un proceso escalonado en el que se alternan periodos de crisis con otros de relativa estabilidad pero a niveles cada vez menores de integración política y económica.
Estos son los desafíos ante los nos hemos de enfrentar. Afortunadamente para nosotros, es algo ya conocido para nuestra especie. Ninguno de estos cuatro jinetes que he descrito entran nuevos en escena; nuestros bisabuelos ya los conocían de sobra, e incluso hoy en día son familiares para parte de nuestra especie. Solamente los que vivimos en las sociedades industrializadas del mundo hemos podido olvidarnos de ellos, y solo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Hasta entonces, la mayoría de la gente sabía ya qué hacer ante su aparición, unas estrategias que de nuevo nos servirán para los tiempos que vienen. El único problema es que tenemos que estar preparados para llevarlos a la práctica cuando sea necesario. Ya que los gobiernos del mundo han desistido por completo, corresponde a los individuos prepararnos para el futuro que nos espera. Cada uno de los jinetes requieren una respuesta distinta, por lo que necesitaremos una aproximación particular para cada uno.
Para hacer frente al primer jinete, la estrategia central es reducir el consumo energético. Cuanta menos energía necesites para mantenerte vivo y confortable, más fácil te resultará hacer frente a un escenario de costes energéticos descontrolados. Sin embargo, no valdrán pequeños ajustes, por lo que será necesario hacer esfuerzos integrales en ahorro energético que ya fueron ensayados con éxito en los años 70. Prevé un descenso del uso energético a la mitad, para empezar, y estate preparado para cortarla del todo si fuera necesario. Esto significa ya por descontado cambios en el estilo de vida para la mayor parte de la población. Por ejemplo el desplazamiento diario en coche pasa a ser cosa del pasado, y si lo necesitas para tu trabajo, cambia de trabajo, o cambia de vida, ese es el patrón. Despréndete del coche si puedes, y si no puedes, cambia tu 4x4 por un coche utilitario, eficiente y compacto, guardado en el garaje bajo una tela y solo lo utilices cuando sea realmente necesario. Mientras tanto, practica con apagones eléctricos, cortes en el suministro o bajadas de tensión, serán de los más frecuente en el futuro.
Para hacer frente al segundo jinete, elegir una profesión viable es la decisión esencial. La mayor parte de los trabajos en nuestras sociedades occidentales no producen los bienes y servicios necesarios, incluso la mayor parte los bienes y servicios que se consumen en nuestras sociedades no se producen dentro de nuestras fronteras. Este desajuste promete un desbaratamiento generalizado de la economía durante periodos de crisis, ya que una economía y una fuerza de trabajo orientada a las ventas, la distribución y a los procesos de información choca con la nueva realidad económica que apenas tiene espacio para estas estrategias, más bien tiene una desesperante necesidad de producir alimentos, ropa y tecnología básica. Cualquiera preparado para introducirse en un rol económico viable dentro de esta nueva realidad tiene muchas más posibilidades de sobrevivir, e incluso prosperar. Necesitas elegir un oficio que pueda funcionar con modestos aportes de energía, y cuyo resultado la gente necesite o esté dispuesto a comprarlo incluso en los peores momentos. Piensa en profesiones como hortelano, costurero, reparador a domicilio o fermentador de uva o cebada. Necesitas adquirir tus herramientas con anticipación, por supuesto, y cuanto antes pases la prueba mejor, incluso si solo lo consideras como un hobby para fidelizar a tus amigos hasta que golpee la crisis.
Para hacer frente al tercer jinete, lo importante es hacerte cargo de tu propia salud. La medicina moderna es uno de los sectores mas intensivos en uso de energía y recursos en general de la economía, y de hecho se encuentra fuera del alcance ya para más de la mitad de los norteamericanos. Para cuando la primera oleada de crisis tengan lugar, da por descontado que el único cuidado de la salud va a ser el que puedas darte tu mismo. Intenta aprender sobre medicina preventiva e higiene, tomando clases de primeros auxilios en situaciones de aislamiento, y prepara métodos propios para el cuidado de tu salud de la mejor forma que veas. No olvides las alternativas al cuidado de la salud, ya que aunque hay algo de curanderismo en el campo de las medicinas alternativas, también hay mucho de valor, siendo muchas de las denuncias de las medicinas alternativas simples intentos por proteger su cuota de mercado. Finalmente, hazte consciente de la inevitabilidad de la muerte, ya que probablemente no vivas tanto como esperabas, y si necesitas alta tecnología médica para mantenerte vivo, morirás tan pronto como deje de ser accesible. La muerte es parte de la condición humana. El simple terror ante la muerte que obsesiona a la población de las sociedades industriales es un lujo que un mundo en proceso de desindustrialización no puede permitirse.
Para hacer frente al cuarto jinete, las redes sociales nos proporcionan la respuesta adecuada. Esto no significa tener que volver a esa especie de proyectos utópicos que ya se probaron, y fracasaron estrepitosamente en los años 60; significa volver a lo ya conocido de probada efectividad que ha venido siendo utilizado durante cientos de años por gentes que aprendieron como trabajar juntos y es una herramienta esencial para la supervivencia. Si has participado en alguna patrulla ciudadana, comprado en el mercado local, o perteneces a alguna agrupación vecinal o comunitaria, ya has participado en actividades de redes sociales. En el futuro, la ciudadanía local necesitará mantener servicios básicos comunitarios como la salubridad, resolución de litigios, seguridad ciudadana durante los periodos en los que el Gobierno cese de actuar o no alcance a actuar. Conocer a tus vecinos, participar en agrupaciones vecinales o comunitarias, ayuda a fortalecer relaciones que harán de los acuerdos necesarios en caso de crisis una posibilidad viable.
Cada una de estas estrategias merecen ser detalladas por sí solas
John Michael Greer (*)
A medida que se acumulan las evidencias de que está próximo el cenit del petróleo, cada vez más gente siente preocupación por esta problemática que desafía casi todas las creencias sociales sobre el futuro y el asunto de qué hacer al respecto está a la orden del día. De forma previsora, los catastrofistas por la supervivencia están saltando con sus "soluciones" que valen igual para un roto que para un descosido. Este tipo de respuestas ya habían aparecido en los años 20, cuando las creencias de los Cristianos Evangélicos en el inminente Apocalipsis se unió con la retórica de la América tradicional que oponía las ciudades ricas, populosas y lujuriosas con el mundo rural tradicional pobre, aislado y supuestamente más virtuoso para crear las primeras ideologías para la supervivencia post-apocalíptica. Desde entonces los apocalípticos de la supervivencia insisten en que la única respuesta a cualquier crisis que podamos imaginar (epidemias de enfermedades, holocausto nuclear, guerras étnicas, la venida del Anticristo, el colapso de los sistemas informáticos por el cambio de milenio, y la lista podría continuar) es la de refugiarse en el bosque con muchos alimentos y armas, y vivir una vida asilvestrada mientras las grandes urbes caen destruidas en medio de las llamas.
Desde el punto de vista de los apocalípticos de la supervivencia, el cenit del petróleo es una excusa más pare echarse al monte. Aun así, no es una razón muy convincente. Ciertamente que el cenit mundial del petróleo nos llevará a una era de costes energéticos crecientes y suministros decrecientes, lo que acarreará muchos problemas económicos, sociales, políticos y demográficos, pero está aun por ver el que haga un razonamiento creíble de que estos problemas causarán un colapso inmediato y absoluto de la civilización. Nos enfrentamos a un declive, no al Apocalipsis, y de cara a un declive gradual que se extenderá durante un siglo o más, una estrategia basada en judías en lata y M-16s en una cabaña en el bosque no sirve más que de distracción. Una visión más realista, con estrategias realmente útiles se pueden encontrar ya fácilmente pasando de las fantasías de muchos apocalípticos a la realidad de la grave situación de la industria mundial. Aunque el futuro que nos espera no sea apocalíptico, cuatro jinetes definen el escenario mas probable:
El primer jinete en tomar la salida es la decreciente disponibilidad energética. En algún momento de aquí al 2010, la producción de petróleo alcanza su cenit, se estabiliza y comienza un irregular pero también irreversible descenso. Los suministros de gas también comienzan su declive sobre la misma fecha. Parte de ese déficit energético podrá subsanarse con carbón, eólica y otras renovables, nuclear, y mediante ahorro energético. Pero según se acelera el agotamiento de petróleo, y otros recursos como el uranio para la fisión y el gas también alcanzan sus propios cenits, la fractura se hará mas profunda, y muchos estilos de vida y modelos de negocio que dependen de la energía barata dejarán de ser rentables.
El segundo jinete, a escasa distancia del primero, es la crisis económica. Según empiece a disminuir la producción de petróleo, los precios energéticos se dispararán a medida que las naciones, regiones e individuos se meten en cada vez más guerras llevadas al extremo por culpa de la desenfrenada especulación. La economía global, que tuvo sentido mientras duró el contexto de los precios petrolíferos mantenidos artificialmente bajos de los 90, se rompe en mil pedazos, llevándose consigo a muchos negocios basados en la importación y exportación, dando comienzo a una ola de bancarrotas y quiebras empresariales en cadena que causarán escasez de muchos productos de consumo, llegando incluso a faltar de los más esenciales como comida y vestimenta. La subida de los precios de la energía también afectará directamente en muchos aspectos de las economías familiares. El desempleo se eleva hasta niveles desconocidos desde la Gran Depresión y se extiende la pobreza.
El tercer jinete, por detrás del segundo en una distancia de uno o dos cuerpos, es la quiebra de la Seguridad Social. El aumento espectacular de los índices de pobreza, la escasez y el impacto del coste creciente de la energía afectan a la cadena de suministros alimentarios, y de la misma manera el cuidado de la salud intensivo en energía se convierte en un lujo solo asumible para los obscenamente ricos, mientras que el calentamiento global y el colapso del equilibrio en el ecosistema provocan la generalización de nuevas o antes exóticas enfermedades, al tiempo que la desnutrición y las enfermedades se convierten en grandes pandemias. La gente comienza a morirse de lo que antes eran enfermedades comunes y perfectamente tratables, mientras que enfermedades crónicas como la diabetes se convierten en condenas a muerte con la subida de los precios de las medicinas hasta precios inalcanzables. Las tasas de fallecimiento se disparan e inversamente la esperanza de vida se hunde, provocando la primera gran ola de contracción poblacional.
El cuarto jinete, al galope de los primeros tres, es el desorden político. Lo que la sociología política denomina "democracia liberal" es un sistema en el que grupos de élite compiten entre sí para conseguir la confianza de sectores del electorado ofreciendo a cambio dádivas generadas por el crecimiento económico. Por tanto el sistema depende de un abundante combustible fósil y del sistema industrial económico que lo transforma en crecimiento. Muchas de las instituciones políticas de hoy en día no podrán sobrevivir al final de la energía barata y el cambio hacia nuevos ordenamientos políticos podrán muy probablemente provocar violencia. En política internacional tendremos el mismo tipo de problemática ya que las naciones cuyo poder e influencia dependían de un suministro de energía barato y abundante caerán de su actual posición hegemónica, mientras que otra naciones "a la cola", verán como sus economías menos dependientes energéticamente se hacen poderosas en vez de debilitarse en el escenario mundial. Si la historia nos puede servir de maestra, estos cambios en el poder mundial se resolverán en el campo de batalla.
Lo que es más importante de recordar sobre los cuatro factores es que se autolimitan a medio plazo. Al subir los precios de la energía, la economía se contrae, y baja la demanda energética, haciendo que los precios caigan esta vez. Pero si la economía global se hunde por completo, las necesidades humanas permanecen, y las economías locales cogerán el relevo de la mejor forma que puedan utilizando los recursos a su disposición, dando nuevas oportunidades e infundiendo nueva vida en sectores antes moribundos de la economía. Con la quiebra de la Seguridad Social, el descenso de población aliviará a otros sectores de la economía. Con el colapso de los actuales ordenamientos políticos, nuevos regímenes tomaran el poder en su lugar, y como cualquier nuevo régimen aparece para restablecer el orden de manera prioritaria. Por lo que nos enfrentamos a un ciclo de crisis de aproximadamente un cuarto de siglo de largo, seguido de un periodo de renovada estabilidad, con otro ciclo de crisis esperando a la vuelta de la esquina. Hablando en perspectiva histórica, así es como las civilizaciones caen, en un proceso escalonado en el que se alternan periodos de crisis con otros de relativa estabilidad pero a niveles cada vez menores de integración política y económica.
Estos son los desafíos ante los nos hemos de enfrentar. Afortunadamente para nosotros, es algo ya conocido para nuestra especie. Ninguno de estos cuatro jinetes que he descrito entran nuevos en escena; nuestros bisabuelos ya los conocían de sobra, e incluso hoy en día son familiares para parte de nuestra especie. Solamente los que vivimos en las sociedades industrializadas del mundo hemos podido olvidarnos de ellos, y solo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Hasta entonces, la mayoría de la gente sabía ya qué hacer ante su aparición, unas estrategias que de nuevo nos servirán para los tiempos que vienen. El único problema es que tenemos que estar preparados para llevarlos a la práctica cuando sea necesario. Ya que los gobiernos del mundo han desistido por completo, corresponde a los individuos prepararnos para el futuro que nos espera. Cada uno de los jinetes requieren una respuesta distinta, por lo que necesitaremos una aproximación particular para cada uno.
Para hacer frente al primer jinete, la estrategia central es reducir el consumo energético. Cuanta menos energía necesites para mantenerte vivo y confortable, más fácil te resultará hacer frente a un escenario de costes energéticos descontrolados. Sin embargo, no valdrán pequeños ajustes, por lo que será necesario hacer esfuerzos integrales en ahorro energético que ya fueron ensayados con éxito en los años 70. Prevé un descenso del uso energético a la mitad, para empezar, y estate preparado para cortarla del todo si fuera necesario. Esto significa ya por descontado cambios en el estilo de vida para la mayor parte de la población. Por ejemplo el desplazamiento diario en coche pasa a ser cosa del pasado, y si lo necesitas para tu trabajo, cambia de trabajo, o cambia de vida, ese es el patrón. Despréndete del coche si puedes, y si no puedes, cambia tu 4x4 por un coche utilitario, eficiente y compacto, guardado en el garaje bajo una tela y solo lo utilices cuando sea realmente necesario. Mientras tanto, practica con apagones eléctricos, cortes en el suministro o bajadas de tensión, serán de los más frecuente en el futuro.
Para hacer frente al segundo jinete, elegir una profesión viable es la decisión esencial. La mayor parte de los trabajos en nuestras sociedades occidentales no producen los bienes y servicios necesarios, incluso la mayor parte los bienes y servicios que se consumen en nuestras sociedades no se producen dentro de nuestras fronteras. Este desajuste promete un desbaratamiento generalizado de la economía durante periodos de crisis, ya que una economía y una fuerza de trabajo orientada a las ventas, la distribución y a los procesos de información choca con la nueva realidad económica que apenas tiene espacio para estas estrategias, más bien tiene una desesperante necesidad de producir alimentos, ropa y tecnología básica. Cualquiera preparado para introducirse en un rol económico viable dentro de esta nueva realidad tiene muchas más posibilidades de sobrevivir, e incluso prosperar. Necesitas elegir un oficio que pueda funcionar con modestos aportes de energía, y cuyo resultado la gente necesite o esté dispuesto a comprarlo incluso en los peores momentos. Piensa en profesiones como hortelano, costurero, reparador a domicilio o fermentador de uva o cebada. Necesitas adquirir tus herramientas con anticipación, por supuesto, y cuanto antes pases la prueba mejor, incluso si solo lo consideras como un hobby para fidelizar a tus amigos hasta que golpee la crisis.
Para hacer frente al tercer jinete, lo importante es hacerte cargo de tu propia salud. La medicina moderna es uno de los sectores mas intensivos en uso de energía y recursos en general de la economía, y de hecho se encuentra fuera del alcance ya para más de la mitad de los norteamericanos. Para cuando la primera oleada de crisis tengan lugar, da por descontado que el único cuidado de la salud va a ser el que puedas darte tu mismo. Intenta aprender sobre medicina preventiva e higiene, tomando clases de primeros auxilios en situaciones de aislamiento, y prepara métodos propios para el cuidado de tu salud de la mejor forma que veas. No olvides las alternativas al cuidado de la salud, ya que aunque hay algo de curanderismo en el campo de las medicinas alternativas, también hay mucho de valor, siendo muchas de las denuncias de las medicinas alternativas simples intentos por proteger su cuota de mercado. Finalmente, hazte consciente de la inevitabilidad de la muerte, ya que probablemente no vivas tanto como esperabas, y si necesitas alta tecnología médica para mantenerte vivo, morirás tan pronto como deje de ser accesible. La muerte es parte de la condición humana. El simple terror ante la muerte que obsesiona a la población de las sociedades industriales es un lujo que un mundo en proceso de desindustrialización no puede permitirse.
Para hacer frente al cuarto jinete, las redes sociales nos proporcionan la respuesta adecuada. Esto no significa tener que volver a esa especie de proyectos utópicos que ya se probaron, y fracasaron estrepitosamente en los años 60; significa volver a lo ya conocido de probada efectividad que ha venido siendo utilizado durante cientos de años por gentes que aprendieron como trabajar juntos y es una herramienta esencial para la supervivencia. Si has participado en alguna patrulla ciudadana, comprado en el mercado local, o perteneces a alguna agrupación vecinal o comunitaria, ya has participado en actividades de redes sociales. En el futuro, la ciudadanía local necesitará mantener servicios básicos comunitarios como la salubridad, resolución de litigios, seguridad ciudadana durante los periodos en los que el Gobierno cese de actuar o no alcance a actuar. Conocer a tus vecinos, participar en agrupaciones vecinales o comunitarias, ayuda a fortalecer relaciones que harán de los acuerdos necesarios en caso de crisis una posibilidad viable.
Cada una de estas estrategias merecen ser detalladas por sí solas
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