viernes, 11 de enero de 2008

Volveremos a ser campesinos -2 parte

LA TIERRA

Para la tercera edición de este libro, cuya escritura me ha sido inspirada al final de los años setenta y cuya presentación he madurado hasta 1987, quiero añadir de manera más precisa lo que es mi convicción profunda, y que compruebo cada día el sentido premonitorio.

En la actualidad, en julio de 1993, constato que no tengo nada que cambiar, a los pronosticos del texto original. Las derivas anunciadas se han amplificado y vuelven más evidente esta necesidad: volver a ser campesinos, si queremos evitar el Apocalipsis alimentario.

El futuro de la tierra, y por consiguiente el porvenir del mundo vivo, dependen de la capacidad de los ecosistemas para producir, de manera duradera, los flujos de energía necesarios para la alimentación de las especies, de 1o infinitamente pequeño al más grande de los mamíferos. La primera necesidad es la nutrición, de la que el agua potable es un elemento mayor. La calidad de la comida y la calidad del agua deben responder a las exigencias fisiológicas y biológicas de los seres vivos. Ellas dependen de nuestras aptitudes para preservar los recursos, en primer lugar de nuestros métodos de producción agrícola. Ahora bien no sabemos más que muy pocas cosas del medio en el cual vivimos y de sus interacciones. En lengua sabia se llama eso " biocenosis". Nosotros no conocemos casi nada de las relaciones de la planta con suelo. Conocemos menos aún las relaciones de las plantas entre ellas. Solo tenemos algunos conceptos insignificantes sobre la sociología de los insectos, sus relaciones con las plantas y con los pájaros. Comenzamos solamente e enfocar el concepto de equilibrio de los agro-sistemas y las relaciones de causa efecto entre las calidades de un suelo y salud de los seres que lleva. En esta interdependencia, ¿es el suelo el que hace la planta o la planta la que hace el suelo, o quizá los dos la vez? ¿Es que una planta empuja bien porque no está enferma... o es que no está enferma porque empuja bien ? (3)En otros términos, ¿es necesario rodearla permanentemente con un arsenal medicamentoso con carácter preventivo? ¿O es necesario más bien aumentar su resistencia natural por un equilibrio alimenticio conforme sus necesidades? Tantas cuestiones que requieren otro enfoque, otra manera de administrar tierra, otra agricultura.

La agricultura es la más importante de las actividades del hombre sobre la tierra, incluso si la confusión intelectual de nuestro tiempo conducido a esta, por ignorancia o por codicia, arruinar esta base esencial de su existencia. Toda vida sobre tierra se basa en la planta verde (4), que es de 1a energía solar condensada. Pero en realidad la planta verde tiene también otras funciones vitales que 1a alimentación de las otras especies. Juega de un papel entre las sustancias minerales groseras de la tierra y los mecanismos sutiles de la atmósfera. Liberación de oxigeno, fijación y almacenamiento del carbono libre (CO2), reglamento hídrico del entorno por evapotranspiración, proteosíntesis, fijación del nitrógeno atmosférico, formación del humus, verdadera piel viva del suelo... La planta verde juega un papel purificador en el ciclo del agua y en la calidad del aire que respiramos. Participa en la regulación del clima: higrometría, régimen de vientos, erosión, desertización.

En efecto, se observa desde hace treinta años: todos los esfuerzos tendieron disociar las plantas cultivadas de la naturaleza, hasta el paroxismo del cultivo hidropónico o " cultivo sin tierra ", que es un despilfarro organizado. Con medios desproporcionados: se produce una caloría de energía consumible gastando 500 calorías de energía fósil. Y la cima de la absurdidad reside en el hecho de que se ponen, al mismo tiempo, millones de hectáreas de tierras fértiles al paro a causa de excedentes. ¿Quién paga para estas inconsistencias, si no la colectividad?

Todas estas divergencias traducen perfectamente el mal de nuestra sociedad moderna, librada a la economía mercantil, completamente dominada por la especulación donde el único valor contabilizable es el dinero. El dinero considerado por la moral burguesa como elemento esencial de respetabilidad, cualquiera que sea la manera de ganarlo. A esta perversión se añade la confusión intelectual resultante de los conceptos de la ciencia analítica que solo conoce lo que es mensurable y disociable respecto a estos instrumentos. Eso nos da una especialización exceso y la disociación de producciones antes complementarias, como la agricultura y 1a ganadería, los cereales y las leguminosas, las producciones de víveres y el equilibran demográfico de los territorios...

La llegada del tractor sonó el tañido del equilibrio agro-silvo-pastoral, conduciendo al matadero contingentes de millones de caballos a partir de la Segunda Guerra Mundial. La desaparición de estos animales liberó de un único golpe 38% de las superficies cultivadas, más de un tercio del territorio, antes consagrado la producción de energía para la tracción animal (heno, avena, paja)... "Es como si, explica Jean-Pierre Berlan (5), se hubiera de un solo golpe descubierto un continente entero en la segunda mitad del siglo XX, explotable inmediatamente..."

En los Estados Unidos (nuestro modelo ideal), se buscó rentabilizar estas superficies disponibles estableciendo un nuevo cultivo que no entraba en competencia con las producciones tradicionales de cereales (trigo, maíz). Fue la llegada de la soja, planta resultante del continente asiático que tomó un desarrollo considerable, al punto convertirse en indispensable allí donde algunos años ella era aún desconocida.

El éxito de la soja no es el fruto de la casualidad. Esta planta rica en aceite es una leguminosa que se integra perfectamente en las rotaciones de cultivos, sin perturbar las cosechas, puesto que los períodos de madurez son diferentes, y sobre todo sin competir con el mercado de los cereales, puesto que la vocación de la soja era en primer lugar producir materias grasas vegetales alimentarias. La naturaleza de los métodos de extracción necesarios para su utilización hizo una planta privilegiada de la industria, su paso obligado por tecnologías costosas hizo un instrumento de soberanía del sector industrial. Lo que aumentó su poder y permitió el desarrollo de verdaderos imperios. Muy rápidamente, la presión de estos grupos de presión ante el Congreso y el Gobierno de Washington entrama una serie de decretos, de medidas de desgravación, que privilegiaron la utilización de las materias grasas de origen vegetal en detrimento de los materias grasas animales tradicionales, leche, mantequilla, crema...

Pequeña anécdota: una información ampliamente recogida por la prensa mundial especializada, bajo la tutela de los industriales del aceite, fue el <> de un investigador soviético que denunciaba la responsabilidad de la mantequilla y la leche en la formación del colesterol. Hoy sus afirmaciones se baten en retirada por los científicos independientes de los grupos de presión aceiteros, que aconsejan al contrario consumir razonablemente mantequilla para favorecer el buen colesterol, pero la publicidad funcionó a manera de un lavado de cerebro para varias generaciones.

A este nivel de 1a historia de 1a agricultura moderna, el lector va a comenzar comprender 1a amplitud de las metamorfosis de nuestro sistema alimentario y 1a increíble dependencia y vulnerabilidad de la cual es objeto. Ante esta competencia insoportable de los potentes fabricantes de margarinas, mantequillas vegetales y otros sustitutos de la verdadera mantequilla, la verdadera leche y el verdadero queso, el último eslabón de independencia y autonomía se pasó de rosca. Los rebaños lecheros de rumiantes pastando y valorizando aún las fibras de los prados desaparecieron, encadenando la desaparición de la fertilización natural de los suelos y la reconversión de los prados en tierras desnudas libradas a la intensificación y a 1a erosión. Como se puede comprender, los campesinos no dudaron demasiado en abandonar las ganaderías que quedaron poco rentables y extremadamente vinculantes para sustituirlos por monocultivos estacionarios, que tienen 1a ventaja de no ocuparlos sino tres meses en al año. En Francia, antes de la crisis, se ironizaba sobre el ciclo de las " tres M", Mégéve-Mais-Méditerranée, modelo favorito de las grandes explotaciones cerealistas de la cuenca parisina, que transponían así el modelo americano importado en Europa después de la guerra por el plan Marshall...

La ruptura total del ciclo natural y la división de las producciones como tantas funciones extrañas las unas a las otras no dejaron de desarrollarse desde esta revolución silenciosa de la colonización de 1a agricultura por 1a industria.

Fue necesario comprar al exterior el carburante para abastecer las máquinas, esto fue la primera etapa del sometimiento de la agricultura. Fue necesario comprar simultáneamente los abonos industriales para sustituir al abono de los animales ausentes, fue la segunda etapa de esta dependencia... las otras se encadenaron en consecuencia. Estas modificaciones de las prácticas culturales acarrearon un debilitamiento de los sistemas, con la aparición de mayores parasitismos que, su vuelta, necesitaron el uso sistemático de un arsenal de pesticidas cada vez más sofisticados. Y, hoy, la apropiación de las semillas de la tierra, patrimonio público transformado en bien privado por un puñado de multinacionales, completa la obra de dominación adoptada desde la llegada de 1a agricultura industrial.

(3) F.Chaboussou. Santé des cultures, Éditions Flammarion, Paris.

(4) J.-M Gatheron. Servitude et grandeur paysanne, Éditions Jeheber, Genève, Paris
(5). Ingeniero, encargado de investigaciones la sección socioeconómica de 1' INRA.

Pp 219-222

VIAJE A LA ABSURDO

La división del trabajo y las producciones hizo nacer grandes regiones especializadas, los cerdos en Bretaña, los cereales en Beauce, la concentración de las ganaderías y el alejamiento de las zonas de producción vegetal que hacen imposible la complementariedad beneficiosa de estos producciones así como su alta rentabilidad.

El ganadero bretón solo sabe hacer montañas de estiércol líquido que producen sus fábricas cerdos. Este " oro negro" podría fertilizar las tierras agrícolas de la cuenca parisina en lugar de los abonos químicos, y recibir a cambio las producciones vegetales para 1a alimentación animal, en vez de las hogazas exóticas y otros P.S.C. que componen un 80% de nuestras importaciones (55 millones de toneladas al año para los ganaderos europeos). Pero los transportes serían, parece, demasiado costosos. Esta es la razón por la que el ganadero bretón utiliza las proteínas de soja de Brasil o la mandioca de Tailandia, a cambio de las cuales el cerealista beauceron (de Beauce) expide a países alejados los contingentes de cereales de los no sabe que hacer. Es mucho más complicado, es preciso pensar, pero no se pagan a los tecnócratas para hacer cosas simples, y sobre todo es mucho más rentable para algunas sociedades anónimas que regulan el juego de los intercambios haciendo pagar altos precios a los protagonistas ciegos de la comedia y prorrogando los desórdenes y los costos sociales, paro, escasez, excedentes, contaminaciones, déficit de la balanza comercial, sobre la colectividad de los contribuyentes. Sin olvidar las campañas de caridad pública para volver a dar algunas migajas a los que han organizado tan bien la penuria.

A parte de eso, nuestra alimentación no es cara, como lo dicen con un tan bonito coro los "observadores" económicos y políticos. Lo que es muy costoso en cambio, son las medidas de apoyo del sistema, que afortunadamente no figuran en las mismas estadísticas...

El GATT (6) vela para que esta maravillosa máquina de fabricar rehenes económicos pueda seguir funcionando, guardando bien seguro la mejor parte para el Tío Sam, como 1o ilustran sus tentativas actuales de hegemonía sobre el sistema alimentario mundial por medio de 1a Ronda de Uruguay. Por ello se impusieron progresivamente < circuitos largos >, devastadores de espacio y entorno, donde se ve a los alimentos hacer tres veces la vuelta de la Tierra antes de llegar al plato del consumidor europeo (espárragos de Perú, pepinillos de Sri Lanka, zanahorias de Turquía, soja de Brasil, judías del Africa subsahariana, miel de China...) Esta situación es explosiva ya que debilita en exceso los sistemas alimentarios de todos los países, del nuestro incluso. No solamente dependemos de una única energía, el petróleo, sino comprometemos o abandonamos progresivamente nuestras herramientas de producción en favor de países alejados que pueden dejar de la noche a la mañana de abastecerlos. ¿Cuánto tiempo será preciso para reconstituir las explotaciones agrarias necesarias, y lo que es que costará si de un único golpe debemos encontrar nuestra autonomía de subsistencia?

Es a la vez la seguridad alimentaria y la paz civil que se cuestiona en tales derivas, si continuamos a mecernos en ilusiones en cuanto a la infalibilidad de nuestro sistema. Sin olvidar el número creciente de los excluidos del progreso, que hacen que pronto las muchedumbres sin rentas bordearan montañas de mercancías sin mercado. Es la parada inevitable delante de la cual se romperán las locas ambiciones de la minoría egoísta de los especuladores financieros.

En una economía agrícola respetuosa con los hombres y territorios, la política urgente sería reconstituir los circuitos cortos, al menos para lo esencial de nuestras necesidades. El sistema de aprovisionamiento actual es una aberración, consecuencia de una competición internacional suicida. Es incontrolable y perjudicial para los recursos energéticos del planeta. Su costo social es insoportable: energía, transportes, conservación, largos almacenamientos, embalajes especiales, alteración de la calidad, contaminaciones múltiples... En Francia se pudo medir su vulnerabilidad. ¡La huelga de los camioneros en el verano de 1992 ha estado a punto de instaurar el hambre en ocho días, en un mundo reputado de abundancia! No es normal que nuestros productos alimenticios, nuestros bienes esenciales, estén producidos al otro extremo del mundo, cuando podemos y debemos producirlos en casa, en condiciones económicas y ecológicas más satisfactorias, mientras que ponemos las tierras en erial y los hombres dejan en barbecho... Una región debe poder producir lo esencial de las necesidades de su población, sin ir a expoliar, por multinacionales interpuestas, los recursos vitales del pueblo del Tercer mundo, del que las mejores tierras sirven fabricar nuestros excedentes, mientras que dejamos los nuestras en barbecho.

Podríamos así encontrar un equilibrio y una seguridad, mucho mejor que en objetivos obsesionales de monocultivo e importaciones. Estas orientaciones conducen uniformar los sistemas destruyendo todo el tejido de microactividades necesarias para la vida de una región, no promover más que algunas grandes producciones especializadas que no solamente absorben la mayor parte de las ayudas públicas (subvenciones), pero que, bajo el pretexto de ser competitivas, suprimen al mismo tiempo los empleos. Lo que no les impide ser rápidamente fragilizados y desestabilizados por la competencia mundial, como fue el caso de la metalurgia, de la viticultura en otro tiempo, el pastoreo y los cereales hoy día... En lengua campesina, se llamaba a esto "poner todos sus huevos en la misma cesta".

Esta cesta, los campesinos de hoy, hiperespecializados y tan dependientes como los urbanícolas, van a llenarla al supermercado de la ciudad, con quizá los espárragos de Perú, la miel de México, la mantequilla de palma tailandesa, las fresas de Chile, las judías de la África subsahariana, el leche en polvo y la oveja neozelandesa, etiquetada "cordero de Sisteron".

La historia que me dijo el profesor Mathé ilustra con humor las absurdidades de la situación. Hace algún tiempo, un accidente banal causó importantes desgastes y un bloqueo prolongado de la circulación en la región parisiense. Un semirremolque procedente de Holanda, cargado de tomates para España, tomó en contrasentido un ramal de la autopista del Sur. Entró en colisión con un semirremolque español, cargado de tomates para Holanda... ¿Quién gana en esta persecución cruzada, esta noria de camiones, que unas veces transportan sobre millares de kilómetros géneros que pueden ser producidos localmente, y que otras veces los retoman para retransportarlos lejos, en forma de basuras domésticas, en vez de reciclarlos in situ?

Este sistema antieconómico, antiecológico e antisocial subsiste porque la sociedad prefiere cerrar los ojos sobre las consecuencias de estas prácticas, que vamos a deber pagar mañana a alto precio después de haberse negado a asumirlos hoy a su costo real. Y también porque no tenemos el valor de reformar prácticas altamente nocivas e inútiles, que hipotecan nuestro futuro y el de nuestros niños.

Es una verdadera carrera contra el reloj que es necesario comprometer, en el momento en que constatamos sobre los grandes relojes de la Historia que la deforestación avanza al ritmo de 25 hectáreas al minutos, que el desierto absorbe una hectárea cada cuatro segundos, o sea el equivalente anual de un territorio como Bélgica, que los campesinos desaparecen por millones cada año, una explotación cada treinta segundos en el mundo, todos los cuartos de hora en Francia, mientras que en el mismo tiempo la población mundial aumenta en tres individuos todos los segundos... una China cada diez años (según Cousteau).

Por supuesto este catálogo de desórdenes no tiene solamente por respuestas las soluciones técnicas. Si bastara con remediar técnicamente los males que nos abruman, seríamos muy eficaces y muy felices hoy. Pero la crisis hunde sus raíces en e1 alma humana, y son en primer lugar los desórdenes del corazón del hombre, y su cabeza lo que es preciso cuidar. Rehabilitar la función de campesino, cesar de vaciar los campos para llenar suburbios superpoblados, donde se desarrollará pronto un nuevo terror de los bárbaros a imagen de la sociedad americana, donde la coronación del progreso será a fin de cuentas " Terminator"; ¡sublime éxito de lo que se denomina aún la civilización!... "los hombres son como las manzanas, cuando se los apila, se pudren..." , decía Mirabeau. Es una reflexión a meditar.

Parece en cualquier caso indispensable proponer otros objetivos que la carrera por la posesión y el consumo de bienes materiales. Puesto que el hombre, se dice, es un animal social capaz vivir y morir como héroe por el reconocimiento social, mostrémosle que existen otros elementos de valorización personal a través de bienes inmateriales como la belleza de una obra, la calidad de la vida, el respeto de otros, la amistad, la solidaridad, la fiesta, la felicidad de ser útil... Todos estos valores antes vinculados tradicionalmente a la tierra pueden reconquistar juventud incapacitada, mayoritariamente en busca de absoluto, de ideal y de hazañas.

Quizá podemos proponerle el nuevo concepto de 1ª < Inteligencia verde (7) > como horizonte ampliado de creatividad, acción humanitaria, protección de la naturaleza, de gestión de los recursos... La Inteligencia verde, es la vez 1a inteligencia de lo viviente, gran motor universal que manifiesta la planta verde, con los todos recursos inexplorados e inexplotados que nos ofrece de manera duradera y reproductible. A título de ejemplo, a penas se conoce el 10% de las especies vegetales del planeta , muchas de las cuales poseen aptitudes y virtudes incomparables para el progreso y el bienestar de 1a humanidad, así como nos lo demuestren magistralmente los investigadores inspirados como Jean-Marie Pelt, Michel Bounias, Rémy Chauvin, Jacqueline Bousquet... La " Inteligencia verde", es también la de los " agro-innovadores" y de todos los que sabrán trabajar de acuerdo con la naturaleza "sol-agua-suelo-plantas - microorganismos ", los que sabrán descubrir y valorizar los recursos renovables de nuestro medio ambiente, los que sabrán transformar la tierra en un jardín inagotable, como, quizá, el de los orígenes de los que nos hablan con delicias todos los cuentos, las leyendas y las religiones.

La primera condición, es que todos los adultos conscientes de las amenazas que pesan sobre la vida terrestre estén animados por el mismo sentimiento de responsabilidad colectiva y se unan para participar en una obra pedagógica de reconciliación con la naturaleza, con la vida, con e1 orden cósmico... Un reto que coloca e1 amor en el centro de toda realización y ambición humana. Una clase de desafío donde se haría jugar de alguna manera el poder del amor contra amor del poder (8).

Este término de amor en el sentido de compasión parece muy ingenuo, o incluso pasado de moda, en el mundo de 1a eficacia tecnológica, del arma nuclear, de la competición de los tipos de cambio. No hago aquí el discurso de una noticia de lección de moral ni de una generosidad decente, sino solamente creo tener un razonamiento lúcido.

Los profetas bíblicos no han inventado nada. Ellos no han hecho más que observar 1a historia humana de su época, que se repite invariablemente como una serie de hipos. Mi convicción profunda es que si queremos salvarnos y salvar el frágil esquife sobre el cual estamos embarcados, debemos actuar todos juntos, los unos para los otros, y no en una confrontación fratricida de todos contra todos, como los marineros de un buque que pronto habría hecho ir al naufragio. Con todo estamos en esta situación paradójica: más va mal esto, más nuestro instinto egoísta nos arrastra a una fuga ciega y prepara nuestra pérdida creyendo sacar partido del asunto en detrimento de nuestros semejantes.

Sin hacer referencia a la sabiduría innata de las comunidades primitivas, cuya cohesión reflejaba la solidaridad del grupo, interroguémonos sobre la salida de nuestra guerra económica que sacrifica caiga quien caiga todos los recursos vitales del planeta para 1a instauración o el mantenimiento de los poderes efímeros de algunos grandes primates retrasados. Las reflexiones más pertinentes, los esquemas más rigurosos, los programas más brillantes de 1a inteligencia humana para solucionar la crisis actual no lo pueden conseguir sin una condición esencial, es que cada uno respeta las reglas del juego. Ahora bien esta es precisamente la causa principal de las crisis y el mal profundo de los que sufre la sociedad moderna: 1a ausencia de solidaridad nos inclina a no jugar el juego y, situación agravante, cuando todo el mundo engaña, se puede esperar a que el juego se convierta en un juego de masacre.

Esta es la razón por la que no hay otra salida que encontrar estos valores que hacían antes la cohesión espontánea de las comunidades campesinas y su sentido común del interés general: solidaridad, responsabilidad, cooperación, respeto del próximo como de si mismo. ¡He ahí porqué volveremos a ser campesinos!

(6). General Agreement on Tariffs and Trade, conjunto de acuerdos interacciónales impuestos por los países ricos para la libre circulación de mercancías, cuyas consecuencias son desastrosas sobre el conjunto del plan. En realidad, se trata de la más formidable empresa de exacción contra los derechos del hombre, bajo 1a apariencia virtuosa de la libertad de los intercambios. Es la destrucción de las economías locales para 1a extensión incontrolada de las multinacionales. Una red internacional de resistencia se constituyó bajo la sigla de la ALIANZA, cuya side para Francia es: la Alianza Campesinos, Ecologistas, Consumidores, 53, calle de Renaudes 75017 París - telf.: (1) 42.67.04.11.

(7) Ideas desarrollada por primera vez por F. Plassard en las Conversaciones de Millangay, coloquio sobre e1 futuro del mundo rural, en septiembre de 1992.(8). Fórmula muy bonita de Nicou Leclercq para la edad de Acuario.

Pp 222-227
PHILIPPE DESBROSSES,NOUS REDEVIENDRONS PAYSANS,Editions du Rocher 1993,
ISBN 2-268-01569-6

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