lunes, 14 de agosto de 2017

Hipóstasis y relación subsistente(Abbé Henri Stéphane 1907-1985)

TRATADOI.4   Hipóstasis y relación subsistente

(Abbé Henri Stéphane 1907-1985 , Introducción al esoterismo cristiano, Capítulo I, Dios uno y trino)

La expresión más elaborada del Misterio trinitario utiliza las nociones escolásticas y aristotélicas de hipóstasis y de relación. Se trata de expresar con palabras un “Hecho trascendente” comunicado por la Revelación cristiana, sea a través de las Escrituras sagradas, sea por “acontecimientos “sagrados como la Encarnación del Verbo y el Pentecostés; tengamos en cuenta no obstante que éstos son más bien la manifestación ad extra del “procesiones divinas ab intra”, el Hijo que procede del padre por modo de inteligencia, y el Espíritu-Santo por modo de voluntad. Pero la expresión “hipostática “del Misterio trinitario se coloca de entrada a nivel de la Esencia divina, en lo que se podría llamar su “Racionalidad pura “, hasta cierto punto “estática”, y no en su “dinamismo “a la vez interno y externo que se traduce en las procesiones divinas que recordamos. Es evidente que estos dos Modos de acceso al Misterio trinitario, lejos de excluirse, se complementan armoniosamente.
Nos colocamos pues aquí “sub specie Essentiae” y no “sub specie Naturae25 la naturaleza no siendo otra que “la substancia” (identificada a la esencia en la terminología escolástica) en tanto que principio de operación” lo que nos llevaría a las procesiones divinas. Allí aún no se trata más de una distinción de “puntos de vista” 26 que no se excluyen de ninguna manera, sino que se completan mutuamente: se puede decir, por ejemplo, que la Esencia divina se despliega en tres Hipóstasis por modo de procesiones inherentes a la Naturaleza divina.
En cualquier caso, la Esencia divina se contempla aquí a la luz del “dato revelado” desde punto de vista a la vez lógico y ontológico, sin perjuicio de una transposición puramente analógica o metafísica del dogma que supera el punto de vista teológico como tal, y que, desembocando en lo “sobreontológico “y el “sobreinteligible”, excede los límites de la “Racionalidad pura “y deviene por allí mismo propiamente inexpresable. El dogma puede sin embargo servir de apoyo punto de partida 27 a la transposición metafísica en cuestión, conforme a la dialéctica de la catafasis y la apofasis: “Yo digo Dios es una esencia más allá de toda esencia, pero inmediatamente lo niego, diciendo: Dios no es una esencia. Dios es una esencia más allá de toda esencia. Procediendo así, mi inteligencia se establece en el infinito y se ahoga allí “(San Alberto el Grande); “Trinidad sobre- esencial, y más que divina, y más que buena “(san Dionisio, Teología mística).
Decimos pues que la Esencia divina se despliega tres Hipóstasis, lo que plantea inmediatamente la cuestión de sus relaciones mutuas y de su relación con la Esencia. En el orden creado, la naturaleza humana, por ejemplo, “se recibe “en una hipóstasis, que determina así a un individuo particular. Aunque se pueda decir que cada individuo posee la naturaleza humana, parece sin embargo que ésta “sólo se agota” en una indefinidad  
25. Desde el punto de vista de la  Esencia y no desde el punto de vista del Naturaleza.
26. En el sentido de la palabra sánscrito darçana.
27. O más bien de “clave mental” que da acceso a lo Inefable. Ver los Tratados 1.2.1.3.

de hipóstasis. Sería incluso más exacto decir que el arquetipo del hombre, que está in actu et ab aeterno in divinis 28, no es menos virtualmente inagotable, en el sentido de que su posibilidad permanente en Dios comporta su actualización en modo  manifiesto por el paso  relativo de la potencia  al acto, siendo inagotable analíticamente  la indefinidad de individuos , A este nivel la hipóstasis  no se identifica a la naturaleza humana: su relación con la esencia es la del  accidente a la sustancia, y esto de una manera  recíproca, en el sentido que no hay  naturaleza humana (o  especie) sin hipóstasis (o individuos) e inversamente, pero la relación es accidental y no puede ser llamada  “subsistente”. En efecto, no es esencial que la naturaleza humana sea recibida “en tal hipóstasis particular, y ésta no agota todas las posibilidades de la naturaleza. Además, el carácter accidental de la relación aparece aún más claramente cuando ella concierne a individuos: la paternidad, por ejemplo, no es obligatoria para tal individuo particular, aunque sea inherente a la naturaleza humana; en otras palabras, la paternidad no define la esencia individual “de Pedro o Pablo: éste puede ser padre, pero no es más que eso.
In divinis, al contrario, la relación define completamente la Hipóstasis, y se identifica a la Esencia divina: se dice entonces que ella es “subsistente”. Si la Esencia divina se agotara en una sola Hipóstasis, no habría relación posible. Solamente la Revelación permite afirmar que allí tiene tres, pero este número no tiene el carácter cuantitativo que reviste en el mundo corporal, ya que estos Tres son Uno. La noción de “relación pendiente” salvaguarda la unidad de la Esencia y la distinción de las Hipóstasis. La Hipóstasis del Padre, por ejemplo, no es otra que la Esencia divina en tanto que ella engendra la Hipóstasis del Hijo, la relación mutua de paternidad y filiación caracteriza y define totalmente  estas dos Hipóstasis. La relación está “hipostasiada” y, vice versa, la Hipóstasis se define como “pura relación”.
Se puede aún añadir que esta noción tan bien como es posible el hecho de que, in divinis, “el ’ens a se” 29 es esencialmente
28, En acto  y eternamente  en la divinidad,
29, El Ser por sí (es decir, Dios),

“ad Aliud” 30; la Aseidad divina no se cierra sobre ella misma, se abre esencialmente (y no accidentalmente) en Tres Hipóstasis, concebidas como “relaciones subsistentes. Se puede ver aquí la expresión teológica de la ldentidad Suprema y de la Alteridad Suprema, así como el fundamento ontológico de Catarsis y el Caritas 31.
 30 Es decir vuelto “hacia otro”; ver la palabra relación en el glosario
31 Se puede aproximar lo que precede del pasaje siguiente: “el estado espiritual de baqâ (baka), al cual aspiran los contemplativos sufís y cuyo término significa la pura “subsistencia” fuera de toda forma, es la misma que el estado de moksha   de “liberación” …. Como la extinción (al-fanâ)   de la individualidad, que precede a la “subsistencia·, es análoga al nirvâna en tanto que noción negativa”. T, BURCKHARDT El Sufismo p. 5-6



No hay comentarios: