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ANEMIA MONETARIA PEOR QUE LA PESTE
"... A pesar de las protestas y los listos que no pagan, el título de crédito sigue siendo la forma de pago más utilizada... porque el cheque se puede posdatar(práctica ilegal pero extendido truco para retrasar la fecha límite) ..."
Con estas palabras Fabio di Chio (Il Tempo, Roma, 24-4-4, p.29) ha demostrado saber identificar los síntomas de la insolvencia, pero no las causas.
En efecto tratar de adosar, a la "astucia" de los deudores, la explosión de la insolvencia, significa no sólo ignorar la verdadera causa de la anemia monetaria, sino condenar como responsable, a la víctima del señorío del banco central. Son estos los que, prestando lo debido en el acto de emisión con interés y accesorios, encarecen el costo de los préstamos en un 260% y hacen imposible la puntualidad de los pagos. El suicidio por insolvencia se ha convertido en una enfermedad social, que no tiene precedentes en la historia, porque el deudor, en tanto que víctima, es humillado como si fuera el responsable: el "listo que no paga”. Cuando la moneda era de oro o convertible en oro, la rareza era incontrolable porque estaba condicionada por la disponibilidad física del metal. A pesar de la abolición de la convertibilidad y de la reserva, el público aún cree en la necesidad de una limitación estricta y exasperada de la rareza monetaria, sobre la que especula el señorío de los bancos centrales, que ahora dominan, a costo nulo, cantidades ilimitadas de dinero que emiten o retiran arbitrariamente en todo el mundo. La moneda es la sangre del mercado. Ahora nos hemos acostumbrado a vivir bajo la anemia crónica desde el nacimiento de la moneda nominal dominado por la usura porque está emitida en préstamo, con parsimonia feroz, por los patrones de los Bancos Centrales. Esta es la razón por la que impone la absoluta, inderogable necesidad de una revolución monetaria pacífica basada en la propiedad popular de la moneda, es decir, sobre la MONEDA PROPRIEDAD del PORTADOR sin emisión y sin reserva. Tras el descubrimiento del valor inducido, también la moneda puede ser regulada de acuerdo a la justicia. Como el aumento de la cantidad de sangre en el niño, se adecua a la ley de la naturaleza, al aumento de masa muscular y ósea, así el el incremento de la sangre monetaria debe adaptarse al aumento de PIB (Producto Interno Bruto), con respeto a la estabilidad de los precios de mercado. Con el pretexto de defender a la moneda de la inflación, se aumentará el costo del dinero y los impuestos. Esta excusa se utiliza para cubrir el verdadero propósito de la tasa que consiste en pagar al banco central un débito no debido – que es también un crédito invertido- nacido con el préstamo del dinero en el acto de emisión. A la arbitraria defensa de la inflación - en la que la rarefacción monetaria está apodícticamente programada para aumentar el poder adquisitivo actual respecto precedente o sea la moneda con relación a sí misma - va a sustituir las leyes de incremento de la liquidez monetaria según la justicia. El límite de emisión debe coincidir con la saturación del mercado. Esto significa que la emisión monetaria y la producción de bienes deben cesar simultáneamente únicamente cuando los precios coinciden con los costes de producción. Esta política tiene como objetivo minimizar lo más posible la rareza, sea de los bienes sea de la moneda, porque también el dinero es un bien y es incompatible con la política de usura que subordinar a la rareza de la moneda a la rareza de los bienes.
La política de la abundancia se puede lograr sólo si sustituye al banco central (Sociedad por acciones con fines de lucro) la función monetaria como la cuarto poder de la constitución del estado... Solo de esta manera el estado de derecho podrá ser también "estado de justicia" que consienta vivir nuevos tiempos con dimensión humana, donde todos pueden prestar dinero, excepto los que emiten.
Giacinto Auriti
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