Se acabó la comida barata.
En Estados Unidos, dos de las grandes cadenas de venta mayorista, Costco y Sam's Club, han comenzado a racionar la venta de arroz a un máximo de cuatro bolsas de nueve kilos por persona. En el Reino Unido, la cadena de supermercados Asda ha restringido su compra en algunos barrios, y Tilda, principal importadora de arroz, ha informado que restringe el suministro a dos sacos por persona. La explicación de lo que sucede es sencilla: la demanda es superior a la oferta, lo que ha producido un aumento considerable de los precios y dificulta el suministro poniendo en peligro el abastecimiento. Según la FAO, desde enero de 2008 los precios internacionales del arroz han aumentado casi un 20 por ciento. En España, el consumo de arroz en 2005 fue de unas 200.000 toneladas, por lo que el suministro debería estar garantizado: en 2006, la producción fue de 746.900 toneladas. Aun así, habría que preguntarse qué sucedería si esta producción, para ganar más dinero, en vez de venderse en España, se vendiese a otros países. ¿Y tenemos igualmente garantizado el abastecimiento de trigo, cereales, carne, leche, aceite, harina...? El Gobierno debería asegurarnos que no habrá problemas de racionamiento y crear un plan de choque, ya que todos los indicios apuntan que la comida barata se ha acabado.
PABLO MARTÍN THARRATS.
BARCELONA
XL SEMANAL nº 1073 18-24 mayo 2008
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