ASPECTOS DE
LA SUBVERSIÓN
I
ESTRATAGEMAS
Y GRANDES MANIOBRAS
Antes de precisar
cómo llevar a cabo el «retorno» del que venimos de hablar, conviene explorar lo
que constituye lo contrario. Antes incluso de saber hacia que se tiende, es
bueno preguntar de donde se parte. Y el hombre
hoy día, deseoso de despertar, debe saber que es partiendo de lo más
bajo como se pone en camino hacia lo más alto, - generalmente sin guía, sin barandilla, sin
referencias-, a partir de datos falsos, de
influencias sospechosas y mezcladas, de condicionamientos que emanan de las potencias de la Subversión.
Hábil maga, maestra
de ilusión, es de ella en efecto de quien se trata, que tiene en su poder
absoluto, indiscutible, pero
cuidadosamente camuflados, la cuasi-totalidad del mundo que es el nuestro. La etimología del término
indica ya suficientemente que la Subversión
es la tendencia natural y fundamental a trastornar, derribar y aniquilar todo
lo que constituye los principios
establecidos, los valores reconocidos, todo lo que es lo que ella no es. Con
relación a un orden teórico ideal o
considerado como tal, la Subversión se compromete en un hacer tomar lo falso por la verdad, la decadencia por el
progreso, la cantidad por la calidad, lo
abyecto por lo sublime, lo anormal por lo
normal, lo injusto por lo justo, el parecer por el ser, lo irrisorio por
lo esencial. Llega a volver del revés la misma noción sin cambiar el término: del anonimato como
pérdida vertical del « yo» en el Sí, hará
la dilución horizontal la 'persona' en
el colectivo. Bajo formas y por múltiples medios apropiados, de apariencia contradictoria,
la Subversión es esta hidra temible y sin embargo grotesca que ha tomado
el mundo moderno por área de despliegue de su
teofanía.
Se objetará
que es a este desafío, a este cambio de las cosas a lo que invitan las
pedagogías de la vida interior. El Zen,
por ejemplo, se aplicará a hacer ver la permanencia en lo impermanente, enseña que lo bueno no es
radicalmente diferentes de lo malo, o que el disgusto es también placer. Como la acción es no-acción y la
imperfección, perfección. Se trata en efecto de una actitud totalmente contraria.
En una perspectiva tal, se procurará deshabituarse de los reflejos condicionado, a desidentifcarse y a liberase
de los «opuestos» para alcanzar el plano quieto de la no-dualidad. En la perspectiva
que denunciamos, ríe burlonamente una caricatura de metanoia. Si no fuera abuso
de vocabulario, diríamos que se trata en
el primer caso de una Subversión al derecho, mientras que en el segundo se
trata de una Subversión al revés. El enfoque
espiritualizante relativiza para descubrir el absoluto hasta en lo
relativo; el enfoque inverso absolutizan lo relativo para suprimir el absoluto. La Subversión subversiva no tiene más que un solo fin:
trastocando el orden, negando la naturaleza de las cosas, privilegiar solo sus lados negativo haciéndolos pasar por
positivos y, en lugar de superar los «
opuestos », instituir otro dualismo
peor que el anterior en la medida que promueve en todo y por todas partes lo peor. Esta Subversión no
ataca ni deshace los errores y las ilusiones
para escapar de ahí; ella las refuerza, las
impone como únicas realidades. Y en la medida que tal empresa releva por una voluntad sistemática, reflexiva y organizada, recrea precisamente los automatismos
que las disciplinas espirituales se proponen
abolir; ella gira la claridad y el conocimiento
no en más luz y conocimiento sino en más
ignorancia y oscuridad. Es así que se verá
el derecho a la diferencia
convertirse en obligación a la igualdad; la diversidad de estructuras y de
formas, gravarse de complejidad; las libertades de pensamiento y de expresión,
hacerse libertades de
pensamiento y de expresión en sentido único, luego desaparecen en la prohibición de hablar y de reflexionar; la
inercia general con respecto a las intrigas subversivas, convertirse en
complicidad con estas intrigas, hasta que la Subversión misma encontrándose a
su vez subvertida por una Subversión más fuerte, acabe por ser destruida a
fuerza de destruir.
*
* *
Demagógica
por vocación y por necesidad, la Subversión encuentra en los dominios políticos y sociales un terreno
de elección. Ella conoce tantas más oportunidades de triunfar cuanto este terreno releva lo
humano demasiado humano y que el orden establecido, sea el que sea, ofrece más defectos que
cualidades: ningún régimen temporal ha hecho felices a todos. Es así que, desde cierto punto de vista, las prerrogativas
exageradas de la Iglesia romana un al
final de la Edad Media, o el retardo tecnológico que afectó a la Rusia de los
zares o al Imperio Central al principio de este siglo, han podido justificar
reformas radicales, tanto más más condenadas
al éxito cuanto que las estructuras a las que atacaba llevaban las marcas del
desgaste y la vetustez. Pero, lo mismo
que una potencia establecida tiende a endurecer sus derechos, a descuidar sus
deberes y cede a las tentaciones
hegemónica, del mismo modo, la Subversión
se convierte en más cuestionable desde que embriagada de sus conquistas, revela
su verdadera naturaleza y comienza a adoptar
lo que ella había abucheado en el sistema que ella reemplaza.
La Subversión
recurre siempre al doble lenguaje. Después de haber fomentado el desorden tanto tiempo como le fue útil, se emplea en hacer pasar su
orden como el único verdadero, el único
justo, sea, en caso de resistencia pasiva e inconsciente, insinuándose en los
espíritus por condicionamientos
graduados, adaptados a las circunstancias, sea, en caso de
resistencia activa, imponiéndose a ellos
por la fuerza y el terror. Entra en su designio
desacreditar por adelantado todo lo que peligre resistirle. Para hacerse cargo,
por ejemplo, de la noción de jerarquía, ella proclamará la igualdad absoluta
entre los hombres, pero creará, para hacer esto, jerarquías invertidas y paralelas,
y una vez destruidas las primeras, impondrá las suyas como únicas legítimas. Oponiéndose
del todo a los principios del campo adverso, se los pedirá prestados cuando
ella reconozca eficacia. Así denunciará como contra natura la castidad de los religiosos, pero podrá
exigirla de sus militantes, no
ciertamente como método de espiritualización, sino como entrenamiento al rigor moral y concentración
energía al servicio del ideal
revolucionario 1. Esto no le impedirá pudrir paralelamente los medios de los que quiere el alma por la sugestión pornográfica y el libertinaje. No actuando ella misma al
descubierto, la Subversión empujará sus
peones en todos los tableros de la sociedad. La minará desde el Interior.
Recuperará y, utilizará todas las buenas voluntades sin que estas duden de que ellas
son los instrumentos; en particular,
muchos intelectuales idealistas y nebulosos
-"los últimos imbéciles”, decía Bernanos-. Movidos por los únicos dictados de un pensamiento teórico y un sentimentalismo cándido,
siempre dispuesto a volar en socorro de
causas falsificadas. Los
verdaderos responsables se mantienen obviamente detrás, teniendo cuidado de
dejarse coger. En épocas confusas como
esta, es difícil no hacer el juego sin
que se sepa de fuerzas que se desconocen o incluso que se pretende combatir, más difícil aún saber cuáles
son 2.
Es fácil
observar el proceso que ha permitido, de acuerdo
1. En la mitología hindú, los
demonios (asura) rivalizan en piedad y ascetismo con los dioses (deva) para
desbancarlos en potencia y desarreglar en su provecho el equilibrio social.
Sabemos, por otra parte, el simbolismo
del 'ángel de luz’ y los sótanos de todo « angelismo» en general.
2. En este orden de ideas, incluso el
Oriente, reservorio de posibles soluciones, puede ser desviados de su verdadero
papel y contribuir a agravar la “crisis de Occidente” en lugar de aliviarla. Se
imponen aquí también, la « prudencia de la serpiente y cualificación de los intermediarios.
con las
leyes cíclicas, la instauración de clases sociales sustituyendo a las castas, creciendo
y reforzando los valores más inferiores y eliminando poco a poco los que impedían o
frenaban la degeneración . Como el desgaste de
las personas, el de las sociedades ve disminuir el impulso
creativo, desaparecer las referencias a
la fuente trascendente, dispensadora de energía. Costumbre y rutina reemplazan la
iniciativa, obstaculizar la invención;
el mundo pierde la frescura de sus primeras
mañanas, su espontaneidad nativa. La destrucción de las autoridades naturales, la masacre o el
suicidio de las élites dejan campo
libre a la embestida del oscurantismo. Una capa de esterilidad cae sobre los mejores; el desaliento
hace el resto. Los únicos « grandes
hombres » reconocidos se reclutan en el seno de la incompetencia. Es a ellos a quienes la Subversión confiará las más altas responsabilidades, es a ellos a quienes
hará consultar como oráculos infalibles. La muerte de una vedette transitoria e
insignificante sumirá toda una nación en
la desesperación; la de un sabio portador
de respuestas no será incluso mencionada por los órganos de información. Aquellos que todavía
fueran capaces de poseer algunas soluciones serán prudentemente dejados
de lado en tanto que despertadores y molestos; ¡y
son estos denunciantes de
subversión los que pasarán por subversivos!. ... Ellos mismos no emprenderán
nada para hacerse entender, sino de una minoría que se habrá escapado a la
destrucción, sabiendo que tales grados
de ceguera, su mensaje sería inoportuno,
no entendido o confiscado y que
cualquier gastos imprudente de energía sería tan vano como la voz clama en el desierto 1.
Cuando las
cosas están así, las grietas de los Gran Muralla se ampliar hasta convertirse
en las puertas reales por se apresuren las hordas de la Subversión. Este no
tiene ningún inconveniente en satisfacer lo que hay de más bajo en
1. Varios autores han dado un
perfecto análisis espectral de esto
fenómeno de la 'caída' de distancia de los primeros principios. Citamos G. Georgel, Les rytmes
de l'Histoire, R. Guénon, Autorité spirituelle el pouuoir temporel, J. Evola,
Les bommes au milieu des ruines, Y.A. Dauge, Le Barbare.
el ser
humano: vulgaridad, servilismo
funcionario, celos, todos los elementos pasionales que no piden más que ser atizados . Tampoco ningún inconveniente en hacer aborrecible las últimas
oportunidades para la salvación, a verter la confusión sobre la confusión destruyendo el espíritu de discernimiento, el sentido de las proporciones y reemplazándolos por mitos
mayúsculos que no pueden impactar más que a espíritus incultos. Ningún inconveniente, gracias a las
técnicas avanzadas, en explotar rumores
y psicosis, desmentidos, diversiones, para crear un clima de incertidumbre y de inestabilidad
permanente y desviar los problemas verdaderos, que son y siguen siendo los de
la interioridad. En un era, en silencio tembloroso en una hipocresía
amortiguada, el individuo no pensará ni hablará
más, será pensado y hablado. Mil
influencias sutiles le encerrarán, el modelarán, instituyéndole responsable,
decisor 1.
La Subversión
se entiende para ordenar la vida de tal suerte
que las ocupaciones, así como los ocios (llamados ' organizado »)
contribuyan a la disminución en el nivel mental del mayor número posible. Ella segrega la incomunicación
entre los seres: el hombre extraño a sí
mismo, "alienado”, no puede ser más que extraño al otro; Ella consigue relaciones sociales, irrespirables, tocadas indiferencia
o de vigilancia recíproca, de maldad, de salvajismo: son los hombres de la Edad
de Hierro están ellos mismos en el hierro , - lo que les hace estar en el infierno-. Un infierno que imponen a los otros, porque no soportan que los otros estén dispensados: el Infierno también
es contagioso…. Ella fuerza a los individuos a ocupaciones exangües, vaciadas de todo interés
real, les substrae el máximo tiempo
posible, - un tiempo siempre más precioso a medida que disminuye- a fin de que
puedan confrontarse a ellos mismos lo menos posible, recordarse de lo «único necesario ». Todo es bueno con tal que el « único necesario« » no sea servido, con
tal que no
1. En lugar de decir como San
Pablo;« Ya no soy yo quien vive, es
Cristo quien vive en mí », el hombre moderno, todavía lúcido, podría decir: « Ya no soy yo quien piensa (o
hablar o actuar), es el diario que leo
cada día (o televisión o parroquia sindical,
o el partido) quien piensa (habla, actúa) en mí » ...
sueñe, que no
sepa más incluso lo que significa ni el interés que representa, y que pase por lo
único inútil y superfluo. Para desviar al
hombre, la Subversión multiplicará preocupaciones materiales, conflictos de
relación, disensiones familiares, faenas sociales, preocupaciones y mezquindades, el inenarrable aburrimiento de la grisalla burocrática, reuniones
obligadas, discusiones interminables, medidas vejatorias, persecuciones
disfrazadas e incluso recompensadas.
Colosal empresa
de demolición, que empieza discretamente con los ruidos mecánicos que alteran la sensibilidad nerviosa, las provocaciones incesantes o la delación y
termina por la grandes maniobras de intimidación ideológica, los lavados
de cerebro, los campos de recuperación, las ejecuciones sumarias… Cuando Subversión
ha llegado a sus fines, cuando ha tomado posesión de los engranajes del Estado, las redes de policía, los centros de información, las casas editoriales, los departamentos sociales
y culturales, las jerarquías jurídicas, militares, universitarias y
eclesiásticas, cuando todo le pertenece ya mientras que nada parece aún pertenecerle,
se puede considerar que la sociedad no es
más que la sombra de ella misma. Como, en la putrefacción de un cadáver,
los huesos emergen todavía cuando las carnes
ya se han desvanecido, las estructuras sociales permanecen, pero las conciencias
animadoras y creativas están disueltas y aniquiladas.
La
partenogénesis es el modo por el cual se reproduce la Subversión. Esa de la que Occidente es hoy día víctima emana del Occidente: antes de imponerse al
mundo entero destruyendo todas las culturas
particulares, la Subversión actual ha subvertido un mundo subversivo por esencia, a
la manera de esas coladas de lava incandescente que deslizan sobre lavas reenfriadas.
Es
suficientemente conocido que la casta guerrera
ha suplantado a la casta sacerdotal, como la casta popular, a la casta
mercantil; o todavía, que el
marxismo desborda al capitalismo, como el nihilismo a las filosofías existencialistas, como el ateísmo a
su predecesor el dualismo. Aquellos no
son más que los prolongamientos lógicos
de estos, diferentes de ellos en sus efectos sin embargo parecidos en su naturaleza. Pero el capitalismo
industrial era ya subversivo con relación a ordenes sociales donde los valores del
ser prevalecen todavía sobre los del tener; y no es falso discernir espesas connivencias entre el
marxismo y el capitalismo en su
materialidad común y la prioridad que acuerdan a las nociones de producción y
rendimiento. Del mismo modo, el existencialismo era subversivo con relación a las
filosofías esencialista, como la teología dualista lo era con relación al no-
dualismo metafísico. Abundan los ejemplos, que
muestran que toda forma subversiva es hija de una forma
subversivo anterior, y que estos mismos que pretenden o cree de buena fe oponerse a la Subversión son
poco o mucho los agentes inconscientes. Es así como el nazismo, reclamándose de los Arios y de la "raza de los
señores. », se propuso destruir los
parias y los chandala; pero haciéndolo
así, destruyó los Bohemios y los Hasidim, - últimos vestigios del nomadismo y
esoterismo en Europa; y disparando
contra el comunismo (del que fue un tiempo aliado) le dio, al derrumbarse, su
verdadero impulso mundial. En cuanto a la
India tomada como referencia, se sabe que diferencias separan los genios
germánico e indio y temores que experimentaba un Shri Aurobindo de una
victoria de Hitler como regresión a la barbarie 1.
Pero los
hombres prefieren ignorar que no se hacen componendas con la subversión, cualquiera que sea el
rostro que lleve; pues tiene la
última palabra; pues ella domina siempre
a quien se imagina manejarla. Solamente, los iluminados
irresponsables pueden aún creer lo contrario. Pero como bajo el efecto
de una maldición recurrente, ninguno de
los ejemplos anteriores sirve de lección
1. Podemos citar, lo mismo, en el
ejemplo de la nobleza francesa del siglo XVIII financiando La enciclopedia nombre de las «luces», antes de subir al cadalso un causa
de ellas. O todavía , en el siglo XX , el de la intelligentzia
moscovita militante en favor de la revolución bolchevique y que, a modo de salario, fue
exterminado por la GPU y la Cheka. Sería
la ocasión de recordar el proverbio ruso
según el cual "el pescado se pudre por
la cabeza », -lo se traduce en latín: « Optimorum corruptio pessima. »
a cualquiera.
La ingenuidad humana es incorregible; es necesario dejar hacer a cada uno
su experiencia. No se puede más que
prevenir que hay pactos fatales para
quien los firma
*
**
La Subversión
sobresale en la amalgama de error y
verdad. Regularmente transmitidas a las nuevas generaciones, estas falsificaciones sabias o laboriosas,
oficialmente instalados, figuran como tradiciones - anti-tradicionales
En ninguna
parte se ve mejor que en el dominio de la
información universitaria. La elección
de los autores y de los textos, los comentarios
que en se realizan, imágenes que los ilustran,
la supresión de pasajes molestos, la puesta en relieve de algunos otros contribuyen a alterar o a desviar
la realidad objetiva. La historia ofrece
un área privilegiada para este género de
manipulaciones en virtud de las opciones ideológicas de los que la cuentan.
Ella sabe el arte de aislar los acontecimientos de su contexto, de interpretar los comportamientos
mágicos a a través de la mentalidad
moderna, condenándose por eso mismo a no entenderlos, de escamotear lo que peligraría de ir contra los prejuicios del mesianismo progresista.
Se olvidará por ejemplo, que los
errores cometidos por los emperadores de
China fueron sancionados por las revueltas populares; a propósito de los
reyes nórdicos, que como consecuencia de las calamidades sociales, les eran
incoados procesos que concluían en su descalificación;
o todavía, apropósito de la condición de las mujeres, que estas tenían el derecho al voto en los
ayuntamientos medievales 1. Se esmerará en
despreciar todo lo que no responda
1. Sobre las falsificaciones
históricas, se puede hacerse referencia a las
obras que misteriosamente no han desaparecido todavía. Por ejemplo, P.
Lesourd y C. Laura, Dossier secret : l’ Eglise
de France, con rectificaciones sobre los Caballeros Templarios, Juana de Arco,
las sociedades secretas del siglo XVIII;
- Valmigère, Enquête sur la Révolution. En cuanto al pretendido "oscurantismo" medieval, los trabajos especializados de R.
Pernoud y G. Cohen ven lentamente el final.
a las
exigencias de los dogmas establecido, identificando abusivamente la cosa representada y su representante. Como
se condenaría toda la medicina bajo el
pretexto de que hay un medicastro, se condenaría en bloque toda forma de religión a
causa de los malos monjes. Se hará silencio sobre ciertas inquietantes correcciones 1. Es fácil imaginar con qué facilitad se puede influir en las mentes
jóvenes, por definición receptivos y
maleables, aún privados de sentido crítico, sensibles a la pretendida neutralidad objetiva, pero desprovistos de toda argumentación contraria.
Mucho más instructivas
que la historia oficial serían las
investigaciones posibles en la «
metapolitica », que no podría descuidar
el papel a nivel de la guerra oculta. Se conoce la frase de Disraeli: "el
mundo está gobernado por personajes completamente
diferentes que no imaginan los aquellos cuya mirada no llega detrás de los bastidores
» ... Aparecería rápidamente como una
filigrana de la historia la existencia
de muchos complots de obediencias concurrentes,
de muchos planes redactados y seguidos paso a paso por promotores de clandestinos, -curiosamente camuflados por la sobre-
información - , la desorganización , la destrucción de los valores últimos en vista de una planificación de la humanidad al más bajo nivel
o no son ciertamente los efectos del
azar únicamente, sino la aplicación de una voluntad implacable y de programas
concertados, los cuales no excluyen en absoluto la desmoralización aquellos que se quiere la pérdida. Sin duda, la situación del
mundo tal cual es exigido para ser considerado
lúcidamente; y sería engañoso querer ignorar los aspectos más amenazantes. Sin
embargo, un constatación tal no podría
más que servir a la Subversión si no tuviera
1. Por ejemplo, se populizará el grito del anarquista Proudhon: « La
propiedad es un robo. « » (¿Que es-que
la propiedad ? 1840 ), pero se olvidará citar lo que escribió más tarde:
« La propiedad es natural, necesario
contrapeso al poder político»; « ella es
el triunfo de la libertad », y « la mayor fuerza revolucionaria que puede oponerse al poder » (Teoría de la
propiedad, 1865).
por fin más
que traer la desesperación. Debe tener el de informar las conciencias y despertarlas, no para
impedir el derrumbamiento del Imperio, sino para acechar los signos lo que debe
sucederle 1.
Si ahora nos
volvemos a los dominios artísticos,
encontramos que el mundo moderno ofrece la imagen de una "civilización sin cultura”, o todo
lo más de un “cultura sin conocimiento”.
Si quedan aún,
aisladas, obras de importancia, es inmenso el abismo que separa las producciones
actuales de obras tales como la poesía mística del sufismo o el teatro isabelino,
la catedral gótica o el templo hindú, las sumas
metafísica de Oriente y Occidente. Incluso la admiración dedicada a los
logros científicos disminuye rápidamente; los “milagros de la técnica” cesan de
entusiasmar a una multitud ya hastiada o siempre ávida de otra cosa. El talento se ve contrariado. Se llega a
discernir detrás del despilfarro de las
vocaciones, la firma evidente de una Subversión que sabe pertinentemente que "es por la
destrucción de la inteligencia (buddhi) como perece el hombre» 2.
Y en primer
lugar, por la destrucción de la lenguaje. El intenso consumo de las palabras
aumenta su degradación, agota su sabor. Utilizarlas sin discernimiento ni
sentido del ahorro agota su carga
mágica, su intensidad y su densidad. El recurso
sistemático a las palabras groseras, allí donde no tienen que hacer, va a
reemplazar los términos demasiado desgastados
, esperando
1. Somos los primeros, en lo que se
refiere a nosotros, en reconocer los méritos
de Occidente: su ciencia médica y quirúrgica, la magnificencia de las artes, la
afirmación de los « derechos de hombre», (por otra parte derivados de un cristianismo laicista), su metodología
y su sentido de organización, su dominio de la naturaleza cuando sabe respetarla,
incluso su racionalismo, cuando es razonable,
es decir, cuando hay no tiene la audacia
de mezclarse en dominios que no son los
suyos.
2. Bhagavad-Gttá, II, 63 – La simple lectura de los registros administrativos
contribuye a la ya este oscurecimiento
del cerebro por el carácter totalmente muerto de su estilo.
desgastarse
a su vez. La creación de siglas a veces impronunciables se multiplica un a partir de las iniciales de
expresiones abstractas. Se desvía las
palabras de su significado original hasta hacerlas significar su contrario; se mezclan varias lenguas sin
ningún principio rector; se recurre a los términos más fuertes para temas
insignificantes; se utiliza el sentido espiritual al nivel más más profano 1. Una técnica más sutil consiste en retirar subrepticiamente
de los diccionarios un cierto número
de palabras con el pretexto de que no
son de uso corriente sean incomprensible a la mayoría. El azar quiere
que estas palabras sean portadores de nociones filosóficas y espirituales:
los conceptos que recubren desaparecen
al mismo tiempo que ellas-. Lo que es
practicada en el nivel de las palabras lo es en el nivel de las normas. Por la conjuración del
silencio, verdadero parodia de la « ley
del secreto» vigentes en las cofradías
iniciáticas, se sofocarán sistemas y doctrinas que tienen la culpa de
inscribirse en el « sentido de la
historia », Es así como ciertas
cuestiones capitales son cuidadosamente excluidas de los debates; que se hunden
en el pasado se retiran de las memorias las obras de espíritus eminentes, precursores condenados a la soledad; que inmensos naufragios
del pensamiento ocurren periódicamente,
sin que el público sea informado.
No hay dominio
que no sea visitado por la Subversión:
ella hace de todo su affaire. Como
resultado de los anuncios, la ortografía
1. Limitaremos nuestros ejemplos al último caso: « seminario» por tienda; "Santuario"
por territorio defendido militarmente; «
practicante » por deportista. Se habla de la« religión del deporte". La «autocrítica
» reemplaza al examen de conciencia. Las « contemplativas» designan las mujeres que no tienen nada que hacer y gastan su tiempo en la peluquería. Tal jefe de estado se encuentra « en estado de gracia»,
ejerce un poder « carismático». Se nos permitirá no multiplicar las expresiones.
2. Esta proceso de del ' vaporización
"de las palabras en vista del condicionamiento agnóstico de las mentalidades ha sido descrita por G. Orwell en su novela 1984, a propósito de la « nov lengua». Respecto
de lo cual recordamos que todas las
lenguas de alta civilización - griego,
sánscrito, chinos- testimonian por el contrario una abundante riqueza semántica.
está siendo
degradada y desnaturalizada; se habla de suprimirla con el pretexto de que ¡contribuye
al mantenimiento de la opresión !. El carácter aproximativo del estilo y de la
sintaxis, unido al del vocabulario,
conduce un la indigencia y el encogimiento de un pensamiento incierto,
dislocado, que refleja un psique derrotada.
El último enclave de un lenguaje sagrado
es el de la poesía, pero se sabe en qué desafección es tenida por el público, a menos que ella
misma no elija encerrase en un hermetismo ilegible donde dispersarse en
una verdadera cancerización del verbo. Estos
son los síntomas del final de una
lengua. Sin embargo, el final de una lengua es el fin de los que la hablan, en la medida en que es
inherente a su mentalidad, a su psicología, a su peculiar sensibilidad.
Un cierto teatro
de «vanguardia» contribuye activamente a
la obra de destrucción, añadiendo a la delicuescencia
del lenguaje la imagen de la decadencia humana,
con la ayuda de las escenas más banales o triviales, privadas de cualquier
estilización, movidas por personajes descoloridos, sin ideales, sin rumbo, que lo
mismo podrían no existir: el existencialismo está aquí excedido por lo
bajo. Renegando totalmente de su origen
mistérico, olvidando incluso que es el “quinto
Veda " destinado a la educación del pueblo, este teatro no se encuentra nunca a si mismo más que en la ostentación y la exaltación de la depravación y las blasfemias 1.El cine retoma los mismos temas amplificándolos con la ayuda de trucos que le pertenecen. Obras de
ciencia ficción, incluso cuando parece
que se asemejan a la búsqueda iniciática, se revelan los vehículos
privilegiados de la Subversión. La época actual, marcada por un profundo
escepticismo, negará sin dificultad la
existencia de seres supra-humanos excelsos, pero inventará
1. Juegos obscenos entre
comulgantes, desnudamientos y acoplamientos colectivos en el escenario y en el sala,
excrementos derramados son algunos de
estos efectos. En el Concile d’ amour
de Panizza, la Virgen es una concubina
del diablo, los ángeles se entregan a bacanales. En la Bestialidad erótica de Arrabal, un hombre desnudo entre escena, a horcajadas sobre una mujer también
desnuda, marchando a cuatro patas.
« extra-terrestres» monstruosos, supuestamente descendidos del cielo -verdaderos "mensajeros divinos" de los que todos
los detalles traicionan la naturaleza elemental o demoníaca. Se empujará la ilusión hasta hacer a estas larvas
conmovedoras de gentileza y adornadas de todas las virtudes. Es así que el
lenguaje de los robots pasará por ser la música de las esferas y que las únicas jerarquías celestes reconocidas serán las de los Ángeles electrónicos.
La 'nueva
música', que no llega a imponerse más que por
el terrorismo cultural, está en un callejón sin salida después de la primera mitad del siglo XX-, época en que Schoenberg inventó el "serial". Ella ha renunciado
al sistema de intervalos, a las relaciones
jerárquicas entre las notas. Su distinción
en fundamental , tónica, sensible y dominante,
expresan relaciones que los sistemas a politonal y atonal enredan sin destruirlas; pero su desaparición
arruina cualquier posibilidad de
«comunicación». El arte musical contemporáneo abunda en collages sonoros
, en trozos aleatorios o repetitivas
(parodia de los encantamientos); multiplica las disonancias, desguaza los
ritmos, reproduce a su manera la violencia reventada de la psique occidental. Integrando elementos sonoros de
origen electrónico, sometidos a
tratamientos algebraicos, triturados en laboratorios, programados en ordenadores, descarta cualquier
especie emoción o imaginación, cualquier
valor terapéutico susceptible de actuar sobre los centros psíquicos del ser
humano, como lo hace la música tradicional.
Si esta es el "sonido de la puerta
del cielo que se abre y se cierra. », en
palabras de los derviches Mehvlevi, (y de las que ciertas obras de Messiaen
se pretenden eco), la música electrónica permite más bien registrar los gritos
de los condenados y los jadeos espasmódicas
de una humanidad volteada por el choque
de una explosión atómica... Seguramente el
papel de la música es otro. La cuestión es hacer cambiar el nivel de conciencia, dispensar
temporalmente de los pesos y turbulencias terrestres, sugerir estados pre-extáticos, reconciliar el hombre con la creación, ayudarle a perdonarse.
En cuanto a
la escultura, tiende hacia una abstracción y una densificación de volúmenes en
perfecto acuerdo con la mentalidad de masa. En lugar de aliviar la materia ella
la opaca todavía más, prohibiendo a las
últimas incursiones del espíritu
manifestarse aquí aunque sea con un poco de transparencia, de fluidez. Los
amontonamientos de chatarra de un César testimonian
elocuentemente a favor de la Edad de Hierro.
Si se exceptúa algunos artistas platonizantes-
Wülfing, Klee, Matthew, Bordet- la pintura se ha desvestido también ella, de escalofríos y de reflejos divino-humanos, de vibraciones afectivas
y subjetivas que son su razón de ser. El reinado de la angustia, surgido después de
impresionismo, el rechazo de la naturaleza, la dislocación de las formas, la
fragmentación del mundo a partir de
cubismo y futurismo, (hasta el punto que se convierte en imposible en Picasso reconocer el tema del
lienzo ), han contribuyó a esta
evolución a la contra donde , contemporáneo
al invierno del mundo, el hombre
descubre que tiene frío, que no está ya religado ; un mundo donde solo la nada se
hace pintar todavía. Sea a través de hormigueos
de larvas provistas a través de disoluciones
psíquicas, o de geometrías parecidas a superestructuras
metálicas dislocadas, o todavía, a
través del envilecimiento de la cara y el cuerpo humano, el arte pictórico muestra un total vacío espiritual,
donde se persuade de conciliar las fulguraciones del genio, los excesos del
snobismo y las ventajas mercantiles. Incluso
profana, la pintura debería, a través de las formas sensibles, de guiar a contemplación
de los símbolos y de los arquetipos. Pero el rechazo de éstos
interlocutores de lo alto renvía a pintura a ella misma y le deniega e cualquier
justificación durable.
No se ve nada
en todo esto que sea susceptible de retener una atención larga. En lugar de ennoblecer
al hombre y de preparar su asunción, el arte moderno elige el
camino de la facilidad: esposar la
degeneración cíclica. El espíritu profético ha cesado de inspirarle, quizá
porque no tiene futuro. Si, de acuerdo a
la hadith,
"Dios es bello y ama la belleza »,
no se ve en que podría reconocerse
en estas muecas y estos estallidos. Ni la nobleza del contenido, ni la exactitud del simbolismo o la armonía de la composición, ni la pureza del estilo, que son los tres
criterios del arte perfecto, tienen un
significado para los artistas que se han dejado invertir por los elementos
luciferinos cuyo agotamiento acelera el fin del arte
Esta última
ha rechazado las «claves» a partir de las cuales le era lícito crear casi hasta el infinito; ha
agotado las disposiciones y las combinaciones
posibles de elementos y de registros que habían dado nacimiento a la diferentes
escuelas o tendencias artística; se ha abierto
unilateralmente sea al yang no templado, de donde la rigidez y el
endurecimiento de las formas, ya sea al Yin en estado puro del donde su licuefacción. Uno de raras consecuencias sería sin duda que se vuelva hacia el Oriente, se recargue y se renueve aquí para hallar ciertos principios eternos que ha olvidado y adaptándolos al lenguaje que conviene.
La música, por ejemplo, tendría que encontrar la función que es la suya; expresar no ecuaciones sino las « cualidades » y los « estados», y descubrir ritmos y sonoridades e
instrumentos, nuevos 1.
Que nos
entienda bien; no condenamos las iniciativas en nombre de un conservadurismo
congelado que obligaría a imitaciones serviles. No se trata de querer volver atrás.
Pero hay dos vías posibles: la que conduce a la creación auténtica y original,
sutil o grandiosa, del linaje de las precedentes; y la que, rompiendo con los principios universales del arte, destruye
cualquier alusión a la belleza. Sin
embargo, esta es tan necesaria al hombre
normal como el aire que disfruta. Le
hace inteligible este mundo, hablándole de otra patria. Le abre a algo inmenso, insospechado, misteriosa, hecho de alegría y armonía, que no es otra que a lo que él aspira. No sería una
de las menores victorias de los espadachines de Subversión que hacer caso omiso
de esta belleza, desfigurarla, prohibir su estancia en el país de los hombres.
No diremos,
para acabar, más que una palabra de uno de los más
1. Apresurémonos a añadir que hasta este día, las tentativas
de los « percusionistas » no nos han convencido apenas. Hay distancia todavía, parece, entre sus producciones y tal solo de mridangam en la tradición karnatica.
recientes
descubrimientos, que toma un extensión inquietante solamente en virtud de los imperativos de económicos, hasta el punto de suplantar al
hombre en sus últimos espacios de libertad y
para operar en su propio favor una transferencia de creatividad: queremos referirnos a los ordenadores. Su inexorable
invasión nos asegura ya una especie de universo helado, sin errores ni mentiras posibles, con una pureza totalmente boreal,
casi divina. Pero un universo divino al revés demoniacamente inocente. Porque siempre
faltará a los ordenadores por perfectos o perfectibles que puedan ser, y a
pesar del saber absoluto que detentan,
lo que algunos llamarían un alma, en todo
caso, un no sé qué. Estos ángeles del más fino
metal, capaz de los cálculos más vertiginosos a velocidades incalculable (que no hacen más que acelerar
el movimiento cíclico), y ante los
cuales los hombres camina al ritmo de bueyes de labor, aparecen con mucho inferiores a las máquinas que son sin embargo sus criaturas, no
tienen más que un defecto, - total e implacable-, el de ser casi infalibles con
relación a todos los fallos de la inteligencia humana. Pero a menos de ser un Espíritu de esferas de
lo Alto, su Emisario providencial,
parece peligroso aquí abajo saber todo y
no equivocarse nunca.
Lo mismo que
en la alfombra árabe, se revela siempre un defecto (aunque fuera voluntario por parte del
artesano), un punto que falta testimonia que cualquier trabajo del hombre
queda en por debajo de la de una perfección
que no pertenece más al Creador solamente, lo mismo aún que un oxígeno
absolutamente puro se convierte rápidamente en
irrespirable , porque microbios e impurezas son necesarios para el viviente, se considera que el conjunto de técnicas punteras
parece demasiado impecable para corresponder a la norma humana. Uno se siente tentado de presentar aquí
el elogió del error como necesidad vital, la de lo incumplido como firma
del mundo de la normalidad. El mundo de los ordenadores se parece
demasiado a la perfección para no ser sospechoso, - una la perfección aséptica,
que tiene algo de automático y de insensible, una perfección cuadrad, - se aproxima demasiado a Dios para ser
sospechosa de ser del Maligno. Errare
Humanum est, no errare diabolicum.
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