V. PSICOLOGÍA
La segunda mitad de la vida que inaugura la cuarentena ve
una renovación importante y decisiva de las preocupaciones, centros de interés,
las prioridades e introduce a otros dominios, que son la profundidad y la
interioridad en donde se enraízan y se imponen
más fuertemente las grandes cuestiones.
Es a este umbral que ha
llegado el que nos acompaña. Es hora para él de establecer los primeros balances, de hacer aprendizaje
de su alma, de entrar en introspección lo que hará tanto más cuanto que todos los ejes de
búsqueda pueden serle ya conocidos, si no familiares y que se desapega naturalmente
de numerosos aspectos exteriores de un mundo que pierde sus atractivos.
Un cierto esfuerzo sobre sí mismo, con su cortejo de toma de
conciencia más amarga que gratificante, le permitirá en primer lugar alcanzará
una 'individuación' que asegure equilibrio y madurez. Pero el análisis
psicológico puede ser sólo un primer paso, pronto juzgado insuficiente. A menos
de satisfacerse con lo incumplido, deseará pasar otro nivel, espiritual.
Después de haber examinado los campos del inconsciente, descubrirá que el alma
no es aún más que la planta baja del espíritu, y que después de haber aprendido
a conocerse, queda por conocer el otro Si. 107
El CAMBIO
PSICOLÓGICO:
UN PRELUDIO PARA EL RETORNO
ESPIRITUAL
La fabricación de la existencia, a la que es prácticamente
imposible escapar con tanto tiempo como
se está inmerso en la "vida
activa" – una vida activista, más bien, ya que ella prohíbe cualquier
suspensión reparadora y esta acción por excelencia que es la contemplación-, peroo también, la progresión
geométrica de las solicitaciones que causan una estallido de la atención, prohibiendo en consecuencia cualquier
concentración y continuidad en el esfuerzo, la dispersión de las palabras y
actos que van desde la simple distracción a la inconsecuencia más grave, las
presiones de todo tipo, a comenzar por la
de los ocios organizado y las
diversiones obligatorias, la invasión de las máquinas que automatizan los gestos y destruyen la ritualidad, la exclusión
de cualquier referencia a lo absoluto bajo el pretexto que la creencia religiosa es
asunto personal, lo que hace que no sea más asunto de la persona, he ahí algunos de los éxitos que ya ha obtenido la
contra-espiritualidad inherente al mundo moderno.
A pesar de la reducción de horas de trabajo y la
facilitación del trabajo, las cosas están hechas de tal manera que se hace cada
vez más difícil tener tiempo para sí mismos. Es preciso estar animado de una
voluntad a toda prueba, una determinación heroica para mantener una simple
cordialidad en las relaciones sociales, manteniendo su autonomía de adulto, poder
recogerse, meditar y orar, encontrarse a sí mismo no para cultivar su neurosis egótica,
sino para restaurar sus energías desechas, tender a lo profundo de su esencia.
En esta situación, muchos de los que pueden ser responsables
por ellos mismos, vienen a desear, a proponer soluciones, cambios de orden político,
sociales, moral, económicas, que, para algunos, sería limitaría a reformas puntuales,
para otros, irían hasta trastornos radicales.
Pero viene a la mente de pocas personas que el verdadero cambio es de una naturaleza completamente diferente
y concierne no a los estratos periféricos del mundo exterior, sino a las zonas
más profundas del mundo del que nos hemos ausentados, no las estructuras de una
pseudo civilización, sino el centro mismo
del ser humano; bien entendiendo que las
manifestaciones y logros del fuera no son sólo más que las proyecciones de dentro,
dependiendo de la naturaleza y la cualidad de este, exactamente de la misma
manera que la escritura es el reflejo directo del carácter del escritor, como
lo saben todos los grafólogos.
Así como cualquier ciudad normalmente construida reproduce
en su materialidad un mandala de figuras simétricamente ordenadas alrededor de
un centro determinando las direcciones espaciales, del mismo modo, las
instituciones del estado deben - o deberían - reproducir en su espíritu un
mandala espiritual reunido alrededor de un eje vinculándolas a su modo - el
arquetipo. Es exactamente lo mismo para esta ciudad que es el ser humano, el
cual tiene necesidad, él también, de un gobierno interior 1.
No se trata aquí de persuadir a nadie de convertirse a
principios: más que cualquier otro enfoque, lo 'espiritual' es el respeto por
la libertad de los demás, el respeto por su grado madurez personal. Nada es más
ajeno que el proselitismo, el activismo
conquistador, la necesidad de convencer y convertir a cualquier precio,
que es el propio de lo "religiosos en su nivel más bajo '. No se trata en
absoluto de una convocatoria, de una implementación, sino una invitación. Invitar no es imponer, es
convidar a un cambio - lo que supone que pueden existir otros. Sugerir, tal es en
efecto la cortesía del corazón de cualquiera que obre sin segundas intenciones,
sin ninguna ambición particular,
1 ¿Es preciso recordarte la comparación clásica, en el
hinduismo, hombre (purusha) y la ciudad (pura).
o desean aportar reclutas
a su empresa, a su grupo o su iglesia 2
Este cambio se quiere protesta silenciosa, pacífica pero
determinada. Revela un margen que, en un
tiempo ' al derecho', sería centro y normalidad, un rechazo a dejarse destruir
su propia existencia y la dignidad del ser humano, una voluntad de extraer lo positivos de una situación negativa y de fertilizarla eventualmente de aportes
susceptibles de adaptación.
Mientras las circunstancias en las que nos encontramos dilapidan
nuestras energías en una agitación exacerbada,
el cambio que reclamamos propone una justa economía
y una mejor gestión de nuestras
fuerzas, un recurso regular a la distensión, una recursión, un aprendizaje de
la contemplación.
¿Las circunstancias abundan en violencia y agresividad?
-Este cambio se lo coge, los sublima, en efecto, por ejemplo, las artes
marciales. ¿Nos relegan en los aspectos secundarios de la existencia y nos encierran
2. El Cristo ha pedido a los apóstoles ir y convertir a las naciones.
Es preciso acordarse del grado de degeneración del paganismo circundante. Nunca
dijo además que era preciso convertir
por la fuerza, al filo de la espada (ésta
a la cual hace alusión ilustra la idea
de que su mensaje no dejará de aportar controversia y división entre los más unidos).
Los mejores misioneros ciertamente siempre han sido los que, modesta y pocos en
número, se han contentado con hacer bien ante los pueblos indígenas de África y
Asia, trayéndoles a la conversión de una forma natural forma y sin ningún
triunfalismo. El error ha podido ser catastrófico cuando los portadores de la feliz
Nueva se alinearon con el peor comportamiento del colonialismo conquistador. No
se ha olvidado en la India que en el siglo XIX, los ingleses autorizaron a los
misioneros a romper a hachazos la
estatua de Krishna, correspondiente a Cristo para los hindúes. Es preciso saber
también, en otro plano, que muchos misioneros llegaron a la conclusión de que
si ciertos indios o chinos no tenían el nombre de Cristo, ellos vivían de
alguna manera y sin saberlo la doctrina.
Sólo las recientes ofensivas del materialismo totalitario persiguiendo
sistemáticamente a los creyentes fueron han podido justificar la urgente necesidad
urgente de substraerles el más grande el
número de individuos.
en la red de condicionamientos? -Nos ayuda a tomar
conciencia y restablecer el orden de prioridades, privilegiando en la
exploración interna. ¿Nos obligan a una creciente complejidad, a cuantificación
masiva? –Nos enseña a simplificar nuestro hábitat, nuestra comida y nuestra cotidianidad
y en plena existencia artificial, a
substituir esta reducción, que, solamente,
permite al ser florecer y respirar. ¿Imponer una constante exteriorización profesional, hecha de dispersiones, inestabilidades, charlas tan agotadoras como inútiles? -Preconiza
alternar la alternancia entre la vida en el mundo y retiros, periodos de
práctica donde encontrarse con uno
mismo, recuperar su equilibrio, introducirse en los flujos regenerantes de las
corrientes cósmicas siempre disponibles en la naturaleza. ¿Favorecen ellas la
infantilización, el asistencialismo social, el espíritu dimisionario? - Enseña
a hacerse cargo , un desafío a ser responsable, a prever las consecuencias de
sus actos. ¿Sistematizan los rigidez racional, la especialización abusiva, la
fragmentación del conocimiento? –Privilegia además de la relajación mental, una
visión sintética, totalizante, de las cosas.
El proyecto es de importancia, se dirá, reprochándole el
permanecer vago y utópico. ¿Es vaga y poco realista a desear un poco más de
calor humano, un poco menos de anonimato, no menos deberes que derechos? ¿Sólo ellos
solamente vagos, solamente utópicos, estas pruebas de agricultura biológica de
ecología espiritual, de redescubrimiento de la sacralidad de la tierra, de medicina
holística, de acompañando estos moribundos
que, se ha podido decir, 'son nuestros maestros'? Estos ensayos de empresas y
de gestión humanística más allá de toda mercantilización, de pedagogía activa, de la restauración
de la belleza auténtica, como la de los
cantos y músicas
I Recordemos que la palabra sobreutilizada "stage "(etapa)
proviene del latín stagium de la raíz ST – común a las lenguas indoeuropea. Traduce la idea de 'estar encima'
y como resultado, "extender”. Mismo valor en las palabras 'Estado',
'estabilidad', 'éxtasis', 'existencia', 'instante', 'estoicismo' (de stoa,
"portiqus).
tradicionales, o lectura de los mitos fundacionales
aplicados a la curación del alma? Estas ensayos de reanimación de pueblos
olvidados y oficios perdidos, la utilización de la energías naturales,
disposiciones agenciadas para una mejor
calidad de vida, comenzando por la de la casa que en la edad del hierro, guarda
memoria del paraíso del que ella sigue siendo un enclave privilegiado. A pesar
de los silencios concertados de una información obtusa, estos ensayos no son todos
simple folclore vacacional, nacen por
todas partes con fortunas diversas, dando,
todos, la espalda al crepúsculo impuesto.
Lo hemos hecho presentir:
primero que todo verdadero cambio es en primer lugar cambio de sí.
Primera prueba ya de un
cierto progreso interior, el hecho de dejar a incriminar a todos los que nos rodean,
el 'mundo moderno', la 'civilización occidental',
el diablo, hasta el gato del vecino. No hay que negar la complicidad que conecta la época y los
peores maleficios que nos cerca y nos
amenaza, no más, a hacerse cómplice de esta época relativizando la perversidad,
excusando las aberraciones, incluso exaltándolas,
a falta de poderlas combatir . Pero es mucho más constructivo considera que
comenzando por transformarse, los datos inmediatos de nuestras vidas comenzarán
a transformarse también. Que si no cambian radicalmente, al menos los veremos
desde un ángulo diferente que suavizando ciertas rugosidades, nos hará aceptarlos mejor, y detectar quizá una utilidad para nosotros mismos, por poco
que se admita - y es un hecho de evidencia - que todo polo negativo contiene y
revela, tarde o temprano una positividad insospechada, imprevisible. Cambiar,
es cambiarse. Y cambiarse será en primer
lugar cambiar su mirada sobre los seres
y las cosas.
Cambiarse, es también aprender a hacer más amplio conocimiento con este compañero de ruta que es nuestro
cuerpo, este instrumento de trabajo sin el cual nada puede hacerse, y vehículo del espíritu que inscribe las trazas a través de los ritos que le dan forma al
mismo, lo transforman. Es aprender a ser
más consciente de los elementos que lo componen, para dominar su voz, sus
impulsos, la facilidad y flexibilidad que afectan las maneras de estirar, para
adquirir un mejor asiento. Es aprender el arte del bien respirar, la base de
todo el trabajo, como testimonian todas
las tradiciones, donde la inspiración consiste en recibir el favor de la vida
en una actitud de consentimiento y de reconocimiento al Querer supremo , mientras
que la expiración es abandono y don,
retorno al cosmos, muerte a sí. Karlfried von Dürckheim ha distinguido entre el "cuerpo que se
tiene" (la envoltura de alimentaria) y "el cuerpo que se es” (la envoltura sutil); habla de los modos
de transición de uno a otro, o la técnica del gesto controlado - este rito en
potencia, no todavía bastante adulto - desempeña un papel importante como dominio
de si y poder de atención, así como la
manera de hacerse consciente de lo que se hace, fundiendo la conciencia en el
movimiento realizado, en el objeto cogido y conjurando así la automatización. San Pablo va más lejos aún
al decir del cuerpo que es "tabernáculo del espíritu": más allá de las
envolturas físicos y psíquicos es un
cuerpo espiritual portador de las
huellas secretas que Dios ha depositado aquí.
No olvidemos que el cuerpo, agregado a los Estados de
conciencia, permite experimentar la vida
en su totalidad, lo que se requiere antes de empezar a desidentificarse. Se
sabe que los dioses de la mitología, estando
privados de cuerpos, también lo son de experiencias; lo que les valió una condición
de existencia menor que la condición
humana: no pueden alcanzar la liberación completa 4.
Cambiarse, es
también, a nivel mental, revisando su biblioteca, quitar ciertos libro
convertidos en inútiles para dejar.
1. El cristianismo ofrece una idea cercana cuando dice que
los ángeles están incondicionalmente sumidos en un estado de adoración que se
retira cualquier libertad, comenzando con por la de admitir o negar a Dios; lo
que hace, de alguna manera, inferiores a los hombres.
lugar a otros, o para no reemplazarlos, superar una serie de
aportaciones de la que nos ha saturado nuestra escolaridad, y que ,conformándonos
en cierto sentido, nos ha hecho extraños
o indiferentes a los valores en que se basa en nuestra decisión de cambiar. Ni
el sensualismo exacerbado de Gide, ni el
sexualismo básico de un Freud, ni el autoritarismo estático
de un Rousseau, ni el materialismo histórico de un Marx o, ni “el buen sentido " burgués de un Descartes, ni el chirriante escepticismo
de un Voltaire, ni el ateísmo fundamentalista de un Sartre, son de naturaleza
de orientar hacia la meditación de los
textos revelados, no más que a e hacer familiar el simbolismo del ritual, la polisemia de los mitos o el sentido de lo
Sagrado 5.
Pero para cambiar, lo primero y sobre todo es aprender a
conocerse mejor a la luz de los procedimientos psicológicos no reductores, poniéndose
para esto suficientemente al margen fuera de sí mismo, desidentificándose de lo
que se cree ser, para observarse con más precisión y desprendimiento, tratar de
llegar en si a un nivel de ser más auténtico, poseedor de soluciones a los problemas:
y a las neurosis que no dejan de asaltarle. Muchos recurren aquí a los sueños como modos de información sobre las
intenciones obscuras y los lineamientos del psiquismo; tantos escenarios o
paisajes interiores cuya interpretación puede ayudar también al descubrimiento
de valores tan preciosos como insospechadas.
Pero siempre , las conversaciones con un psicoterapeuta avisado, conectado a
una visión espiritual de la extensión humana contribuirán a aliviar las cargas
acumuladas, un revivir su infancia, su relación con el entorno, a despertar por
5. Como por un efecto de compensación milagrosa, parece que
algunos autores equivocados están recuperando
de alguna manera portal otra
parte de su trabajo. Lo que salva a Gide es el clasicismo o la poesía de su
estilo.( Nourritures terrestres), Rousseau, su evasión casi místico en la
naturaleza (Les Rêveries), Voltaire, la amable ligereza de sus Chantes,
Descartes mismo, su visión iluminativa de un modelo matemático de donde ha salido la
cual entre otros el sistema de
coordenadas ha sido comparado a un mandala .
necesidad terapéutica de acontecimientos dolorosos y
encajados. Los miedos, que tienen como denominador común el de la muerte, demandarán
ser analizados exhaustivamente en su origen y su manifestación, desactivados de
su magia destructiva. Las emociones
negativas tienen que ser revividas, examinadas en su desarrollo, resueltas y superadas.
*
* *
Entre las numerosas vías analíticas, la de Carl Gustav Jung se
parece con mucho más susceptible de retenernos, mientras que se ha estado mucho
tiempo obstinado en tenerla al margen,
alegando que ella supera el simple racionalismo, relativiza el dogma de la
sexualidad y se extravía, estimaba Freud, en la "Flor de vaso negra de... el
ocultismo", en realidad, porque no
hace solamente descender al analizado en
su inconsciente, sino que le ayuda y luego
a remontar a lo que se asemeja mucho a un plano espiritual ,incluso si Jung,
queriéndose científico, permanece prudente con este tipo de terminología 6.
A decir verdad, las referencias jungianas tanto a las
alquimias egipcia, latín, persas, cristiana
como al taoísmo extremo-oriental -aunque ambos ofrecen muchas analogía- garantizan de entrada a este método jugar en una dimensión infinitamente superior a que las que limitan
el horizonte a tiene la omnipotencia de
la libido. Alquimia y Taoísmo tienen como finalidad la conciliación de los contrarios y es precisamente
también la que ha encontrado el análisis junguiano.
6. A decir verdad, aparte de Jung y sus seguidores
inmediatos, es sobre todo el nombre de Viktor Frankl el que se podría situar en la misma dirección. Frankl va a hasta explicar
la neurosis del hombre moderno por una "represión de lo espiritual”. La neurosis resultaría de la censura y el rechazo
de las aspiraciones superiores. El trabajo del terapeuta debe ayudar al
analizando a encontrarlas, a desbloquear la puerta donde desciende el
«supraconsciente», un término Jung recusa. Sin hacer referencia a una religión precisa,
-pero no era tal el propósito de
Frankl-, la meta propuesta es alcanzar valores positivos encontrando, entre otros ,
el sentido de la responsabilidad y de lo numinoso.
115
No es quizá inútil recordar sucintamente las claves
esenciales, liberadas de los pesados comentarios que se realizan demasiado a
menudo - ¿Jung no dice que es muy difícil
ser simple? -, o de informar a aquellos que, aún bastante
numerosos entre nosotros, desconocen aproximadamente
todo de la "psicología de las
profundidades.
Estas claves introducen en primer lugar a los dos ' tipos’ de individuos existentes, a las cuatro
'funciones' que les animan y a su doble sexualidad
El tipo extravertido, que caracteriza una actitud vuelta a
hacia el exterior, la prioridad dada a los acontecimientos y seres de afuera,
excesivamente desarrollado un sentido de lo "relacional", tendrá que
entrar más en sí mismo, reduciendo o evitando su tendencia a la dispersión, realizando
así un equilibrio más satisfactorio entre exterior e interior.
El tipo introvertido, que caracterizan una actitud de retiro hecha de extrema
prudencia o de excesiva timidez, un gusto exagerado de la soledad, una
concentración de la energía sobre factores subjetivos , tendrá por el
contrario, que salir más de sí mismo anudando relaciones externas,
realizando así el mismo equilibrio que el precedente, pero en sentido inverso.
Estos dos clases de individuos
tienen cada uno en diversos grados un 'yo
nº 1 ", en relación con el mundo ordinario, la máscara social o el persona
y un 'yo n º 2", conectado con el
mundo de los fenómenos profundos.
A las cuatro funciones corresponden la Sensación, que registra
los hechos exteriores o interiores por vías
irracionales y conecta con la vida de
los sentidos; el Pensamiento, que permite al yo consciente establecer un orden
racional y lógico entre los objetos; el Sentimiento que fija las jerarquías de
valores que oscilan entre el 'más' y el 'menos'. La Intuición, que percibe por
el intermediario del inconsciente.
La Sensación dice que algo existe. El Pensamiento revela que es. El Sentimiento dice si esto es agradable
o no. La intuición presenta de donde viene esos y hacia que tiende eso,
El trabajo analítico
consiste en rectificar, ponderar, compensar aquí, suprimir allí, segúnl las
dosis sutiles del 'arte de equilibrio', reduciendo la función dominante cuya hipertrofia
sofoca o elimina las otras, y favoreciendo el desarrollo de estas.
Conciliación será finalmente, a nivel del anima, entre el
hombre y su mujer interior en el origen de su sensibilidad, de su poder
creativo, de su imaginación; y a nivel del animus entre la mujer y su hombre interior. El
rechazo del anima en el hombre provoca rigidez, la unilateralidad, la violencia, como la rechazo del animus en las mujeres, la astucia, la
agresividad, los celos. Se habla entonces de anima negativa, de animus negativo.
La sombra es todo lo que es envidia, mentira, ira, orgullo,
avaricia, codicia, pulsiones, infantilismo. Esta sombra una vez controlada
evita echar sobre los otros
'proyecciones' que tenemos que integrar. Lo que reprochamos a los otros es en
primer lugar lo que tenemos que tomar
conciencia en nosotros.
En el proceso alquímico, el descubrimiento y la exploración
de la sombra está en la etapa inicial, el nigredo
– el reino del plomo, de la oscuridad,
de la pesadez-, un estado de desorientación, de "melancolía”, en el curso del cual caen las certezas y sus ilusiones sobre si
mismo y sobre los otros.
El Albedo que seguirá será la integración del
componente interior del otro sexo, anima o animus. Conduce a la "nupcia
interna". Jung escribió que durante esta segunda fase del proceso, "no
se debe más dejarse seducir por los contrarios.
El rubedo verá la
realización del oro, de la ' piedra filosofal: que reúne en ella todos los
opuestos; identificado al Sí, el hombre realizado integra el consciente y el
inconsciente. Será el sacrificio de lo
que nos pertenece, ante todo el yo. Lo permite al Si penetrar en nosotros y así pasar
así del estado de inconsciencia a la conciencia.
A estos constituyentes de la extensión humana, conviene añadir
un inconsciente personal, formado de
contenidos individuales y un
inconsciente colectivo, formado por
contenidos comunes a todos los hombres de todas las épocas y permitiendo establecer la existencia de una humanidad de una
psique común a la humanidad. El proceso de individuación hace tomar consciencia
de los elementos del consciente personal
y de conducir a una totalidad psíquica
determinada, fuerte y resistente, una personalidad madura capaz de elegir su
propio camino y mantenerse fiel a su propia ley interior.
Pero porque la individuación lleva igualmente a la
conciencia, a través de sueños en particular, los elementos del inconsciente
colectivo que conecta a los seres humanos entre ellos, "La individuación, escribe
Jung, es la unificación con sí mismo y al mismo tiempo con la humanidad que se
es igualmente”. Es decir que la individuación no es en absoluto individualismo. Si este proceso pudiera
desarrollarse, se aproximaría singularmente a una comprensión mutua, a una
verdadera tolerancia; se encontrarían las soluciones a los problemas donde se
afrontan los hombres. Desgraciadamente, la
mayor parte quieren su servidumbre, prefiere la facilidad y detestan todo esfuerzo sobre sí
La culminación del proceso de individuación es la realización
de Si, no sin duda el Si inherentemente
espiritual y sinónimo de ciertas formulaciones oriental de Dios - como el atman
en el hinduismo-, sino el Sí en tanto
que unidad de la psique tomada en sus
componentes reconciliados. El Si designa un equilibrio entre el hombre y el anima, la mujer y el animus, entre la extra – y la introversión, entre las
cuatro funciones. Es un centro ideal entre el yo consciente y el inconsciente
equivalente a la expresión maximal de la
individualidad en la totalidad de cumplimiento.
Para el occidental, el Si es Cristo, el arquetipo del héroe que representa la máxima aspiración del hombre.
Aunque a veces se
tiene la impresión de que el Si junguiano
no sea fundamentalmente diferente del Si metafísico. ¿Nicolás de Cusa no ha
escrito de la divinidad era precisamente
la coincidentia oppositorum y Jung
mismo, que, a lo largo de su vida, ha variado el significado de la palabra y ha
matizado o enriquecido, no terminó por decir que el Si era "una especie de Dios en
nosotros", una realidad arquetípica Transpersonal?
El encaminamiento hacia el Si apunta diversos 'signos', como sueños arquetípicos o
premonitorias, los oráculos del Yi King,
las sincronicidades, combinaciones de eventos, Interiores y exteriores donde el
vínculo de causa y efecto se encuentra reemplazado por una simultaneidad que excluyen toda causalidad. Existiría
un factor formal acausal , precediendo
toda actividad consciente. Jung le dio
el nombre de "saber absoluto", porque es independiente de nuestra
conciencia y nuestros sentidos. Lo que confiere un carácter impresionante y numinoso
a los fenómenos sincrónicos es que en
ellos la dualidad del alma individual la materia circundante parece abolida.
Parecen venir de otro plano de existencia, Jung, tras de la edad media, llama
el unus mundus.
Es interesante notar que, como la física cuántica observa
una complementariedad entre las ondas y las partículas, la psicología de las
profundidades establece uno entre el contenido de la conciencia y los del inconsciente. "Además, ciertos indicios muestra
que la energía física y psíquica podría ser dos aspectos de una sola cosa y misma
cosa, el mundo de la materia apareciendo
como una especie de reflejo del mundo del espíritu, e inversamente 7
7. Ver Marie-Louise von Franz, Nombre et
Temps, Psychologie des profondeurs et physique moderne, La Fontaine de pierre,
1978.
Si el papel del inconsciente es esencial en Jung, el de la
conciencia revivificada por el trabajo sobre sí distingue al ser humano de todas las otras
criaturas. Mucho más, el hombre individuado vuelto consciente de sí misma,
rinde el servicio a Dios de hacerle a si
mismo consciente de su creación. Lo que condujo a Jung a admitir que "la criatura sobrepasa al Creador por
poco, pero un poco decisivo"; no
siendo este "poco otra cosa que la consciencia.
En cuanto a la
cuestión del 'mal', Jung adopta un punto de vista también original y que los
teólogos no han comprendido y aprobado siempre. Para Jung, el 'mal' es parte de
Dios por la razón de que "fuera de Dios, no hay nada. Satanás no opone a
Dios; es la sombra.
Integrando solamente el lado luminoso, positivo, de Dios, no
obstante que el Anticristo encarna el lado oscuro y negativo, el cristianismo
ha contribuido al desarrollo del dualismo occidental. Toda la crisis actual de nuestra civilización emana
de ahí.
Jung nunca deseé por eso el fin del cristianismo. Por el
contrario, "solo, escribió, los insensatos poco previsores socavan el dogma cristiano, pero no los
amantes del alma”. Y de hecho el análisis
jungiano ha permitido a muchos seres que estaban lejos de su religión retornar
a ella.
Si Dios es amor, dice Jung, se debe entender que este amor
trasciende la polaridad del 'bien ' y del
'mal' tal como los hombres los entienden".
8.Entre los muchos trabajos donde Jung trató con la
espiritualidad, citamos : Ma vie. Souvenirs, êves
et pensées, Gallimard, 1966, et Folio, 1991; Psychologie et religion,
Buchet-Chastel, 1958; Réponse à Jab, Buchet -Chastel, 1964; Afan. Études sur la
phénoménologie du Soi, Albin Michel, 1983.. Ver sobre el mismo tema, entre
otros, Marie-Louise von Franz: C. G.Jung. Son mythe e/l notre temps,
Buchet-Chastel, 1975; Michel Cazenave: Jung. Le divin dans l'homme, Albin
Michel, 1999; Ysé Tardan-Masquelier: Jung et la question du sacré, Albin
Michel, 1998.
Conociéndose mejor,
sin duda se pone a sí mismo en un lugar más justo, menos que el que se concedería sin
disgusto, pero tal vez también, menos falsamente modesto. Una vez emprendido ciertos
despejes, se comienza a vislumbrar que los individuos no son quizá lo que se imaginaba, que se
acribillaba de proyecciones; a
comprender también que debe haber un sentido de la vida: aparece la
emergencia de para que se está hecho,
que corresponde a nuestra vocación, a nuestro "mito personal". Desde
que se ha encontrado así, que se ha tomado medida de si y de sus posibilidades,
un cierto desarrollo, primera condición de la felicidad, ya no pertenece más al
único dominio de lo hipotético. Toda neurosis nace principalmente de inadecuación
de nuestra naturaleza profunda y de la actividad
- o de la sociedad – a la cual se está
condenado, para la cual no se está hecho. Encontrar el sentido de su vida será sentirse en armonía con lo que se hace dentro de una comunidad
que nunca nos corresponderá, pero que se la considerará en adelante con otra
mirada.
Habiendo modificado en efecto nuestra actitud hacia
nosotros mismos , esta se modifica necesariamente hacia los demás. Más objetivo a
su propia consideración, se los ve también más objetivamente, sin levantar entre ellos y entre
sí consideraciones anecdóticas,
sentimentales o pasionales, las restricciones y los errores que falsean los
datos, privan a la lucidez sus posibilidades de ver claro. La oración de Cristo,
que pide no juzgar, retoma aquí todo su
valor.
Pero porque se le
juzga sin embargo, y no se pueden impedirlo, conviene no juzgar demasiado rápido o demasiado mal. Un
espíritu de discriminación suficientemente ejercitado da más oportunidad al juzgador de equivocarse menos totalmente. Se
discernirá también rápido en el otro sus
límites, sus insuficiencias, sus contradicciones; Pero simultáneamente, y
porque se ha aplicado a localizar las suyas, se sabrá apreciarle más
exactamente. Por poco significante que pueda ser, se sabrá que hay no individuo
que no tenga que enseñarnos algo. Aparecerá
incluso en su irremplazable unicidad, el
que, por el solo hecho de que esté
encarnado en el reino humano, guarda en él, esté inconsciente (o furioso!), alguna
cosa que no puede ni ver, ni nombrar, ni definir precisamente, pero que le hace
ser él, y ningún otro. En tanto que tal, ese, ante nosotros, es infinitamente
digno de consideración: es, potencialmente al menos, capaz de individuación, de
una realización espiritual; capax Dei.
La adquisición del respeto de si por el conocimiento de si implica el respeto por el otro, cualquiera
que sea.
Extendido a un número creciente de personas, este estilo de
relación no puede, o no podrá más que limpiar la atmósfera, elevar el nivel
general, hacer obra civilizadora. No hay que soñar con una hermandad universal;
"está permitido por lo menos concebir unos conjuntos de relaciones
privilegiadas, porque uno nunca está totalmente solo en el mundo, contrariamente
a lo que cree 9.
La transformación interna tiene una segunda consecuencia: el
cambio en la consideración de las circunstancias.
No viéndose más , no más que los otras, con la misma mirada,
no posible no ver con la misma mirada los acontecimientos que acompañan el devenir individual y colectivo. Se adquiere al
respecto un distanciamiento que hace que se está menos afectada, que se estime menos
concernido. No es indiferencia, ni insensibilidad: no pueden no portarse como más espontáneamente para el alivio del
sufrimiento. Pero no se deja actuar por
el evento; o por lo menos, en un menor grado. Más bien que sufrirlo encontrándose
9. Como dice el Yi Kng,
Hexagrama 45, "El encuentro": «las fuerzas secretas están en el
trabajo que llevan juntos los que los poseen afinidades [...] Allí donde
existen relaciones interiores, no son necesarias grandes preparaciones o formalidades. Se entiende inmediatamente que
la divinidad acepta con simpatía una
pequeña oferta, si viene desde el corazón. »
abrumado, se esfuerza por 'pasar a través' sabiendo, si él es
intenso, que incluso su intensidad acortará su duración; si es doloroso, que
comporta una parte purificadora o beneficiosa, aunque aún no sea perceptible; Si es feliz, que sucede también ,
emboscada en la felicidad, una inevitable
alteración, una alternancia futura que puede conducir a un retorno total. Toda vida no es otra cosa que un juego pendular. En
todo fracaso reside una oportunidad de
éxito; en toda alegría debe permanecer
un fondo de inquietud moderadora "No queremos comprender, cuenta Jung, que
lo mejor siempre es siempre compensado por lo peor. 10
En esta época de penuria de maestros espirituales, tal hecho sobrevenido
puede tener valor ' enseñante, de puesta a prueba, tomar el lugar de fermento
del despertar, desarrollar esta intuición que permite leer entre líneas el acontecimiento,
como en las palmas el destino . El curso golpeado o sinuoso de la vida se
compone de estos hechos de sentidos
anodinos o pesado, agradables o
trágicos, que se cesa entonces de tomar
al pie de la letra para descifrar las intenciones discretas, reemplazarlos por
una lógica que no es lógica humana sino la de un infinito, que en tanto infinito, contiene en
sus reservas todas las lógicas posibles, incluso la más desconcertantes. Sin
embargo es preciso no olvidar que ninguno de los acontecimientos que sobrevienen
a un ser es fortuita, sino que la configuración
inconsciente - otros dirán astrológica – de este ser prepara, segrega,
atrae tal acontecimiento más bien que
otro.
El cambio interno con que contamos no permite sin duda evitar la periódica “ masacre de los inocente”;
Pero puede influir positivamente sobre el curso de tal circunstancia. Es casi seguro
que un pueblo
10. El Yi King, Hexagrama 11, 'La Paz': ' Ningún llano que no esté seguido de una cuesta, ni ir sin retorno’. El secreto de
una cierta igualdad, que es la del
sabio, está todo entera en esta actitud de prudencia y de vigilancia.
embrutecido de histeria colectiva en los juegos de circo de fines del Imperio escogerá seguramente
un jefe paranoico y sanguinario, de la misma forma que un anacoreta practicando
ayuno y castidad tendrá oportunidad, más que un borracho o un libertino,
de llegar a centenario. Lo que puede ser
al menos seguro, es que cada esfuerzo termina con una ganancia; toda hora de silencio en el corazón de la ciudad planta
un oasis en su horno.
El cambio interno tiene como primer efecto que la agudeza traída sobre sí ,abre paradójicamente en una visión de conjunto. El
bien que se hace a si mismo afecta a los otros; la atención que se otorga hace que
se vuelva atento a otro, que puede
ayudarlo en la medida en que uno se ayuda a sí mismo , no volviéndose disponible
a sus sufrimiento más que la medida ha
sabido resolver los suyos propios, que se puede ' amar a su prójimo porque se ha comenzado ,
aprendiendo a conocerse, a amarse tal como se es, no de una manera narcisista e idólatra, sino tomando medida
objetiva de si y descubriendo a la vez sus cualidades y sus límites. Es evidente que
nuestro primer «prójimo», es nosotros mismos.
Porque toda la humanidad se encuentra en cada hombre, se
descubre menos el otro que se le reconoce. Discerniendo estas similitudes y
diferencias que nos acercan a él o nos distinguen,
se encuentra en situación de dirigirle la frase que iluminará, la simple risa
que desatará el nudo gordiano que una
espada no habría podido cortar.
Por último, quienes aspiran a este deseo de cambio sin tomarse
por eso como iniciados superiores, elegidos,, encargados o
profetas, estiman que en una crisis de
la civilización como la que conocemos, las
soluciones no podrían ser de orden político, financiero, militar, económico:
los hechos demuestran vanidad de este tipo de acumulaciones, y que, frente a la
ley cíclica que, pronto o tarde, hará que se colapse el coloso, la única fuerza real susceptible de iniciar una
recuperación reside en la prioridad dada
al interior. Es una verdad establecida que cualquier final oculta un comienzo, todar
crisis, un desenlace, toda desesperación, esperanza. El verdadero cambio consiste en decir sí a esta esperanza.
*
* *
Puesto que este cambio, de orden sobre todo psicológico,
como hemos visto hasta aquí, no se limita a él: él se sabe una prolongación espiritual.
Encuentra su consagración en su más allá. Tal como lo hemos presentado, no
designa aún más que una parte del recorrido. Es un prerrequisito, pero indispensable,
un preámbulo, una puesta en orden inicial para que sea posible a continuación construir
sobre sólido. Este cambio es la antesala
del verdadero cambio, el cual es retorno; un retorno que el método jungiano ha hecho más que entrever en estos avances últimos hacia un
Sí que ha podido parecernos por momentos trascenderse el mismo en la dirección del otro Sí.
¿El cambio ha hecho que esté alejado del mundo para protegerse, sufrir
menos? –El retorno permitirá retornar hacia
el mundo sin ser más afectado de allí, aunque sea en los peores tumultos. ¿El retorno
nos ha hecho prevenirnos contra las agresiones y las dispersiones devoradoras de energía? –El
retorno nos pondrá a la "escucha del silencio, nos conectará a lo
inmutable. ¿ El cambio nos ha hecho pasar por fases de abatimiento y
exaltación, por la nostalgia de una perfección y voluntad de perseverar? –El
retorno dejará tras él estas dualidades, privilegiará el soltar presa, y rindiéndonos a nuestra alma de
niño, nos hará descubrir lo maravilloso en lo cotidiano. ¿El cambio nos hecho
pasar del yo al otro? -El retorno nos hará pasar del otro al 'Todo Otro’. ¿El
cambio nos ha hecho apoyarnos sobre la fe como un conjunto de creencias a las cuales
adherir libremente, pero aún privada de pruebas? –El retorno verificará e integrará lo bien fundado y nos hará sobrepasar la "fe” por el “conocimiento”. ¿El cambio nos ha hecho alejarnos del infantilismo para acercarnos a la edad
adulta? –El retorno nos hará abandonar la edad adulta para alcanzar la Sin edad.
¿El cambio nos hace cambiar una figura por
una cara? –El retorno nos devolver la “cara de antes del nacimiento”.
Las cosas no son sin duda tan netamente distintas en
realidad. Entre el cambio, dinamización de la torpeza, y el retorno, expansión
del recogimiento, incesantes interferencias difuminan las fronteras, establecen sinergias. Tal como se puede definir, sin embargo, el retorno
se traducirá en el retorno de un número
de valores salvadores, exactamente de la misma manera como la ausencia de todo cambio lleva implica la oleada de las fuerzas
destructivas.
En la hora que las últimas barreras morales son cada vez
menos capaces de mantener los vestigios de una vida soportable y en la ausencia
de cualquier voluntad de cambio en la
mayoría, no se pueden asistir más que un
retorno por abajo, el de las fuerzas Chtónicas,
lo de todo que ningún pasado había querido,
como portador de poluciones naturales, psíquicas y mentales, degradando la naturaleza de las relaciones humanas, instaurando
la revolución permanente o poniendo la anarquía como principio de
comportamiento y de la violencia como modo de vida, sobresaliendo en el arte de suscitar
problemas, creando nuevas religiones – las del rendimiento, del dinero, del cinismo-,
imponiendo el equilibrio del terror o un
laxismo basculando todo límite como atentatorio a la libertad;
reduciendo la creación a la
productividad, la emulación a la concurrencia,
la persona a la matrícula, lo permanente a lo impermanente, favoreciendo
el acceso de los hábiles y de los impostores
tomados por sabios , y
aprovechando , para establecerse , de la retirada de los de los últimos hombres
de mérito y de talento, que, como los antiguos romanos prefieren, moralmente
por lo menos, abrirse las venas, que pactar con lo innombrable 11.
Si el cambio constituye lo que frena tal abominación, el
retorno prepara un retorno por lo alto: el de los valores no tradicionalistas (la palabra
quedaría sujeta a caución), sino eternos, es decir, válidos para los hombres de
todos los tiempos y todos los países; el retorno de los principios metafísicos que han
inspirado el contenido de la sabidurías más elaboradas, afectados con el sello
de lo universal; el retorno de los diferentes simbólicos en vigor por todas
partes, y uno de los ejes de la verdad que, más allá de las costumbres locales,
las creencias relativas , opiniones particulares, se refieren a estructuras
comunes del conjunto de las tradiciones: la naturaleza cíclica del tiempo, la
tripartición de la extensión humana, la correspondencia
macrocosmos-microcosmos, el determinismo kármico y los medios de escapar a él,
la existencia personal de un devenir póstumo.
Allí donde cotorrea la oralidad de abajo, que hace que todo el mundo
hable para no decir nada más que error, un
tal retorno es el de la oralidad de
arriba, que transmite secretos esenciales y que, a la "lengua de trapo”,
reemplaza la “boca de oro". Allí donde extiende el silencio de la
esterilidad y la indigencia interna, el retorno
devuelve el silencio-que sabe, el que
fluye detrás de silencio ignorante. Donde se excita la sensación epidérmica,
este retorno pone el sentimiento, que no es sentimentalismo sino afectividad y cordialidad calurosa; donde
reina la mentalización abstracta de
las simetrías matemáticas
11. El Evangelio nos recuerda que un profeta es despreciado
en su patria "(Mateo, XIV, 57) y que" [Jerusalén mata a los
profetas." (Mateo XXIII, 37); ¿A que hace eco, por citarlo una vez más, el Yi King, Hexagrama 12, 'El estancamiento':
"En tiempos de problemas, el hombre noble prefiere retirarse en secreto y
evita comprometer con hombres vulgares". Pero también puede valer la pena hacerse matar por la causa en la cual se cree, oponerse con
los medios disponibles a lo que se juzga inaceptable.
, pone la intuición supramental donde ser y saber son uno.
Donde se embrollan y se invierten las
edades de la vida, se desarrolla armoniosamente las cuatro estaciones y sus respectivas
actividades. Donde están en su apogeo las Saturnales de la inestabilidad, hace vivir el instante presente como la única realidad, de
donde contar como cadáveres todos los instantes que son más, y como simples posibles, los de tiempos venideros.
A medida que se eleva el que intenta retomar una realización espiritual, una toma de conciencia nace lentamente en él. Se sabe
hasta allí portador de un nombre: el de una identidad recibida en su
nacimiento y la de su pertenencia a la especie humana; constituida
uniformemente: un cuerpo, un mental y un alma, fuente de un carácter y una
individualidad específica. Este nombre le hace existir, esta forma le hace
devenir. Pero él descubre en el presente que está constituido también - y sobre
todo – de un principio, que hace ser; un principio personal, pero incluido en
un principio trascendental de la misma naturaleza, y del que no está en
absoluto separado. Es en la dirección de este estado principial que marcha en
lo sucesivo, consciente de que identificándose a él, encontrará, de grado en
grado, sin que cese la ascensión, su realización. Se podría citar este
leitmotiv patrístico: "no hay más que una manera de conocer, es tender sin
reposo más allá de lo conocido” 12.
Mientras que el nombre y la forma, diferentes para cada ser,
hacen cada ser único, el principio,
común a todos los seres humanos, hace que todos sean uno. Si el paso del caos
al orden, o de la pluralidad a la unicidad,
resume todo el proceso psicológico, el paso de la unicidad a la unidad resume todo
el proceso espiritual, el de la metanoia.
El que se haya comprometido totalmente
habrá cumplido la misión cuya vocación
12.Cotejar Gregorio de Nisa, Homilía sobre el cantar de los
Cantares .
8: "El que sube nunca para, yendo de comienzos en
comienzos que nunca tienen fin."
de ser humano le había encargado. Habrá restaurado en su centro esta plena coherencia y estas
justas luces que se fundan el más alto cumplimiento que el hombre puede
alcanzar.
Sin duda, si muchos candidatos al análisis se presentan a
los vestíbulos de los psicólogos, mucho menos están llamando a las puertas del
cielo y " de 10 mil" de entre esos ", “ uno solo, dijo Isaac el
sirio, se ve favorecida por la oración perpetua» 13.
Pero ¿qué pasa con los otros? Estos no habrán perdido su tiempo, si es verdad que ningún esfuerzo, incluso ínfimo, es inútil, que toda acción o pensamiento bueno lleva fruto, y que
el Señor da cien pasos hacia el que da uno hacia Él.
Contrariamente a lo se tiene demasiada tendencia a creer, lo
espiritual no se tiene únicamente en majestad en las alturas inaccesibles; concierne
a todo ser que, provisto de aptitudes normales, ha tenido la suerte de encarnarse
en la condición humana, ll única donde
es posible transformarse, purificarse, realizarse por un cambio de consciencia, e incluso de crear
conciencia.
Como el sufí que lo simboliza, lo espiritual está en todas
partes, hasta e incluyendo las bajas regiones
de este mundo y en los modos de vida que ahora son hoy día los nuestros, hay
espiritualidad en los gestos de la vida cotidiana, con tal que se sea consciente y cesen entonces de ser automático
como los de los animales. Hay espiritualidad en el tratamiento de lo que pasa por detalles insignificantes, y que en
realidad encubre un motivo de sacralización: el uso de una vestimenta modesta,
pero lleno de belleza y de dignidad, la elección de los alimentos y la manera de
alimentarse, la preocupación por recogerse en la oración y la meditación.
Lejos de los dogmas afectados, las pesadas arquitecturas
doctrinales, el vuelo de un pájaro, el viento en los trigos, la mano del
moribundo
13 Lo cual asemeja al Bhagavad-Gfta, VII, 3: " de miles de
hombres, uno se esfuerza la perfección; "entre aquellos que esfuerzan y lo
conseguimos, uno solo quizá Me conoce verdaderamente.
''
que sostiene una mano amiga, una palabra de niño, el destello de una
sonrisa, la serenidad de un rostro, todo lleva
a, quien sabe leer, la huella, el afloramiento, el recuerdo alusiva de
la presencia del espíritu; todo revela o traiciona una inesperada transparencia
que se trata solo de rodear, de sorprender. A partir incluso del mundo profano,
un pintor como de Vermeer muestra el ejemplo, que logra convencernos y
emocionarnos, de la plenitud incluida en lo nada de particular: el objeto usual,
el gesto banal de leer una carta, la sirvients "de corazón simple",
pero de una tal profundidad trás de su
insignificancia. ...
Está allí no estar no muy alejado de la "pequeña vía"
de algunos místicos, de una Santa Teresa de Lisieux obrando en el no - obrar, ubicarse en total ausencia de austeridades sobrehumanas, de
poderes milagrosos, de visiones extáticas, en el corazón mismo de la pobreza más integral. La increíble
intuición de "pequeña Teresa fue que aunque ella lo ignoraba todo sobre la Edad crepuscular y las insuficiencias
de su contemporáneo el hombre ,del debilitamiento de su energía, de su poca familiaridad con lo sagrado, haber
comprendido no obstante que le estaban prohibidas los heroicos ascetismo, y que la solución residía
en lo simple, esta forma inadvertida de despojamiento interior, este ideal de
lo indispensable dispensando de todo el resto 14.
Ritualizar su vida puede hacerse a partir los detalles de la existencia material. Esto
es ya prepararse para vivir
verticalmente: barrer siendo consciente de su movimiento, mover con respeto una silla sin chocar con la pared, cerrar la puerta sin golpearla,
"Lavar su plato", dicen los budistas.
14 Ver Éloge du simple , Raimon Panikkar,
Albin Michel, 1.995. El autor, que no ve en el monaquismo el único "monopolio de los monjes, propone a todo
hombre amante de la vida interior nueve
principios fundadores: la apertura a aspiración primordial, la primacía del ser
sobre el tener y el hacer, la del
silencio sobre la palabra, el redescubrimiento de la Madre Terra ,la superación
del espacio-tiempo, la conciencia transhistóricas, la plenitud de la persona
más allá del individuo, la primacía lo sagrado, la memoria de lo absoluto.
Soñemos con que cuidado
los antiguos calígrafos recopilaban las Escrituras , consagrando varios días
al trazado de una sola letra. Tantos actos discretos, anodinos, en apariencia insignificantes actos,
suponiendo sin embargo atención, memoria, vigilancia, precaución, autocontrol y
sobre todo, amor 15.
Lo que Dios espera de nosotros, había dicho ya San Francis
de Sales, es la “fidelidad a las cosas
pequeñas”. El Oriente no tiene un
lenguaje muy diferente. Cuando se preguntó a Joshou lo que era el Tao, contestó: "tu vida cotidiana”
y también se encontrarían en el Bhagavad Gita:" el que me ofrece con devoción una hoja, una flor,
fruta, agua, esta ofrenda de amor, viniendo de quien tiene una conciencia pura,
yo le he aceptado "(IX, 26) 16.»
*
* *
Que se encuentre sustentada en las épocas altas en la guía de un maestro espiritual, o, como
es el caso hoy día, por la relación con un psicoterapeuta, el conocimiento de sí ha sido siempre la condición de entrada en el conocimiento del
Sí. Este puede corresponder una deidad
impersonal buscada en las ' vías abruptas "- estoicismo, advaita, el
budismo-, o, como es generalmente el caso en la época actual, en un dios personal, el de las «vías húmedas», llenas de imágenes, devocional
- cristianismo, sufismo y bhakti-, inmerso con sus fieles servidores en una luz mística de abandono y de
adoración.
Todo el sentido, todo el secreto de la vida está ahí y muy
probablemente también, nuestra verdadera razón de ser. Psicólogo y metafísico
se encuentran reconciliados en esta
perspectiva.
15. Para volver a Jung, el autor de ”Mi vida” relata los módicos
trabajos a los que estaba comprometido al final de su existencia en Bollingen:
romper la madera, sacar agua,tallar piedras, cocinar.
16 Ir a la nota 9.
y resumen
perfectamente el todo de la condición humana.
Jung asegura: "es únicamente si yo sé que lo ilimitado es
lo esencial que no instale mi interés en
futilidades y en cosas que no tienen una importancia decisiva...". Si
comprendemos y sentimos que, ya en esta vida, estamos conectados al infinito, deseos y
actitudes se modifican. Finalmente no valemos más que por lo esencial , y si no
se ha encontrado acceso ahí, la vida se despilfarra".
Y Shankaracharya, por
su parte: "Si el Si no es conocido,
la vida es inútil". 17
17 Para ser completada por Shvetashvatara upanishad, 1, 12:
"Aparte de eso ( Dios), nada merece ser conocido".
JEAN BIÈS
ORIENTATIONS
SPIRITUELLES POUR UN TEMPS DE CRISE
D’un bon usage du
monde moderne
Pardes, 44 rue
Wilson, 77880 Grez-sur-Loing
Páginas 107-132
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