lunes, 13 de enero de 2014

Psicología (Jean Biès)


V. PSICOLOGÍA

 

La segunda mitad de la vida que inaugura la cuarentena ve una renovación importante y decisiva de las preocupaciones, centros de interés, las prioridades e introduce a otros dominios, que son la profundidad y la interioridad en donde se enraízan y se imponen  más fuertemente las grandes cuestiones.

Es a  este umbral que ha llegado el que nos acompaña. Es hora para él  de establecer los primeros balances, de hacer aprendizaje de su alma, de entrar en introspección lo que hará  tanto más cuanto que todos los ejes de búsqueda pueden serle ya conocidos, si no familiares y que se desapega naturalmente de numerosos aspectos exteriores de un mundo que pierde sus atractivos.

Un cierto esfuerzo sobre sí mismo, con su cortejo de toma de conciencia más amarga que gratificante, le permitirá en primer lugar alcanzará una 'individuación' que asegure equilibrio y madurez. Pero el análisis psicológico puede ser sólo un primer paso, pronto juzgado insuficiente. A menos de satisfacerse con lo incumplido, deseará pasar otro nivel, espiritual. Después de haber examinado los campos del inconsciente, descubrirá que el alma no es aún más que la planta baja del espíritu, y que después de haber aprendido a conocerse, queda por conocer el otro Si. 107

El CAMBIO PSICOLÓGICO:

UN PRELUDIO PARA EL RETORNO ESPIRITUAL

 

La fabricación de la existencia, a la que es prácticamente imposible escapar con tanto tiempo  como se está  inmerso en la "vida activa" – una vida activista, más bien, ya que ella prohíbe cualquier suspensión reparadora y esta acción por excelencia que es la  contemplación-, peroo también, la progresión geométrica de las solicitaciones que causan una estallido de la atención,  prohibiendo en consecuencia cualquier concentración y continuidad en el esfuerzo, la dispersión de las palabras y actos que van desde la simple distracción a la inconsecuencia más grave, las presiones de todo tipo, a comenzar por  la de los ocios organizado  y las diversiones obligatorias, la invasión de las máquinas que  automatizan los  gestos y destruyen la ritualidad, la exclusión de cualquier referencia a lo absoluto bajo  el pretexto que la creencia religiosa es asunto personal, lo que hace que no sea más asunto de la persona, he ahí  algunos de los éxitos que ya ha obtenido la contra-espiritualidad inherente al mundo moderno.

A pesar de la reducción de horas de trabajo y la facilitación del trabajo, las cosas están hechas de tal manera que se hace cada vez más difícil tener tiempo para sí mismos. Es preciso estar animado de una voluntad a toda prueba, una determinación heroica para mantener una simple cordialidad en las relaciones sociales, manteniendo su autonomía de adulto, poder recogerse, meditar y orar, encontrarse a sí mismo no para cultivar su neurosis egótica, sino para restaurar sus energías desechas, tender a lo profundo de su esencia.

En esta situación, muchos de los que pueden ser responsables por ellos mismos, vienen a desear, a proponer soluciones, cambios de orden político, sociales, moral, económicas, que, para algunos, sería limitaría a reformas puntuales, para otros, irían hasta trastornos  radicales. Pero viene a la mente de pocas personas que el verdadero cambio  es de una naturaleza completamente diferente y concierne no a los estratos periféricos del mundo exterior, sino a las zonas más profundas del mundo del que nos hemos ausentados, no las estructuras de una pseudo civilización, sino  el centro mismo del ser humano; bien  entendiendo que las manifestaciones y logros del fuera no son sólo más que las proyecciones de dentro, dependiendo de la naturaleza y la cualidad de este, exactamente de la misma manera que la escritura es el reflejo directo del carácter del escritor, como lo saben todos  los grafólogos.

Así como cualquier ciudad normalmente construida reproduce en su materialidad un mandala de figuras simétricamente ordenadas alrededor de un centro determinando las direcciones espaciales, del mismo modo, las instituciones del estado deben - o deberían - reproducir en su espíritu un mandala espiritual reunido alrededor de un eje vinculándolas a su modo - el arquetipo. Es exactamente lo mismo para esta ciudad que es el ser humano, el cual tiene necesidad, él también, de un gobierno interior 1.

No se trata aquí de persuadir a nadie de convertirse a principios: más que cualquier otro enfoque, lo 'espiritual' es el respeto por la libertad de los demás, el respeto por su grado madurez personal. Nada es más ajeno que el proselitismo, el activismo  conquistador, la necesidad de convencer y convertir a cualquier precio, que es el propio de lo "religiosos en su nivel más bajo '. No se trata en absoluto de una convocatoria, de una implementación,  sino una invitación. Invitar no es imponer, es convidar  a un cambio - lo que supone que  pueden existir otros. Sugerir, tal es en efecto la cortesía del corazón de cualquiera que obre sin segundas intenciones, sin ninguna ambición particular,

1 ¿Es preciso recordarte la comparación clásica, en el hinduismo, hombre (purusha) y la ciudad (pura).  

 o desean aportar reclutas a su empresa, a su grupo o su iglesia 2

Este cambio se quiere protesta silenciosa, pacífica pero determinada. Revela un margen  que, en un tiempo ' al derecho', sería centro y normalidad, un rechazo a dejarse destruir su propia existencia y la dignidad del ser humano, una voluntad de extraer lo  positivos de una situación negativa y de  fertilizarla eventualmente de aportes susceptibles de adaptación.

Mientras las circunstancias en las que nos encontramos dilapidan nuestras energías en una  agitación exacerbada, el cambio que reclamamos propone una justa  economía  y una mejor gestión  de nuestras fuerzas, un recurso regular a la distensión, una recursión, un aprendizaje de la contemplación.

¿Las circunstancias abundan en violencia y agresividad? -Este cambio se lo coge, los sublima, en efecto, por ejemplo, las artes marciales. ¿Nos relegan en los aspectos secundarios de la existencia y nos encierran

2. El Cristo ha  pedido a los apóstoles ir y convertir a las naciones. Es preciso acordarse del grado de degeneración del paganismo circundante. Nunca dijo  además que era preciso convertir por la fuerza, al filo de  la espada (ésta a  la cual hace alusión ilustra la idea de que su mensaje no dejará de aportar controversia y división entre los más unidos). Los mejores misioneros ciertamente siempre han sido los que, modesta y pocos en número, se han contentado con hacer bien ante los pueblos indígenas de África y Asia, trayéndoles a la conversión de una forma natural forma y sin ningún triunfalismo. El error ha podido ser catastrófico cuando los portadores de la feliz Nueva se alinearon con el peor comportamiento del colonialismo conquistador. No se ha olvidado en la India que en el siglo XIX, los ingleses autorizaron a los misioneros a romper a hachazos  la estatua de Krishna, correspondiente a Cristo para los hindúes. Es preciso saber también, en otro plano, que muchos misioneros llegaron a la conclusión de que si ciertos indios o chinos no tenían el nombre de Cristo, ellos vivían de alguna manera  y sin saberlo la doctrina. Sólo las recientes ofensivas del materialismo totalitario persiguiendo sistemáticamente a los creyentes fueron han podido justificar la urgente necesidad urgente de substraerles el más grande  el número de individuos.

en la red de condicionamientos? -Nos ayuda a tomar conciencia y restablecer el orden de prioridades, privilegiando en la exploración interna. ¿Nos obligan a una creciente complejidad, a cuantificación masiva? –Nos enseña a simplificar nuestro hábitat, nuestra comida y nuestra cotidianidad  y en plena existencia artificial, a substituir  esta reducción, que, solamente, permite al ser florecer y respirar. ¿Imponer una constante  exteriorización profesional, hecha  de dispersiones, inestabilidades, charlas  tan agotadoras como inútiles? -Preconiza alternar la alternancia entre la vida en el mundo y retiros, periodos de práctica donde encontrarse  con uno mismo, recuperar su equilibrio, introducirse en los flujos regenerantes de las corrientes cósmicas siempre disponibles en la naturaleza. ¿Favorecen ellas la infantilización, el asistencialismo social, el espíritu dimisionario? - Enseña a hacerse cargo , un desafío a ser responsable, a prever las consecuencias de sus actos. ¿Sistematizan los rigidez racional, la especialización abusiva, la fragmentación del conocimiento? –Privilegia además de la relajación mental, una visión sintética, totalizante, de las cosas.

El proyecto es de importancia, se dirá, reprochándole el permanecer vago y utópico. ¿Es vaga y poco realista a desear un poco más de calor humano, un poco menos de anonimato, no menos deberes que derechos? ¿Sólo ellos solamente vagos, solamente utópicos, estas pruebas de agricultura biológica de ecología espiritual, de redescubrimiento de la sacralidad de la tierra, de medicina holística, de  acompañando estos moribundos que, se ha podido decir, 'son nuestros maestros'? Estos ensayos de empresas y de  gestión humanística más allá de toda  mercantilización, de pedagogía activa, de la restauración de la belleza auténtica, como  la de los cantos y músicas

I Recordemos que la palabra sobreutilizada "stage "(etapa) proviene del latín stagium de la raíz ST – común a las lenguas  indoeuropea. Traduce la idea de 'estar encima' y como resultado, "extender”. Mismo valor en las palabras 'Estado', 'estabilidad', 'éxtasis', 'existencia', 'instante', 'estoicismo' (de stoa, "portiqus).  

tradicionales, o lectura de los mitos fundacionales aplicados a la curación del alma? Estas ensayos de reanimación de pueblos olvidados y oficios perdidos, la utilización de la energías naturales, disposiciones agenciadas  para una mejor calidad de vida, comenzando por la de la casa que en la edad del hierro, guarda memoria del paraíso del que ella sigue siendo un enclave privilegiado. A pesar de los  silencios concertados de una  información obtusa, estos ensayos no son todos simple folclore vacacional, nacen  por todas partes con fortunas diversas,   dando, todos, la espalda al crepúsculo impuesto.

Lo hemos hecho  presentir: primero que todo verdadero cambio es en primer lugar cambio de sí.

Primera prueba  ya de un cierto progreso interior, el hecho de dejar a incriminar a todos los que nos rodean, el  'mundo moderno', la 'civilización occidental', el diablo, hasta el gato del vecino. No hay que  negar la complicidad que conecta la época y los peores maleficios  que nos cerca y nos amenaza, no más, a hacerse cómplice de esta época relativizando la perversidad, excusando  las aberraciones, incluso exaltándolas, a falta de poderlas combatir . Pero es mucho más constructivo considera que comenzando por transformarse, los datos inmediatos de nuestras vidas comenzarán a transformarse también. Que si no cambian radicalmente, al menos los veremos desde un ángulo diferente que suavizando ciertas rugosidades, nos hará  aceptarlos mejor, y  detectar quizá  una utilidad para nosotros mismos, por poco que se admita - y es un hecho de evidencia - que todo polo negativo contiene y revela, tarde o temprano una positividad insospechada, imprevisible. Cambiar, es cambiarse. Y  cambiarse será en primer lugar cambiar su mirada sobre los seres  y las cosas.

Cambiarse, es también aprender a  hacer más amplio conocimiento  con este compañero de ruta que es nuestro cuerpo, este instrumento de trabajo sin el cual nada puede hacerse, y vehículo  del espíritu que inscribe las trazas  a través de los ritos que le dan forma al mismo, lo  transforman. Es aprender a ser más consciente de los elementos que lo componen, para dominar su voz, sus impulsos, la facilidad y flexibilidad que afectan las maneras de estirar, para adquirir un mejor asiento. Es aprender el arte del bien respirar, la base de todo el trabajo, como testimonian  todas las tradiciones, donde la inspiración consiste en recibir el favor de la vida en una actitud de consentimiento y de reconocimiento al Querer supremo , mientras  que la expiración es abandono y don, retorno al cosmos, muerte a sí. Karlfried von Dürckheim  ha distinguido entre el "cuerpo que se tiene" (la envoltura de alimentaria) y "el cuerpo que se  es” (la envoltura sutil); habla de los modos de transición de uno a otro, o la técnica del gesto controlado - este rito en potencia, no todavía bastante adulto - desempeña un papel importante como dominio de si  y poder de atención, así como la manera de hacerse consciente de lo que se hace, fundiendo la conciencia en el movimiento realizado, en el objeto cogido y conjurando así  la automatización. San Pablo va más lejos aún al decir del cuerpo que es "tabernáculo del espíritu": más allá de las envolturas  físicos y psíquicos es un cuerpo espiritual  portador de las huellas secretas que Dios ha depositado aquí.

No olvidemos que el cuerpo, agregado a los Estados de conciencia, permite  experimentar la vida en su totalidad, lo que se requiere antes de empezar a desidentificarse. Se sabe que  los dioses de la mitología, estando  privados de cuerpos, también lo son de  experiencias; lo que les valió una condición de existencia  menor que la condición humana: no pueden alcanzar la liberación completa 4.

Cambiarse,  es también, a nivel mental, revisando su biblioteca, quitar ciertos libro convertidos en inútiles para dejar.

1. El cristianismo ofrece una idea cercana cuando dice que los ángeles están incondicionalmente sumidos en un estado de adoración que se retira cualquier libertad, comenzando con por la de admitir o negar a Dios; lo que hace, de alguna manera, inferiores a los hombres.

lugar a otros, o para no reemplazarlos, superar una serie de aportaciones de la que nos ha saturado nuestra escolaridad, y que ,conformándonos en cierto sentido, nos ha hecho  extraños o indiferentes a los valores en que se basa en nuestra decisión de cambiar. Ni el sensualismo  exacerbado de Gide, ni el  sexualismo  básico de un Freud, ni el autoritarismo estático de un Rousseau, ni el materialismo histórico de un Marx o, ni “el buen sentido  " burgués  de un Descartes, ni el chirriante escepticismo de un Voltaire, ni el ateísmo fundamentalista de un Sartre, son de naturaleza de orientar  hacia la meditación de los textos revelados, no más que a e hacer familiar el simbolismo del ritual, la  polisemia de los mitos o el sentido de lo Sagrado 5.

Pero para cambiar, lo primero y sobre todo es aprender a conocerse mejor a la luz de los procedimientos psicológicos no reductores, poniéndose para esto suficientemente al margen fuera de sí mismo, desidentificándose de lo que se cree ser, para observarse con más precisión y desprendimiento, tratar de llegar en si a un nivel de ser más auténtico, poseedor de soluciones a los problemas: y a las neurosis que no dejan de asaltarle. Muchos recurren aquí a los  sueños como modos de información sobre las intenciones obscuras y los lineamientos del psiquismo; tantos escenarios o paisajes interiores cuya interpretación puede ayudar también al descubrimiento de  valores tan preciosos como insospechadas. Pero siempre , las conversaciones con un psicoterapeuta avisado, conectado a una visión espiritual de la extensión humana contribuirán a aliviar las cargas acumuladas, un revivir su infancia, su relación con el entorno, a despertar por

5. Como por un efecto de compensación milagrosa, parece que algunos autores equivocados están recuperando  de alguna manera portal  otra parte de su trabajo. Lo que salva a Gide es el clasicismo o la poesía de su estilo.( Nourritures terrestres), Rousseau, su evasión casi místico en la naturaleza (Les Rêveries), Voltaire, la amable ligereza de sus Chantes, Descartes mismo, su visión iluminativa  de un modelo matemático de donde ha salido la cual entre otros  el sistema de coordenadas ha sido comparado a un mandala .

necesidad terapéutica de acontecimientos dolorosos y encajados. Los miedos, que tienen como denominador común el de la muerte, demandarán ser analizados exhaustivamente en su origen y su manifestación, desactivados de  su magia destructiva. Las emociones negativas tienen que ser revividas, examinadas  en su desarrollo, resueltas y superadas.

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Entre las numerosas  vías analíticas, la de Carl Gustav Jung se parece con mucho más susceptible de retenernos, mientras que se ha estado mucho tiempo obstinado en tenerla  al margen, alegando que ella supera el simple racionalismo, relativiza el dogma de la sexualidad y se extravía, estimaba Freud, en la "Flor de vaso negra de... el ocultismo", en realidad, porque  no hace solamente descender al  analizado en su inconsciente, sino que le ayuda y luego  a remontar a lo que se asemeja mucho a un plano espiritual ,incluso si Jung, queriéndose científico, permanece prudente con este tipo de terminología 6.

A decir verdad, las referencias jungianas tanto a las alquimias  egipcia, latín, persas, cristiana como al taoísmo extremo-oriental -aunque ambos ofrecen muchas analogía-  garantizan de entrada a este método jugar  en una dimensión  infinitamente superior a que las que limitan el  horizonte a tiene la omnipotencia de la libido. Alquimia y Taoísmo tienen como finalidad  la conciliación de los contrarios y es precisamente también la que ha encontrado el análisis junguiano.

6. A decir verdad, aparte de Jung y sus seguidores inmediatos, es sobre todo el nombre de Viktor Frankl el que se  podría situar  en la misma dirección. Frankl va a hasta explicar la neurosis del hombre moderno por una "represión de lo espiritual”. La  neurosis resultaría de la censura y el rechazo de las aspiraciones superiores. El trabajo del terapeuta debe ayudar al analizando a encontrarlas, a desbloquear la puerta donde desciende el «supraconsciente», un término Jung recusa. Sin hacer referencia a una religión precisa, -pero  no era tal el propósito de Frankl-, la meta propuesta es alcanzar  valores positivos encontrando, entre otros , el sentido de la responsabilidad y de lo  numinoso.

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  No es quizá  inútil recordar sucintamente las claves esenciales, liberadas de los pesados  comentarios que se realizan demasiado a menudo  - ¿Jung no dice que es muy difícil ser  simple? -, o de  informar a aquellos que, aún bastante numerosos  entre nosotros, desconocen aproximadamente todo de  la "psicología de las profundidades.

Estas claves introducen en primer lugar a los dos ' tipos’  de individuos existentes, a las cuatro 'funciones' que les animan y a su doble sexualidad

El tipo extravertido, que caracteriza una actitud vuelta a hacia el exterior, la prioridad dada a los acontecimientos y seres de afuera, excesivamente desarrollado un sentido de lo "relacional", tendrá que entrar más en sí mismo, reduciendo o evitando su tendencia a la dispersión, realizando así un equilibrio más satisfactorio entre exterior e interior.

El tipo introvertido, que caracterizan  una actitud de retiro hecha de extrema prudencia o de excesiva timidez, un gusto exagerado de la soledad, una concentración de la energía sobre factores subjetivos , tendrá por el contrario, que  salir  más de sí mismo anudando relaciones externas, realizando así el mismo equilibrio que el precedente, pero en sentido inverso.

Estos dos clases  de individuos tienen cada uno en diversos grados un  'yo nº 1 ", en relación con el mundo ordinario, la máscara social o el persona y un 'yo  n º 2", conectado con el mundo de los fenómenos profundos.

A las cuatro funciones corresponden la Sensación, que registra  los hechos exteriores o interiores por vías  irracionales y conecta con la vida de los sentidos; el Pensamiento, que permite al yo consciente establecer un orden racional y lógico entre los objetos; el Sentimiento que fija las jerarquías de valores que oscilan entre el 'más' y el 'menos'. La Intuición, que percibe por el intermediario  del inconsciente.

La Sensación dice que algo existe. El Pensamiento revela  que es. El Sentimiento dice si esto es agradable  o no. La intuición presenta de  donde viene esos  y hacia que tiende eso,

El trabajo  analítico consiste en rectificar, ponderar, compensar aquí, suprimir allí, segúnl las dosis sutiles del 'arte de equilibrio', reduciendo la función dominante cuya hipertrofia sofoca o elimina las otras, y favoreciendo el desarrollo de estas.

Conciliación será finalmente, a nivel del anima, entre el hombre y su mujer interior en el origen de su sensibilidad, de su poder creativo, de su imaginación; y a nivel del  animus entre la mujer y su hombre interior. El rechazo del anima en el hombre provoca rigidez, la unilateralidad, la violencia,  como la rechazo del  animus en las mujeres, la astucia, la agresividad, los celos. Se habla entonces de anima negativa, de animus negativo.

La sombra es todo lo que es envidia, mentira, ira, orgullo, avaricia, codicia, pulsiones, infantilismo. Esta sombra una vez controlada evita echar  sobre los otros 'proyecciones' que tenemos que integrar. Lo que reprochamos a los otros es en primer lugar  lo que tenemos que tomar conciencia en nosotros.

En el proceso alquímico, el descubrimiento y la exploración de la sombra está en la etapa inicial, el nigredo – el reino del  plomo, de la oscuridad, de la pesadez-, un estado de desorientación, de  "melancolía”, en el curso del  cual caen las certezas y sus ilusiones sobre si mismo y sobre los otros.

El  Albedo que seguirá será la integración del componente interior del otro sexo, anima o animus. Conduce a la "nupcia interna". Jung escribió que durante esta segunda fase del proceso, "no se debe más dejarse seducir por los  contrarios.

El rubedo verá la realización del oro, de la ' piedra filosofal: que reúne en ella todos los opuestos; identificado al Sí, el hombre realizado integra el consciente y el inconsciente.  Será el sacrificio de lo que nos pertenece, ante todo el yo. Lo  permite al Si penetrar en nosotros y así pasar así  del estado de  inconsciencia a la conciencia.

A estos constituyentes de la extensión humana, conviene añadir un inconsciente personal, formado de contenidos individuales  y un inconsciente colectivo, formado por contenidos comunes a todos los hombres de todas las épocas y permitiendo  establecer la existencia de una humanidad de una psique común a la humanidad. El proceso de individuación hace tomar consciencia  de los elementos del consciente personal y de conducir a  una totalidad psíquica determinada, fuerte y resistente, una personalidad madura capaz de elegir su propio camino y mantenerse fiel a su propia ley interior.

Pero porque la individuación lleva igualmente a la conciencia, a través de sueños en particular, los elementos del inconsciente colectivo que conecta a los seres humanos entre ellos, "La individuación, escribe Jung, es la unificación con sí mismo y al mismo tiempo con la humanidad que se es igualmente”. Es decir que la individuación no es en absoluto  individualismo. Si este proceso pudiera desarrollarse, se aproximaría singularmente a una comprensión mutua, a una verdadera tolerancia; se encontrarían las soluciones a los problemas donde se afrontan  los hombres. Desgraciadamente, la mayor parte quieren su servidumbre, prefiere la facilidad y detestan todo  esfuerzo sobre sí

La culminación del proceso de individuación es la realización de Si, no sin duda  el Si inherentemente espiritual y sinónimo de ciertas formulaciones oriental de Dios - como el atman en el hinduismo-, sino el Sí  en tanto que  unidad de la psique tomada en sus componentes reconciliados. El Si designa  un equilibrio entre el hombre  y el  anima, la mujer y el animus,  entre la extra – y la introversión, entre las cuatro funciones. Es un centro ideal entre el yo consciente y el inconsciente equivalente a la expresión maximal  de la individualidad en la totalidad de  cumplimiento. Para el occidental, el Si es Cristo, el arquetipo del héroe que representa  la máxima aspiración del hombre.

 Aunque a veces se tiene la impresión de  que el Si junguiano no sea fundamentalmente diferente del Si metafísico. ¿Nicolás de Cusa no ha escrito de la  divinidad era precisamente la coincidentia oppositorum y Jung mismo, que, a lo largo de su vida, ha variado el significado de la palabra y ha matizado o enriquecido, no terminó por decir  que el Si era "una especie de Dios en nosotros", una realidad arquetípica Transpersonal?

El encaminamiento hacia el Si apunta diversos  'signos', como sueños arquetípicos o premonitorias, los oráculos del Yi King, las sincronicidades, combinaciones de eventos, Interiores y exteriores donde el vínculo de causa y efecto se encuentra reemplazado por una  simultaneidad que excluyen toda causalidad. Existiría  un factor formal acausal , precediendo toda  actividad consciente. Jung le dio el nombre de "saber absoluto", porque es independiente de nuestra conciencia y nuestros sentidos. Lo que confiere un carácter impresionante y numinoso a los fenómenos sincrónicos es  que en ellos la dualidad del alma individual la materia circundante parece abolida. Parecen venir de otro plano de existencia, Jung, tras de la edad media, llama el unus mundus.

Es interesante notar que, como la física cuántica observa una complementariedad entre las ondas y las partículas, la psicología de las profundidades establece uno entre el contenido de la conciencia y los del  inconsciente. "Además, ciertos indicios muestra que la energía física y psíquica podría ser dos aspectos de una sola cosa y misma cosa, el mundo de la materia  apareciendo como una especie de reflejo del mundo del espíritu, e inversamente 7

7. Ver Marie-Louise von Franz, Nombre et Temps, Psychologie des profondeurs et physique moderne, La Fontaine de pierre, 1978.  

Si el papel del inconsciente es esencial en Jung, el de la conciencia revivificada por el trabajo sobre  sí distingue al ser humano de todas las otras criaturas. Mucho más, el hombre individuado vuelto consciente de sí misma, rinde el servicio  a Dios de hacerle a si mismo consciente de su creación. Lo que condujo a Jung a admitir que  "la criatura sobrepasa al Creador por poco, pero un poco  decisivo"; no siendo este "poco otra cosa que la consciencia.

En cuanto a  la cuestión del 'mal', Jung adopta un punto de vista también original y que los teólogos no han comprendido y aprobado siempre. Para Jung, el 'mal' es parte de Dios por la razón de que "fuera de Dios, no hay nada. Satanás no opone a Dios; es la sombra.

Integrando solamente el lado luminoso, positivo, de Dios, no obstante que el Anticristo encarna el lado oscuro y negativo, el cristianismo ha contribuido al desarrollo del dualismo occidental. Toda  la crisis actual de nuestra civilización emana de ahí.

Jung nunca deseé por eso el fin del cristianismo. Por el contrario, "solo, escribió, los insensatos poco previsores  socavan el dogma cristiano, pero no los amantes del alma”. Y  de hecho el análisis jungiano ha permitido a muchos seres que estaban lejos de su religión retornar a ella.

Si Dios es amor, dice Jung, se debe entender que este amor trasciende la polaridad del  'bien ' y del 'mal' tal como los  hombres los entienden".

8.Entre los muchos trabajos donde Jung trató con la espiritualidad, citamos : Ma vie. Souvenirs, êves et pensées, Gallimard, 1966, et Folio, 1991; Psychologie et religion, Buchet-Chastel, 1958; Réponse à Jab, Buchet -Chastel, 1964; Afan. Études sur la phénoménologie du Soi, Albin Michel, 1983.. Ver sobre el mismo tema, entre otros, Marie-Louise von Franz: C. G.Jung. Son mythe e/l notre temps, Buchet-Chastel, 1975; Michel Cazenave: Jung. Le divin dans l'homme, Albin Michel, 1999; Ysé Tardan-Masquelier: Jung et la question du sacré, Albin Michel, 1998.

Conociéndose  mejor, sin duda se pone a sí mismo en un lugar  más justo, menos que el que se concedería sin disgusto, pero tal vez también, menos falsamente modesto. Una vez emprendido ciertos despejes, se comienza a vislumbrar que los individuos  no son quizá lo que se imaginaba, que se acribillaba de proyecciones;  a comprender también que debe haber un sentido de la vida: aparece la emergencia  de para que se está hecho, que corresponde a nuestra vocación, a nuestro "mito personal". Desde que se ha encontrado así, que se ha tomado medida de si y de sus posibilidades, un cierto desarrollo, primera condición de la felicidad, ya no pertenece más al único dominio de lo hipotético. Toda neurosis nace principalmente de inadecuación de nuestra naturaleza  profunda y de la actividad - o de la sociedad – a la cual se  está condenado, para la cual no se está hecho. Encontrar el sentido de su  vida será sentirse  en armonía con lo que se hace dentro de una comunidad que nunca nos corresponderá, pero que se la considerará en adelante con otra mirada.

Habiendo modificado en efecto nuestra actitud hacia nosotros  mismos , esta se modifica  necesariamente hacia los demás. Más objetivo a su propia consideración, se los ve también  más objetivamente, sin levantar entre ellos y entre  sí consideraciones anecdóticas, sentimentales o pasionales, las  restricciones y los errores que falsean los datos, privan a la lucidez sus posibilidades de ver claro. La oración de Cristo, que pide no juzgar, retoma aquí  todo su valor.

 Pero porque se le juzga sin embargo, y no se pueden impedirlo, conviene  no  juzgar demasiado rápido o demasiado mal. Un espíritu de discriminación suficientemente ejercitado  da más oportunidad al  juzgador de equivocarse menos totalmente. Se discernirá también  rápido en el otro sus límites, sus insuficiencias, sus contradicciones; Pero simultáneamente, y porque se ha aplicado a localizar las suyas, se sabrá apreciarle más exactamente. Por poco significante  que pueda ser, se sabrá que hay no individuo que no tenga  que enseñarnos algo. Aparecerá  incluso en su irremplazable unicidad, el  que, por el solo hecho de que esté encarnado en el reino humano, guarda en él, esté inconsciente (o furioso!), alguna cosa que no puede ni ver, ni nombrar, ni definir precisamente, pero que le hace ser él, y ningún otro. En tanto que tal, ese, ante nosotros, es infinitamente digno de consideración: es, potencialmente al menos, capaz de individuación, de una realización espiritual; capax Dei. La adquisición del respeto de si por el conocimiento  de si implica el respeto por el otro, cualquiera que sea.

Extendido a un número creciente de personas, este estilo de relación no puede, o no podrá más que limpiar la atmósfera, elevar el nivel general, hacer obra civilizadora. No hay que soñar con una hermandad universal; "está permitido por lo menos concebir unos conjuntos de relaciones privilegiadas, porque uno nunca está totalmente solo en el mundo, contrariamente a lo que cree 9.

La transformación interna tiene una segunda consecuencia: el cambio en la consideración de las circunstancias.

No viéndose más , no más que los otras, con la misma mirada, no  posible no  ver con la misma mirada  los acontecimientos que acompañan el devenir  individual y colectivo. Se adquiere al respecto un distanciamiento que hace que se está menos afectada, que se estime menos concernido. No es indiferencia, ni insensibilidad: no pueden  no portarse como  más espontáneamente para el alivio del sufrimiento. Pero no se deja  actuar por el evento; o por lo menos, en un menor grado. Más bien que sufrirlo encontrándose  

9. Como dice  el Yi Kng, Hexagrama 45, "El encuentro": «las fuerzas secretas están en el trabajo que llevan juntos los que los poseen afinidades [...] Allí donde existen relaciones interiores, no son necesarias grandes preparaciones  o formalidades. Se entiende inmediatamente que la divinidad  acepta con simpatía una pequeña oferta, si viene desde el corazón. »  

abrumado, se esfuerza por 'pasar a través' sabiendo, si él es intenso, que incluso su intensidad acortará su duración; si es doloroso, que comporta una parte purificadora o beneficiosa, aunque aún no sea  perceptible; Si es feliz, que sucede también , emboscada en  la felicidad, una inevitable alteración, una alternancia futura que puede conducir a un retorno total. Toda  vida no es otra cosa que un juego pendular. En todo  fracaso reside una oportunidad de éxito; en toda  alegría debe permanecer un fondo de inquietud moderadora "No queremos comprender, cuenta Jung, que lo mejor siempre es siempre compensado por lo peor. 10

En esta época de penuria  de maestros espirituales, tal hecho sobrevenido puede tener valor ' enseñante, de puesta a prueba, tomar el lugar de fermento del despertar, desarrollar esta intuición que permite leer entre líneas el acontecimiento, como en las palmas el destino . El curso golpeado o sinuoso de la vida se compone de  estos hechos de sentidos anodinos o  pesado, agradables o trágicos, que se cesa entonces  de tomar al pie de la letra para descifrar las intenciones discretas, reemplazarlos por una lógica que no es lógica humana sino la de  un infinito, que en tanto infinito, contiene en sus reservas todas las lógicas posibles, incluso la más desconcertantes. Sin embargo es preciso no olvidar que ninguno de los acontecimientos que sobrevienen a un ser es fortuita, sino que la  configuración inconsciente  - otros dirán  astrológica – de este ser prepara, segrega, atrae  tal acontecimiento más bien que otro.

El cambio interno con que contamos  no permite sin duda  evitar la periódica “ masacre de los inocente”; Pero puede influir positivamente sobre  el curso de tal circunstancia. Es casi seguro que un pueblo

10. El Yi King, Hexagrama 11, 'La Paz': ' Ningún  llano que no esté seguido de  una cuesta, ni ir sin retorno’. El secreto de una cierta igualdad,  que es la del sabio, está  todo entera en  esta actitud de prudencia y de vigilancia.  

embrutecido de histeria colectiva en los  juegos de circo de fines del Imperio escogerá seguramente un jefe paranoico y sanguinario, de la misma forma que un anacoreta practicando  ayuno y castidad  tendrá oportunidad, más que un borracho o un libertino, de  llegar a centenario. Lo que puede ser al menos seguro, es que cada esfuerzo termina con una ganancia; toda  hora de silencio en el corazón de la ciudad planta un oasis en su horno.

El cambio interno tiene como primer efecto que la  agudeza traída sobre sí ,abre  paradójicamente en una visión de conjunto. El bien que se hace a si mismo afecta a los otros; la atención que se otorga hace que se vuelva  atento a otro, que puede ayudarlo en la medida en que uno se ayuda a sí mismo , no volviéndose disponible a sus sufrimiento más que  la medida ha sabido resolver los suyos propios, que se puede  ' amar  a su prójimo porque se ha comenzado , aprendiendo a conocerse, a amarse tal  como se es, no de una manera  narcisista e idólatra, sino tomando medida objetiva de si y descubriendo a la vez sus  cualidades y sus límites. Es evidente que nuestro primer «prójimo», es nosotros mismos.

Porque toda la humanidad se encuentra en cada hombre, se descubre  menos el otro que se le  reconoce. Discerniendo estas similitudes y diferencias que nos acercan a él  o nos distinguen, se encuentra en situación de dirigirle la frase que iluminará, la simple risa que desatará el nudo gordiano  que una espada no habría podido cortar.

Por último, quienes aspiran a este deseo de cambio sin tomarse  por eso como  iniciados superiores, elegidos,, encargados o profetas, estiman  que en una crisis de la civilización como la que  conocemos, las soluciones no podrían ser de orden político, financiero, militar, económico: los hechos demuestran vanidad de este tipo de acumulaciones, y que, frente a la ley cíclica que, pronto o tarde, hará que se colapse el coloso, la única  fuerza real susceptible de iniciar una recuperación reside  en la prioridad dada al interior. Es una verdad establecida que cualquier final oculta un comienzo, todar crisis, un desenlace, toda desesperación, esperanza. El verdadero  cambio consiste  en decir sí a esta esperanza.

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Puesto que este cambio, de orden sobre todo psicológico, como hemos visto hasta aquí, no se limita a él: él se sabe una prolongación espiritual. Encuentra su consagración en su más allá. Tal como lo hemos presentado, no designa aún más que una parte del recorrido. Es un prerrequisito, pero indispensable, un preámbulo, una puesta en orden  inicial para que sea posible a continuación construir sobre  sólido. Este cambio es la antesala del verdadero cambio, el cual es retorno; un retorno que el método jungiano  ha hecho más  que entrever en estos avances últimos hacia un Sí  que ha podido parecernos  por momentos trascenderse el mismo  en la dirección del otro Sí.

¿El cambio ha hecho  que esté  alejado del mundo para protegerse, sufrir menos? –El retorno permitirá retornar  hacia el mundo sin ser más afectado de allí, aunque sea en los peores tumultos. ¿El retorno nos ha hecho prevenirnos contra las agresiones y  las dispersiones devoradoras de energía? –El retorno nos pondrá a la "escucha del silencio, nos conectará a lo inmutable. ¿ El cambio nos ha hecho pasar por fases de abatimiento y exaltación, por la nostalgia de una perfección y voluntad de perseverar? –El retorno dejará tras él estas dualidades, privilegiará el  soltar presa, y rindiéndonos a nuestra alma de niño, nos hará  descubrir lo  maravilloso en lo cotidiano. ¿El cambio nos hecho pasar del yo al otro? -El retorno nos hará pasar del otro al 'Todo Otro’. ¿El cambio nos ha hecho apoyarnos sobre la  fe como un conjunto de creencias a las cuales adherir  libremente, pero aún privada  de pruebas? –El retorno verificará  e integrará lo bien fundado  y nos hará sobrepasar  la "fe” por  el “conocimiento”.  ¿El cambio nos ha hecho  alejarnos  del infantilismo para acercarnos a la edad adulta? –El retorno nos hará abandonar la edad adulta para alcanzar la Sin edad. ¿El cambio nos hace cambiar una figura  por una cara? –El retorno nos devolver la “cara de antes del nacimiento”.

Las cosas no son sin duda tan netamente distintas en realidad. Entre el cambio, dinamización de la torpeza, y el retorno, expansión del recogimiento, incesantes interferencias difuminan  las fronteras, establecen sinergias. Tal  como se puede definir, sin embargo, el retorno  se traducirá en el retorno de un número de valores salvadores, exactamente de la misma manera como la ausencia de todo  cambio lleva implica la oleada de las fuerzas destructivas.

En la hora que las últimas barreras morales son cada vez menos capaces de mantener los vestigios de una vida soportable y en la ausencia de cualquier voluntad de cambio en  la mayoría, no se  pueden asistir más que un retorno por abajo, el de  las fuerzas Chtónicas, lo de  todo que ningún pasado había querido, como portador de poluciones naturales, psíquicas y mentales, degradando  la naturaleza de las relaciones humanas, instaurando la revolución permanente o poniendo la anarquía como principio de comportamiento y de la violencia como modo  de vida, sobresaliendo en el arte de suscitar problemas, creando nuevas religiones – las del rendimiento, del dinero, del cinismo-, imponiendo  el equilibrio del terror o un  laxismo basculando  todo  límite como atentatorio a la libertad; reduciendo la creación a  la productividad, la emulación a la concurrencia,  la persona a la matrícula, lo permanente a lo impermanente, favoreciendo el acceso de los hábiles y de los impostores  tomados por sabios ,  y aprovechando , para establecerse , de la retirada de los de los últimos hombres de mérito y de talento, que, como los antiguos romanos prefieren, moralmente por lo menos, abrirse las venas, que pactar con lo innombrable 11.

Si el cambio constituye lo que frena tal abominación, el retorno prepara un retorno por lo alto: el de los  valores no tradicionalistas (la palabra quedaría sujeta a caución), sino eternos, es decir, válidos para los hombres de todos los tiempos y todos los países; el retorno  de los principios metafísicos que han inspirado el contenido de la sabidurías más elaboradas, afectados con el sello de lo universal; el retorno de los diferentes simbólicos en vigor por todas partes, y uno de los ejes de la verdad que, más allá de las costumbres locales, las creencias relativas , opiniones particulares, se refieren a estructuras comunes del conjunto de las tradiciones: la naturaleza cíclica del tiempo, la tripartición de la extensión humana, la correspondencia macrocosmos-microcosmos, el determinismo kármico y los medios de escapar a él, la existencia personal de un devenir póstumo.

Allí donde cotorrea la  oralidad de abajo, que hace que todo el mundo hable para no decir nada más  que error, un tal  retorno es el de la oralidad de arriba, que transmite secretos esenciales y que, a la "lengua de trapo”, reemplaza la “boca de oro". Allí donde extiende el silencio de la esterilidad y la indigencia  interna, el retorno devuelve  el silencio-que sabe, el que fluye detrás de silencio ignorante. Donde se excita la sensación epidérmica, este retorno pone el sentimiento, que no es sentimentalismo  sino afectividad y cordialidad calurosa; donde reina la mentalización  abstracta de las  simetrías matemáticas

11. El Evangelio nos recuerda que un profeta es despreciado en su patria "(Mateo, XIV, 57) y que" [Jerusalén mata a los profetas." (Mateo XXIII, 37); ¿A que hace eco, por citarlo  una vez más, el Yi King, Hexagrama 12, 'El estancamiento': "En tiempos de problemas, el hombre noble prefiere retirarse en secreto y evita comprometer con hombres vulgares". Pero también puede  valer la pena hacerse matar  por la causa en la cual se cree, oponerse con los medios disponibles a lo que se juzga inaceptable.  

, pone la intuición supramental donde ser y saber son uno. Donde se embrollan y se  invierten las edades de la vida, se desarrolla armoniosamente  las cuatro estaciones y sus respectivas actividades. Donde están en su apogeo las Saturnales de la  inestabilidad, hace  vivir  el instante presente como la única realidad, de donde contar como cadáveres todos los instantes que son más, y como  simples posibles, los de tiempos venideros.

A medida que se eleva el que  intenta retomar  una realización espiritual, una toma de  conciencia nace lentamente en él. Se sabe hasta allí  portador de un  nombre: el de una identidad recibida en su nacimiento y la de su pertenencia a la especie humana; constituida uniformemente: un cuerpo, un  mental  y un alma, fuente de un carácter y una individualidad específica. Este nombre le hace existir, esta forma le hace devenir. Pero él descubre en el presente que está constituido también - y sobre todo – de un principio, que hace ser; un principio personal, pero incluido en un principio trascendental de la misma naturaleza, y del que no está en absoluto separado. Es en la dirección de este estado principial que marcha en lo sucesivo, consciente de que identificándose a él, encontrará, de grado en grado, sin que cese la ascensión, su realización. Se podría citar este leitmotiv patrístico: "no hay más que una manera de conocer, es tender sin reposo  más allá de lo conocido” 12.

Mientras que el nombre y la forma, diferentes para cada ser, hacen cada ser  único, el principio, común a todos los seres humanos, hace que todos sean uno. Si el paso del caos al orden, o de  la pluralidad a la unicidad, resume todo el proceso psicológico, el paso de la unicidad a la unidad resume todo el proceso espiritual, el de la metanoia. El que se haya   comprometido totalmente habrá cumplido la misión cuya vocación

12.Cotejar Gregorio de Nisa, Homilía sobre el cantar de los Cantares .

8: "El que sube nunca para, yendo de comienzos en comienzos que nunca tienen fin."  

de ser humano le había encargado. Habrá  restaurado  en su centro esta plena coherencia y estas justas luces que se fundan el más alto cumplimiento que el hombre puede alcanzar.

Sin duda, si muchos candidatos al análisis se presentan a los vestíbulos de los psicólogos, mucho menos están llamando a las puertas del cielo y " de 10 mil" de entre esos ", “ uno solo, dijo Isaac el sirio, se ve favorecida por la oración perpetua» 13. Pero ¿qué pasa con los otros? Estos no habrán perdido su tiempo, si  es verdad  que ningún esfuerzo, incluso ínfimo,  es inútil, que toda  acción o pensamiento bueno lleva fruto, y que el Señor da cien pasos hacia el que da uno hacia Él.

Contrariamente a lo se tiene demasiada tendencia a creer, lo espiritual no se tiene únicamente en majestad en las alturas inaccesibles; concierne a todo ser que, provisto de aptitudes normales, ha tenido la suerte de encarnarse  en la condición humana, ll única donde es posible transformarse, purificarse, realizarse por  un cambio de consciencia, e incluso de crear conciencia.

Como el sufí que lo simboliza, lo espiritual está en todas partes, hasta e incluyendo  las bajas regiones de este mundo y en los modos de vida que ahora son hoy día los nuestros, hay espiritualidad en los gestos de la vida cotidiana, con tal que se sea  consciente y cesen entonces de ser automático como los de los animales. Hay espiritualidad en el tratamiento de lo que  pasa por detalles insignificantes, y que en realidad encubre un motivo de sacralización: el uso de una vestimenta modesta, pero lleno de belleza y de dignidad, la elección de los alimentos y la manera de alimentarse, la preocupación por recogerse en la oración y la meditación.

Lejos de los dogmas afectados, las pesadas arquitecturas doctrinales, el vuelo de un pájaro, el viento en los trigos, la mano del moribundo

13 Lo cual asemeja al  Bhagavad-Gfta, VII, 3: " de miles de hombres, uno se esfuerza la perfección; "entre aquellos que esfuerzan  y  lo conseguimos, uno solo quizá  Me conoce verdaderamente. ''  

que sostiene una mano  amiga, una palabra de niño, el destello de una sonrisa, la serenidad de un rostro, todo lleva  a, quien sabe leer, la huella, el afloramiento, el recuerdo alusiva de la presencia del espíritu; todo revela o traiciona una inesperada transparencia que se trata solo de rodear, de sorprender. A partir incluso del mundo profano, un pintor como de Vermeer muestra el ejemplo, que logra convencernos y emocionarnos, de la plenitud incluida en lo nada de particular: el objeto usual, el gesto banal de leer una carta, la sirvients "de corazón simple", pero de una  tal profundidad trás de su insignificancia. ...

Está allí no estar no muy alejado de la "pequeña vía" de algunos místicos, de una Santa Teresa de Lisieux  obrando en el no - obrar, ubicarse en total  ausencia de austeridades sobrehumanas, de poderes milagrosos, de visiones extáticas, en el corazón mismo  de la pobreza más integral. La increíble intuición de "pequeña Teresa fue que aunque  ella lo ignoraba todo  sobre la Edad crepuscular y las insuficiencias de su contemporáneo el hombre ,del debilitamiento de su energía, de  su poca familiaridad con lo sagrado, haber comprendido no obstante que le estaban  prohibidas los  heroicos ascetismo, y que la solución residía en lo simple, esta forma inadvertida de despojamiento interior, este ideal de lo indispensable dispensando de todo el resto 14.

Ritualizar su vida puede hacerse a partir  los detalles de la existencia material. Esto es ya prepararse  para vivir verticalmente: barrer siendo consciente de su movimiento, mover con respeto  una silla sin chocar con  la pared, cerrar la puerta sin golpearla, "Lavar su plato", dicen los budistas.

14 Ver Éloge du simple , Raimon Panikkar, Albin Michel, 1.995. El autor, que no  ve  en el monaquismo el único  "monopolio de los monjes, propone a todo  hombre amante de la vida interior nueve principios fundadores: la apertura a aspiración primordial, la primacía del ser sobre el tener y el hacer, la  del silencio sobre la palabra, el redescubrimiento de la Madre Terra ,la superación del espacio-tiempo, la conciencia transhistóricas, la plenitud de la persona más allá del individuo, la primacía lo sagrado, la memoria de lo absoluto.

Soñemos con que cuidado  los antiguos calígrafos recopilaban las Escrituras , consagrando varios días al trazado de una sola letra. Tantos actos discretos, anodinos,  en apariencia insignificantes actos, suponiendo sin embargo atención, memoria, vigilancia, precaución, autocontrol y sobre todo, amor 15.

Lo que Dios espera de nosotros, había dicho ya San Francis de Sales, es la “fidelidad  a las cosas pequeñas”. El Oriente  no tiene un lenguaje muy diferente. Cuando se preguntó a Joshou lo que  era el Tao, contestó: "tu vida cotidiana” y también se encontrarían en el Bhagavad Gita:" el que  me ofrece con devoción una hoja, una flor, fruta, agua, esta ofrenda de amor, viniendo de quien tiene una conciencia pura, yo le he aceptado "(IX, 26) 16.»

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Que se encuentre sustentada en las épocas altas  en la guía de un maestro espiritual, o, como es el caso hoy día, por la relación con un psicoterapeuta, el conocimiento  de sí ha sido siempre  la condición de entrada en el conocimiento del Sí. Este  puede corresponder una deidad impersonal buscada en las ' vías abruptas "- estoicismo, advaita, el budismo-, o, como es generalmente el caso en la época actual, en un  dios personal, el de las  «vías húmedas», llenas de imágenes, devocional - cristianismo, sufismo y bhakti-, inmerso con sus fieles  servidores en una luz mística de abandono y de adoración.

Todo el sentido, todo  el secreto de la vida está ahí y muy probablemente también, nuestra verdadera razón de ser. Psicólogo y metafísico se encuentran  reconciliados en esta perspectiva.

15. Para volver a Jung, el autor de ”Mi vida” relata los módicos trabajos a los que estaba comprometido al final de su existencia en Bollingen: romper la madera, sacar agua,tallar piedras, cocinar.

16 Ir a la nota 9.

 y resumen perfectamente el todo de la condición humana.

Jung asegura: "es únicamente si yo sé que lo ilimitado es lo esencial  que no instale mi interés en futilidades y en cosas que no tienen una importancia decisiva...". Si comprendemos   y sentimos que, ya  en esta vida,  estamos conectados al infinito, deseos y actitudes se modifican. Finalmente no valemos más que por lo esencial , y si no se ha encontrado acceso ahí, la vida se despilfarra".

 Y Shankaracharya, por su parte: "Si el Si  no es conocido, la vida es inútil". 17

 

17 Para ser completada por Shvetashvatara upanishad, 1, 12: "Aparte de eso ( Dios), nada merece ser conocido".

JEAN BIÈS

ORIENTATIONS SPIRITUELLES POUR UN TEMPS DE CRISE

D’un bon usage du monde moderne

Pardes, 44 rue Wilson, 77880 Grez-sur-Loing

Páginas 107-132

 

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