viernes, 10 de enero de 2014

ECOLOGÍA (Jean Biès)


I. ECOLOGÍA

 

Después de la de su madre, la primera visión que tiene el  niño es la visión del mundo que le rodea; y este mundo, después de la casa donde está él, no es otro que la propia naturaleza, pero sigue siendo su madre qué el ve, porque natura significa «acción de nacer» y ella sigue siendo su casa, como lo recuerda el término "ecología", la ciencia de la oikos, esta "casa" que es la naturaleza.

Sin embargo, esta  no está solamente hecha de paisaje donde pasearse. Es el receptáculo de las realidades insospechadas, donde el cielo y la tierra, el espíritu y la materia - materia, otra palabra emparentada a madre (mater) - reconciliaron sus opuestos en nupcias de sombra y  oro.

Las diferentes tradiciones las han  interpretado a través de su propio lenguaje; Pero todas colaboran en una concepción similar, la de una naturaleza inseparable de una cosmología sagrada, una naturaleza- Teofanía, permitiendo a lo Divino aparecer y revelarse a través de ella.

En este primer capítulo quizás no es más inmediatamente accesible, pero sólo puede desalentar a un lector amante de facilidad o sentirse demasiado modesto para intentar la apertura de ciertos  desciframientos  que debe estar seguro que tienden siempre hacia más luminiscencia .

 

LA NATURALEZA: UNA RESIDENCIA DE LO SAGRADO

Con respecto a la cosmología tradicional, la naturaleza no es sólo un conjunto de componentes debidamente enumerados por la geología, la botánica y zoología. No es sólo un teatro de observación por el estudio empírico de los fenómenos, sus operaciones y sus interacciones. Tampoco es una simple reserva imágenes y evocaciones estéticas amplificadas por la creatividad de los artistas, aunque la naturaleza y la belleza son indisociables.

No teniendo modestamente a su disposición más que cinco elementos: éter, fuego, aire, agua, tierra, tres cualidades o tendencias fundamentales: ascendente, expansiva, descendiente y tres reinos a través del cual desplegar: mineral, vegetal, animal, la Physis no triunfa menos  en manifestar una manera multiforme y multicolor, indefinidamente diversa  proyectando en su cumbre, a guisa de recapitulación y coronamiento, el hombre, que, como un istmo o un puente, conecta este mundo triple de abajo a los planos superiores  de la Realidad.

La naturaleza ha sido  descrita fácilmente como un espejo material que refleja el espíritu en su seno. Sin duda imperfectamente, limitada como está por espacio y tiempo, estas reducciones del infinito y la eternidad, por fronteras restrictivas: reducción de lo Absoluto por disfunciones: reducciones de la Perfección. Es que el reflejo no es nunca exactamente el objeto reflejado: un abismo los  separa, que acentúan incluso la red de grietas deformantes y las borraduras  del  azogue. Todo cristal tiene su paja, cualquier diamante su jade. A fortiori cuando se trata de material opaco y resistente, que perdió su ligereza, su transparencia, su  sutil inmaterialidad. Podríamos comparar esta característica incompletitud de todo reflejo al que, mirándose de  cara en un espejo, no  vería más que de tres cuartos o de perfil: se trata del mismo personaje, pero desviado, amputado, no teniendo de él más  que una parte de su realidad, más que una imagen tal vez fiel pero incompleta, incluso decepcionante. Bajo la cubierta del cielo, cuyas procesiones Astrales  miden las fases temporales y haciendo fondo en la tierra desarrollan a lo lejos las distancias cardinales, la Naturaleza se revela al hombre y revela al hombre a sí mismo. Se presenta  a él como una superficie donde se transparenta  la sombra de los arquetipos; trazas residuales del ultra-mundo, párrafos  refractadas de lo Divino; Pero en la cual él mismo  se encuentra y lo reconoce a pesar de todo como receptáculo de sus propios constituyentes. La Naturaleza cumple el doble milagro de hacer visible lo Invisible y de confirmar al hombre visible su parte de invisibilidad.

Tal como elle se presenta a nosotros, la Naturaleza es Revelación antecedente de todas las   Revelaciones, libro no escrito por mano humana, anterior a las Escrituras. En la filigrana de los dibujos de corteza y del roquedal, en el surgimiento de la piedra preciosa en las disposiciones    en espiral de las conchas, los remolinos de hojas, el los giros del viento, en  los movimientos, en los órganos florales, en los juegos nubosos, en la singularidad de cristales de la nieve, en los ritmos estacionales, en la alternancias de muertes y nacimientos, en " el mar ido con el sol” ,en la virginidad de los espacios inexplorados donde los dioses tienen su hogar, en los glaciares y las soledades salvajes, en el monte "amontonado de apoteosis", pero también, en el misterio de la crisálida, en la majestuosidad del León o el instinto seguro de los veleros migratorios en la liviandad rebotadora del ciervos en  el feliz vitral  revoloteante de la mariposa, la Naturaleza, lugar de convergencia de los relaciones, de proporciones, de simetrías, de correspondencias armónicas entre las partes y el todo, derivado del Número de Oro que hablaba Matila Ghyka tan bien en explorando el  "esoterismo matemático", la Naturaleza, decimos, es como la demostración , o la custodia del Principio transparentándose  en la sustancia. Porque se trata en primer lugar sustancia , en tanto que substratum  plástico o forma, número, calidad, diferenciaciones, accidentes inscribiéndose como una cera viviente 1. A pesar de la decadencia que no sin afectar la "arcilla original”, esta continúa guardando  memoria de huellas que le han sido impresas durante su formación, de llevar los  surcos y las  trazas, como los “vestigios “ que la  justicia deja en la tierra antes de remontar al cielo, al final de la Edad de Oro 2.  Así, la Naturaleza no está totalmente obscurecida. Subsisten en ella a la vez una espontaneidad, una obediencia, una fidelidad a las leyes que le  fueron impuestas. Se muestra incapaz de astucia , sólo capaz de adaptación a  situaciones inéditas; ella se abstiene de toda decisión intempestiva. Cada elemento sigue, por así decirlo, la vocación que es la suya: el agua fluye, el fuego arde, los astros se levantan y se acuestan a horas fijas; “la rosa es sin por qué”. Hay en la naturaleza una autenticidad cándida, la de la eterna juventud que no puede no ser; un constante y delicado equilibrio que la hace a la vez inmóvil y moviente, luminosa  y sombría, simple y compleja, insensible y reactiva, real e ilusoria, cualitativa y desmultiplicada.

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Son precisamente estas cualidades que el hombre moderno no soporta. La  naturaleza se presenta a él

 

1. La filosofía antigua que se redescubre distingue la esencia, o forma (eidos), sustancia (hipóstasis) y materia propiamente dicha (hyle). La esencia es el principio espiritual, arquetípico, presidiendo la posibilidad de la emergencia  de un ser. La materia es la totalidad de los fenómenos en su multiplicidad, sus sucesiones, sus arreglos y sus cambios. Entre los dos, la sustancia se lleva a cabo como ubicado bajo los fenómenos (sub) sin ser alterado en su estabilidad (stare); asegurando la identidad fundamental de cada ser creado. La  materia se ha substituido poco a poco en  la sustancia, por lo tanto, la aparición de dualismo, sobre el cual volveremos.

2. "Dejando la tierra, la justicia dejó la huella de su última paso" (Extrema Justitia excedens terris vestigias fecit), escribió Virgilio en las Geórgicas , II, 474.

como el exacto resumen de todo lo que le es más insoportable, de todo lo que él  execra, y que le hizo rechazar el contemplarse en el reflejo universal que se le tiende. No  puede soportar en particular que exista alguna cosa, que él mismo no haya creado, inventado, donde no está para nada, que no puede controlar ni modificar, sino en muy pequeña escala; Que él  está condenado solamente  a imitar, y la cual mide el carácter auténtico. Porque no encuentran un árbol, una roca, una flor o una bestia con  instinto seguro. Se añade que según las tradiciones encontradas a lo largo de la historia humana, nada habla más al hombre de Dios, nada le muestra  mejor que la Naturaleza.

Por esta razón hombre prometeico tiene constantemente a desfigurarla, a castigarla  por su impertinencia ingenua, por la mala conciencia que le da; castigarla  por su docilidad al  orden del mundo, su sentido innato de concordancias, sus accesorios, sus procedimientos, contrariándola en su marcha, extenuándola en sus recursos. Suprimir la naturaleza en todas partes donde es posible hace que ella  se encuentre en la imposibilidad de recordarle  lo que más aborrece, el testimonio irrecusable de un Principio que imperturbablemente, esta naturaleza continúa a ponerle bajo de los ojos. Esta presencia irritante se convierte en un tormento, porque la belleza divina le es también insoportable como lo es la  fealdad que guarda en memoria lo Divino.

Lo que este hombre se siente con respecto a la naturaleza no es nada más finalmente que un odio inexpugnable, porque su presencia silenciosa, impasible, inquietante, está siempre allí, que frustra y pulveriza todos los planes que fomenta contra ella. En el fondo de él, sabe que le precedió miles de millones de año, le sobrevivirá otros tantos, sumergiendo y engullendo todo lo que él ha intentado para destruirla, cuando es él mismo quien se destruye. Sabe que esta naturaleza no tiene necesidad de él; que elle no le debe nada, ni su potencia, ni su eternidad, ni su esplendor infinito. Ella se contenta con mostrarle cuan delgado es su poder sobre ella y  de  recordarle  sus límites. Lo que el hombre interpreta como si  la Naturaleza le provoca con insolencia.

 Es este  haz de hechos lo que pone furioso contra ella; y su sadismo se encuentra tanto  más excitado cuanto  la naturaleza parece dejarse hacer sin protestar. Pero sin  duda sabe obscuramente que ella tendrá de todas formas  la última palabra, y el hombre sabe que ella lo sabe. 3

El origen de la hostilidad del hombre a la Naturaleza remonta, a decir verdad, muy lejos. Sin ir hasta evocar el  "firmamento de Génesis que separa claramente las aguas “ superiores" de las “inferiores” , ni siquiera la visión platónica – a matizar - de '” ideas” separadas de los 'fenómenos', e identificando el cuerpo material a una tumba, ni tampoco una cierta augustinismo separando lo increado de lo  creado, se puede decir que desde  siglo XV,  Juan  de Salisbury" quiere que” las fuerzas de la naturaleza sean analizadas y explicadas en sí ellas mismas” , no obstante que el cristianismo oriental continuará a considerar el mundo como menos creado que engendrado del Padre. En el siglo siguiente, Abelardo estableció la autonomía de las ciencias de la naturaleza, fuera de cualquier presupuesto metafísico. Poco a poco, Aristóteles reemplaza a Platón, la abstracción sustituye a la contemplación, los hechos suceden a los  arquetipos. La cosmología sagrada desaparece, llevando consigo la correlación entre lo  material  y espiritual:

3. Un pape absolutamente distinto  podría ser devuelto al hombre, el de hacerse no enemigo sino el asociado  de esta Naturaleza. Esto es lo que Carl Gustav Jung ha querido hacer entender haciendo de este hombre el colaborador del que Dios tiene necesidad. En mi vida, IX, 'Viajes', Jung dice que, situado en las llanuras de Ahiti,, cerca de Nairobi, descubrió en un paisaje virgen y grandioso manadas de animales salvajes paciendo desde  milenios. Tuvo la revelación que “el  hombre es indispensable para la perfección de la creación; más aún, él mismo  es  el segundo creador del mundo”. Por la conciencia misma que tiene, el hombre lo  crea realmente, porque lo hace pasar de una existencia potencial a una existencia objetiva, lo lleva a su cumplimiento. "Lo que la naturaleza deja incompleto, el arte (humano)  lo completa," asegura el Adagio alquímico. El hombre hace salir la Naturaleza de la noche del no-ser y por ahí descubre hacia ella una responsabilidad. El reencuentra al mismo tiempo sentido a su propia  vida.

el dualismo estaba en camino, que triunfaría  en el cartesianismo y sus herederos, las luces y después los Moderno. En el siglo XIV, Guillermo de Occam, precursor de los empiristas ingleses, considera a Dios  "extraño al mundo que ha creado”.¿ Influencia del maniqueísmo fundado en la oposición de Ormuzd, la luz, y Arihman, la oscuridad,  misteriosamente aportado en occidente? Tal vez. Bacon hablará más tarde de extorsionar los secretos de la naturaleza por la  tortura (se apreciarán los términos). "Descartes en fin reducirá la vida a modalidades corporales, el espíritu, a mente de razonante, y entendimiento; limitará la ciencia a  lo utilitario, querrá hacer al hombre "maestro y poseedor de la naturaleza. El camino estaba abierto a la tecnología pronto demente, y que Descartes hubiera seguramente condenado definitivamente pero ya demasiado tarde.

Un gran error del cristianismo occidental en esta área ha sido hacer caso omiso de los padres fundadores de la cosmología sagrada inherentes a esta religión: Justino, Orígenes, Clemente de Alejandría, Dionisio el Areopagita, Gregorio de Nisa y Gregorio de Nacianzo, Máximo el Confesor, Juan Scoto Érigena, Eckhart, Ruysbroeck, Buenaventure, San Francisco de Asís. Mientras continúa a ver en el universo la creación de Dios, ha descuidado siempre de ver aquí también más que una reflejo: una Teofanía, o si se prefiere, un icono. No ha visto en la Naturaleza un segundo libro paralelo a la Biblia, provisto  como ella de una escala de significaciones, no considerando aquí por el contrario, como el materialismo, más que un conjunto de fenómenos. No ha visto en la Naturaleza una segunda Revelación,  de las Cualidades divinas: anchura, altura y profundidad, poder, sabiduría, armonía, sutileza, detrás de las cuales se mantiene inmutablemente  el Principio. Por ahí, ha contribuido, incluso antes de la entrada en vigor de la ciencia, a desencantar al mundo  y a privar al hombre de la virtud de la admiración.

Sin duda convenía la primitiva  iglesia  apartar de la nueva religión cualquier rastro de un paganismo idólatra y degenerado arriesgando  divinizar  a los objetos naturales. Pero  queriendo purificarla de todo vestigio de este género, ha suprimido al mismo tiempo la idea de esta participación de lo sensible en lo divino, que mencionaba Platón en el Timeo, así como lo hacen ciertos pasajes  Corpus Hermeticum.

Más o menos subterráneamente, diversas corrientes, excluidas por el magisterio en su temor de un retorno de los dioses, continuarían  sin embargo transmitiendo esta cosmología cristiana; así el hermetismo, la alquimia y la Naturphilosophie, para las cuales Dios y su creación no son radicalmente diferentes. Si la naturaleza no es Dios, Dios es también la naturaleza. No hay nada de panteísta: no es tanto Dios quien está en el mundo como el mundo que está en Dios. Por tanto, sería más justo  hablar de un panenteísmo: Dios crea el mundo en el interior de sí mismo; Hay participación recíproca entre las dos polaridades: el Absoluto que él es y lo relativo que lleva en sí.

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Mientras que para el hombre moderno, la Naturaleza es un conjunto de producciones económicamente explotables sin considerar los perjuicios  así aportados a la integridad del planeta y a las dislocaciones que sobrevienen, es una perspectiva totalmente diferente la que el  hombre espiritual lleva sobre esta Naturaleza.

Puede ser interesante estudiar su manera  de aprehenderla través de algunas de las tradiciones que nos son mejor conocidas. Lo que la naturaleza aporta en efecto y enseña al contemplativo, al que sabe que ver lo invisible consiste en primer lugar  en ver lo visible percibiendo a luz del día las apariencias, es todo junto una respetuosa familiaridad, un sentimiento de parentesco, un temor reverencial, un poder de asombro y admiración. Es la combinación de los diferentes prismas de la Naturaleza y estas cualidades de la inteligencia  humana, que está en el  originen de todo lo que los textos sagrados han podido decir y dar a conocer en los capítulos de la cosmología. Si se aplica a considerar las lecturas que hacen de la Naturaleza las distintas tradiciones, se descubre sin duda notables diferencias según las prioridades consideradas, pero también evidentes concordancias. Así vemos desarrollar en la  Kabbalah un  descifrado netamente  esotérico de la Naturaleza;  la  patrística extraer meditaciones o doxologías líricas; el ta'wil del Sufismo  discernir aquí  signos de finalidad escatológica y moral;  la shruti hindú disponer en mandalas mitológicos; el taoísmo  hacer  soportes oraculares y sapienciales 4, esta concordancia diversificada de las lecturas así producidas prueba que existe, en las áreas de la naturaleza como en otros lugares, una jerarquía de interpretaciones, una gama de puntos de vista, pero también y sobre todo, un  mismo asimiento, del Interior, un misterio espiritual enterrado en el corazón de la materia y haciendo de la Naturaleza una verdadera Gnosis de inmanencia.

La recensión amplia y concisa que  establece  el Génesis pueda valerse por sí misma por poco que se sea  sensible a la sobria poesía  que desenvuelve. Sin embargo, el  genio interpretativo de la tradición hebrea ha abierto en este texto fundacional brechas que revelan abismos insospechados.

Es así que el día y la noche designan, el uno, el aspecto inteligible de Dios, su esencia - el Ser-, del que pueden aproximarse las criaturas provistas de las cualidades necesarias,

4. Se puede estar sorprendido de ver el vasto campo semántico que una sola palabra puede recorrer de una tradición a otra. Para mantenernos en un ejemplo, la palabra "hierba" significa en la Cábala el orden angélico. En los  kontakia de un Romano el Melodio, la hierba equivale al hombre - leer la humanidad-, efímero como la gramínea. Ausente del Corán por razones climáticas tan fácil de entender, la hierba reaparece en el hinduismo (asclepias acida), 011, presionada, ella da el  Soma, la ambrosia inmortalizante; también en el budismo, donde ella representa cualquier criatura viviente por la cual el Buddha volverá hasta salvar la última; en el taoísmo, donde el carrizo  arrancado acarrea con el el césped, como  el hombre de valor se ve  es seguido por aquellos que comparten sus sentimientos.

el otro, el aspecto sobreinteligible de Dios, su sobreesencia – el No-ser-, inefable e inaccesible. El Cielo corresponde  igualmente a la Actividad del Principio atravesando la Creación como un eje alrededor del cual se ordenan y gravitan  las diversas categorías de arquetipos – modelos ideales, eternos,  inmutable, perfectos, suprasensibles-y sus cristalizaciones o densificaciones materiales, sin embargo la tierra y los mares corresponden a la Receptividad ofrecida  a la luz fecundante. Las "aguas superiores" simbolizan las vibraciones, las potencialidades increadas; ellas se manifiestan en las “aguas inferiores”, las potencialidades actualizadas en el mundo creado.

Los verduras  y las hierbas simbolizan las jerarquías angélicas; los árboles llevando frutos son réplicas del Eje divino; el hombre que les sucederá llevará, él  también, simiente, tanto genital como deificante. Las «Luminarias», Sol y Luna, que no  llegan más que en este momento del relato - que demuestra que este no revela en nada  la  'historia'  cronológica -, reenvían, el  uno, al principio masculino de la Manifestación, la Perfección activa, el otro al principio femenino de la Receptividad, la Perfección pasiva.

Los peces del mar designan los arquetipos de la vibración sensible, materiales, horizontales, se podría decir; los pájaros del cielo, los arquetipos de las vibraciones sutiles, espirituales,  verticales. La fecundidad de las criaturas es debida a la simiente sagrada de la Presencia divina depositada en ellos. Por su Esencia, su espíritu supra-individual, su alma y su existencia corporal, el hombre adámico contiene, recapitula en miniatura  todos los mundos visibles e invisibles.

El salmo 104 es el eco de las enumeraciones cosmológicas del Génesis, del que retoma aproximadamente el  orden, abandonando su interpretación simbólica. Simple inventario de las maravillas de la naturaleza, celebra los cielos desplegados

5.El Leo Schaya ha propuesto una notable interpretación de Génesis, a la cual no podemos más que reenviar: La Création en Dieu , II, 10, Dervy, 1983.

como una tienda de campaña, las nubes sirviendo de  chal a Yahvé, los vientos, sus mensajeros, el mar “'de grandes manos”, el trueno que mueve la tierra, el 'fuego', la fuente brotando de los  barrancos  y más sensualmente, el vino que alegra el corazón, el aceite que ilumina los rostros.

Esta vibrante inspiración pasará al cristianismo del Sant Pablo recordando: "lo que (Dios) tiene de invisible desde la creación del mundo se deja ver a  la inteligencia a través de sus obras,  su eterna potencia y su divinidad" (Romanos 1:20). Un San Alberto Magno comienza a buscar los vestigias Dei; un San Buenaventura sorprende las "signaturas" de Dios en el movimiento, el orden, la medida, la belleza y la justa proporción de las cosas, (que retoma Sabiduría , XI, 20: «Tu has dispuesto todo en medida, el número y peso "). En todas las criaturas "Dios en persona se encuentra oculto”; presente en todas partes, pero de una manera latente: latet ipse Deus 6. Se imaginaría bastante bien curvado, inclinado bajo la bóveda de la Creación a la manera de un monje hesicasta en la cueva donde se ha  retirado, como lo demuestran ciertos iconos; Aunque  lejos de tenerse en un solo punto del universo, Dios se extendiendo y difunde indefinidamente. Por lo tanto, se disimula a través de la sustancia  dejándose adivinar por todas partes, y sin los objetos creados - sus habitáculos - no están sometidos a  discontinuidad, unidos como están juntos por las redes cerradas de  interdependencia de todas las cosas 7. Himno de gloria al Altísimo, acción de Gracias, el Cántico de las Criaturas es

6 Lateo se relaciona con latebrae, «jubilación, escondido”, vinculado a la idea de misterio, asociado a tenebrae. Virgilio, anteriormente citado, aproxima, usando el lenguaje de los pájaros, el Latium de lateo: Saturno huyendo de las armas de Júpiter Saturno elige el nombre de Latium, tierra de bosques y montañas, "donde fue escondido (latuisset) con toda seguridad" Eneida, VIII, 322-323.

 

7. La escolástica nombrará esta presencia de Dios en el mundo 'presencia de inmensidad' y leerá en el universo una prueba de su existencia evocando el principio de la causalidad. Por otro lado, en el alma humana, en revancha, Dios  no se contentará  de estar presente a manera de un reflejo: estará aquí en tanto que Origen del ser creado; Será Dios mismo en el corazón del hombre, es decir, «presencia de habitación

Una  admirable ilustración de esta perspectiva. San Francisco de Asís aquí exalta a nuestros hermanos y hermanas el sol, la luna, los cuatro elementos, porque el Padre mismo beneficia a todas las criaturas de su presencia y su orden providencial. Por ellas  irradian la bondad del Creador y su amor total. Cargado de afectividad al mismo tiempo que de  un conocimiento cosmológico raro en el cristianismo - una Santa Hildegard Von Bingen había precedido al santo de la L'Alverne en esta vía – la obra se presenta como la culminación de las celebraciones anteriores que ella sintetiza, así como un punto de partida para ampliaciones tales  como podría encontrarlos en métodos espirituales extracristianos. Efusiones, derrames de una emotividad no sin  reminiscencia de la bhakti hindú 8. La vía estaba abierta a la poesía lírico-místico de la Naturphilosophie, no obstante  que el linaje cristiano se continuaría hasta la época moderna con las Elegías de Rilke y las Grandes odas de Claudel.

Entramos con el islam en una perspectiva diferente, donde todavía la idea del universo como "Teofanía” (tajallf)se va a encontrar amplificada. El sufismo considera el universo como un conjunto de espejos de facetas, en los cuales la Esencia infinita se refracta y se contempla a través de una multitud de formas y que reflejan según diversos grados la revelación irradiante de los arquetipos divinos, o Posibilidades principiales. Estas teofanías del Ser único, 'tesoro escondido' que ha querido hacerse conocer creándolos  mundos, no son perceptibles más que  a la mirada de conocimiento predispuesta a ver saber y provista de la receptividad Interior requerida.

Estas teofanías son también, en el plano terrestre donde nos encontramos, los, "índices brillantes", de los  "prodigios: (ayat), termino  citado 89 veces en el Corán, y que son

8.El Voir François Chénique, el Yoga espiritual San Francisco de Asís, Dervy, 1978 donde el autor muestra que el camino propuesto por el  poverello recoge de hecho en realidad los diferentes yogas de la acción acciones (karma), de la devoción (bhaku) y del conocimiento (jnana).

parte las Suras mismas: los astros del día y la noche de cursos perfectamente reglados, las estrellas guiando a los viajeros, los pájaros volando sin soporte en el vacío, el hierro, útil y violento, el árbol, cuya sombra enseña al creyente a postrarse, “ los navíos cruzando el mar  parejos a las cimas”, el rayo que desciende sobre los renegadores; y advertencias del Fin, los agrietamiento del cielo, la dispersión de las estrellas, el desbordamiento de agua, el flujo de las montañas.

Tantas pruebas ontológicas,de  recordatorios,de  advertencias, de amonestaciones a la dirección "dotada de entendimiento" y de los que tendrían culpa de descuidarlos. Pero signos también igualmente acordados a los hombres por efecto de la misericordia del Señor de los Mundos.

En una sociedad politeísta y pastoral como la de la India, la importancia de la naturaleza va, mucho más, por supuesto; reviste  una amplitud más considerable que en cualquier otra parte.

"El desmembramiento del Purusha primordial, Prajapati, ofreciéndose a sí mismo como víctima sacrificial para dar lugar a la enunciación cósmica - que aproxima el desmembramiento de Osiris egipcio y el Adam qadmon, el hombre Principial»-dará nacimiento , entre otros ,a  las Luminarias, las plantas, los animales con 'una doble fila de dientes' y al hombre. Como enseña el Rig Veda (X 90), de su cabeza se desarrolló el cielo, de sus pies nació la tierra, de sus orejas, las direcciones del espacio. El cielo (Svar) es las esferas luminosas, exteriores al mundo de los dioses extraños a las dualidades. La Tierra (Bhur) es el campo de principios manifestados, el aire del juego de Prakriti, la Naturaleza naturante, cuyas múltiples invenciones dan vida y movimiento a "nombres y formas de la Naturaleza naturada. Entre el cielo y la tierra extiende el espacio intermedio (Bhuvar), donde se elaboran las potencialidades. Agni – el «Oblador», el Fuego-, Surya - el "inscitador", el Sol, "el ojo del cielo. -, arianya - la "nube de lluvia:-, Ushas- la Aurora «ungida  dee rayos» -, Vayu - el Viento, que anima las criaturas -, son algunos de los actores que pondrán en obra el orden y la marcha de la Naturaleza universal. Una Naturaleza donde todo está en estrechas relaciones e interacciones, dioses y anti-dioses comprendidos: "esto es eso"; sujeto al río del devenir sinusoidal, del continuum en bucles que constituye  el samsara. El secreto divino habita en el fondo de la materia, el sol, espiritual permanece en la oscuridad, “ pozos de miel cubierto por la roca”.

Las  concordancias correlativas existentes  entre el Espíritu y la Sustancia – La  "materia no vendrá más que después, en tiempo modernos, una vez excluidos los elementos semi-divinos dejados anteriormente-, se reencuentran  entre el universo y el hombre. “El hombre no es otro que el universo. Lo que vale para el gigante cósmico primordial de la cual todo ha nacido vale sistemáticamente para la criatura humana. "El espíritu en el hombre y el espíritu presente  en el sol, es el mismo; Éste es único "declara explícitamente el Taittirîya-upanishad (III, 10).Por  otra parte estará correlacionada el sol y el intelecto supramental, translógico, la luna y el mental – entendimiento discursiva, las aguas y los humores, relámpago y energía, el viento y el soplo vital.

Omnipresentes, obrando en todas partes en el macrocosmos universal como en el microcosmos humano, los dioses son también vehículos de un simbolismo psicológico y espiritual 9. Por eso, dejando el significado literal del Rig - Veda a la religión popular, un comentarista inspirado como Shri Aurobindo se une para discernir en estos himnos la significación más pregnante, sacada de las realidades naturales que ellos proponen; en particular, la puesta en escena del combate donde se enfrentan a los poderes de la luz y los de

9. Esto es lo que se propone Mostrar Shri Aurobindo en su Le Secret du Veda, , Cahiers du Sud, ensayo de 1954, que reduce a nada las interpretaciones naturalistas y  panteístas de erudición  moderna. Alain Daniélou destacó por su parte en el politeísmo hindú: "el panteón entero no es más que un cuadro de la vida interior del hombre."

la Oscuridad, los aspectos y etapas de la conquista de la verdad sobre la ignorancia, objetivo último de la vida humana y fundada enteramente en el  sacrificio interior.

 En esta epopeya del alma, el  Fuego corresponde a la voluntad y al ardor que  inspira la divina sabiduría, la fuerza  activa para alcanzar la inmortalidad. Es también el guardián quien defiende al hombre contra los poderes adversos de  oscurecimiento. El "día blanco: el “día negro"- se notará la utilización del mismo término como tercer incluido enlazan  los opuestos - son precisamente las Estados luminosos y tenebrosos que reparten el campo de la conciencia. '' La cueva de la montaña es el lugar donde los poderes limitativos y divisores de la infraconsciencia aprisionan a los mortales. La Aurora, que pone de manifiesto la totalidad de la existencia, es la función de iluminatriz que da acceso a la  inmensidad y a la felicidad espiritual; Es la conciencia superior, disipadora  de la ignorancia. Los ríos que descienden de las alturas difunden la influencia de la gracia desbordante de las riveras  del ser. Las  vacas opulentas representan la radiación y la riqueza de la iluminación supramental, sin embargo la abundancia de caballos indica la potencia  de la energía vital, el impulso hacia arriba. Es a los vastos pastos  de beatitud a donde son conducidos los brillantes ganados, cuya trashumancia no es otra que el crecimiento del ser en la naturaleza divina.

El desciframiento taoísta de la Naturaleza se inscribe en una perspectiva a su vez específica y original, inmediatamente pragmática y  consistente en la utilización de  elementos naturales para fines pedagógicos. Los sabios que vivían en su seno consagraron su tiempo para observar los desarrollos alternativos, transmutaciones silenciosas; registraron conjunciones y disociaciones sucesivas cuyos procesos son encuentran en el corazón del hombre e inspiran la conducta  a seguir según  circunstancias tan fluctuantes como imprevistas. Los sesenta y cuatro hexagramas del  Yi King derivan sus enseñanzas de  Paisajes contemplados, del curso de las estaciones y sus ritmos internos de los múltiples imponderables de los  que extraer lo útil y lo sapiencial.

Entre el cielo (yang), en potente dinamismo creador y la tierra (yin), la receptividad plástica y flexible, el Agua significa lo insondable, la  humildad ,la  paciencia que viene al término de los más duros obstáculos; el trueno, el "despertador", inspira al hombre el temor  y el deseo de poner sus asuntos en orden. El trueno rueda  y el  viento sopla; pero sus movimientos de ida y retorno obedecen leyes constantes; Así, el hombre noble se convierte a la discreción del tiempo, pero la ley interna de su ser queda sometida a una fuerte dirección. La inmovilización la montaña sugiere la paz del corazón. El árbol crece lentamente; Por lo tanto la influencia sobre los hombres no puede ser más que gradual. El cielo en medio de la montaña: imagen del sabio sacando los tesoros de la sabiduría enterrados en el pasado, pero reviviéndolos al revivirlos en el presente. Suave y ligero, el viento empuja las nubes en el cielo sin producir ningún efecto apreciable: en el tiempo donde no es posible ninguna gran acción, queda al  hombre afinar su ser en el cumplimiento de las cosas modestas, un "aprovisionar lo pequeño. El lago, el 'feliz', puede ver su agua secarse: imagen del agotamiento del hombre noble contrariado por los hombres vulgares. Agua suspendida sobre el fuego produce energía; desbordante, ella extingue el fuego: energía perdida. Es lo mismo, en la vida, las coyunturas s donde las  de fuerzas contrarias se dispersan, pero a veces también se equilibran, a condición de vigilar la corrección de su mantenimiento.

Tantas observaciones sacadas de comparaciones y de analogías que enseñan cómo o por qué es oportuna o desfavorables emprender alguna cosa, abstenerse u obstinarse, adoptar tal actitud, cambiar, adaptarse, hacer la retirada en el no-obrar, seguir la vía  media, reconocer al "gran hombre", atravesar o no las " grandes aguas ".

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El hombre moderno no tendrá a mal ver en estas visiones del mundo los efectos de una mentalidad primitiva, arcaica, mágica, imaginativa, supersticiosa y, lo peor de todo, simbólica, a la cual se apresurará a oponer la  actitud adulta y racionalismo cientificista. Es  ignorar totalmente la polisemia de los símbolos de acuerdo con el número indefinido de registros de Realidad Toda. No se trata en efecto un pensamiento prelógico sino más bien translógico. El simbolismo supone una simultaneidad de facetas diferentes, de puntos vistas adicionales enriqueciéndose mutuamente, a diferencia de un literal lectura literal, unilateral y estática, encadenando un estrechamiento de la lengua, un aplanamiento de la inteligencia, reduciendo la visión del hombre a la del animal, privados de los diferentes planos que tiene. Ahora, como lo escribió a Gilbert Durand para quienes símbolo es "Epifanía del misterio", “el  homo sapiens no es en definitiva más que un animal symbolicum”. Se quiera o no, reducir el agua a su fórmula química H2O, o calcular la rentabilidad de su caudal para la construcción de una central eléctrica, no da cuenta de la  totalidad del agua. El símbolo suscita una neguentropía del lenguaje un aumento gradual de la información.

El tiempo no es por otra parte más que un cientificismo autoritariamente reductor y mecanicista. Se sabe – y el hecho  merece consideración - que un número de científicos ha llegado hoy día  a reconocer la riqueza de pensamiento simbólico, tales Gerald Holton vinculando el mundo de la ciencia al de los símbolos, o de Niels Bohr estudiando la complementariedad de los contradictorios onda-corpúsculo. El papel de la imaginación y la subjetividad es reconocido por los científicos del 'nuevo paradigma' en el seno de un enfoque científico que no reniega las contribuciones de pensadores como Jacob Böhme, Paracelso, Kepler, los proponentes de la hermetismo y el imaginal; que se refieren con gusto  a "transdisciplinariedad", a la noción "Viviente",a  la subjetividad del observador: tantas  primicias de lo que merece ser considerado como  una verdadera revolución intelectual 10. Las nociones tales como la sistémicas: el todo es más que la suma de sus partes, la certeza de que no se podrá jamás  demostrar todo, la visión de varios niveles de la Realidad, la de la incompletitud fuera del espacio-tiempo y de la materia y la de procesos de autoorganización, donde se despliega el devenir, reúnen a su manera y en su lenguaje los datos comunes a las diferentes tradiciones.

Para citar dominios más precisos, la "causalidad global familiar al física cuántica  necesita la existencia de otro nivel de realidad que la simple materia. '' La "no-separabilidad - religa dos partículas más escapando al espacio-tiempo. En Astrofísica, incluso  si  el punto de vista  antrópico que querría que el universo haya sido creado para el hombre parece poco admisible, la afirmación de un Monod según la cual  "el hombre sabe finalmente que está solo en la inmensidad indiferente  del universo, de donde él ha emergido  por casualidad ", encuentra cada  vez más contestación. En la biología, la existencia de ' tipos reconocidos, el del hombre  o tal otro animal, excluye los intermediarios entre ellos (Fondi, Denton).» Estos diferentes "tipos", que se basan en  ' planes organizativos: (Dambricourt-Malassé), se asemejan mucho a los arquetipos platonizantes y ponen a mal  el darwinismo de estricta observancia  11

Así, frente al pensar exclusivo , fragmentado, de Occidente, provenientes a la vez del aristotelismo, de averroísmo, de la  escolástica decadente y del cartesianismo a los que han sucedido las Luces, que no han traído la Luz esperada, sino

10 . Contentémonos con sugerir en este sentido, entre otras numerosas obras: G. Holton: Imagination scientifique, Gallimard, 1981; G. Durand: L`Imagination symbolique, P.u.F., 1984; sous la direction de M. Cazenave et B. Nieoleseu: L`homme, la science et la nature, Le Mail, 1994; sous la direction de J. A. Maréehal: Sciences et Imaginaire, Albin Michel, 1994.

11. Sobre la aproximaciónde datos científicos y datos espirituales , ver Science et quête de sens, sous la direction de J. Staune, Les Presses de la Renaissance, 2005.

entre ciertas claridades humanistas, muchas oscuridades sinónimos de oscurecimientos : el cientificismo y el positivismo, el marxismo, el existencialismo y finalmente el nihilismo - cascada de sistemas que han terminado en lo que Heidegger ha nombrado 'el  impasse filosófico:-se asiste a un retorno del sentido cósmico, de la amplificación mítica, del símbolo, de lo onírico y la paradójico. Al conceptualismo rígido, jurídico, discursivo, de cerebro izquierdo, suceden la sensibilidad musical, la  plasticidad, intuitiva, sistémica, de cerebro derecho, al poder disolvente 12.

Paralelamente a este  cambio de mirada de algunos científicos de  vanguardia sobre  la Naturaleza, conviene saludar también, en una perspectiva diferente, es cierto, las tentativas  ecológicas, lejano resurgimiento de la Naturphilosophie, la ecología pretende ser un esfuerzo sincero y paciente para tratar de rendir la Naturaleza su integridad. Pero un  esfuerzo torpe e insuficiente: tal como se presenta hoy día, la ecología describe los síntomas, denuncia los excesos y escándalos, pero no remonta  a las fuentes de la enfermedad. Y mucho menos se refiere a los principios superiores  de la filosofía eterna, tal la interrelación del Espíritu y la Sustancia. Para el ecologista, la Naturaleza no es sagrada, ni don inviolable; ella es solamente una fuente de producciones que es preciso preservar de intrusiones  químicos y transgénicos, de poluciones  industriales, de  devastaciones salvajes. Hay todavía mucha distancia entre estos deseos y una ecología que sería más bien la búsqueda de la sabiduría aplicada a esta casa que es el universo donde vivimos.

12 Coagulante y disolvente donde se  reconocerá el vocabulario alquímico no son necesariamente peyorativas en este contexto; pero pueden llegar a serlo rápidamente. Si los excesos de Coagula causan sequedad, abstracción, la cerebralidad, la confusión intelectiva-intelectual-inteligente, los excesos del Solve - que existen naturalmente también - provocan la disolución de ideas, la falta de un plan coherente, el confusionismo (a menudo reconocible en la New Age) . Flexibilidad no es anarquía. Es preciso, ayer como hoy, tener  los dos extremos de la cadena.  

Por otra parte, tal como parece en el presente, la ecología está totalmente emancipada de estas intenciones primeras para unir el campo de las nuevas ideologías, a veces llevadas de la  mano por movimientos políticos agrupados bajo el apelativo  de 'Verdes' – los cuales probablemente ignoran implicación  alquímica de esta color-, a veces absorbida por corrientes  desviadas y sectaria, a la vez  mezclados de sentimentalismo  roussoniano, de progresismo ingenuo y todo un arsenal de folklórico que, pareciendo defender  valores tradicionales, los voltean  para hacer  sea un socialismo utópico que se hace violento, sea un neopaganismo liberado de todas las restricciones y toma la anarquía por la libertad. Nada de esto parece muy serio. No es ecologista quien  quiere a y hay distancia, seguramente, entre los ' auténticos chamanes amerindios o siberiano y el contestatario de hoy día que convoca al sonido del tambor en plena calle a los espíritus de los antepasados.

Por supuesto, el cosmos que nos rodea está enfermo; pero una verdadera cosmoterapia no se dedica solamente a cuidar el entorno luchando  contra el vertido de petróleo, los pesticidas y la deforestación; ella consistiría en primer lugar en salir del olvido estos principios superiores e incluirlos en  inscribirlos en los programas de gobierno.

Como para arrepentirse de su negligencia de los últimos siglos, el  cristianismo, o al menos una de sus recientes tendencias, comenzó a buscar un número de argumentos a favor de una ecología espiritual. La liturgia cósmica de Urs von Balthasar inaugura este nuevo género teológico-literario, aunque el tema de una Naturaleza leída a través de la Biblia no ha sido ajeno a los románticos. A su vez, Raimon Panikkar hablará sobre "cosmo-teandrismo. para designar las tres dimensiones de la realidad: Dios, el Hombre y el Mundo como intermediario. Esta Realidad es a la vez material en su dimensión de cósmica, humana  en su dimensión de conciencia  y divina en su dimensión de infinito y libertad; los tres íntimamente conexos. "No niego Dios; lo que yo niego, es un Dios que se lo concebiría como independiente, superior y enteramente separables. 13

Pero conviene especialmente mencionar las investigaciones de  Philipp Sherrard, todavía poco conocidas en Francia, y que se aplica a resaltar el carácter teofánico  de laNaturaleza encontrando en la tradición patrística Oriental los elementos de una  cosmología sagrada 14.

En primer lugar, el autor señala que  distinción tomista naturaleza sobrenaturaleza preparaba ya  la emergencia de un dualismo separando el ser del devenir. El  Cristo esta por tanto ahí para servir de intermediario privilegiado entre el Logos y el mundo, entre el ser trascendente e intangible y el mundo de las cosas materiales, el cual permanece tributario  del primero, lo que excluye todo panteísmo. "Dios, escribió Sherrard, no es sólo el creador del mundo; También es una manera lo que él crea. »

Por otro lado, la creación ex nihilo ha alentado la elaboración de los dos órdenes  separados de la Realidad, y por eso mismo, la desacralización del mundo creado. "Creación ex nihilo es la raíz de nuestra crisis ecológica. El nihil que en realidad no es la nada; Es la ausencia de tierra, de espacio, de materia, de toda cosa. Designa la interioridad divina, el fondo insondable de la Energías increadas de Dios y sus Posibilidades en número infinito. Creación a partir de la nada significa por lo tanto de hecho  Creación a partir de Divinidad  misma.

 

13.R Panikkar, Entre Dieu et le cosmos; Entretiens avec G. Jarczyk, Albin Michel, 998. 

14 Voir en particular  Human Image- Wbrld Image, River Vale (N. D, 1992, et Christianity-Lineaments of a Sacred Tradition, Brookline, Mas, 1998. Seyyed H. Nasr menciona Philipp Sherrard en Religion and the order of Nature, NewYork, 1996. Un estudio del M. Korger ha aparecido sobre el mismo autor en las revistas, Connaissance des Religions, nos 69-70, "vivir y transmitir la tradición", 2003. Se desearía ver aparecer la traducción anunciada del cristianismo interior: enfoques de una tradición sagrada, del mismo Sherrard.

Intermediario entre Dios y la creación, el hombre juega una verdadera función sacerdotal. En la Eucaristía, el pan y el vino están ahí para recordar que el Espíritu y  Sustancia no se excluyen sino se conjugan: los elementos creados no sólo son aptos para recibir el Espíritu divino, sino más exactamente a dejar despertarse  en ellos por un acto sacramental. El pan y el vino simbolizan toda la Creación en tanto que encarnación del Logos. El no-dualismo está ahí para aportar un testimonio abisal y sorprendente: la  “Presencia real” es efectivamente real - y no un mero dogma o acto de fe-, donde el pan es también el " Santo Cuerpo " como el vino, la "preciosísima sangre" de Cristo.

Eligiendo el dualismo, ' Occidente a elegido  el 2, es decir, el diablo, por poco que se recuerde origen de la palabra: diabolos, "divisor". ¿Es porque es en Occidente donde dualismo estaba destinado a manifestarse  e imponerse  con más vehemencia que el Dios  hecho hombre ha escogido para encarnarse como ejemplo mismo y demostración de Unión Espíritu -Substancia? La cuestión merece ser planteada - que parece no haberlo sido nunca - sub-entendiendo que , en cierta manera, las otras tradiciones, más o menos afectadas por el dualismo tuvo una menor necesidad de las especies eucarísticas que ellas encontraban intuitivamente por todos partes sin poder nombrarlos precisamente 15.

La renovación de la aproximación científica y el redescubrimiento, la invención de los tesoros cosmológicos incluido en el cristianismo tienen derecho a aparecer como dos importantes vías  susceptibles de conjurar la catástrofe dualista y operar rescate de la Naturaleza. La  una y la otra constituyen  dentro de una modernidad desacralizante  y destructiva  antídotos que no pueden ser considerados

15. Incluso algunos Apócrifos cristianos  dice de Dios está  en la piedra o la madera, y Meister Eckhart veía en no importa que  fragmento de pan la presencia de  Cristo en potencia.

como despreciable. Es en estas direcciones que reside  la verdadera ecología, que convendría  mejor por lo tanto nombrar ecosofía.

 

JEAN BIES

ORIENTATIONS SPIRITUELLES POUR UN TEMPS DE CRISE

D’un bon usage du monde moderne

Pardes, 44 rue Wilson, 77880 Grez-sur-Loing

Páginas 11-33

 

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