I. ECOLOGÍA
Después de la de su madre, la primera visión que tiene
el niño es la visión del mundo que le
rodea; y este mundo, después de la casa donde está él, no es otro que la propia
naturaleza, pero sigue siendo su madre qué el ve, porque natura significa
«acción de nacer» y ella sigue siendo su casa, como lo recuerda el término
"ecología", la ciencia de la oikos, esta "casa" que es la
naturaleza.
Sin embargo, esta no
está solamente hecha de paisaje donde pasearse. Es el receptáculo de las
realidades insospechadas, donde el cielo y la tierra, el espíritu y la materia
- materia, otra palabra emparentada a madre (mater) - reconciliaron sus opuestos
en nupcias de sombra y oro.
Las diferentes tradiciones las han interpretado a través de su propio lenguaje;
Pero todas colaboran en una concepción similar, la de una naturaleza
inseparable de una cosmología sagrada, una naturaleza- Teofanía, permitiendo a
lo Divino aparecer y revelarse a través de ella.
En este primer capítulo quizás no es más inmediatamente
accesible, pero sólo puede desalentar a un lector amante de facilidad o
sentirse demasiado modesto para intentar la apertura de ciertos desciframientos que debe estar seguro que tienden siempre hacia
más luminiscencia .
LA NATURALEZA: UNA
RESIDENCIA DE LO SAGRADO
Con respecto a la cosmología tradicional, la naturaleza no
es sólo un conjunto de componentes debidamente enumerados por la geología, la
botánica y zoología. No es sólo un teatro de observación por el estudio
empírico de los fenómenos, sus operaciones y sus interacciones. Tampoco es una
simple reserva imágenes y evocaciones estéticas amplificadas por la creatividad
de los artistas, aunque la naturaleza y la belleza son indisociables.
No teniendo modestamente a su disposición más que cinco
elementos: éter, fuego, aire, agua, tierra, tres cualidades o tendencias
fundamentales: ascendente, expansiva, descendiente y tres reinos a través del
cual desplegar: mineral, vegetal, animal, la Physis no triunfa menos en manifestar una manera multiforme y
multicolor, indefinidamente diversa
proyectando en su cumbre, a guisa de recapitulación y coronamiento, el
hombre, que, como un istmo o un puente, conecta este mundo triple de abajo a
los planos superiores de la Realidad.
La naturaleza ha sido descrita fácilmente como un espejo material
que refleja el espíritu en su seno. Sin duda imperfectamente, limitada como
está por espacio y tiempo, estas reducciones del infinito y la eternidad, por
fronteras restrictivas: reducción de lo Absoluto por disfunciones: reducciones
de la Perfección. Es que el reflejo no es nunca exactamente el objeto
reflejado: un abismo los separa, que
acentúan incluso la red de grietas deformantes y las borraduras del azogue.
Todo cristal tiene su paja, cualquier diamante su jade. A fortiori cuando se
trata de material opaco y resistente, que perdió su ligereza, su transparencia,
su sutil inmaterialidad. Podríamos
comparar esta característica incompletitud de todo reflejo al que, mirándose de
cara en un espejo, no vería más que de tres cuartos o de perfil: se
trata del mismo personaje, pero desviado, amputado, no teniendo de él más que una parte de su realidad, más que una
imagen tal vez fiel pero incompleta, incluso decepcionante. Bajo la cubierta
del cielo, cuyas procesiones Astrales miden las fases temporales y haciendo fondo en
la tierra desarrollan a lo lejos las distancias cardinales, la Naturaleza se revela
al hombre y revela al hombre a sí mismo. Se presenta a él como una superficie donde se transparenta
la sombra de los arquetipos; trazas
residuales del ultra-mundo, párrafos refractadas de lo Divino; Pero en la cual él
mismo se encuentra y lo reconoce a pesar
de todo como receptáculo de sus propios constituyentes. La Naturaleza cumple el
doble milagro de hacer visible lo Invisible y de confirmar al hombre visible su
parte de invisibilidad.
Tal como elle se presenta a nosotros, la Naturaleza es Revelación
antecedente de todas las Revelaciones,
libro no escrito por mano humana, anterior a las Escrituras. En la filigrana de
los dibujos de corteza y del roquedal, en el surgimiento de la piedra preciosa
en las disposiciones en espiral de las
conchas, los remolinos de hojas, el los giros del viento, en los movimientos, en los órganos florales, en los
juegos nubosos, en la singularidad de cristales de la nieve, en los ritmos estacionales,
en la alternancias de muertes y nacimientos, en " el mar ido con el sol” ,en
la virginidad de los espacios inexplorados donde los dioses tienen su hogar, en
los glaciares y las soledades salvajes, en el monte "amontonado de apoteosis",
pero también, en el misterio de la crisálida, en la majestuosidad del León o el
instinto seguro de los veleros migratorios en la liviandad rebotadora del
ciervos en el feliz vitral revoloteante de la mariposa, la Naturaleza,
lugar de convergencia de los relaciones, de proporciones, de simetrías, de
correspondencias armónicas entre las partes y el todo, derivado del Número de
Oro que hablaba Matila Ghyka tan bien en explorando el "esoterismo matemático", la Naturaleza,
decimos, es como la demostración , o la custodia del Principio transparentándose
en la sustancia. Porque se trata en
primer lugar sustancia , en tanto que substratum plástico o forma, número, calidad,
diferenciaciones, accidentes inscribiéndose como una cera viviente 1. A pesar de la decadencia que no sin afectar la
"arcilla original”, esta continúa guardando memoria de huellas que le han sido impresas
durante su formación, de llevar los surcos
y las trazas, como los “vestigios “ que
la justicia deja en la tierra antes de remontar
al cielo, al final de la Edad de Oro 2. Así, la Naturaleza no está totalmente obscurecida.
Subsisten en ella a la vez una espontaneidad, una obediencia, una fidelidad a
las leyes que le fueron impuestas. Se
muestra incapaz de astucia , sólo capaz de adaptación a situaciones inéditas; ella se abstiene de toda
decisión intempestiva. Cada elemento sigue, por así decirlo, la vocación que es
la suya: el agua fluye, el fuego arde, los astros se levantan y se acuestan a
horas fijas; “la rosa es sin por qué”. Hay en la naturaleza una autenticidad cándida,
la de la eterna juventud que no puede no ser; un constante y delicado
equilibrio que la hace a la vez inmóvil y moviente, luminosa y sombría, simple y compleja, insensible y
reactiva, real e ilusoria, cualitativa y desmultiplicada.
*
* *
Son precisamente estas cualidades que el hombre moderno no soporta.
La naturaleza se presenta a él
1. La filosofía antigua que se redescubre distingue la
esencia, o forma (eidos), sustancia (hipóstasis) y materia propiamente dicha (hyle).
La esencia es el principio espiritual, arquetípico, presidiendo la posibilidad
de la emergencia de un ser. La materia
es la totalidad de los fenómenos en su multiplicidad, sus sucesiones, sus
arreglos y sus cambios. Entre los dos, la sustancia se lleva a cabo como
ubicado bajo los fenómenos (sub) sin ser alterado en su estabilidad (stare);
asegurando la identidad fundamental de cada ser creado. La materia se ha substituido poco a poco en la sustancia, por lo tanto, la aparición de
dualismo, sobre el cual volveremos.
2. "Dejando la tierra, la justicia dejó la huella de
su última paso" (Extrema Justitia excedens terris vestigias fecit), escribió
Virgilio en las Geórgicas , II, 474.
como el exacto resumen de todo lo que le es más
insoportable, de todo lo que él execra,
y que le hizo rechazar el contemplarse en el reflejo universal que se le tiende.
No puede soportar en particular que
exista alguna cosa, que él mismo no haya creado, inventado, donde no está para
nada, que no puede controlar ni modificar, sino en muy pequeña escala; Que él está condenado solamente a imitar, y la cual mide el carácter
auténtico. Porque no encuentran un árbol, una roca, una flor o una bestia
con instinto seguro. Se añade que según
las tradiciones encontradas a lo largo de la historia humana, nada habla más al
hombre de Dios, nada le muestra mejor que
la Naturaleza.
Por esta razón hombre prometeico tiene constantemente a
desfigurarla, a castigarla por su
impertinencia ingenua, por la mala conciencia que le da; castigarla por su docilidad al orden del mundo, su sentido innato de
concordancias, sus accesorios, sus procedimientos, contrariándola en su marcha,
extenuándola en sus recursos. Suprimir la naturaleza en todas partes donde es
posible hace que ella se encuentre en la
imposibilidad de recordarle lo que más
aborrece, el testimonio irrecusable de un Principio que imperturbablemente,
esta naturaleza continúa a ponerle bajo de los ojos. Esta presencia irritante se
convierte en un tormento, porque la belleza divina le es también insoportable
como lo es la fealdad que guarda en memoria
lo Divino.
Lo que este hombre se siente con respecto a la naturaleza no
es nada más finalmente que un odio inexpugnable, porque su presencia
silenciosa, impasible, inquietante, está siempre allí, que frustra y pulveriza
todos los planes que fomenta contra ella. En el fondo de él, sabe que le precedió
miles de millones de año, le sobrevivirá otros tantos, sumergiendo y engullendo
todo lo que él ha intentado para destruirla, cuando es él mismo quien se destruye.
Sabe que esta naturaleza no tiene necesidad de él; que elle no le debe nada, ni
su potencia, ni su eternidad, ni su esplendor infinito. Ella se contenta con
mostrarle cuan delgado es su poder sobre ella y de recordarle sus límites. Lo que el hombre interpreta como
si la Naturaleza le provoca con
insolencia.
Es este haz de hechos lo que pone furioso contra ella;
y su sadismo se encuentra tanto más excitado
cuanto la naturaleza parece dejarse
hacer sin protestar. Pero sin duda sabe
obscuramente que ella tendrá de todas formas la última palabra, y el hombre sabe que ella
lo sabe. 3
El origen de la hostilidad del hombre a la Naturaleza remonta,
a decir verdad, muy lejos. Sin ir hasta evocar el "firmamento de Génesis que separa
claramente las aguas “ superiores" de las “inferiores” , ni siquiera la
visión platónica – a matizar - de '” ideas” separadas de los 'fenómenos', e
identificando el cuerpo material a una tumba, ni tampoco una cierta augustinismo
separando lo increado de lo creado, se
puede decir que desde siglo XV, Juan de Salisbury" quiere que” las fuerzas de
la naturaleza sean analizadas y explicadas en sí ellas mismas” , no obstante
que el cristianismo oriental continuará a considerar el mundo como menos creado
que engendrado del Padre. En el siglo siguiente, Abelardo estableció la
autonomía de las ciencias de la naturaleza, fuera de cualquier presupuesto
metafísico. Poco a poco, Aristóteles reemplaza a Platón, la abstracción
sustituye a la contemplación, los hechos suceden a los arquetipos. La cosmología sagrada desaparece,
llevando consigo la correlación entre lo material
y espiritual:
3. Un pape absolutamente distinto podría ser devuelto al hombre, el de hacerse no
enemigo sino el asociado de esta Naturaleza.
Esto es lo que Carl Gustav Jung ha querido hacer entender haciendo de este
hombre el colaborador del que Dios tiene necesidad. En mi vida, IX, 'Viajes',
Jung dice que, situado en las llanuras de Ahiti,, cerca de Nairobi, descubrió
en un paisaje virgen y grandioso manadas de animales salvajes paciendo desde milenios. Tuvo la revelación que “el hombre es indispensable para la perfección de
la creación; más aún, él mismo es el segundo creador del mundo”. Por la
conciencia misma que tiene, el hombre lo crea realmente, porque lo hace pasar de una
existencia potencial a una existencia objetiva, lo lleva a su cumplimiento.
"Lo que la naturaleza deja incompleto, el arte (humano) lo completa," asegura el Adagio
alquímico. El hombre hace salir la Naturaleza de la noche del no-ser y por ahí
descubre hacia ella una responsabilidad. El reencuentra al mismo tiempo sentido
a su propia vida.
el dualismo estaba en camino, que triunfaría en el cartesianismo y sus herederos, las luces
y después los Moderno. En el siglo XIV, Guillermo de Occam, precursor de los
empiristas ingleses, considera a Dios "extraño al mundo que ha creado”.¿ Influencia
del maniqueísmo fundado en la oposición de Ormuzd, la luz, y Arihman, la
oscuridad, misteriosamente aportado en occidente?
Tal vez. Bacon hablará más tarde de extorsionar los secretos de la naturaleza
por la tortura (se apreciarán los
términos). "Descartes en fin reducirá la vida a modalidades corporales, el
espíritu, a mente de razonante, y entendimiento; limitará la ciencia a lo utilitario, querrá hacer al hombre
"maestro y poseedor de la naturaleza. El camino estaba abierto a la
tecnología pronto demente, y que Descartes hubiera seguramente condenado
definitivamente pero ya demasiado tarde.
Un gran error del cristianismo occidental en esta área ha
sido hacer caso omiso de los padres fundadores de la cosmología sagrada
inherentes a esta religión: Justino, Orígenes, Clemente de Alejandría, Dionisio
el Areopagita, Gregorio de Nisa y Gregorio de Nacianzo, Máximo el Confesor, Juan
Scoto Érigena, Eckhart, Ruysbroeck, Buenaventure, San Francisco de Asís.
Mientras continúa a ver en el universo la creación de Dios, ha descuidado
siempre de ver aquí también más que una reflejo: una Teofanía, o si se prefiere,
un icono. No ha visto en la Naturaleza un segundo libro paralelo a la Biblia, provisto
como ella de una escala de significaciones,
no considerando aquí por el contrario, como el materialismo, más que un
conjunto de fenómenos. No ha visto en la Naturaleza una segunda Revelación, de las Cualidades divinas: anchura, altura y
profundidad, poder, sabiduría, armonía, sutileza, detrás de las cuales se
mantiene inmutablemente el Principio.
Por ahí, ha contribuido, incluso antes de la entrada en vigor de la ciencia, a
desencantar al mundo y a privar al
hombre de la virtud de la admiración.
Sin duda convenía la primitiva iglesia
apartar de la nueva religión cualquier rastro de un paganismo idólatra y
degenerado arriesgando divinizar a los objetos naturales. Pero queriendo purificarla de todo vestigio de
este género, ha suprimido al mismo tiempo la idea de esta participación de lo
sensible en lo divino, que mencionaba Platón en el Timeo, así como lo hacen
ciertos pasajes Corpus Hermeticum.
Más o menos subterráneamente, diversas corrientes, excluidas
por el magisterio en su temor de un retorno de los dioses, continuarían sin embargo transmitiendo esta cosmología cristiana;
así el hermetismo, la alquimia y la Naturphilosophie, para las cuales Dios y su
creación no son radicalmente diferentes. Si la naturaleza no es Dios, Dios es
también la naturaleza. No hay nada de panteísta: no es tanto Dios quien está en
el mundo como el mundo que está en Dios. Por tanto, sería más justo hablar de un panenteísmo: Dios crea el mundo en
el interior de sí mismo; Hay participación recíproca entre las dos polaridades:
el Absoluto que él es y lo relativo que lleva en sí.
*
* *
Mientras que para el hombre moderno, la Naturaleza es un
conjunto de producciones económicamente explotables sin considerar los
perjuicios así aportados a la integridad
del planeta y a las dislocaciones que sobrevienen, es una perspectiva
totalmente diferente la que el hombre
espiritual lleva sobre esta Naturaleza.
Puede ser interesante estudiar su manera de aprehenderla través de algunas de las
tradiciones que nos son mejor conocidas. Lo que la naturaleza aporta en efecto
y enseña al contemplativo, al que sabe que ver lo invisible consiste en primer
lugar en ver lo visible percibiendo a
luz del día las apariencias, es todo junto una respetuosa familiaridad, un
sentimiento de parentesco, un temor reverencial, un poder de asombro y
admiración. Es la combinación de los diferentes prismas de la Naturaleza y
estas cualidades de la inteligencia
humana, que está en el originen
de todo lo que los textos sagrados han podido decir y dar a conocer en los
capítulos de la cosmología. Si se aplica a considerar las lecturas que hacen de
la Naturaleza las distintas tradiciones, se descubre sin duda notables
diferencias según las prioridades consideradas, pero también evidentes
concordancias. Así vemos desarrollar en la Kabbalah un descifrado netamente esotérico de la Naturaleza; la patrística extraer meditaciones o doxologías líricas;
el ta'wil del Sufismo discernir aquí signos de finalidad escatológica y moral; la shruti hindú disponer en mandalas
mitológicos; el taoísmo hacer soportes oraculares y sapienciales 4, esta concordancia diversificada de las lecturas así
producidas prueba que existe, en las áreas de la naturaleza como en otros
lugares, una jerarquía de interpretaciones, una gama de puntos de vista, pero
también y sobre todo, un mismo
asimiento, del Interior, un misterio espiritual enterrado en el corazón de la
materia y haciendo de la Naturaleza una verdadera Gnosis de inmanencia.
La recensión amplia y concisa que establece el Génesis pueda valerse por sí misma por poco
que se sea sensible a la sobria poesía que desenvuelve. Sin embargo, el genio interpretativo de la tradición hebrea ha
abierto en este texto fundacional brechas que revelan abismos insospechados.
Es así que el día y la noche designan, el uno, el aspecto
inteligible de Dios, su esencia - el Ser-, del que pueden aproximarse las
criaturas provistas de las cualidades necesarias,
4. Se puede estar sorprendido de ver el vasto campo
semántico que una sola palabra puede recorrer de una tradición a otra. Para
mantenernos en un ejemplo, la palabra "hierba" significa en la Cábala
el orden angélico. En los kontakia de un
Romano el Melodio, la hierba equivale al hombre - leer la humanidad-, efímero
como la gramínea. Ausente del Corán por razones climáticas tan fácil de
entender, la hierba reaparece en el hinduismo (asclepias acida), 011, presionada,
ella da el Soma, la ambrosia
inmortalizante; también en el budismo, donde ella representa cualquier criatura
viviente por la cual el Buddha volverá hasta salvar la última; en el taoísmo, donde
el carrizo arrancado acarrea con el el césped,
como el hombre de valor se ve es seguido por aquellos que comparten sus
sentimientos.
el otro, el aspecto sobreinteligible de Dios, su sobreesencia
– el No-ser-, inefable e inaccesible. El Cielo corresponde igualmente a la Actividad del Principio atravesando
la Creación como un eje alrededor del cual se ordenan y gravitan las diversas categorías de arquetipos – modelos
ideales, eternos, inmutable, perfectos,
suprasensibles-y sus cristalizaciones o densificaciones materiales, sin embargo
la tierra y los mares corresponden a la Receptividad ofrecida a la luz fecundante. Las "aguas
superiores" simbolizan las vibraciones, las potencialidades increadas; ellas
se manifiestan en las “aguas inferiores”, las potencialidades actualizadas en
el mundo creado.
Los verduras y las hierbas
simbolizan las jerarquías angélicas; los árboles llevando frutos son réplicas
del Eje divino; el hombre que les sucederá llevará, él también, simiente, tanto genital como
deificante. Las «Luminarias», Sol y Luna, que no llegan más que en este momento del relato -
que demuestra que este no revela en nada
la 'historia' cronológica -, reenvían, el uno, al principio masculino de la
Manifestación, la Perfección activa, el otro al principio femenino de la Receptividad,
la Perfección pasiva.
Los peces del mar designan los arquetipos de la vibración
sensible, materiales, horizontales, se podría decir; los pájaros del cielo, los
arquetipos de las vibraciones sutiles, espirituales, verticales. La fecundidad de las criaturas es
debida a la simiente sagrada de la Presencia divina depositada en ellos. Por su
Esencia, su espíritu supra-individual, su alma y su existencia corporal, el
hombre adámico contiene, recapitula en miniatura todos los mundos visibles e invisibles.
El salmo 104 es el eco de las enumeraciones cosmológicas del
Génesis, del que retoma aproximadamente el orden, abandonando su interpretación
simbólica. Simple inventario de las maravillas de la naturaleza, celebra los
cielos desplegados
5.El Leo Schaya ha propuesto una notable interpretación de
Génesis, a la cual no podemos más que reenviar: La Création en Dieu , II, 10,
Dervy, 1983.
como una tienda de campaña, las nubes sirviendo de chal a Yahvé, los vientos, sus mensajeros, el
mar “'de grandes manos”, el trueno que mueve la tierra, el 'fuego', la fuente
brotando de los barrancos y más sensualmente, el vino que alegra el
corazón, el aceite que ilumina los rostros.
Esta vibrante inspiración pasará al cristianismo del Sant Pablo
recordando: "lo que (Dios) tiene de invisible desde la creación del mundo
se deja ver a la inteligencia a través
de sus obras, su eterna potencia y su
divinidad" (Romanos 1:20). Un San Alberto Magno comienza a buscar los vestigias Dei; un San Buenaventura
sorprende las "signaturas" de Dios en el movimiento, el orden, la
medida, la belleza y la justa proporción de las cosas, (que retoma Sabiduría ,
XI, 20: «Tu has dispuesto todo en medida, el número y peso "). En todas
las criaturas "Dios en persona se encuentra oculto”; presente en todas
partes, pero de una manera latente: latet
ipse Deus 6. Se imaginaría bastante bien curvado, inclinado bajo la bóveda
de la Creación a la manera de un monje hesicasta en la cueva donde se ha retirado, como lo demuestran ciertos iconos; Aunque
lejos de tenerse en un solo punto del
universo, Dios se extendiendo y difunde indefinidamente. Por lo tanto, se disimula
a través de la sustancia dejándose
adivinar por todas partes, y sin los objetos creados - sus habitáculos - no
están sometidos a discontinuidad, unidos
como están juntos por las redes cerradas de interdependencia de todas las cosas 7. Himno de gloria al Altísimo, acción de Gracias, el Cántico
de las Criaturas es
6 Lateo se
relaciona con latebrae, «jubilación, escondido”,
vinculado a la idea de misterio, asociado a tenebrae.
Virgilio, anteriormente citado, aproxima, usando el lenguaje de los pájaros, el
Latium de lateo: Saturno huyendo de
las armas de Júpiter Saturno elige el nombre de Latium, tierra de bosques y
montañas, "donde fue escondido (latuisset)
con toda seguridad" Eneida, VIII, 322-323.
7. La escolástica nombrará esta presencia de Dios en el
mundo 'presencia de inmensidad' y leerá en el universo una prueba de su
existencia evocando el principio de la causalidad. Por otro lado, en el alma
humana, en revancha, Dios no se contentará de estar presente a manera de un reflejo: estará
aquí en tanto que Origen del ser creado; Será Dios mismo en el corazón del
hombre, es decir, «presencia de habitación
Una admirable ilustración
de esta perspectiva. San Francisco de Asís aquí exalta a nuestros hermanos y
hermanas el sol, la luna, los cuatro elementos, porque el Padre mismo beneficia
a todas las criaturas de su presencia y su orden providencial. Por ellas irradian la bondad del Creador y su amor
total. Cargado de afectividad al mismo tiempo que de un conocimiento cosmológico raro en el
cristianismo - una Santa Hildegard Von Bingen había precedido al santo de la L'Alverne
en esta vía – la obra se presenta como la culminación de las celebraciones anteriores
que ella sintetiza, así como un punto de partida para ampliaciones tales como podría encontrarlos en métodos
espirituales extracristianos. Efusiones, derrames de una emotividad no sin reminiscencia de la bhakti hindú 8. La vía estaba abierta a la poesía lírico-místico de
la Naturphilosophie, no obstante que el
linaje cristiano se continuaría hasta la época moderna con las Elegías de Rilke
y las Grandes odas de Claudel.
Entramos con el islam en una perspectiva diferente, donde
todavía la idea del universo como "Teofanía” (tajallf)se va a encontrar amplificada.
El sufismo considera el universo como un conjunto de espejos de facetas, en los
cuales la Esencia infinita se refracta y se contempla a través de una multitud
de formas y que reflejan según diversos grados la revelación irradiante de los
arquetipos divinos, o Posibilidades principiales. Estas teofanías del Ser único,
'tesoro escondido' que ha querido hacerse conocer creándolos mundos, no son perceptibles más que a la mirada de conocimiento predispuesta a ver
saber y provista de la receptividad Interior requerida.
Estas teofanías son también, en el plano terrestre donde nos
encontramos, los, "índices brillantes", de los "prodigios: (ayat), termino citado 89 veces en el Corán, y que son
8.El Voir François Chénique, el Yoga espiritual San
Francisco de Asís, Dervy, 1978 donde el autor muestra que el camino propuesto
por el poverello recoge de hecho en realidad los diferentes yogas de la
acción acciones (karma), de la devoción (bhaku) y del conocimiento (jnana).
parte las Suras mismas: los astros del día y la noche de
cursos perfectamente reglados, las estrellas guiando a los viajeros, los
pájaros volando sin soporte en el vacío, el hierro, útil y violento, el árbol,
cuya sombra enseña al creyente a postrarse, “ los navíos cruzando el mar parejos a las cimas”, el rayo que desciende
sobre los renegadores; y advertencias del Fin, los agrietamiento del cielo, la
dispersión de las estrellas, el desbordamiento de agua, el flujo de las
montañas.
Tantas pruebas ontológicas,de recordatorios,de advertencias, de amonestaciones a la dirección
"dotada de entendimiento" y de los que tendrían culpa de
descuidarlos. Pero signos también igualmente acordados a los hombres por efecto
de la misericordia del Señor de los Mundos.
En una sociedad politeísta y pastoral como la de la India,
la importancia de la naturaleza va, mucho más, por supuesto; reviste una amplitud más considerable que en cualquier
otra parte.
"El desmembramiento del Purusha primordial, Prajapati, ofreciéndose
a sí mismo como víctima sacrificial para dar lugar a la enunciación cósmica -
que aproxima el desmembramiento de Osiris egipcio y el Adam qadmon, el hombre
Principial»-dará nacimiento , entre otros ,a las Luminarias, las plantas, los animales con 'una
doble fila de dientes' y al hombre. Como enseña el Rig Veda (X 90), de su
cabeza se desarrolló el cielo, de sus pies nació la tierra, de sus orejas, las
direcciones del espacio. El cielo (Svar) es las esferas luminosas, exteriores
al mundo de los dioses extraños a las dualidades. La Tierra (Bhur) es el campo
de principios manifestados, el aire del juego de Prakriti, la Naturaleza
naturante, cuyas múltiples invenciones dan vida y movimiento a "nombres y
formas de la Naturaleza naturada. Entre el cielo y la tierra extiende el
espacio intermedio (Bhuvar), donde se elaboran las potencialidades. Agni – el «Oblador»,
el Fuego-, Surya - el "inscitador", el Sol, "el ojo del cielo.
-, arianya - la "nube de lluvia:-, Ushas- la Aurora «ungida dee rayos» -, Vayu - el Viento, que anima las
criaturas -, son algunos de los actores que pondrán en obra el orden y la
marcha de la Naturaleza universal. Una Naturaleza donde todo está en estrechas
relaciones e interacciones, dioses y anti-dioses comprendidos: "esto es eso";
sujeto al río del devenir sinusoidal, del continuum en bucles que
constituye el samsara. El secreto divino
habita en el fondo de la materia, el sol, espiritual permanece en la oscuridad,
“ pozos de miel cubierto por la roca”.
Las concordancias
correlativas existentes entre el Espíritu
y la Sustancia – La "materia no
vendrá más que después, en tiempo modernos, una vez excluidos los elementos
semi-divinos dejados anteriormente-, se reencuentran entre el universo y el hombre. “El hombre no
es otro que el universo. Lo que vale para el gigante cósmico primordial de la
cual todo ha nacido vale sistemáticamente para la criatura humana. "El
espíritu en el hombre y el espíritu presente en el sol, es el mismo; Éste es único
"declara explícitamente el Taittirîya-upanishad (III, 10).Por otra parte estará correlacionada el sol y el
intelecto supramental, translógico, la luna y el mental – entendimiento discursiva,
las aguas y los humores, relámpago y energía, el viento y el soplo vital.
Omnipresentes, obrando en todas partes en el macrocosmos
universal como en el microcosmos humano, los dioses son también vehículos de un
simbolismo psicológico y espiritual 9. Por eso,
dejando el significado literal del Rig - Veda a la religión popular, un comentarista
inspirado como Shri Aurobindo se une para discernir en estos himnos la
significación más pregnante, sacada de las realidades naturales que ellos proponen;
en particular, la puesta en escena del combate donde se enfrentan a los poderes
de la luz y los de
9. Esto es lo que se propone Mostrar Shri Aurobindo en su Le
Secret du Veda, , Cahiers du Sud, ensayo de 1954, que reduce a nada las interpretaciones
naturalistas y panteístas de
erudición moderna. Alain Daniélou
destacó por su parte en el politeísmo hindú: "el panteón entero no es más
que un cuadro de la vida interior del hombre."
la Oscuridad, los aspectos y etapas de la conquista de la
verdad sobre la ignorancia, objetivo último de la vida humana y fundada
enteramente en el sacrificio interior.
En esta epopeya del
alma, el Fuego corresponde a la voluntad
y al ardor que inspira la divina sabiduría,
la fuerza activa para alcanzar la
inmortalidad. Es también el guardián quien defiende al hombre contra los
poderes adversos de oscurecimiento. El
"día blanco: el “día negro"- se notará la utilización del mismo término
como tercer incluido enlazan los opuestos
- son precisamente las Estados luminosos y tenebrosos que reparten el campo de
la conciencia. '' La cueva de la montaña es el lugar donde los poderes limitativos
y divisores de la infraconsciencia aprisionan a los mortales. La Aurora, que
pone de manifiesto la totalidad de la existencia, es la función de iluminatriz que
da acceso a la inmensidad y a la
felicidad espiritual; Es la conciencia superior, disipadora de la ignorancia. Los ríos que descienden de
las alturas difunden la influencia de la gracia desbordante de las riveras del ser. Las vacas opulentas representan la radiación y la
riqueza de la iluminación supramental, sin embargo la abundancia de caballos
indica la potencia de la energía vital,
el impulso hacia arriba. Es a los vastos pastos de beatitud a donde son conducidos los
brillantes ganados, cuya trashumancia no es otra que el crecimiento del ser en
la naturaleza divina.
El desciframiento taoísta de la Naturaleza se inscribe en
una perspectiva a su vez específica y original, inmediatamente pragmática
y consistente en la utilización de elementos naturales para fines pedagógicos.
Los sabios que vivían en su seno consagraron su tiempo para observar los desarrollos
alternativos, transmutaciones silenciosas; registraron conjunciones y
disociaciones sucesivas cuyos procesos son encuentran en el corazón del hombre
e inspiran la conducta a seguir
según circunstancias tan fluctuantes
como imprevistas. Los sesenta y cuatro hexagramas del Yi King derivan sus enseñanzas de Paisajes contemplados, del curso de las
estaciones y sus ritmos internos de los múltiples imponderables de los que extraer lo útil y lo sapiencial.
Entre el cielo (yang),
en potente dinamismo creador y la tierra (yin),
la receptividad plástica y flexible, el Agua significa lo insondable, la humildad ,la paciencia que viene al término de los más
duros obstáculos; el trueno, el "despertador", inspira al hombre el
temor y el deseo de poner sus asuntos en
orden. El trueno rueda y el viento sopla; pero sus movimientos de ida y retorno
obedecen leyes constantes; Así, el hombre noble se convierte a la discreción del
tiempo, pero la ley interna de su ser queda sometida a una fuerte dirección. La
inmovilización la montaña sugiere la paz del corazón. El árbol crece
lentamente; Por lo tanto la influencia sobre los hombres no puede ser más que
gradual. El cielo en medio de la montaña: imagen del sabio sacando los tesoros
de la sabiduría enterrados en el pasado, pero reviviéndolos al revivirlos en el
presente. Suave y ligero, el viento empuja las nubes en el cielo sin producir
ningún efecto apreciable: en el tiempo donde no es posible ninguna gran acción,
queda al hombre afinar su ser en el
cumplimiento de las cosas modestas, un "aprovisionar lo pequeño. El lago,
el 'feliz', puede ver su agua secarse: imagen del agotamiento del hombre noble contrariado
por los hombres vulgares. Agua suspendida sobre el fuego produce energía;
desbordante, ella extingue el fuego: energía perdida. Es lo mismo, en la vida,
las coyunturas s donde las de fuerzas contrarias
se dispersan, pero a veces también se equilibran, a condición de vigilar la
corrección de su mantenimiento.
Tantas observaciones sacadas de comparaciones y de analogías
que enseñan cómo o por qué es oportuna o desfavorables emprender alguna cosa,
abstenerse u obstinarse, adoptar tal actitud, cambiar, adaptarse, hacer la
retirada en el no-obrar, seguir la vía media, reconocer al "gran hombre", atravesar
o no las " grandes aguas ".
*
**
El hombre moderno no tendrá a mal ver en estas visiones del
mundo los efectos de una mentalidad primitiva, arcaica, mágica, imaginativa,
supersticiosa y, lo peor de todo, simbólica, a la cual se apresurará a oponer
la actitud adulta y racionalismo cientificista.
Es ignorar totalmente la polisemia de
los símbolos de acuerdo con el número indefinido de registros de Realidad Toda.
No se trata en efecto un pensamiento prelógico sino más bien translógico. El
simbolismo supone una simultaneidad de facetas diferentes, de puntos vistas
adicionales enriqueciéndose mutuamente, a diferencia de un literal lectura
literal, unilateral y estática, encadenando un estrechamiento de la lengua, un
aplanamiento de la inteligencia, reduciendo la visión del hombre a la del
animal, privados de los diferentes planos que tiene. Ahora, como lo escribió a
Gilbert Durand para quienes símbolo es "Epifanía del misterio", “el homo sapiens no es en definitiva más que un animal
symbolicum”. Se quiera o no, reducir el agua a su fórmula química H2O, o
calcular la rentabilidad de su caudal para la construcción de una central eléctrica,
no da cuenta de la totalidad del agua.
El símbolo suscita una neguentropía del lenguaje un aumento gradual de la
información.
El tiempo no es por otra parte más que un cientificismo
autoritariamente reductor y mecanicista. Se sabe – y el hecho merece consideración - que un número de
científicos ha llegado hoy día a
reconocer la riqueza de pensamiento simbólico, tales Gerald Holton vinculando
el mundo de la ciencia al de los símbolos, o de Niels Bohr estudiando la
complementariedad de los contradictorios onda-corpúsculo. El papel de la
imaginación y la subjetividad es reconocido por los científicos del 'nuevo
paradigma' en el seno de un enfoque científico que no reniega las
contribuciones de pensadores como Jacob Böhme, Paracelso, Kepler, los
proponentes de la hermetismo y el imaginal; que se refieren con gusto a "transdisciplinariedad", a la
noción "Viviente",a la
subjetividad del observador: tantas primicias
de lo que merece ser considerado como una verdadera revolución intelectual 10. Las nociones tales como la sistémicas: el todo es
más que la suma de sus partes, la certeza de que no se podrá jamás demostrar todo, la visión de varios niveles de
la Realidad, la de la incompletitud fuera del espacio-tiempo y de la materia y
la de procesos de autoorganización, donde se despliega el devenir, reúnen a su
manera y en su lenguaje los datos comunes a las diferentes tradiciones.
Para citar dominios más precisos, la "causalidad global
familiar al física cuántica necesita la
existencia de otro nivel de realidad que la simple materia. '' La "no-separabilidad
- religa dos partículas más escapando al espacio-tiempo. En Astrofísica,
incluso si el punto de vista antrópico que querría que el universo haya
sido creado para el hombre parece poco admisible, la afirmación de un Monod
según la cual "el hombre sabe
finalmente que está solo en la inmensidad indiferente del universo, de donde él ha emergido por casualidad ", encuentra cada vez más contestación. En la biología, la
existencia de ' tipos reconocidos, el del hombre o tal otro animal, excluye los intermediarios
entre ellos (Fondi, Denton).» Estos diferentes "tipos", que se basan
en ' planes organizativos: (Dambricourt-Malassé),
se asemejan mucho a los arquetipos platonizantes y ponen a mal el darwinismo de estricta observancia 11.»
Así, frente al pensar exclusivo , fragmentado, de Occidente,
provenientes a la vez del aristotelismo, de averroísmo, de la escolástica decadente y del cartesianismo a
los que han sucedido las Luces, que no han traído la Luz esperada, sino
10 . Contentémonos con sugerir en
este sentido, entre otras numerosas obras: G. Holton: Imagination scientifique,
Gallimard, 1981; G. Durand: L`Imagination symbolique, P.u.F., 1984; sous la
direction de M. Cazenave et B. Nieoleseu: L`homme, la science et la nature, Le
Mail, 1994; sous la direction de J. A. Maréehal: Sciences et Imaginaire, Albin
Michel, 1994.
11. Sobre la aproximaciónde datos
científicos y datos espirituales , ver Science et quête de sens, sous la
direction de J. Staune, Les Presses de la Renaissance, 2005.
entre ciertas claridades humanistas, muchas oscuridades
sinónimos de oscurecimientos : el cientificismo y el positivismo, el marxismo, el
existencialismo y finalmente el nihilismo - cascada de sistemas que han terminado
en lo que Heidegger ha nombrado 'el impasse filosófico:-se asiste a un retorno del
sentido cósmico, de la amplificación mítica, del símbolo, de lo onírico y la
paradójico. Al conceptualismo rígido, jurídico, discursivo, de cerebro
izquierdo, suceden la sensibilidad musical, la plasticidad, intuitiva, sistémica, de cerebro
derecho, al poder disolvente 12.
Paralelamente a este cambio de mirada de algunos científicos de vanguardia sobre la Naturaleza, conviene saludar también, en
una perspectiva diferente, es cierto, las tentativas ecológicas, lejano resurgimiento de la
Naturphilosophie, la ecología pretende ser un esfuerzo sincero y paciente para
tratar de rendir la Naturaleza su integridad. Pero un esfuerzo torpe e insuficiente: tal como se
presenta hoy día, la ecología describe los síntomas, denuncia los excesos y
escándalos, pero no remonta a las
fuentes de la enfermedad. Y mucho menos se refiere a los principios superiores de la filosofía eterna, tal la interrelación del
Espíritu y la Sustancia. Para el ecologista, la Naturaleza no es sagrada, ni don
inviolable; ella es solamente una fuente de producciones que es preciso preservar
de intrusiones químicos y transgénicos, de
poluciones industriales, de devastaciones salvajes. Hay todavía mucha distancia
entre estos deseos y una ecología que sería más bien la búsqueda de la
sabiduría aplicada a esta casa que es el universo donde vivimos.
12 Coagulante y disolvente donde se reconocerá el vocabulario alquímico no son
necesariamente peyorativas en este contexto; pero pueden llegar a serlo
rápidamente. Si los excesos de Coagula
causan sequedad, abstracción, la cerebralidad, la confusión
intelectiva-intelectual-inteligente, los excesos del Solve - que existen naturalmente también - provocan la disolución
de ideas, la falta de un plan coherente, el confusionismo (a menudo reconocible
en la New Age) . Flexibilidad no es anarquía. Es preciso, ayer como hoy, tener los dos extremos de la cadena.
Por otra parte, tal como parece en el presente, la ecología
está totalmente emancipada de estas intenciones primeras para unir el campo de las
nuevas ideologías, a veces llevadas de la mano por movimientos políticos agrupados bajo
el apelativo de 'Verdes' – los cuales
probablemente ignoran implicación alquímica de esta color-, a veces absorbida
por corrientes desviadas y sectaria, a
la vez mezclados de sentimentalismo roussoniano, de progresismo ingenuo y todo un
arsenal de folklórico que, pareciendo defender
valores tradicionales, los voltean para hacer sea un socialismo utópico que se hace violento,
sea un neopaganismo liberado de todas las restricciones y toma la anarquía por
la libertad. Nada de esto parece muy serio. No es ecologista quien quiere a y hay distancia, seguramente, entre los
' auténticos chamanes amerindios o siberiano y el contestatario de hoy día que
convoca al sonido del tambor en plena calle a los espíritus de los antepasados.
Por supuesto, el cosmos que nos rodea está enfermo; pero una
verdadera cosmoterapia no se dedica solamente a cuidar el entorno luchando contra el vertido de petróleo, los pesticidas
y la deforestación; ella consistiría en primer lugar en salir del olvido estos
principios superiores e incluirlos en inscribirlos en los programas de gobierno.
Como para arrepentirse de su negligencia de los últimos siglos,
el cristianismo, o al menos una de sus
recientes tendencias, comenzó a buscar un número de argumentos a favor de una
ecología espiritual. La liturgia cósmica de Urs von Balthasar inaugura este
nuevo género teológico-literario, aunque el tema de una Naturaleza leída a
través de la Biblia no ha sido ajeno a los románticos. A su vez, Raimon
Panikkar hablará sobre "cosmo-teandrismo. para designar las tres
dimensiones de la realidad: Dios, el Hombre y el Mundo como intermediario. Esta
Realidad es a la vez material en su dimensión de cósmica, humana en su dimensión de conciencia y divina en su dimensión de infinito y
libertad; los tres íntimamente conexos. "No niego Dios; lo que yo niego,
es un Dios que se lo concebiría como independiente, superior y enteramente separables.
13
Pero conviene especialmente mencionar las investigaciones de
Philipp Sherrard, todavía poco conocidas
en Francia, y que se aplica a resaltar el carácter teofánico de laNaturaleza encontrando en la tradición
patrística Oriental los elementos de una cosmología sagrada 14.
En primer lugar, el autor señala que distinción tomista naturaleza sobrenaturaleza
preparaba ya la emergencia de un
dualismo separando el ser del devenir. El Cristo esta por tanto ahí para servir de intermediario
privilegiado entre el Logos y el mundo, entre el ser trascendente e intangible
y el mundo de las cosas materiales, el cual permanece tributario del primero, lo que excluye todo panteísmo.
"Dios, escribió Sherrard, no es sólo el creador del mundo; También es una
manera lo que él crea. »
Por otro lado, la creación ex nihilo ha alentado la
elaboración de los dos órdenes separados
de la Realidad, y por eso mismo, la desacralización del mundo creado.
"Creación ex nihilo es la raíz de nuestra crisis ecológica. El nihil que
en realidad no es la nada; Es la ausencia de tierra, de espacio, de materia, de
toda cosa. Designa la interioridad divina, el fondo insondable de la Energías
increadas de Dios y sus Posibilidades en número infinito. Creación a partir de
la nada significa por lo tanto de hecho Creación
a partir de Divinidad misma.
13.R Panikkar, Entre Dieu et le
cosmos; Entretiens avec G. Jarczyk, Albin Michel, 998.
14 Voir en particular Human Image- Wbrld Image, River Vale (N. D,
1992, et Christianity-Lineaments of a Sacred Tradition, Brookline, Mas, 1998. Seyyed H. Nasr menciona Philipp Sherrard en Religion
and the order of Nature, NewYork, 1996. Un estudio del M. Korger ha aparecido
sobre el mismo autor en las revistas, Connaissance des Religions, nos 69-70,
"vivir y transmitir la tradición", 2003. Se desearía ver aparecer la
traducción anunciada del cristianismo interior: enfoques de una tradición
sagrada, del mismo Sherrard.
Intermediario entre Dios y la creación, el hombre juega una
verdadera función sacerdotal. En la Eucaristía, el pan y el vino están ahí para
recordar que el Espíritu y Sustancia no
se excluyen sino se conjugan: los elementos creados no sólo son aptos para
recibir el Espíritu divino, sino más exactamente a dejar despertarse en ellos por un acto sacramental. El pan y el
vino simbolizan toda la Creación en tanto que encarnación del Logos. El no-dualismo
está ahí para aportar un testimonio abisal y sorprendente: la “Presencia real” es efectivamente real - y no
un mero dogma o acto de fe-, donde el pan es también el " Santo Cuerpo
" como el vino, la "preciosísima sangre" de Cristo.
Eligiendo el dualismo, ' Occidente a elegido el 2, es decir, el diablo, por poco que se recuerde
origen de la palabra: diabolos,
"divisor". ¿Es porque es en Occidente donde dualismo estaba destinado
a manifestarse e imponerse con más vehemencia que el Dios hecho hombre ha escogido para encarnarse como
ejemplo mismo y demostración de Unión Espíritu -Substancia? La cuestión merece
ser planteada - que parece no haberlo sido nunca - sub-entendiendo que , en
cierta manera, las otras tradiciones, más o menos afectadas por el dualismo
tuvo una menor necesidad de las especies eucarísticas que ellas encontraban
intuitivamente por todos partes sin poder nombrarlos precisamente 15.
La renovación de la aproximación científica y el
redescubrimiento, la invención de los tesoros cosmológicos incluido en el
cristianismo tienen derecho a aparecer como dos importantes vías susceptibles de conjurar la catástrofe
dualista y operar rescate de la Naturaleza. La una y la otra constituyen dentro de una modernidad desacralizante y destructiva
antídotos que no pueden ser considerados
15. Incluso algunos Apócrifos cristianos dice de Dios está en la piedra o la madera, y Meister Eckhart veía
en no importa que fragmento de pan la
presencia de Cristo en potencia.
como despreciable. Es en estas direcciones que reside la verdadera ecología, que convendría mejor por lo tanto nombrar ecosofía.
JEAN BIES
ORIENTATIONS
SPIRITUELLES POUR UN TEMPS DE CRISE
D’un bon usage du
monde moderne
Pardes, 44 rue
Wilson, 77880 Grez-sur-Loing
Páginas 11-33
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