martes, 4 de febrero de 2014

Subversión: La debacle de un pensamiento ( Jean Biès)


 

ASPECTOS DE LA SUBVERSIÓN

II

LA DEBACLE DE UN PENSAMIENTO

 

Más aún que otras disciplinas, la filosofía general se  hace agente de la Subversión acordando siempre más lugar a los sistemas que reducen al hombre a la tecnología, la sociología y a la biología y haciendo caso omiso del conjunto de sabidurías no europeos, que no podrían más que hacerla hundirse. Todo lo que, por el momento, aventura expandir el horizonte espiritual queda relegado a pequeños grupos de estudios sin influencia en el curso de los acontecimientos y tolerado por inofensivos –lo que mantiene la ilusión del respeto de la libertad de pensamiento. -

Entonces, las filosofías oficiales pueden desarrollar una cierta curiosidad intelectual, aprender a identificar conceptos, a construir argumentos; ellas no aportan ninguna respuesta a las cuestiones mayores, ellas más bien  las  confunden y desalientan su examen. En términos prácticos, ellas no proponen más que un  humanismo respetable pero insuficiente, o la revuelta, el odio, el suicidio. Mentalizando al extremo al hombre  acerca de sus límites,  lo desequilibran, le robar miles de horas que son tantas pérdidas para el aprendizaje y la experimentación de las doctrinas de salvación. La  concepción misma de los estudios traduce, también, un complot, cuyo fin es reemplazar insensiblemente  tanto la puesta en  cuestión socrática como la adquisición de estados  superiores por la inestabilidad psico-mental y el estancamiento descendente de la consciencia.

La historia de las ideas en Occidente aparece desde hace  siglos -con estabilización temporal del episodio cristiano- como una serie de deslizamientos , de  lentas derivas, de imperceptibles traiciones cuya suma ha conducido al impasse filosófico que conocemos. Nos falta sitio para mostrar  que hubo a lo largo de esta historia rivalidades entre las  diferentes corrientes existencialistas, desde la humanitas del  siglo  XVI, su «cultura» y su « mesura», hasta la fenomenología husserliana pasando por  Kierkegaard, Jaspers, Heidegger y Sartre. Pero sabemos bien que  el principal  origen del marasmo contemporáneo reside  en lo que se ha convertido el cartesianismo dualista que de divisiones en  exclusiones  sucesivas, ha llegado a negar la parte más importante de  la Realidad, - ¡que corresponde a los nueve décimos de la totalidad!  - y para conducir a un escepticismo ofensivo  y sistemático 1. Al término de las escisiones que han resultado, la vida ha sido proclamada  absurda, el mundo, privado de sentido. No solamente, desde entonces, la « existencia precede a la esencia », sino sólo existe la existencia,  antes de hundirse a su vez en lo inexistente... El rechazo de afrontar el ¿quid? metafísico no es resolverlo por eso, es precipitar al hombre en los barrancos de la desesperación.  No le es posible en efecto conjurar más las  crisis de  mundo fenoménico en con recurso a Sí mismo, estableciéndose manera inquebrantable. El hombre se ve condenado a la «angustia », a la «nostalgia », a la «náusea.», tantos grados  de un miedo pánico ante lo que él ignora y no puede explicar. No le es dado el remedio al mal, que está en el conocimiento que permite ver todas las cosas en el Principio supremo, en el  Centro de gravedad de los universos  visibles e invisibles, en saber que todas las contradicciones aparentes son  los elementos del orden total. No hay duda que esta  angustia y que esta desesperación, que desmoraliza al Occidente, que

1. Indiquemos  en todo caso que para hacerse acreditar, el escepticismo  se refiere al principio de « duda previa » de Descartes, que no estaba destinado más que a facilitar el « control y la posesión de la naturaleza». Esta  salida a partir de cero no es otra en  ‘ el hinduismo’ que el Jnana-yoga. Pero se ha desplazado indebidamente  la duda metódica extrapolándola  al dominio del espíritu.            

lo debilitan y lo minan, entran, ellos también, en el plan de  destrucción programada a la que nos hemos referido en el  capítulo anterior.

 En cuanto al estructuralismo, se le ve sustituir a las visiones  tanto  realistas como idealistas que le han precedido una opción según la cual  la única realidad es una simple relación entre el « yo » que percibe y las cosa percibida. El destruye por ahí  el edificio de  todo el pensamiento humano, aprisiona al hombre en corsés rígidos y artificiales. Levi-Strauss proclama que « el espíritu también es una cosa », y que « el objetivo último de la ciencia  humano no es constituir el hombre sino disolverlo » (en el único estado físico-químico). Parece difícil  reducir a menos lo que había sido ya condenado a no ser  más que un  « animal razonable "o más que un « accidente del universo ».

Estas lecturas recientes del hombre se reúnen en  el hecho de que le niegan cualquier intelección. Sin embargo, esta no sólo  puede ser experimentalmente vivida  demostrada,-los  seres realizados están ahí para testimoniarlo-, sino que el solo entendimiento humano es incapaz de  alcanzar ninguna evidencia  intuitiva concerniente al Absoluto; no puede más que chocar en la  muros de su prisión en las antinomias irreducibles de una experiencia parcial e inmanente. Esto sería aún un mal menor. Pero ya que no dispone de medios para alcanzar lo Absoluto, el racionalismo y sus derivados han preferido a negar  la existencia, absolutizar el hombre  en su lugar, cuya voluntad de poder no se conoce más límites.

El último resultado  de la evolución es el nihilismo  predicho por Nietzsche y que encierra  a la vez « muerte de Dios "y  la del hombre. La muerte de Dios, en primer lugar, ya que  no se hace ninguna referencia   a otra cosa que a lo humano. Entonces, como señala Dostoievski: «  ".Si Dios no existe todo está permitido» . Es tomando esta idea al pie de la letra como  Sartre ha podido establecer  la absoluta libertad del hombre y Camus justificar su revuelta  contra un cielo vacío y mudo. La muerte del hombre, entonces, si  es verdad que este último  es « a imagen y semejanza de Elohim», por tanto solidario de su destino mortal; o todavía, si la  persona humana está desprovisto de cualquier valor, como lo afirmaban ya  Feuerbach y Bakunin. Producto del simple azar,  perdido en la  ” inmensidad insensible" del universo, que hablaba  Monod, no hay desde entonces, en efecto, ninguna significación ni vocación particular; es para sí mismo una eterna cuestión sin  respuesta... Doble acta de muerte, cuyas consecuencias  repercuten en casi todas las obras del siglo XX, y que no puede desencadenar más que comportamientos  cínicos y destructivos. ¿Cómo podría en ser de otra manera , mientras que ninguna referencia a lo que sea  permite la más mínima actitud moral y, para llenar la nada no hay , a  falta de la Totalidad, más que su caricatura, el totalitarismo?... Es a un fanatismo totalitario donde conduce tal visión, es a él donde lleva a una juventud que no puede conocer nada más que lo que se le habla , y no tiene suficiente retrospectiva, ni la información necesaria para  juzgar de otra manera. De hecho, una enseñanza tal, bajo su apariencia  de neutralidad benevolente, es un bastión de la intolerancia. Mantenido en la ignorancia del esencialismo, se tiene el derecho de preguntar como Jean Servier, en  L’Homme et l’Invisible  , si los jóvenes que actualmente "se debaten  contra un destino que no quieren “, conseguirán  « quebrantar el mundo material que se cierra sobre su espíritu »  , o si su  pensamiento quedará  «enfermo para siempre ».

Citábamos a Nietzsche. Es notable que este filósofo ofrece el ejemplo mismo de la amalgama de errores y verdades de las que hemos hablado, y que hace de él un agente a la vez  fascinante y peligroso de la Subversión. El hecho de que haya tomado  prestado al Oriente podría ser una garantía de la ortodoxia  tradicional: se encuentra en Zarathoustra la idea de que todo   muere y renace perpetuamente, la necesidad de separarse del  Maestro, la de buscarse a sí mismo. Pero otros elementos  contaminan los  primeros. La  « buenas nueva » según  Nietzsche destruye el  Evangelio según el cual lo divino se encarna  en lo  humano, - lo que Oriente también defiende contra Nietzsche. Este retoma por su cuenta la ley de los ciclos,  pero la confunde con el "eterno retorno" que haría  rehacer a Sócrates las mismas lecciones a los  mismos discípulos, mientras que el  Infinito tiene por carácter primero no repetirse nunca. Lo mismo aún, Nietzsche entra de golpe en el sentimiento dionisiaco de la existencia, encuentra aquí la idea una energía universal,-la Shakti de hinduismo-; pero él la identifica solo con el poder procreador y se sabe del lingam que designa  otra cosa. Lejos de pensar en  liberarse del ciclo de renacimientos, él lo acepta, lo exalta, se agita en el samsara. Testigo de la maldad que devasta el mundo, Nietzsche concluye en la realidad  trágica de la vida, en el  inmoralismo  de la naturaleza y de la historia; pero denuncia a los "idealistas" que se refugian en la ilusión de otro mundo, en el ascetismo y la compasión, mientras que son este mundo y el mal que le es inherente lo que representa para la India la "Gran Ilusión”. Nietzsche denuncia otra vez la decadencia de Occidente ligada a la ideología plebeya y asimila la élite a una casta de « « pensadores» que podrían ser los brahmanes; pero asimila el cristianismo original con que los hombres han podido hacer posteriormente y  adjunta a esos "pensadores" a los émulos de  Napoleón, cuya virilidad se confundiría con gusto  con  la insensibilidad de los torturadores profesionales.

Sería fácil e interesante establecer listas similares  comparativas  para muchos otros filósofos de Occidente  que, partiendo de premisas justas, han acabado siempre por derrapar en algún viraje de su recorrido. Esto Incluso sería incluso el objeto de un  libro decisivo para la historia de las ideas seguir las diferentes desviaciones del pensamiento occidental  desde sus orígenes  griegos a través de los principales filósofos, y mostrar  cómo, de etapa en etapa , este pensamiento se ha multiplicado los impasses   para acabar en la  «noche intelectual»  donde brillan los « soles negros » de la Subversión. Nosotros no podemos aquí más que indicar algunos trazados.

Aristóteles todavía trata de metafísica y de las « Ideas» platónicas, se adhiere a  la existencia de un Dios motor del universo, «sustancia» enteramente en acto, acabada y perfecta; pero él elabora una teoría del concepto no  metafísica sino lógica. Su « realismo » es el de los  objetos sensibles, negándose a separar la esencia de la cosa misma. Él hace volver la metafísica a la ontología, y toda la historia de la metafísica occidental en estará marcado por ello, impidiéndola en lo sucesivo –salvo excepciones- pertenecer a la Philosophia perennis . Esta reducción ha provocado una concepción  abstracta y teórica del  conocimiento, resultando el intelectualismo moderno, extraño cualquier  « experiencia ». Dios  se convierte en un principio separado del mundo (antes de  desaparecer completamente del horizonte humano, de las preocupaciones humanas). Tomás de Aquino se procederá a esta misma separación, que Descartes confirmará definitivamente. Se verá la intuición metafísica sustituida por el entendimiento. No solamente el Sobre –ser  será completamente  apartado, olvidado, sino que el estudio del ser se reducirá poco a poco al de las «categorías» del mundo sensible; el mundo de la Ilusión será valorizado hasta  convertirse en el único real. Dios, concebido como individuo  Supremo, prepara el camino al Dios personal del teólogo, del exoterista que no alcanzará a superar este aspecto  personal de la Divinidad: primera limitación, aunque aún  de orden principial. Ya está todo en su lugar para inspirar concepciones más  y  más limitadas de lo Absoluto,« sistemas» naturales o racionales, puramente teóricos, exclusivos,  dogmáticos, dialécticos; todo está listo para la trascendencia y universalidad sean puestas fuera del alcance de los ojos.

 Familiarizado con la teología hebrea, Spinoza integran bien  ciertos  elementos tradicionales en su filosofía; su doctrina  de la salvación está ligada al conocimiento de Dios, posible en cuanto  el entendimiento  humano es formalmente idéntica al de  Dios; Pero, judío desarraigado de su tradición espiritual -como  serán más tarde Freud, Marx, Einstein- se opuso al  dogmatismo teológico en nombre de su propio dogmatismo  racional: su monismo destruye la libertad de elección o de la « persona»,  a la inversa del no-dualismo- tal como el Vedanta- que   los integra en la universalidad de su perspectiva. -Kant  adopta una actitud similar: pone  la existencia de los «noúmenos» , de  «cosas en » independientes de cualquier relación  con nuestra espíritu racional, más allá de los « fenómenos » de la  realidad aparente;  pero a la  inversa del escepticismo que no puede  lógicamente afirmarse más que teniendo también dudas sobre sí mismo,  todos los razonamientos  de Kant para demostrar no se puede fundarse  en la razón para conocer los «noúmenos» muestran toda la  fe que continúa guardando  en esta  razón. -Hegel es se refiere sin duda teología cristiana  y parece profundamente conectado a una dimensión espiritual; pone la Encarnación en el centro de su sistema; pero confunde  el ser  puro  y la nada. La necesidad de la encarnación  es para él que ella agrega alguna cosa al ser del Padre: Dios habría tenido necesidad de  encarnarse para realizarse. Entonces, una tal necesidad  no corresponde más a la libertad divina,  sino más bien a una falta; se trata simplemente de una encarnación profanada, de una nueva racionalización de la metafísica en beneficio de  la teología. Como lo escribió G. VaIlin en la  Perspective   métaphisique, "el misterio intemporal de la coincidencia  de los opuestos se complica en una dialéctica temporal de tesis y  de la antítesis, donde la oposición de términos no se encuentra superada más que  al precio de relativización recíproca de nos  prohíbe tomarlos cada uno en su estructura metafísica».

Los mismos que, para referirse a  Oriente, podría  merecer más confianza, testimonian desviaciones similares. Leibniz descubre una numeración binaria basado en  el uso exclusivo del  1 y del 0; pero  admirando   lo que los jesuitas en Beijing le dicen del  Yi King  ,  se desvía en la interpretación de Yin y el yang de los trigramas de Fo - Hi - Schopenhauer preconiza  el renunciamiento a la voluntad de vivir y a la vida,  que considera  con el  budismo como  pura ilusión y  nada ;  pero es para pasar a un Nirvana que no  es él mismo más que otra nada , y no la muerte del yo, muerte del mental , estado de ausencia del dolor y la ignorancia. -Bergson  rehabilita las nociones de la intuición y de  impulso vital; pero es para  añadir  inmediatamente las virtudes de la mecanización, el evolucionismo  progresivo, la efectividad del maquinismo, el evolucionismo progresivo,  la eficacia de la «acción humana » puesta encima de la contemplación. -Steiner incita al retorno a una  «ciencia  espiritual » de la que describió el panorama, indica  los modos de  acceso;  pero esta "ciencia .» rápidamente se convierte en lo  contrario  de un  ciencia, bajo el peso de divagaciones pseudo-visionarias, de influencias psíquicas obscuras  y alienantes.

 En estos casos y en todos los  otros, la táctica es siempre la misma: engañar  las inteligencias más grandes para hacerlas servir a la Subversión, hacerlas  sembrar sin su conocimiento en los campos de la verdad y sin vuelta atrás-es decir, sin  sospechar las consecuencias de sus propósitos-, los dientes del antiguo dragón, que luego levantan como guerreros y  se transforman detrás de ellos en batallones del error.

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Porque el dominio psíquico es particularmente indistinto, ambiguo, y es fácil de trabajar detrás de sus  dunas  erráticas, la Subversión ha comprendido desde hace tiempo el interés  que tenía en usar  la psicología. Se ejerce en particular en  recuperar a su cuenta las «  «funciones » psíquicas, en desviar la vida interior , en confundir los planos sin relación entre ellos. Desde que ella ocupa esta terreno, le está permitido hacer aproximadamente  lo que quiere del ser humano.

¿Se trata de hombres especialmente dotados de intuición? – La Subversión se esforzará en  pervertirla o eliminarla. Intuición podrá ver mantenido su derecho a la existencia; pero su  presentimientos no se producirán, serán inexactos o rarificados por un sistema de formación que desecará sus fuentes,  insistirá  sobre lo abstracto, el cálculo  puntilloso, la robotización del espíritu. Al aumentar los shocks, los traumatismo, apremiando las almas más frágiles a una  vida contrariada, destrozando  las aptitudes más finas, la Subversión logra su propósito: destartalada, la psique no responde más.

¿Se trata de seres en los que predomina la actividad mental? – La   Subversión utilizará el arma intelectual, afinará los recursos de una dialéctica capciosa donde  cualquier argumento puede ser sin  inconveniente vuelto en su contrario, y que persuade que no se podrá  tener nunca razón con ella, ¡debe tener siempre la culpa!... Ser tratará  de encerrar al hombre en una especie de sofistica inagotable, hasta que se aperciba que no  saldrá ninguna respuesta del juego gratuito conceptos y que todos las  salidas le estarán prohibidas en lo sucesivo. Su tormento podrá  adquirir suficiente agudeza para arrojarlo a los  umbrales de la  locura y muerte.

¿Se trata de seres en los que prevalece el sentimiento? -Todas las ocasiones será buenas hacer vibrar la cuerda sensible, jugar  con la emotividad elemental, explotar la indignación a nivel de oposiciones tan simplista como el  negro y el blanco, usar una  elocuencia  patética: en admirables  improvisaciones   la Subversión se hace  entonces pasionaria de la psique colectiva para establecer e imponer su propia concepción del bien  común. Ella sabrá emocionar  una multitud en movimiento, versátil,  y dar perpetuamente mala conciencia a los "sin corazón"  que intenten  resistirla .

¿Se trata de  seres dominados por la sensación? – La Subversión no habrá dejado de desplegar la panoplia de  impresiones epidérmicas, de  seducciones abigarradas, de alabar la pereza del cuerpo  y adormecer  las  percepciones sutiles. Ella será capaz de orquestar la danza de sensaciones primitivas, confinar la  vida en un epicureísmo siempre insatisfecho, animar con la  ayuda de sugestiones inesperadas la mecánica de los instintos de los que será imposible deshacerse a partir de entonces.  La Subversión no ignora que se obtiene  prácticamente todo de los hombres cuando se les tiene por los placeres de la boca y las seducciones de la carne.

Un  proceso paralelo al precedente es sacar provecho de la soledad y el sufrimiento de los seres humanos para incitarlos a vivir  lo más posible juntos sin consideración las diferencias de  todo orden que hacen que ningún ser sea similar a otro.  No negamos aquí  la utilidad de las asociaciones que reúnen a hombres de buena voluntad, de un nivel psíquico y mental más o menos iguales, animados de las mismas aspiraciones en vista de un «trabajo » espiritual común. Entonces es preciso que un director de obra  auténtico presida, asegure la seriedad de la empresa, evite  que se duerma en la buena conciencia. No negamos   en absoluto el amor del prójimo que es inseparable  del Amor de Dios, y que él debe amar como a sí  mismo, es decir como el único Sí real y absoluto que está en el interior  cada uno. Pero la mayoría de los grupos en los que pensamos no hacen de estas prioridades más que una especie de cobertura. Ellos no  son en realidad más que la ocasión de reuniones ociosas, de  charlas mundanas, pretextos para  contarse públicamente, para tranquilizarse en contacto con otros, todos más o menos desequilibrados. Dando la ilusión de poder resolver  los « problemas », los multiplican, los complican. Cada uno encuentra allí   como proyectar su sombra en los demás, librarse  a sórdidas rivalidades, a querellas, a envidias.... Nada de  lo que construyen  tales grupos es durable. Si es necesario  muy  poco, en verdad, para que las gentes se acerquen, también es necesario muy poco para que rompan con estruendo. No tarda en emerger un líder - a menudo un débil –, que movilizará el  discurso, lo decidirá todo, tomará más y más ascendente  sobre sus acólitos; pero es anhelo del cualquier hombre  ser rodeado y adulado. Víctima de la inflación del ego, no tarda en caer en alguna trampa,  de donde  peligra  no  salir jamás.

Mucho más que la comunión de personas, el grupo es  yuxtaposición de individuos. Agruparse  en manada para constituir una personalidad no hace más que diluir las posibilidades personales  de cada uno, mantener el infantilismo y el espíritu  gregario, reducir las posibilidades de iniciativa y de invención. Cuanto más  numeroso es el  grupo, más escamotea los componentes particulares, procede por exámenes sumarios. Obliga al nivel más elevado de los participantes a conformarse  con el nivel más  bajo, el de la mayoría. Forma las mentalidades de tal manera  que ellas no encuentran  normales y legítimas las maneras de vivir y de pensar, los métodos de trabajo, las relaciones humanas, más que al nivel colectivo, el del demonio que es él mismo llamado  ‘Legión’, Cualquiera que no se aglutine en la  manada se considerará como asocial, "marginal", y esto  tanto más rápidamente cuanto   podrá serlo a veces en el plano  patológico. Estas exigencias arrastran al  grupo a hacer, él también, el juego a las fuerzas subversivas, ya que estas tienen todos  interés en impedir  el desarrollo de la personalidad, única capaz de oponerse realmente a ellas 1. Finalmente, por la conciencia que tiene del número que lo  constituye, el grupo refuerza entre sus adherentes la certeza de tener razón, arrastrando  la  intolerancia hacia los que están afuera, y de esta forma , es él quien va contra el amor al prójimo. Las barricadas que  levanta su alrededor no son  sin embargo a tal punto infranqueables que no se infiltren elementos  exteriores: emisarios de la Subversión encargados de infiltrar el grupo y después  de haber creado desórdenes, escisiones  y escándalos, hacer su  relación sobre la expresión del estado de las cosas.

Nunca repetirá lo suficiente que es no posible tener  una conexión  profunda con otros más si se está realmente conectado a sí,  reconciliado consigo, no en tanto que ego sino como « Sí » supremo. Sin el trabajo interior previo que se hace en el secreto del corazón, sin la travesía del « desierto » y la confrontación con sí mismo, sin cuidados seguidos e individuales y donde ningún detalle será dejado en las sombra, sin   ejercicios asiduos de meditación en relación con  la naturaleza individual, la relación con los otros,  sólo puede ser una ilusión piadosa más, una armonía aleatoria, una fraternidad de pacotilla 2.

Otro procedimiento, consiste, al nivel mismo del análisis  psicológico que los  « grupos« » reclaman en diverso  grados, en hacer descender al analizado por debajo de la individualidad ordinaria, a hacerle regresar hacia  las fuerzas oscuras y  caóticas, los elementos larvarios del fondo , de la misma manera que el espiritismo

1 Puede haber aquí también, naturalmente, y la historia está ahí  para   probarlo, fuertes personalidades que están al servicio de la Subversión,  de las ella ha hecho sus criaturas y que, ayudadas por las circunstancias, han  desarrollar al máximo sus posibilidades destructivas.

2  Jung observa en  Mysterium Conjunctionis,  1, 2, que  «la  tendencia actual se manifiesta reemplazando  la cohesión interior del hombre por la comunidad externa, como si alguien que  no ha comunicado el mismo fuera capaz de una comunidad exterior  cualquier. Esta deplorable tendencia prepara el terreno a la civilización de masa », y, añadimos nosotros, a la  vida colectiva obligatoria, a la dictadura, a la  guerra            

y todas las técnicas que se abren sobre los residuos de descomposiciones psíquica, sin ayudarle por eso a continuación a remontar  la animalidad; o incluso manteniéndole como se mantiene bajo el agua la cabeza de un hombre que quiere nadar; más aún haciendo pasar  los planos inferiores del  « subconsciente» por planos de« supra- consciente ». Engañados por la «  la confusión de lo psíquico  y lo espiritual», ciertos leerán en tales sueños de superficie verdaderos « sueños» arquetípicos que interpretados y aplicados al pie de la letra, conducen a los peores seísmos. Estos sueños no emanan en  realidad más que las zonas inferiores del inconsciente, donde permanecen las 'impresiones', 'impregnaciones', 'tendencias latentes' -  el  Vasana y samskara de la psicología India. -Sin  duda, otros sueños más profundos, puede dar a los  soñadores las informaciones que  le priva habitualmente la censura, arrojar luz sobre sus complejo, sus frustraciones, sus represiones, sobre el origen de sus conflictos y sus angustias. Ampliado o  mitologizando a la manera de las "amplificaciones" junguianas,  su interpretación ayuda a cambiar de mirada, a iniciar un  primer proceso de transformación. Pero querer encontrar  aquí el espacio de una experiencia total sería conferirle una dimensión que no tiene. Sin embargo es interesante ver que  la Subversión, que es capaz de disolver la psique precipitándola en los pantanos de la sexualismo freudiano, lo es también  de exaltarla hacia altitudes místicas que son en realidad la  dominio del  Pneuma 1; y esto, a pesar de ella y sin su conocimiento.

Esta superposición de los sueños y el sueño había sido prevista por los griegos  distinguiendo el "sueño" (onar) de origen humano,  pasando por la puerta de marfil y el " sueño" (chrematismos) , de origen celestial, pasando por la puerta de cuerno 2. A su vez,  los padres de la iglesia distinguen varias categorías de sueños

1. Como dice el Talmud  (Berakbot, 57B), «  el sueño  mismo es un sesentavo de la profecía»; Contribuye al despertar espiritual  al revelar una verdad.

 2   Odisea,  XIX, 560, sv. -Esta forma llena de imágenes de diferenciar  los niveles se encuentra tanto en los dos planos de lo « Subliminal » que Shri  Aurobindo enlaza por lo bajo al subconsciente y por lo alto a lo supra-consciente.  

,escalonados entre simples engaños del diablo, las preocupaciones personales y las revelaciones divinas; ellos acordaron a los hombres santos el poder discernir por una suerte de sabor íntimo  la proveniencia de las voces y de las imágenes oníricas, de poner en guardia contra los sueños ilusorios que obnubilan el campo de la consciencia e incluso contra los sueños premonitorios a los cuales las potencias de abajo mezclarán  en falso para enturbiando las cartas y poner en duda la premonición.

A la inversa de esta maniobra, que permite hacer pasar lo inferior por lo  superior con el único fin de absorber este último y engullirlo, hay otro que rebaja las nociones transcendentes al nivel más inmanente, no viendo en el la religión más que un trabajo hecho solamente por la mano humana y que un simple anexo terapéutico. O bien, los mitos incluidos en las Escrituras, despojados de todo significación simbólica, serán  adjuntados simplemente a fenómenos geológicos o atmosféricos, a acontecimientos históricos que nos habrían transmitido ingenuas leyendas condimentadas de  creencias arcaicas, mientras que ellas designan ¡las  relaciones eternas entre los diez Sephiroth! O aún, los más grandes sabios  de la humanidad serán asimilados como los soñadores excéntricos,  víctimas de elucubraciones alucinatorias, exactamente dignas de  nuestra conmiseración  y que sólo disiparían  las mazmorras  psiquiátricas. No es como los que son los menos aptos a juzgar de estas cosas para mezclarse imprudentemente en ello, incluso no temiendo hundirse en el ridículo que confiere la ignorancia. Y sin embargo, allí todavía, ciertos autores se han molestado en precisar las distinciones que se imponen en el umbral de tales encuestas. No sería inútil  por ejemplo, informarse  un poco de la demarcación  establecido por el Shi' ismo entre mundo sensible y material -  Âlam aqlî -, el mundo inteligible – Âlam hissî -, y el mundo  « imaginal» intermediario - âlam al mithâl -, al cual no acceden más que los  « perfectos » 1.Es de esta «   tierra de las  visiones teofánicas »

1. El lector habrá comprendido que hacemos alusión a las obras  de Henri Corbin, en particular,  Cuerpo espiritual y tierra  celeste, ya sus estudios sobre Ibn Arabi, Avicenna y Sohravardi.

de donde son devueltos a la humanidad los conocimientos proféticos, las palabras inspiradas, el sentido  secreto de las escrituras, los símbolos rituales, los modelos de oración:  tantos brillantes fragmentos de los paisajes de « octavo  Clima », tomados por una facultad espiritual independiente  del organismo , identificado al cuerpo sutil y cuya  función no es construir lo irreal, - tal es el papel de  lo «imaginario» -, sino desvelar la realidad escondida detrás de la  apariencias. Con relación a esta "  «Imaginación agente»,  lo «imaginario » releva una simple actividad mental simple, fabricante de imágenes de cabalgadas fantasmales, ligadas a   percepciones sensibles. Y en esta degradación, oscurecimiento, y por esta misma razón, sirve los objetivos de la Subversión 1.

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Pero de todos los objetivos que la Subversión se propone para alcanzar, el dominio espiritual es el más  particularmente apuntado,  porque representa lo que le es lo más contrario. Para llegar al final, la Subversión recurre a toda clase de procedimientos que sería largo de analizar como conviene. Retengamos dos por ahora: el estímulo dado a las sectas para  competir con las iglesias oficiales y una utilización errónea de las   doctrinas orientales con el único propósito de debilitar espiritualmente  al Occidente.

Para hacerse admitir las sectas vehiculan un  cierto  número de verdades  incluso de verdades que han las iglesias  han tenido tendencia a ignorar; pero estas verdades se encuentran enrevesadamente mezcladas a errores

1. Tarea cumplida por el Surrealismo, al confundir sin  vergüenza el « Punto Supremo », reconciliador de todos los contrarios ,  con el punto más bajo,  condensador de todas las oscuridades, y  haciendo así del No-Ser sobre-esencial  el No-Ser nadificado.

que casi todos, provienen de una lectura literal o de una interpretación defectuosa de los textos. Para atraer a los individuos decepcionados por las iglesias,  sería preciso decir más bien por experiencias personales desafortunadas o por un clero deficiente-, las sectas les persuaden de abandonar a la multitud de los fieles para a unirse al pequeño número de aquellos que detentan la «verdad», - la cual no es en este caso más que la  falsificación anodina o trágica de una élite de iniciados  y no transmite nunca más que una « contra-iniciación » 1.-Ellas halagan a estos mismos individuos en su voluntad de poder, prometiéndoles la obtención de «  poderes» que les convencerán de un alto grado de espiritualidad, cuando éstos « poderes», se sabe, son otros tantos obstáculos a la evolución interior  Ellas les adulan todavía invistiéndoles de una misión superior, la convertir a toda costa, desplegando un proselitismo presuntuoso que se convierte en insoportable rápidamente y no puede más que indisponer aún más con respecto a la «religión». De ahí a creerse «elegido» cuando incluso no se ha sido llamado, no hay más que un paso, rápidamente cruzado, de una ilusión a otra 2.

El origen de las sectas es dudoso, incluso si el fundador porta las  insignias de la sinceridad: se puede ser sincero en el error. Pero entonces siempre hay un resquicio, una firma imperceptible que traiciona la heterodoxia; el espíritu de discernimiento, suficientemente ejercido, la localiza. Si las grandes  revelaciones espirituales que marcan el devenir de la humanidad - esas famosas «sectas que han triunfado », - reverberan directamente la luz de los planos superiores (no siendo ellos mismos más que la  sombra de la «  Tiniebla más que luminosa»), las enseñanzas sectarias emanan mucho más de las tinieblas de abajo

1. Nos referimos para más detalles a libros como  ésos R. Guénon, L'Erreur spirite, Le Théosophisme, Le Règne de la Quantité, capítulosXXXVI a XXXIX,y J. Evola, Máscaras y  rostro del Espiritualismo contemporáneo.

2. "Muchos son los llamado »,  dice el Evangelio y no: « Todos son llamados» -, que debería limitar las pretensiones.

. Atraen a su paso  influencias deletéreas, doctrinas aberrantes o mórbidas, funciones de gnosticismo. No  es en absoluto raro encontrar en las sectas mayor fervor que en las parroquias, un verdadero celo por Dios,  sin que se sepa a primeras si este fervor es la expresión de una visita del espíritu o de un conjunto de sugestiones hábilmente fabricadas... Las sectas a veces revelan una voluntad mortífera empujando hasta los asesinatos rituales y a los  suicidios colectivos. Ellas se revelan entonces en su verdadera  naturaleza: las prisiones de pesadilla o las drogas ocuparán el lugar de bebidas de inmortalidad, las orgías,  el de las festividades  litúrgicas, y donde el maestro de iniciación será el embajador de  Señor del Mal. Es en su seno donde se  reclutarán los manipuladores de fuerzas psíquicas, los falsos maestros que tienen a sus discípulos a su merced, todos los impostores patentados  o a tal punto engañados que pueden estar  de buena fe en su engaño. En cuanto a los discípulos, son generalmente frágiles, influenciables, sin formación intelectual rigurosa, de una  salud psíquica  delicada, tanto más dispuestos a tomar por verdadero la inverosímil cuanto las pruebas faltan  o prueban lo contrario. Son tales individuos los que han contribuido en gran medida a desencadenar la reacción racionalista; esto, en cierta medida, ha podido revelarse útil, limpiar la atmósfera de las miasmas del  ocultismo 1.

Es de notar sin embargo, que si tales individuos abundan  especialmente en una época como la nuestra, porque

1. La negativa a creer sin pruebas no es en absoluto debida a Descartes; el   budismo lo ha preconizado antes. En el Anguttara-nikâya, el  Buda recomienda a no creer nada sobre la única autoridad de  Maestros o sacerdotes: "Lo que habéis  probado vosotros mismos, experimentado, reconocido por verdadero... creedlo y conformad ahí vuestra conducta » El daño del racionalismo es, sistematizando el escepticismo, de haber tirado el bebé con el agua del baño, es decir, que  haber rechazado a la vez certezas y conjeturas, auténticos maestros y  charlatanes, religiones y sectas. A partir de lo cual, racionalismo ha  puesto a hacer a su vez, él también, aunque con razones inversas,  el juego de la Subversión.

el desasosiego de los hombres no tiene de igual más que su ingenuidad ellas han sido siempre denunciados por todas las tradiciones . Pero las desviaciones que se han neutralizado en los periodos de alta espiritualidad se refuerzo hasta la arrogancia cuando las religiones constituidas  ofrecen menos resistencia 1-. A  estas cohortes ordinarias se añaden periódicamente la de los profetas milenaristas, por quienes se predicen ciertos hechos con amplios detalles descriptivos y precisión de fechas. La astucia de la Subversión – y lo es mucho, en efecto  - consiste en hacer que tales acontecimientos ocurran diferentemente o en otra fecha, o incluso que no se produzcan en absoluto: queda así hecha la demostración de la mentira que representa el espíritu de profecía. Asimilada a la falsa profecía, la verdadera – infinitamente más rara, y por eso la más vulnerable - caerá bajo el mismo veredicto, se hará reemplazados por sus caricaturas « científicas»: estadísticas y prospectivas.

Puede que hasta el Oriente tradicional sea recuperado por las fuerzas que denunciamos. Tantos numeroso aportes asiáticos  puede ayudar a 0ccidente a encontrar puntos de referencia normativo o puntos de apoyo práctico, tantos otros aportes del mismo origen, inasimilables por diversas razones,  o deformados por transmisores incompetente, no pueden más que aumentar el desorden mental y psicológico  de los europeos. Se puede lamentar aquí la vulgarización de ciertas técnicas que no valen más que para algunos raros sujetos cualificados. La  «  democratización» del Zen que ha sumergido a más de uno en ilusiones funestas, que, desprovistos de cualquier cultura libresca, se han creído  ya llegados al satori, cuando ni siquiera han partido: Ciertamente es preciso quemar los libros, pero después de haberlos leído y asimilado!... Lo mismo, ciertos métodos tántricos, reinterpretados, hacen que el veneno

1. El Cristo se enfrenta violentamente a los «falsos profetas», a los  « escribas», a los « fariseos, hipócritas ». En otros hemisferios religiosos, Kabir denunciaba  los Sannyasîn corruptos; El budista  Saraka pone en guardia contra los que se pudren de ceniza y  tocan la campanilla; Lin - tsi truena  contra la « Zorros salvajes », Hakuin, contra el «tonsurados  vulgares, iletrados, apestoso, ineptos... ».

tomado como remedio actúe como un veneno. La obsesión  sexual, característica de cualquier época crepuscular, ha querido  encontrar ahí  su justificación, confundiendo la liberación de los sentidos (que  es una sujeción más), con la Liberación.  El amor banalizado desemboca en el   disgusto; el despilfarro de la  más gran energía mágica que está en la naturaleza, camuflado  por las prácticas de la  vía « de la mano izquierda », da a  generaciones quemadas un sucedáneo de éxtasis telúricos. Estos  no tienen nada que ver con la unión de hiperfísica de los adeptos del tantrismo, que, a imagen de Shiva y su Shatki, llegan a la muerte iniciática y  al estado de no-dualidad.

Malinterpretado, mal transmitido, el Oriente  alienta un  sincretismo arbitraria. En el plano de principios, no es otro que una yuxtaposición fáctica de fragmentos, uno  mosaico de préstamos heteróclito de todas las proveniencias, sin  enlaces profunda entre ellos y pudiendo incluso ser de categorías opuestas; -todo lo contrario de una síntesis que conecta  de elementos dentro del mismo orden metafísico y lo que  sigue directamente. En el plano práctico, nada más  peligrosa mezcla de vías: incluso si todas recurren a métodos análogos, estos no son necesariamente  idénticos, ellos señalan incluso climas espirituales distintos.  De una religión a otra, los ritos vehiculan influencias  diferentes, cuya confusión es el origen de crueles desventuras. Ciertamente conviene  atenerse a la vía que las circunstancias han hecho ser la vía y concentrarse aquí, de agotar los  contenidos- lo que en una vida humana no es suficiente 2.

 Es este género de conexiones ilícitas e improvisadas el que ha presidido el nacimiento del mundialismo religioso, el cual es  el exacto opuesto de la Unidad de las tradiciones espirituales: una

 1. Algunos seres de excepción como Ramakrishna han podido llegar a experimentar varias vías. Sin embargo no fue simultáneamente; y es trascendiendo la diversidad como ellos han llegado al eje de la rueda. Para la mayoría de los hombres, pasar de un radio  la rueda un otra es hacerse aplastar por ella.

 

especie de falsa recapitulación y reconciliación que, lejos de restaurar  esta unidad,  trabaja para destruir a cada religión por lo menudo. Mientras que la unidad universal del espíritu fue revelada desde el  origen a una humanidad todavía una, el sincretismo mundialista es la versión inversa, contemporánea de los tiempos del fin, dirigida a una humanidad privada de cualquier discriminación.

Porque que subversión actúa  en todos los frentes simultáneamente, las fuerzas que vemos construir el sincretismo son las mismas que  trabajan para borrar todo vestigio de Unidad, a hacer oponerse a las religiones insistiendo únicamente en la diferencias externas y disimulando los puntos comunes. En su voluntad de dividir para reinar, estas fuerza utilizan todo lo que está a su alcance, desde los intereses políticos, las susceptibilidades étnicas, hasta las doctrinas metafísicas mismas en la medida en que ellas han sido suficientemente deformada para concordar con el error. Por ejemplo, se aplicará a oponer monoteísmo y politeísmo sin ver los diferentes principios divinos que constituyen el primero, no más que el Uno fundamental que  preside el segundo. En su inmensa  mayoría, los fieles de estas religiones no superan el nivel de las divergencias exotéricos, y alentado en esto por  clérigos ansioso de  retener sus crédito y sus adeptos , servirán a la Subversión pretendiendo defender su fe y sin darse cuenta que oponiéndose en lugar de coaligarse , son los juguetes de lo que ellos creen combatir.

La doble acción de la Subversión a nivel de sincretismo religioso encuentra en el nivel del de ecumenismo confesional. A veces la Subversión hace  oponerse entre ellos a los fieles de la misma religión acentuando las diferencias de tonalidades confesionales, y esto tanto más fácilmente cuanto que ella ha tomado cuidado antes de introducir fermentos de errores teológicos: que los debates se calienten, que surjan nuevos  cismas, anatemas, guerras civiles, y la predicción se encuentra realizada, que «una casa dividida contra ella misma está destinada a perecer » ... A veces, la Subversión favorece la confraternización, insistiendo en su carácter obviamente atractivo; pero no desespere entonces de aprovechar para destruir las confesiones que le son más hostiles. Así , ciertas de entre ellas, numéricamente más poderosas, no dejarán de absorber a otras, menos combativas,  más interiorizadas, despojarlos de los mejor para apropiárselas, bajo el pretexto de grandes  reencuentros, para alentar la puesta en común de errores y el rechazo de verdades, o  incluso reemplazar las segundas por las primeras.

De apariencia contraria al sincretismo y al ecumenismo, pero igual de fatal en sus efectos, es la actitud que consiste  escapar de cualquier conexión a una vía espiritual cualquiera que sea, aunque sea solamente exotérica. Es evidente que una  dicha exención no encuentra justificación. Si la vía  solitaria, libre de cualquier sostén, de cualquier « consuelo » sensible, puede aplicarse a ciertos caballeros de lo Divino, lleno de una  heroicidad budista o estoica,-por eso mismo muy rara  hoy día -, la mayor parte tienen más que nunca necesidad de un  sistema preciso específico, tranquilizante,  de soportes y de referencias. El  esoterista mismo no puede mirar como inútil el recurso a los  contenidos de exoterismo; el los integrará más bien y los  transmutará  en el crisol de su propia  maduración. Alcanzar el núcleo pasa a través de la corteza, es decir por el respeto de  las prescripciones, la práctica regular de los ritos, cuya transmisión integral se sigue haciendo en algunos enclaves, como  se ve en la liturgia bizantina 1. La supresión de  las formas exteriores de la religión no puede sino facilitar la intrusión de las influencias del mundo profano, al cual no puede multiplicar indefinidamente  las concesiones sin tener que pagar  el tributo de su alma. Para alejar cualquier vía, para sembrar la  duda al respecto, la Subversión insistirá solamente en los   aspectos negativos de la religión, exagerándolos para las necesidades de un alegato pro domo, pareciendo apoyar científicamente sus acusaciones

1. Hace falta decir que en el extremo del caso de desacralización donde   los ritos son desfigurado para volverse insostenibles, queda la  práctica del « desierto», donde profundizar en el silencio y la soledad  de la «cámara alta»  su interioridad. Tendremos la oportunidad de volver aquí.        

 confundiendo la trascendencia de un mensaje con la indignidad de sus recipiendarios, tachando de obscurantismo lo que no puede ser comprendido por la mentalidad moderna - ¡ precisamente el colmo del  obscurantismo ! -, o todavía, no diciendo nada del fenómeno religioso, (el cual es común en todos las épocas y en todos los pueblos y que ningún  sistema represivo tuvo razón nunca), no mencionando jamás en ninguna parte el nombre de alguno de los gigantes espirituales que  ilustran de dad en edad, reduciéndolo a un simple epifenómeno de los tiempos bárbaros, a una supervivencia folclórica de la « Edad espiritual » reemplazada  por la  «edad tecnocrática», y relegada  a las iglesias transformadas en museos

Como para ayudar  a la Subversión en su tarea, la religión le aporta a veces argumentos, por ejemplo, pactando con lo  temporal o suscitando  representantes indignos, como ciertos líderes religiosos que se sirven de la religión para hacer triunfar sus ambiciones personales y que, haciéndose aborrecibles  al confundir la sangre de sus víctimas con vino místico, hacen la religión aborrecible. Se puede preguntarse  si, en estas situaciones extremas, tales hechos o tales hombres no son conducidos secretamente por Subversión misma, La respuesta no deja ninguna posible duda.

No contenta con oponer a los creyentes, la Subversión, que sabe  hacerse odiosa cuando lo exige la táctica del momento, sabe  además, en otras ocasiones, el arte de seducir. En ningún otro sitio como en el diálogo entre creyentes y no creyentes, los "Lobos hambrientos" invaden fácilmente los apriscos. Con motivo de tales reuniones, los ateos o aquellos que pretenden ser tales - pero habría mucho que decir al respecto-,  casi siempre se aseguran de antemano a prevalecer sobre sus compañeros no porque tengan razón o detenten la verdad, sino simplemente porque están  mejor formados dialécticamente. Privadas de las claves del esoterismo, reducidos a nociones morales, al subjetivismo sentimental,  a la « buena voluntad», los creyentes están obligados a ocupar posiciones defensivas. La idea tan seductora cuanto a engañosa que consiste en « olvidar lo que divide (o nos separa) para poner en común lo nos acerca (o nos une) », es la más equívocas porque lo que eventualmente podría ser puesto en común sale de dominios infinitamente más relativos (cuestiones sociales o económicas), extrañas, en el límite, al  dominio religioso, que aquellas que excluyen cualquier compromiso  posible, que salen de la Ley, de fe, de la teología y la  gnosis. Sólo los creyentes ingenuos, ignorando  la doctrina de  Aquel que  vino a la tierra con la espada del discernimiento para disociar  el bien del mal, la verdad del error, solo los « tibios » vomitados por el cielo puede aceptar este juego de engaños . Ellos Ilustran perfectamente el refrán que « ¡Dios deja ciego  los quiere perder ! » 1.

El éxito de estas varias empresas, que parecen opuestas  entre ellas, desordenadas, contradictorias, tiene tanto más oportunidad de ser completa cuanto que, de una parte, las religiones varias veces milenarias necesariamente acusan una cierta fatiga,  prestan más fácilmente el flanco a los ataques con una menor  capacidad de respuesta; por otra parte, en un clima de mediocridad general, se concibe que la gran mayoría de los hombres  sea mucho más llevada a elegir espontáneamente la facilidad y  lo que dispersa que cualquier esfuerzo de superación, por tanto, a optar  finalmente por el indiferentismo donde Pilatos se lava las manos.

1.    Bien entendido los «tibios» también pueden encontrarse en el otro lado y servir con la misma ignorancia doctrinal y el mismo candor utópico una ideología  que ellos serían los primeros en rechazar si ella viniera a instalarse, y de la que ella se desembarazaría por otra parte   dondequiera que reine , desde que ellos hayan acabado de servir

 

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