OCCIDENTAL-ORIENTAL
1. Es
necesario el Occidental imponer por todas partes una impronta, hacer su número.
A menos de imitarle, el Oriental se desea lo más desapercibido posible, sumerge su casa, en el paisaje, habla sílabas amortiguadas. Apenas quiere existir, se acusa este paréntesis
2. Lo que es a transgredir para uno, son las leyes de la ciudad, de donde las revoluciones; y las morales de casta, de donde las emancipaciones.
Lo que lo es para el otro, es el carrusel fantasmagórico de las apariencias, a fin de alcanzar la trascendencia liberadora, de donde la revolución interior y la ascética emancipación de todo encadenamiento kármico.
3. Para el Occidental, la felicidad está en el curso a lo múltiple, la mezcla de los disfrutes; lo horrible yace en el agujero de una tumba.
Para el Oriental, está en la retirada de los placeres, la embriaguez de los sacrificios; el infierno está en el encerramiento en los calabozos del exterior.
Petit dictionaire
d’impertinences spirituelles.
Jean Biès.
Editions Entrelacs. Paris 2006
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