domingo, 30 de septiembre de 2018

'Abd al-Kartm aΙ-Jîlî DEL DESVELAMlENTO (tajallî) DE LOS NOMBRES DIVINOS (Titus Burckhardt)


'Abd al-Kartm aΙ-Jîlî 

DEL DESVELAMlENTO (tajallî) DE LOS NOMBRES DIVINOS

Ext..de "al Insân a1-Kâmil" ("Del Hombre Universal"). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975.
***
Cuando Allâh, el Altísimo, Se revela a uno de Sus servidores por un Nombre, este servidor es arrebatado fuera de sí mismo bajo las fulguraciones del Nombre divino, de modo que, si invocas entonces a Allâh con este Nombre, es el servidor quien te responderá, pues el Nombre divino se aplicará desde entonces a él.
El primer grado en este orden espiritual es la contemplación de Allâh revelándose como El-que-existe (al-mawjid) (1), y este Nombre se refiere al propio adorador. Más allá de este grado, Dios se revela primero por Su Nombre El Único (aΙ-wâhid), y luego por el Nombre Allâh; en este punto, el servidor se desvanece bajo la irradiación divina, su montaña se resquebraja, y Allâh (al-hagq) le llama desde lo alto del Sinaí de su Realidad esencial (hagîgah): "En verdad, Yo soy Dios, no hay divinidad fuera de Mí: -¡adórame!" (Corán, XX, 14); entonces AIIâh eclipsa el nombre del servidor y establece en su lugar Su Nombre, de manera que, si tú dices: -iAllâh!, el servidor te responde: "-¡Estoy a tu disposición!"
Si el servidor se eleva más alto y Allâh le fortifica y le
confirma, después de su extinción (fanâ), en el estado de subsistencia (bagâ), Allâh responderá ΈΙ mismo a cualquiera que invoque a este servidor; así, por ejemplo, cuando digas: "-¡Oh, Muhammad!", será Allâh quien responderá: "-iAquí me tienes!"
Después, si el servidor continúa su ascenso, Allâh Se revela a él por el Nombre El Clemente (ar-rahmân), y luego por el Nombre El Señor (ar-rabb), y luego por el Nombre El Rey (al-malik), y luego por el Nombre El Conocedor (al-'alAm), y luego por el Nombre El Potente (al-qadîr); cada uno de estos Nombres implica una revelación
superior a la que confiere el Nombre precedente, pues Allâh Se comunica de una forma más perfecta al revelarse distintamente: cuando
 Se desvela a Su adorador como el Clemente, diferencia con ello Su revelación global, expresada por el Nombre Αllâh; igualmente, cuando Se manifiesta como el Señor, ΈΙ diferencia su revelación
-relativamente global- "el Clemente", y        diferencia Su
manifestación "el Señor" en virtud del Nombre "el Rey". Este orden


es el inverso de aquel que se aplica a las manifestaciones de la Esencia a Si misma, manifestaciones cuya excelencia va de lo universal a lo particular, pues El Clemente es superior a El Señor, y Allâh
superior a ambos. En virtud de esta analogía inversa entre la
jerarquía de las manifestaciones de la Esencia y la jerarquía de las "revelaciones nominales", al adorador agota las revelaciones de los Nombre -cuya realidad intrínseca es siempre la Esencia- experimentando cada uno de ellos, pues cada Nombre divino lo exige y se aplica a él como a su propio sujeto. Es entonces cuando el pájaro de su intimidad cantará sobre las ramas de su santa realidad:
A aquel que invoca los nombres de mi Amada, respondo;
Yo llamo, y Laylâ (2) acude a mi pedido.
Es así porque no somos sino un solo espíritu;
Nos llamáis dos cuerpos, es extraño.
Somos como una sola persona que posee dos nombres y una sola esencia.
Por el nombre con que invoques a la Esencia, así Ella te visitará.
Mi esencia es Su Esencia, y mi nombre es Su Nombre.
Mi relación con Ella consiste en que yo me abismo en la unión.
En realidad, no somos dos esencias en un solo ser,
Pues el amante es también la Amada.
Cosa extraña, el hombre que recibe las revelaciones de los Nombres divinos no contempla nada más que la Esencia pura, sin que sea consciente del Nombre que La revela; y sin embargo, se discierne el Nombre divino que le domina, porque el contemplativo se refiere a la Esencia por el Nombre que rige en el mismo instante de su contemplación de la Esencia.
En esta contemplación por los Nombres divinos, los hombres difieren unos de otros. Hablaremos de algunas de sus vías, sin describirlas todas, dado que es imposible enumerar todos los Nombres divinos y, con mayor razón, todas las vías que llevan a cada uno de estos Nombres; pues los hombres que reciben la Revelación divina por un solo y mismo Nombre divino difieren no obstante por sus actitudes. No mencionaré entonces de todo ello sino lo que me fue dado durante mi propio viaje espiritual en Allâh; por otra parte, nada referiré en este libro, ni de mí ni de otro, sin que yo mismo lo haya
experimentado en el tiempo en que recorría en Allâh el camino de la intuición (al-kashf) y de la visión directa (al-mu'âyanah).
Regreso pues a aquello que dije acerca de las diferentes maneras con las que los hombres reciben las revelaciones de los Nombres divinos: a algunos, AIIâh Se revela como El Anciano de los Días (al-gadîm), y acceden a esta revelación por la intuición de su preexistencia en el Conocimiento divino: reconocen que ellos eran antes de la creación, porque el Conocimiento divino, del que ellos mismos son el objeto, era eternamente. Allâh es esencialmente conocedor; ahora bien, el objeto del conocimiento no podría estar separado del propio conocimiento,


pues es con respecto a su objeto que el conocimiento es conocimiento; dicho de otra forma, es el conocimiento del objeto lo que define la naturaleza del sujeto conocedor, de manera que, si el conocimiento es eterno, su objeto debe ser también eterno; de donde se sigue que los seres preexisten en el Conocimiento divino. Algunos se vuelven entonces a Allâh en virtud de Su Nombre El Anciano de los Días; cuando la Ancianidad de la Esencia se revela a ellos, su existencia efímera se desvanece, y subsisten eternamente por Allâh, inconscientes de su condición temporal.
A otros, Allâh Se revela como La Verdad (al-hggq), y a Ella acceden porque Allâh les descubre la Verdad divina expresada en la sentencia coránica: "No hemos creado los Cielos y la tierra y lo que hay entre ambos sino por la Verdad" (XV, 85, y XLVI, 2-3). Cuando la Esencia se desvela por Su Nombre La Verdad, la naturaleza creada del contemplativo se desvanece, y no subsiste sino su santa y trascendente esencia.
A otros, Allâh Se revela por Su Nombre el Único (al-whid), y
 les conduce a esta revelación mostrándoles la unidad
intrínseca del mundo, que procede de la Esencia divina del mismo modo
que las olas emanan del océano; contemplan la manifestación de
Allâh en la multiplicidad de las criaturas, que se diferencian en
virtud de la Unicidad divina; entonces, su montaña se resquebraja: el
que invoca desfallece; su multiplicidad se funde en la soledad del
Único; las criaturas son como si jamás hubieran sido, y Allâh como
si jamás hubiera cesado de ser (3).
A otros, Allâh Se revela por Su Nombre El Santísimo (al-quddûs), y acceden a esta revelación porque intuitivamente comprenden el secreto de la sentencia divina: "Y le insuflé Mi espíritu" (es decir, al cuerpo de Adán; Corán, XV, 29; XXXVIII, 72); Allâh les enseña que el Espíritu de Dios no es sino el propio Allâh, y que es santo y trascendente. Ahora bien, desde que AIIâh Se desvela en Su Nombre El Santísimo, el servidor se despoja de las impurezas de la existencia y subsiste por Allâh, trascendiendo todo lo efímero.
A otros, Allâh Se revela por Su Nombre El Aparente (az-zâhir); poseen la intuición de la Luz divina manifestándose en las cosas corporales, y reconocen por ello que es sólo Allâh lo que aparece. Ahora bien, cuando Allâh Se desvela como El Aparente, el servidor se extingue con toda la creación, no-manifestada como tal, en la manifestación del Ser divino.
A otros, Allâh Se revela por Su Nombre El Interior (al-btin), y acceden a ΈΙ por la intuición de que las cosas subsisten por
Allâh, que es su realidad interior. Cuando Allâh Se desvela como El


Interior, la manifestación del servidor, proyectada por la Luz divina, se extingue; ΑΙΙâh deviene el interior del servidor, y éste el exterior de ΑΙlâh.
En cuanto a la revelación divina por el Nombre Αllâh, el camino que a ella conduce no puede ser delimitado; por otra parte, lo mismo ocurre con la revelación de cualquier otro Nombre divino, como antes dijimos; definitivamente, no podrían ser fijadas las vías de acceso a estas revelaciones, pues sus modalidades varían en virtud de los receptáculos humanos. Cuando Dios Se revela a Su servidor por el Nombre Αllâh, el alma del servidor se extingue, y Αllâh se pone en su lugar, purificando su templo de las trabas de lo efímero, y rompiendo el lazo que le liga a las existencias; entonces, ΈΙ (4) es único por Su esencia y único por Sus cualidades, no conociendo ni padres ni madres. "Acuérdate de Αllâh, y Αllâh Se acordará de ti"; contempla a Αllâh, y Αllâh te contemplará! Entonces él canta por la lengua de su estado:
Ella (5) me atrae, substituyéndose a mí en mí;
Ella me reemplaza, en verdad, pero, ¿dónde estoy yo ahora?
Yo me convierto en Ella, y Ella soy yo mismo;
No existe para Ella ningún ser singular que la desee.
Yo subsisto por Ella y en Ella; no existe "tú" entre nosotros.
Mi estado con Ella era en el pasado y será en el porvenir,
Pero yo he elevado mi alma, y Ella ha roto la barrera;
He despertado de mi sueño y abandonado mi tálamo.
Ella me ha mostrado a mí mismo por el ojo de mi realidad esencial;
Leo estos caracteres sobre el rostro de la Belleza,
He pulido mi belleza interior, convirtiéndome en el espejo
Donde están impresos los rasgos de la Plenitud.
Sus cualidades son las mías, mi esencia es la Suya,
Y en Sus virtudes se alza para mí [el sol] de la Belleza.
Mi nombre es realmente Su Nombre; y el Nombre de Su esencia es mi
nombre,
Y todos estos atributos me llegan por naturaleza.
Aún a otros, Αllâh Se revela por Su Nombre El Clemente (ar-rahmân). Y es que Dios, revelándose a ellos por Su Nombre Αllâh, les dirige por Su propia Esencia hacia el supremo grado divino, que sintetiza los aspectos de la Gloria y que penetra todas las existencias; es el camino que conduce a la revelación de la Esencia por el Nombre El Clemente (6). En este estado de desvelamiento divino, la actualidad espiritual del servidor quiere que los Nombres divinos desciendan sobre él uno tras otro, y que los reciba según la medida de lo que Αllâh en él deposita de Su Luz esencial. Los Nombres se suceden hasta que el servidor recibe la revelación divina por el Nombre El Señor (ar-rabb); entonces descienden sobre él los Nombres de la Persona (an-nafs) divina, que se hallan bajo la dominación del


Nombre El Señor y que sintetizan los aspectos de lo divino y de lo creado, como El Conocedor (al-'alîm), el potente (al-gadîr) y sus semejantes. Su serie termina en el Nombre El Rey (al-malik); cuando el servidor recibe éste y Αllâh Se desvela a él esencialmente, todos los demás Nombres, en toda su plenitud, descienden igualmente sobre él uno tras otro, hasta llegar al Nombre El Subsistente (al-gayyûm). Cuando el servidor recibe este último y ΑlΙâh Se revela a él por este Nombre, él ha pasado de los "desvelamientos de los Nombres divinos" a los "desvelamientos de las Cualidades divinas" (7).
NOTAS:
1.     O más precisamente: 'El que es real"; la palabra "existir", que contiene un matiz de relatividad, tiene aquí una función simbólica.
2.     Nombre de la amada del ilustre Majnûn (el "poseído"), que es frecuentemente tomado como símbolo del contemplativo ebrio de amor divino; Laylâ es entonces la Realidad divina (al-hagîgah).
3.     En realidad, ΈΙ jamás cesa de ser; el paralelismo de las dos frases simplemente indica que para el contemplativo que se halla en tal estado de extinción no se concibe el fin de dicho estado.
4.     Este pronombre es voluntariamente ambiguo; puede referirse a Αllâh o al ser liberado.
5.     La Realidad divina (al-hagîgah).
6.     Es decir, que la diferenciación de la luz divina que reintegra poco a poco todos los aspectos cósmicos del servidor se opera espontáneamente a partir de un primer "contacto" global con la Esencia.
7.     Como el autor nos ha hecho comprender anteriormente, no puede tratarse aquí sino de una especie de esquema ideal del proceso espiritual, esquema que por otra parte tienen sus correspondencias en algunas vías fundadas en la invocación de una serie de Nombres divinos; la regla gadirita es particularmente explícita a este respecto (cf. Mehmmed Ah i Α nî, Abd-al-Kadir Guilânî, París, Geuthner, 1938).

jueves, 27 de septiembre de 2018

EL PERCEVAL GALO Y EL GRAAL ROMAN (Nikos Vardhikas)


I
EL PERCEVAL GALO Y EL GRAAL ROMAN

(Nikos Vardhikas, Le Graal Roman, cap I)

La Romanidad es una noción que murió en Occidente después del siglo XII, pero que sigue viva en Oriente (1). Se refería al Imperio Romano cristianizado y a su civilización. En esa época, la  Romanidad y el cristianismo eran la misma noción, ya que la Iglesia estaba indivisa. Desde el cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente, esta noción ha desaparecido en la parte occidental, tanto en palabras como en realidad:

A nivel temporal, la franquización de Occidente, en el sentido de su feudalización bajo el impulso y la dominación de los francos, y en el sentido del desafío por ellos de la teoría imperial tradicional, encarnada en el Oriente bizantino.

A nivel espiritual, hubo la condenación  de la Ortodoxia y de la ortodoxia en la forma del rechazo de las conclusiones de un Concilio Ecuménico (que significaba tomar al Papado como rehén) en el Concilio de Frankfurt en 794; desde entonces, ha habido alteración y adición de nuevos dogmas.

En Oriente, el Imperio Romano (porque el nombre bizantino es una invención occidental del siglo XIX) continuó hasta 1453 sin la introducción del feudalismo, pero

1. El Imperio Bizantino siempre fue llamado el Imperio Romano o Romanía; el primer estado turco en Asia Menor fue el Sultanato Selyuqí de Rum; Maulana Djelaleddin que se estableció allí fue conocido como Rumi. Incluso hoy en día, todavía existe Rumania, las regiones de Rumelia en Grecia y Bulgaria, y el pueblo griego se llama Romios y todavía invoca su romanidad (romiossynè). Uno de los primeros diccionarios modernos franco-griegos del siglo pasado se titula Dictionnaire français-roméique.

funcionando siempre por la sinfonía de los dos poderes  bajo el reino de la ley; el imperio otomano que le siguió, de acuerdo con las costumbres del Califato, no cambió radicalmente esta situación. En el plano espiritual, la Iglesia oriental no ha añadido ni sustraído nada de los dogmas de los siete concilios y de la doctrina de los Padres.

EL APOGEO PERDIDO

Los cambios introducidos por los Francos en Occidente han sido y siguen siendo denunciados por Oriente sea como usurpación sea como herejías o innovaciones. Por otra parte, son exaltados unánimemente en Occidente, incluso por los esoteristas, como el apogeo de su civilización tradicional y medieval: J. Reyor, J. Evola y P. Ponsoye concuerdan en esto (1).

Sin embargo, veamos si sólo el Oriente fue el único en mostrarse insatisfecho. El ciclo del Grial, cuyo carácter iniciático es indiscutible e indiscutido, apareció repentinamente, alrededor de 1180, y desapareció de la misma manera, unos cincuenta años después. También es aclamado como el producto del apogeo de la tradición medieval (por ejemplo, Evola). Sin embargo, nadie observa una gran contradicción: es evidente, como señala Évola, que el ciclo del Grial expresa el deseo de la restauración tradicional; incluso se podría decir que sin él pierde todo su significado. Sin embargo, una civilización que produce en su apogeo un deseo de restauración ha perdido claramente algo esencial, y por lo tanto este apogeo es, como dice Oriente, una ilusión (2).

1. P. Ponsoye, El Islam y el Graal en Milán (Archè), 1976
J. Evola, El Misterio del Grial y la Idea Imperial Gibelina, París (ET), 1985
J. Reyor, Siguiendo a R. Guénon, 3 vol., París (ET)
Para un resultado...., 2 vol., Milán (Archè)
2. Como otras características del apogeo, tenemos:
- el periodo de oro del gibelinismo: y sin embargo uno de sus expositores, Dante, habla
de usurpación a propósito de Carlomagno y asimila el papado de su tiempo a una
prostituta que peca con un gigante, o a un lobo feroz que bloquea el paso de
el ascenso al Paraíso.
-la alta caballerosidad, es decir, la sublimación del carácter guerrero de lo guerreros germanos
-las Cruzadas
-los templarios
-la síntesis tomista, elogiada como una asimilación de elementos precristianos y no cristianos, especialmente Aristóteles, como los árabes al mismo tiempo. Sobre el aristotelismo, que no tiene nada espiritual ni iniciático, y que Bizancio obviamente conocía mejor que nadie, cf. la reacción sufí de Abu Hamid Muhammad alGhazzali, Tahafut a!-Falasifa, del siglo XII, disponible en una traducción inglesa publicada en Karachi en 1963 (Congreso Filosófico Pakistaní).

¿Qué se perdió antes de 1180? Simplemente....el Oriente, de donde la enorme confusión (desorientación en todo el sentido de la palabra). En el plano espiritual, fue el esoterismo cristiano, ya castigado por san Agustín, es decir, la doctrina de la deificación que surgió de los Padres griegos y que se basa en la misión del Espíritu Santo enviado en Pentecostés. Cuestionada por los occidentales en el siglo XI a favor del Tomismo, esta doctrina y el hesicasmo fueron declarados oficialmente como parte integrante de la ortodoxia Ortodoxa hacia 1350, y la pérdida de esta doctrina fue destacada más tarde por los Dictatus Papae (1075), nunca derogados, que obviamente serían impensables sin esta pérdida. Esta conclusión no es personal para nosotros: P. Ponsoye, aunque está comprometido con la tesis de que el camino musulmán es la única posibilidad de esoterizar el cristianismo, utiliza la palabra teosis para llamar al Grial mismo.

LAPSAT EXILIS

El hecho de que el descontento se presente en trazos celtas no es sorprendente. ¿Quién sino los celtas eran, en aquel momento, el elemento romano (galorromano), conociendo a la vez la tradición cristiana anterior, a la que había pertenecido durante varios siglos, y siendo oprimidos por el feudalidad y la nobleza franca (1)? Desde este punto de vista, el galés es tanto galés como galo; Grecia sigue siendo

1.El tema de una explotación galesa y pan-celta estrechamente nacionalista de Caledvwlch (el nombre galés para la espada Excalibur), en nombre del catolicismo, contra la opresión protestante y sajona, está hábilmente entretejido en la novela Any Old Iran (Londres, 1989), del escritor católico Anthony Burgess.

además, es el único país que todavía llama a Francia Gallia, aunque también existe la palabra (peyorativa) Frangos (Franc), como la palabra Fireng entre los árabes, que se distingue de Roumi (ortodoxo) y Nozeri o Nasrani (cristiano). El hecho de que el ciclo del Grial inspirara (y no siguiera) la formación de organizaciones iniciáticas cristianas tampoco es fortuito:

Antes de la franquización, no había ninguna necesidad de la existencia de tales organizaciones, separadas de la Iglesia. Serán buscados en vano antes de 1100, así como lo serán en el Oriente para cualquier período de tiempo.

Esto constituye, en sentido estricto, el lapsat exilis (1) de la búsqueda del pasado tradicional occidental. Se dice, en efecto, (en Perceval el galés) que el rey cayó enfermo (haciendo necesaria la restauración) después de ver el Grial (copa), la espada y la lanza, sin preguntarse: ¿para qué sirven? Sí, ¿cuál es el propósito de la misión de Cristo y del Espíritu Santo, sino la Trinidad misma, cuál es el propósito de la sucesión apostólica? ¿La salvación obtenida mecánicamente asistiendo a un servicio?

¿EL ESOTERISMO QUE SE ESCONDE BAJO LOS JUNCOS?

¿Cuáles fueron, ahora, las aplicaciones de esta expectativa ? La única que tomó una forma exterior heroica (franca) y no principalmente intelectual fue la aventura templaria. Los autores coinciden aquí en que los templarios eran una organización iniciática, pero también en que sus contactos eran exclusivamente heterodoxos; lo más extraño es que estos contactos sólo se hicieron en Tierra Santa, donde los ortodoxos y los musulmanes habían vivido en paz durante mucho tiempo sin la cuestión de una transmisión

1. Lapsat exilis: cambiando una vocal al  misterioso lapsit exillis  de W. von Eschenbach (sobre el cual, cf. infra) ¡acabamos en el sentido de que el débil se equivoca o, en otras palabras, el tonto lo deja allí! Se trata de no ver lo que hay bajo nuestras narices. ¿De qué sirven todas las construcciones aprendidas sobre el lapis elixir (corto las objeciones apresuradas: estas interpretaciones, mencionadas por Guénon, no son de su sola invención) si no se entienden los hechos sencillos que hemos presentado?

iniciática de los unos a los otros o por lo tanto, sin que se haga caso. El gibelinismo, por su parte, cristiano pero antipapalista, recibió, como es debido, sus influencias islámicas de España y no de Oriente; sus relaciones con la Provenza, tierra de relevos entre España, Grecia e Italia, la convierten en un movimiento Romano.

Es asombroso ver cómo las más mínimas señales de amistad entre los Caballeros Templarios y los Caballeros Musulmanes son tomadas como evidencia de esoterismo. ¿Qué ocurre entonces con el caso de San Juan de Damasco (Damasceno), que fue funcionario en el tribunal de los Ommayades? Y, para las Cruzadas, ¿qué podemos concluir de la amistad entre el emir Osama ibn-Mungidh (autor de Memorias que se encuentran en las Crónicas árabes de las Cruzadas) y los raïs de un pueblo ortodoxo (Roumi), Theodoros Sofianos (Tudrus ibn as-Safi'i)? Hay una terrible confusión aquí, de la que hemos hablado en otra parte.

Basta repetir que todavía no sabemos por qué los contactos templarios (con Nestorianos, mongoles o no, o con Armenios) son a priori espirituales; por qué el supuesto camino islámico pasa por Tierra Santa y las condiciones de la guerra, en lugar de por la España musulmana. Probablemente debido a la naturaleza guerrera de los Caballeros Templarios, quienes, según Evola, eran indiferentes a la identidad del enemigo y probablemente a la justicia o no de la guerra; el Templario se realizaba en todas partes, incluso si, en Jerusalén, estaba bañado en sangre hasta las rodillas. Si hubiera una cuestión de elección en sus asuntos, los nuestros irían mil veces más a Ibn-Arabi, Jeque al-Akbar (Doctor Maximus), que a la probable organización iniciática de los Asesinos con su Jeque al-Djabal (Senex Montis). La contradicción entre los lazos eclesiásticos de los Caballeros Templarios y sus prácticas (en la medida en que pueden ser conocidas en los archivos de los juicios y bajo tortura) no es insignificante.

Que la misteriosa cabeza que los templarios eran sospechosos de adorar bajo el nombre de Bafomet era el Santo Mandélion de Edessa (Urfa) robado en Constantinopla, o si se trata de una distorsión de Muhammad (adoración ilegítima, entonces, del Profeta usualmente representado sin rostro) o incluso que se vea aquí (con R. Guénon) Behemoth, la bestia que se esconde bajo los juncos, si es que existe esoterismo, es de una naturaleza inquietante y no sólo extraeclesial, sino sin duda antieclesial; sin embargo, el Templo sólo dependía del Papa! La naturaleza guerrera de los templarios excluía sin duda la doctrina de la iniciación bizantina o musulmana, si no estaba rodeada de un aura militar.
Quizá también el confinamiento del Papado en caporalismo moral y determinismo divino prohibía tales contactos pacíficos, que habrían sido sin duda condenados; en este caso la traición de los templarios no acabo por ser  imputable. Se trataba ahí de una desviación del esoterismo cristiano ( o de lo que habría podido sostenerlo) cuyos frutos fueron la catástrofe Cátara, lo dominación de la Inquisición, la loca esperanza de los Descubrimientos (desde un punto de vista espiritual), cosas todas que pavimentaron la ruta de la Reforma y las Revueltas.

GRAAUS-GRIEUS

¿No hubo pues tentativa, aunque no fuera más que simbólica, de una restauración propiamente romana? Hemos ya mencionado a Dante; por no franca que fuera su doctrina, ella parece inventada (bien que, sobre la base de principios justos, no erróneos ni heréticos), en la ignorancia de la Patrística; por tanto, inaplicable salvo en una iglesia paralela. En todo caso, parece que la esperanza de Dante  fue en primer lugar derrocar el Papado, y a continuación ver como podría ser reformado; es, aún una vez más, la primacía de la política lo que importa. Veamos ahora, mirando las cosas según el sentido (la esencia), si la aproximación  que se puede establecer como  juego de palabras  entre li graaus (el Graal) y li gieus (el Griego) fue jamás más que eso.

Lázaro de Chipre en Marsella

La leyenda del desembarco de Lázaro y de sus hermanos en Provenza y la cristianización de la Galia por estos íntimos de Cristo circuló después de la ocupación de Chipre por los Templarios(1190-92), después por los Lusignan (1192-1474). Ahora las reliquias reales o supuestas , de Lázaro habían sido descubiertas aquí, en Larnaca (que significa propiamente tumba), el antiguo Kition (de donde los Kittim bíblicos) ; la iglesia que los abrigó, todavía en pies, fue edificada por orden del el emperador León VI el Sabio. Lázaro y María de Magdala no son cualquiera de los íntimos de Cristo: el primero fue resucitado por Él después de cuatro días en la tumba (de su nombre de tetrahemeros cuadridiano , se podría decir); la segunda fue el primer ser humano en ver al Cristo resucitado, incluso antes de que ascendiera a Su Padre, un privilegio (a través del famoso Noli me tangere), que los Apóstoles no tenían. Una parte de las reliquias de Lázaro fue transportada a la ciudad griega de Marsella y enterrada en la cripta de San Víctor, confundida (sincera o deliberadamente) con las reliquias de Lázaro de Aix (siglo V) que ya estaban allí.   
                                 
El centro monástico de San Víctor no es un centro cualquiera: además de ser uno de los primeros en la Galia, es el lugar donde vivió San Juan Casiano, discípulo de San Juan Crisóstomo y propagador en Occidente de la doctrina de la deificación. Se instaló allí, además, por invitación de Lázaro d'Aix (1). Tuvo que oponerse al primer confinamiento  antiespiritual del Catolicismo, San Agustín de Hipona, y fue condenado por un tiempo, a causa de la doctrina de la deificación, por los Jansenistas. La importancia de San Juan Casiano y sus marselleses para los cistercienses y San Bernardo de Claraval, los últimos intercesores por un catolicismo menos confinado (y que quizás intentaron, a través de la famosa Regla de los Templarios escrita por San Bernardo, más bien limitar la ruptura que cualquier otra cosa). Por lo tanto, puede establecerse que:

Puesto que el cristianismo romano tenía, tanto en Oriente como en Occidente, en la época de la Iglesia indivisa, la doctrina de la deificación como parte integrante del cristianismo, la leyenda de Lázaro, transportado de Chipre a Marsella en el siglo XII, enterrada en el monasterio de San Juan Casiano y declarado (falsamente) fundador del cristianismo galo, indica nada menos que un intento de restaurar el Grial, es decir, la doctrina cristiana de la deificación.

No sabemos lo que pudo haber ocurrido después en la Iglesia marsellesa, donde esta restauración se habría llevado a cabo necesariamente; ¿pero la condena, tantos siglos más tarde, de San     

1 Ch. Seinturier: Marsella cristiana en la historia 1988.
                                                          
Juan Casiano por los jansenistas, no indica un cierto renacimiento de su enseñanza? Tampoco sabemos si la leyenda, que entretanto se convirtió, después de la dominación Católica-Franca, la de las Santas-María, fue vendida por los templarios o por algún otro de la corte de los Lusignan, asentada en tierra ortodoxa durante trescientos años. Hay una capilla única en Chipre, en Pyrga, cerca de Nicosia: los frescos bizantinos, con todo lo que simbolizan las convenciones de este arte sin perspectiva ni sombras, con inscripciones en francés; y un icono, en la iglesia de Saint Paraskévi (preparación), en el lugar de los jardines donde los peregrinos se reunían para caminar hacia el Templo de Afrodita, con inscripciones siempre en francés, donde está representada la copa del Grial, en la Crucifixión, que no es en absoluto la costumbre bizantina. A pesar de la Bulla Cypria que obligó a todos los chipriotas a ser católicos, puede haber habido una ósmosis en esta Isla Verde (1) en la dirección opuesta a la que pretendía esta Bula. Lo que está más allá de toda duda es que el hecho  de  subrayar así la resurrección humana de Lázaro no está necesariamente en el hilo de la anti-Cristolatría  templaria; está quizás en el del no-dolorismo Oriental.

En lugar de ver en la leyenda del cuadridiano el origen de la sangre judía merovingia (versión franca), debe verse como una restauración de la espiritualidad romano cristiana. Cabe señalar que la teoría de Evola sobre el drama europeo (más o menos similar a la de Guénon, más el lado escandalosamente kshatriya y menos el lado providencial para Europa que Guénon reconoció como un cristianismo que descendió al dominio exotérico) sólo tiene sentido si uno acepta su punto de vista sobre el cristianismo:

un tipo particular de dualismo, simplemente tradición religiosa, espiritualidad lunar, pasiva, mansa.

Sobre la base de este cristianismo, es imposible formar Occidente según el símbolo imperial (¡pero que cohabita con el feudalismo!). Cuando conoces Bizancio (la Romania), ¡crees que estás soñando! Esto es, por ejemplo, lo que dice Evola acerca del

1 En la que J. Reyor veía la montaña de cobre e incluso la Shambala de los budistas lamaicos!

bautismo (recordamos que Guénon sólo reconoció un carácter iniciático, pero disminuido por la apertura a todos): "la descripción del agua bautismal en Wolfram von Eschenbach ya es suficiente para convencernos de que se trata menos de un bautismo cristiano que de una verdadera iniciación".

Aquí está esta convincente descripción:
el agua hace prosperar a todos los seres a los que damos el nombre de criaturas. Es gracias a esta agua que nuestros ojos pueden ver. El agua lava las almas y las hace tan radiantes que incluso los ángeles no tienen mayor esplendor.

Aquí está ahora la bendición del agua en el Bautismo Ortodoxo, de la Oficina del Santo Bautismo, 

Atenas, Ed. de la Diaconía Apostólica de la Iglesia de Grecia, 1988:
da a esta agua la gracia de la liberación, la bendición del Jordán, devuélvelo a su fuente de imputrescibilidad, don de santificación, solución de errores, distancia de enfermedades, destrucción de demonios, inaccesible a fuerzas opuestas, lleno de poder angélico... agua de liberación, agua de santificación, purificación de carne y espíritu, aflojamiento de nudos, perdón de pecados, iluminación del alma, baño de renacimiento, renovación del espíritu, don de filiación, hábito de podredumbre, fuente de vida.

O Evola no conoce el rito romano, o hay una patente mala voluntad.(1)

1.Pero, ¿quién tiene la culpa del desvío del cristianismo de los mejores espíritus de Occidente, de los templarios a Évola y Guenon?
Compare con el Dictaus Papae, la Inquisición y el Nuevo Catecismo, la recomendación a un supuesto teólogo hereje de un monje Athonita en 1990 (en LA LUZ DEL HOMBRE, 1° 27):"...que usted someta sus puntos de vista heréticos al control de la Iglesia. Y la Iglesia es Cristo, sus Apóstoles, los Sacerdotes y Mártires, los Santos y los Santos Padres, y todos aquellos que son incorporados por la santidad al Cuerpo de Cristo... Ven a la  Santa Montaña a purificarte, en tu alma tus terribles faltas.
El Nuevo Catecismo:
Es especialmente apropiado que los Pastores de la Iglesia.... experimenten todo para retener lo que es bueno (p. 177, bula Lumen Gentium).
La única Iglesia de Cristo es la que nuestro Salvador, después de su resurrección, confió a Pedro para que fuera su pastor... Esta Iglesia como sociedad constituida y organizada en el mundo se realiza en (subsistit in) la Iglesia Católica gobernada por el sucesor de Pedro y los obispos que están en comunión con él (p. 179, Lumen Gentium).
Y, Vaticano II, sobre Ecumenismo, incluido en el NCEC:
"Es por la sola Iglesia Católica de Cristo, que se puede obtener toda la plenitud de los medios de salvación. Porque es el único colegio apostólico en el que San Pedro es el jefe a quien el Señor ha confiado... para constituir en la tierra un solo Cuerpo de Cristo, en el que deben incorporarse plenamente todos aquellos que, en cierto modo, ya pertenecen al pueblo de Dios".
Estos últimos son.... todos, excepto los ateos, por supuesto.
Ahora, nadie tiene a Dios en su iglesia o rito, cualquiera que sea la conclusión del Pacto, excepto los Hombres Primordiales y los Hombres Universales (Adam Qadmon,lnsan ul-Kâmil): Maestros, Padres (Abbas, Baba-s), Santos, Profetas, Glorificados, Ancianos (Gérontès, Shaikh-s, Startsi, Dédé-s), Justos, Perfectos; y los que, es en su ser (o corazón) tienen a Dios. Los otros sólo están en camino: pobres (fuqara), Iluminados, Intérpretes, Recién plantados (Neófitos), Buscadores (saâlik), Errantes (Qalender-s) o Guardianes (Derviches).
En cuanto a los que ni siquiera sospechan que el camino existe, aunque fueran sucesores de Pedro, san Pablo los habría colocado, por muy bautizados que estuvieran, entre catecúmenos (no creyentes o no iniciados) o los particulares ( idiôtai,idiotas espirituales?).
Unas palabras sobre Wolfram von Eschenbach: su historia es tardía y, por supuesto, mucho más heroica que las historias francesa e inglesa; ¿por tanto, es más iniciática, como lo quiere la leyenda esoterista? ¡De ninguna manera! Habla de los Templarios, es verdad, y de las fuentes paganas, eso es todo. El origen de su historia es el misterioso Flégétanis, que bien podría ser Vassili Diguénis (V=F en alemán), héroe de un poema épico medieval griego , particularmente popular en Chipre, que se refiere a una guardia fronteriza bizantina de doble ascendencia griega y árabe. En cuanto a Kyot, las versiones francesas mencionan un Keï o Keu (Kay, en inglés).
Por lo demás, es más exotérico; en él, más que en Chr. de Troyes, se ve, toca y posee el Grial fuera de si mismo.

El Imperator Rosacruciano

Mucho más tarde que las Cruzadas, el fundador simbólico de los Rosacruces, Christian Rosenkreutz con un nombre transparente, también pasó por Chipre.

El relató  (Allgemeine Reformation der gantzen weiten Welt y Fama Fraternitatis) una  condena de los blasfemos de Oriente y Occidente, y esta vez Evola no duda en admitir que no existe un camino musulmán, sino que los musulmanes y los católicos son el blanco  y que se menciona la estancia de Rosenkreutz en un monasterio oriental.

Los RC hablaban de un Imperator romano (o roman) y, significativamente, soñaban (en el siglo XVII) con una Europa libre de usurpación papal y constituida como el Cuarto Imperio. ¿Quién era el tercer Imperio Romano en esa época? La teoría de las tres Romas es conocida; es oriental, y precisamente rusa:

DVA RIMA PALI; A TRETI1, MOSKVA, STOIT-I TCHETVERTOMU NYE B' IT' (Dos Romas cayeron; la tercera, Moscú, aguanta, y no habrá cuarta) escribió el monje Filoteo al zar Iván III, en 1472. El Imperator Rosacruz, lejos de identificarse con el Santo Imperio Romano, es más bien parte de la visión tradicional romano-bizantina del Imperio Cristiano. Por supuesto, la predicción de Filoteo es correcta. A pesar de la decadencia de Catalina y Pedro el Grande, no ha habido una cuarta Roma.

LA CUESTION

Tras estos desarrollos, la aproximación, también a posteriori, de los términos graaus y grieus parece menos inverosímil, aunque se excluye una inspiración oriental del ciclo. Sólo nos queda esperar que el futuro nos impida cumplir el sueño de Compostela: una restauración franca de Europa en el año 1000 (o el siglo del cisma), que firmaría el certificado de defunción del esoterismo cristiano si las Iglesias Ortodoxas se unieran a él, voluntaria o forzadamente, y el comienzo de la Pan-Religión. El depósito sigue existiendo, pero ha sido confiado durante un milenio a heridos, paralizados y ciegos.
Como el rabino de un cuento jasídico, Cristo recorre las calles de Occidente, esperando que se le haga la pregunta.