martes, 18 de septiembre de 2018

`Abd aΙ-Karîm al-Jîlî: DE LA UNIDAD (al-ahadiyah), DE LA UNICIDAD (al-whidiyah) (Titus Burckhardt)


`Abd aΙ-Karîm al-Jîlî
DE LA UNIDAD (al-ahadiyah)
Ext. de "al Insân al-Kâmil" ("Del Hombre Universal"). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975.
La palabra "Unidad" (al-ahadiyah) designa la revelación de la Esencia en la que no aparecen ni los Nombres ni las Cualidades, ni huella alguna de sus efectos; es entonces un Nombre de la Esencia en tanto que ésta está más allá de todas las comparaciones divinas y criaturaIes.
Ahora bien, no existe para la Unidad, en todo el cosmos, ningún lugar de manifestación (mazhar) más perfecto que tú mismo, cuando te sumerges en tu propia esencia olvidando toda relación, y te
asimilas a ti mismo por ti mismo, despojado de tus apariencias, de modo que eres tú mismo en ti mismo, y que de todas las Cualidades divinas o de los atributos creados -que por otra parte te pertenecen-. ninguna se refiere ya a ti. Este estado del hombre es el lugar de manifestación más perfecto de la Unidad en toda la existencia.
Y es éste el primer "descenso" (tanazzul) de la Esencia, de las tinieblas de la "nube" (al-'am) (1) hacia la luz de las
revelaciones, y también la primera de todas Sus revelaciones a causa de su pureza y de su ausencia de toda cualidad, de todo nombre, alusión, relación o analogía; pues todo está en ella contenido en modo no-manifestado (bâtin).
En el lenguaje común, la palabra "unidad" designa la
determinación principial ('ayn) de la serie de las múltiples determinaciones. Empleando una parábola, la unidad es como si alguien viera de lejos un muro construido de adobe, de cal, de yeso y de madera, sin poder distinguir sin embargo nada de estos materiales; ahora bien, la unidad de este muro es el conjunto del adobe, de la cal, del yeso y de la madera, y no porque la palabra "muro" sea una designación global de estas cosas, sino en tanto que designa tal forma propiamente "mural".
Igualmente, si tu estás sumergido en la contemplación de tu sujeto (aniyah) por el que eres tú mismo, tú no eres testigo sino de tu ipseidad (o aseidad: huwiyah) (2), sin que en este estado se te aparezca nada de las realidades que se refieren a ti; sin embargo, tú eres tú mismo la síntesis de dichas realidades. Tal es tu unidad, en tanto que ésta afirma tu esencia bajo el "aspecto" de tu ipseidad, y no en tanto que tú seas la síntesis de las realidades que te


definen. Aunque tú seas estas realidades relativas, este estado de revelación esencial que es la afirmación de la Unidad en ti expresa la Esencia por abstracción de toda relación. Atribuida a AIIâh, la Unidad designa la pureza de la Esencia aislada de todos los Nombres, de todas las Cualidades, de toda causa y de todo efecto. Ella es la revelación suprema, porque toda otra revelación estará
necesariamente particularizada por algo, a excepción de la "Cualidad de Divinidad" (al-ulQhiyah) que no se distingue sino por su no-exclusividad. La Unidad es pues la primera manifestación (zuhûr) (3) de la Esencia.
Está vedado a la criatura atribuirse el estado de la Unidad, pues la Unidad es la pura Esencia abstracta de lo Divino y de lo creado, mientras que ésta, a saber, el servidor, está determinado por la condición de criatura. Por lo demás, atribuirse algo significa
sujetarlo y emplearlo, lo que sería contrario al principio mismo de la Unidad, que por ello no pertenecerá a la criatura; ella es
exclusivamente de AIIâh. Si tú te contemplas a ti mismo en ese estado de revelación, te contemplas en virtud de tu Dios y de tu Maestro; no pretendas entonces poseer tal estado en tanto que criatura, pues este estado de revelación no es de aquellos de los que pueda participar nunca la criatura [como tal], sino que sólo es de AIIâh, como primera revelación esencial. Ahora bien, como tú sabes por ti mismo que tú eres [en tu realidad metafísica, luego
supra-individual] lo que se entiende por Esencia, y que el verdadero sentido de la criatura es AIIâh (al-hagq), juzga a la criatura
suprimiéndola, y da testimonio de que AIIâh es tal como lo expresan los Nombres y las Cualidades que provienen de su Esencia, a fin de que de AIIâh afirmes lo que ΈΙ afirma de Si mismo (4).
NOTAS:
1.   ΑI-'amâ significa literalmente "nube oscura"; con esta
expresión el Profeta designó el estado "en el cual AIIâh se encontraba antes de la creación", es decir, el estado principial inaccesible a cualquier conocimiento distintivo.
2.   El "Si", el C2tmâ de los hindúes.
3.   El autor se expresa aquí de una forma elíptica, pues acaba de explicar que la Unidad (al-ahadiyah) corresponde al estado principial.
4.   El sufí ManÇûr al-Hallâj fue condenado a muerte por las autoridades religiosas y sociales por haber pronunciado la frase: Αnâ-I-hagq, "yo soy AIIâh" (la "Verdad"); los maestros sufíes contemporáneos, como al-Junayd, aún reconociendo que al-Hallâj había hablado "por la lengua de su estado espiritual", y que había dicho la verdad, estiman no obstante con razón que para los jueces del "exterior" (az-zâhir), esta frase no podía ser sino la de un
individuo que pretendiera ser AIIâh.


'Abd al-Karim aΙ-Jîlî
DE LA UNICIDAD (al-whidiyah)
Ext. de "al Insân al-Kâmil" ("Del Hombre Universal"). Traducido del árabe y comentado por Titus Burckhardt. París, Dervy-Livres, 1975.
***
La Unicidad es una revelación de la Esencia
Que aparece como síntesis a causa de la distinción de mis
cualidades.
Todo en Ella es único y diferenciado al mismo tiempo.
-¡Admira, pues, la multiplicidad esencialmente una!
En Ella, esto es esto mismo, y lo que se va es como lo que viene.
Ella es la Realidad divina (al-haqiqah) de la multiplicidad
contenida en la Soledad (al-wahdah) divina sin dispersión.
Por Ella todo se encuentra en el principio de cada cosa.
Y bajo este aspecto la negación (an-nafy) es igual a la
afirmación (al-ithbât) (1).
La "Discriminación" (al-furgân) esencial es Su forma total.
Y la multiplicidad de las Cualidades que en Ella aparecen es como la
de los versos [en el Libro sagrado].
Recita entonces, y lee en ti mismo el secreto [de Su Libro];
pues tú eres el "Modelo evidente" (al-imâm al-mubîn) y en ti
se oculta "el Libro oculto"
(al kitâb al-maknûn) (2).
Debes saber que la palabra "Unicidad" (al-whidiyah) designa la siguiente revelación de la Esencia: ésta aparece como Cualidad y la Cualidad como Esencia, de forma que, bajo este aspecto, cada Cualidad divina se presenta como la determinación esencial (al-'ayn) de cada una de las restantes. Así, por ejemplo, el Vengador (al-muntaq¡m) es Allâh mismo, y Allâh es el Vengador; por otra parte, el Vengador es el Benefactor (al-mun'îm); de igual modo, la Unicidad se manifiesta en la gracia (an-ni'mah) y se manifiesta esencialmente en la venganza; la gracia, que es un aspecto de la misericordia (ar-rahmah), se presenta así como la esencia misma de la venganza, que es un aspecto del castigo; y, además, la venganza, que no es sino el castigo, se muestra como aspecto de la gracia, identificada con la misericordia. Esto es así en virtud de la aparición de la Esencia en las Cualidades y en sus efectos.
En toda cosa en que la Esencia se manifiesta según la ley de la Unicidad (al-whidiyah), Ella es la determinación esencial de cualquier otra cosa; pero esto no se refiere más que al aspecto divino


de la Unicidad, y no a la Esencia en tanto que ésta da a todo lo real lo que tiene de realidad, pues sería ésta la revelación de la Esencia misma.
La distinción entre la Unidad (al-ahadiyah), la Unicidad
(al-whidiyah) y la "Cualidad de Divinidad" (al-ulihiyah) consiste en que, en la Unidad, ninguno de los Nombres y Cualidades se manifiesta; se refiere entonces a la Esencia pura en su actualidad inmediata,
mientras que en la Unicidad los Nombres, las Cualidades y sus actividades se manifiestan, pero sólo con respecto a la Esencia, y no en modo separativo, de forma que cada uno es la determinación esencial del otro. En cuanto a la "Cualidad de Divinidad", los Nombres y las Cualidades se manifiestan según lo que es propio de cada uno de ellos; el Benefactor es el contrario del Vengador, y viceversa. Lo mismo ocurre con los demás Nombres y Cualidades; la Unidad, sin embargo, aparece en la "Cualidad de Divinidad" según lo que exige la ley de la Unidad
misma, y según lo que exige la ley de la Unicidad, de manera que la "Cualidad de Divinidad", que engloba en su revelación a las leyes de todas las revelaciones, da a todo lo real lo que le viene de realidad.
La Unidad corresponde a la sentencia divina (3): "Αllâh era (4), y ninguna cosa era con ΈΙ", y la Unicidad a la siguiente: "y ΈΙ es ahora tal como era"
Dice Allâh: "Toda cosa es perecedera, salvo Su Faz" (5). Es por ello que la Unidad es superior a la Unicidad, puesto que es la Esencia pura, y que la "Cualidad de Divinidad" es superior a la Unidad, ya que le otorga su realidad; pues la ley de la "Cualidad de Divinidad"
consiste en que Ella es el supremo de los Nombres (6), el más
completo, el más noble y el más excelente; su superioridad sobre la Unidad es como la superioridad del todo sobre la parte, mientras que la superioridad de la unidad sobre las otras revelaciones de la Esencia es como la de la raíz sobre la de las ramas. En cuanto a la superioridad de la Unicidad sobre el resto de las revelaciones, es como la de la Unión sobre la de la separación.
-¡Busca entonces sus significados en ti mismo, y medítalos!
NOTAS:
1.   Alusión a las dos partes de la shahâdah: "no hay divinidad si no es la Divinidad" (lâ ilaha ¡ll-Allâh).
2.   Designaciones cοrάnicas del Libro revelado.
3.   Hadîth qudsî.
4.   El pasado se emplea en árabe, como en hebreo, para simbolizar lo eterno, por analogía con la función del pasado en el encadenamiento de la causalidad relativa.
5.   Corán, XXVIII, 88. El pronombre posesivo puede ser referido a


Allâh o a la cosa misma, siendo la Esencia -precisamente designada por el término "Faz" (wajh)- una.
6. Es decir, el Nombre que le corresponde, ΆΙΙâh.

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