sábado, 23 de diciembre de 2017

Una estatua ecuestre de Jesús (Nikos Vardhikas)


Una estatua ecuestre de Jesús

Por Nikos VARDHIKAS

(Vers la Tradition)

El  fin de la Guerra Fría es el final de la fase ofensiva de la modernidad, también encarnada tanto por el Este como por el Oeste durante este período de competición a lo más moderno; no desagradando a algunos, el Este, durante esta fase, jugó, desde un punto de vista cultural, de gendarme de Occidente en Oriente. Esta fase se agotó cuando el planeta entero fue convertido, con la retirada soviética de Afganistán como un terminus simbólico, la última nación enteramente tradicional.

La fase ofensiva había comenzado en España (1) con el evento que se celebra este año: la expulsión de judíos y árabes, la expansión de la inquisición y la actitud de valentía hacia el prohibido "Non plus ultra". Esto sucedió bajo los "Reyes Católicos": la Reconquista primero, luego la conquista. La destrucción de la Unión Soviética señala otra evolución, que podría justificar una esperanza: el fin de la occidentalización forzada de una gran parte de la 0rtodoxia.

En todo caso una cosa es segura: a partir de ahora, las salvaguardias usuales que podrían "justificar" un repliegue intelectual sobre lo exotérico, so pretexto del mal menor, han saltado todos. Y queda otro por ver: si esta ausencia de la camisa de fuerza es debida a un despertar cualquiera o si los enfermos están "curados", es decir, definitivamente adquiridos a la modernidad. En este último caso, se trataría del comienzo de la última fase de esta civilización, lo que no lamentamos; pero tendría que saberse para no perecer con ella, intelectualmente al menos.

El mundo moderno golpea por la globalidad que ha adquirido hoy en día:
La primacía usurpada por la economía planetaria (que, cabe señalar, no se puede combatir con las nociones de "nación"), operada por el capitalismo, aunque constituyendo una noción marxista de base, hace que la humanidad en su conjunto está condenada a evolucionar en un  "ambiente" económico y cultural nocivo,, polucionante para los cuerpos y las almas; habiéndose convertido el cuadro social en el "lugar" apropiado de una danza ininterrumpida con el diablo. (2)

Esta situación es conocida experimentalmente por todos. También se conocen las causas intelectuales de esta podredumbre: la cuantificación de todo y la exclusión y negación (o aniquilación) de lo que no es cuantificable.

El espíritu científico (cuantificación/deducción y sistematización de los datos de experiencia   "sin ningún a priori", ni siquiera el del buen sentido), es un proceso mental útil y legítimo en su orden. Lo que lo es menos es el hecho de que ha invadido todo el espacio intelectual. Esto tiene, una simple razón: nadie puede ya captar una verdad con certeza directamente. Si os propongo el anagrama "NAS FREEM EL RIOIS" utilizareis quizá un ordenador que hará todas las permutaciones posibles, o tomareis su lugar vosotros  mismos, consultareis tal vez también un diccionario checo o árabe y en pocas horas encontrareis lo que hubierais encontrado en pocos minutos mirando mejor: SAN ÉFREM EL SIRIO, a quien ya conocíais muy bien. Este espíritu científico "seguro" y ya incontestable tiene una utilidad que no puede ser universal. Es nuestra moderna desconfianza de todo, incluyéndonos a nosotros mismos, que lo universaliza.

El hecho de que este espíritu asustado, esta conciencia fragmentada, aislada, egocéntrica e infantil , se combina de maravilla con las panaceas propuestas para todos los males del planeta:
- el capitalismo (que se pretende equivalente a "economía de mercado" es decir a algo que tiene miles de años de existencia)
-y la democracia, entendida como mucho más de un simple sistema de gobierno, lo que sería legítimo, considerada como una regla  para probar la verdad que, a menos de ser "científica" ya no existe más que como opinión, este hecho ya no debe ya sorprender a nadie.

A juzgar por las reacciones tanto de ciertas Iglesias y tradiciones religiosas, así como de ciertos  "esoteristas" hacia el nuevo estado de cosas, los remedios son mucho menos conocidos,  Y sin embargo, todas las tradiciones los deletrean con todas las letras. Empezando con la constatación de la catástrofe planetaria completamente exterior, para progresar a continuación a la curación de los males personales e intelectuales, no existe más que un solo método que valga, desde siempre pero sobre todo hoy: la renuncia. Renuncia al "siempre más " exterior, en primer lugar (3) al "crecimiento" indefinido, que constituye el error filosófico y material del capitalismo moderno contra el espíritu. Esta renuncia debe concernir a la acumulación de siempre más riquezas, tanto materiales como mentales, se acompaña del rechazo de las necesidades artificiales, y provocar una indiferencia bastante grande hacia la fortuna social. A continuación, renuncia al ego ilusorio  que es preciso nutrir siempre de  más sueños y deseos, incluyendo los mantenidos moderadamente  por los especialistas en este género de comercio. 

Es a este precio (precio irrisorio, por cierto, porque no se perderá nada esencial) como el hombre moderno finalmente será capaz de llegar a ser adulto, como lo fueron hasta hace poco tiempo sus hermanos de  Oriente.
Ahora, ¿quién, aparte de unos pocos individuos, en su mayor parte  no aptos para papeles  de maestro, excepto a la manera de los tuertos guiando a  ciegos, posee estos remedios? ¿Quién los declara como la única cura para la podredumbre actual? ¿Qué representante de una tradición exotérica aboga por esta renuncia como prioridad absoluta y no como simple caridad hacia los pobres (para que ellos puedan “beneficiarse" también del desarrollo ")? ¿Cuál es la Iglesia que recusa la ética de trabajo? ¿Cuál es el que, en lugar de promover la "reconquista" construyendo (simbólicamente), en estos tiempos extremos, el ridículo objeto del título de este artículo, aboga por el contrario por esta renuncia como condición de supervivencia? 

 Ciertamente no las iglesias de Occidente, que parecen haber entrado en este momento en una fase (probablemente terminal) de triunfalismo y militantismo cuanto menos incongruente, y especialmente contra sus hermanos de Oriente, considerados por ellas como no-inexistentes.

La crítica al mundo moderno que algunos atribuyen a la Iglesia que cuenta con los más de los bautizados del mundo, es, según nosotros, ella también, infantil, truncada y desplazada; no subraya la raíz del mal, aparte de referirse a ella siempre de manera exclusivamente externa, lamentándose de  lo que ella ha perdido; creyendo que ha llegado la hora de reconquistar,  olvida el papel que jugó en su advenimiento y , además, olvida hacer penitencia.

Que se pueda decir que la Iglesia "no capitula ante el modernismo" (pero  sólo eso) a propósito de simples cuestiones de moral, como, por ejemplo, cuando se trata de la cuestión de la de la anticoncepción, forma parte de una lógica que debería permitir a sus sostenedores (ser) partidarios al lado de los integristas musulmanes que, ellos también, “no capitulan” ante el mundo moderno definido, este último, en lo que tiene más externo y no en su raíz mortífera, la consciencia fragmentada.

No, los tiempos actuales no son una ocasión para que el exoterismo pueda "reconquistar" el terreno perdido. Al contrario, a menos de "esoterizarse", el exoterismo amenaza, en las circunstancias actuales, con convertirse el mismo en mortífero en lugar de vivificante y así habrá hecho nolens volens su mayor servicio a la modernidad.

La única cosa que sobrevivirá de todos modos es el esoterismo; el exoterismo que rechace comprender este hecho morirá definitivamente cuando crea triunfar.

Este es el mayor peligro de nuestro tiempo, y también el desafío puesto: el cristianismo (por no hablar más que de él)¿podrá aprovechar la oportunidad que ahora existe (veremos porqué) de asumir su verdadero carácter exo-esotérico o por el contrario, viviremos pronto si una enfermedad moderna y degenerativa no nos aleja antes, su fin (exterior) ?

Es en el esfuerzo (suponiendo que haya uno) de asumir este reto que el Oriente Cristiano puede (teóricamente) jugar un papel muy importante. Para no perder esta oportunidad, sería preciso:
-en primer lugar resistir los intentos de triunfalismo exotérico que Occidente trata ya de imponerle (evitar, toda  unión con la Iglesia Romana, que sería de tal naturaleza que haría vana cualquier posibilidad de metanoia, o, peor aún  que conduzca al Oriente cristiano a Imitar la Iglesia de  Occidente;
-a continuación, osar acordarse en fin de si misma   y asumir el papel invisible de Guía que su doctrina intacta, su ritual operativo y la existencia de pueblos conformados por entero en la  ortopraxis le permite jugar.
De lo contrario, la ortodoxia también morirá como sepulcro blanqueado y venerable fósil.

Pensamos que la hipótesis de un despertar de la 0rtodoxia a ella misma recubre la "tercera hipótesis “de Guénon cuando hablaba de Oriente y Occidente y que concebía una posible ayuda de Oriente.  Todavía sería necesario que Occidente quiera ser ayudado; para eso, necesitaría que supiera que necesita ayuda, tendría que saber quién ganó verdaderamente la Guerra Fría y desintegró la Gran Parodia, pudiendo esta ser reemplazada siempre, si no se cumplen las condiciones por las dos partes, por una parodia más total, "planetaria" esta vez.

No es en absoluto seguro que Oriente sabrá encontrarse y mucho menos seguro que Occidente se reconocerá en la necesidad de ello.

Mientras tanto, podemos soñar y, lejos de querer contribuir a la aventura de financiar la construcción de la estatua ecuestre de Jesús, preferimos recordar uno de esas frases que, en un clima todavía tradicional, aunque no fuese más que de manera "residual", escapan incluso inconscientemente, que resumen, sin duda también inconscientemente, el único espíritu que puede vencer la fragmentación de la que hemos hablado. Procede de la película griega "Stella" y constituye la respuesta del héroe a la cuestión de saber dónde quiere sentarse en una taberna; también resume el espíritu Zen de la Ortodoxia, siempre viviente; aunque moribundo. Si os preguntan, por lo tanto, a vosotros también, donde os encontráis en este momento, decid:
"En todas partes, pero provisionalmente aquí."
N.V.
NOTAS:
(1) Anteriormente, ataques contra la tradición eran internos a la cristiandad o dirigidos contra Oriente:
-pretensión a la jurisdicción universal (contra el orden romano) de Carlomagno
-ataques contra los musulmanes (cruzadas)
-ataque contra el imperio cristiano de Oriente en 1204
-ataque contra los templarios y fundación de las órdenes teutónicas
El papel de las tribus guerreras germánicas está claro en todos estos ataques. La fase ofensiva "universal" emprendida por el Reino (visigótico) de España que cultiva una variante particularmente pietista de Cristianismo.
Cabe señalar, en todos estos fenómenos de afirmación del Occidente Germánico, el espíritu “ario” y arriano pronunciado (pureza de raza, triunfalismo de la doctrina exotérica).
Cabe señalar también que el papel relativamente moderado de los francos, que eran los únicos Germanos "galo-romanizados".
Quizás podría haber alguna aproximación a hacer con el papel de los Germanos (o, más precisamente, del espíritu guerrero-tribal, no contrapesado por una doctrina adecuadamente no-pietista), en los tiempos propiamente modernos (incluyendo el papel de Alemania en la financiación de Lenin, en la laicización del Judaismo y en la presidencia de la Congregación Vaticana que reemplazó a la Inquisición ) ; no lo haremos explícitamente.
Sin embargo, la oportunidad de ver el espíritu cristiano en acción y la relación entre dos potencias tradicionales no ha faltado nunca.
Los occidentales encontraron con una sorpresa compartida entre los testimonios Cruzados y los historiadores contemporáneos (sorpresa que no honra su intelecto) que:
a)"los bizantinos, aunque separados por la religión, se sentían más próximos de los musulmanes que de los Occidentales. ¿Ha habido solamente un religioso musulmán que pudiera escribir que un monje ortodoxo era un "libertino pestífero", mostrando esta escritura por todas partes, como los legados del  Papa en 1054 en contra de  Nikitas Stéthatos?
b) el espíritu de la Cruzada nunca existió en Oriente, incluso cuando el propósito de la Cruzada fue la recuperación de la Verdadera Cruz de los Persas. El Canon de San Basilio priva de comunión por tres años a los que cometieron una muerte en la  guerra, y sabemos que era  aplicado, incluso contra la petición imperial proveniente de Juan  Tzimiscês en el décimo siglo . No hace falta decir que el uso de  armas estaba prohibido a los clérigos.
Frente a la discusión sobre la tradición que tuvieron lugar en Oriente (opúsculo de Palamas sobre el Corán en ocasión de su cautiverio, discusiones de Miguel II Paleólogo con un erudito turco en tal ocasión), San Bernardo escribió en su libro De laude novae militiae: “…destruir  a cualquiera que se oponga a la fe de Dios, es decir, la de los cristianos”.
“…. por el momento, más vale que los paganos sean matados más que dejar la amenaza que representan los pecadores suspendida sobre la cabeza de los justos, por miedo a ver los justos dejarse provocar a cometer la iniquidad..."
(2) Entre muchas otras figuras de este "baile con el diablo", la alimentación malsana, a base de azúcares aceites refinados, pesticidas, conservantes y en general a base de "calorías muertas".
Notemos el engaño que consiste en hacer productos "completos" con sustancias cultivadas químicamente; en este caso, ¡el producto “completo” es aún más directamente tóxico que el producto refinado!
Señalemos también la notable armonía entre lo intelectual y lo económico, puesto que los nutricionistas están de acuerdo en no considerar más que sólo el aspecto cuantificable de la nutrición.
La desfiguración del entorno, observable a simple vista (postes, cables de alta tensión, presas, rascacielos) o más sutiles (polución del aire, de las aguas profundas y superficiales, irradiaciones) ya no pueden escapar a nadie.
La fealdad circundante y la vida en "ruido y furia", así como la disolución de géneros de vida (desplazamientos incesantes, tanto para el trabajo como para las vacaciones histéricas) se han generalizado y elevado al pedestal de valores absolutos.
La vida intelectual ha sucumbido la infantilización más completa, cuando no ha renunciado pura y simplemente a ella misma.
Un arte rebajado al nivel del deporte (que se ha sobre-elevado al lugar de una actividad noble) o a  la locura pura y simple toma el lugar de la actividad creadora, cuando no es  exactamente la publicidad que usurpa este título (considerada como  alta mente creadora especialmente en Francia). Existe una completa identificación del arte con una simple diversión que nunca ha merecido tanto su nombre (dispersión).
(3) Cf  el tratamiento recomendado por ciertos médicos para enfermedades degenerativas modernas : el ayuno.








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