lunes, 25 de diciembre de 2017

"LIBRO DE LA ESCALA DE MAHOMA"

      LIBER SCALAE MAHOMETI:

    "LIBRO DE LA ESCALA DE MAHOMA"

    XXI. MUESTRA DE QUÉ FORMA VIO MAHOMA UNOS ÁNGELES
    QUE TRANSPORTABAN EL TRONO DE DIOS. (1)
    
    
    
    "Yo, Mahoma, ya os he hablado del trono, de la pluma y de la tabla; ahora, 
    voy a hablaros de los ángeles que llevan el trono: cómo fueron creados y 
    cómo es su aspecto. Has de saber que estos ángeles que llevan el trono sobre 
    sus hombros fueron formados a la vez que el trono; desde sus hombros hasta 
    la cabeza tienen de grosor exactamente lo mismo que el trono y el grosor del 
    trono es tal que nadie podría describirlo, salvo Dios, que fue quien lo 
    creó. Cada uno de los ángeles tenía cuatro rostros: uno, delante; otro, 
    detrás; otro, a la derecha y el cuarto, a la izquierda; de igual modo, 
    poseían cuatro figuras: una, de hombre; otra, de águila; otra, de león y una 
    cuarta, de toro. Sus cuerpos estaban completamente saturados de ojos y, 
    además, poseían seis alas: dos para volar, dos para alabar a Dios y las 
    otras dos, llameantes de fuego, cubrían sus rostros. No cesaban de alabar a 
    Dios, cantando: "Santo, Santo, Santo Dios de cuya gloria están llenos los 
    cielos y la Tierra; seas Tú alabado y seas bendecido eternamente, pues eres 
    el Dios más sublime, más grande y más poderoso. Por esto, debes ser 
    bendecido y santificado en todas las lenguas, en todo tiempo y en todo lugar 
    donde estés o vayas a estar". El trono que llevaban los ángeles tenía cuatro 
    patas y cada una de ellas era setenta mil veces más larga que la distancia 
    que media desde el cielo hasta la Tierra. Dentro del trono se hallan el 
    cielo, la Tierra y todo el mundo, mas parecen algo tan pequeño dentro del 
    trono como es el grano de mostaza en la mano de un hombre muy grande. Los 
    ángeles que llevan el trono no saben si se encuentran lejos o cerca de Dios. 
    Entre estos ángeles y los que llevan el cielo, median tres estancias o 
    separaciones: en la primera estancia, hay setenta cortinas, todas ellas de 
    tinieblas; en la segunda, hay setenta cortinas de granizo; y en la tercera, 
    hay setenta cortinas de límpida claridad. Cada una de las cortinas tiene un 
    grosor igual al recorrido que puede caminar un hombre en quinientos años de 
    andadura; y esa misma era la distancia que mediaba entre una y otra cortina. 
    Dios fue quien creó estas estancias y, si Dios no las hubiera creado de esta 
    manera, su resplandor -ya indicado- sería tan fuerte que quemaría a todos 
    los ángeles que allí se encuentran. Los ángeles que llevan el trono son 
    cuatro, pero, cuando llegue el día del juicio, Dios añadirá otros cuatro 
    ángeles, y así sumarán ocho. El ángel que tiene figura humana rogará a Dios 
    por los hombres, para que se apiade de ellos y perdone sus pecados; el ángel 
    que tiene figura de águila rogará por las aves; el que tiene figura de león 
    lo hará por las bestias salvajes; y el que tiene figura de toro rogará por 
    los animales domésticos".
    
     NOTAS:
    1. Según la versión latina del siglo XIII de Buenaventura de Siena. Madrid, 
    Siruela, 1996 (extracto). Traducido del latín por José Luis Oliver Domingo.
    

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