lunes, 2 de agosto de 2010

La guerra de Vendée. Guerra civil, genocidio,memoricidio 1 (El libro negro de la Revolución francesa)

CAPÍTULO XI LA GUERRA DE VENDÉE GUERRA CIVIL, GENOCIDIO MEMORICIDIO

1793-1993, más de dos siglos nos separan de lo que se tiene por hábito llamar púdicamente las guerras de Vendée. Y con todo, si hay conoce mal un período de la historia de Francia, es justamente este. En realidad, se trata de distinguir tres grandes fases:

- La guerra propiamente dicha que va marzo de 1793 diciembre del mismo año y que se acaba con la derrota de Savenay: es una guerra civil, atroz ciertamente, pero guerra civil sobre todo;

- La enunciación, la concepción, la planificación y la realización de un sistema de destrucción y despoblación, de un populicidio como decimos a los revolucionarios, del Vendée y de los Vendeanos, que nosotros, contemporáneos, asimilamos un genocidio según la definición de Nuremberg, que comienza en abril de 1793 y se termina con la caída de Robespierre;

- la manipulación de la memoria que se traduce en un mémoricidio.

LA GUERRA DE VENDÉE: EN PRIMER LUGAR UNA GUERRA CIVIL(MARZO DE 1793 - DICIEMBRE DE 1793)

Marzo de 1793, el Vendée militar (770 municipios distribuidos sobre 10.000 km2 y cuatro departamentos: el norte del Vendée y del Deux-Sèvres, el sur del Maine-et-Loire y el Loira-Inferior) se levanta como un único hombre y toma las armas contra la Convención. Se presenta el acontecimiento, los responsables locales lo denuncian perro la Convención rechaza creerlo.

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El 18 de junio, los Vendeanos, sin dificultad, se apoderan de Angers. Charette propone entonces atacar Nantes que representaría “otro valor” y permitiría hacer la unión con la orilla derecha es decir la Bretaña. Se defiende poco la ciudad y la guarnición sólo consta de dos batallones, lo que representa 12.000 hombres. Los representantes del pueblo, el concejo municipal en cabeza,, asustados, se fugan pero retroceden camino después de haberse chocado con una tropa vendeana sobre la carretera de Vannes: la energía del alcalde, Baco de la Chapelle, y la casualidad harán el resto. El 29 junio, el encuentro se acaba por un verdadero fracaso para los Vendeanos con repercusiones importantes tanto sobre el moral de las tropas como sobre la disciplina, dado que se hirió a Cathelineau mortalmente.

Desde entonces, la guerra evoluciona diferentemente. Se reequilibran las fuerzas en presencia y las victorias en los dos campos suceden recíprocamente a las derrotas y recíprocamente. Es, sin duda alguna, el momento fuerte de la guerra civil. Por una y otra parte, se comprende que este período es decisivo de ahí la aspereza de los combates. Chátillon, Montaigu, Mortagne, etc son tomadas y retomadas por turno por los beligerantes. La llegada del fuerte ejército de Maguncia, en el mes de septiembre, de 16.000 hombres de todas las armas y colocado bajo la orden del general Kléber, un militar brillante y fino estratega, parece romper el equilibrio de las fuerzas en presencia en favor de los Azules. El “choque” de Torfou, el 19 de septiembre, es sin embargo catastrófico para la Convención y, después las cinco horas de combates mortíferos, la Vendée sale aparentemente reforzada. Sin embargo, es el final de la unidad de los Vendeanos ya que los generales, en desacuerdo sobre los objetivos alcanzar, deciden batirse separadamente. Por lo tanto, es una sucesión de errores estratégicos que condenan inexorablemente la Vendée sobre todo teniendo en cuenta que pierde a sus principales jefes: Bonchamps, Lescure y de Elbée mientras que el ejército republicano se reestructura y se dota con potentes medios.

A principios de octubre y más exactamente a consecuencia de la derrota de Cholet, el 17 de octubre, los jefes vendeanos comprenden que todo ha terminado todo al menos con relación al territorio de la Vendée militar. Para todos, la supervivencia parece ser el éxodo al ultra-Loira, en dirección de Granville donde se espera encontrar víveres armas y hombres. La tragedia va a durar dos largos meses: el 14 de noviembre el ataque a Granville es un fracaso y es el retorno hacia el “país”. Cada “choque” cada victoria o derrota precipita un vencimiento que se han convertido en cierto. A partir del 21 de diciembre, …como lo explica el famoso informe del general Westermann, redactado en calienter: “No hay más Vendée, ciudadanos republicanos, se ha muerto bajo nuestro sable libre con sus mujeres y sus niños. Vengo de enterrarlo en los pantanos y las maderas de Savenay. Según las órdenes que me dieron he aplastado a los niños bajo los pies de los caballos, masacrado las mujeres que al menos para estas no parirán más bandidos. No tengo un preso que reprocharme, he exterminado todo… Mis húsares tienen todos en la cola de sus caballos pedazos de estandartes de bandidos. Las carreteras están sembradas de cadáveres. Hay tantos, que en varios lugares, forman pirámide. Se fusila sin cesar en Savenay ya que cada instante llegan bandidos que pretenden rendirse presos. Kléber y Marceau no están allí. No hacemos prisioneros, sería necesario darles el pan de la libertad y la piedad no es revolucionaria…”

La gran Vendée no existe ya. Comienza entonces la puesta en marcha del genocidio.

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