Interesante propuesta en el Parlamento francés.
Cita:
Journée nationale d’hommage aux victimes du communisme
from Le Salon Beige by Michel Janva
C'est le but d'une proposition de loi qui a été déposée à l'Assemblée nationale. Voir la liste des députés signataires.
********************************************************************
ASSEMBLÉE NATIONALE
CONSTITUTION DU 4 OCTOBRE 1958
TREIZIÈME LÉGISLATURE
Enregistré à la Présidence de l’Assemblée nationale le 21 novembre 2007.
PROPOSITION DE LOI
visant à instituer une journée nationale d’hommageaux victimes du communisme,
(Renvoyée à la commission des affaires culturelles, familiales et sociales, à défaut de constitution d’une commission spéciale dans les délais prévus par les articles 30 et 31 du Règlement.)
présentée par Mesdames et Messieurs
Bernard CARAYON, Yvan LACHAUD, Jean-Christophe LAGARDE, Benoist APPARU, Jean AUCLAIR, Brigitte BARÈGES, Jacques Alain BÉNISTI, Jean-Yves Besselat, Étienne BLANC, Claude BODIN, Philippe BOËNNEC, Marcel BONNOT, Valérie BOYER, Xavier BRETON, Bernard BROCHAND, Patrice CALMÉJANE, Joëlle CECCALDI-RAYNAUD, Édouard COURTIAL, Alain COUSIN, Olivier DASSAULT, Bernard DEBRÉ, Jean-Pierre DECOOL, Michel DIEFENBACHER, Dominique DORD, Gilles D’ETTORE, Marie-Louise FORT, Arlette FRANCO, Sauveur GANDOLFI-SCHEIT, Franck GILARD, Georges GINESTA, Claude GOASGUEN, François-Michel GONNOT, Jean-Pierre GORGES, François GROSDIDIER, Louis GUÉDON, Jean-Jacques GUILLET, Gérard HAMEL, Laurent HÉNART, Michel HERBILLON, Francis HILLMEYER, Charles de la VERPILLIÈRE, Marc LE FUR, Michel LEJEUNE, Jean-Louis LÉONARD, Lionnel LUCA, Richard MALLIÉ, Alain MARC, Thierry MARIANI, Jacques MYARD, Jean-Marc NESME, Philippe PEMEZEC, Didier QUENTIN, Jacques REMILLER, Francis SAINT-LÉGER, Bruno SANDRAS, Michel SORDI, Guy TEISSIER, Dominique TIAN, Christian VANNESTE, Patrice VERCHÈRE et Michel ZUMKELLER,
députés.
EXPOSÉ DES MOTIFS
Mesdames, Messieurs,
Le 25 janvier dernier 2006, l’Assemblée parlementaire du Conseil de l’Europe (APCE), qui rassemble des parlementaires de quarante États européens, condamnait dans une résolution les violations massives des droits de l’homme commises par les régimes communistes totalitaires et rendait hommage aux victimes de ces crimes.
L’opinion publique est encore hélas très peu consciente des crimes commis par les régimes communistes totalitaires, et pour plusieurs raisons Jamais les crimes commis au nom du communisme n’ont fait l’objet d’enquêtes ou de condamnations internationales, contrairement aux crimes commis par son jumeau « hétérozygote » selon l’expression de l’historien Pierre Chaunu, l’autre régime totalitaire du XXe siècle, le nazisme. L’absence de condamnation s’explique aussi en partie par l’existence de pays dont les gouvernements adhèrent toujours à l’idéologie communiste.
Le communisme totalitaire appartient désormais à l’histoire. Des caractéristiques communes se dégagent des régimes communistes historiques quels que soient le pays, la culture ou la période.
Ces régimes ont été marqués, sans exception, par des violations massives des droits de l’homme. Ces violations incluaient les assassinats et les exécutions, qu’ils soient individuels ou collectifs, les décès dans des camps de concentration, l’organisation de famines, les déportations, la torture, le travail forcé et d’autres formes de terreur physique collective.
Ces crimes ont été justifiés par la théorie de la lutte des classes et le principe de la dictature du prolétariat. L’interprétation de ces deux principes rendait légitime « l’élimination » des catégories de personnes considérées comme nuisibles à la construction d’une société nouvelle et, par conséquent, comme ennemies des régimes communistes totalitaires.
La mémoire de ces crimes est destinée à éviter que des crimes similaires ne se produisent à l’avenir. Le jugement moral et la condamnation des crimes commis jouent un rôle important dans l’éducation donnée aux jeunes générations. Une position claire de la communauté internationale sur ce passé pourrait leur servir de référence pour leur action future.
Alors que des victimes des régimes communistes ou des membres de leurs familles sont encore en vie, il est temps de reconnaître leurs souffrances.
L’Europe continue son processus de réunification politique, économique, juridique. L’APCE a déclaré que la clarté de cette position ne peut que favoriser la poursuite de la réconciliation.
Aussi, cette proposition de loi vise à rendre un juste hommage aux victimes des régimes communistes en instituant une Journée nationale du souvenir. La date retenue est celle de la chute du Mur de Berlin, 9 novembre 1989.
PROPOSITION DE LOI
Article unique
Une journée nationale d’hommage aux victimes des régimes communistes est fixée le 9 novembre. Une cérémonie officielle a lieu chaque année à cette date à Paris. Les préfets organisent une cérémonie analogue dans chaque département.
viernes, 5 de diciembre de 2008
lunes, 1 de diciembre de 2008
Mezquitas calladas
Crónicas Bárbaras (Diario de Ávila 30-11-2008)
MANUEL MOLARES DO VAL
IMAGINEMOS que una secta de cristianos hubiera creado una red terrorista para matar día tras día a los descreídos en cualquier lugar del mundo hasta que la humanidad entera acepte adorar incondicionalmente a Jesús. Y que ese grupo de cristianos asesinos haya realizado desde el 11 de septiembre de 2001 hasta hoy 12.319 atentados, incluyendo los de Madrid. Que solo en el último octubre hubiera organizado 174 ataques en 16 países, contra personas de cinco religiones, provocando 832 muertos y 1.412 heridos graves. Si nos preguntamos cuál sería la reacción de, por ejemplo, el Vaticano, o del Consejo Mundial de las Iglesias, que agrupa a 348 creencias cristianas de 120 países, nos responderemos enseguida que condenarían enérgicamente el uso del nombre de Jesús para cometer crímenes, y que excomulgarían a los asesinos.
Cada cristiano sin excepción, católico, protestante, ortodoxo, maronita o de cualquier otro nombre, negaría de raíz el cristianismo de los criminales.
Agitarían a sus iglesias, crearían un clamor universal por el que millones de cristianos de todo el mundo saldrían a protestar y á condenar la secta de los asesinos.
Pero en el caso del mundo islámico la respuesta es diferente. Tras cada atentado de los yihadistas, aparecen numerosos musulmanes que festejan esa Guerra Santa; más de la mitad la comprende, y los moderados, callan. Callan, y ese es la peor respuesta, junto con la de las mezquitas, de las que no sale una reacción que merezca reseñarse: solo continúan imperturbables las voces del almuédano llamando a las oraciones rituales.
Oímos ese silencio ominoso -callar es otorgar-, quizás porque muchos temen por su vida si condenan a los asesinos: son musulmanes moderados que están aterrorizados, pero si siguen callados que no se escandalicen ante la lógica y creciente islamofobia.
Crónicas Bárbaras (Diario de Ávila 30-11-2008)
MANUEL MOLARES DO VAL
IMAGINEMOS que una secta de cristianos hubiera creado una red terrorista para matar día tras día a los descreídos en cualquier lugar del mundo hasta que la humanidad entera acepte adorar incondicionalmente a Jesús. Y que ese grupo de cristianos asesinos haya realizado desde el 11 de septiembre de 2001 hasta hoy 12.319 atentados, incluyendo los de Madrid. Que solo en el último octubre hubiera organizado 174 ataques en 16 países, contra personas de cinco religiones, provocando 832 muertos y 1.412 heridos graves. Si nos preguntamos cuál sería la reacción de, por ejemplo, el Vaticano, o del Consejo Mundial de las Iglesias, que agrupa a 348 creencias cristianas de 120 países, nos responderemos enseguida que condenarían enérgicamente el uso del nombre de Jesús para cometer crímenes, y que excomulgarían a los asesinos.
Cada cristiano sin excepción, católico, protestante, ortodoxo, maronita o de cualquier otro nombre, negaría de raíz el cristianismo de los criminales.
Agitarían a sus iglesias, crearían un clamor universal por el que millones de cristianos de todo el mundo saldrían a protestar y á condenar la secta de los asesinos.
Pero en el caso del mundo islámico la respuesta es diferente. Tras cada atentado de los yihadistas, aparecen numerosos musulmanes que festejan esa Guerra Santa; más de la mitad la comprende, y los moderados, callan. Callan, y ese es la peor respuesta, junto con la de las mezquitas, de las que no sale una reacción que merezca reseñarse: solo continúan imperturbables las voces del almuédano llamando a las oraciones rituales.
Oímos ese silencio ominoso -callar es otorgar-, quizás porque muchos temen por su vida si condenan a los asesinos: son musulmanes moderados que están aterrorizados, pero si siguen callados que no se escandalicen ante la lógica y creciente islamofobia.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
¿Alá ó Jesús?. Rick Mathes
La religión musulmana es la que más crece en número en los Estados Unidos, especialmente en los grupos minoritarios.
¿ALÁ ò JESÚS?
Por Rick Mathes
El mes pasado asistí a una clase de entrenamiento requerida para mantener mi status de seguridad en el departamento de prisiones del estado. Durante la reunión hubo una presentación por tres disertantes, Católico, Protestante y Musulmán, quienes explicaron sus creencias. Me interesaba sobre todo, lo que el Imán islámico diría. El Imán hizo una completa y gran presentación de las bases del Islam, incluido videos. Después de las presentaciones, se concedió tiempo para preguntas y respuestas.
Cuando llegó mi turno pregunté al Imán: 'Por favor, y corríjame si me equivoco, pero entiendo que la mayoría de imanes y clérigos del Islam, han declarado la Jihad (guerra santa), contra los infieles del mundo. De modo que, matando a un infiel, que es una orden para todos los musulmanes, tenían asegurado un lugar en el cielo. Si así fuera el caso, ¿puede Ud. darme una definición de infiel?
Sin discutir mis palabras, contestó con seguridad: son los no creyentes.
Contesté: 'Permítame asegurarme que le entendí bien. A todos los seguidores de ALA, le ha sido ordenado matar a todo el que no es de su Fe para poder ir al cielo? ¿Es correcto?' La expresión de su cara cambió de una autoridad, a la de un chico con la mano en la lata de galletas.
Vergonzosamente. contestó: 'Así es' Agregué: Pues bien, señor, tengo un verdadero problema tratando de imaginar al papa Juan Pablo II ordenando a todos los católicos a matar a todos los de su fe islámica, o al Dr. Stanley ordenando a los protestantes hacer lo mismo para ir al cielo. El Imán quedó mudo.
Continué: También tengo problema con ser su amigo, cuando Ud. y sus colegas dicen a sus pupilos que me maten ¿Preferiría Ud. a su ALÁ, que le ordena matarme para ir al cielo, o a mi Jesús que me ordena amarlo para que yo vaya al cielo y quiere que ustedme acompañe?
Podías oír la caída de un alfiler cuando el Imán inclinó avergonzado su cabeza.
Con nuestro sistema de justicia liberal, y por presión del ACLU (Organización árabe americana). este diálogo no será publicado porningún medio de comunicación. Ruego lo haga circular por toda su lista de direcciones.
Rick Mathes
¿ALÁ ò JESÚS?
Por Rick Mathes
El mes pasado asistí a una clase de entrenamiento requerida para mantener mi status de seguridad en el departamento de prisiones del estado. Durante la reunión hubo una presentación por tres disertantes, Católico, Protestante y Musulmán, quienes explicaron sus creencias. Me interesaba sobre todo, lo que el Imán islámico diría. El Imán hizo una completa y gran presentación de las bases del Islam, incluido videos. Después de las presentaciones, se concedió tiempo para preguntas y respuestas.
Cuando llegó mi turno pregunté al Imán: 'Por favor, y corríjame si me equivoco, pero entiendo que la mayoría de imanes y clérigos del Islam, han declarado la Jihad (guerra santa), contra los infieles del mundo. De modo que, matando a un infiel, que es una orden para todos los musulmanes, tenían asegurado un lugar en el cielo. Si así fuera el caso, ¿puede Ud. darme una definición de infiel?
Sin discutir mis palabras, contestó con seguridad: son los no creyentes.
Contesté: 'Permítame asegurarme que le entendí bien. A todos los seguidores de ALA, le ha sido ordenado matar a todo el que no es de su Fe para poder ir al cielo? ¿Es correcto?' La expresión de su cara cambió de una autoridad, a la de un chico con la mano en la lata de galletas.
Vergonzosamente. contestó: 'Así es' Agregué: Pues bien, señor, tengo un verdadero problema tratando de imaginar al papa Juan Pablo II ordenando a todos los católicos a matar a todos los de su fe islámica, o al Dr. Stanley ordenando a los protestantes hacer lo mismo para ir al cielo. El Imán quedó mudo.
Continué: También tengo problema con ser su amigo, cuando Ud. y sus colegas dicen a sus pupilos que me maten ¿Preferiría Ud. a su ALÁ, que le ordena matarme para ir al cielo, o a mi Jesús que me ordena amarlo para que yo vaya al cielo y quiere que ustedme acompañe?
Podías oír la caída de un alfiler cuando el Imán inclinó avergonzado su cabeza.
Con nuestro sistema de justicia liberal, y por presión del ACLU (Organización árabe americana). este diálogo no será publicado porningún medio de comunicación. Ruego lo haga circular por toda su lista de direcciones.
Rick Mathes
martes, 25 de noviembre de 2008
Alzarse de hombros. José Jiménez Lozano (Diario de Ávila 23-11-2008)
José Jiménez Lozano, Premio Cervantes
Diario de Ávila 23 noviembre 2008
Alzarse de hombros
La verdad, y a la vez lo más triste y peligrosamente significativo es que el casi continuo desfile de noticias sobre trapisondas, fraudes, y hasta robos en toda regla, ya ni rozan la epidermis del gran público, y no todas las moralizantes voces que se oyen están salvo de la intención de sacar alguna tajada política, revistiéndose de Robin Hood justiciero.
Las gentes hace ya bastante tiempo que están al cabo de la calle de que quien parte, reparte y se queda con la mejor parte, y de que los que están arriba disponen, y los demás miran. Así que, democráticamente, ¡no faltaba más!, los representantes del pueblo a todos los niveles no solo cuidan de sus especiales emolumentos, sino que incluso, han decretado para sí mismos un foro procesal especial, como en los tiempos estamentales del Antiguo Régimen de antes de 1789, y, entre nosotros, de 1810, para el caso de un eventual asunto de procesamiento de ellos, y, además, ya han nombrado a sus jueces. Pero aquí no pasa nada por esta marcha atrás en el tiempo, ni por otro desmán cualquiera.
En los discursos de venta de estos asuntos se dan mil maravillosas razones, e incluso se habla de la dignificación de los cargos u operación alquímica y espiritual, si las hay, de conversión de los dineros en dignidad, y también de la muy curiosa moralidad de que un político bien remunerado queda al margen de toda veleidad de introducir la mano de algún modo en el erario público. Argumentos, más bien, bovarísticos éstos que, si se dan la vuelta como a un calcetín, quieren decir a contrario que los simples mortales que no están ni van a estar dignificados por un suculento sueldo, no tienen dignidad, lo que haría, en todo caso, comprensible que, ya que no pueden meter la mano en bolsa alguna pública, por lo menos pudieran decidir un día no contribuir a llenarla. Para dignificarse, claro está, y maldito el que piense mal, como dice el escudo de la Gran Bretaña.
Pero es que los ciudadanos no van a pensar mal de nada, ni sienten el menor atisbo de actitud crítica ante lo que sea. Les es igual ocho que 80, y en casi todos los aspectos, si se descuentan los deportivos, las vacaciones y algo más por el estilo. Todo está en mirar las cosas bao el ángulo positivo, para no crearse traumas.
Indro Montanelli recordaba con alguna frecuencia que nunca una democracia en Europa ha sido liquidada desde fuera, sino que se ha liquidado a sí misma, casi siempre por las mismas razones, de las que la mayor sin duda es la burla del Derecho y la dimisión de la autoridad del Estado, pero entre las que tampoco ha estado ausente tampoco esa otra razón del autismo de la clase política y su deber de servicio convertido en patronazgo o apropiación de la cosa pública.
Lo verdaderamente serio, en todo caso, es que hay situaciones históricas en que ni la crítica tiene sentido.
Las gentes alzan los hombros ante cualquier cosa, y allá. Pero no sería nada tranquilizador forzar las cosas hasta llegar ahí.
Diario de Ávila 23 noviembre 2008
Alzarse de hombros
La verdad, y a la vez lo más triste y peligrosamente significativo es que el casi continuo desfile de noticias sobre trapisondas, fraudes, y hasta robos en toda regla, ya ni rozan la epidermis del gran público, y no todas las moralizantes voces que se oyen están salvo de la intención de sacar alguna tajada política, revistiéndose de Robin Hood justiciero.
Las gentes hace ya bastante tiempo que están al cabo de la calle de que quien parte, reparte y se queda con la mejor parte, y de que los que están arriba disponen, y los demás miran. Así que, democráticamente, ¡no faltaba más!, los representantes del pueblo a todos los niveles no solo cuidan de sus especiales emolumentos, sino que incluso, han decretado para sí mismos un foro procesal especial, como en los tiempos estamentales del Antiguo Régimen de antes de 1789, y, entre nosotros, de 1810, para el caso de un eventual asunto de procesamiento de ellos, y, además, ya han nombrado a sus jueces. Pero aquí no pasa nada por esta marcha atrás en el tiempo, ni por otro desmán cualquiera.
En los discursos de venta de estos asuntos se dan mil maravillosas razones, e incluso se habla de la dignificación de los cargos u operación alquímica y espiritual, si las hay, de conversión de los dineros en dignidad, y también de la muy curiosa moralidad de que un político bien remunerado queda al margen de toda veleidad de introducir la mano de algún modo en el erario público. Argumentos, más bien, bovarísticos éstos que, si se dan la vuelta como a un calcetín, quieren decir a contrario que los simples mortales que no están ni van a estar dignificados por un suculento sueldo, no tienen dignidad, lo que haría, en todo caso, comprensible que, ya que no pueden meter la mano en bolsa alguna pública, por lo menos pudieran decidir un día no contribuir a llenarla. Para dignificarse, claro está, y maldito el que piense mal, como dice el escudo de la Gran Bretaña.
Pero es que los ciudadanos no van a pensar mal de nada, ni sienten el menor atisbo de actitud crítica ante lo que sea. Les es igual ocho que 80, y en casi todos los aspectos, si se descuentan los deportivos, las vacaciones y algo más por el estilo. Todo está en mirar las cosas bao el ángulo positivo, para no crearse traumas.
Indro Montanelli recordaba con alguna frecuencia que nunca una democracia en Europa ha sido liquidada desde fuera, sino que se ha liquidado a sí misma, casi siempre por las mismas razones, de las que la mayor sin duda es la burla del Derecho y la dimisión de la autoridad del Estado, pero entre las que tampoco ha estado ausente tampoco esa otra razón del autismo de la clase política y su deber de servicio convertido en patronazgo o apropiación de la cosa pública.
Lo verdaderamente serio, en todo caso, es que hay situaciones históricas en que ni la crítica tiene sentido.
Las gentes alzan los hombros ante cualquier cosa, y allá. Pero no sería nada tranquilizador forzar las cosas hasta llegar ahí.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Quiero ser banquero.Pere Bonnín.Diario Metro 6-11-2008
Quiero ser banquero
Pere Bonnín
Periodista; Diario Metro 6 noviembre 2008
A mi edad ya solo tengo que preocuparme de que la crisis no se coma mis ahorros de toda la vida depositados en el banco. Pero les aseguro que en mi próxima reencarnación abandonaré cualquier zarandaja artístico-literaria y me haré banquero. Empezaré de niño inspirando confianza a mis amiguitos para que me confíen su dinero de bolsillo. Prestaré parte de ese dinero a otros niños cobrándoles interés. Si consigo que muchos niños se fíen de mí, tendré dinero suficiente no sólo para prestarlo, sino también para comprar y vender por mi cuenta invirtiendo en productos de alta rentabilidad Si un niño que obtuvo un préstamo mío no puede pagar, le quitaré el ordenador, la PlayStation o el móvil, que venderé para compensar la pérdida provocada por el insolvente. En caso de que sean muchos los niños que no puedan pagar los intereses ni devolver el dinero, amenazaré con cerrar el banco. Entonces, todos los niños, para no perder el dinero depositado, harán una colecta entre ellos para sufragar las deudas de los morosos y permitir que yo continúe con mi negocio.
Esto es lo que hacen ahora mismo los bancos con ayuda de los gobiernos. La crisis me está enseñando mucho. El Deutsche Bank, que presumía de buena gestión y rechazaba, por vergonzante, la ayuda estatal, estudia ahora, sucumbir a la tentación. Ha descubierto que sus competidores en Estados Unidos y Europa salen reforzados con la ayuda del Estado pudiendo pagar dividendos más altos a sus accionistas. Porque ésta es otra. Los 33 bancos estadounidenses que ya se acogieron al "paquete salvavidas" del Gobierno ingresaron más de 163.000 millones de dólares del Tesoro. Consumirán en dividendos el 52% de la ayuda estatal de tres años. La empresa Chrysler fue requerida a suspender el pago de dividendos mientras recibía ayuda del Tesoro en 1979, y algunos gobiernos como el francés y el alemán también lo exigen a los bancos que se acojan al socorro público. Pero la ley aprobada por el Congreso de Estados Unidos pasa por alto esta cuestión. De modo que, con esta crisis, los empresarios pierden su empresa, los obreros su trabajo, los hipotecados su vivienda, mientras los banqueros, principales responsables de la hecatombe, siguen repartiendo beneficios.
Pere Bonnín
Periodista; Diario Metro 6 noviembre 2008
A mi edad ya solo tengo que preocuparme de que la crisis no se coma mis ahorros de toda la vida depositados en el banco. Pero les aseguro que en mi próxima reencarnación abandonaré cualquier zarandaja artístico-literaria y me haré banquero. Empezaré de niño inspirando confianza a mis amiguitos para que me confíen su dinero de bolsillo. Prestaré parte de ese dinero a otros niños cobrándoles interés. Si consigo que muchos niños se fíen de mí, tendré dinero suficiente no sólo para prestarlo, sino también para comprar y vender por mi cuenta invirtiendo en productos de alta rentabilidad Si un niño que obtuvo un préstamo mío no puede pagar, le quitaré el ordenador, la PlayStation o el móvil, que venderé para compensar la pérdida provocada por el insolvente. En caso de que sean muchos los niños que no puedan pagar los intereses ni devolver el dinero, amenazaré con cerrar el banco. Entonces, todos los niños, para no perder el dinero depositado, harán una colecta entre ellos para sufragar las deudas de los morosos y permitir que yo continúe con mi negocio.
Esto es lo que hacen ahora mismo los bancos con ayuda de los gobiernos. La crisis me está enseñando mucho. El Deutsche Bank, que presumía de buena gestión y rechazaba, por vergonzante, la ayuda estatal, estudia ahora, sucumbir a la tentación. Ha descubierto que sus competidores en Estados Unidos y Europa salen reforzados con la ayuda del Estado pudiendo pagar dividendos más altos a sus accionistas. Porque ésta es otra. Los 33 bancos estadounidenses que ya se acogieron al "paquete salvavidas" del Gobierno ingresaron más de 163.000 millones de dólares del Tesoro. Consumirán en dividendos el 52% de la ayuda estatal de tres años. La empresa Chrysler fue requerida a suspender el pago de dividendos mientras recibía ayuda del Tesoro en 1979, y algunos gobiernos como el francés y el alemán también lo exigen a los bancos que se acojan al socorro público. Pero la ley aprobada por el Congreso de Estados Unidos pasa por alto esta cuestión. De modo que, con esta crisis, los empresarios pierden su empresa, los obreros su trabajo, los hipotecados su vivienda, mientras los banqueros, principales responsables de la hecatombe, siguen repartiendo beneficios.
lunes, 17 de noviembre de 2008
En España somos ricos. (e-mail circulante)
EN ESPAÑA SOMOS RICOS
Le envié un email con una pregunta a un amigo que vive en EE.UU.: ¿Por qué somos pobres los españoles?
Esta fue su respuesta desde EE.UU.:
Hola, cómo se ve que los árboles no le dejan ver el bosque.
¿Cómo puede llamarse pobre, cuando es capaz de pagar por un litro de gasolina más del triple de lo que pago yo? ¿Cuando se da el lujo de pagar tarifas de electricidad, de teléfono y móvil un 80% más caras de lo que me cuestan a mí?
¿Cómo puede llamarse pobre cuando paga comisiones por servicios bancarios y tarjetas de crédito del triple de lo que aquí nos cuestan, o cuando por un auto que a mi me cuesta 2,000 dólares ustedes pueden pagar el equivalente a 20,000 dólares?
Porque ustedes sí pueden darse el gusto de regalarle $18,000 dólares al gobierno y nosotros no.
NO LE ENTIENDO!
Nosotros somos pobres, los habitantes de Florida. Por eso el Gobierno Estatal, teniendo en cuenta nuestra precaria situación financiera, nos cobra sólo el 2% de IVA (hay otro 4% que es Federal; total = 6%) Y no el 16% como a ustedes los ricos que viven en España.
Además, son ustedes los que tienen 'Impuestos de Lujo' como son los impuestos por gasolina y gas, por alcohol, cigarros, cigarrillos, cerveza, vinos, etc. que alcanza hasta el 320% del valor original, y otros como: Impuesto sobre las utilidades y sueldos, impuesto sobre automóviles nuevos, impuesto a los bienes personales, impuesto a los bienes de las empresas, Impuesto por uso de automóvil. Y dichoso que todavía se da el lujo de pagar un 16% de IVA por estos impuestos, además de todos los tramites y pagos nacionales y municipales.
Porque si ustedes no fueran ricos, ¿qué sentido tendría tener unos impuestos de ese calibre? ¿POBRES?, ¿de dónde? Un país que es capaz de cobrar el IMPUESTO A LAS GANANCIAS Y A LOS BIENES PERSONALES (mediante anticipos) por adelantado como España, necesariamente tiene que nadar en la abundancia, porque considera que los negocios de la nación y de todos sus habitantes siempre tendrán ganancias a pesar de saqueos y asaltos, mordidas, terremotos, sequía, invierno, corrupción, saqueo fiscal e inundaciones y por supuesto seguro que todos deben de ganar muchísimo.
Los pobres somos nosotros los que vivimos en USA y que NO pagamos Impuesto sobre la Renta si ganamos menos de $3,000 dólares al mes por persona (más o menos 2.300 €). Y allí pagan seguridad privada en bancos, urbanizaciones, municipales, etc. mientras que nosotros nos conformamos con la pública. Allí hasta envían a los hijos a colegios privados, y mire si seremos pobres aquí en EE.UU., que las escuelas públicas nos prestan los libros de estudio previendo que no tenemos con qué comprarlos.
A veces me asombra la riqueza de los españoles que piden un préstamo cualquiera, y son capaces de pagar 1% mensual de intereses, como mínimo.
¡¡¡ ESO ES SER RICO!!!
No como aquí, que apenas llegamos al 8% anual (generalmente 7.8%), justamente porque NO estamos en condiciones de pagar más.
Supongo que, como todo rico, tiene un auto y que está pagando un 8% ó 10% anual de seguro; si le sirve de información, yo pago sólo $345 dólares por año. Y como les sobra el dinero, ustedes si pueden efectuar pagos anuales en concepto de eso que ustedes llaman IMPUESTO DE CIRCULACION, mientras que acá nosotros no podemos darnos esos lujos y pagamos $15 dólares anuales por el STICKER sin importar qué modelo de auto manejes, pero claro, eso es para gente de recursos.
Vamos, se quedó en ESPAÑA porque es RICO. Son los pobres como yo los que nos vinimos a probar suerte a otros lados.
Bueno, le mando un abrazo y ahí luego me cuenta cómo les va con el nuevo presupuesto, lo que sí es seguro es que les aumentaran más los impuestos. Pero no se preocupen, que la inflación se los va a diluir. Pero bueno eso es lo de menos cuando se tiene el dinero para pagarlos. Y tengan por seguro que en el próximo discurso le van a dar un tremendo aplauso a su presidente.
Además eso es lo que hay que pagar por vivir en la 8ª potencia mundial, el mejor lugar del mundo y tercero donde la gente se siente más feliz del planeta.
Un saludo:
Su pobre amigo inmigrante.
P.D. SI NO LO REENVIAS NO TE PASARÁ ABSOLUTAMENTE NADA PERO SI DECIDES HACERLO POSIBLEMENTE OTROS SE INDIGNEN IGUAL QUE TU, Y TUS GOBERNANTES RECIBAN MÁS SALUDOS A SU PROGENITORA. AL MENOS ASÍ NOS UNIMOS EN ALGO Y QUIEN SABE, QUIZÁS ALGUN DÍA PODAMOS CAMBIAR LAS COSAS EN NUESTRO PAÍS.
TERRA
Le envié un email con una pregunta a un amigo que vive en EE.UU.: ¿Por qué somos pobres los españoles?
Esta fue su respuesta desde EE.UU.:
Hola, cómo se ve que los árboles no le dejan ver el bosque.
¿Cómo puede llamarse pobre, cuando es capaz de pagar por un litro de gasolina más del triple de lo que pago yo? ¿Cuando se da el lujo de pagar tarifas de electricidad, de teléfono y móvil un 80% más caras de lo que me cuestan a mí?
¿Cómo puede llamarse pobre cuando paga comisiones por servicios bancarios y tarjetas de crédito del triple de lo que aquí nos cuestan, o cuando por un auto que a mi me cuesta 2,000 dólares ustedes pueden pagar el equivalente a 20,000 dólares?
Porque ustedes sí pueden darse el gusto de regalarle $18,000 dólares al gobierno y nosotros no.
NO LE ENTIENDO!
Nosotros somos pobres, los habitantes de Florida. Por eso el Gobierno Estatal, teniendo en cuenta nuestra precaria situación financiera, nos cobra sólo el 2% de IVA (hay otro 4% que es Federal; total = 6%) Y no el 16% como a ustedes los ricos que viven en España.
Además, son ustedes los que tienen 'Impuestos de Lujo' como son los impuestos por gasolina y gas, por alcohol, cigarros, cigarrillos, cerveza, vinos, etc. que alcanza hasta el 320% del valor original, y otros como: Impuesto sobre las utilidades y sueldos, impuesto sobre automóviles nuevos, impuesto a los bienes personales, impuesto a los bienes de las empresas, Impuesto por uso de automóvil. Y dichoso que todavía se da el lujo de pagar un 16% de IVA por estos impuestos, además de todos los tramites y pagos nacionales y municipales.
Porque si ustedes no fueran ricos, ¿qué sentido tendría tener unos impuestos de ese calibre? ¿POBRES?, ¿de dónde? Un país que es capaz de cobrar el IMPUESTO A LAS GANANCIAS Y A LOS BIENES PERSONALES (mediante anticipos) por adelantado como España, necesariamente tiene que nadar en la abundancia, porque considera que los negocios de la nación y de todos sus habitantes siempre tendrán ganancias a pesar de saqueos y asaltos, mordidas, terremotos, sequía, invierno, corrupción, saqueo fiscal e inundaciones y por supuesto seguro que todos deben de ganar muchísimo.
Los pobres somos nosotros los que vivimos en USA y que NO pagamos Impuesto sobre la Renta si ganamos menos de $3,000 dólares al mes por persona (más o menos 2.300 €). Y allí pagan seguridad privada en bancos, urbanizaciones, municipales, etc. mientras que nosotros nos conformamos con la pública. Allí hasta envían a los hijos a colegios privados, y mire si seremos pobres aquí en EE.UU., que las escuelas públicas nos prestan los libros de estudio previendo que no tenemos con qué comprarlos.
A veces me asombra la riqueza de los españoles que piden un préstamo cualquiera, y son capaces de pagar 1% mensual de intereses, como mínimo.
¡¡¡ ESO ES SER RICO!!!
No como aquí, que apenas llegamos al 8% anual (generalmente 7.8%), justamente porque NO estamos en condiciones de pagar más.
Supongo que, como todo rico, tiene un auto y que está pagando un 8% ó 10% anual de seguro; si le sirve de información, yo pago sólo $345 dólares por año. Y como les sobra el dinero, ustedes si pueden efectuar pagos anuales en concepto de eso que ustedes llaman IMPUESTO DE CIRCULACION, mientras que acá nosotros no podemos darnos esos lujos y pagamos $15 dólares anuales por el STICKER sin importar qué modelo de auto manejes, pero claro, eso es para gente de recursos.
Vamos, se quedó en ESPAÑA porque es RICO. Son los pobres como yo los que nos vinimos a probar suerte a otros lados.
Bueno, le mando un abrazo y ahí luego me cuenta cómo les va con el nuevo presupuesto, lo que sí es seguro es que les aumentaran más los impuestos. Pero no se preocupen, que la inflación se los va a diluir. Pero bueno eso es lo de menos cuando se tiene el dinero para pagarlos. Y tengan por seguro que en el próximo discurso le van a dar un tremendo aplauso a su presidente.
Además eso es lo que hay que pagar por vivir en la 8ª potencia mundial, el mejor lugar del mundo y tercero donde la gente se siente más feliz del planeta.
Un saludo:
Su pobre amigo inmigrante.
P.D. SI NO LO REENVIAS NO TE PASARÁ ABSOLUTAMENTE NADA PERO SI DECIDES HACERLO POSIBLEMENTE OTROS SE INDIGNEN IGUAL QUE TU, Y TUS GOBERNANTES RECIBAN MÁS SALUDOS A SU PROGENITORA. AL MENOS ASÍ NOS UNIMOS EN ALGO Y QUIEN SABE, QUIZÁS ALGUN DÍA PODAMOS CAMBIAR LAS COSAS EN NUESTRO PAÍS.
TERRA
jueves, 13 de noviembre de 2008
It's the demography, stupid. por Mark Stein
It's the demography, stupid. por Mark Stein
Al problema demográfico de Europa se agrava dramáticamente en algunas de sus partes como es España y más concretamente en Castilla.
Un informe de la ONU de 20 de marzo del 2000 decía que se necesitan 700 millones de inmigrantes – es decir bastantes más de la actual población europea- de aquí al 2050 para substituir la declinante población de Europa.
Un ínfimo 1% de esa cantidad es mayor que la actual población castellana.
Lo que en su día fue Castilla ha quedado disperso en diversas regiones meramente administrativas y burocráticas sin ninguna a referencia étnica , identitaria o de cualquier otro tipo; leoneses, manchegos todo queda mezclado en un totum revolutun, vagamente unificado por el uso de una lengua común, que por otra parte no es más que la lengua oficial del estado.
Entes abstractos donde los haya, en las nuevas autonomías centropeninsularas poco significa ya ser burgalés, segoviano o abulense como algo diferente de leonés, manchego o toledano.
El futuro de tales abstracciones estará repleto de cosas todavía más insólitas: senegaleses, mauritanos, burkineses, gambianos, chadianos, caboverdianos y otros; probablemente se diga entonces que esos son los castellanos de turno. Nada del Cid, del Monasterio de San Millán, o de la Catedral de Burgos, una uniforme marea islámica convertirá todo eso en un baúl de recuerdos lejanos.
A falta de hacer otra cosa no está mal ilustrase;" hombre precavido vale por dos", acaso sea esa una posible clave demográfica.
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Tomado de la bitácora 'Alianza de Civilizaciones)
. It’s the demography, stupid
Es la demografía, estúpido.La razón verdadera. El Oeste está en el peligro de la extinción.
Por Mark Steyn
La mayoría de los que leen esto tienen la mente curtida, así que permítanme exponerlo tan libremente como pueda: Mucho de lo que generalmente llamamos mundo occidental no sobrevivirá este siglo, y gran parte de él desaparecerá de hecho durante nuestras vidas, incluyendo si no la mayoría, muchos de los países de Europa occidental.
Probablemente existirá un área geográfica en el mapa señalada como Italia, o Países Bajos -probablemente- así como en Estambul hay todavía un edificio llamado Catedral de Santa Sofía. Pero no es una verdadera catedral, sino meramente una designación para una pieza inmobiliaria. Igualmente, Italia y los Países Bajos serán meramente designaciones inmobiliarias.
Para los que consideran que la civilización occidental está en la balanza más que las alternativas, el reto es imaginar una forma de salvar al menos algunas partes de Occidente.
Un obstáculo para hacerlo es que, en una elección típica en nuestras democracias industriales avanzadas, las plataformas políticas de al menos un partido en Estados Unidos y casi todos los partidos en el resto de Occidente, tratan de lo pudiéramos llamar impulsos secundarios de la sociedad - atención gubernamental de la salud, guarderías gubernamentales (que Canadá está pensando en establecer), licencia paternal gubernamental (que Inglaterra acaba de establecer). Hemos dado prioridad al impulso secundario sobre los primarios -defensa nacional, familia, fe y, el más básico de todos, la actividad reproductiva -"Creced y multiplicaos"- porque si no lo hace, no será capaz de permitirse todos los otros impulsos secundarios, como el bienestar de la cuna hasta la tumba.
Los norteamericanos no entienden cuán lejos ha ido por ese camino la mayor parte del mundo desarrollado: En el gabinete canadiense y la mayor parte de los europeos occidentales, el ministerio de defensa es una etapa por la que pasa un político ambicioso en su ascenso a otros trabajos importantes como el Departamento de la Salud.
No creo que Donald Rumsfeld consideraría un ascenso el que lo trasladaran al departamento de Salud. El fallo en el diseño del estado social democrático secular es que, para sostenerlo, requiere la tasa de nacimientos de una sociedad religiosa. El hiperracionalismo post cristiano es, objetivamente, mucho menos racional que el catolicismo o el mormonismo. En verdad, al confiar en la inmigración para asegurar su futuro, la Unión Europea ha adoptado una variación siglo vigésimo primero de la estrategia de los shakers, a quienes se les prohibió reproducirse, y sólo mediante la conversión podían aumentar su número. El problema está en que las sociedades de impulso secundario confunden sus debilidades con fortalezas o -al menos- virtudes, y es por eso que están demostrando ser tan débiles al enfrentar una fuerza primaria como el Islam.
Hablando de lo cual, si estamos en guerra -y la mitad del pueblo norteamericano y porcentajes significativamente más altos en Inglaterra, Canadá y Europa no aceptan esa definición- entonces ¿sobre qué es, exactamente, la guerra?
Sabemos que no es realmente una "guerra contra el terrorismo". Ni es, en el fondo, una guerra contra "El Islam", ni inclusive contra el "Islam radical". La fe musulmana, cualquiera que sean sus méritos para los creyentes, es un asunto problemático para el resto de nosotros.
Hay muchos puntos conflictivos en el mundo pero, por regla general, es fácil hacer una conjetura ilustrada sobre uno de los participantes:- musulmanes contra judíos en "Palestina", musulmanes contra hindúes en Cachemira, musulmanes contra cristianos en África, musulmanes contra budistas en Tailandia, musulmanes contra rusos en el Cáucaso, musulmanes contra turistas mochileros en Bali.
Estas gentes, igual que los ambientalistas, aunque de pensamiento global, actúan localmente. Sin embargo, aunque el Islamismo es el enemigo, no es de eso de lo que se trata. El islamismo radical es una infección oportunista, igual que el SIDA: no es el VIH lo que le mata, es la neumonía que usted adquiere cuando su cuerpo está demasiado débil para combatirla.
Los yihadistas pierden cuando se enfrentan con los militares norteamericanos -como lo hicieron en Afganistán e Irak Si esto fuera como la Primera Guerra Mundial con unos en una trinchera y otros en otra, todo se terminaría muy rápido. De lo que se han dado cuenta los yihadistas más astutos. Ellos saben que no nos pueden ganar en el campo de batalla, pero creen que hay una gran posibilidad de que puedan prolongar las cosas hasta que la civilización occidental colapse por si misma y que el Islam herede por defecto.
Y la guerra gira sobre eso: sobre la falta de confianza en nuestra civilización.
Como lo dice una cita famosa de Arnold Toynbee: "Las civilizaciones mueren por suicidio, no por asesinato" - como puede verse ahora mismo en parte del "Mundo occidental".
La agenda progresista –espléndido bienestar social, aborto, secularismo, multiculturalismo,- es colectivamente el único verdadero ataque suicida. Tomen el multiculturalismo. El multiculturalismo no implica saber algo sobre otras culturas -la capital de Bután, las exportaciones principales de Malawi, ¿a quién le importa? Lo único que requiere es sentirse bien acerca de otras culturas.
Fundamentalmente es un fraude, y yo diría que, subliminalmente, fue aceptado sobre esa base. La mayoría de los adherentes de la idea de que todas las culturas son iguales, no quieren vivir en ningún otro lado que no sea una sociedad occidental avanzada. El multiculturalismo significa que su hijo tiene que aprender un canto fúnebre terrible para el concierto del día festivo escolar en lugar de cantar un villancico tradicional o que su masajista holística use técnicas de los indios americanos, pero no que usted vaya a tener que vivir en una sociedad africana o india. Es una verdadera maravilla de idiotez progresista.
Entonces ocurrió lo del 11 de Septiembre. Y, extraño, la reacción de casi todos los líderes occidentales fue visitar una mezquita: Lo hizo el presidente Bush, lo hizo el príncipe de Gales, lo hizo el primer ministro del Reino Unido, lo hizo el primer ministro de Canadá, etc. El primer ministro de Ontario no, y por lo tanto 20 líderes comunitarios musulmanes tuvieron una reunión cumbre para denunciarlo por no haber visitado una mezquita. No sé por qué no lo hizo. Quizá tenía muchos asuntos atrasados, eran momentos de mucho tráfico hacia las mezquitas.
Primeros ministros en congestiones de tráfico arriba y abajo de las carreteras tratando de llegar a la mezquita de la Espada del Ejecutor de los Infieles. Pero, por alguna razón, no lo pudo incluir en su agitado itinerario. El ministro de la ciudadanía de Ontario sí asistió a una mezquita, pero los Imanes lo tomaron como un gran insulto, como si la Reina hubiera enviado a Fergie a inaugurar los juegos de la Comunidad Británica.
De suerte que el Primer Ministro de Ontario tuvo que celebrar una nutrida reunión con los ofendidos Imanes, para excusarse por no ir a una mezquita y, como informó el periódico Star de Toronto, "asegurarles enfáticamente de que el gobierno provincial no los ve como enemigos" .
De todas formas, la fiebre de "lléveme-a-la-mezquita-a-tiempo" desapareció, pero creó la tónica para nuestro enfoque general a esas atrocidades. La vieja definición de nanosegundo era el lapso de tiempo que transcurre en Nueva York entre el cambio de luces del semáforo y el primer bocinazo del carro de atrás. La nueva definición es el lapso entre un bombazo terrorista y la declaración de prensa de un grupo islámico advirtiendo contra una reacción violenta contra los musulmanes.
En la mayoría de las circunstancias, sería considerado de mal gusto vergonzoso desviar la atención de un verdadero "crimen de odio" para alarmar sobre otro puramente hipotético. Por supuesto que no hay ninguna campaña de crímenes de odio islamofóbicos.
Más bien el Occidente está inundado por una epidemia de crímenes de odio contra si mismo. Un comentarista de la página de Internet de Tim Blair, en Australia, lo resumió con una parodia perfecta de un titular de The Guardian:- " Líderes de la Comunidad Musulmana advierten contra las reacciones violentas por el ataque terrorista de mañana por la mañana". Esos líderes comunitarios han sabido medirnos.
El islamismo radical es lo que el multiculturalismo ha estado esperando todo este tiempo. En "La supervivencia de la cultura", yo cité a la eminente abogada Helena Kennedy, del Consejo de la Reina. Poco después del 11 Septiembre, la baronesa Kennedy arguyó, en un programa de la BBC, que era demasiado fácil menospreciar a los "fundamentalistas islámicos". "Nosotros, como liberales occidentales, somos fundamentalistas con demasiada frecuencia", se quejó. "No observamos nuestro propio fundamentalismo".
Bien, dijo el entrevistador, ¿qué sería exactamente ese liberalismo fundamentalista? "Una de las cosas en que insistimos demasiado es que somos gente tolerante, y que la intolerancia es propia de otros países como los islámicos. Y yo no estoy segura de que eso sea cierto".
Caramba. Lady Kennedy argumentaba que la tolerancia de nuestra propia tolerancia nos está haciendo intolerantes de la intolerancia de otra gente, lo que es intolerable. Y, aunque pueda sonar improbable, esto se ha convertido ahora en la más alta y rarificada forma de multiculturalismo. ¿Así que usted es delicado con los homosexuales y los esquimales? Eso no tiene mérito. Cualquiera puede ser tolerante con gente así, pero tolerancia con la intolerancia da a los masoquistas multiculturales un estremecimiento de placer aun más intenso.
En otras palabras, al igual que el SIDA pandémico facilitó grandemente la rendición social a la agenda de los homosexuales, el 09/11 está facilitando grandemente nuestra rendición a los aspectos más extremos de la agenda multicultural.
Por ejemplo -un día de 2004, una par de canadienses en regreso a su hogar, llegaron al aeropuerto internacional Lester B. Pearson, en Toronto. Eran el hijo y viuda de un sujeto llamado Ahmed Said Khadr que, en la frontera de Pakistán-Afganistán era conocido como "al-Kanadi". ¿Por qué? Porque era el canadiense de más alto rango en al Qaida, era "el Número Uno".
En verdad, se puede argumentar que la familia Khdar es la principal contribución a la guerra contra el terrorismo. Admitamos que están en el lado equivocado (si ustedes me perdonan que yo emita juicio) pero nadie puede discutir que están en el meollo de la cuestión. Uno de los hijos de Khdar fue capturado en Afganistán después de matar a un paramédico de las fuerzas especiales norteamericanas. Otro fue capturado y detenido en Guantánamo. Un tercero se voló con una bomba mientras estaba matando a un soldado canadiense en Kabul. El mismo papá Khdar murió en una balacera con fuerzas paquistaníes a principios de 2004. ¡Y dicen que nosotros los canadienses no estamos poniendo nuestro granito de arena en esta guerra!
En el curso de la fatal balacera de al-Kanadi, su hijo menor quedó paralizado. Y, muy razonablemente, el menor no quería un hospital carcelario en Peshawar. Así que la Sra. Khadr y su hijo regresaron a Toronto para poder disfrutar los beneficios del sistema gubernamental de salud de Toronto. "Soy un canadiense, y no estoy mendigando mis derechos", declaró la viuda Khadr, "Estoy exigiendo mis derechos".
Como siempre se dice, la traición es difícil de probar ante los tribunales, pero dadas las circunstancias de la muerte del señor Khadr, parece claro que no sólo él estaba dando "ayuda y ánimo a los enemigos de la Reina", sino que él era, de hecho, el enemigo de la Reina. La infantería ligera de la Princesa Patricia, el vigésimo segundo regimiento real y otros canadienses han estado sirviendo en Afganistán, en una de las partes en el conflicto, y la familia Khadr ha estado allá sirviendo en la otra parte. Sin embargo, el Primer Ministro de Canadá pensó que las demandas del muchacho Khadr al sistema de salud pública era una excelente oportunidad para demostrar su hondo compromiso personal a la "diversidad". Interrogado sobre el regreso de Khadr a Toronto, dijo: "Creo que una vez que se es ciudadano canadiense, se tiene derecho a opiniones propias, y a disentir".
Eso es lo maravilloso del multiculturalismo. Se puede escoger en que parte de la guerra se quiere militar. Cuando llega la tarjeta de reclutamiento, simplemente marque "amigo", o "enemigo", según su gusto.
El Primer Ministro canadiense es un típico político occidental de la etapa tardía. Él pudiera haber dicho, bien, ésta es gente despreciable, y sé que muchos de nosotros estamos disgustados con la idea de que los dólares de nuestros impuestos sean usados para dar atención sanitaria a un hombre cuya ciudadanía canadiense no es más que una bandera de conveniencia pero, desafortunadamente, esa es la ley, y mientras tratamos de ajustarla, parece que este chusma se salió con la suya.
En su lugar, su reflejo instintivo fue proclamar esto como una demostración de las virtudes del estado multicultural. Como muchos líderes occidentales iluminados, el Primer Ministro canadiense se estará congratulando a sí mismo de su ilimitada tolerancia hasta que las fuerzas de la intolerancia acaben con él.
Eso, digámoslo, es un punto de similitud entre el yihad y movimientos terroristas convencionales como el IRA y la ETA. Los grupos terroristas se mantienen debido a una falta de confianza de lado de sus objetivos.
El IRA, por ejemplo, calculó correctamente que los ingleses tenían la capacidad, pero no la voluntad, de aplastarlos totalmente, Sabían así que mientras que nunca podrían triunfar militarmente, tampoco nunca podrían ser derrotados. Los islamitas han razonado de la misma manera. La única diferencia es que la mayoría de las guerras terroristas está altamente localizada. Tenemos ahora la primera verdadera insurgencia terrorista global porque los islamitas miran el mundo entero en la misma forma que el IRA contempla los territorios de Fermanagh. Lo quieren para sí, y han calculado que nuestra civilización carece de voluntad para impedírselo.
En The New Criterion pasamos mucho tiempo atacando a las elites, y tenemos derecho a hacerlo. Las esferas dirigentes de la cultura han sido una desgracia en las últimas décadas. Pero si fuera sólo un problema con las elites, no sería tan serio. Las turbas pudieran alzarse y colgarlos de los faroles -escenario no improbable en ciertos países del continente. Pero ahora el problema va más allá de los grupos dirigentes. La anexión gubernamental de la mayoría de las responsabilidades claves de la vida - crianza de los hijos, cuidar de los padres ancianos - ha cambiado profundamente la relación entre el ciudadano y el estado. En algún momento -yo diría que la socialización del cuidado de la salud - se cruza una línea y es muy difícil persuadir a una ciudadanía, cuando está disfrutando tanta prodigalidad gubernamental, a que dé marcha atrás. Recientemente, en National Review, saqué a colación esa línea que Gerald Ford siempre usa para congraciarse con las audiencias conservadoras:
"Un gobierno que es suficientemente grande como para darle todo lo que usted quiere, es suficientemente grande para quitarle todo lo que tiene". En realidad, las dificultades empiezan mucho antes de ese punto. Un gobierno que es suficientemente grande como para darle todo lo que quiere, no es todavía suficientemente grande como para hacer que usted devuelva algo. Eso es lo que están descubriendo las clases políticas francesas y alemanas.
Vuelva a esa lista de conflictos locales que mencioné. La yihad ha resistido durante mucho tiempo contra enemigos muy fuertes. Si usted es audaz contra los israelíes, los rusos, los indios y los nigerianos, ¿por qué no puede pensar que también pudiera serlo contra los belgas, los españoles y alemanes?.
De modo que los yihadistas no están haciendo más que empujarnos por el trasero mientras caminamos sonámbulos hacia el precipicio. Cuando digo "sonámbulos" no es porque seamos una cultura hastiada de la vida. Al contrario, una de las señales más claras de nuestro declinar es la forma en que gastamos tanta energía en preocuparnos por lo que no lo merece.
Si ustedes han leído el libro -entre los más vendidos- "Colapso: cómo las sociedades deciden fracasar o triunfar", de Jared Diamond, recordarán que él explica minuciosamente como las islas de Pascuas se han destruido porque talaron sus árboles.
Aparentemente, es por eso que no son miembro del G-8 o del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo mismo con respecto a los groenlandeses y los mayas y los curiosos ejemplos de sociedades seleccionados por Diamond. En verdad, según el autor, casi todas las sociedades colapsan porque talan sus árboles.
El pobre Diamond no puede ver el bosque por su obsesión con los árboles (Rusia está colapsando aunque está haciendo una gran reforestación). Una de las formas en que "las sociedades escogen fracasar o triunfar" es al escoger de qué preocuparse.
El mundo occidental ha dado más riqueza y comodidades a más de sus ciudadanos que cualquier otra civilización en la historia. Como pago hemos desarrollado un gran culto a la preocupación.
Ustedes conocen los clásicos del género: en 1968, en su libro, de los más vendidos, "La bomba demográfica”, el eminente científico Paul Ehrlich declaró: "En los 1970 el mundo atravesará hambrunas -cientos de millones de personas van a morir de hambre". En 1972, en su famoso estudio "Los límites del crecimiento", el Club de Roma anunció que el oro se agotaría en el mundo para 1981, el mercurio para 1985, el estaño para 1987, el zinc para 1990, el petróleo para 1992, y el plomo el gas para 1993.
Nada de eso sucedió. En verdad, está sucediendo lo opuesto. Estamos casi inundados de recursos, pero se nos está acabando la gente, sin las cuales nada de lo demás importa. Rusia es el ejemplo más obvio: es el país más grande de la tierra, está lleno de recursos naturales y, sin embargo, está muriendo, su población disminuye en forma calamitosa.
Según el estado de ánimo de nuestras elites, cualquier cosa que sucede, de terrorismo a tsunamis, sólo puede ser entendido, por defecto, como derivado de lo pernicioso de la civilización occidental.
Como escribió Jean-Francois Ravel, "Está claro que una civilización que se siente culpable de todo lo que es y hace, carecerá de la energía y convicción para defenderse."
Y aunque ninguno de los pronósticos de los apocalípticos de los 1970 se realizó, eso sólo quiere decir que, en treinta años, el fin del mundo tiene que actualizarse. El tiempo de llegada, según los estimados corregidos, es el 2032. Es decir, en 2002, el panorama ambiental global de las Naciones Unidas predijo "la destrucción del 70 por ciento del mundo natural en treinta años, extinción masiva de las especies... más de la mitad del mundo estará afectado por carencias de agua, con el 95 por ciento de la gente del medio oriente con severos problemas... 25 por ciento de todas las especies de mamíferos y 10 por ciento de los pájaros estarán extintos, etc., etc.
En 450 páginas. O, para abreviar, como dijo el periódico The Guardian: "A menos que cambiemos nuestra conducta, el mundo afronta el desastre".
Bien, aquí va mi predicción para el 2032: a menos que cambiemos nuestra conducta, el mundo afronta un futuro donde el ambiente tendrá muy buen aspecto. Si usted es un árbol, o una roca, estará muy bien. Son los italianos y los suecos los que estarán afrontando la extinción y la pérdida de su hábitat natural.
No habrá ningún Apocalipsis ambiental. El petróleo, el carbón, las emisiones de dióxido de carbono, la deforestación, ninguna de esas cosas merece preocupación. Lo que es preocupante es que empleamos mucho tiempo preocupándonos de cosas que no merecen preocupación y que no nos preocupamos de cosas de las que debíamos preocuparnos.
Durante 30 años nos han llamado en infinitas ocasiones a despertarnos por problemas que no tenían por qué perturbar nuestro sueño. Pero para los muy reales cambios en nuestra sociedad, que no nos causan remordimiento, los que en verdad amenazan nuestro futuro, permanecemos profundamente dormidos.
El mundo está cambiando dramáticamente, ahora mismo, y expertos histéricos cotorrean sobre una hipotética disminución del camarón antártico que puede suceder, concebiblemente, tan lejos de ahora, que es improbable que para entonces quede vivo alguno de los preocupados ambientalistas japoneses o italianos a ser devastado (por ese hecho)...
En una economía globalizada, los ambientalistas quieren que nos preocupemos de que el capitalismo del Primer Mundo imponga sus normas sobre un Tercer Mundo bucólico, pastoral y primitivo. Sin embargo, en tanto que la "globalización" sea una amenaza, el verdadero peligro es precisamente lo opuesto -que las peculiaridades del atraso puedan saltar instantáneamente al primer mundo.
Los cerdos son bienes valiosos, y duermen en la sala, en la China rural, y de pronto una enfermedad respiratoria desconocida está matando gente en Toronto, simplemente porque alguien montó en un avión.
Esa es la forma en que hay que mirar el islamismo.
Nos inquietamos sobre los McDonalds y Disney, pero la historia del gran éxito de la globalización es la forma en que los sauditas han tomado una brutal, oscura e irrelevante forma del Islam, practicada por beduinos errantes, y la han exportado exitosamente al corazón de Copenhague, Rótterdam, Manchester, Buffalo...
¿Cuál es mejor? ¿Una globalización que exporta hamburguesas de queso y canciones populares o una que exporta los aspectos más feroces de su cultura? Cuando se trata de predecir el futuro, la tasa de natalidad es lo más cercano al realismo.
Si sólo un millón de bebés nacen en 2006, es difícil conseguir dos millones de adultos para que entren en la fuerza laboral de 2026 (ó 2033 ó 2037, ó cuando terminen de superar el manejo de sus cóleras o se gradúen de sus estudios grotescos).
Y la información seria sobre bebés en todo el mundo es que se están agotando más rápido que el petróleo. La tasa de fertilidad de "reemplazo", i.e., el número que se necesita para el menos tener una población estable, que no disminuya, es de 2.1. bebés por mujer. Algunos países, están muy por encima: el líder mundial de la fertilidad, Somalia, es 6.91, Afganistán 6.78, Yemen 6.75.
¿Han advertido que tienen en común esas naciones?
Siga bajando en la lista de los cien más fértiles y eventualmente encontrará a Estados Unidos, manteniéndose justo en la tasa de reemplazo, con 2.07 por mujer, Irlanda 1.87, Nueva Zelanda 1.79, Australia 1.76. Pero la tasa de fertilidad de Canadá está en 1.5, muy por debajo de la tasa de reemplazo; Alemania y Austria están en 1.3, Rusia e Italia en 1.2, España en 1.1, a mitad de la tasa de reemplazo, Es decir, la población de España disminuye la mitad en cada generación.
Para 2050, la población de Italia habrá disminuido en un 22%, Bulgaria en un 36%, Estonia en un 52%. En Estados Unidos la tendencia demográfica sugiere que los estados azules deberán solicitar membresía honoraria en Estados Unidos: en las elecciones de 2004, John Kerry ganó los 16 estados con la más baja tasa de natalidad; George Bush ganó 25 de los 26 estados con la más alta. Para 2050 habrá cien millones menos de europeos, 100 millones más norteamericanos, la mayor parte de los estados rojos.
A medida que se marchita la fertilidad, las sociedades envejecen: Japón y Europa parecen encaminarse a ser más viejas que sociedad funcional alguna lo haya sido jamás. Y sabemos lo que viene después de la vejez, Estos países dejarán de contar, a menos que encuentren la voluntad de cambiar sus procedimientos.
¿Es eso probable? No lo creo. Si se mira a los resultados de las elecciones europeas -más recientemente en Alemania- no es difícil concluir que, aunque los electores están insatisfechos con sus establecimientos políticos, están insatisfechos principalmente porque les molesta que se les pida reconsiderar sus beneficios gubernamentales y, aunque estos sean insostenibles de aquí a una generación, no tienen ninguna intención de reconsiderarlos.
El poder ejecutivo escocés recientemente se retractó de una propuesta a aumentar la edad de los trabajadores públicos escoceses. Actualmente es de 60 años, que es agradable pero insostenible. Pero la reacción del trabajador común escocés es que ése es un problema de otros. El trabajador común alemán trabaja un 22% de menos horas que su contrapartida norteamericana, y ningún político que quiera permanecer electoralmente viable propondrá cerrar la brecha en cualquier forma significativa.
Esta no es una diferencia cultural de hondas raíces entre el viejo y el nuevo mundo. Se origina en, digamos, los 1970. Si alguien quisiera responsabilizar a alguien, se pudiera argumentar que es producto de la presencia militar norteamericana.
Esa seguridad estadounidense liberó los presupuestos europeos: en lugar de tener que gastar dinero en cañones, se pudieron concentrar en mantequilla y en halagar a los votantes. Si el problema de Washington es que estos no son aliados serios, entonces, ¿de quién es la culpa? ¿Quién, en los años después de la Segunda Guerra Mundial, creó la OTAN como una alianza militar posmoderna? El "mundo libre", como los norteamericanos lo llamaron, fue un viaje gratis para todos los demás. Y, habiendo sido liberados de las responsabilidades primarias de ser nación, es apenas sorprendente que las naciones europeas tengan poco deseo de compartir la carga. En realidad, los absurdamente pródigos niveles del cuidado de la salud pública en el continente son subsidiados por los contribuyentes norteamericanos. Y este persistente ablandamiento de vastos sectores de Occidente los ha hecho incapaces de resistir una fuerza primaria como la del Islam.
No hay una "bomba demográfica". Nunca la hubo. Las tasas de nacimiento están declinando en todo el mundo -eventualmente cada pareja en el planeta pudiera decidirse a optar por el modelo occidental yuppy de tener, a los 39 años, un bebé diseñado.
Pero la demografía es un juego del último hombre en pie. Los grupos que sucumban últimos a la apatía demográfica tendrán una enorme ventaja. Ya en 1968 Paul Ehrlich y semejantes entendían que la llamada explosión demográfica era en realidad un ajuste masivo de la población. Del aumento de la población mundial entre 1970 y 2000, el mundo desarrollado respondía por menos del 9%, mientras que en el mundo musulmán era del 26%. Entre 1970 y 2000, el mundo occidental declinó de casi un 30% de la población mundial a un poco más del 20%, el mundo musulmán, de alrededor de un 15%, creció hasta un 20%.
1970 no parece ser hace mucho tiempo. Si usted es de la edad que suelen ser muchos de los que hoy dirigen el mundo occidental, sus pantalones son más estrechos de lo que eran entonces, y su pelo menos llamativo, pero el paisaje de su vida - la apariencia de su casa, el diseño de su automovil, la forma de sus útiles de cocina, las marcas de las cosas que tiene en su refrigerador -no es significativamente diferente. Aparte de Internet, el teléfono celular y los CD, todo en su mundo parece ser lo mismo, ligeramente modificado.
Y sin embargo, el mundo está completamente alterado. Sólo para coronar esas desnudas estadísticas: En 1970, el mundo desarrollado tenía una porción de la población mundial que era el doble de la musulmana: 30% a 15%. En el 2000 eran la misma: cada uno tenía alrededor del 20%. ¿Y para el 2020?
De forma que la población mundial es mucho más islámica de lo que era entonces, y mucho menos "occidental". Europa es significativamente más islámica, habiendo recibido durante ese período unos 20 millones de musulmanes (oficialmente)- o el equivalente de la población de cuatro países de la Unión Europea (Irlanda, Bélgica, Dinamarca y Estonia). El Islam es la religión de más rápido crecimiento en Occidente. En el Reino Unido, más musulmanes que cristianos asisten semanalmente a los servicios religiosos.
¿Pueden seguir estas tendencias por otros treinta años sin tener consecuencias? Al final de este siglo, Europa será un continente después de la bomba neutrónica: Los grandes edificios estarán aún en pie, pero habrá desaparecido la gente que los construyeron. Estamos viviendo en un período notable de la auto-extinción de las razas que, para bien o para mal, formaron el mundo moderno.
¿Cómo será Europa al final de este proceso? ¿Quién puede saberlo? Por otro lado, hay algo que puede decirse acerca de que Estados Unidos encontrará más fácil tratar con una Europa islamizada que con Chirac, Schroeder y compañía.
Por otra parte, dado el historial de Europa, llegar a ese punto puede resultar muy sangriento. Pero, sea como fuere, esto es un verdadero campo de batalla. Los alocados de al Qaida nunca podrán encontrar suficientes pilotos suicidas para volar suficientes aviones contra suficientes rascacielos para derribar a Estados Unidos.
Pero, a diferencia de nosotros, los islamitas piensan a largo plazo y, dada su ventaja demográfica en Europa y el tono de sus emergentes grupos cabilderos musulmanes, lo que persiguen estrellando aviones contra edificios lo pueden obtener con sólo esperar unos pocos años más. Si los rascacielos serán de ellos ¿para qué derribarlos?
La segunda mitad de la decadencia y caída de las grandes civilizaciones sigue un patrón familiar: abundancia, flojedad, decadencia, extinción. Usted no se nota deslizándose por esas etapas, porque usualmente hay a mano un politicón seductor que provee una consigna taimada, auto engañosa -como aquella de Bill Clinton: "Se trata del futuro de nuestros hijos"...
Nosotros, en la derecha, pasamos los 1990 ridiculizando jubilosamente la tediosa invocación del Sr. Clinton, que lloviznaba como jarabe sobre todo, desde la guerra de Kosovo hasta las asignaciones para carreteras. Pero la mayor parte del Occidente no puede ni si siquiera copiarle sus lugares comunes.
Una sociedad que no tiene niños no tiene futuro.
La permanencia es la ilusión de cada era. En 1913 nadie pensó que los imperios rusos, austriaco, alemán y turco habrían desaparecido cinco años después. Después de los años setenta, todos aquellos que tildaban a Reagan de "burro amable" (en la frase de Clark Clifford) nos aseguraban que la Unión Soviética estaba aquí para quedarse. La posición de los analistas de la CIA sobre Alemania oriental es que era la novena potencia económica del mundo...En 1987 no había ninguna avalancha de expertos prediciendo la caída inminente de la muralla de Berlín, el Pacto de Varsovia y la misma Unión Soviética.
Sin embargo, aun en las normas mínimas de estos desgraciados precedentes, las así llamadas civilizaciones post cristianas -como un prominente funcionario de la Unión Europea me describió su continente- están más inclinadas que las sociedades tradicionales a confundir tiempo presente con rasgo permanente.
Las culturas religiosas tienen un mucho mayor sentido tanto de pasado como de futuro, como lo hacíamos hace un siglo, cuando hablábamos de la muerte como de la forma de unirse a "la gran mayoría de un mundo no visto". Pero si el punto de partida del secularismo es que esto es todo lo que hay, no hay que sorprenderse de que, conscientemente o no, inviertan el aquí y ahora con muchos mayores poderes de resistencia de los que nunca realmente ha tenido.
La idea de que el progresivo estado de bienestar europeo es el lugar de descanso permanente del desarrollo humano fue siempre idiota; ahora sabemos que lo es, y en forma suicida.
Para evitar el colapso, las naciones europeas tendrán que admitir inmigrantes a una tasa que ninguna sociedad estable ha intentado nunca. La CIA predice que la Unión Europea colapsará hacia el 2020. Dado que la CIA se ha equivocado en casi todo durante medio siglo, eso sugeriría que la Unión Europea está asegurada de ser el coloso del nuevo milenio. Pero inclusive un agente fracasado acierta dos veces por generación.
El dato del colapso de la Unión Europea es, si acaso, un estimado cauteloso. Parece más probable que, dentro de los dos próximos ciclos de elecciones europeas, las contradicciones internas de la Unión Europea se manifestarán en la forma acostumbrada, y que para 2010 estaremos contemplando, cada noche, edificios ardiendo, motines callejeros, y asesinatos en la cadenas de noticias norteamericanas.
Inclusive, si logran evitar eso, la idea de una Europa sin niños rivalizando militar o económicamente con Estados Unidos es risible. En algún momento de este siglo habrá 500 millones de norteamericanos, y lo que quede de Europa será o muy viejo o muy musulmán.
Japón enfrenta el mismo problema. Su población está en declive absoluto, la primera ladera suave de una espiral de muerte de la que es muy improbable que pueda remontarse. ¿Será Japón una central económica si está poblado de coreanos y filipinos? Muy posible. ¿Lo será Alemania si poblada por argelinos? Eso es mucho más difícil...
¿El mejor escenario? El continente terminará como una Viena con tasas de impuesto suecas.
¿El peor escenario? Sharia, alrededor de 2040; semi-Sharia bastante antes, y ya estamos viendo una corriente en esa dirección.
En Julio de 2003, hablando ante el Congreso norteamericano, Tony Blair señaló: "Como lo sabe Inglaterra, todo poder predominante luce por algún tiempo invencible pero, de hecho, es transitorio. La cuestión es: ¿qué dejas atrás?
Excelente pregunta. La Gran Bretaña nunca más esgrimirá el poder incontestable que disfrutó durante su apogeo imperial, pero el legado británico perdura, en un grado u otro, en muchos de los actores claves en el mundo de hoy -Australia, India, Sudáfrica - y en docenas de islas estado del Caribe al Pacífico.
Si alguna vez China toma su lugar como nación avanzada, será porque la República Popular aprende más del Hong Kong británico que lo que Hong Kong aprende del librito rojo. Y, por supuesto, el poder dominante de nuestro tiempo deriva su carácter político de los súbditos británicos del siglo XVIII, que llevaron las ideas inglesas un poco más allá de donde la Madre Patria estaba dispuesta a ir.
Una década y media después de la victoria en la Guerra Fría y el triunfalismo del "fin de la historia", la cuestión de "¿qué dejamos atrás?" es más urgente de lo que la mayoría de nosotros esperaba. "El Occidente", como concepto está muerto, y como cuestión de hecho demográfico, está muriendo.
¿Cómo serán Londres, o París, o Ámsterdam, a mediados de los 2030? Si los políticos europeos no hacen esfuerzos serios durante esta década para destetar al populacho de sus insostenibles semanas de 35 horas, retiro a los 60, etc., entonces, para mantener los actuales niveles de pensiones y beneficios de salud, la Unión Europea necesitará importar tantos trabajadores de Africa del Norte y el Medio Oriente, que estará bien en camino hacia una mayoría islámica para el 2035.
Como están las cosas, los musulmanes son hoy la primera fuente de crecimiento de población en las ciudades inglesas. ¿Puede una nación hacerse crecientemente islámica en su carácter demográfico sin hacerse crecientemente islámica en su carácter político?
Esto debiera ser la cuestión izquierdista. Soy conservador- no estoy enteramente de acuerdo con el programa islámico en cuanto a decapitar sodomitas se refiere y todo lo demás, pero estoy de acuerdo en que Britney Spears se viste como una mujerzuela: en eso estoy con los talibanes.
¿Por qué pues, si su gran tema es el feminismo, o el aborto, o el matrimonio homosexual, está usted tan seguro de que el culto a la tolerancia prevalecerá una vez que la mayoría demográfica en su sociedad es alegremente intolerante? ¿Quiénes, después de todo, serán las primeras víctimas de las tasas de nacimiento colapsadas en Occidente?
Aún si se adoptara la posición optimista de que Europa será capaz de resistir la creciente imposición del Sharia que actualmente envuelve a Nigeria, queda el caso de que el mundo musulmán no se destaca por darle mucha oportunidad al "derecho de la mujer a escoger", en ningún sentido.
Yo vi la gran manifestación por el aborto en Washington en 2004, donde Ashley Judd y Gloria Steinen fueron aclamadas por mujeres esgrimiendo cartelones de "Aparta a Bush de mi cuerpo", y pensé que era el equivalente de una reunión para tomar té en la Rusia Blanca de 1917.
Dando prioridad al "derecho a la mujer para escoger", las mujeres occidentales están entregando sus sociedades en manos de gente más patriarcal que un padre de las comedias de 1950. Si alguna de esas mujeres manifestándose por sus "derechos reproductivos" todavía tienen niños, les agradaría reflexionar sobre realidades demográficas. Es sumamente improbable que una niñita que nazca hoy pueda pavonearse, cuando tenga 40 años, en manifestaciones del París o Ámsterdam eurábicos, cantando "fuera las manos de mi cuerpo".
Justo antes de la elección de 2004, la eminente analista política Cameron Díaz apareció en el programa de Oprah Winfrey para explicar lo que estaba en juego.
"Las mujeres tienen tanto que perder. Quiero decir, pudiéramos perder el derecho a nuestros cuerpos. Si usted piensa que la violación deba ser legal, entonces no vote. Pero si usted cree que usted tiene un derecho a su cuerpo", le aconsejó a los espectadores de Oprah, "entonces usted debe votar"
Pobre Cameron. Un par de semanas más tarde, la gente asustada ganó. Ella perdió todos los derechos sobre su cuerpo. A diferencia de Alex Baldwin, no pudo ni irse a vivir a Francia.
Pero después de rotular la elección presidencial como un referendo al derecho a la violación, Cameron Díaz pudiera estar interesada en saber que la espera en el futuro.
En su libro "La Cuna Vacía", Philip Longman pregunta: "¿De dónde vendrán los niños del futuro? En forma creciente vendrán de gente que está en conflicto con el mundo moderno. Tal tendencia, de mantenerse, pudiera conducir la cultura humana fuera de su curso orientado por el mercado, individualista, modernista, creando gradualmente una cultura anti-mercado, dominada por el fundamentalismo: una nueva Edad de las Tinieblas".
Conclusión para Cameron Diaz: Hay por ahí cosas peores que John Ashcroft.
Hay que reconocer el punto de Longman. Los reflejos de los liberales occidentales hacen que siempre que se formule la pregunta de si dentro de dos o tres generaciones habrá algunos italianos viviendo en la zona geográfica marcada como Italia, ellos griten "¡racismo!
" Por supuesto que preocuparse sobre que porción de la población será "blanca" es grotesco e inapropiado. Pero no es cuestión de raza, sino de cultura. Si el 100% de su población cree en la democracia liberal pluralista, no importa que el 70% sea "blanca" o sólo lo sea el 5%. Pero si una parte de su población cree en la democracia liberal pluralista y la otra no, entonces es una cuestión importante si la parte que lo cree es un 90%, o sólo un 60%, 50% o 45%.
Desde que el Presidente anunció la llamada "Doctrina Bush" -el plan de promover la libertad a través del mundo árabe- innumerables "progresistas" han afirmado, rutinariamente, que no hay evidencia de que los musulmanes quieran libertad y que, en verdad, el islamismo es incompatible con la democracia.
De ser así, no es un problema para el Oriente Medio de hoy sino para la Europa de pasado mañana. De acuerdo con una encuesta hecha en 2004, más del 60% de los musulmanes en Inglaterra quiere vivir bajo el Sharia - en Inglaterra. Si "una población en conflicto con el mundo moderno" es el más acelerado grupo procreador del planeta -si hay más naciones islámicas, más musulmanes fundamentalistas dentro de esas naciones, más y más musulmanes dentro de las naciones no-musulmanas, y más y más musulmanes representados en más y más instituciones transnacionales
-¿cuán segura es una apuesta sobre la supervivencia del "mundo moderno"? No muy buena. "¿Qué deja usted atrás?" preguntó Tony Blair.
Habrá muy pocos y muy viejos alemanes, franceses e italianos a mediados de este siglo. ¿Que dejarán atrás? ¿Territorios que portarán sus nombres y mantengan algunos de sus viejos edificios? ¿O entenderán las moribundas razas europeas que el único legado que importa es si los pueblos que vivirán en esas tierras después de ellos van a compartir la democracia pluralista, liberal?
Es la demografía, estúpido. Si pueden conseguir la voluntad de cambiar de curso, entonces "¿Qué deja usted atrás?" es la única pregunta que importa"
Al problema demográfico de Europa se agrava dramáticamente en algunas de sus partes como es España y más concretamente en Castilla.
Un informe de la ONU de 20 de marzo del 2000 decía que se necesitan 700 millones de inmigrantes – es decir bastantes más de la actual población europea- de aquí al 2050 para substituir la declinante población de Europa.
Un ínfimo 1% de esa cantidad es mayor que la actual población castellana.
Lo que en su día fue Castilla ha quedado disperso en diversas regiones meramente administrativas y burocráticas sin ninguna a referencia étnica , identitaria o de cualquier otro tipo; leoneses, manchegos todo queda mezclado en un totum revolutun, vagamente unificado por el uso de una lengua común, que por otra parte no es más que la lengua oficial del estado.
Entes abstractos donde los haya, en las nuevas autonomías centropeninsularas poco significa ya ser burgalés, segoviano o abulense como algo diferente de leonés, manchego o toledano.
El futuro de tales abstracciones estará repleto de cosas todavía más insólitas: senegaleses, mauritanos, burkineses, gambianos, chadianos, caboverdianos y otros; probablemente se diga entonces que esos son los castellanos de turno. Nada del Cid, del Monasterio de San Millán, o de la Catedral de Burgos, una uniforme marea islámica convertirá todo eso en un baúl de recuerdos lejanos.
A falta de hacer otra cosa no está mal ilustrase;" hombre precavido vale por dos", acaso sea esa una posible clave demográfica.
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Tomado de la bitácora 'Alianza de Civilizaciones)
. It’s the demography, stupid
Es la demografía, estúpido.La razón verdadera. El Oeste está en el peligro de la extinción.
Por Mark Steyn
La mayoría de los que leen esto tienen la mente curtida, así que permítanme exponerlo tan libremente como pueda: Mucho de lo que generalmente llamamos mundo occidental no sobrevivirá este siglo, y gran parte de él desaparecerá de hecho durante nuestras vidas, incluyendo si no la mayoría, muchos de los países de Europa occidental.
Probablemente existirá un área geográfica en el mapa señalada como Italia, o Países Bajos -probablemente- así como en Estambul hay todavía un edificio llamado Catedral de Santa Sofía. Pero no es una verdadera catedral, sino meramente una designación para una pieza inmobiliaria. Igualmente, Italia y los Países Bajos serán meramente designaciones inmobiliarias.
Para los que consideran que la civilización occidental está en la balanza más que las alternativas, el reto es imaginar una forma de salvar al menos algunas partes de Occidente.
Un obstáculo para hacerlo es que, en una elección típica en nuestras democracias industriales avanzadas, las plataformas políticas de al menos un partido en Estados Unidos y casi todos los partidos en el resto de Occidente, tratan de lo pudiéramos llamar impulsos secundarios de la sociedad - atención gubernamental de la salud, guarderías gubernamentales (que Canadá está pensando en establecer), licencia paternal gubernamental (que Inglaterra acaba de establecer). Hemos dado prioridad al impulso secundario sobre los primarios -defensa nacional, familia, fe y, el más básico de todos, la actividad reproductiva -"Creced y multiplicaos"- porque si no lo hace, no será capaz de permitirse todos los otros impulsos secundarios, como el bienestar de la cuna hasta la tumba.
Los norteamericanos no entienden cuán lejos ha ido por ese camino la mayor parte del mundo desarrollado: En el gabinete canadiense y la mayor parte de los europeos occidentales, el ministerio de defensa es una etapa por la que pasa un político ambicioso en su ascenso a otros trabajos importantes como el Departamento de la Salud.
No creo que Donald Rumsfeld consideraría un ascenso el que lo trasladaran al departamento de Salud. El fallo en el diseño del estado social democrático secular es que, para sostenerlo, requiere la tasa de nacimientos de una sociedad religiosa. El hiperracionalismo post cristiano es, objetivamente, mucho menos racional que el catolicismo o el mormonismo. En verdad, al confiar en la inmigración para asegurar su futuro, la Unión Europea ha adoptado una variación siglo vigésimo primero de la estrategia de los shakers, a quienes se les prohibió reproducirse, y sólo mediante la conversión podían aumentar su número. El problema está en que las sociedades de impulso secundario confunden sus debilidades con fortalezas o -al menos- virtudes, y es por eso que están demostrando ser tan débiles al enfrentar una fuerza primaria como el Islam.
Hablando de lo cual, si estamos en guerra -y la mitad del pueblo norteamericano y porcentajes significativamente más altos en Inglaterra, Canadá y Europa no aceptan esa definición- entonces ¿sobre qué es, exactamente, la guerra?
Sabemos que no es realmente una "guerra contra el terrorismo". Ni es, en el fondo, una guerra contra "El Islam", ni inclusive contra el "Islam radical". La fe musulmana, cualquiera que sean sus méritos para los creyentes, es un asunto problemático para el resto de nosotros.
Hay muchos puntos conflictivos en el mundo pero, por regla general, es fácil hacer una conjetura ilustrada sobre uno de los participantes:- musulmanes contra judíos en "Palestina", musulmanes contra hindúes en Cachemira, musulmanes contra cristianos en África, musulmanes contra budistas en Tailandia, musulmanes contra rusos en el Cáucaso, musulmanes contra turistas mochileros en Bali.
Estas gentes, igual que los ambientalistas, aunque de pensamiento global, actúan localmente. Sin embargo, aunque el Islamismo es el enemigo, no es de eso de lo que se trata. El islamismo radical es una infección oportunista, igual que el SIDA: no es el VIH lo que le mata, es la neumonía que usted adquiere cuando su cuerpo está demasiado débil para combatirla.
Los yihadistas pierden cuando se enfrentan con los militares norteamericanos -como lo hicieron en Afganistán e Irak Si esto fuera como la Primera Guerra Mundial con unos en una trinchera y otros en otra, todo se terminaría muy rápido. De lo que se han dado cuenta los yihadistas más astutos. Ellos saben que no nos pueden ganar en el campo de batalla, pero creen que hay una gran posibilidad de que puedan prolongar las cosas hasta que la civilización occidental colapse por si misma y que el Islam herede por defecto.
Y la guerra gira sobre eso: sobre la falta de confianza en nuestra civilización.
Como lo dice una cita famosa de Arnold Toynbee: "Las civilizaciones mueren por suicidio, no por asesinato" - como puede verse ahora mismo en parte del "Mundo occidental".
La agenda progresista –espléndido bienestar social, aborto, secularismo, multiculturalismo,- es colectivamente el único verdadero ataque suicida. Tomen el multiculturalismo. El multiculturalismo no implica saber algo sobre otras culturas -la capital de Bután, las exportaciones principales de Malawi, ¿a quién le importa? Lo único que requiere es sentirse bien acerca de otras culturas.
Fundamentalmente es un fraude, y yo diría que, subliminalmente, fue aceptado sobre esa base. La mayoría de los adherentes de la idea de que todas las culturas son iguales, no quieren vivir en ningún otro lado que no sea una sociedad occidental avanzada. El multiculturalismo significa que su hijo tiene que aprender un canto fúnebre terrible para el concierto del día festivo escolar en lugar de cantar un villancico tradicional o que su masajista holística use técnicas de los indios americanos, pero no que usted vaya a tener que vivir en una sociedad africana o india. Es una verdadera maravilla de idiotez progresista.
Entonces ocurrió lo del 11 de Septiembre. Y, extraño, la reacción de casi todos los líderes occidentales fue visitar una mezquita: Lo hizo el presidente Bush, lo hizo el príncipe de Gales, lo hizo el primer ministro del Reino Unido, lo hizo el primer ministro de Canadá, etc. El primer ministro de Ontario no, y por lo tanto 20 líderes comunitarios musulmanes tuvieron una reunión cumbre para denunciarlo por no haber visitado una mezquita. No sé por qué no lo hizo. Quizá tenía muchos asuntos atrasados, eran momentos de mucho tráfico hacia las mezquitas.
Primeros ministros en congestiones de tráfico arriba y abajo de las carreteras tratando de llegar a la mezquita de la Espada del Ejecutor de los Infieles. Pero, por alguna razón, no lo pudo incluir en su agitado itinerario. El ministro de la ciudadanía de Ontario sí asistió a una mezquita, pero los Imanes lo tomaron como un gran insulto, como si la Reina hubiera enviado a Fergie a inaugurar los juegos de la Comunidad Británica.
De suerte que el Primer Ministro de Ontario tuvo que celebrar una nutrida reunión con los ofendidos Imanes, para excusarse por no ir a una mezquita y, como informó el periódico Star de Toronto, "asegurarles enfáticamente de que el gobierno provincial no los ve como enemigos" .
De todas formas, la fiebre de "lléveme-a-la-mezquita-a-tiempo" desapareció, pero creó la tónica para nuestro enfoque general a esas atrocidades. La vieja definición de nanosegundo era el lapso de tiempo que transcurre en Nueva York entre el cambio de luces del semáforo y el primer bocinazo del carro de atrás. La nueva definición es el lapso entre un bombazo terrorista y la declaración de prensa de un grupo islámico advirtiendo contra una reacción violenta contra los musulmanes.
En la mayoría de las circunstancias, sería considerado de mal gusto vergonzoso desviar la atención de un verdadero "crimen de odio" para alarmar sobre otro puramente hipotético. Por supuesto que no hay ninguna campaña de crímenes de odio islamofóbicos.
Más bien el Occidente está inundado por una epidemia de crímenes de odio contra si mismo. Un comentarista de la página de Internet de Tim Blair, en Australia, lo resumió con una parodia perfecta de un titular de The Guardian:- " Líderes de la Comunidad Musulmana advierten contra las reacciones violentas por el ataque terrorista de mañana por la mañana". Esos líderes comunitarios han sabido medirnos.
El islamismo radical es lo que el multiculturalismo ha estado esperando todo este tiempo. En "La supervivencia de la cultura", yo cité a la eminente abogada Helena Kennedy, del Consejo de la Reina. Poco después del 11 Septiembre, la baronesa Kennedy arguyó, en un programa de la BBC, que era demasiado fácil menospreciar a los "fundamentalistas islámicos". "Nosotros, como liberales occidentales, somos fundamentalistas con demasiada frecuencia", se quejó. "No observamos nuestro propio fundamentalismo".
Bien, dijo el entrevistador, ¿qué sería exactamente ese liberalismo fundamentalista? "Una de las cosas en que insistimos demasiado es que somos gente tolerante, y que la intolerancia es propia de otros países como los islámicos. Y yo no estoy segura de que eso sea cierto".
Caramba. Lady Kennedy argumentaba que la tolerancia de nuestra propia tolerancia nos está haciendo intolerantes de la intolerancia de otra gente, lo que es intolerable. Y, aunque pueda sonar improbable, esto se ha convertido ahora en la más alta y rarificada forma de multiculturalismo. ¿Así que usted es delicado con los homosexuales y los esquimales? Eso no tiene mérito. Cualquiera puede ser tolerante con gente así, pero tolerancia con la intolerancia da a los masoquistas multiculturales un estremecimiento de placer aun más intenso.
En otras palabras, al igual que el SIDA pandémico facilitó grandemente la rendición social a la agenda de los homosexuales, el 09/11 está facilitando grandemente nuestra rendición a los aspectos más extremos de la agenda multicultural.
Por ejemplo -un día de 2004, una par de canadienses en regreso a su hogar, llegaron al aeropuerto internacional Lester B. Pearson, en Toronto. Eran el hijo y viuda de un sujeto llamado Ahmed Said Khadr que, en la frontera de Pakistán-Afganistán era conocido como "al-Kanadi". ¿Por qué? Porque era el canadiense de más alto rango en al Qaida, era "el Número Uno".
En verdad, se puede argumentar que la familia Khdar es la principal contribución a la guerra contra el terrorismo. Admitamos que están en el lado equivocado (si ustedes me perdonan que yo emita juicio) pero nadie puede discutir que están en el meollo de la cuestión. Uno de los hijos de Khdar fue capturado en Afganistán después de matar a un paramédico de las fuerzas especiales norteamericanas. Otro fue capturado y detenido en Guantánamo. Un tercero se voló con una bomba mientras estaba matando a un soldado canadiense en Kabul. El mismo papá Khdar murió en una balacera con fuerzas paquistaníes a principios de 2004. ¡Y dicen que nosotros los canadienses no estamos poniendo nuestro granito de arena en esta guerra!
En el curso de la fatal balacera de al-Kanadi, su hijo menor quedó paralizado. Y, muy razonablemente, el menor no quería un hospital carcelario en Peshawar. Así que la Sra. Khadr y su hijo regresaron a Toronto para poder disfrutar los beneficios del sistema gubernamental de salud de Toronto. "Soy un canadiense, y no estoy mendigando mis derechos", declaró la viuda Khadr, "Estoy exigiendo mis derechos".
Como siempre se dice, la traición es difícil de probar ante los tribunales, pero dadas las circunstancias de la muerte del señor Khadr, parece claro que no sólo él estaba dando "ayuda y ánimo a los enemigos de la Reina", sino que él era, de hecho, el enemigo de la Reina. La infantería ligera de la Princesa Patricia, el vigésimo segundo regimiento real y otros canadienses han estado sirviendo en Afganistán, en una de las partes en el conflicto, y la familia Khadr ha estado allá sirviendo en la otra parte. Sin embargo, el Primer Ministro de Canadá pensó que las demandas del muchacho Khadr al sistema de salud pública era una excelente oportunidad para demostrar su hondo compromiso personal a la "diversidad". Interrogado sobre el regreso de Khadr a Toronto, dijo: "Creo que una vez que se es ciudadano canadiense, se tiene derecho a opiniones propias, y a disentir".
Eso es lo maravilloso del multiculturalismo. Se puede escoger en que parte de la guerra se quiere militar. Cuando llega la tarjeta de reclutamiento, simplemente marque "amigo", o "enemigo", según su gusto.
El Primer Ministro canadiense es un típico político occidental de la etapa tardía. Él pudiera haber dicho, bien, ésta es gente despreciable, y sé que muchos de nosotros estamos disgustados con la idea de que los dólares de nuestros impuestos sean usados para dar atención sanitaria a un hombre cuya ciudadanía canadiense no es más que una bandera de conveniencia pero, desafortunadamente, esa es la ley, y mientras tratamos de ajustarla, parece que este chusma se salió con la suya.
En su lugar, su reflejo instintivo fue proclamar esto como una demostración de las virtudes del estado multicultural. Como muchos líderes occidentales iluminados, el Primer Ministro canadiense se estará congratulando a sí mismo de su ilimitada tolerancia hasta que las fuerzas de la intolerancia acaben con él.
Eso, digámoslo, es un punto de similitud entre el yihad y movimientos terroristas convencionales como el IRA y la ETA. Los grupos terroristas se mantienen debido a una falta de confianza de lado de sus objetivos.
El IRA, por ejemplo, calculó correctamente que los ingleses tenían la capacidad, pero no la voluntad, de aplastarlos totalmente, Sabían así que mientras que nunca podrían triunfar militarmente, tampoco nunca podrían ser derrotados. Los islamitas han razonado de la misma manera. La única diferencia es que la mayoría de las guerras terroristas está altamente localizada. Tenemos ahora la primera verdadera insurgencia terrorista global porque los islamitas miran el mundo entero en la misma forma que el IRA contempla los territorios de Fermanagh. Lo quieren para sí, y han calculado que nuestra civilización carece de voluntad para impedírselo.
En The New Criterion pasamos mucho tiempo atacando a las elites, y tenemos derecho a hacerlo. Las esferas dirigentes de la cultura han sido una desgracia en las últimas décadas. Pero si fuera sólo un problema con las elites, no sería tan serio. Las turbas pudieran alzarse y colgarlos de los faroles -escenario no improbable en ciertos países del continente. Pero ahora el problema va más allá de los grupos dirigentes. La anexión gubernamental de la mayoría de las responsabilidades claves de la vida - crianza de los hijos, cuidar de los padres ancianos - ha cambiado profundamente la relación entre el ciudadano y el estado. En algún momento -yo diría que la socialización del cuidado de la salud - se cruza una línea y es muy difícil persuadir a una ciudadanía, cuando está disfrutando tanta prodigalidad gubernamental, a que dé marcha atrás. Recientemente, en National Review, saqué a colación esa línea que Gerald Ford siempre usa para congraciarse con las audiencias conservadoras:
"Un gobierno que es suficientemente grande como para darle todo lo que usted quiere, es suficientemente grande para quitarle todo lo que tiene". En realidad, las dificultades empiezan mucho antes de ese punto. Un gobierno que es suficientemente grande como para darle todo lo que quiere, no es todavía suficientemente grande como para hacer que usted devuelva algo. Eso es lo que están descubriendo las clases políticas francesas y alemanas.
Vuelva a esa lista de conflictos locales que mencioné. La yihad ha resistido durante mucho tiempo contra enemigos muy fuertes. Si usted es audaz contra los israelíes, los rusos, los indios y los nigerianos, ¿por qué no puede pensar que también pudiera serlo contra los belgas, los españoles y alemanes?.
De modo que los yihadistas no están haciendo más que empujarnos por el trasero mientras caminamos sonámbulos hacia el precipicio. Cuando digo "sonámbulos" no es porque seamos una cultura hastiada de la vida. Al contrario, una de las señales más claras de nuestro declinar es la forma en que gastamos tanta energía en preocuparnos por lo que no lo merece.
Si ustedes han leído el libro -entre los más vendidos- "Colapso: cómo las sociedades deciden fracasar o triunfar", de Jared Diamond, recordarán que él explica minuciosamente como las islas de Pascuas se han destruido porque talaron sus árboles.
Aparentemente, es por eso que no son miembro del G-8 o del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo mismo con respecto a los groenlandeses y los mayas y los curiosos ejemplos de sociedades seleccionados por Diamond. En verdad, según el autor, casi todas las sociedades colapsan porque talan sus árboles.
El pobre Diamond no puede ver el bosque por su obsesión con los árboles (Rusia está colapsando aunque está haciendo una gran reforestación). Una de las formas en que "las sociedades escogen fracasar o triunfar" es al escoger de qué preocuparse.
El mundo occidental ha dado más riqueza y comodidades a más de sus ciudadanos que cualquier otra civilización en la historia. Como pago hemos desarrollado un gran culto a la preocupación.
Ustedes conocen los clásicos del género: en 1968, en su libro, de los más vendidos, "La bomba demográfica”, el eminente científico Paul Ehrlich declaró: "En los 1970 el mundo atravesará hambrunas -cientos de millones de personas van a morir de hambre". En 1972, en su famoso estudio "Los límites del crecimiento", el Club de Roma anunció que el oro se agotaría en el mundo para 1981, el mercurio para 1985, el estaño para 1987, el zinc para 1990, el petróleo para 1992, y el plomo el gas para 1993.
Nada de eso sucedió. En verdad, está sucediendo lo opuesto. Estamos casi inundados de recursos, pero se nos está acabando la gente, sin las cuales nada de lo demás importa. Rusia es el ejemplo más obvio: es el país más grande de la tierra, está lleno de recursos naturales y, sin embargo, está muriendo, su población disminuye en forma calamitosa.
Según el estado de ánimo de nuestras elites, cualquier cosa que sucede, de terrorismo a tsunamis, sólo puede ser entendido, por defecto, como derivado de lo pernicioso de la civilización occidental.
Como escribió Jean-Francois Ravel, "Está claro que una civilización que se siente culpable de todo lo que es y hace, carecerá de la energía y convicción para defenderse."
Y aunque ninguno de los pronósticos de los apocalípticos de los 1970 se realizó, eso sólo quiere decir que, en treinta años, el fin del mundo tiene que actualizarse. El tiempo de llegada, según los estimados corregidos, es el 2032. Es decir, en 2002, el panorama ambiental global de las Naciones Unidas predijo "la destrucción del 70 por ciento del mundo natural en treinta años, extinción masiva de las especies... más de la mitad del mundo estará afectado por carencias de agua, con el 95 por ciento de la gente del medio oriente con severos problemas... 25 por ciento de todas las especies de mamíferos y 10 por ciento de los pájaros estarán extintos, etc., etc.
En 450 páginas. O, para abreviar, como dijo el periódico The Guardian: "A menos que cambiemos nuestra conducta, el mundo afronta el desastre".
Bien, aquí va mi predicción para el 2032: a menos que cambiemos nuestra conducta, el mundo afronta un futuro donde el ambiente tendrá muy buen aspecto. Si usted es un árbol, o una roca, estará muy bien. Son los italianos y los suecos los que estarán afrontando la extinción y la pérdida de su hábitat natural.
No habrá ningún Apocalipsis ambiental. El petróleo, el carbón, las emisiones de dióxido de carbono, la deforestación, ninguna de esas cosas merece preocupación. Lo que es preocupante es que empleamos mucho tiempo preocupándonos de cosas que no merecen preocupación y que no nos preocupamos de cosas de las que debíamos preocuparnos.
Durante 30 años nos han llamado en infinitas ocasiones a despertarnos por problemas que no tenían por qué perturbar nuestro sueño. Pero para los muy reales cambios en nuestra sociedad, que no nos causan remordimiento, los que en verdad amenazan nuestro futuro, permanecemos profundamente dormidos.
El mundo está cambiando dramáticamente, ahora mismo, y expertos histéricos cotorrean sobre una hipotética disminución del camarón antártico que puede suceder, concebiblemente, tan lejos de ahora, que es improbable que para entonces quede vivo alguno de los preocupados ambientalistas japoneses o italianos a ser devastado (por ese hecho)...
En una economía globalizada, los ambientalistas quieren que nos preocupemos de que el capitalismo del Primer Mundo imponga sus normas sobre un Tercer Mundo bucólico, pastoral y primitivo. Sin embargo, en tanto que la "globalización" sea una amenaza, el verdadero peligro es precisamente lo opuesto -que las peculiaridades del atraso puedan saltar instantáneamente al primer mundo.
Los cerdos son bienes valiosos, y duermen en la sala, en la China rural, y de pronto una enfermedad respiratoria desconocida está matando gente en Toronto, simplemente porque alguien montó en un avión.
Esa es la forma en que hay que mirar el islamismo.
Nos inquietamos sobre los McDonalds y Disney, pero la historia del gran éxito de la globalización es la forma en que los sauditas han tomado una brutal, oscura e irrelevante forma del Islam, practicada por beduinos errantes, y la han exportado exitosamente al corazón de Copenhague, Rótterdam, Manchester, Buffalo...
¿Cuál es mejor? ¿Una globalización que exporta hamburguesas de queso y canciones populares o una que exporta los aspectos más feroces de su cultura? Cuando se trata de predecir el futuro, la tasa de natalidad es lo más cercano al realismo.
Si sólo un millón de bebés nacen en 2006, es difícil conseguir dos millones de adultos para que entren en la fuerza laboral de 2026 (ó 2033 ó 2037, ó cuando terminen de superar el manejo de sus cóleras o se gradúen de sus estudios grotescos).
Y la información seria sobre bebés en todo el mundo es que se están agotando más rápido que el petróleo. La tasa de fertilidad de "reemplazo", i.e., el número que se necesita para el menos tener una población estable, que no disminuya, es de 2.1. bebés por mujer. Algunos países, están muy por encima: el líder mundial de la fertilidad, Somalia, es 6.91, Afganistán 6.78, Yemen 6.75.
¿Han advertido que tienen en común esas naciones?
Siga bajando en la lista de los cien más fértiles y eventualmente encontrará a Estados Unidos, manteniéndose justo en la tasa de reemplazo, con 2.07 por mujer, Irlanda 1.87, Nueva Zelanda 1.79, Australia 1.76. Pero la tasa de fertilidad de Canadá está en 1.5, muy por debajo de la tasa de reemplazo; Alemania y Austria están en 1.3, Rusia e Italia en 1.2, España en 1.1, a mitad de la tasa de reemplazo, Es decir, la población de España disminuye la mitad en cada generación.
Para 2050, la población de Italia habrá disminuido en un 22%, Bulgaria en un 36%, Estonia en un 52%. En Estados Unidos la tendencia demográfica sugiere que los estados azules deberán solicitar membresía honoraria en Estados Unidos: en las elecciones de 2004, John Kerry ganó los 16 estados con la más baja tasa de natalidad; George Bush ganó 25 de los 26 estados con la más alta. Para 2050 habrá cien millones menos de europeos, 100 millones más norteamericanos, la mayor parte de los estados rojos.
A medida que se marchita la fertilidad, las sociedades envejecen: Japón y Europa parecen encaminarse a ser más viejas que sociedad funcional alguna lo haya sido jamás. Y sabemos lo que viene después de la vejez, Estos países dejarán de contar, a menos que encuentren la voluntad de cambiar sus procedimientos.
¿Es eso probable? No lo creo. Si se mira a los resultados de las elecciones europeas -más recientemente en Alemania- no es difícil concluir que, aunque los electores están insatisfechos con sus establecimientos políticos, están insatisfechos principalmente porque les molesta que se les pida reconsiderar sus beneficios gubernamentales y, aunque estos sean insostenibles de aquí a una generación, no tienen ninguna intención de reconsiderarlos.
El poder ejecutivo escocés recientemente se retractó de una propuesta a aumentar la edad de los trabajadores públicos escoceses. Actualmente es de 60 años, que es agradable pero insostenible. Pero la reacción del trabajador común escocés es que ése es un problema de otros. El trabajador común alemán trabaja un 22% de menos horas que su contrapartida norteamericana, y ningún político que quiera permanecer electoralmente viable propondrá cerrar la brecha en cualquier forma significativa.
Esta no es una diferencia cultural de hondas raíces entre el viejo y el nuevo mundo. Se origina en, digamos, los 1970. Si alguien quisiera responsabilizar a alguien, se pudiera argumentar que es producto de la presencia militar norteamericana.
Esa seguridad estadounidense liberó los presupuestos europeos: en lugar de tener que gastar dinero en cañones, se pudieron concentrar en mantequilla y en halagar a los votantes. Si el problema de Washington es que estos no son aliados serios, entonces, ¿de quién es la culpa? ¿Quién, en los años después de la Segunda Guerra Mundial, creó la OTAN como una alianza militar posmoderna? El "mundo libre", como los norteamericanos lo llamaron, fue un viaje gratis para todos los demás. Y, habiendo sido liberados de las responsabilidades primarias de ser nación, es apenas sorprendente que las naciones europeas tengan poco deseo de compartir la carga. En realidad, los absurdamente pródigos niveles del cuidado de la salud pública en el continente son subsidiados por los contribuyentes norteamericanos. Y este persistente ablandamiento de vastos sectores de Occidente los ha hecho incapaces de resistir una fuerza primaria como la del Islam.
No hay una "bomba demográfica". Nunca la hubo. Las tasas de nacimiento están declinando en todo el mundo -eventualmente cada pareja en el planeta pudiera decidirse a optar por el modelo occidental yuppy de tener, a los 39 años, un bebé diseñado.
Pero la demografía es un juego del último hombre en pie. Los grupos que sucumban últimos a la apatía demográfica tendrán una enorme ventaja. Ya en 1968 Paul Ehrlich y semejantes entendían que la llamada explosión demográfica era en realidad un ajuste masivo de la población. Del aumento de la población mundial entre 1970 y 2000, el mundo desarrollado respondía por menos del 9%, mientras que en el mundo musulmán era del 26%. Entre 1970 y 2000, el mundo occidental declinó de casi un 30% de la población mundial a un poco más del 20%, el mundo musulmán, de alrededor de un 15%, creció hasta un 20%.
1970 no parece ser hace mucho tiempo. Si usted es de la edad que suelen ser muchos de los que hoy dirigen el mundo occidental, sus pantalones son más estrechos de lo que eran entonces, y su pelo menos llamativo, pero el paisaje de su vida - la apariencia de su casa, el diseño de su automovil, la forma de sus útiles de cocina, las marcas de las cosas que tiene en su refrigerador -no es significativamente diferente. Aparte de Internet, el teléfono celular y los CD, todo en su mundo parece ser lo mismo, ligeramente modificado.
Y sin embargo, el mundo está completamente alterado. Sólo para coronar esas desnudas estadísticas: En 1970, el mundo desarrollado tenía una porción de la población mundial que era el doble de la musulmana: 30% a 15%. En el 2000 eran la misma: cada uno tenía alrededor del 20%. ¿Y para el 2020?
De forma que la población mundial es mucho más islámica de lo que era entonces, y mucho menos "occidental". Europa es significativamente más islámica, habiendo recibido durante ese período unos 20 millones de musulmanes (oficialmente)- o el equivalente de la población de cuatro países de la Unión Europea (Irlanda, Bélgica, Dinamarca y Estonia). El Islam es la religión de más rápido crecimiento en Occidente. En el Reino Unido, más musulmanes que cristianos asisten semanalmente a los servicios religiosos.
¿Pueden seguir estas tendencias por otros treinta años sin tener consecuencias? Al final de este siglo, Europa será un continente después de la bomba neutrónica: Los grandes edificios estarán aún en pie, pero habrá desaparecido la gente que los construyeron. Estamos viviendo en un período notable de la auto-extinción de las razas que, para bien o para mal, formaron el mundo moderno.
¿Cómo será Europa al final de este proceso? ¿Quién puede saberlo? Por otro lado, hay algo que puede decirse acerca de que Estados Unidos encontrará más fácil tratar con una Europa islamizada que con Chirac, Schroeder y compañía.
Por otra parte, dado el historial de Europa, llegar a ese punto puede resultar muy sangriento. Pero, sea como fuere, esto es un verdadero campo de batalla. Los alocados de al Qaida nunca podrán encontrar suficientes pilotos suicidas para volar suficientes aviones contra suficientes rascacielos para derribar a Estados Unidos.
Pero, a diferencia de nosotros, los islamitas piensan a largo plazo y, dada su ventaja demográfica en Europa y el tono de sus emergentes grupos cabilderos musulmanes, lo que persiguen estrellando aviones contra edificios lo pueden obtener con sólo esperar unos pocos años más. Si los rascacielos serán de ellos ¿para qué derribarlos?
La segunda mitad de la decadencia y caída de las grandes civilizaciones sigue un patrón familiar: abundancia, flojedad, decadencia, extinción. Usted no se nota deslizándose por esas etapas, porque usualmente hay a mano un politicón seductor que provee una consigna taimada, auto engañosa -como aquella de Bill Clinton: "Se trata del futuro de nuestros hijos"...
Nosotros, en la derecha, pasamos los 1990 ridiculizando jubilosamente la tediosa invocación del Sr. Clinton, que lloviznaba como jarabe sobre todo, desde la guerra de Kosovo hasta las asignaciones para carreteras. Pero la mayor parte del Occidente no puede ni si siquiera copiarle sus lugares comunes.
Una sociedad que no tiene niños no tiene futuro.
La permanencia es la ilusión de cada era. En 1913 nadie pensó que los imperios rusos, austriaco, alemán y turco habrían desaparecido cinco años después. Después de los años setenta, todos aquellos que tildaban a Reagan de "burro amable" (en la frase de Clark Clifford) nos aseguraban que la Unión Soviética estaba aquí para quedarse. La posición de los analistas de la CIA sobre Alemania oriental es que era la novena potencia económica del mundo...En 1987 no había ninguna avalancha de expertos prediciendo la caída inminente de la muralla de Berlín, el Pacto de Varsovia y la misma Unión Soviética.
Sin embargo, aun en las normas mínimas de estos desgraciados precedentes, las así llamadas civilizaciones post cristianas -como un prominente funcionario de la Unión Europea me describió su continente- están más inclinadas que las sociedades tradicionales a confundir tiempo presente con rasgo permanente.
Las culturas religiosas tienen un mucho mayor sentido tanto de pasado como de futuro, como lo hacíamos hace un siglo, cuando hablábamos de la muerte como de la forma de unirse a "la gran mayoría de un mundo no visto". Pero si el punto de partida del secularismo es que esto es todo lo que hay, no hay que sorprenderse de que, conscientemente o no, inviertan el aquí y ahora con muchos mayores poderes de resistencia de los que nunca realmente ha tenido.
La idea de que el progresivo estado de bienestar europeo es el lugar de descanso permanente del desarrollo humano fue siempre idiota; ahora sabemos que lo es, y en forma suicida.
Para evitar el colapso, las naciones europeas tendrán que admitir inmigrantes a una tasa que ninguna sociedad estable ha intentado nunca. La CIA predice que la Unión Europea colapsará hacia el 2020. Dado que la CIA se ha equivocado en casi todo durante medio siglo, eso sugeriría que la Unión Europea está asegurada de ser el coloso del nuevo milenio. Pero inclusive un agente fracasado acierta dos veces por generación.
El dato del colapso de la Unión Europea es, si acaso, un estimado cauteloso. Parece más probable que, dentro de los dos próximos ciclos de elecciones europeas, las contradicciones internas de la Unión Europea se manifestarán en la forma acostumbrada, y que para 2010 estaremos contemplando, cada noche, edificios ardiendo, motines callejeros, y asesinatos en la cadenas de noticias norteamericanas.
Inclusive, si logran evitar eso, la idea de una Europa sin niños rivalizando militar o económicamente con Estados Unidos es risible. En algún momento de este siglo habrá 500 millones de norteamericanos, y lo que quede de Europa será o muy viejo o muy musulmán.
Japón enfrenta el mismo problema. Su población está en declive absoluto, la primera ladera suave de una espiral de muerte de la que es muy improbable que pueda remontarse. ¿Será Japón una central económica si está poblado de coreanos y filipinos? Muy posible. ¿Lo será Alemania si poblada por argelinos? Eso es mucho más difícil...
¿El mejor escenario? El continente terminará como una Viena con tasas de impuesto suecas.
¿El peor escenario? Sharia, alrededor de 2040; semi-Sharia bastante antes, y ya estamos viendo una corriente en esa dirección.
En Julio de 2003, hablando ante el Congreso norteamericano, Tony Blair señaló: "Como lo sabe Inglaterra, todo poder predominante luce por algún tiempo invencible pero, de hecho, es transitorio. La cuestión es: ¿qué dejas atrás?
Excelente pregunta. La Gran Bretaña nunca más esgrimirá el poder incontestable que disfrutó durante su apogeo imperial, pero el legado británico perdura, en un grado u otro, en muchos de los actores claves en el mundo de hoy -Australia, India, Sudáfrica - y en docenas de islas estado del Caribe al Pacífico.
Si alguna vez China toma su lugar como nación avanzada, será porque la República Popular aprende más del Hong Kong británico que lo que Hong Kong aprende del librito rojo. Y, por supuesto, el poder dominante de nuestro tiempo deriva su carácter político de los súbditos británicos del siglo XVIII, que llevaron las ideas inglesas un poco más allá de donde la Madre Patria estaba dispuesta a ir.
Una década y media después de la victoria en la Guerra Fría y el triunfalismo del "fin de la historia", la cuestión de "¿qué dejamos atrás?" es más urgente de lo que la mayoría de nosotros esperaba. "El Occidente", como concepto está muerto, y como cuestión de hecho demográfico, está muriendo.
¿Cómo serán Londres, o París, o Ámsterdam, a mediados de los 2030? Si los políticos europeos no hacen esfuerzos serios durante esta década para destetar al populacho de sus insostenibles semanas de 35 horas, retiro a los 60, etc., entonces, para mantener los actuales niveles de pensiones y beneficios de salud, la Unión Europea necesitará importar tantos trabajadores de Africa del Norte y el Medio Oriente, que estará bien en camino hacia una mayoría islámica para el 2035.
Como están las cosas, los musulmanes son hoy la primera fuente de crecimiento de población en las ciudades inglesas. ¿Puede una nación hacerse crecientemente islámica en su carácter demográfico sin hacerse crecientemente islámica en su carácter político?
Esto debiera ser la cuestión izquierdista. Soy conservador- no estoy enteramente de acuerdo con el programa islámico en cuanto a decapitar sodomitas se refiere y todo lo demás, pero estoy de acuerdo en que Britney Spears se viste como una mujerzuela: en eso estoy con los talibanes.
¿Por qué pues, si su gran tema es el feminismo, o el aborto, o el matrimonio homosexual, está usted tan seguro de que el culto a la tolerancia prevalecerá una vez que la mayoría demográfica en su sociedad es alegremente intolerante? ¿Quiénes, después de todo, serán las primeras víctimas de las tasas de nacimiento colapsadas en Occidente?
Aún si se adoptara la posición optimista de que Europa será capaz de resistir la creciente imposición del Sharia que actualmente envuelve a Nigeria, queda el caso de que el mundo musulmán no se destaca por darle mucha oportunidad al "derecho de la mujer a escoger", en ningún sentido.
Yo vi la gran manifestación por el aborto en Washington en 2004, donde Ashley Judd y Gloria Steinen fueron aclamadas por mujeres esgrimiendo cartelones de "Aparta a Bush de mi cuerpo", y pensé que era el equivalente de una reunión para tomar té en la Rusia Blanca de 1917.
Dando prioridad al "derecho a la mujer para escoger", las mujeres occidentales están entregando sus sociedades en manos de gente más patriarcal que un padre de las comedias de 1950. Si alguna de esas mujeres manifestándose por sus "derechos reproductivos" todavía tienen niños, les agradaría reflexionar sobre realidades demográficas. Es sumamente improbable que una niñita que nazca hoy pueda pavonearse, cuando tenga 40 años, en manifestaciones del París o Ámsterdam eurábicos, cantando "fuera las manos de mi cuerpo".
Justo antes de la elección de 2004, la eminente analista política Cameron Díaz apareció en el programa de Oprah Winfrey para explicar lo que estaba en juego.
"Las mujeres tienen tanto que perder. Quiero decir, pudiéramos perder el derecho a nuestros cuerpos. Si usted piensa que la violación deba ser legal, entonces no vote. Pero si usted cree que usted tiene un derecho a su cuerpo", le aconsejó a los espectadores de Oprah, "entonces usted debe votar"
Pobre Cameron. Un par de semanas más tarde, la gente asustada ganó. Ella perdió todos los derechos sobre su cuerpo. A diferencia de Alex Baldwin, no pudo ni irse a vivir a Francia.
Pero después de rotular la elección presidencial como un referendo al derecho a la violación, Cameron Díaz pudiera estar interesada en saber que la espera en el futuro.
En su libro "La Cuna Vacía", Philip Longman pregunta: "¿De dónde vendrán los niños del futuro? En forma creciente vendrán de gente que está en conflicto con el mundo moderno. Tal tendencia, de mantenerse, pudiera conducir la cultura humana fuera de su curso orientado por el mercado, individualista, modernista, creando gradualmente una cultura anti-mercado, dominada por el fundamentalismo: una nueva Edad de las Tinieblas".
Conclusión para Cameron Diaz: Hay por ahí cosas peores que John Ashcroft.
Hay que reconocer el punto de Longman. Los reflejos de los liberales occidentales hacen que siempre que se formule la pregunta de si dentro de dos o tres generaciones habrá algunos italianos viviendo en la zona geográfica marcada como Italia, ellos griten "¡racismo!
" Por supuesto que preocuparse sobre que porción de la población será "blanca" es grotesco e inapropiado. Pero no es cuestión de raza, sino de cultura. Si el 100% de su población cree en la democracia liberal pluralista, no importa que el 70% sea "blanca" o sólo lo sea el 5%. Pero si una parte de su población cree en la democracia liberal pluralista y la otra no, entonces es una cuestión importante si la parte que lo cree es un 90%, o sólo un 60%, 50% o 45%.
Desde que el Presidente anunció la llamada "Doctrina Bush" -el plan de promover la libertad a través del mundo árabe- innumerables "progresistas" han afirmado, rutinariamente, que no hay evidencia de que los musulmanes quieran libertad y que, en verdad, el islamismo es incompatible con la democracia.
De ser así, no es un problema para el Oriente Medio de hoy sino para la Europa de pasado mañana. De acuerdo con una encuesta hecha en 2004, más del 60% de los musulmanes en Inglaterra quiere vivir bajo el Sharia - en Inglaterra. Si "una población en conflicto con el mundo moderno" es el más acelerado grupo procreador del planeta -si hay más naciones islámicas, más musulmanes fundamentalistas dentro de esas naciones, más y más musulmanes dentro de las naciones no-musulmanas, y más y más musulmanes representados en más y más instituciones transnacionales
-¿cuán segura es una apuesta sobre la supervivencia del "mundo moderno"? No muy buena. "¿Qué deja usted atrás?" preguntó Tony Blair.
Habrá muy pocos y muy viejos alemanes, franceses e italianos a mediados de este siglo. ¿Que dejarán atrás? ¿Territorios que portarán sus nombres y mantengan algunos de sus viejos edificios? ¿O entenderán las moribundas razas europeas que el único legado que importa es si los pueblos que vivirán en esas tierras después de ellos van a compartir la democracia pluralista, liberal?
Es la demografía, estúpido. Si pueden conseguir la voluntad de cambiar de curso, entonces "¿Qué deja usted atrás?" es la única pregunta que importa"
martes, 11 de noviembre de 2008
¿ los últimos días de España? Joseph Stove
Asunto: Síntomas muy claros de la muerte de España.
¿Los últimos días de España?
Por Joseph Stove Colaboraciones nº 2407 22 de Septiembre de 2008
En 2007, el prestigioso escritor de la posguerra europea Walter Laqueur publicó The Last Days of Europe, un lúcido estudio sobre las causas de la decadencia europea. El libro no ha sido publicado todavía en España, donde la corrección política se impone.
Laqueur trata de dar respuesta a la cuestión de qué ocurre en una sociedad cuando bajos índices de natalidad sostenidos, envejecimiento, se juntan con una inmigración incontrolada. El autor cree que Europa, dada su debilidad, jugará, en el futuro, un modesto papel en los asuntos mundiales, a la vez que muestra su certeza de que será algo más que un museo de pasadas gestas culturales, para el solaz de turistas asiáticos. Por supuesto que España no se escapa de su agudo análisis y deja constancia de su role en el "landslide" europeo.
El contexto sociocultural que expone Laqueur, es motivo para reflexionar sobre las singularidades que aquejan a España y que no comparte con ningún país de Europa, lo que su hace de su situación algo particularmente grave:
- En España, a los 30 años de aprobarse una constitución democrática, el modelo de estado sigue sin cerrase, lo que se ha traducido en una dinámica de descomposición. En un arrebato de originalidad se puso en práctica un modelo excepcional en el constitucionalismo comparado: se inventó el "estado de las autonomías". Su materialización ha consistido en ir desposeyendo, paulatinamente y sin pausa, al Estado de sus competencias, creando a la vez fronteras interiores basadas en exclusivismos artificiales y en diferentes niveles de bienestar.
- España es el único país de Europa con un terrorismo propio, de carácter secesionista, donde sus miembros y simpatizantes están en las instituciones del estado y reciben ayuda de los presupuestos públicos.
- En España, se relativiza, o se niega el concepto de nación, impulsado por un "status" de idiocia política que permite la puesta en manos de exiguas minorías independentistas resortes políticos que cualquier estado con un mínimo sentido de la supervivencia no osaría considerar, ni tan siquiera en tono de broma, su transferencia a las regiones. Ejemplo: la educación.
- Y, sobre todo, existe un hecho de enorme importancia social: el pueblo español cree que vive en una democracia consolidada. Las "élites" políticas españolas trasmitieron al pueblo que se había terminado con éxito la "transición política" y que todos se habían convertido en "demócratas de toda la vida". Se había conseguido un hecho espectacular, lo que otras naciones habían tardado siglos en alcanzar, España lo había conseguido en una década prodigiosa. Se instaló en la opinión pública la certeza que era madura y estaba bien informada, que había una clase política experta y con sentido de estado, que funcionaba la separación de poderes y actuaba como la fortaleza de la democracia, dado el vigor y prestigio de sus instituciones. Todo era una falacia.
Un largo periodo de crecimiento económico y bienestar material enmascaró durante años la metástasis que corroía el cuerpo nacional. El fin de los sueños se produjo el 11 de marzo de 2004. Un ataque, posiblemente por parte de un actor no estatal, en forma de acción terrorista, iba a poner de manifiesto la enfermedad terminal que aquejaba a España. La sociedad lo encajó como un "atentado", un hecho al que estaba acostumbrada por las innumerables acciones de ETA y que tenía su liturgia particular. Empieza con el estupor e indignación, sigue con las condenas, las manos blancas a continuación y, después, el olvido, hasta el siguiente.
Pero esta vez, el ataque era de carácter "apocaliptico", no era "selectivo" como los anteriores. Tenía un objetivo claro, destruir España como actor estratégico. Los casi doscientos muertos y los cientos de heridos, efecto material del ataque, sólo eran el catalizador para alcanzar los efectos estratégicos, los terroristas habían finalizado su trabajo. Los creadores de opinión pública y la puesta en práctica de una política diferente se encargarían de materializar esos efectos. El pueblo español se encogió. No había sido casual que España fuese elegida como blanco. La debilidad de sus instituciones y la vulnerabilidad de su opinión pública, la hacían pieza adecuada para asestar un duro golpe al mundo occidental, suprimiendo a uno de sus peones.
A partir del 11 de marzo de 2004, España desapareció como actor estratégico y se volvió hacia si misma, como había hecho en los dos siglos anteriores. Una ola de "catetismo" invadió el país. La fabricación de "diferencias" entre regiones se acentuó, "la España plural", a la vez que la Constitución se adaptaba convenientemente a las circunstancias. Se apeló a la "memoria histórica", como si de la Guerra Civil al posmodernismo de principios del siglo XXI no hubiese ocurrido nada, y se articuló una política de "ampliación de derechos" que no era más que ingeniería social, al más puro estilo orwelliano.
El 11 de marzo de 2004 se convirtió en fecha incómoda. La sociedad española no consideró la acción terrorista un ataque a su integridad, sólo una retribución por una errónea política exterior. Cualquier estado moderno que sufriese una agresión semejante habría empleado los resortes adecuados para conocer quien promovió el ataque y a quien beneficiaba, en el ámbito internacional, para actuar en consecuencia. Pero a una sociedad que se le había inoculado el "no a la guerra", no podía concebir que alguien emplease la violencia organizada para alcanzar fines políticos. La solución fue aplicar el procedimiento penal, aunque era, a todas luces, insuficiente. La "verdad judicial" aclararía el hecho. Hoy se conoce dicha verdad, pero poco se sabe de quien ordenó el ataque y a quien benefició en el ámbito internacional. La opinión pública, dirigida por su clase política y por los medios de comunicación, olvida.
Como señala Laqueur, Europa esta enferma. El bajo nivel de natalidad y una inmigración descontrolada, es un cóctel letal para el ser europeo y para cualquier sociedad. España sufre esa enfermedad y, además, su propia deriva centrífuga, que puede acelerarse al ampliarse las desigualdades sociales por la crisis económica. Su sociedad está enferma y su mediocre clase política es incapaz de encontrar el tratamiento adecuado ya que, sin excepciones, se embarca en una huida hacia delante, alabando el "estado de las autonomías" y evitando las referencias éticas.
Si no se reacciona, todo hace indicar que The last days of Spain precederán a los del resto de Europa.
¿Los últimos días de España?
Por Joseph Stove Colaboraciones nº 2407 22 de Septiembre de 2008
En 2007, el prestigioso escritor de la posguerra europea Walter Laqueur publicó The Last Days of Europe, un lúcido estudio sobre las causas de la decadencia europea. El libro no ha sido publicado todavía en España, donde la corrección política se impone.
Laqueur trata de dar respuesta a la cuestión de qué ocurre en una sociedad cuando bajos índices de natalidad sostenidos, envejecimiento, se juntan con una inmigración incontrolada. El autor cree que Europa, dada su debilidad, jugará, en el futuro, un modesto papel en los asuntos mundiales, a la vez que muestra su certeza de que será algo más que un museo de pasadas gestas culturales, para el solaz de turistas asiáticos. Por supuesto que España no se escapa de su agudo análisis y deja constancia de su role en el "landslide" europeo.
El contexto sociocultural que expone Laqueur, es motivo para reflexionar sobre las singularidades que aquejan a España y que no comparte con ningún país de Europa, lo que su hace de su situación algo particularmente grave:
- En España, a los 30 años de aprobarse una constitución democrática, el modelo de estado sigue sin cerrase, lo que se ha traducido en una dinámica de descomposición. En un arrebato de originalidad se puso en práctica un modelo excepcional en el constitucionalismo comparado: se inventó el "estado de las autonomías". Su materialización ha consistido en ir desposeyendo, paulatinamente y sin pausa, al Estado de sus competencias, creando a la vez fronteras interiores basadas en exclusivismos artificiales y en diferentes niveles de bienestar.
- España es el único país de Europa con un terrorismo propio, de carácter secesionista, donde sus miembros y simpatizantes están en las instituciones del estado y reciben ayuda de los presupuestos públicos.
- En España, se relativiza, o se niega el concepto de nación, impulsado por un "status" de idiocia política que permite la puesta en manos de exiguas minorías independentistas resortes políticos que cualquier estado con un mínimo sentido de la supervivencia no osaría considerar, ni tan siquiera en tono de broma, su transferencia a las regiones. Ejemplo: la educación.
- Y, sobre todo, existe un hecho de enorme importancia social: el pueblo español cree que vive en una democracia consolidada. Las "élites" políticas españolas trasmitieron al pueblo que se había terminado con éxito la "transición política" y que todos se habían convertido en "demócratas de toda la vida". Se había conseguido un hecho espectacular, lo que otras naciones habían tardado siglos en alcanzar, España lo había conseguido en una década prodigiosa. Se instaló en la opinión pública la certeza que era madura y estaba bien informada, que había una clase política experta y con sentido de estado, que funcionaba la separación de poderes y actuaba como la fortaleza de la democracia, dado el vigor y prestigio de sus instituciones. Todo era una falacia.
Un largo periodo de crecimiento económico y bienestar material enmascaró durante años la metástasis que corroía el cuerpo nacional. El fin de los sueños se produjo el 11 de marzo de 2004. Un ataque, posiblemente por parte de un actor no estatal, en forma de acción terrorista, iba a poner de manifiesto la enfermedad terminal que aquejaba a España. La sociedad lo encajó como un "atentado", un hecho al que estaba acostumbrada por las innumerables acciones de ETA y que tenía su liturgia particular. Empieza con el estupor e indignación, sigue con las condenas, las manos blancas a continuación y, después, el olvido, hasta el siguiente.
Pero esta vez, el ataque era de carácter "apocaliptico", no era "selectivo" como los anteriores. Tenía un objetivo claro, destruir España como actor estratégico. Los casi doscientos muertos y los cientos de heridos, efecto material del ataque, sólo eran el catalizador para alcanzar los efectos estratégicos, los terroristas habían finalizado su trabajo. Los creadores de opinión pública y la puesta en práctica de una política diferente se encargarían de materializar esos efectos. El pueblo español se encogió. No había sido casual que España fuese elegida como blanco. La debilidad de sus instituciones y la vulnerabilidad de su opinión pública, la hacían pieza adecuada para asestar un duro golpe al mundo occidental, suprimiendo a uno de sus peones.
A partir del 11 de marzo de 2004, España desapareció como actor estratégico y se volvió hacia si misma, como había hecho en los dos siglos anteriores. Una ola de "catetismo" invadió el país. La fabricación de "diferencias" entre regiones se acentuó, "la España plural", a la vez que la Constitución se adaptaba convenientemente a las circunstancias. Se apeló a la "memoria histórica", como si de la Guerra Civil al posmodernismo de principios del siglo XXI no hubiese ocurrido nada, y se articuló una política de "ampliación de derechos" que no era más que ingeniería social, al más puro estilo orwelliano.
El 11 de marzo de 2004 se convirtió en fecha incómoda. La sociedad española no consideró la acción terrorista un ataque a su integridad, sólo una retribución por una errónea política exterior. Cualquier estado moderno que sufriese una agresión semejante habría empleado los resortes adecuados para conocer quien promovió el ataque y a quien beneficiaba, en el ámbito internacional, para actuar en consecuencia. Pero a una sociedad que se le había inoculado el "no a la guerra", no podía concebir que alguien emplease la violencia organizada para alcanzar fines políticos. La solución fue aplicar el procedimiento penal, aunque era, a todas luces, insuficiente. La "verdad judicial" aclararía el hecho. Hoy se conoce dicha verdad, pero poco se sabe de quien ordenó el ataque y a quien benefició en el ámbito internacional. La opinión pública, dirigida por su clase política y por los medios de comunicación, olvida.
Como señala Laqueur, Europa esta enferma. El bajo nivel de natalidad y una inmigración descontrolada, es un cóctel letal para el ser europeo y para cualquier sociedad. España sufre esa enfermedad y, además, su propia deriva centrífuga, que puede acelerarse al ampliarse las desigualdades sociales por la crisis económica. Su sociedad está enferma y su mediocre clase política es incapaz de encontrar el tratamiento adecuado ya que, sin excepciones, se embarca en una huida hacia delante, alabando el "estado de las autonomías" y evitando las referencias éticas.
Si no se reacciona, todo hace indicar que The last days of Spain precederán a los del resto de Europa.
lunes, 3 de noviembre de 2008
¿ Derrumbe del liberalismo?.Óscar Elía
¿Derrumbe del liberalismo?
LA VERDADERA CRISIS
NO ES ECONÓMICA
POR ÓSCAR ELÍA
Época, semana del 24 al 30 de octubre
EL libre mercado es el mejor sistema económico de la historia; el régimen constitucional-pluralista occidental, el mejor régimen político posible. Ambos son preferibles, no por sus extraordinarios resultados -fácilmente constatables con sólo compararlos con sus alternativas-, sino por una circunstancia más modesta, pero más importante: son los que mejor se adaptan a la naturaleza del hombre, ser racional y libre abocado a elegir, a acertar, a equivocarse, a caerse, a levantarse y a volverse a caer. El liberalismo no es ninguna ganga. Es simplemente el más humano de los regímenes posibles.
Es, además, un pequeño milagro histórico, fruto de la depuración de ideas y valores propiamente occidentales. A la filosofía griega debe el liberalismo el ansia por un discurso racional riguroso y ordenado; al derecho romano el respeto incondicional a la ley v al derecho: al cristianismo el carácter sagrado del ser humano y de su conciencia. Actitudes, valores y principios claros, rotundos e inviolables, de los cuales surgen el liberalismo, la democracia y el parlamentarismo. Pero esta constatación tiene una consecuencia práctica: cuando estos presupuestos intelectuales y morales se socavan, lo hace el régimen político que de ellos se deriva.
Hoy los economistas discuten las causas y las consecuencias de la crisis financiera. Pero si buscamos más allá, más que ante una crisis económica, el panorama presenta todos los síntomas de una fractura civilizacional que afecta a las sociedades occidentales en general y a las europeas en particular, y de la que esta crisis es la más aguda de sus manifestaciones. Nuestras sociedades muestran -en lo estratégico, educativo, cultural o artístico un aspecto desolador y decadente a duras penas escondido tras la opulencia y el bienestar material.
Este crash cultural se caracteriza primero por una grave crisis intelectual, con una tiranía relativista que persigue y desprecia las verdades, los principios intelectuales y el discurso racional. De esto se deriva una profunda crisis moral que ha convertido a los occidentales en subjetivistas sin escrúpulos, seres que niegan explícitamente cualquier valor o principio moral que les obligue más allá de sus necesidades, impulsos y apetitos.
Escepticismo intelectual y relativismo moral. He aquí el cáncer de nuestras sociedades. Su metástasis se ha extendido, y ahora vemos las consecuencias. Si no se cree en la existencia de cosas verdaderas y cosas falsas, comportamientos buenos y comportamientos malos, la crisis cívica está servida: ¿para qué decir la verdad a los ciudadanos?, ¿para qué explicarla?, ¿para qué exigirla?, ¿para qué ser honrado si resulta contraproducente?, ¿por qué exigirlo?, ¿para qué ser responsable cuando viene mal?, ¿para qué exigirlo si no viene bien?
Nuestras sociedades son sociedades irresponsables. Los ciudadanos evitan hacerse cargo de sus decisiones hasta en el ámbito más personal, lo mismo que las empresas y las instituciones públicas. La sociedad occidental se comporta como un niño malcriado, incapaz de hacerse cargo de sus actos y de sus consecuencias. Exige que sean otros los que solucionen sus problemas y evita pensar en estos siempre que sea posible. Además, rechaza su propio pasado, su tradición y sus principios éticos e intelectuales. No hay sistema político o económico que aguante algo así, porque no hay sociedad sana que lo haga.
Una sociedad abandonada al relativismo y a la pereza intelectual y moral tenía que llegar a una crisis así. Prosperar trabajando duramente ha sido considerado una pérdida de tiempo. Cumplir la ley, si es posible saltársela, también. El esfuerzo, la honradez, la integridad y la ética del trabajo se consideran algo conservador y arcaico. El cálculo riguroso y referido a valores y principios, una muestra de intolerancia. La preocupación por las consecuencias y los actos propios, una pérdida de tiempo.
Razonando así, se erosionan todos los principios liberales y aún occidentales de nuestras sociedades. La inyección de millones de euros de unas instituciones huérfanas de liderazgo es en verdad la de toneladas de irresponsabilidad para sepultar un problema que no es de liquidez monetaria, sino de salud moral y cultural. Esta es la crisis que debe preocuparnos, porque además no se resolverá fácilmente, y traerá consigo otras manifestaciones en el futuro, tanto económicas como sociales, estratégicas o institucionales.
LA VERDADERA CRISIS
NO ES ECONÓMICA
POR ÓSCAR ELÍA
Época, semana del 24 al 30 de octubre
EL libre mercado es el mejor sistema económico de la historia; el régimen constitucional-pluralista occidental, el mejor régimen político posible. Ambos son preferibles, no por sus extraordinarios resultados -fácilmente constatables con sólo compararlos con sus alternativas-, sino por una circunstancia más modesta, pero más importante: son los que mejor se adaptan a la naturaleza del hombre, ser racional y libre abocado a elegir, a acertar, a equivocarse, a caerse, a levantarse y a volverse a caer. El liberalismo no es ninguna ganga. Es simplemente el más humano de los regímenes posibles.
Es, además, un pequeño milagro histórico, fruto de la depuración de ideas y valores propiamente occidentales. A la filosofía griega debe el liberalismo el ansia por un discurso racional riguroso y ordenado; al derecho romano el respeto incondicional a la ley v al derecho: al cristianismo el carácter sagrado del ser humano y de su conciencia. Actitudes, valores y principios claros, rotundos e inviolables, de los cuales surgen el liberalismo, la democracia y el parlamentarismo. Pero esta constatación tiene una consecuencia práctica: cuando estos presupuestos intelectuales y morales se socavan, lo hace el régimen político que de ellos se deriva.
Hoy los economistas discuten las causas y las consecuencias de la crisis financiera. Pero si buscamos más allá, más que ante una crisis económica, el panorama presenta todos los síntomas de una fractura civilizacional que afecta a las sociedades occidentales en general y a las europeas en particular, y de la que esta crisis es la más aguda de sus manifestaciones. Nuestras sociedades muestran -en lo estratégico, educativo, cultural o artístico un aspecto desolador y decadente a duras penas escondido tras la opulencia y el bienestar material.
Este crash cultural se caracteriza primero por una grave crisis intelectual, con una tiranía relativista que persigue y desprecia las verdades, los principios intelectuales y el discurso racional. De esto se deriva una profunda crisis moral que ha convertido a los occidentales en subjetivistas sin escrúpulos, seres que niegan explícitamente cualquier valor o principio moral que les obligue más allá de sus necesidades, impulsos y apetitos.
Escepticismo intelectual y relativismo moral. He aquí el cáncer de nuestras sociedades. Su metástasis se ha extendido, y ahora vemos las consecuencias. Si no se cree en la existencia de cosas verdaderas y cosas falsas, comportamientos buenos y comportamientos malos, la crisis cívica está servida: ¿para qué decir la verdad a los ciudadanos?, ¿para qué explicarla?, ¿para qué exigirla?, ¿para qué ser honrado si resulta contraproducente?, ¿por qué exigirlo?, ¿para qué ser responsable cuando viene mal?, ¿para qué exigirlo si no viene bien?
Nuestras sociedades son sociedades irresponsables. Los ciudadanos evitan hacerse cargo de sus decisiones hasta en el ámbito más personal, lo mismo que las empresas y las instituciones públicas. La sociedad occidental se comporta como un niño malcriado, incapaz de hacerse cargo de sus actos y de sus consecuencias. Exige que sean otros los que solucionen sus problemas y evita pensar en estos siempre que sea posible. Además, rechaza su propio pasado, su tradición y sus principios éticos e intelectuales. No hay sistema político o económico que aguante algo así, porque no hay sociedad sana que lo haga.
Una sociedad abandonada al relativismo y a la pereza intelectual y moral tenía que llegar a una crisis así. Prosperar trabajando duramente ha sido considerado una pérdida de tiempo. Cumplir la ley, si es posible saltársela, también. El esfuerzo, la honradez, la integridad y la ética del trabajo se consideran algo conservador y arcaico. El cálculo riguroso y referido a valores y principios, una muestra de intolerancia. La preocupación por las consecuencias y los actos propios, una pérdida de tiempo.
Razonando así, se erosionan todos los principios liberales y aún occidentales de nuestras sociedades. La inyección de millones de euros de unas instituciones huérfanas de liderazgo es en verdad la de toneladas de irresponsabilidad para sepultar un problema que no es de liquidez monetaria, sino de salud moral y cultural. Esta es la crisis que debe preocuparnos, porque además no se resolverá fácilmente, y traerá consigo otras manifestaciones en el futuro, tanto económicas como sociales, estratégicas o institucionales.
viernes, 17 de octubre de 2008
FUTURO IMPERFECTO 4 .Continuación (escenarios de la ctástrofe)
Los escenarios de la catástrofe
He aquí lo que preveo. Estos pronósticos pueden revelarse justos, al menos aproximadamente. Retengamos tres escenarios, un primero "suave", un segundo "duro" y un tercero "muy duro". Partamos del principio, probable, que la gran crisis, salida de la convergencia de las líneas de catástrofes, se producirá entre 2010 y 2020. Estas fechas parecen cercanas, pero sufrimos actualmente una considerable aceleración de los acontecimientos y modificaciones históricas.
1°) El escenario suave
En dos o tres años, la economía europea se hunde y entra en una severa recesión. Está minada por los siguientes factores: el endeudamiento colosal de los Estados (situación "a la Argentina"), el peso considerable de las jubilaciones y asignaciones de paro y enfermedad que impiden las inversiones, la fuga de los jóvenes empresarios fuera del Continente, las presiones fiscales insoportables, la reducción de la calidad de la mano de obra, la desindustrialización y la deslocalización que se aceleran. Francia es el país más afectado. El paro real alcanza un 20% y el nivel de vida general baja en dos años de 30 %. La crisis en Europa sobrepasa en amplitud el de 1929.
A esto se añade una presión migratoria cada vez más fuerte, que la Unión Europea es incapaz de controlar, una criminalidad que no está ya controlada, la explosión de los guetos y las zonas-refugio para las clases afortunadas. Desbordadas las fuerzas del orden, hacen frente una "guerra civil rampante". Atentados islamistas se vuelven repetitivos, pero ningún "gigaterrorismo" se produce. Por todas partes, los electorados musulmanes se ponen a votar por sus propias listas "étnicas" que eligen un número cada vez mayor de representantes, por las exigencias comunitarias crecientes. El Islam se convierte en la primera religión practicada. En frente, los partidos nacionalistas autóctonos y de "extrema-derecha" crecen inexorablemente."
La entrada de nuevos miembros - y de Turquía - en la Unión Europea vuelve a esta última inoperante, ingobernable, y se encuentra a bordo del estallido. Sin embargo, aunque dramático, la situación no alcanza el punto de ruptura. El sistema dura y se adapta la nueva situación.
Simplemente, la Unión Europea se convierte muy simplemente en un país del tercer mundo, en el cual la esperanza de vida media comienza bajar lentamente, donde la recesión del PIB y del nivel de vida se acrecienta año tras año, donde la crisis política es permanente y lo inseguridad mucho peor que hoy día. La catástrofe, o basculamiento de situación en el caos, no tiene (aún) lugar.
Esta depresión de Europa y de su economía tiene evidentemente un impacto muy negativo en el resto de la economía mundial que, sin embargo, no entra en recesión sino que continua creciendo - sin embargo muy lentamente - gracias, en particular, a la locomotora asiática, sobre todo china.
Pero la situación del planeta no es brillante ya que de otras crisis se agravan cuyos efectos se reflejan los unos sobre otros :
1) Las catástrofes climáticas conocen una impresionante aceleración ir de 2010, en relación con los países del Sur sobre todo, a las cuales se añaden hambres recurrentes, y la progresión de las epidemias, sobre todo el SIDA, que prosigue sus devastaciones más bellas.
2) El fundamentalismo islámico se instala en un número creciente de países; el Oriente Medio abarcado y entrado en un estado de guerra total, envenenando todas las relaciones internacionales; atentados muy carniceros (del tipo Madrid) tienen lugar varias veces al año, afectando los EE.UU, Europa y algunos países musulmanes en estado de guerra civil.
3) África negro se inserta en la anarquía, las guerras y las recesiones económicas ante una ONU cada vez más impotente.
Pero, a escala mundial como a los planes franceses y europeo, la cuerda no rompe. La situación, aunque gravísima, permanece bajo control. Una situación de crisis generalizada duradera se instala. La civilización actual se mantiene, en el dolor, pero resiste. El hundimiento se teme, pero se rechaza a las calendas griegas. El siglo XXI prosigue a su camino hipócrita. Sin embargo, el crecimiento demográfico de la población planetaria conoce un serio frenazo, a causa de la progresión generalizada de la mortalidad.
La fragilidad de este inmenso conjunto patituerto no es tan grande que pueda precipitar su caída. En 2020, el peor se evita, por el momento... Con todo, ninguna medida seria se toma, ninguna lección se extrae. El destino concede la tragedia un acto de más...
2°) El escenario "duro"
Los mismos elementos y los mismas causas que los mencionados en la situación anterior están en causa, pero se producen más brutalmente y su secuencia, su concomitancia tienen consecuencias mucho más severas.
Algunos ejemplos: la recesión económica europea es mucho más severa que anteriormente: el nivel de vida cae en algunos años el 50%. El límite máximo alcanzado por la guerra civil étnica en varios países de Europa no es ya "rampante", sino honesto y abierto. En todo el mundo, los conflictos implicando el Islam alcanzan una intensidad dramática. Las escaseces de petróleo, el agotamiento de las reservas agrícolas y alimentarías comienzan seriamente hacerse sentir. Todos los parámetros siguen siendo los mismos, pero se agravan. El abrasamiento Oriente Medio toma proporciones dramáticas. Guerras nucleares localizadas han estallado; los giga- atentados han conocido varios episodios nucleares. Las epidemias, las hambres, los choques climáticos se encadenan.
Se asiste una desestabilización psicológica de la humanidad que, hasta en el inconsciente colectivo, tiene efectos devastadores. La humanidad baja los brazos, en estado de entorpecimiento. Ningún cambio voluntario tiene lugar y se instala una clase de "caos que se arrastra", pero de caos dominado.
El sistema global de la civilización mundial para el golpe, pero una metamorfosis radical se produce, sin que se trate de una ruptura fractal. En algunos años, la situación se vuelve la siguiente:
La Unión Europea desaparece pura y simplemente, convertida en completamente ingobernable. Europa se organiza como una especie de calidoscopio neomedieval, extremadamente borroso, aunque en teoría la existencia jurídica de los Estados-nación subsiste siempre. Se crean zonas islamizadas en las Repúblicas autónomas, lo mismo que espacios hiperprotegidos reservados a los ricos autóctonos. Los conflictos son incesantes, pero no sobrepasan un umbral tolerable. El nivel de vida de los habitantes de Europa sigue lentamente reduciéndose, pero una clase minoritaria afortunada se mantiene.
El sistema global llega a sobrevivir. La Bolsa funciona siempre. La ley de la adaptación juega. Se vive en las ruinas o en las semiruinas del Antiguo mundo, pero finalmente se vive aún. El nivel tecno -científico disminuye, no obstante no de manera drástica. Sin embargo, no se habla ya "progreso" tecnológico.
El empobrecimiento alcanza, a escala planetaria, niveles los astronómicos; sobre todo en el tercer mundo. La población humana disminuye bastante rápidamente, lo mismo que las emisiones contaminantes (pero es demasiado tarde) a causa de la regresión económica gigante. A escala internacional, guerras locales, macroatentados, enganches incesantes con el Islam suceden sin respiro.' El movimiento de democratización del mundo se interrumpe.
3°) El escenario "muy duro"
Es el que, a mi juicio, tiene más el de oportunidades de ocurrir. Es quizá por otra parte el más deseable...
La ruptura fractal se produce, la cuerda rompe. El edificio de la civilización mundial no pudo resistir. Los factores precedentemente descritos conocen una intensidad aún más acentuada, sobre todo en el ámbito climático donde una ruptura cataclísmica se produce hacia 2015. Como un juego de dominós todo se aplasta. El cambio ocurre entre 2010 y 2020, pero el naufragio tarda diez años en cumplirse. En 2030, el estado del planeta no tiene ya nada ver con lo que estaba previsto por los "expertos" y los científicos autorizados de hoy.
1) La población mundial se reduce drásticamente. Pasa de algo más de seis mil millones a mil millones y sigue declinando a gran velocidad. Las causas son simples el hundimiento de los suministros alimentarios y de agua potable, así como el final del acceso a los medicamentos debido al cese de las industrias farmacéuticas y estructuras médicas.' En medio del siglo XXI la especie humana se estabiliza en algo menos de 300 millones de humanos.' Todo pasa como si la humanidad hubiera servido de variable de ajuste para pasar de un sistema no viable hacia un sistema viable. África es el continente más afectado por la despoblación. Encuentra su nivel de asentamiento de antes de la colonización.
La humanidad (ley de los ciclos) se encuentra propulsada en la "situación de equilibrio" que conocía desde hace numerosos siglos.
2) Los supervivientes huyen de las ciudades y las megalópolis en masa, cuyos edificios, invadidos por la vegetación, comienzan a deteriorarse, donde ya no subsisten más que bandas, que operan razzias en los campos. En estos últimos, donde el remanente de la población se refugió, se vive de agricultura de subsistencia y de artesanía.
3) En efecto, todas las industrias se han detenido. La fantástica y brutal regresión técnica comienza y que no hace más que acentuarse puesto que no hay más de transmisión posible de los conocimientos.
Tres tipos de "niveles de civilización" se observan: en primer lugar, zonas (esencialmente en el actual tercer mundo) donde se vuelve de nuevo al neolítico, con una economía agrícola primitiva; a continuación otras zonas - por ejemplo en Europa y en los antiguos países desarrollados - donde se retorna a la situación de la primer Edad media (del VI al X siglo); finalmente islotes de subsistencia (de los cuales no es posible prever el sitio algunas décadas antes de la Catástrofe) que conservan, levantadas barricadas, una parte de los acervos técnicos de la antigua civilización.' Se basan en parte en el reciclaje de los gigantescos rechazos dejados por esta última. Pero, dado que necesitan petróleo, no es impensable que se instalen en la proximidad de los lugares actuales de extracción.
Estos islotes de subsistencia mantienen un nivel técnico muy variable, pero que solo supera muy raramente (y no en todas materias) el del principio del siglo XX. Sin embargo probablemente utilizando las últimas tecnologías del siglo XXI, en vigor justo antes del hundimiento, subsiste alguna parte de una "microcivilización" hipertecnológica en el mundo. Estas zonas parte se asemejan "ciudades-Estado" y más bien son dirigidas por dictaduras militares.
4) A nivel político, todos los Estados-nación se hundieron así como las instituciones internacionales. La humanidad conoce - o reencuentra - una situación la vez medieval y tribal.
Los imperativos de subsistencia, protección y depredación son la ley general, por lo tanto la guerra. Pero estas luchas incesantes no ponen ya la Tierra en peligro: las armas de destrucción masiva ABC (atómicas, bacteriológicas, químicas) no existen ya. En la zona A (neolítico), es el reino de las tribus y la vuelta a lo que se conoció desde milenios. En las zonas B y C (véase más arriba), la situación es más compleja. Se crean feudalidades y nuevos relaciones políticos se instauran, bastante similares lo que se vio a principios de la Edad Media. Es, hasta cierto punto, una repetición del pasado, pero según una diferente modalidad, siendo la Historia un eterno retorno "aproximativo '.
5) En el ámbito religioso y espiritual, se asiste una verdadera explosión. El escrito permanece. Las grandes religiones de la' antigua civilización siguen transmitiéndose, pero se modifican y retornan a las fuentes.' El hundimiento, sobre la Tierra entera, de la sociedad de consumo individualista, señala el fin del materialismo y el desarrollo de un espiritualismo. Nuevos cultos, sincretismos nacen, incluidos resurgimientos de los antiguos paganismos. Al hundimiento del ámbito material del antiguo mundo, responde un desarrollo del ámbito espiritual del nuevo mundo, y que no es artificial (como en nuestros días), puesto que corresponde a condiciones de vida extremadamente difíciles, en particular, causa de las condiciones climáticas rigurosas.
Una nueva humanidad está en tren de nacer por todas partes, basada en bases radicalmente nuevas. Lentamente, la ley de la vida se restablece. La Tierra respira. Las contaminaciones cesaron - se respeta el protocolo de Kyoto, en el dolor, al precio de una gigantesca hecatombe humana. Es una victoria de Gaia, la Tierra. Bien seguro, los efectos de las terribles contaminaciones de los siglos XIX, y XX, así como del principio del XXI, siguen haciéndose sentir. Pero la Tierra absorbe y se rehace en salud. Un nuevo Ciclo comienza. ¿Los hombres que sobrevivieron son menos felices o más felices que sus padres y ancestros? Probablemente más.
El final de Ia humanidad actual, predicha por la Tradición
La convergencia de las catástrofes y el final brutal de la presente civilización puede deducid irse de la observación experimental de distintos fenómenos, como acabamos de hacerlo. Pero sería deshonesto no mencionar que varias Tradiciones, de los Druidas a los Tibetanos pasando por la India, parecen haber predicho un hundimiento similar, a escala de la humanidad, y que se había ya visto antes, sin que la historia oficial lo mencione. En todas las antiguas tradiciones, vuelve de nuevo la idea que la humanidad conocía edades sucesivas, marcados por catástrofes. Pero la que corremos el riesgo de vivir sería la más grande.
El indianista Alain Daniélou en El destino del mundo según de la tradición shivaita (Alain Michel, 1985) escribe: "Según la tradición shivaita, desde que la Tierra es habitable, ya existieron varias humanidades. Cada una tuvo su período de gloria, de desarrollo técnico, de saber, luego de decadencia, y encontró su final en un cataclismo. Formamos parte de la séptima humanidad. La Tierra ya conoció a seis humanidades sucesivas que desaparecieron, dejando a la humanidad siguiente algunos rastros de su conocimiento y a veces el recuerdo de su gloria. Después del final de la humanidad actual, la Tierra conocerá siete veces aún especies humanas o similares antes de convertirse en inhabitables. Los todos las especies vivas evolucionan como entidades, individualidades. Tienen su gestación, su infancia, su adolescente, su edad madura, su decadencia. ".
Daniélou marca bien la diferencia entre las humanidades que se suceden, y las civilizaciones sucesivas que cada una conoce en su seno. Cree descifrar en los relatos consagrados de los Puranas, la descripción del final de una humanidad que precedió la nuestra, la los Asuras, de hace 60.000 años, y que se asemeja sorprendentemente lo que la tradición shivaita denomina el Kali- Yuga, esto es la Edad Oscura en la cual estamos y que concluirá en la fase terminal de la humanidad presente. No escaparemos la ley de los ciclos, y la visión lineal y ascendente que la modernidad posee de la historia humana, heredada del cristianismo, no tiene razón de ser.
Daniélou escribió: "la historia de los Asuras es a la vez un relato del pasado y una predicción del futuro. Existe un paralelismo evidente entre los acontecimientos, las concepciones religiosas, las ideologías, las teorías sociales y morales que provocaron la destrucción del Asuras y las que, desde el principio del Kali-Yuga, caracterizan a la humanidad actual y parecen deber conseguir la" catástrofe provocada "que, eventualmente les espera". Daniélou considera que las minorías, hoy, pueden rechazar los antivalores que están perdiendo la humanidad actual, y preparar el renacimiento de nuevos valores vitales "lo que podría permitir algunos cruzar el cataclismo y de participen Edad de Oro de la humanidad futura".
Daniélou, al reflejar fielmente los textos consagrados del Shiva, Vishnu y Linga Purana, da del final de los Asuras un relato que se asemeja extrañadamente lo que podría ser el nuestro, en particular, por lo que se refiere a las causas morales de la decadencia.
Un falso dios (Aryat, o "destructor de la gente piadoso") comienza por "condenar las castas y los deberes de las diversas edades de la vida". Por todas partes se impone el igualitarismo y la no violencia, este última prohibiendo oponerse a los invasores. La decadencia de esta potente humanidad comenzó así, según este texto que es también una predicción de lo que se repetirá: "el número de príncipes y agricultores declina poco a poco. Las clases obreras quieren asignarse el poder real y compartir el conocimiento, las comidas y las camas de los antiguos príncipes. La mayoría de los nuevos jefes es de origen obrero. Persiguieron a los sacerdotes y a los detentadores del conocimiento ". La función económica y mercantil substituye por todas partes a la función espiritual.
El texto sagrado, citado por Daniélou, prosigue: "se matarán los fetos en el vientre de su madre y se asesinarán a los héroes." Los Shudras podrán comportarse como los Brahmanes y los sacerdotes como los obreros. Los ladrones se convertirán en reyes, los reyes serán ladrones. Los dirigentes confiscarán la propiedad y harán un mal uso de ella. Dejarán de proteger al pueblo. La comida ya cocinada se pondrá en venta [... ] . Grupos de bandidos se organizarán en las ciudades y en los campos. Habrá muchas personas desplazados, errante de un país a otro. Los comerciantes harán operaciones deshonestas. Se rodearán con falsos filósofos pretenciosos [ los que, tranquilizadores y mentirosos, intentan encubrir la decadencia, NDA ]. Todo el mundo empleará palabras duras y groseras y no podrá fiarse de nadie. La gente del Kali- Yuga pretenderá ignorar las diferencias de raza y el carácter sagrado del matrimonio, las relaciones de maestro a discípulo, la importancia de los ritos. Los agricultores abandonarán sus trabajos de labores y cosechas para convertirse en obreros no especializados fuera de casta [ ¿alusión la industria agroalimentaria que sustituye a la agricultura? NDA ]. El agua faltará , los frutos serán poco abundantes. Muchos estarán vestidos de harapos, sin trabajo, durmiendo en la tierra, viviendo como los miserables. La gente creerá en teorías ilusorias. Se venerarán falsos dioses en falsos ashrams en los cuales ahora se decretará arbitrariamente ayunos, peregrinajes, penitencias, donaciones de sus bienes, austeridades, en nombre de pretendidas religiones. "
El texto sagrado precisa a continuación que, constatando esta terrible decadencia de la humanidad de los Asuras, el dios Shiva utilizó un arma de fuego" que destruyó toda vida. Los supervivientes, según del mito, huyeron al "mundo Mahar", es decir al mundo extraterrestre Luego, ellos volvieron de nuevo sobre Tierra, después de haber preservado en secreto ciertos elementos del conocimiento de los Asuras, antes de la trasmitirlos a una nueva humanidad... la nuestra. Que hoy día revive exactamente el mismo fin de ciclo. Todo eso se produjo hace 60.000 años...
Bien seguro, tomamos nuestra distancia con este texto consagrado hindú, que puede dar lugar a locos vaticinios. No obstante, no es ni científico, ni honesto despreciar los textos de las antiguas Tradiciones, y de publicar perentoriamente que "los Asuras no han existido nunca ". Ya que todo mito, como lo mostró Mircea Eliade, se basa en una memoria, en una parte de verdad, incluso transfigurada.
Uno de los discípulos de Daniélou y Eliade, Pierre-Émilie Blairon, dirigente de la muy seria revista tradicionalista Roquefavour, duda de la veracidad de la historia oficial y de su arqueología: "Alain Daniélou retoma la hipótesis de todos los especialistas honestos de las civilizaciones antiguas, es decir que es poco probable, desde que el hombre habita nuestro planeta, que deba ser acreditada la tesis lineal de una única humanidad, que arqueólogos, antropólogos, etnólogos, no dejan de retroceder el nacimiento sin sacar las consecuencias. A saber que las tesis oficiales, en su dogmatismo forzado, se niegan admitir la idea misma que decenas, o incluso cientos de civilizaciones, espiritual o técnicamente tan evolucionadas como la nuestra hayan podido aparecer y desaparecer sin dejar trazas o, cuando estos trazas existen, de negarse a tenerlos en cuenta "(Roquefavour, febrero de 2003)."
El mismo autor considera que "la semejanza de las dos decadencias, el de los Asuras y la nuestra, es alucinante. Por ello, podríamos conceder algún crédito a las predicciones de los textos sánscritos que se refieren a la actual humanidad "." Analizando el capítulo 40 del Linga Purana, piensa que esta humanidad actual fallecerá, en tiempo bastante cercano, durante una monstruosa guerra generalizada que no será más que el punto clave de la convergencia de todas las catástrofes en curso, su leitmotiv final. Esta catástrofe terminal será al mismo tiempo una purificación y el tímido principio de una regeneración, según la ley de los ciclos.
He aquí, en efecto, lo que lee en este famoso capítulo 40: "Durante el período de crepúsculo que termina el Kali- Yuga, el justiciero vendrá y matará los malvados. Habrá nacido la dinastía de la Luna. Su nombre es guerra (Samiti). Errará sobre toda la Tierra con un vasto ejército. Destruirá el Mléccha [ Bárbaros de Occidente ] por millares. Destruirá a la gente de baja casta de que se han apoderado del poder real y se exterminará los falsos filósofos, a los criminales y a la gente de sangre mezclada. "
Estos textos sagrados hindúes parecen obviamente que chocan nuestras mentalidades de occidentales. Con todo, no es consecuente silenciarlos.
He aquí ahora lo que Daniélou escrito, en su ensayo antes citado. Todo comentario sería superfluo: "Según la teoría de los ciclos que regulan la evolución del mundo, nos acercamos hoy al final del Kali- Yuga, la edad de los conflictos, de la guerras, de los genocidios, de las malversaciones, de los sistemas filosóficos aberrantes, del desarrollo maléfico del conocimiento que cae en manos irresponsables. Las razas, las castas se mezclan. Todo tiende a nivelarse y la nivelación, en todos los dominios, es el preludio de la muerte. Al final del Kali-Yuga, este proceso se acelera. El fenómeno de la aceleración es uno de las señales de la catástrofe que se aproxima. "
Del caos a la luz
Esta "convergencia de las catástrofes" no debe incitarnos al pesimismo, muy al contrario, sino quizá prepararnos a lo que Daniélou, antes citado, nombraba "la edad de oro de una humanidad futura"; incluso si corremos el riesgo de asistir, por primera vez en nuestra historia, al hundimiento global de una civilización planetaria, con todos los dolores y desamparos que eso supone. ¿Pero cómo no alegrarse del final de un mundo detestable a nivel ético, y corroído por su propio menosprecio de la vida?
Toda civilización es un ciclo, que incluye tres partes una lenta subida, un breve apogeo y una caída brutal. Hasta el presente, este modelo se aplicaba civilizaciones geográficamente separadas - los Egipcios, los Romanos, los Amerindios, etc . Hoy día, por primera vez, se refiérela conjunto de la humanidad; por último, "la primera vez" en el tiempo histórico conocido, ya que, como acabamos de verlo, la Tradición precisa que esta metamorfosis cataclísmica de la humanidad no sería la primera.
Dicho de otra manera, hemos llegado quizá al fin de un ciclo general de la historia humana, historia que se había extraviado en un callejón sin salida, el que vivimos hoy. Estamos seguramente el final de la Edad de hierro, la víspera inminente del caos. Pero de este último, surgirá un nuevo período de la humanidad, quizá espiritualmente superior, desembarazado de los pesos materialistas e individualistas; ello corresponderá a Ia emergencia de una "nueva raza" (al sentido metafísico y no biológico), gracias a la cual la civilización volverá a salir, renacerá sobre fundamentos mucho más estables y éticamente más elevados. ¿ Habrán sido entendidas Las lecciones del gran cataclismo del siglo XXI? Mircea Eliade escribía en Simbolismo del diluvio, Tratado de historia religiones (Payot): "la humanidad desaparece periódicamente en el diluvio o de inundación a causa de sus" pecados "." [... ] Nunca perece definitivamente, sino que ella reaparece bajo una nueva forma, reanudando el mismo destino, esperando el retorno de la misma catástrofe que la reabsorberá en las aguas "" Y en La luna y las aguas, anota: "un diluvio solo destruye porque las ` formas" están usados y agotadas, pero siempre va seguido de una nueva humanidad y de una nueva historia ".
Para parafrasear al poeta Hölderlin, un visionario, entramos en la noche, en la "medianoche del mundo". Estamos en el crepúsculo. Pero después de la prueba de la noche, no podrá surgir sino la mañana, puesto que el sol renace siempre. Sol Invictus.
Ya que el término "catástrofe" no debe ser percibido en el sentido de "Apocalipsis", sino de "transformación" y de "metamorfosis"." No estamos aún en el tiempo de la Muerte. El sol no está presto a apagarse. Simplemente, la humanidad llega un punto crucial de su milenaria historia y debe esperarse un basculamiento hacia el abismo, pero al mismo tiempo un renacimiento, una regeneración, que estará fundada sobre un nuevo tipo humano.
Lo que intenté expresar de manera científica y racional en este libro, es decir esta aceleración objetiva de los síntomas del final de un ciclo, ha sido también percibido por poetas o gente de fe desde hace varios siglos. Aunque estoy muy poco versado en el esoterismo y que mi enfoque de los hechos sea siempre racional y experimental, creo que no es necesario subestimar o descuidar las percepciones intuitivas, las que proceden de un planteamiento irracional, arraigado en otra dimensión.
En todas las grandes "religiones", ya se trate del Islam, del cristianismo, el budismo, los cultos célticos, etc, esta idea, esta intuición difusa que la humanidad iba a dirigirse hacia un cambio global de donde renacería un nuevo ciclo para la entera especie, siempre han estado presentes y profetizadas. Este tiempo, este momento desde tan largo tiempo adivinado, hemos quizá finalmente llegado en el siglo XXI. A una decadencia general, a una tragedia, las que se perfilan hoy día y que habían sido anunciadas desde hace tiempo por lo que se podría llamar las voces de la "tradición", se substituirá otra cosa que es imposible aún describir. Prever la nueva civilización humana es arriesgado y aleatorio; pero lo que es cierto, es que la civilización actual está sobre la pendiente de la muerte y que esta última tomará, antes del medio del siglo XXI, la forma de un cataclismo horrible. Mi diagnóstico es despiadado. Pero cada muerte sucede un nacimiento, una reencarnación.
La desesperación no es de recibo. El final de este mundo es una buena noticia, incluso si se realizará pronto en el desamparo y el dolor. Después de las tinieblas que comienzan, vendrán la luz; la historia humana está lejos terminarse. Prepararse a la catástrofe y al renacimiento, es se transformarse a si mismo desde el interior. La tragedia que se perfila quizá se quiso por lo que se llama Dios o el destino. Nos dominan fuerzas, que no comprendemos y que juegan a los dados con nosotros. Un nuevo mundo arriesga a nacer. El hombre es desesperante, pero desesperar es inhumano. El futuro es apasionante porque es catastrófico. Somos dados en la mano de Dios. ¿Quién es Dios?
Guillame Corvus.
La convergence des catastrophes.
DIE (Difusión Internacional Edition). Paris 2004
Pp191-218
He aquí lo que preveo. Estos pronósticos pueden revelarse justos, al menos aproximadamente. Retengamos tres escenarios, un primero "suave", un segundo "duro" y un tercero "muy duro". Partamos del principio, probable, que la gran crisis, salida de la convergencia de las líneas de catástrofes, se producirá entre 2010 y 2020. Estas fechas parecen cercanas, pero sufrimos actualmente una considerable aceleración de los acontecimientos y modificaciones históricas.
1°) El escenario suave
En dos o tres años, la economía europea se hunde y entra en una severa recesión. Está minada por los siguientes factores: el endeudamiento colosal de los Estados (situación "a la Argentina"), el peso considerable de las jubilaciones y asignaciones de paro y enfermedad que impiden las inversiones, la fuga de los jóvenes empresarios fuera del Continente, las presiones fiscales insoportables, la reducción de la calidad de la mano de obra, la desindustrialización y la deslocalización que se aceleran. Francia es el país más afectado. El paro real alcanza un 20% y el nivel de vida general baja en dos años de 30 %. La crisis en Europa sobrepasa en amplitud el de 1929.
A esto se añade una presión migratoria cada vez más fuerte, que la Unión Europea es incapaz de controlar, una criminalidad que no está ya controlada, la explosión de los guetos y las zonas-refugio para las clases afortunadas. Desbordadas las fuerzas del orden, hacen frente una "guerra civil rampante". Atentados islamistas se vuelven repetitivos, pero ningún "gigaterrorismo" se produce. Por todas partes, los electorados musulmanes se ponen a votar por sus propias listas "étnicas" que eligen un número cada vez mayor de representantes, por las exigencias comunitarias crecientes. El Islam se convierte en la primera religión practicada. En frente, los partidos nacionalistas autóctonos y de "extrema-derecha" crecen inexorablemente."
La entrada de nuevos miembros - y de Turquía - en la Unión Europea vuelve a esta última inoperante, ingobernable, y se encuentra a bordo del estallido. Sin embargo, aunque dramático, la situación no alcanza el punto de ruptura. El sistema dura y se adapta la nueva situación.
Simplemente, la Unión Europea se convierte muy simplemente en un país del tercer mundo, en el cual la esperanza de vida media comienza bajar lentamente, donde la recesión del PIB y del nivel de vida se acrecienta año tras año, donde la crisis política es permanente y lo inseguridad mucho peor que hoy día. La catástrofe, o basculamiento de situación en el caos, no tiene (aún) lugar.
Esta depresión de Europa y de su economía tiene evidentemente un impacto muy negativo en el resto de la economía mundial que, sin embargo, no entra en recesión sino que continua creciendo - sin embargo muy lentamente - gracias, en particular, a la locomotora asiática, sobre todo china.
Pero la situación del planeta no es brillante ya que de otras crisis se agravan cuyos efectos se reflejan los unos sobre otros :
1) Las catástrofes climáticas conocen una impresionante aceleración ir de 2010, en relación con los países del Sur sobre todo, a las cuales se añaden hambres recurrentes, y la progresión de las epidemias, sobre todo el SIDA, que prosigue sus devastaciones más bellas.
2) El fundamentalismo islámico se instala en un número creciente de países; el Oriente Medio abarcado y entrado en un estado de guerra total, envenenando todas las relaciones internacionales; atentados muy carniceros (del tipo Madrid) tienen lugar varias veces al año, afectando los EE.UU, Europa y algunos países musulmanes en estado de guerra civil.
3) África negro se inserta en la anarquía, las guerras y las recesiones económicas ante una ONU cada vez más impotente.
Pero, a escala mundial como a los planes franceses y europeo, la cuerda no rompe. La situación, aunque gravísima, permanece bajo control. Una situación de crisis generalizada duradera se instala. La civilización actual se mantiene, en el dolor, pero resiste. El hundimiento se teme, pero se rechaza a las calendas griegas. El siglo XXI prosigue a su camino hipócrita. Sin embargo, el crecimiento demográfico de la población planetaria conoce un serio frenazo, a causa de la progresión generalizada de la mortalidad.
La fragilidad de este inmenso conjunto patituerto no es tan grande que pueda precipitar su caída. En 2020, el peor se evita, por el momento... Con todo, ninguna medida seria se toma, ninguna lección se extrae. El destino concede la tragedia un acto de más...
2°) El escenario "duro"
Los mismos elementos y los mismas causas que los mencionados en la situación anterior están en causa, pero se producen más brutalmente y su secuencia, su concomitancia tienen consecuencias mucho más severas.
Algunos ejemplos: la recesión económica europea es mucho más severa que anteriormente: el nivel de vida cae en algunos años el 50%. El límite máximo alcanzado por la guerra civil étnica en varios países de Europa no es ya "rampante", sino honesto y abierto. En todo el mundo, los conflictos implicando el Islam alcanzan una intensidad dramática. Las escaseces de petróleo, el agotamiento de las reservas agrícolas y alimentarías comienzan seriamente hacerse sentir. Todos los parámetros siguen siendo los mismos, pero se agravan. El abrasamiento Oriente Medio toma proporciones dramáticas. Guerras nucleares localizadas han estallado; los giga- atentados han conocido varios episodios nucleares. Las epidemias, las hambres, los choques climáticos se encadenan.
Se asiste una desestabilización psicológica de la humanidad que, hasta en el inconsciente colectivo, tiene efectos devastadores. La humanidad baja los brazos, en estado de entorpecimiento. Ningún cambio voluntario tiene lugar y se instala una clase de "caos que se arrastra", pero de caos dominado.
El sistema global de la civilización mundial para el golpe, pero una metamorfosis radical se produce, sin que se trate de una ruptura fractal. En algunos años, la situación se vuelve la siguiente:
La Unión Europea desaparece pura y simplemente, convertida en completamente ingobernable. Europa se organiza como una especie de calidoscopio neomedieval, extremadamente borroso, aunque en teoría la existencia jurídica de los Estados-nación subsiste siempre. Se crean zonas islamizadas en las Repúblicas autónomas, lo mismo que espacios hiperprotegidos reservados a los ricos autóctonos. Los conflictos son incesantes, pero no sobrepasan un umbral tolerable. El nivel de vida de los habitantes de Europa sigue lentamente reduciéndose, pero una clase minoritaria afortunada se mantiene.
El sistema global llega a sobrevivir. La Bolsa funciona siempre. La ley de la adaptación juega. Se vive en las ruinas o en las semiruinas del Antiguo mundo, pero finalmente se vive aún. El nivel tecno -científico disminuye, no obstante no de manera drástica. Sin embargo, no se habla ya "progreso" tecnológico.
El empobrecimiento alcanza, a escala planetaria, niveles los astronómicos; sobre todo en el tercer mundo. La población humana disminuye bastante rápidamente, lo mismo que las emisiones contaminantes (pero es demasiado tarde) a causa de la regresión económica gigante. A escala internacional, guerras locales, macroatentados, enganches incesantes con el Islam suceden sin respiro.' El movimiento de democratización del mundo se interrumpe.
3°) El escenario "muy duro"
Es el que, a mi juicio, tiene más el de oportunidades de ocurrir. Es quizá por otra parte el más deseable...
La ruptura fractal se produce, la cuerda rompe. El edificio de la civilización mundial no pudo resistir. Los factores precedentemente descritos conocen una intensidad aún más acentuada, sobre todo en el ámbito climático donde una ruptura cataclísmica se produce hacia 2015. Como un juego de dominós todo se aplasta. El cambio ocurre entre 2010 y 2020, pero el naufragio tarda diez años en cumplirse. En 2030, el estado del planeta no tiene ya nada ver con lo que estaba previsto por los "expertos" y los científicos autorizados de hoy.
1) La población mundial se reduce drásticamente. Pasa de algo más de seis mil millones a mil millones y sigue declinando a gran velocidad. Las causas son simples el hundimiento de los suministros alimentarios y de agua potable, así como el final del acceso a los medicamentos debido al cese de las industrias farmacéuticas y estructuras médicas.' En medio del siglo XXI la especie humana se estabiliza en algo menos de 300 millones de humanos.' Todo pasa como si la humanidad hubiera servido de variable de ajuste para pasar de un sistema no viable hacia un sistema viable. África es el continente más afectado por la despoblación. Encuentra su nivel de asentamiento de antes de la colonización.
La humanidad (ley de los ciclos) se encuentra propulsada en la "situación de equilibrio" que conocía desde hace numerosos siglos.
2) Los supervivientes huyen de las ciudades y las megalópolis en masa, cuyos edificios, invadidos por la vegetación, comienzan a deteriorarse, donde ya no subsisten más que bandas, que operan razzias en los campos. En estos últimos, donde el remanente de la población se refugió, se vive de agricultura de subsistencia y de artesanía.
3) En efecto, todas las industrias se han detenido. La fantástica y brutal regresión técnica comienza y que no hace más que acentuarse puesto que no hay más de transmisión posible de los conocimientos.
Tres tipos de "niveles de civilización" se observan: en primer lugar, zonas (esencialmente en el actual tercer mundo) donde se vuelve de nuevo al neolítico, con una economía agrícola primitiva; a continuación otras zonas - por ejemplo en Europa y en los antiguos países desarrollados - donde se retorna a la situación de la primer Edad media (del VI al X siglo); finalmente islotes de subsistencia (de los cuales no es posible prever el sitio algunas décadas antes de la Catástrofe) que conservan, levantadas barricadas, una parte de los acervos técnicos de la antigua civilización.' Se basan en parte en el reciclaje de los gigantescos rechazos dejados por esta última. Pero, dado que necesitan petróleo, no es impensable que se instalen en la proximidad de los lugares actuales de extracción.
Estos islotes de subsistencia mantienen un nivel técnico muy variable, pero que solo supera muy raramente (y no en todas materias) el del principio del siglo XX. Sin embargo probablemente utilizando las últimas tecnologías del siglo XXI, en vigor justo antes del hundimiento, subsiste alguna parte de una "microcivilización" hipertecnológica en el mundo. Estas zonas parte se asemejan "ciudades-Estado" y más bien son dirigidas por dictaduras militares.
4) A nivel político, todos los Estados-nación se hundieron así como las instituciones internacionales. La humanidad conoce - o reencuentra - una situación la vez medieval y tribal.
Los imperativos de subsistencia, protección y depredación son la ley general, por lo tanto la guerra. Pero estas luchas incesantes no ponen ya la Tierra en peligro: las armas de destrucción masiva ABC (atómicas, bacteriológicas, químicas) no existen ya. En la zona A (neolítico), es el reino de las tribus y la vuelta a lo que se conoció desde milenios. En las zonas B y C (véase más arriba), la situación es más compleja. Se crean feudalidades y nuevos relaciones políticos se instauran, bastante similares lo que se vio a principios de la Edad Media. Es, hasta cierto punto, una repetición del pasado, pero según una diferente modalidad, siendo la Historia un eterno retorno "aproximativo '.
5) En el ámbito religioso y espiritual, se asiste una verdadera explosión. El escrito permanece. Las grandes religiones de la' antigua civilización siguen transmitiéndose, pero se modifican y retornan a las fuentes.' El hundimiento, sobre la Tierra entera, de la sociedad de consumo individualista, señala el fin del materialismo y el desarrollo de un espiritualismo. Nuevos cultos, sincretismos nacen, incluidos resurgimientos de los antiguos paganismos. Al hundimiento del ámbito material del antiguo mundo, responde un desarrollo del ámbito espiritual del nuevo mundo, y que no es artificial (como en nuestros días), puesto que corresponde a condiciones de vida extremadamente difíciles, en particular, causa de las condiciones climáticas rigurosas.
Una nueva humanidad está en tren de nacer por todas partes, basada en bases radicalmente nuevas. Lentamente, la ley de la vida se restablece. La Tierra respira. Las contaminaciones cesaron - se respeta el protocolo de Kyoto, en el dolor, al precio de una gigantesca hecatombe humana. Es una victoria de Gaia, la Tierra. Bien seguro, los efectos de las terribles contaminaciones de los siglos XIX, y XX, así como del principio del XXI, siguen haciéndose sentir. Pero la Tierra absorbe y se rehace en salud. Un nuevo Ciclo comienza. ¿Los hombres que sobrevivieron son menos felices o más felices que sus padres y ancestros? Probablemente más.
El final de Ia humanidad actual, predicha por la Tradición
La convergencia de las catástrofes y el final brutal de la presente civilización puede deducid irse de la observación experimental de distintos fenómenos, como acabamos de hacerlo. Pero sería deshonesto no mencionar que varias Tradiciones, de los Druidas a los Tibetanos pasando por la India, parecen haber predicho un hundimiento similar, a escala de la humanidad, y que se había ya visto antes, sin que la historia oficial lo mencione. En todas las antiguas tradiciones, vuelve de nuevo la idea que la humanidad conocía edades sucesivas, marcados por catástrofes. Pero la que corremos el riesgo de vivir sería la más grande.
El indianista Alain Daniélou en El destino del mundo según de la tradición shivaita (Alain Michel, 1985) escribe: "Según la tradición shivaita, desde que la Tierra es habitable, ya existieron varias humanidades. Cada una tuvo su período de gloria, de desarrollo técnico, de saber, luego de decadencia, y encontró su final en un cataclismo. Formamos parte de la séptima humanidad. La Tierra ya conoció a seis humanidades sucesivas que desaparecieron, dejando a la humanidad siguiente algunos rastros de su conocimiento y a veces el recuerdo de su gloria. Después del final de la humanidad actual, la Tierra conocerá siete veces aún especies humanas o similares antes de convertirse en inhabitables. Los todos las especies vivas evolucionan como entidades, individualidades. Tienen su gestación, su infancia, su adolescente, su edad madura, su decadencia. ".
Daniélou marca bien la diferencia entre las humanidades que se suceden, y las civilizaciones sucesivas que cada una conoce en su seno. Cree descifrar en los relatos consagrados de los Puranas, la descripción del final de una humanidad que precedió la nuestra, la los Asuras, de hace 60.000 años, y que se asemeja sorprendentemente lo que la tradición shivaita denomina el Kali- Yuga, esto es la Edad Oscura en la cual estamos y que concluirá en la fase terminal de la humanidad presente. No escaparemos la ley de los ciclos, y la visión lineal y ascendente que la modernidad posee de la historia humana, heredada del cristianismo, no tiene razón de ser.
Daniélou escribió: "la historia de los Asuras es a la vez un relato del pasado y una predicción del futuro. Existe un paralelismo evidente entre los acontecimientos, las concepciones religiosas, las ideologías, las teorías sociales y morales que provocaron la destrucción del Asuras y las que, desde el principio del Kali-Yuga, caracterizan a la humanidad actual y parecen deber conseguir la" catástrofe provocada "que, eventualmente les espera". Daniélou considera que las minorías, hoy, pueden rechazar los antivalores que están perdiendo la humanidad actual, y preparar el renacimiento de nuevos valores vitales "lo que podría permitir algunos cruzar el cataclismo y de participen Edad de Oro de la humanidad futura".
Daniélou, al reflejar fielmente los textos consagrados del Shiva, Vishnu y Linga Purana, da del final de los Asuras un relato que se asemeja extrañadamente lo que podría ser el nuestro, en particular, por lo que se refiere a las causas morales de la decadencia.
Un falso dios (Aryat, o "destructor de la gente piadoso") comienza por "condenar las castas y los deberes de las diversas edades de la vida". Por todas partes se impone el igualitarismo y la no violencia, este última prohibiendo oponerse a los invasores. La decadencia de esta potente humanidad comenzó así, según este texto que es también una predicción de lo que se repetirá: "el número de príncipes y agricultores declina poco a poco. Las clases obreras quieren asignarse el poder real y compartir el conocimiento, las comidas y las camas de los antiguos príncipes. La mayoría de los nuevos jefes es de origen obrero. Persiguieron a los sacerdotes y a los detentadores del conocimiento ". La función económica y mercantil substituye por todas partes a la función espiritual.
El texto sagrado, citado por Daniélou, prosigue: "se matarán los fetos en el vientre de su madre y se asesinarán a los héroes." Los Shudras podrán comportarse como los Brahmanes y los sacerdotes como los obreros. Los ladrones se convertirán en reyes, los reyes serán ladrones. Los dirigentes confiscarán la propiedad y harán un mal uso de ella. Dejarán de proteger al pueblo. La comida ya cocinada se pondrá en venta [... ] . Grupos de bandidos se organizarán en las ciudades y en los campos. Habrá muchas personas desplazados, errante de un país a otro. Los comerciantes harán operaciones deshonestas. Se rodearán con falsos filósofos pretenciosos [ los que, tranquilizadores y mentirosos, intentan encubrir la decadencia, NDA ]. Todo el mundo empleará palabras duras y groseras y no podrá fiarse de nadie. La gente del Kali- Yuga pretenderá ignorar las diferencias de raza y el carácter sagrado del matrimonio, las relaciones de maestro a discípulo, la importancia de los ritos. Los agricultores abandonarán sus trabajos de labores y cosechas para convertirse en obreros no especializados fuera de casta [ ¿alusión la industria agroalimentaria que sustituye a la agricultura? NDA ]. El agua faltará , los frutos serán poco abundantes. Muchos estarán vestidos de harapos, sin trabajo, durmiendo en la tierra, viviendo como los miserables. La gente creerá en teorías ilusorias. Se venerarán falsos dioses en falsos ashrams en los cuales ahora se decretará arbitrariamente ayunos, peregrinajes, penitencias, donaciones de sus bienes, austeridades, en nombre de pretendidas religiones. "
El texto sagrado precisa a continuación que, constatando esta terrible decadencia de la humanidad de los Asuras, el dios Shiva utilizó un arma de fuego" que destruyó toda vida. Los supervivientes, según del mito, huyeron al "mundo Mahar", es decir al mundo extraterrestre Luego, ellos volvieron de nuevo sobre Tierra, después de haber preservado en secreto ciertos elementos del conocimiento de los Asuras, antes de la trasmitirlos a una nueva humanidad... la nuestra. Que hoy día revive exactamente el mismo fin de ciclo. Todo eso se produjo hace 60.000 años...
Bien seguro, tomamos nuestra distancia con este texto consagrado hindú, que puede dar lugar a locos vaticinios. No obstante, no es ni científico, ni honesto despreciar los textos de las antiguas Tradiciones, y de publicar perentoriamente que "los Asuras no han existido nunca ". Ya que todo mito, como lo mostró Mircea Eliade, se basa en una memoria, en una parte de verdad, incluso transfigurada.
Uno de los discípulos de Daniélou y Eliade, Pierre-Émilie Blairon, dirigente de la muy seria revista tradicionalista Roquefavour, duda de la veracidad de la historia oficial y de su arqueología: "Alain Daniélou retoma la hipótesis de todos los especialistas honestos de las civilizaciones antiguas, es decir que es poco probable, desde que el hombre habita nuestro planeta, que deba ser acreditada la tesis lineal de una única humanidad, que arqueólogos, antropólogos, etnólogos, no dejan de retroceder el nacimiento sin sacar las consecuencias. A saber que las tesis oficiales, en su dogmatismo forzado, se niegan admitir la idea misma que decenas, o incluso cientos de civilizaciones, espiritual o técnicamente tan evolucionadas como la nuestra hayan podido aparecer y desaparecer sin dejar trazas o, cuando estos trazas existen, de negarse a tenerlos en cuenta "(Roquefavour, febrero de 2003)."
El mismo autor considera que "la semejanza de las dos decadencias, el de los Asuras y la nuestra, es alucinante. Por ello, podríamos conceder algún crédito a las predicciones de los textos sánscritos que se refieren a la actual humanidad "." Analizando el capítulo 40 del Linga Purana, piensa que esta humanidad actual fallecerá, en tiempo bastante cercano, durante una monstruosa guerra generalizada que no será más que el punto clave de la convergencia de todas las catástrofes en curso, su leitmotiv final. Esta catástrofe terminal será al mismo tiempo una purificación y el tímido principio de una regeneración, según la ley de los ciclos.
He aquí, en efecto, lo que lee en este famoso capítulo 40: "Durante el período de crepúsculo que termina el Kali- Yuga, el justiciero vendrá y matará los malvados. Habrá nacido la dinastía de la Luna. Su nombre es guerra (Samiti). Errará sobre toda la Tierra con un vasto ejército. Destruirá el Mléccha [ Bárbaros de Occidente ] por millares. Destruirá a la gente de baja casta de que se han apoderado del poder real y se exterminará los falsos filósofos, a los criminales y a la gente de sangre mezclada. "
Estos textos sagrados hindúes parecen obviamente que chocan nuestras mentalidades de occidentales. Con todo, no es consecuente silenciarlos.
He aquí ahora lo que Daniélou escrito, en su ensayo antes citado. Todo comentario sería superfluo: "Según la teoría de los ciclos que regulan la evolución del mundo, nos acercamos hoy al final del Kali- Yuga, la edad de los conflictos, de la guerras, de los genocidios, de las malversaciones, de los sistemas filosóficos aberrantes, del desarrollo maléfico del conocimiento que cae en manos irresponsables. Las razas, las castas se mezclan. Todo tiende a nivelarse y la nivelación, en todos los dominios, es el preludio de la muerte. Al final del Kali-Yuga, este proceso se acelera. El fenómeno de la aceleración es uno de las señales de la catástrofe que se aproxima. "
Del caos a la luz
Esta "convergencia de las catástrofes" no debe incitarnos al pesimismo, muy al contrario, sino quizá prepararnos a lo que Daniélou, antes citado, nombraba "la edad de oro de una humanidad futura"; incluso si corremos el riesgo de asistir, por primera vez en nuestra historia, al hundimiento global de una civilización planetaria, con todos los dolores y desamparos que eso supone. ¿Pero cómo no alegrarse del final de un mundo detestable a nivel ético, y corroído por su propio menosprecio de la vida?
Toda civilización es un ciclo, que incluye tres partes una lenta subida, un breve apogeo y una caída brutal. Hasta el presente, este modelo se aplicaba civilizaciones geográficamente separadas - los Egipcios, los Romanos, los Amerindios, etc . Hoy día, por primera vez, se refiérela conjunto de la humanidad; por último, "la primera vez" en el tiempo histórico conocido, ya que, como acabamos de verlo, la Tradición precisa que esta metamorfosis cataclísmica de la humanidad no sería la primera.
Dicho de otra manera, hemos llegado quizá al fin de un ciclo general de la historia humana, historia que se había extraviado en un callejón sin salida, el que vivimos hoy. Estamos seguramente el final de la Edad de hierro, la víspera inminente del caos. Pero de este último, surgirá un nuevo período de la humanidad, quizá espiritualmente superior, desembarazado de los pesos materialistas e individualistas; ello corresponderá a Ia emergencia de una "nueva raza" (al sentido metafísico y no biológico), gracias a la cual la civilización volverá a salir, renacerá sobre fundamentos mucho más estables y éticamente más elevados. ¿ Habrán sido entendidas Las lecciones del gran cataclismo del siglo XXI? Mircea Eliade escribía en Simbolismo del diluvio, Tratado de historia religiones (Payot): "la humanidad desaparece periódicamente en el diluvio o de inundación a causa de sus" pecados "." [... ] Nunca perece definitivamente, sino que ella reaparece bajo una nueva forma, reanudando el mismo destino, esperando el retorno de la misma catástrofe que la reabsorberá en las aguas "" Y en La luna y las aguas, anota: "un diluvio solo destruye porque las ` formas" están usados y agotadas, pero siempre va seguido de una nueva humanidad y de una nueva historia ".
Para parafrasear al poeta Hölderlin, un visionario, entramos en la noche, en la "medianoche del mundo". Estamos en el crepúsculo. Pero después de la prueba de la noche, no podrá surgir sino la mañana, puesto que el sol renace siempre. Sol Invictus.
Ya que el término "catástrofe" no debe ser percibido en el sentido de "Apocalipsis", sino de "transformación" y de "metamorfosis"." No estamos aún en el tiempo de la Muerte. El sol no está presto a apagarse. Simplemente, la humanidad llega un punto crucial de su milenaria historia y debe esperarse un basculamiento hacia el abismo, pero al mismo tiempo un renacimiento, una regeneración, que estará fundada sobre un nuevo tipo humano.
Lo que intenté expresar de manera científica y racional en este libro, es decir esta aceleración objetiva de los síntomas del final de un ciclo, ha sido también percibido por poetas o gente de fe desde hace varios siglos. Aunque estoy muy poco versado en el esoterismo y que mi enfoque de los hechos sea siempre racional y experimental, creo que no es necesario subestimar o descuidar las percepciones intuitivas, las que proceden de un planteamiento irracional, arraigado en otra dimensión.
En todas las grandes "religiones", ya se trate del Islam, del cristianismo, el budismo, los cultos célticos, etc, esta idea, esta intuición difusa que la humanidad iba a dirigirse hacia un cambio global de donde renacería un nuevo ciclo para la entera especie, siempre han estado presentes y profetizadas. Este tiempo, este momento desde tan largo tiempo adivinado, hemos quizá finalmente llegado en el siglo XXI. A una decadencia general, a una tragedia, las que se perfilan hoy día y que habían sido anunciadas desde hace tiempo por lo que se podría llamar las voces de la "tradición", se substituirá otra cosa que es imposible aún describir. Prever la nueva civilización humana es arriesgado y aleatorio; pero lo que es cierto, es que la civilización actual está sobre la pendiente de la muerte y que esta última tomará, antes del medio del siglo XXI, la forma de un cataclismo horrible. Mi diagnóstico es despiadado. Pero cada muerte sucede un nacimiento, una reencarnación.
La desesperación no es de recibo. El final de este mundo es una buena noticia, incluso si se realizará pronto en el desamparo y el dolor. Después de las tinieblas que comienzan, vendrán la luz; la historia humana está lejos terminarse. Prepararse a la catástrofe y al renacimiento, es se transformarse a si mismo desde el interior. La tragedia que se perfila quizá se quiso por lo que se llama Dios o el destino. Nos dominan fuerzas, que no comprendemos y que juegan a los dados con nosotros. Un nuevo mundo arriesga a nacer. El hombre es desesperante, pero desesperar es inhumano. El futuro es apasionante porque es catastrófico. Somos dados en la mano de Dios. ¿Quién es Dios?
Guillame Corvus.
La convergence des catastrophes.
DIE (Difusión Internacional Edition). Paris 2004
Pp191-218
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