Un día por la mañana un hombre le preguntó a Buda:
-¿Dios existe?
Y Buda, miro al hombre a los ojos y contestó:
- No, Dios no existe.
Ese mismo día por la tarde otro hombre le preguntó a Buda:
-¿Qué piensas acerca de Dios? ¿Dios existe?
Y Buda, miro al hombre a los ojos y contestó:
- Sí, Dios existe.
Más tarde otro hombre fue con Buda y dijo:
- Hay gente que cree en Dios, hay gente que no cree en Dios. Yo no sé a quién creer, he venido a pedirte ayuda.
Y Buda, cerro los ojos.
El hombre al ver el paisaje al atardecer y a Buda cerrando los ojos pensó que tal vez esta era la respuesta, así que se sentó junto a él con los ojos cerrados, pasó una hora abrió los ojos y dijo:
- Tu compasión es grande, siempre estaré agradecido por haberme dado la respuesta.
Ananda discípulo de Buda, no podía creer lo que veía, le dijo deberías pensar en mi, me vas a volver loco. A un hombre le dices que Dios no existe, a otro que existe, al tercero no le respondes pero está agradecido por qué le has dado la respuesta. ¿Me puedes explicar?
Buda le dijo:
-Ananda lo primero que debes considerar es que esas preguntas no las has hecho tú, por lo que esas respuestas no eran para ti. ¿Por que te preocupas innecesariamente por los asuntos de otra gente? Primero soluciona tus propios problemas.
Ananda dijo:
-Es cierto no eran mis preguntas, pero he escuchado y he visto y ahora todo mi ser esta confundido. ¿Cuál es la respuesta correcta?
Buda dijo:
-Lo correcto es la consciencia.
El primer hombre creía profundamente en Dios y quería que yo le reafirmara su creencia. Y poder decir estoy en lo cierto. Por eso tuve que decirle que Dios no existe, le he dado esa respuesta solo para perturbar su creencia preconcebida, por qué creer no es conocer.
El segundo hombre no creía en Dios, también ha venido a qué yo le reafirmara su incredulidad. Tuve que decirle, sí Dios existe. Estaba perturbando su incredulidad preconcebida.
Si eres capaz de ver mi propósito veras que no hay contradicción. Ambas creencia e incredulidad preconcebida, aunque una es positiva y la otra negativa, son la misma cosa, no provienen de alguien que en realidad conoce, por lo tanto no provienen de un verdadero buscador. Ambos acarrean prejuicios.
El tercero era un verdadero buscador, abrió su corazón, vino sin prejuicio, y la única respuesta que podía darle era una experiencia de consciencia silenciosa. Las palabras son inútiles y él ha entendido el mensaje.
No recibió ninguna respuesta en palabras pero recibió la verdadera respuesta en silencio.
En silencio y consciencia, entonces sientes la verdadera divinidad. Entonces ha recibido la respuesta y la ha recibido de una forma perfectamente correcta.
La consciencia te lleva a que veas con tus propios ojos la realidad última de ti mismo y del universo, y la experiencia milagrosa de que tú y el universo no están separados. De que eres parte del todo.
Has sido entrenado para el análisis, para el entendimiento, para la gimnasia intelectual, esas cosas no van a ayudar a nadie, nunca han ayudado a nadie. No te compliques con la mente. Vuélvete un observador sin prejuicio.
NSL
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