lunes, 24 de marzo de 2014

Miradas sobre el esoterismo cristiano: alrededores de un secreto


Jean Biès

RETOUR A  L’ESENTIEL

Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?

Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne  2004

 

MIRADAS SOBRE EL ESOTERISMO CRISTIANO

I ALREDEDORES DE UN SECRETO

 

 

Los cristianos en busca de una vida interior no tienen sin duda que recusar o reducir la aportación evidente de las sabidurías orientales, en la medida en que éstas contribuyen a aclarar  las  partes oscurecidas del Cristianismo y a devolverlo a su profundidad inicial. No vemos por eso, - sino salvo  algunas, - motivos para convertirse a una cualquiera vías asiáticas. Los Orientales mismos ya no nos lo piden, Ramakrishna decía su sorpresa y su descontento porque un Occidental hubiera abandonado su religión por el Hinduismo 1. Tagore se preguntaba lo que los cristianos venían a buscar en la India, mientras que tenían las "Beatitudes" y el " Cántico de las criaturas "; y el swami Siddheswarananda nos planteó personalmente la misma cuestión evocando Raja-yoga de san Juan de la Cruz. Tal era la opinión de swami Rámdás y todos los maestros  relacionados con un Hinduismo ortodoxo 2. Todo lo que Oriente detenta, el Cristianismo lo detenta también; y lo que propone de distinto a los

 1. Se trataba del coronel americano Olcott.

2. En la última conferencia que pronunció, el gran indianista Jean Herbert recordaba a los Occidentales  sus "deberes": Consumir carne, vestirse normalmente, conservar la música occidental, conservar su nombre de pila y la imagen del Cristo, leer y meditar el Evangelio. Podemos muy bien ir a sacar en otros lo que otros pueden aportarnos de constructivo, pero sin para esto librarnos de lo que es nuestra herencia, nuestra tradición más preciosa.

Occidentales probablemente no les concierna. Todavía  hay que tomarse la molestia de explorar el Cristianismo para saber lo que posee: hay presunciones fuertes que se encontrará allí más que lo que se buscaba , desprendiéndole de  sedimentaciones inútiles, como las ánforas mucho tiempo enterradas en las profundidades marinas revelan sus dibujos, una vez libradas de las conchas parasitarias.

Es extraño que, desde que ciertas ideas llevan el sello del exotismo, son adoptadas inmediatamente como verídicas. Ahora, la verdad no tiene posibilidad de ser más verdadera porque venga desde más lejos sino porque venga desde más profundo. De hecho, entre nuestros contemporáneos, víctimas de una educación profundamente agnóstica, es  grande el  número de los que rechazan el Cristianismo porque estrictamente no saben sobre eso nada, o porque recibieron, tanto de ciertos fieles como de ciertos clérigos, una imagen decepcionante por demás, o todavía, porque su naturaleza, agredida por todo tipo de condicionamientos, se encontró bastante rota para hacerlos insensibles al misterio, ineptos a la degustación de lo sagrado. Hay otros, más exigentes y crecientes en número, los que desertaron de la nave porque no encontraron allí los elementos de esoterismo que deseaban y se toparon a correligionarios deliberadamente hostiles a toda noción esotérica. Esta carencia conduce a estos hombres a optar por vías que, como el Islam, les garantizan una dimensión iniciática sin hacerles dejar el clima semítico.

Si se admite no obstante que el Cristianismo es la vía espiritual que conviene mejor a los Occidentales, que es su sola y última posibilidad efectiva de salvación, si se considera que es a ellos que directamente se les dirige la palabra del Cristo: " Ninguno va al Padre más que por mí ", la cuestión que se pone es en lo sucesivo ésta: ¿ cómo recobrar y revivir el Cristianismo, cómo salvar la religión del Salvador ? - mucho menos en verdad por las manifestaciones anárquicas e intempestivas de un modernismo indiferente a de toda raíz tradicional, prendado de exterioridad, y que, a las bases inalterables prefiere las improvisaciones más discutibles, que por un retorno  a la interioridad. La tradición cristiana, ella también, es ensanche y apertura; pero a la inversa de los " progresismos, este ensanche abraza la totalidad de los principios fundamentales, y esta apertura es apertura a la trascendencia. La respuesta nos parece pues relativamente simple: la rectificación de Cristianismo puede hacerse sólo por redescubrimiento del esoterismo cristiano.

Así como algunos establecen puentes entre las religiones, conviene establecer puentes no tanto entre las confesiones cristianas, - el ecumenismo intenta demasiado a menudo conciliar divergencias que son lo propio del exoterismo religioso, -  que entre los cristianos y el Cristianismo en su fondo único y primordial, enlazar no tanto a los cristianos entre ellos como con ellos mismo. Es alcanzando el centro mismo de cada confesión, - como también de cada religión, - como se puede encontrar a los otros en espíritu y de verdad. Este encuentro coincide con el anclaje más interior, allí donde Dios es " todo en  todos

¿Pero por qué estas reticencias y estas resistencias cristianas en relación con el esoterismo? Es lo que hay que primero preguntarse.

La voluntad, por parte de la Iglesia naciente, de desmarcarse lo más fuertemente posible de "paganismos" todavía poderosos y violentamente hostiles a su respecto, de romper con todo lo que podía parecérsele, y de adquirir a su personalidad propia, explica en parte que esta Iglesia hubiera sacrificado elementos de orden esotérico que pertenecían a estos "paganismos", pero entre los que algunos, de orden universal 1, no se oponían a la esencia el Cristianismo .

El esoterismo luego pareció sospechoso a la Iglesia cuando, bajo capa de " secretos iniciáticos ", elementos extranjeros o contrarios al Evangelio, derivadas de gnosis en descomposición

1. Entre estos rechazos abusivos, la noción del tiempo cíclico, que no contradice la intervención histórica del Cristo, que se adhería muy normalmente al calendario de Israel fundado sobre los " siete veces siete milenarios ".

, judías, egipcias, iraníes, amenazaban con infiltrarse en el Cristianismo y con contaminarlo totalmente. Entre estas desviaciones: la idea de un Creador malo, o la negación de la encarnación, de la muerte y de la resurrección de Cristo. Muy temprano, el término de "gnosis", empleado para designar el esoterismo, se prestó a confusiones importantes. Lo vemos mucho tiempo utilizado para designar indiferentemente el "Conocimiento" supremo que se refleja en el esoterismo y que éste traduce en modo humano, y el "gnosticismo" de los primeros siglos, asimilable bajo diferentes formas al angelismo, al maniqueísmo, al catarismo o al docetismo: herejías todas condenadas por la Iglesia aunque puedan a veces, o posiblemente por esta razón, vehicular, como el nestorianismo, los ciertos elementos intelectivos 1. Cuando las palabras "esoterismo" o "la gnosis" habían perdido su sentido preciso para cargarse de connotaciones vagas o desviadas y generalmente peyorativas,  lo fue en realidad su significado verdadera: vinieron para atraer la sospecha, para significar hasta lo contrario de su sentido original; se las hizo sinónimas de teosofismo, de ocultismo, de magia, fueron asimilados en busca de los poderes, se quiso comprometerla en todo tipo de conjuraciones, hacerle firmar pactos con Maligno. La operación fue tanto más fácil ya que raramente se toma la molestia de informarse como conviene, y  puede haber efectivamente allí en las asociaciones marginales  componentes de esoterismo, mezclados a simulacros de éste.

Otra actitud de desconfianza, más reciente, se explica por la inquietud que muchos sienten delante de la invasión de Europa por religiones asiáticas que lentamente la invisten y pueden a largo plazo amenazar el Cristianismo.

1. Adivinamos a que género de malentendidos irreparables puede llevar este género de sinonimia, cuando se lee por ejemplo en Adversus haereses de Ireneo de Lyon que designando la "gnosis", él ataca a la gnosis falsa, o el gnosticismo, mientras que en el mismo momento Clemente de Alejandría, utilizando la misma palabra, designa la Gnosis en el sentido de "Conocimiento".

Lo que no deja de recordar el desarrollo de los cultos orientales al fin del Imperio romano. Estas caravanas ambiguas de una subversión que es y no es completamente inocente, - todo depende del espíritu de discernimiento del que se dispone, - aportan a la vez ayudas salvadoras y constituyentes heterodoxos que agravan la confusión de las ideas. Esto basta en todo caso para que aparezcan sospechas, y acusaciones que denuncien colusíon del Oriente y del esoterismo para socavar el Cristianismo. Se trataría, aquí también, de restablecer las cosas, de devolver a las palabras su sentido. La " unidad transcendental de las religiones " no tiene que ver nada con un sincretismo cualquiera que es la alianza horizontal de todas las falsas semejanzas entre religiones, resultado a una religión planetaria, una réplica invertida al final de ciclo de la " Tradición primordial " del principio del ciclo, cuando la humanidad hablaba " una sola lengua " 1. El Salvador que hará su carro de esta religión falsa ' será el Mesías falso, capaz de resolver todos los problemas económicos y políticos, de instaurar la paz universal, de engañar las multitudes idólatras de la apariencia y de " seducir a los elegidos mismos ". Será el que instaurará la religión de la Materia sintetizando en el seno del Gobierno Mundial todas las formas de materialismos, todas las utopías y los mesianismos modernos; lo que el Apocalipsis nombra la bestia, y lo que el Islam cualifica de " tuerto ", porque realizará con su ojo único, - inversión del tercer ojo, - la falsa unidad de todas las  cosas; la que se empleará, eventualmente con la complicidad del exoterismos establecidos, en destruir las últimas hermandades iniciáticas, y con ellas, todo vestigio de esoterismo. Debe ser bien entendido que este último ni disimula ni practica alguna especie de actividad temporal, no apunta en nada a dominar el mundo o a subvertir la religión: Se sitúa a la vez más allá de lo temporal y en el corazón de la religión.

En fin, es evidente que existen  esoteristas que no

1. Podemos decir que la " lengua internacional ", - este Pentecostés demoníaco, - ha llegado a ser hoy como el disfraz de la lengua de los orígenes.

lo son más que de nombre, sea porque se pretenden tales abusando de la ingenuidad de sus contemporáneos, o sea porque ellos mismos sean engañados por las potencias de ilusiones. Incapaces de dominar el dato iniciático, añadiendo su propia confusión a lo que es por naturaleza de una extrema complejidad, hubiera valido mejor para estos espíritus tortuosos o trastornados no  haber oído jamás hablar de ciertos dominios. No es el caso que puedan, mejor que lo hacen, inocentemente o no, perjudicar el esoterismo, desacreditarlo, incitar a sus opositores una vigilancia aumentada y a un rechazo de comprehensión 1.

Por estas diferentes razones, estamos en derecho a aprobar la actitud de los cristianos. La comprenderemos mucho menos cuando los mismos  que en el esoterismo ven sólo subversión, se hacen ellos mismos los proveedores abriéndose generosamente a las interpretaciones marxistas o freudianas de Cristianismo y negando las dimensiones iniciáticas, o todavía, negando la existencia del esoterismo en su propia religión. No sabríamos olvidar tampoco sus prejuicios con respecto a otras tradiciones, debidos al mismo rechazo del esoterismo. Tanto, en efecto, la fe en su Dios explica y legitima preferencias y las convicciones, como éstas son injustificadas cuando emanan de un " complejo de superioridad " inherente a un gran número de Occidentales, Esta actitud consiste en decirse que, ya que se tiene la verdad, otros no lo tienen, o la tienen menor. Hay allí un apriorismo inaceptable, animado por una palabra del Cristo abusivamente sobreestimada, a propósito de la conversión de las naciones. El celo que exige la fe gira aquí al sectarismo. ¿Cómo cristianos cultivados

1. Entre las equivocaciones groseras cometidas por estos falsos esoteristas, está el que consiste en establecer aproximaciones sincretistas completamente arbitrarias entre los nombres del Cristo y del Krishna, de Juan y de Arjuna, entre la Trinidad y el Trimúrti, en emitir hipótesis por lo menos aventuradas, como el de un Cristo galo, o todavía, a amalgamar los " grandes iniciados " hasta  poner sobre el mismo plano a Pitágoras y al Cristo.

pueden abandonarse a tales excesos de lenguaje y de pensamiento ? 1. Nos asombramos que tal teólogo eminente, - Jean Daniélou en sus Ensayos sobre el Misterio de la Historia, - reconociendo los ejemplos de vida interior y de despego dados por las " religiones naturales " (sic), menciona a Confucio respecto a China sin parecer tener conocimiento de Lao-Tseu; sin parecer más haber oído hablar de la bhakti y del Dios personal en el 'Hinduismo, ni del taçawwouf en Islam.

Los reproches de panteísmo, comúnmente dirigidos a las religiones llamadas "paganas", pueden alcanzar sólo los aspectos más exteriores, o populares, de estas religiones. En la perspectiva vedántica por ejemplo, el supremo Brahman está " sin dualidad " porque más allá de toda determinación; nada puede ser aparte de él; la manifestación cósmica no es distinta de eso en absoluto, si esto no es en modo ilusorio. Pero al mismo tiempo, Brahman es absolutamente separado del mundo ya que no se puede aplicarle ningún atributo; la manifestación cósmica es nula con relación a su infinidad. No hay pues ninguna reciprocidad entra ambos, lo que prohíbe hablar de panteísmo. - en cuanto a la acusación famosa de politeísmo, cada uno debe saber ahora que representa las expresiones múltiples de lo Uno sin el segundo, y que no sabría haber allí el nada que sea que pueda hacer creer en una pluralidad de dioses 2.

El Budismo, que gusta sin embargo comparar al Cristianismo, es particularmente objeto de equívocos y de confusiones. Contrariamente a lo que se ha dicho demasiado a menudo, Budismo no niega el Sí; si se calla al respecto, es

1. Para citar sólo tres, H. de Lubac declara: " la espiritualidad budista es a e rechazar como una abominación "; - Teilhard de Chardin pide que no se deje " jamás emocionar por el enorme sofisma oriental "; - Claudel ve en la India sólo a una " negra condenada”. Somos nosotros quienes subrayamos.

2. Los cuatro brazos de Shiva hacen siempre escándalo. Sin embargo, ni el Tétramorfo, ni la Trinidad de  las tres caras y de los seis brazos, visibles sobre los frescos de Athos, no  hacen gritar a los ídolos.

porque el Sí escapa de las definiciones reductoras del lenguaje humano, lo que no es negarlo. Lo que lo es en cambio, es el conjunto de los elementos constitutivos del "yo" como no contiendo nada de permanente. – Igualmente, el Budismo no identifica el Nirvana a la nada. El Nirvana designa el estado donde todo sentido de separación de con lo Absoluto se encuentra revocado; la muerte de la que se trata es muerte a todo lo que constituye los espejismos y las magias de la Gran Ilusión cósmica. En fin, el Budismo no procura convertir a nadie, por la razón simple que el espíritu noble tiene demasiado respeto por el prójimo y posee un sentido  demasiado grande de su dignidad para procurar imponer su propio conocimiento.

No hay entre los cristianos más que  prejuicios de este tipo con respecto a otras tradiciones; hay también unos errores sobre la suya. Al mismo tiempo que querríamos reorientar el mensaje crístico en un sentido únicamente social, está seguro que se tiene todo interés en eliminar siempre más la perspectiva esotérica. Del Cristo que escogerá a sus cuatro primeros discípulos entre los pecadores, diremos de buena gana que prefería rodearse de " hijo del pueblo ", - olvidando a Mateo el publicano, - y omitiremos que simbolizan por su profesión la obra de conversión de los pecadores, desplegada ' según las cuatro direcciones del espacio de cristianización’ 1. Cuando, lo mismo, el Cristo condena a los sabios según el mundo, seguramente no se refiere a los poseedores del esoterismo sino los "hábiles", los casuistas, los dialécticos , - movidos por la acumulación de saberes eruditos y estériles, por la inteligencia profana, privada de práctica espiritual. Los "pequeños" a los cuales revela los "misterios" no son unos espíritus subdesarrollados, tienen solamente una sensibilidad espiritual sin relación con el intelectualismo formalista y fariseo; no son los " esclavos de la letra"

1 No hay que omitir que en el antiguo Israel, ejercer un oficio manual (como el del pecador o del carpintero), no tenía nada infamante, y que todo hombre no frecuentaba menos la sinagoga, donde tenía una parte activa. Para los Padres del desierto y los monjes sus discípulos, toda actividad terrestre cierra una parte celeste, mantiene el equilibrio interior, hace del trabajo una oración.

, como dice Orígenes, sino en una entera humildad, exploradores de los Interiora.

Una razón más profunda de este distanciamiento entre el esoterismo y el exoterismo valora en primacía, en clima cristiano, lo "caritativo" sobre lo  "intelectivo ", la afectividad sobre la intuición metafísica, la acción sobre la contemplación. Podemos definir a los primeros de estos términos como correspondientes a lo que la India llama el bhakti. Colorean la religión de una tonalidad dramática religada al amor sacrificial de un Dios siempre más humanizado. Con relación a la cual la Gnosis parecerá inevitablemente a los que la cogen del exterior como hecha de impasibilidad,de indiferencia a las miserias humanas, de  insensibilidad al Dios personal, - lo que evidentemente no es – La bhakti tenderá a relativizar el alcance metafísico de la Revelación, y por lo mismo, la noción de esoterismo. Sin duda, esta prioridad concedida al Amor estuvo providencialmente prevista y necesaria frente al mundo antiguo descompuesto y en previsión de una Edad de Hierro que iba acentuándose Pero el hecho de que la bhakti hubiera aminorado el jnana no prueba en nada que la vía gnóstica esté fuera de la verdad, o que sólo, la bhakti sea la verdad total y única. La bhakti condena más o menos directamente al literalismo, - y " la letra mata ", dice san Pablo; - se funda menos sobre el Principio divino mismo de la Encarnación, o sobre la Naturaleza divina como tal, que sobre la manifestación y la intervención en modo humano e histórico de este Principio, y en el límite, sobre el "fenómeno" más  que sobre el "ser", aunque, en semejante caso , los dos se mezclan estrechamente. Volitiva, emotiva, pasional, exclusiva, va de sí que la bhakti corresponde mejor al temperamento de la mayoría de los Occidentales. Esto no significa que el temperamento gnóstico de los otros y sus exigencias no deben ser tenidos en cuenta. Si " Dios es Amor ", es también "Luz", sin que el uno tuviera que excluir a la otra, de hecho, la unión de los dos hace la verdadera gnosis. Para Clemente de Alejandría, la gnosis es la perfección del Amor, la abertura de la fe a partir de la Escritura y de la Tradición. El autor del Stromates identifica "conocimiento" y "amor" en una " gnosis amante ", reuniendo por ahí directamente la perspectiva iniciática, que quiere que el Ser sea alcanzado  y realizado por la no ciencia: al nivel del esoterismo, no soy yo más quien conoce, es Dios quien se conoce Él mismo en mí. Para Evagrio Póntico, " la caridad es la puerta de la gnosis "; en el intelecto, oración y gnosis son una; Es con vistas a la gnosis que toda la creación ha sido hecha... Sería fácil multiplicar citaciones y referencias.

*

**

No volveremos aquí sobre lo que se puede entender por "esoterismo", ni sobre las relaciones y las diferencias que mantiene con  el "exoterismo " religioso 1.



Contentémonos con recordar que el esoterismo constituye el centro, el "núcleo" de una tradición, que es el desarrollo, el ahondamiento y la interpretación simbólica de las doctrinas tradicionales. Se interesa por los principios ontológicos y universales de las que  son los receptáculos, sin negar por eso la fe y las obras, que completa y corona antes de conducir a la liberación final. Más allá de los revestimientos diversificados por el exoterismo, el esoterismo se religa a una filiación invisible, que representa en el judeo-cristianismo a un cierto número de personajes simbólicos como MeIkitsedeq, Salomón, Elías, y en el Islam,El-Khidr. El esoterismo es este conocimiento cuyas raíces se sumergen en el Conocimiento supremo, anterior a las diversas tradiciones, y que deriva  directamente de esa “lengua única” que prexistía a Babel, lugar de confusión de lenguas, o, en otros términos, de la incomprensión entre exoterismos. El hecho de que ciertos velos disimulen las Revelaciones se justifica entre otras razones por el hecho de que incomprensibles en gran número, exigen esta protección, bajo pene de ser inevitablemente profanadas por interpretaciones reductoras, sin relación con su verdad intrínseca.


1. Abordamos esta cuestión en una obra precedente, Pasaportes para los tiempos nuevos, II, 3 y 4.

¿Estamos seguros por otra parte que el esoterismo  tenga en este punto necesidad de ocultar desde que reside en el país de los ciegos? Pudo ser forzado allí durante ciertos períodos donde un exoterismo dogmático y puntilloso no toleraba nada que no dependiera de su propia autoridad. Pero por poco que se tenga ojos para ver, el esoterismo todavía está por todas partes alrededor de sí, aunque sea simplificado, desfigurado por la modernidad: en una multitud de artículos de uso, en los colores de las banderas nacionales, en las insignias profesionales, en los ornamentos de arquitectura, en los símbolos políticos o publicitarios... El secreto se conserva muy bien solo. Mucho más, tenemos el derecho a preguntarse si no existen varios tipos de esoterismos en relación con sus grados de profundidad, así como una zona intermediaria donde el esoterismo y el exoterismo se funden sin confundirse. Frithjof  Schuon levanta la idea que un esoterismo relativo que se dirige de entrada  sino a todos, por lo menos a muchos, es una posibilidad inscrita en la naturaleza de las cosas: existiría un " esoterismo vulgarizado " sacando su justificación de una cierta eficacia. " Hay un esoterismo que predica ", escribe, citando el ejemplo del Cristianismo en sus principios y el del Sufismo; " la propaganda iniciática existe completamente "...

Podríamos añadir que las nociones de esoterismo y de exoterismo no se oponen de todas maneras jamás totalmente; son más bien ambas caras de la misma doctrina. La una y la otra están simplemente separadas por distancias diferentes según las tradiciones. Es sin duda en el Islam que la distinción queda la más marcada entra el lado moral y social, - la Shari'a, - y el lado místico y metafísico, - la tarîqa. - la misma distinción existía en las tradiciones hebraicas y pitagóricas. China conoce una tradición común tiene todos, el Confucianismo, y otra, más cerrada, reservada a una élite, el Taoísmo. La India, en cuanto a ella, traza una línea de demarcación mucho menos neta: la tradición ofrece a aquí una unidad metafísica predominante que no permite constituir dos cuerpos separados de doctrinas;  todos son admitidos a recibir la enseñanza en sus diferentes niveles, cada uno retira de eso lo que puede, según su capacidad de entendimiento - lo que no excluye la existencia de una enseñanza oral de maestro a discípulo. - la misma ligereza fronteriza se encuentra en el Cristianismo. Cuando el Cristo ordena seguir  la vía estrecha, se dirige tanto al monje como al laico, dice san Juan Crisóstomo; y los  Padres se dirigen a todos los miembros del Cuerpo místico. Aun cuando habría secreto esotérico  concernientes a aspectos de la doctrina y las prácticas de realización, su desocultación está previsto, lo sabemos, en relación con la fase actual y cíclica, Lo que hasta entonces fue escondido " en las bodegas " y no debía "ser dicho a voces", se encuentra al final de ciclo divulgado, derramado y vuelto accesible a quién desea interesarse por eso. El debilitamiento mismo del exoterismo, - que es un mal en sí, - ofrece sin embargo como un bien compensatorio la posibilidad al esoterismo de manifestarse a plena luz. Y es a lo que asistimos hoy 1. La proclamación exotérica recorre los textos mismos. Así es como el Cristo se dirige a las multitudes, incluido a los cojos y a los ciegos; asiste a los posesos, hace poner la lámpara sobre el candelabro, " Donde brilla para ellos todos los que están en la casa ", La misma muerte del Cristo sobre Gólgota, esta muerte al aire libre, no concierne a un grupo de "iniciados", sino toda la humanidad.

Estas consideraciones no pueden sin embargo hacer negar la existencia de una profundidad cristiana, a la cuál no se ve por qué  se le negaría, a título de convención de lenguaje, el nombre de esoterismo. Hasta es probablemente el escándalo de una exteriorización pública de esta profundidad iniciática, -pero en este caso, justificada por las razones cíclicas ya evocadas, - que valdrá al Cristo ser condenado y suscitará

1. Es también la explicación plausible de alusiones tales como: " no hay nada de escondido que no deba descubrirse, nada secreto que deba Ser conocido. " (Luc, XII, 2). El desgarramiento  del Velo del Templo, en el momento de la muerte del Cristo sobre la cruz, indica la exteriorización de los  misterios, el desvelamiento de lo del escondido; confirma de antemano que la separación entra esoterismo y exoterismo no es absoluta en el Cristianismo, que es extraña a su estructura y a su espíritu.

el nacimiento de una nueva religión. Esta divulgación conservaba sin embargo su parte de esoterismo, y la exteriorización verdadera se hará más tarde, cuando los datos de base de esta religión serán afirmados no sin amenazar la integridad del esoterismo y la inspiración profética por definiciones demasiado precisas, en provecho del magisterio. Éste acabará en el juridicismo y en la escolástica. A  la Ekklésia hermenéutico sucederá  la Iglesia-institución. Entonces, son condenados de antemano los doctores, que se llevan " la llave del conocimiento ":" Vosotros mismos no habéis entrado e impedís entrar a los que lo quisieran " 1.

 Puede observar todavía que el esoterismo cristiano se prueba por el mismo hecho que el Cristianismo directamente se deriva el esoterismo hebraico, como el movimiento se demuestra andando. Es en el seno de éste que el Cristo nace y crece; es de él que surge Pablo, doctor de esta "Ley", de esta transmisión tradicional que el Cristo no vino "para abolir"; - prueba suficiente, parece, que pertenece normalmente a la textura misma del Cristianismo: en particular, toda la parte cosmológica y metafísica a la cuál nos referimos anteriormente, Kabbalah, traducción directa de los " misterios escondidos desde el comienzo de los tiempos " 2. Pero porque el Cristianismo se quería ruptura, emancipación, novedad absoluta, y porque

Judíos estuvieron considerados en su conjunto como deicidas, - lo que confina a lo absurdo, - los cristianos, como lo habían hecho con el  de los "paganismos", vinieron de allí a  ignorar este esoterismo, y por  ahí a  privarse de eso para su gran daño.

Es interesante observar además que hay diferencias de actitudes con respecto al esoterismo, según las confesiones cristianas. El Protestantismo, fuertemente impregnado por la mentalidad moderna

1. Luc, XI, 52-53. - en Mateo, XXIII, 13, la" llave de la gnosis " deviene  " la llave del Reino de Dios ",

2. ¿ Si fuera  de otro modo, qué significado convendría dar, por ejemplo, al candelabro del altar, del que los siete cirios representan a los siete  Sephirot? - Kabbalah es la ley oral recibida por Moisés  el Sinaí, al mismo tiempo que la Torah, la ley escrita.

, rechazó de golpe lo que podía llevar rastros de intelección. No obstante, en el luteranismo, la necesidad de interiorización, de despojo y de sencillez evangélica, el rechazo de la mundanidad, la importancia  destinada a la música sagrada, - Schütz, Buxtehude, Bach, - las relaciones mal conocidas con la Rosa-cruz y  hermetistas constituyen elementos que acercan el Cristianismo germánico a un cierto clima esotérico. - Arrastrado por la escolástica ya racionalista y por la preocupación de un proselitismo cuantitativo, el Catolicismo romano condenó a muchos cuyo pensamiento vehiculaba auténticas partes de esoterismo, tales Giordano Bruno, Maestro  Eckhart, Angelius Silésius. El esoterismo subsistió allí como a  sus espaldas, después de haberse manifestado brillantemente durante toda la Edad Media a través de la caballería templaria, las iniciaciones artesanales y ciertos grandes místicos: san Bernardo, san Buenaventura, Hugo de San- Víctor, Guillermo de Saint-Thierry. - Por su respeto de lo sagrado y de la tradición intangible, por su teología del Sobre-Ser y de las Energías divinas, por su liturgia y por el hesicasmo, la  0rtodoxia es  manifiestamente  la Iglesia que mejor conservó lo que entendemos por esoterismo. Es curioso observar quede las tres confesiones cristianas, la ortodoxa es la que se opone más ferozmente a esta noción, que carga de valores totalmente negativos. Tenemos, una vez más, la prueba que todo es cuestión de vocabulario y que no se explica jamás con bastante precisión sobre el sentido que da a los términos empleados. Es un poco como si, todavía estando en posesión plena del esoterismo cristiano, la Ortodoxia se niegue a tener la palabra, - lo que ciertamente es menos grave que de tener la palabra sin la cosa 1.

Un punto sobre el cual las tres confesiones convergen es el temor que el esoterismo divida al " pueblo de Dios " en dos clanes: de un lado, los "iniciados", del otro, un resto del rebaño. Es posible que esta tendencia hubiera jugado en

1. Parece el término que correspondería mejor al "esoterismo", además del usual gnosis, sería paradosis, la "tradición".

algunos "iniciados", víctimas del orgullo, que justamente no habían comprendido que había que recibir el Reino de los cielos como un niño " 1. Evidentemente no se trata, en nombre de un " elitismo " poco fraternal, de distinguir dos categorías de cristianos. Se trata en primer lugar de no quejarse de algunos de ellos, cuando el Cristianismo dice sí a todo tipo de derivas que no son el Cristianismo, de interesarse en lo que hay  de más original y de más interior en su religión. Se trata luego de considerar que la diversidad de los temperamentos espirituales existe, como existe el de los carismas, y  qué concuerde con la diversidad de los grados de comprensión incluidos en toda espiritualidad. El esoterismo se  dirige teóricamente a todos, pero estamos obligados a comprobar que sólo, un pequeño número percibe su llamada, y ciertamente no es este pequeño número el que tiene el menor poder, o aspira a la menor influencia. La persecución y la muerte son a menudo su premio. Solo, aspira a contemplar y a probar el Espíritu en su plenitud, sin traicionar nada, sin arreglo con el cielo, sin compromiso con el siglo: simplemente, como se mira una flor abrirse, absteniéndose de ayudarle allí con sus dedos.

1. El término "iniciado" a menudo vuelve en el mistagogia de los Padres para designar al que ha sido bautizado y al que recibió la comunión.

 

No hay comentarios: