Jean Biès
RETOUR A
L’ESENTIEL
Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?
Delphica.
L’Age d’Homme. Lausanne 2004
MODALIDADES
DE UNA REFORMA INTELECTUAL
III
EL SER, EL MUNDO Y EL
HOMBRE
La
reconstrucción doctrinal a cuál acabamos de referirnos, y de la que el Sobre-Ser
abre su primer capítulo, se continúa por la exploración de los tres planos que
emanan de ahí: El Ser, el Mundo y el Hombre.
Las
tradiciones en su conjunto proclaman al Ser como primera determinación de
Sobre- Ser, consagrándosele denominaciones diversas pero concordantes. El Ser
puede definirse como el Principio de la manifestación y de la reabsorción
universal, la Causa de toda existencia que exterioriza en el devenir, el Origen
primordial de toda actividad, la Enunciación de Dios en su aspecto salvífico y
personal. Es al nivel del Ser, intermediario entre lo sobre-inteligible y lo
sensible, que se encuentra prefigurado en modo sutil todo que existe aquí abajo
en modo corporal.
Para la
tradición hebraica, el Ser es el Elohim
del Génesis, el Dios creador, llevando en sí, en el estado todavía principial,
las formas, los números y las dualidades. Es " soy el que soy " ( Ehyeh asber Ehyeh) revelado a Moisés sobre
el Sinaí, como receptáculo de los Arquetipos universales, o Sephiroth, presidiendo a la multitud
cósmica que se desplegará en la Existencia. Cuatro "Mundos"
jerarquizados lo constituyen, correspondiente a los cuatro grados de la
Realidad, que simbolizan los ríos del Edén, o todavía, las letras formadoras
del Nombre YHVH: el " mundo de la Emanación " transcendente, estancia
de los tres Sephiroth superiores,
uniendo el Ser y el Sobre-Ser; - el " mundo de la Creación " prototípica
y el " mundo de la Formación " sutil, estancias de los Sephiroth nacidos de los tres primeros y Aspectos fundamentales del
Dios creador; - por fin, el " Mundo del hecho " terrestre,
actualizando los prototipos divinos al nivel de la manifestación.
El
Cristianismo hereda estos datos, desplazando el centro de interés, El Ser (Ousia) está en acto y en relación con Él
mismo y con la Creación; y es sobre esta última relación que se lo ve insistir.
El Ser se manifiesta en la Creación por sus "teofanías" y por su
"Encarnación". Las "Energías" divinas son las
manifestaciones de Dios, sus "impulsos", sus "rayos" que
penetran el universo creado, los "desbordamientos" de la naturaleza
divina, de la que ellas revelan Luz en forma de Gracia increada y deificante.
Por ellas, la Esencia inaccesible se comunica permaneciendo incomunicable. Esta
emanación soberana de la Ousia
formada de las tres Hipóstasis, que es
la Encarnación, manifiesta el Dios personal y salvador.
Para el
Islam, la "Unicidad" (al-Wahidiyah)
es reveladora de la Esencia, " multiplicidad esencialmente una "; es
la Inmanencia que contiene las "Cualidades" universales, rayos emanando
del Principio, " contenidos increados de las cosas creadas ",
manifestando la divinidad. Estas "Cualidades", virtuales y
permanentes, se concretizan en la divinidad personal que se dirige a los
hombres. Ella se resumen en un cierto número de tipos fundamentales, los "
Nombres divinos”, religando el Ser al mundo, el "Espíritu", o "
Intelecto primero ", es increado en su esencia, (así, el Purusha del Hinduismo), pero creado en tanto primera
entidad cósmica, (así, el buddhi, o " luz intelectiva ", primera
producción de Prakriti).
El Hinduismo
designa por " Brahman cualificado " (saguna Brahman) el Dios creador, Ishvara, la fuente de la
multiplicidad, que actualiza sus posibles en todo tipo de modalidades. De la
esfera de Ishvara nacen los dioses: Brahmâ, el " Embrión de oro " de donde saldrá el
universo, residiendo en el seno de las Aguas primordiales, el Verbo creador, cuya esposa es Shakti, la Energía cósmica; - Visnú,
en el que los mundos son concebidos como prototipos todavía no manifestados, a
la vez principio de conservación de las cosas creadas y principio de
encarnación que permite a lo Divino descender al mundo de las formas para guiar
los destinos humanos y adaptar la Revelación original a nuevas condiciones
cíclicas; - Shiva, el poder de destrucción, de donde nace la existencia de
nuevo, al mismo tiempo que el término medio entre el supremo Brahma y el
principio causal Visnú, dios creador y salvador.
Con lenguaje
que le es específico, el Taoísmo repite las mismas perspectivas. El Ser (Yeou), de otro modo llamado
"Tao-naturaleza", proviene de "Tao-esencia", o
transcendental y lo manifiesta. Es lo que permite a Tao transcendental acceder
a la existencia y difundirse en el universo; lo que da consistencia, ensamblaje
y movimiento a las formas potenciales. Es la " Madre de los diez mil
", de los principios que engendran las criaturas, las introducen en el
devenir; el agente determinante y
regulador que puede ser nombrado, y de donde nacen sucesivamente la ley de
transformación y de alternancia del yin-yang, los pares de opuestos, los
intercambios naturales y los ritmos cósmicos.
*
“Del No-Ser salió el Ser. Este Ser se transformó en
un Sí. " Y el Sí soñó: " ¡Pueda yo crear los mundos! " Estas dos
citaciones tomadas prestado de los Upanishad
resumen perfectamente el doble proceso metafísico y cosmogónico. Así como del
No-Ser (o Sobre-Ser) se desprende el Ser, - lugar de los Arquetipos y de las polaridades
todavía increado, - del Ser se desprende el universo, - estancia de las
criaturas que se determinan a su vez según su naturaleza particular. - Al ser
infinito lo Absoluto, irradia en todos sentidos; radiante, se proyecta;
proyectándose, se polariza en una infinidad de "posibles" arquetípicos.
Así como lo Absoluto se refracta en los Arquetipos, estos se refractan en las
criaturas. La sustancia material través
de la cual se expresan los fenómenos es la manifestación que exterioriza los
"posibles". Indefinida, refleja en modo relativo el Infinito; transitoria,
lo Eterno; contingente, lo Transcendental.
Estos tres
grados que son la Esencia (como Absoluto}, el Ser (como Potencialidad) y el
mundo (como Existencia) constituyen el " Orden divino". Cada uno de
ellos se encuentra reproducido en el que le sigue inmediatamente, en el seno de
la gran Unidad cósmica; ninguno está totalmente separado de otros. Todavía
vemos aquí el conjunto de las tradiciones reproducir sensiblemente el mismo
esquema. Las diferencias que pueden surgir entre los sistemas no afectan de
ninguna manera el substrato sino subrayan la diversidad de las maneras de considerarlos.
Así es como se verá la perspectiva indo-budista insistir más en la desviación
entre el Espíritu y el mundo considerado entonces como evanescencia e ilusión,
mientras que la perspectiva judeocristiana subrayará su correlación.
Con el fin
de no dar a estas páginas una extensión inconsiderada, nos atendremos a la
tradición hebraica, repetida por las tradiciones cristianas e islámicas: todas ellas
conciernen más directamente a los lectores occidentales. Éstos querrán
excusarnos de antemano del carácter un poco árido de esta exposición; pero
llegar a las tierras de leche y de miel supone una previa travesía del desierto;
y hay un precio a pagar en las aduanas de la verdad. Pretender resumir
sucintamente toda la complejidad divina comporta ya una apuesta irreverente, por
no decir blasfematoria 1.
La
Manifestación cósmica, que ve el paso de lo Uno a lo múltiple, del Ser al
devenir, puede resumirse a partir de dos series de consideraciones que
conciernen a los Principios creativos y sus Efectos.
1. Les recomendamos a los
investigadores deseosos de una información más completa las obras capitales de
Léo Schaya, El Hombre y lo Absoluto según
la Cábala, y La Creación en Dios,
en las que nos inspiramos ampliamente aquí hasta. No sólo estas dos obras
rectifican los numerosos errores de interpretación que son el efecto del
literalismo, sino que clarifican la
dificultad de las exégesis fundadas sobre el simbolismo y muestran lo que
realmente hay que entender por la hermenéutica y el esoterismo.
Los Principios son otros que los Sephirot, o "Determinaciones"
causales de lo creado, "Numeraciones" de la arquitectura cósmica,
"Números" metafísicos que son la síntesis de los Arquetipos y presiden
la construcción de los mundos invisibles
y visibles. Los Sephirot no parecen
separados y numerables más que al nivel de lo manifestado y para responder a la
claridad de su exposición. Ellos se integran de hecho los unos en las otros,
cada Sephirot contiene el conjunto de
Sephirot y todos están contenidos en el
" Uno sin el segundo ", en la Unidad a la vez transcendental e
inmutable, eterna e infinita, inmanente y receptiva.
- Al "
mundo de la Emanación " transcendente corresponde Tri-unidad suprema,
formada por los tres Sephirot
superiores, o " Principios esenciales ", Kether (la " Corona ") es idéntico al Ain, lo Absoluto ", y a EnSoph, lo "Infinito"; es el Sobre-Ser,
del que el capítulo precedente a intentado
una aproximación. Kether no actúa,
sino deja a los nueve otros tipos de Sephirot,
sus Emanaciones, obrar en su Nombre. - Hokhmah
(la " Sabiduría ") designa el "Pensamiento" divino, el
"Padre", más allá de todos los polos opuestos; la pura Beatitud, más
allá de toda distinción de dualidades, (en la que ella es también el "Árbol de la vida" del Edén). - Binah (la "Inteligencia") designa la
irradiación infinita de la Faz de Dios,
el "espejo" donde se refleja, la "Madre " suprema,
principio de toda distinción; la Unidad en la multitud de los Aspectos
innumerables de lo Divino.
- Al "
mundo de la Creación " prototípica corresponden otros tres tipos de Sephirot, los " Principios
cosmológicos ". Hesed ("
Grace ") pone los límites de lo creado; es la Presencia creadora,
conservadora y redentora de Dios; abre lo creado en su
"Misericordia", - Dîn (el
" Juicio ") fija las condiciones fundamentales de todo lo que existe;
es Ley universal que determina la orden de la Naturaleza cósmica. Separa la
Creación de su Creador, y los seres unos de otros por el ejercicio de su
"Rigor", pero los separa también de la separatividad existencial
devolviéndolos al Uno bajo la influencia de la "Gracia", hace volver
a entrar la totalidad creada en su
Origen. - Tiphereth (la "
Belleza ") es la plenitud y la armonía de los "posibles";
realiza la interpenetración de Arquetipos, "modelos" perfectos de
todas las cosas. Síntesis de las
Emanaciones divinas, une lo
"Absoluto" y lo "Infinito", la "Misericordia" y
el "Rigor".
- Al "
mundo de la Formación " sutil corresponden tres otros tipos de Sephirot, las "Potencias cósmicas”.-
Netsah (la "Victoria"]
representa el "Poder" masculino, activo y positivo, que produce el
mundo, les da vida por extensión, multiplicación y fuerza; es el flujo
inagotable de vida luminosa. - Hod (la
" Gloria ") es la "Potencia" femenina, receptiva y
negativa, del Creador, que proyecta y transforma los mundos antes de
reabsorberlos en Uno. - Yesod (el
" Fundamento ") es la "base" del mundo creado, el equilibrio eterno e inmutable
entre la expansión y la restricción de los dos precedentes tipos de Sephiroth, entre la proyección y la
resorción de toda cosa.
- Al "
mundo del hecho " terrestre corresponde Malkhuth (el "Reino"}, la Inmanencia, la Causa inmediata
del cosmos, que lo envuelve y lo penetra. Es el receptáculo de los otros Sephirot, reflejando a la vez todo lo
que está en el mundo divino y todo lo que está en la creación. Es la
"Tierra" en el estado increado, el Aspecto inmanente de la
Receptividad, la "Madre" inferior, que manifiesta por reproducción
cósmica lo que recibió de arriba. Es también Shekhinah, la "Presencia" efectiva y omnipresente de la
Divinidad. Representa en fin el Principio indiferenciado de toda sustancia, el
"Éter" universal, quintaesencia de los cuatro elementos sutiles y de
los cuatro elementos físicos que derivan de ello.
Los Efectos manifiestan los diferentes
"Aspectos" determinados por Sephirot.
Anotemos
primero que la frase célebre que abre la Biblia, ordinariamente traducida por:
" al principio, Dios creó los cielos y la tierra ", cuenta por lo
menos cuatro equívocos. "Al principio" significa en realidad: "
en el Príncipio " (Bereshith),
lo que nos sitúa de golpe en un " Comienzo sin comienzo " y una
" Finalidad sin fin ", es decir en lo Absoluto como tal. La
traducción errónea que se lo da, además de que introduce la noción de tiempo a un nivel donde éste todavía no
ha sido llamado de la Eternidad, prepara ya implícitamente la mentalidad
historicista y el progresista de Occidente moderno. - Por otra parte, la
traducción habitualmente dada: " Dios creó ", bascula y oculta el
sentido verdadero. "Él", es decir el No-Ser, "creó" (bara) " los Dioses " (Elohim), que son los tres Tipos de Sephirot de la Tri-Unidad suprema. Dios
no creó el mundo de la nada (ex nihilo),
como le enseñan todos los que han descuidado referirse a las fuentes, sino del No-Ser, la Esencia sobre-ontólogica que
determina al Ser inteligible y causal, que determina su vez la creación
actualizada en modos sutiles, luego físicos, a partir de su estado arquetípico.
Lejos de haber sido creado de nada, el mundo lo ha sido de lo Real absoluto 1.
Los
"cielos (hashamayim)"
designan no el cielo atmosférico, sino el conjunto de los mundos
suprasensibles, y sus principios creativos. Los tres Sephirot superiores se manifiestan en el plano macrocósmico bajo la
forma de tres " Cielos de los Cielos "; los siete otros Cielos
constituyen el " mundo de la Forma " sutil. Allí residente el Alma
del Mesías, los espíritus de los Patriarcas y de los Profetas, los Seraphim de poderes ígneos, los Kerubim, " luces cognitivas ",
los Arcángeles, las manifestaciones principiales de los "Vivientes"
que determinan los confines supra-espaciales de la expansión cósmica y los
diferentes cuaternarios que acondicionan la existencia; allí residente también
los Ángeles, las vibraciones luminosas y sonoras, estallando en miríadas de
olas para formar el Océano de la Luz celeste.
La
"tierra (haarets)"
corresponde no solamente al planeta que lleva este nombre, sino a la vez, al
mundo tomado en su estado todavía increado y abierto al descenso de los
Influjos divinos, - "recipiente" de las Emanaciones sefiróticas,
dicho de otra forma , Malkhuth, la
" tierra informa y vacía "( tohu
bohu),
1. Esta idea ha sido expresada por
algunos cristianos como Jacob Boehme. Para el autor del Mysterium Magnum, es el Abismo primordial, el Ungrund, que es el
origen del Ser trinitario, y que
Berdiaev retomará en su perspectiva de la libertad absoluta.
-y al " mundo del hecho ",
constituido por siete Tierras y condicionado por el tiempo, el espacio y los
elementos materiales. La " tierra superior " es la que habitamos;
seis otro, menos perfectas o inconclusas, son pobladas de humanidades
incompletamente formadas.
Entre los siete
Cielos y las siete Tierras están los siete Paraísos terrestres, habitados
Ángeles y las almas de las personas justas, así como los siete Infiernos,
inversiones tenebrosas de los Cielos, las estancias de las entidades demoníacas
y de las almas condenadas, y cuyo espíritu es Satanás, - falsificación de la
Inmanencia divina, "el punto de caída" cósmico, la estancia de las
" tinieblas exteriores ".-
Los siete
tipos de Sephirot son también
llamados los " Días de la Creación
" principial, - impropiamente considerados como etapas cronológicas,
mientras que deben ser interpretados en primer lugar como "aspectos"
o "estados" simultáneos del Sobre-Ser que pasan al Ser y del Ser pasan
a la Existencia. Bajo la acción de los Sephirot
de la construcción cósmica, la Creación procede por cristalizaciones de las
Posibilidades universales.
El primer
Día es el del Fiat Lux, el que ve la
Potencia creadora pasar al Acto creativo. Su Luz increada e infinita,- Dios
mismo, - profiere Su Verbo, - el Sonido primordial, su Determinación eterna, -
sobre las Posibilidades cósmicas que simboliza la " faz de las aguas”.
Este Día uno es el Día del Uno. - El Día
dos inaugura la dualidad, la separación entre lo Increado y lo creado, el
Infinito y lo finito, lo Absoluto y lo relativo. Marca la distinción entre las
" Aguas superiores ", increadas (o Posibilidades arquetípicas), y las
" Aguas inferiores ", creadas, (sus efectos cósmicos actualizados).
El "firmamento" traza entre ellas la línea de demarcación a partir de
la cual aparece el " mundo de la Formación " sutil. - El tercer Día
ve la creación del "verdor" y de las "hierbas", las
categorías angélicas inferiores y superiores), el del "árbol frutal",
(el hombre edénico que lleva semilla), la de la " tierra seca ": el
" mundo del hecho ", la Receptividad cosmológica de Dios, entre sus
implicaciones naturales y espirituales. Tierra y Cielo son estabilizados en el
" estado de gracia” por la cristalización paradisiaca de las cosas
terrestres que reflejan realidades celestes. - El cuarto Día establece la
relación permanente entre el Paraíso celeste y el Paraíso terrestre. El
"sol " distingue el "día", (el aspecto inteligible de Dios, Ser causal y universal), de la " noche
", (la oscuridad sobre inteligible del no Ser). El " sol "
significa también la Revelación divina y el Conocimiento que actualiza en los
seres, como la "luna" significa la receptividad espiritual necesaria
para la obtención de este conocimiento. En cuanto a las "luminarias",
balizan el camino de la vuelta al Supremo, miden las eras cósmicas. - El quinto
Día es ese donde las " Aguas inferiores " toman forma y cuerpo en los
seres vivos que se elevan hasta su Esencia, las " Aguas superiores”. Las
"aves" designan los arquetipos de las vibraciones espirituales,
descendentes y montantes; Los "peces", los arquetipos de las
vibraciones luminosas y oscuras. - El sexto Día revela y despliega los
Arquetipos inmanentes de lo creado, que el primer Día contiene sintéticamente
en su Luz.
El
"hombre" aparece, Arquetipo de todos los Arquetipos creados, el Adam
andrógino, así como los " seres animados ", sinónimos de la
Inmanencia divina como Arquetipo de las criaturas animales y angélicas. - La
"tarde" y la
"mañana", que cierran y abren cada día de la Creación, designan, la
una, la separación de las criaturas de con la Luz, y su paso en las tinieblas
de la discontinuidad, la otra, la resurrección de los seres como esencias increadas.
- El séptimo Día es el de la unión de lo Inmanente y de lo Transcendente.
Designa el Instante eterno, el Punto supremo, el Eje central, el " Árbol
de la Vida " trascendiendo el comienzo y el fin de los seis días. Todo es
creado en este sólo instante que es Dios, en este "Hoy" que es el Ser
causal, el " Sabbat de abajo " que no más que hace más que uno con la Tri-Unidad de arriba.
*
* *
Es en el
Hombre que se cumple la más perfectamente la identidad del Macrocosmo, - el Ser
y el mundo, - y del Microcosmo que él representa. Los diez tipos de Sephirot se reflejan en el ser humano
más y mejor qué en cualquier otra criatura; y es en este sentido que el hombre
es rey de la Creación. Según la bella expresión de Léo Schaya, la identidad
metafísica de Dios y del hombre es " el punto de intersección de los rayos
sefiroticos en el seno del Cosmos ".
La creación
del hombre acompaña la del universo. El hombre nace primero en la Trascendencia
divina, luego en su Inmanencia. Desciende, creado, en el Paraíso celeste, donde
su alma recibe una forma sutil. En el Paraíso terrestre, esta forma adquiere el
envoltorio de un cuerpo etéreo incorruptible, un " cuerpo de
resurrección”. Pero, desterrado por el Edén, este cuerpo paradisiaco es
reducido a un vestigio escondido bajo un envoltorio físico perecedero,
constituido por los cuatro elementos nacidos del Éter. El "polvo" del
que está hecho el Adam terrestre no es en absoluto la "tierra" que
forma la base de su cuerpo, sino la sustancia pura, etérea e incorruptible, del
cuerpo primordial del hombre 1.
Éste ha sido
creado " a imagen y semejanza
" de Elohim. El "Sí" humano corresponde y se identifica con
"Sí" divino, a la Esencia que reside en el " mundo de la
Emanación " sefirótica, - el Sobre-Ser. - El "espíritu" humano
corresponde al Espíritu universal que reside en el " mundo de la Creación
"- El Ser en su aspecto prototípico. - El "alma" humana
corresponde al Alma divina que reside en el " mundo de la Formación
", - el Ser en su aspecto sutil. - El "cuerpo" humano
corresponde al Cuerpo divino que reside en el " mundo del hecho "
terrestre y se manifiesta a través del Universo creado.
En nombre de
la misma " imagen y semejanza ", el hombre ha sido creado masculino y
femenino, es decir proveído una alma constituida por una esencia
"paternal", luminosa y espiritual, y por una sustancia
"maternal", virgen, la Shekinah.
La
"Imagen" le responde al Padre, o Principio activo, la Transcendencia,
1. De donde la rectificación que
todavía se impone aquí. “Eres polvo y regresarás al polvo " significa en
realidad que el hombre es de esencia inmortal y reunirá la inmortalidad, de la
cual el polvo es un símbolo feliz en el sentido de que su ligereza lo hace,
por así decirlo, indestructible.
-
pensaremos en el Purusha del Hinduismo, - y la "semejanza", a la
Madre, la Receptividad, la Inmanencia, - el Prakriti
del Hinduismo. - Eva personifica la Receptividad de Adam: objetiva a su ser: " hueso de sus
huesos ", (esencia de su esencia), " carne de su carne ",
(sustancia de su sustancia, podemos añadir que el aspecto masculino del hombre responde
al lado derecho del Árbol sefirotico, el aspecto femenino, al lado izquierdo.
Lo que vale, de una parte, para la realidad interior e al hombre, y de otra
parte, para su realidad física. Los Sephirot son a la vez los Arquetipos del
ser espiritual y psíquico, y los del envoltorio corporal 1.
Entre los
principios metafísicos y los elementos corporales, hay en el hombre de los
constituyentes psíquicos. Lo mismo, en efecto, que la entidad humana refleja en
su totalidad los cuatro "Mundos ", y lo mismo que el cuerpo está formado por los cuatro elementos físicos, lo
mismo, el alma está hecha de cuatro
"soplos", o esencias espirituales, unidas entre ellas y determinadas
por Yehidah, el" Alma única
", divina, indistinta, el "Sí" absoluto, indisociable de Dios,
el Principio idéntico al Uno trascendente.
Yehidah es identificada al Éter y se
manifiesta en el hombre por cuatro "aspectos" o "pisos",
que están en la orden descendente: Hayah,
el " alma (eternamente) viva ", el arquetipo eterno y particular a
cada ser humano, identificado al Dios inmanente; - Neshamah, el" alma espiritual ", la manifestación
perfecta de este arquetipo, el centro o la fina punta de la individualidad; - Ruah, el " alma mental ", -
razón, pensamiento, voluntad, - el principio del "yo", participando en
el Espíritu divino; - Nephesh, el
" alma corporal ", vital y sensitiva, la animalidad
1. Así es como á
Hokhmah corresponden el conocimiento
de Dios y el cerebro derecho, a Binah,
el discernimiento entre lo real y la irreal y el cerebro izquierdo; a Hesed, la aspiración a lo Divino y el
brazo derecho, símbolo de clemencia, a Dîn, la facultad de juicio y el brazo
izquierdo, símbolo de severidad, etc. La
tradición hindú ofrece un paralelismo semejante entre el Purusha
supremo (el Hombre transcendental que equivale a Adam qadmon), y el hombre que se deriva de eso.- R. Guénon
estableció, por otra parte, en Estudios
sobre el Hinduismo: "Kundalini-yoga", las correspondencias entre
los Sephirot y los chakra, o " centros sutiles”.
instintiva,
el lazo entre el alma propiamente dicha y el cuerpo.
Si el hombre
es mucho menos de lo que generalmente se cree, es sin embargo mucho más de lo que
cree: la complejidad de su cuerpo sutil no tiene que envidiar nada, lo vemos, a
la de su cuerpo físico, tal, como lo reveló la exploración científica 1.
El último
resultado del "pecado original" es la muerte. Lo que hay que entender
por "pecado original" es la disociación del hombre primordial, el
reflejo del Hombre transcendental (Adam
qadmon), con su ser interior, universal e incorruptible (Metatron).
Dios creó el
espíritu del Bien, emanando del lado de la Luz, y el espíritu del Mal, emanando
del lado de las tinieblas. Queriendo al hombre " a su imagen y semejanza ", activo y pasivo, lo proveyó
estos dos espíritus. Sin esta creación doble, dice Zohar, el " hombre jamás
habría podido merecer ni desmerecer ", él habría poseído la perfección
como yendo de sí, sin realizarla activamente. Pero el hombre, creado libre, se ha
arrancado de Bien Sumo, - lo Absoluto, el Infinito, - para atarse al Mal, -
Satanás, el "Adversario" de
Uno. – Tanto tiempo como lo creado no se oponga a su unión con Increado, el
Rigor no se opone a la Gracia. Pero desde que Satán hace gustar al hombre la " fruta prohibida ",
todas las potencias antinómicas del universo son liberadas, el Rigor sale de la
Gracia como el principio separativo y hostil. Lo que había sido uno se hace
dos, lo más alto es bajado, lo evidente es escondido, la bendición se vuelve en
maldición. La conciencia sintética del hombre se hace discontinua; su
conocimiento divino, residual y fragmentario; su intuición se reduce a un saber
intelectual y discursivo. El dualismo triunfa: a nivel psíquico, en la
multiplicación de los conflictos con sí mismo
1. Nos acordamos de lo que escribía
Aurobindo en la Vida divina: “No somos ni siquiera lo que conocemos de nosotros
mismos, sino infinitamente más que no
conocemos
y con otro, neurosis, psicosis; al nivel
mental, en la formación incesante de los pensamientos; al nivel corporal, en la
sumisión a las condiciones existenciales y cíclicas, en la enfermedad y la
muerte.
Lo que hay
que entender por "muerte", es la disolución del compuesto humano, la
reabsorción en lo no manifestado de una individualidad que no es aniquilada
sino transformada, " invocada" fuera del tiempo y del espacio. Sabemos
a propósito de eso que para todas las grandes tradiciones, toda muerte a un
estado es nacimiento a otro estado, y que las diferentes capas del alma, algunas
desaparecen con cuerpo, otras siguen nuevos caminos. En la terminología
hebraica, desaparece con cuerpo físico, y al término de duraciones variables Nephesh, el alma sensitiva; permanecen
vivas Neshamah, vinculada a Ruah, Hayah y Yehidah) 1.
El estado en
el cual el hombre renace es superior o inferior al estado terrestre, según el
comportamiento que fue el suyo hacia Dios y hacia el prójimo. Queda en este
estado hasta la " resurrección de la carne ", es decir la
regeneración espiritual de los elementos y de los centros sutiles potenciales (simbolizados
en la visón de Ezequiel por los huesos) 2. - El
juicio último estatuye sobre el estado póstumo definitivo Un juicio
desfavorable priva al hombre de su cuerpo de luz; su alma, envuelta de
sustancia ígnea, desciende a un estado "infernal”. No purificada, separada
de los cuatro elementos groseros y privada del cuerpo paradisiaco, esta alma se
encuentra reducida al solo elemento ígneo, de naturaleza sutil. Lo que es fuego
de luz para los elegidos, - el " cuerpo glorioso " incorruptible,
1 El Luz es este hueso minúsculo que simboliza la parte espiritual del
ser humano, su incorruptible esencia, el "Sí", correspondiente
al Atman de la tradición hindú. En Yebidah corresponde en esta misma
tradición al " cuerpo causal " imperecedero, que reúne directamente
al "Sí"; a Nesbamah, Ruah,
Hayah corresponden los componentes del " cuerpo sutil ", también
imperecedero.
2. No olvidaremos que en hebreo, la
"carne (basar)" designa el
cuerpo físico, pero también la psique.
o "
cuerpo de resurrección ", - es fuego de sufrimiento para los condenados.
La sustancia ígnea de Hayah, si es,
como los otros elementos sutiles, de origen celeste, se revela infernal para
los seres que no actualizaron las virtualidades espirituales que llevaban
incluidas en su cuerpo terrestre 1. - Un juicio favorable permite al contrario al alma
vivir en el " cuerpo glorioso”. Sube al Paraíso celeste y se reintegra a
divina Presencia.
Los destinos
póstumos son diversos, lo vemos, y sería difícil dar cuenta escrupulosamente de
su complejidad. Es al menos posible discernir dos tipos de devenir, el de los
seres no libertados y el de los seres libertados.
Los seres no
libertados, - la inmensa mayoría de los hombres, - que mueren sin haber hecho
penitencia, se van desnudos, su cuerpo paradisiaco que se reduce a una simple virtualidad.
Esta " gran luz " que ven en el instante de la muerte es su "
cuerpo glorioso ", la imagen de lo que habrían podido realizar sobre
tierra; pero la negligencia de toda práctica espiritual, la que hicieron su
principio de vida, los reduce a su solo elemento ígneo. Las almas son reenviadas
sea a uno de los " Cielos" inferiores, sea a un ciclo de
transmigración: las " vueltas " (ghîlgoulim)
permiten reparar ciertas faltas cometidas anteriormente, pero también, cumplir tal obra asociada a tal aspecto del
Proyecto divino, que no se puede cumplir en una vida.
- En cuanto
al "yo", compuesto de recuerdos, deseos, percepciones, se funde en el
psiquismo universal. Esta desintegración es llamada la segunda muerte " 2.
Los seres
libertados, - los sabios, los justas,
los renunciantes,-
1. La tradición precisa no obstante
que el Infierno no es eterno y la misericordia del Santo, bendito sea, no
rechaza totalmente el alma del que tuvo por lo menos " la intención "
de arrepentirse.
2. Reconocemos en estas etapas recorridas por serle todavía no liberado, - etapas intermediarias y provisionales, - lo que el Hinduismo nombra la " Vía de los Antepasados ", que conduce simbólicamente a la esfera de la Luna, donde el ser se reviste de otra forma, es decir de un otro "estado".
cuya alma
guarda su " cuerpo glorioso ", se ven admitidos sea en estados
superiores, - los " mundos angélicos ", - o sea al séptimo Cielo,
pudiendo alcanzar hasta la Esencia divina a la cual son definitivamente
integrados 1. Para describir estos estados
indescriptibles, la literatura sagrada abunda en imágenes, habla de relámpagos
y de vibraciones espirituales, de ondas coloreadas y sonoras, de masas de
conocimiento iluminativo, de fulguraciones, de esplendores irradiantes, - no pudiendo
siempre más que sugerir la contemplación
de los Misterios supremos y la Realización unitiva y beatifica.
Querríamos
para acabar de responder a la objeción expandida: ¿Cuáles son las pruebas de todo esto? - La existencia de lo
Espiritual, de sus planos, de sus prolongamientos infinitos, de sus
imbricaciones, de su abundante complejidad en el seno de una unidad soberana,
se prueba primero por los propios resultados que toda vida interior verdadera
necesariamente hace adquirir; y si no se los adquirió, nadie puede hacerlo en
nuestro lugar, ninguno puede juzgarlo seriamente. Puede también probarse por la
fe en lo que testimonian, sin
consideración de épocas o de país, los mártires de lo Absoluto, los conocientes,
los silenciosos, que resistieron físicamente a las deflagraciones del Divino en
ellos, haciendo creíble lo increíble. Todavía puede probarse por la razón
razonante, según una dialéctica sin defecto, y por un estudio obstinado de los
textos sagrados y de sus comentarios.
Nos
contentaremos con hacer primero ver que cada uno puede verificar en sí los
cambios diversos y las alteraciones psicológicas por los cuales pasa en el
espacio de una sola
1. Reconocemos en estos estados
transcendentales las etapas de la " Vía de los Dioses ", que conduce
simbólicamente a la esfera del Sol. Que lo sea desde esta vida o en el momento
de su muerte, el "Liberado" de la tradición hindú lo es
definitivamente de todas las condiciones de la existencia individual, así como
de todas las demás condiciones limitativas post-mortem.
Él alcanzó la " Identidad suprema ", más allá de los paraísos; es
decir, el Nirvana.
jornada 1. Pero lo que hay que comprender, es que esta gama de
estados puede ser mucho más extendida de hecho en algunos seres que gozan de
una madurez más fuerte interior o están encargados de una misión particular
aquí abajo, que no lo es en caso del hombre ordinario. No tenemos más el
derecho a discutir esta evidencia que la existencia de las radiaciones
ultravioladas o infrarrojas, so pretexto que no son visibles a través del
espectro solar. Con esta infinidad de estados, que simboliza en la Biblia la
escala de Jacob, coincide una infinidad de grados de conocimiento, entre los
que los más elevados serán cualificados "divinos" para distinguirlos de
otros, familiares todos, y por esta razón, cualificados de "humanos",
Sin duda no hay que establecer una distinción radical entre estos grados; sin
duda hasta, estos términos responden a un convenio de lenguaje. Pero esta
distinción no demuestra menos, por lo absurdo en cierto modo, la misma
existencia de lo Divino.
Es sin duda
más raro encontrar a hombres "despertados" a estos grados de
conciencia-conocimiento, que hombres "adormecidos", tan es verdad que
la realización espiritual auténtica es privativa sólo de algunos individuos por
siglo. ¿Es decir que se ha vuelto totalmente imposible encontrar a hombres de
Dios, aunque están dispersados y hacen todo para quedar escondidos?.. Varios
testimonios indiscutibles atestiguan, por ejemplo, el " brillo" de
algunos de ellos, en el sentido más exacto del término, y le identifican su
experiencia a la de Moisés " de cara radiante ", o de Cristo "
resplandeciendo como el sol " 2. Es un
hecho reconocido
1. Para citar sólo un ejemplo,
podemos distinguir en el interior del estado de la vigilia todo tipo de
coloraciones y de intensidades con arreglo a las presiones internas y externas:
el estado de conciencia llamado normal, la alegría, la cólera, la tristeza, la
voluptuosidad, la exaltación y el abatimiento, la embriaguez, la concentración
de la mente, el despertar anestésico, etc. La misma riqueza de graduaciones en
los estados de sueño y de dormido.
2. Uno de estos testimonios los más
conocidos en la tradición cristiana es la relación dejada por Motovilov de su
encuentro, en 1831, con Seraphim de Sarov investido de la luz del Santo
Espíritu. – Es de pensar que otros testimonios recientes o contemporáneos no
han sido transmitido ni revelados por razones fácilmente discernibles.
a través de
los tiempos, los lugares y las religiones, que el " cuerpo Etéreo ",
realizado en la carne y que se desborda de alguna manera sobre el envoltorio físico,
puede transparentarse través de ella y dejarse ver en algunas circunstancias
muy privilegiadas. Podemos decir que el cuerpo paradisiaco comunica al cuerpo
físico perfectamente purificado su luminosidad específica, - la aureola de los
santos en el arte pictórico, - y lo transfigura, atestiguando que la
restauración del estado primordial no sólo es posible, sino que lo es ahora y
en este mundo aquí.
Otra observación
es que hay que abstenerse de proyectar sobre los hombres de un pasado lejano nuestras
formas y los procesos mentales , creer
como únicos existentes (y superiores) nuestros propios métodos de
investigación. No podemos olvidar que durante milenarios, una multitud de
hombres que vive en el seno de una naturaleza virgen, - espejo no quebrantado de
las realidades de arriba, - pasaron su
vida observando los ritmos y las relaciones sutiles del universo, percibiendo el
orden secreto de las cosas, se remontaron a las raíces de los fenómenos,
cumplieron periplos siempre más profundos y precisos dentro de ellos mismos,
visitando y explorando " los interiores de la tierra”. Y esto, gracias a
técnicas de ascesis olvidadas o perdidas casi por todas partes, gracias a órganos
de los sentidos más agudizados que los de hombres condenados a las oficinas y a
las fábricas de las ciudades modernas; Gracia todavía a un tipo de inocencia
nativa que los ligan al resto del mundo y que los hacen disponibles a un orden
más fino de realidad; gracia sobre todo a un poder intenso de concentración y
de discriminación y a un órgano de conocimiento supra-racional , hoy atrofiado
hasta el punto de ser negado, el de la " Intuición intelectiva ". Es
por ella que los antiguos de Israel, los rishi
de la India védica, y de modo general todos cuyo " ojo divino " se
abrió , recibieron los últimos secretos del universo, descendido a ellos en el
curso de "visiones" y en el curso de "audiciones" directas.
La Intuición
metafísica, - el "Intelecto"
del Maestro Eckhart, " algo en el alma increado e incansable ", el Noús de los Helenos, Buddhi de los hindúes, - es esta
facultad supra mental que permitió a los videntes de los orígenes alcanzar él
más allá de todo lo que es percibido en este mundo con la ayuda de la sola
función sensorial. Ella conoce lo que es por identificación efectiva con lo que
es; y esta identificación es posible sólo porque hay identidad de esencia entra
el Ser y la Intuición. Ésta conoce lo que es porque ella es lo que conoce. Los que,
deteniéndola, hablaron del Sí, dijeron sobre eso las regiones, los paisajes
cercanos, pudieron hacerle sólo porque eran el Sí, su oriente, sus climas. No pudieron
conocer, y como consecuencia, eventualmente describir los planos de lo
inteligible, sólo porque ellos mismos los habían alcanzado. Sólo, la Intelección, que no puede ser adquirida, o más
bien no puede aparecer más que por "soltar presa", - comprendamos: la
desaparición total del ego con sus prejuicios, sus raciocinios, sus
coloraciones tendenciosas y contradictorias, las imaginaciones y las voliciones
que saturan el cerebro, los "recargos" que hacen tomar la cuerda por
la serpiente, - sólo, la intelección confiere la visión de la Totalidad
manifestada y no manifestada: sólo ella permite
conocer " esto que, siendo conocido, hace que todo es por allí mismo
conocido ", y " lo que no perece cuando todo ha perecido
"...
El mental
interviene sólo luego: a partir del momento en que va ' tratarse de poner en
forma, de presentar en modo humano el contenido de las revelaciones obtenidas,
de confiar al escrito una parte por lo menos de los secretos de la oralidad. Es
solo en este nivel que aparecen en el curso de las edades ciertas diferencias
entre los enunciados, debidas las diferencias de mentalidades que sirven de
receptáculos a los mensajes, también debidas a las imperfecciones y las
deficiencias de los vehículos lingüísticos, siempre limitados y aproximativos.
Pero tiene poca importancia que fuera hecho, aquí, mención de Sephirot, en otro lugar, "
Energías increadas ", o de " Calidades divinas ", desde que se
posee las llaves del desciframiento.
Muy lejos de
reprochar por al proceso tradicional por afirmar sin pruebas, es sobre la
filosofía contemporánea que sería justo devolver la crítica. Es ella en efecto
quién, enteramente concentrada en la sola razón discursiva, encerrándose en un
intelectualismo macizo, en sistematizaciones rígidas que suscitan escuelas
opuestas, reemplazan las "Ideas" por ideas, dispensa sus
construcciones de toda verificación experimental. Es de pensar que la
diferencia esencial entre la actitud de los antiguos Orientales y la de los
poseedores de la reflexión abstracta, - el "idealismo" europeo, - es
precisamente que los primeros primero hicieron constataciones y pusieron a punto
los modos de vida, las prácticas, las disciplinas para favorecer el despertar a
un orden superior de realidades, mientras que los segundos han dejado de unirse
a lo que sea y no pudieron saber más
nada sobre lo que se situara más allá del horizonte conceptual.
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