sábado, 22 de marzo de 2014

El Ser, el Mundo, el Hombre (Jean Biès)

Jean Biès

RETOUR A  L’ESENTIEL

Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?

Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne  2004

MODALIDADES DE UNA REFORMA INTELECTUAL

III

EL SER, EL MUNDO Y EL HOMBRE

La reconstrucción doctrinal a cuál acabamos de referirnos, y de la que el Sobre-Ser abre su primer capítulo, se continúa por la exploración de los tres planos que emanan de ahí: El Ser, el Mundo y el Hombre.
Las tradiciones en su conjunto proclaman al Ser como primera determinación de Sobre- Ser, consagrándosele denominaciones diversas pero concordantes. El Ser puede definirse como el Principio de la manifestación y de la reabsorción universal, la Causa de toda existencia que exterioriza en el devenir, el Origen primordial de toda actividad, la Enunciación de Dios en su aspecto salvífico y personal. Es al nivel del Ser, intermediario entre lo sobre-inteligible y lo sensible, que se encuentra prefigurado en modo sutil todo que existe aquí abajo en modo corporal.
Para la tradición hebraica, el Ser es el Elohim del Génesis, el Dios creador, llevando en sí, en el estado todavía principial, las formas, los números y las dualidades. Es " soy el que soy " ( Ehyeh asber Ehyeh) revelado a Moisés sobre el Sinaí, como receptáculo de los Arquetipos universales, o Sephiroth, presidiendo a la multitud cósmica que se desplegará en la Existencia. Cuatro "Mundos" jerarquizados lo constituyen, correspondiente a los cuatro grados de la Realidad, que simbolizan los ríos del Edén, o todavía, las letras formadoras del Nombre YHVH: el " mundo de la Emanación " transcendente, estancia de los tres Sephiroth superiores, uniendo el Ser y el Sobre-Ser; - el " mundo de la Creación " prototípica y el " mundo de la Formación " sutil, estancias de los Sephiroth nacidos de los  tres primeros y Aspectos fundamentales del Dios creador; - por fin, el " Mundo del hecho " terrestre, actualizando los prototipos divinos al nivel de la manifestación.
El Cristianismo hereda estos datos, desplazando el centro de interés, El Ser (Ousia) está en acto y en relación con Él mismo y con la Creación; y es sobre esta última relación que se lo ve insistir. El Ser se manifiesta en la Creación por sus "teofanías" y por su "Encarnación". Las "Energías" divinas son las manifestaciones de Dios, sus "impulsos", sus "rayos" que penetran el universo creado, los "desbordamientos" de la naturaleza divina, de la que ellas revelan Luz en forma de Gracia increada y deificante. Por ellas, la Esencia inaccesible se comunica permaneciendo incomunicable. Esta emanación soberana de la Ousia formada de las tres  Hipóstasis, que es la Encarnación, manifiesta el Dios personal y salvador.
Para el Islam, la "Unicidad" (al-Wahidiyah) es reveladora de la Esencia, " multiplicidad esencialmente una "; es la Inmanencia que contiene las "Cualidades" universales, rayos emanando del Principio, " contenidos increados de las cosas creadas ", manifestando la divinidad. Estas "Cualidades", virtuales y permanentes, se concretizan en la divinidad personal que se dirige a los hombres. Ella se resumen en un cierto número de tipos fundamentales, los " Nombres divinos”, religando el Ser al mundo, el "Espíritu", o " Intelecto primero ", es increado en su esencia, (así, el Purusha del  Hinduismo), pero creado en tanto primera entidad cósmica, (así, el buddhi, o " luz intelectiva ", primera producción de Prakriti).
El Hinduismo designa por " Brahman cualificado " (saguna Brahman) el Dios creador, Ishvara, la fuente de la multiplicidad, que actualiza sus posibles en todo tipo de modalidades. De la esfera de Ishvara nacen los dioses: Brahmâ, el  " Embrión de oro " de donde saldrá el universo, residiendo en el seno de las Aguas primordiales, el Verbo creador, cuya  esposa es Shakti, la Energía cósmica; - Visnú, en el que los mundos son concebidos como prototipos todavía no manifestados, a la vez principio de conservación de las cosas creadas y principio de encarnación que permite a lo Divino descender al mundo de las formas para guiar los destinos humanos y adaptar la Revelación original a nuevas condiciones cíclicas; - Shiva, el poder de destrucción, de donde nace la existencia de nuevo, al mismo tiempo que el término medio entre el supremo Brahma y el principio causal Visnú, dios creador y salvador.
Con lenguaje que le es específico, el Taoísmo repite las mismas perspectivas. El Ser (Yeou), de otro modo llamado "Tao-naturaleza", proviene de "Tao-esencia", o transcendental y lo manifiesta. Es lo que permite a Tao transcendental acceder a la existencia y difundirse en el universo; lo que da consistencia, ensamblaje y movimiento a las formas potenciales. Es la " Madre de los diez mil ", de los principios que engendran las criaturas, las introducen en el devenir; el  agente determinante y regulador que puede ser nombrado, y de donde nacen sucesivamente la ley de transformación y de alternancia del yin-yang, los pares de opuestos, los intercambios naturales y los ritmos cósmicos.
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“Del  No-Ser salió el Ser. Este Ser se transformó en un Sí. " Y el Sí soñó: " ¡Pueda yo crear los mundos! " Estas dos citaciones tomadas prestado de los Upanishad resumen perfectamente el doble proceso metafísico y cosmogónico. Así como del No-Ser (o Sobre-Ser) se desprende el Ser, - lugar de los Arquetipos y de las polaridades todavía increado, - del Ser se desprende el universo, - estancia de las criaturas que se determinan a su vez según su naturaleza particular. - Al ser infinito lo Absoluto, irradia en todos sentidos; radiante, se proyecta; proyectándose, se polariza en una infinidad de "posibles" arquetípicos. Así como lo Absoluto se refracta en los Arquetipos, estos se refractan en las criaturas. La sustancia material  través de la cual se expresan los fenómenos es la manifestación que exterioriza los "posibles". Indefinida, refleja en modo relativo el Infinito; transitoria, lo Eterno; contingente, lo Transcendental.
Estos tres grados que son la Esencia (como Absoluto}, el Ser (como Potencialidad) y el mundo (como Existencia) constituyen el " Orden divino". Cada uno de ellos se encuentra reproducido en el que le sigue inmediatamente, en el seno de la gran Unidad cósmica; ninguno está totalmente separado de otros. Todavía vemos aquí el conjunto de las tradiciones reproducir sensiblemente el mismo esquema. Las diferencias que pueden surgir entre los sistemas no afectan de ninguna manera el substrato sino subrayan la diversidad de las maneras de considerarlos. Así es como se verá la perspectiva indo-budista insistir más en la desviación entre el Espíritu y el mundo considerado entonces como evanescencia e ilusión, mientras que la perspectiva judeocristiana subrayará su correlación.
Con el fin de no dar a estas páginas una extensión inconsiderada, nos atendremos a la tradición hebraica, repetida por las tradiciones cristianas e islámicas: todas ellas conciernen más directamente a los lectores occidentales. Éstos querrán excusarnos de antemano del carácter un poco árido de esta exposición; pero llegar a las tierras de leche y de miel supone una previa travesía del desierto; y hay un precio a pagar en las aduanas de la verdad. Pretender resumir sucintamente toda la complejidad divina comporta ya una apuesta irreverente, por no decir blasfematoria 1.
La Manifestación cósmica, que ve el paso de lo Uno a lo múltiple, del Ser al devenir, puede resumirse a partir de dos series de consideraciones que conciernen a los Principios creativos y sus Efectos.
1. Les recomendamos a los investigadores deseosos de una información más completa las obras capitales de Léo Schaya, El Hombre y lo Absoluto según la Cábala, y La Creación en Dios, en las que nos inspiramos ampliamente aquí hasta. No sólo estas dos obras rectifican los numerosos errores de interpretación que son el efecto del literalismo,  sino que clarifican la dificultad de las exégesis fundadas sobre el simbolismo y muestran lo que realmente hay que entender por la hermenéutica y el esoterismo.
Los Principios son otros que los Sephirot, o "Determinaciones" causales de lo creado, "Numeraciones" de la arquitectura cósmica, "Números" metafísicos que son la síntesis de los Arquetipos y presiden  la construcción de los mundos invisibles y visibles. Los Sephirot no parecen separados y numerables más que al nivel de lo manifestado y para responder a la claridad de su exposición. Ellos se integran de hecho los unos en las otros, cada Sephirot contiene el conjunto de Sephirot y todos están contenidos en el " Uno sin el segundo ", en la Unidad a la vez transcendental e inmutable, eterna e infinita, inmanente y receptiva.
- Al " mundo de la Emanación " transcendente corresponde Tri-unidad suprema, formada por los tres Sephirot superiores, o " Principios esenciales ", Kether (la " Corona ") es idéntico al Ain, lo Absoluto ", y a EnSoph, lo "Infinito"; es el Sobre-Ser, del que el capítulo precedente  a intentado una aproximación. Kether no actúa, sino deja a los nueve otros tipos de Sephirot, sus Emanaciones, obrar en su Nombre. - Hokhmah (la " Sabiduría ") designa el "Pensamiento" divino, el "Padre", más allá de todos los polos opuestos; la pura Beatitud, más allá de toda distinción de dualidades, (en la que ella es también el  "Árbol de la vida" del Edén). - Binah (la  "Inteligencia") designa la irradiación infinita de la Faz  de Dios, el "espejo" donde se refleja, la "Madre " suprema, principio de toda distinción; la Unidad en la multitud de los Aspectos innumerables de lo Divino.
- Al " mundo de la Creación " prototípica corresponden otros tres tipos de Sephirot, los " Principios cosmológicos ". Hesed (" Grace ") pone los límites de lo creado; es la Presencia creadora, conservadora y redentora de Dios; abre lo creado en su "Misericordia", - Dîn (el " Juicio ") fija las condiciones fundamentales de todo lo que existe; es Ley universal que determina la orden de la Naturaleza cósmica. Separa la Creación de su Creador, y los seres unos de otros por el ejercicio de su "Rigor", pero los separa también de la separatividad existencial devolviéndolos al Uno bajo la influencia de la "Gracia", hace volver a entrar  la totalidad creada en su Origen. - Tiphereth (la " Belleza ") es la plenitud y la armonía de los "posibles"; realiza la interpenetración de Arquetipos, "modelos" perfectos de todas las  cosas. Síntesis de las Emanaciones divinas, une  lo "Absoluto" y lo "Infinito", la "Misericordia" y el "Rigor".
- Al " mundo de la Formación " sutil corresponden tres otros tipos de Sephirot, las "Potencias cósmicas”.- Netsah (la "Victoria"] representa el "Poder" masculino, activo y positivo, que produce el mundo, les da vida por extensión, multiplicación y fuerza; es el flujo inagotable de vida luminosa. - Hod (la " Gloria ") es la "Potencia" femenina, receptiva y negativa, del Creador, que proyecta y transforma los mundos antes de reabsorberlos en Uno. - Yesod (el " Fundamento ") es la "base" del mundo  creado, el equilibrio eterno e inmutable entre la expansión y la restricción de los dos precedentes tipos de Sephiroth, entre la proyección y la resorción de toda cosa.
- Al " mundo del hecho " terrestre corresponde Malkhuth (el "Reino"}, la Inmanencia, la Causa inmediata del cosmos, que lo envuelve y lo penetra. Es el receptáculo de los otros Sephirot, reflejando a la vez todo lo que está en el mundo divino y todo lo que está en la creación. Es la "Tierra" en el estado increado, el Aspecto inmanente de la Receptividad, la "Madre" inferior, que manifiesta por reproducción cósmica lo que recibió de arriba. Es también Shekhinah, la "Presencia" efectiva y omnipresente de la Divinidad. Representa en fin el Principio indiferenciado de toda sustancia, el "Éter" universal, quintaesencia de los cuatro elementos sutiles y de los cuatro elementos físicos que derivan de ello.
Los Efectos manifiestan los diferentes "Aspectos" determinados por Sephirot.
Anotemos primero que la frase célebre que abre la Biblia, ordinariamente traducida por: " al principio, Dios creó los cielos y la tierra ", cuenta por lo menos cuatro equívocos. "Al principio" significa en realidad: " en el Príncipio " (Bereshith), lo que nos sitúa de golpe en un " Comienzo sin comienzo " y una " Finalidad sin fin ", es decir en lo Absoluto como tal. La traducción errónea que se lo da, además de que introduce la noción de  tiempo a un nivel donde éste todavía no ha sido llamado de la Eternidad, prepara ya implícitamente la mentalidad historicista y el progresista de Occidente moderno. - Por otra parte, la traducción habitualmente dada: " Dios creó ", bascula y oculta el sentido verdadero. "Él", es decir el No-Ser, "creó" (bara) " los Dioses " (Elohim), que son los tres Tipos de Sephirot de la Tri-Unidad suprema. Dios no creó el mundo de la nada (ex nihilo), como le enseñan todos los que han descuidado referirse a las fuentes, sino del  No-Ser, la Esencia sobre-ontólogica que determina al Ser inteligible y causal, que determina su vez la creación actualizada en modos sutiles, luego físicos, a partir de su estado arquetípico. Lejos de haber sido creado de nada, el mundo lo ha sido de lo Real absoluto 1.
Los "cielos (hashamayim)" designan no el cielo atmosférico, sino el conjunto de los mundos suprasensibles, y sus principios creativos. Los tres Sephirot superiores se manifiestan en el plano macrocósmico bajo la forma de tres " Cielos de los Cielos "; los siete otros Cielos constituyen el " mundo de la Forma " sutil. Allí residente el Alma del Mesías, los espíritus de los Patriarcas y de los Profetas, los Seraphim de poderes ígneos, los Kerubim, " luces cognitivas ", los Arcángeles, las manifestaciones principiales de los "Vivientes" que determinan los confines supra-espaciales de la expansión cósmica y los diferentes cuaternarios que acondicionan la existencia; allí residente también los Ángeles, las vibraciones luminosas y sonoras, estallando en miríadas de olas para formar el Océano de la Luz celeste.
La "tierra (haarets)" corresponde no solamente al planeta que lleva este nombre, sino a la vez, al mundo tomado en su estado todavía increado y abierto al descenso de los Influjos divinos, - "recipiente" de las Emanaciones sefiróticas, dicho de otra forma , Malkhuth, la " tierra informa y vacía "( tohu bohu),
1. Esta idea ha sido expresada por algunos cristianos como Jacob Boehme. Para el autor del Mysterium Magnum, es el Abismo primordial, el Ungrund, que es el origen del Ser trinitario,  y que Berdiaev retomará en su perspectiva de la libertad absoluta.
 -y al " mundo del hecho ", constituido por siete Tierras y condicionado por el tiempo, el espacio y los elementos materiales. La " tierra superior " es la que habitamos; seis otro, menos perfectas o inconclusas, son pobladas de humanidades incompletamente formadas.
Entre los siete Cielos y las siete Tierras están los siete Paraísos terrestres, habitados Ángeles y las almas de las personas justas, así como los siete Infiernos, inversiones tenebrosas de los Cielos, las estancias de las entidades demoníacas y de las almas condenadas, y cuyo espíritu es Satanás, - falsificación de la Inmanencia divina, "el punto de caída" cósmico, la estancia de las " tinieblas exteriores ".-
Los siete tipos de Sephirot son también llamados los "  Días de la Creación " principial, - impropiamente considerados como etapas cronológicas, mientras que deben ser interpretados en primer lugar como "aspectos" o "estados" simultáneos del Sobre-Ser que pasan al Ser y del Ser pasan a la Existencia. Bajo la acción de los Sephirot de la construcción cósmica, la Creación procede por cristalizaciones de las Posibilidades universales.
El primer Día es el del Fiat Lux, el que ve la Potencia creadora pasar al Acto creativo. Su Luz increada e infinita,- Dios mismo, - profiere Su Verbo, - el Sonido primordial, su Determinación eterna, - sobre las Posibilidades cósmicas que simboliza la " faz de las aguas”. Este Día uno es el Día del  Uno. - El Día dos inaugura la dualidad, la separación entre lo Increado y lo creado, el Infinito y lo finito, lo Absoluto y lo relativo. Marca la distinción entre las " Aguas superiores ", increadas (o Posibilidades arquetípicas), y las " Aguas inferiores ", creadas, (sus efectos cósmicos actualizados). El "firmamento" traza entre ellas la línea de demarcación a partir de la cual aparece el " mundo de la Formación " sutil. - El tercer Día ve la creación del "verdor" y de las "hierbas", las categorías angélicas inferiores y superiores), el del "árbol frutal", (el hombre edénico que lleva semilla), la de la " tierra seca ": el " mundo del hecho ", la Receptividad cosmológica de Dios, entre sus implicaciones naturales y espirituales. Tierra y Cielo son estabilizados en el " estado de gracia” por la cristalización paradisiaca de las cosas terrestres que reflejan realidades celestes. - El cuarto Día establece la relación permanente entre el Paraíso celeste y el Paraíso terrestre. El "sol " distingue el "día", (el  aspecto inteligible de Dios,  Ser causal y universal), de la " noche ", (la oscuridad sobre inteligible del no Ser). El " sol " significa también la Revelación divina y el Conocimiento que actualiza en los seres, como la "luna" significa la receptividad espiritual necesaria para la obtención de este conocimiento. En cuanto a las "luminarias", balizan el camino de la vuelta al Supremo, miden las eras cósmicas. - El quinto Día es ese donde las " Aguas inferiores " toman forma y cuerpo en los seres vivos que se elevan hasta su Esencia, las " Aguas superiores”. Las "aves" designan los arquetipos de las vibraciones espirituales, descendentes y montantes; Los "peces", los arquetipos de las vibraciones luminosas y oscuras. - El sexto Día revela y despliega los Arquetipos inmanentes de lo creado, que el primer Día contiene sintéticamente en su Luz.
El "hombre" aparece, Arquetipo de todos los Arquetipos creados, el Adam andrógino, así como los " seres animados ", sinónimos de la Inmanencia divina como Arquetipo de las criaturas animales y angélicas. - La "tarde" y  la "mañana", que cierran y abren cada día de la Creación, designan, la una, la separación de las criaturas de con la Luz, y su paso en las tinieblas de la discontinuidad, la otra, la resurrección de los seres como esencias increadas. - El séptimo Día es el de la unión de lo Inmanente y de lo Transcendente. Designa el Instante eterno, el Punto supremo, el Eje central, el " Árbol de la Vida " trascendiendo el comienzo y el fin de los seis días. Todo es creado en este sólo instante que es Dios, en este "Hoy" que es el Ser causal, el " Sabbat de abajo " que no más que hace más que  uno con la Tri-Unidad de arriba.
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Es en el Hombre que se cumple la más perfectamente la identidad del Macrocosmo, - el Ser y el mundo, - y del Microcosmo que él representa. Los diez tipos de Sephirot se reflejan en el ser humano más y mejor qué en cualquier otra criatura; y es en este sentido que el hombre es rey de la Creación. Según la bella expresión de Léo Schaya, la identidad metafísica de Dios y del hombre es " el punto de intersección de los rayos sefiroticos en el seno del Cosmos ".
La creación del hombre acompaña la del universo. El hombre nace primero en la Trascendencia divina, luego en su Inmanencia. Desciende, creado, en el Paraíso celeste, donde su alma recibe una forma sutil. En el Paraíso terrestre, esta forma adquiere el envoltorio de un cuerpo etéreo incorruptible, un " cuerpo de resurrección”. Pero, desterrado por el Edén, este cuerpo paradisiaco es reducido a un vestigio escondido bajo un envoltorio físico perecedero, constituido por los cuatro elementos nacidos del Éter. El "polvo" del que está hecho el Adam terrestre no es en absoluto la "tierra" que forma la base de su cuerpo, sino la sustancia pura, etérea e incorruptible, del cuerpo primordial del hombre 1.
Éste ha sido creado " a imagen y  semejanza " de Elohim. El "Sí" humano corresponde y se identifica con "Sí" divino, a la Esencia que reside en el " mundo de la Emanación " sefirótica, - el Sobre-Ser. - El "espíritu" humano corresponde al Espíritu universal que reside en el " mundo de la Creación "- El Ser en su aspecto prototípico. - El "alma" humana corresponde al Alma divina que reside en el " mundo de la Formación ", - el Ser en su aspecto sutil. - El "cuerpo" humano corresponde al Cuerpo divino que reside en el " mundo del hecho " terrestre y se manifiesta a través del Universo creado.
En nombre de la misma " imagen y semejanza ", el hombre ha sido creado masculino y femenino, es decir proveído una alma constituida por una esencia "paternal", luminosa y espiritual, y por una sustancia "maternal", virgen, la Shekinah.
La "Imagen" le responde al Padre, o Principio activo, la Transcendencia,
1. De donde la rectificación que todavía se impone aquí. “Eres polvo y regresarás al polvo " significa en realidad que el hombre es de esencia inmortal y reunirá la inmortalidad, de la cual el polvo es un símbolo feliz en el sentido de que su ligereza lo hace, por  así decirlo, indestructible.
 -  pensaremos en el Purusha del  Hinduismo, - y la "semejanza", a la Madre, la Receptividad, la Inmanencia, - el Prakriti del Hinduismo. - Eva personifica la Receptividad de  Adam: objetiva a su ser: " hueso de sus huesos ", (esencia de su esencia), " carne de su carne ", (sustancia de su sustancia, podemos añadir que el aspecto masculino del hombre responde al lado derecho del Árbol sefirotico, el aspecto femenino, al lado izquierdo. Lo que vale, de una parte, para la realidad interior e al hombre, y de otra parte, para su realidad física. Los Sephirot son a la vez los Arquetipos del ser espiritual y psíquico, y los del envoltorio corporal 1.
Entre los principios metafísicos y los elementos corporales, hay en el hombre de los constituyentes psíquicos. Lo mismo, en efecto, que la entidad humana refleja en su totalidad los cuatro "Mundos ", y lo mismo que el cuerpo está  formado por los cuatro elementos físicos, lo mismo, el alma está  hecha de cuatro "soplos", o esencias espirituales, unidas entre ellas y determinadas por Yehidah, el" Alma única ", divina, indistinta, el "Sí" absoluto, indisociable de Dios, el Principio idéntico al Uno  trascendente. Yehidah es identificada al Éter y se manifiesta en el hombre por cuatro "aspectos" o "pisos", que están en la orden descendente: Hayah, el " alma (eternamente) viva ", el arquetipo eterno y particular a cada ser humano, identificado al Dios inmanente; - Neshamah, el" alma espiritual ", la manifestación perfecta de este arquetipo, el centro o la fina punta de la individualidad; - Ruah, el " alma mental ", - razón, pensamiento, voluntad, - el principio del "yo", participando en el Espíritu divino; - Nephesh, el " alma corporal ", vital y sensitiva, la animalidad
1. Así es como á Hokhmah corresponden el conocimiento de Dios y el cerebro derecho, a Binah, el discernimiento entre lo real y la irreal y el cerebro izquierdo; a Hesed, la aspiración a lo Divino y el brazo derecho,  símbolo de clemencia, a Dîn, la facultad de juicio y el brazo izquierdo,  símbolo de severidad, etc. La tradición hindú ofrece un paralelismo semejante entre el  Purusha supremo (el Hombre transcendental que equivale a Adam qadmon), y el hombre que se deriva de eso.- R. Guénon estableció, por otra parte, en Estudios sobre el Hinduismo: "Kundalini-yoga", las correspondencias entre los Sephirot y los chakra, o " centros sutiles”.
instintiva, el lazo entre el alma propiamente dicha y el cuerpo.
Si el hombre es mucho menos de lo que generalmente se cree, es sin embargo mucho más de lo que cree: la complejidad de su cuerpo sutil no tiene que envidiar nada, lo vemos, a la de su cuerpo físico, tal, como lo reveló la exploración científica 1.
El último resultado del "pecado original" es la muerte. Lo que hay que entender por "pecado original" es la disociación del hombre primordial, el reflejo del Hombre transcendental (Adam qadmon), con su ser interior, universal e incorruptible (Metatron).
Dios creó el espíritu del Bien, emanando del lado de la Luz, y el espíritu del Mal, emanando del lado de las tinieblas. Queriendo al hombre " a su imagen y  semejanza ", activo y pasivo, lo proveyó estos dos espíritus. Sin esta creación doble, dice Zohar, el  " hombre jamás habría podido merecer ni desmerecer ", él habría poseído la perfección como yendo de sí, sin realizarla activamente. Pero el hombre, creado libre, se ha arrancado de Bien Sumo, - lo Absoluto, el Infinito, - para atarse al Mal, - Satanás, el  "Adversario" de Uno. – Tanto tiempo como lo creado no se oponga a su unión con Increado, el Rigor no se opone a la Gracia. Pero desde que Satán hace gustar  al hombre la " fruta prohibida ", todas las potencias antinómicas del universo son liberadas, el Rigor sale de la Gracia como el principio separativo y hostil. Lo que había sido uno se hace dos, lo más alto es bajado, lo evidente es escondido, la bendición se vuelve en maldición. La conciencia sintética del hombre se hace discontinua; su conocimiento divino, residual y fragmentario; su intuición se reduce a un saber intelectual y discursivo. El dualismo triunfa: a nivel psíquico, en la multiplicación de los conflictos con sí mismo
1. Nos acordamos de lo que escribía Aurobindo en la Vida divina: “No somos ni siquiera lo que conocemos de nosotros mismos, sino  infinitamente más que no conocemos
 y con otro, neurosis, psicosis; al nivel mental, en la formación incesante de los pensamientos; al nivel corporal, en la sumisión a las condiciones existenciales y cíclicas, en la enfermedad y la muerte.
Lo que hay que entender por "muerte", es la disolución del compuesto humano, la reabsorción en lo no manifestado de una individualidad que no es aniquilada sino transformada, " invocada" fuera del tiempo y del espacio. Sabemos a propósito de eso que para todas las grandes tradiciones, toda muerte a un estado es nacimiento a otro estado, y que  las diferentes capas del alma, algunas desaparecen con cuerpo, otras siguen nuevos caminos. En la terminología hebraica, desaparece con cuerpo físico, y al término de duraciones variables Nephesh, el alma sensitiva; permanecen vivas Neshamah, vinculada a Ruah, Hayah y Yehidah) 1.
El estado en el cual el hombre renace es superior o inferior al estado terrestre, según el comportamiento que fue el suyo hacia Dios y hacia el prójimo. Queda en este estado hasta la " resurrección de la carne ", es decir la regeneración espiritual de los elementos y de los centros sutiles potenciales (simbolizados en la visón de Ezequiel por los huesos) 2. - El juicio último estatuye sobre el estado póstumo definitivo Un juicio desfavorable priva al hombre de su cuerpo de luz; su alma, envuelta de sustancia ígnea, desciende a un estado "infernal”. No purificada, separada de los cuatro elementos groseros y privada del cuerpo paradisiaco, esta alma se encuentra reducida al solo elemento ígneo, de naturaleza sutil. Lo que es fuego de luz para los elegidos, - el " cuerpo glorioso " incorruptible,

1 El Luz es este hueso minúsculo que simboliza la parte espiritual del ser humano, su  incorruptible  esencia, el "Sí", correspondiente al Atman de la tradición hindú. En Yebidah corresponde en esta misma tradición al " cuerpo causal " imperecedero, que reúne directamente al "Sí"; a Nesbamah, Ruah, Hayah corresponden los componentes del " cuerpo sutil ", también imperecedero.
2. No olvidaremos que en hebreo, la "carne (basar)" designa el cuerpo físico, pero también la psique.
o " cuerpo de resurrección ", - es fuego de sufrimiento para los condenados. La sustancia ígnea de Hayah, si es, como los otros elementos sutiles, de origen celeste, se revela infernal para los seres que no actualizaron las virtualidades espirituales que llevaban incluidas en su cuerpo  terrestre 1. - Un juicio favorable permite al contrario al alma vivir en el " cuerpo glorioso”. Sube al Paraíso celeste y se reintegra a divina Presencia.
Los destinos póstumos son diversos, lo vemos, y sería difícil dar cuenta escrupulosamente de su complejidad. Es al menos posible discernir dos tipos de devenir, el de los seres no libertados y el de los seres libertados.
Los seres no libertados, - la inmensa mayoría de los hombres, - que mueren sin haber hecho penitencia, se van desnudos, su cuerpo paradisiaco que se reduce a una simple virtualidad. Esta " gran luz " que ven en el instante de la muerte es su " cuerpo glorioso ", la imagen de lo que habrían podido realizar sobre tierra; pero la negligencia de toda práctica espiritual, la que hicieron su principio de vida, los reduce a su solo elemento ígneo. Las almas son reenviadas sea a uno de los " Cielos" inferiores, sea a un ciclo de transmigración: las " vueltas " (ghîlgoulim) permiten reparar ciertas faltas cometidas anteriormente, pero también,  cumplir tal obra asociada a tal aspecto del Proyecto divino, que no se puede cumplir en una vida.
- En cuanto al "yo", compuesto de recuerdos, deseos, percepciones, se funde en el psiquismo universal. Esta desintegración es llamada la segunda muerte " 2.
Los seres libertados, - los sabios, los  justas, los renunciantes,-
1. La tradición precisa no obstante que el Infierno no es eterno y la misericordia del Santo, bendito sea, no rechaza totalmente el alma del que tuvo por lo menos " la intención " de arrepentirse.

2. Reconocemos  en estas etapas recorridas por serle todavía no liberado, - etapas intermediarias y provisionales, - lo que el Hinduismo nombra la " Vía de los Antepasados ", que conduce simbólicamente a la esfera de la Luna, donde el ser se reviste de otra forma, es decir de un otro "estado".
cuya alma guarda su " cuerpo glorioso ", se ven admitidos sea en estados superiores, - los " mundos angélicos ", - o sea al séptimo Cielo, pudiendo alcanzar hasta la Esencia divina a la cual son definitivamente integrados 1. Para describir estos estados indescriptibles, la literatura sagrada abunda en imágenes, habla de relámpagos y de vibraciones espirituales, de ondas coloreadas y sonoras, de masas de conocimiento iluminativo, de fulguraciones, de esplendores irradiantes, - no pudiendo siempre más que  sugerir la contemplación de los Misterios supremos y la Realización unitiva y beatifica.
Querríamos para acabar de responder a la objeción expandida: ¿Cuáles son las pruebas de todo esto? - La existencia de lo Espiritual, de sus planos, de sus prolongamientos infinitos, de sus imbricaciones, de su abundante complejidad en el seno de una unidad soberana, se prueba primero por los propios resultados que toda vida interior verdadera necesariamente hace adquirir; y si no se los adquirió, nadie puede hacerlo en nuestro lugar, ninguno puede juzgarlo seriamente. Puede también probarse por la fe en lo que testimonian,  sin consideración de épocas o de país, los mártires de lo Absoluto, los conocientes, los silenciosos, que resistieron físicamente a las deflagraciones del Divino en ellos, haciendo creíble lo increíble. Todavía puede probarse por la razón razonante, según una dialéctica sin defecto, y por un estudio obstinado de los textos sagrados y de sus comentarios.
Nos contentaremos con hacer primero ver que cada uno puede verificar en sí los cambios diversos y las alteraciones psicológicas por los cuales pasa en el espacio de una sola  
1. Reconocemos en estos estados transcendentales las etapas de la " Vía de los Dioses ", que conduce simbólicamente a la esfera del Sol. Que lo sea desde esta vida o en el momento de su muerte, el "Liberado" de la tradición hindú lo es definitivamente de todas las condiciones de la existencia individual, así como de todas las demás condiciones limitativas post-mortem. Él alcanzó la " Identidad suprema ", más allá de los paraísos; es decir, el Nirvana.
jornada 1. Pero lo que hay que comprender, es que esta gama de estados puede ser mucho más extendida de hecho en algunos seres que gozan de una madurez más fuerte interior o están encargados de una misión particular aquí abajo, que no lo es en caso del hombre ordinario. No tenemos más el derecho a discutir esta evidencia que la existencia de las radiaciones ultravioladas o infrarrojas, so pretexto que no son visibles a través del espectro solar. Con esta infinidad de estados, que simboliza en la Biblia la escala de Jacob, coincide una infinidad de grados de conocimiento, entre los que los más elevados serán cualificados "divinos" para distinguirlos de otros, familiares todos, y por esta razón, cualificados de "humanos", Sin duda no hay que establecer una distinción radical entre estos grados; sin duda hasta, estos términos responden a un convenio de lenguaje. Pero esta distinción no demuestra menos, por lo absurdo en cierto modo, la misma existencia de lo Divino.
Es sin duda más raro encontrar a hombres "despertados" a estos grados de conciencia-conocimiento, que hombres "adormecidos", tan es verdad que la realización espiritual auténtica es privativa sólo de algunos individuos por siglo. ¿Es decir que se ha vuelto totalmente imposible encontrar a hombres de Dios, aunque están dispersados y hacen todo para quedar escondidos?.. Varios testimonios indiscutibles atestiguan, por ejemplo, el " brillo" de algunos de ellos, en el sentido más exacto del término, y le identifican su experiencia a la de Moisés " de cara radiante ", o de Cristo " resplandeciendo como el sol " 2. Es un hecho reconocido
1. Para citar sólo un ejemplo, podemos distinguir en el interior del estado de la vigilia todo tipo de coloraciones y de intensidades con arreglo a las presiones internas y externas: el estado de conciencia llamado normal, la alegría, la cólera, la tristeza, la voluptuosidad, la exaltación y el abatimiento, la embriaguez, la concentración de la mente, el despertar anestésico, etc. La misma riqueza de graduaciones en los estados de sueño y de dormido.
2. Uno de estos testimonios los más conocidos en la tradición cristiana es la relación dejada por Motovilov de su encuentro, en 1831, con Seraphim de Sarov investido de la luz del Santo Espíritu. – Es de pensar que otros testimonios recientes o contemporáneos no han sido transmitido ni revelados por razones fácilmente discernibles.
a través de los tiempos, los lugares y las religiones, que el " cuerpo Etéreo ", realizado en la carne y que se desborda de alguna manera sobre el envoltorio físico, puede transparentarse través de ella y dejarse ver en algunas circunstancias muy privilegiadas. Podemos decir que el cuerpo paradisiaco comunica al cuerpo físico perfectamente purificado su luminosidad específica, - la aureola de los santos en el arte pictórico, - y lo transfigura, atestiguando que la restauración del estado primordial no sólo es posible, sino que lo es ahora y en este mundo aquí.
Otra observación es que hay que abstenerse de proyectar sobre los hombres de un pasado lejano nuestras formas y los  procesos mentales , creer como únicos existentes (y superiores) nuestros propios métodos de investigación. No podemos olvidar que durante milenarios, una multitud de hombres que vive en el seno de una naturaleza virgen, - espejo no quebrantado de  las realidades de arriba, - pasaron su vida observando los ritmos y las relaciones sutiles del universo, percibiendo el orden secreto de las cosas, se remontaron a las raíces de los fenómenos, cumplieron periplos siempre más profundos y precisos dentro de ellos mismos, visitando y explorando " los interiores de la tierra”. Y esto, gracias a técnicas de ascesis olvidadas o perdidas casi por todas partes, gracias a órganos de los sentidos más agudizados que los de hombres condenados a las oficinas y a las fábricas de las ciudades modernas; Gracia todavía a un tipo de inocencia nativa que los ligan al resto del mundo y que los hacen disponibles a un orden más fino de realidad; gracia sobre todo a un poder intenso de concentración y de discriminación y a un órgano de conocimiento supra-racional , hoy atrofiado hasta el punto de ser negado, el de la " Intuición intelectiva ". Es por ella que los antiguos de Israel, los rishi de la India védica, y de modo general todos cuyo " ojo divino " se abrió , recibieron los últimos secretos del universo, descendido a ellos en el curso de "visiones" y en el curso de "audiciones" directas.
La Intuición metafísica, - el  "Intelecto" del Maestro Eckhart, " algo en el alma increado e incansable ", el Noús de los Helenos, Buddhi de los hindúes, - es esta facultad supra mental que permitió a los videntes de los orígenes alcanzar él más allá de todo lo que es percibido en este mundo con la ayuda de la sola función sensorial. Ella conoce lo que es por identificación efectiva con lo que es; y esta identificación es posible sólo porque hay identidad de esencia entra el Ser y la Intuición. Ésta conoce lo  que es porque ella es lo que conoce. Los que, deteniéndola, hablaron del Sí, dijeron sobre eso las regiones, los paisajes cercanos, pudieron hacerle sólo porque eran el Sí, su oriente, sus climas. No pudieron conocer, y como consecuencia, eventualmente describir los planos de lo inteligible, sólo porque ellos mismos los habían alcanzado. Sólo, la  Intelección, que no puede ser adquirida, o más bien no puede aparecer más que por "soltar presa", - comprendamos: la desaparición total del ego con sus prejuicios, sus raciocinios, sus coloraciones tendenciosas y contradictorias, las imaginaciones y las voliciones que saturan el cerebro, los "recargos" que hacen tomar la cuerda por la serpiente, - sólo, la intelección confiere la visión de la Totalidad manifestada y no manifestada: sólo ella permite  conocer " esto que, siendo conocido, hace que todo es por allí  mismo  conocido ", y " lo que no perece cuando todo ha perecido "...
El mental interviene sólo luego: a partir del momento en que va ' tratarse de poner en forma, de presentar en modo humano el contenido de las revelaciones obtenidas, de confiar al escrito una parte por lo menos de los secretos de la oralidad. Es solo en este nivel que aparecen en el curso de las edades ciertas diferencias entre los enunciados, debidas las diferencias de mentalidades que sirven de receptáculos a los mensajes, también debidas a las imperfecciones y las deficiencias de los vehículos lingüísticos, siempre limitados y aproximativos. Pero tiene poca importancia que fuera hecho, aquí, mención de Sephirot, en otro lugar, " Energías increadas ", o de " Calidades divinas ", desde que se posee las llaves del desciframiento.
Muy lejos de reprochar por al proceso tradicional por afirmar sin pruebas, es sobre la filosofía contemporánea que sería justo devolver la crítica. Es ella en efecto quién, enteramente concentrada en la sola razón discursiva, encerrándose en un intelectualismo macizo, en sistematizaciones rígidas que suscitan escuelas opuestas, reemplazan las "Ideas" por ideas, dispensa sus construcciones de toda verificación experimental. Es de pensar que la diferencia esencial entre la actitud de los antiguos Orientales y la de los poseedores de la reflexión abstracta, - el "idealismo" europeo, - es precisamente que los primeros primero hicieron constataciones y pusieron a punto los modos de vida, las prácticas, las disciplinas para favorecer el despertar a un orden superior de realidades, mientras que los segundos han dejado de unirse a  lo que sea y no pudieron saber más nada sobre lo que se situara más allá del horizonte conceptual.


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