Usurocracia,
la nueva feudalidad
Hoy los bancos son la “iglesia de
Satanás” y los bancos centrales sus correspondientes “catedrales”
(Carta abierta de Giacinto
Auriti a los señores obispos)
1.
Intercambiando cosas
En los tiempos pasados
tradicionales la moneda en cuanto depositaria de un valor susceptible de
fundamentar en intercambio de bienes y servicios, tenía un fundamento de
carácter espiritual que estaba por encima incluso del poder real. La moneda
estaba grabada con símbolos y alusiones del poder supremo. Es San Luís, rey de Francia, quien decía: “El primer deber
de un rey es acuñar dinero cuando sea necesario para la vida económica sólida
de sus gobernados”
Todavía en un periodo de
excepción en varios sentidos, como fue el régimen franquista, los que tenemos
ya una edad provecta recordamos aquellas
pesetas que llevaban la inscripción: “Francisco Franco caudillo de
España por la gracia de Dios”, un recuerdo vago de los tiempos de la antigua
monarquía tradicional (1). Curiosamente cuando advino la actual monarquía - que
no todos consideran legítima- desaparecieron aquellas leyendas de las pesetas.
Cualquier atentado al valor, forma o contenido
de la moneda era considerado un delito capital que podía dar al traste con el
orden social. No era casual que las monedas más importantes se acuñaran en
metales nobles: oro o plata.
Tiempos que los modernos
economistas designan imprecisamente como época de la fisiocracia, sin duda
refiriéndose a la palabra griega fisis que solo de una manera imperfecta se
puede traducir por naturaleza en el sentido moderno de la palabra, puesto que
comprende también el ámbito sutil de lo psíquico, que no perciben nuestros
sentidos externos. En cuanto al término cratos, poder, es si cabe aún más
desacertado, pues el sentido espiritual en el que estaba inserto el antiguo
orden monetario estaba en las antípodas del poder de la naturaleza.
Así la moneda en metal
noble era de por si un impresionante testimonio de la garantía y veracidad del
intercambio, que poco a poco se fue difuminando. La más importante substitución
fue la del papel moneda, que en sus comienzos tan solo era un certificado de
que se disponía de la cantidad de moneda metálica que indicaba el billete. Así
se podía leer en los billetes, v.g, los de veinte duros: El Banco de España
pagará al portador cien pesetas; firmado… el cajero. Por consiguiente los
bancos centrales constituían reservas
para hacer frente a esas obligaciones teóricas.
De esta forma en vez de
duros metálicos relucientes, contantes y sonantes –aquellos duros antiguos que tanto dieron en Cádiz que hablar…- se
pasó a los billetes de banco de colores generalmente apagados - color caqui
escatológico-, pues aun cuando fueran colores vivos el uso acababa fatalmente
con la viveza. Se pasaba del metal a un papel que representaba derechos sobre
el metal; un paso trascendental en el principio del incremento de abstracción.
La astucia que estaba en la
recámara era la siguiente: no todos los poseedores de billetes van a reclamar a
la vez la moneda metálica a la cual son en teoría acreedores en virtud de la
posesión de los billetes, por lo que el número de billetes puede ser muy
superior a las monedas metálicas que
efectivamente los respaldan, en realidad el banco central no les va a dar ni un
gramo de metal. Además los billetes no estaban en posesión del ciudadano sino
que era el banco central la que los creaba – robando su propiedad al ciudadano-
y emitía en préstamo –castigándole aceptar una préstamo inexistente - . Así la
cosa, el dinero circulante en
billetes era muy superior al dinero en monedas metálicas.
De esta forma la
circulación de billetes no se podía poner en correspondencia biunívoca con las
monedas metálicas que en teoría respaldaban los billetes, de manera que se
podía decir que los billetes representaban derechos abstractos o más bien
elípticos como se decía antes del sujeto en ciertas frases gramaticales, es
decir se suponía que existían tales monedas para respaldar todos los billetes;
tan solo se suponía, como el valor en la antigua mili, pero realmente no
estaban presentes, y no solo eso, para la mayoría de los billetes no existían
las monedas de las cuales los billetes eran titulo de propiedad; incluso aunque
existiera una reserva de moneda metálica, el banco central no tenía la menor
intención de cambiar billetes por moneda metálica . Es curiosa la cantidad de mentiras en la
que se empezó a sustentar el mundo moderno.
Que duda cabe que la existencia de
yacimientos metálicos, su explotación, el descubrimiento de nuevos yacimientos
o el agotamiento de los antiguos yacimientos, influía en el valor real de
intercambio de la moneda, lo que propició un nuevo paso en el incremento del
principio de abstracción: la moneda fiduciaria, que de una manera precisa se
define como: la que representa un valor que
intrínsecamente no tiene. Es decir esta moneda fiduciario no tiene ningún valor
material; la abstracción llega en ese aspecto al grado de la nada; es, o
debería ser, sencillamente un medio de intercambio de bienes y servicios entre los ciudadanos - lo que se denomina
valor inducido-, de manera que fuera de esa función carece de valor.
En teoría si la
moneda de papel no era más que un medio de intercambio de bienes y servicios,
podía ser una liberación con relación a la existencia mayor o menor de metales
que respaldaran la circulación monetaria. Pero modernamente el dinero no es
eso, o mejor dicho no es solo eso; en el actual sistema monetario todo billete
sin excepción tiene, en virtud de su emisión bancaria mediante préstamo, una
contrapartida de poder avasallante, que al revés que los yacimientos metálicos,
puede crecer sin medida. Poder que primero expropia a los ciudadanos el valor
de intercambio que solo ellos pueden dar al dinero y segundo obliga a los
ciudadanos a aceptar una deuda inexistente.
De este poder se habla poco o nada en los medios académicos o
políticos.
En cuestiones de
aritmética elemental conviene ponerse en posición de maestrillo de primaria y
adoptar un método mayéutico de dar a luz en el entendimiento, como hace algunos
milenios intentó Sócrates. Así pues narremos una anécdota del pasado. Allá por
el siglo XIII un arriero de
2. El préstamo
La cosa cambia si nos
situamos en el siglo XXI, tras los fastos de Reforma, revolución inglesa,
creación del Banco de Inglaterra en 1694, revolución francesa, revolución rusa
y algunos episodios desafortunados como
un par de guerras mundiales multimillonarias en resultados mortíferos; en suma
jalones del progreso imparable de la historia, o algo parecido. Escena: un
comerciante de electrodomésticos de Betanzos ha agotado sus plazos y necesita
pagar urgentemente a sus proveedores y no tiene dinero. Da igual que en su
sótano disponga de una no despreciable cantidad de oro; el oro, a diferencia de
los viejos tiempos, no puede
transformarse en dinero de acuerdo a lo prescrito por las ordenanzas reales,
necesita pagar con dinero de curso legal.
Nuestro hombre
piensa: ¿y quien carallo tiene dinero sino el
banco?, y ni corto ni perezoso acude a solicitar un préstamo al banco.
Entra en el patio de operaciones del banco y cuando le llega su turno tiene
lugar un intercambio comercial “sui generis” denominado préstamo bancario:
nuestro comerciante solicita un préstamo de 500.000 euros, comprometiéndose a
pagarlo o devolverlo en un año; escrupuloso pagador de las deudas contraídas
desde tiempos inmemoriales, el banco concede el préstamo a nuestro héroe. Pero
el banco no toma dinero de sus reservas, de algún depósito o del dinero
depositado por otros clientes, no; el empleado bancario, actuando en nombre del
banco, no hace más que teclear en el ordenador un crédito de 500.000 euros en
la cuenta del cliente, y por este simple
acto, mágico donde los haya, acaba de crear dinero a partir de la nada, por
valor de 500.000 euros en forma de préstamo, que por otra parte es la única
forma en que se crea modernamente el dinero (2) .
"La
actual creación de dinero de la nada hecha por el sistema bancario es idéntica
a la creación de la moneda de los falsificadores. La única diferencia es que
son muchos los que se benefician”
Maurice Allais,
premio Nobel en Economía en 1988
Así pues se ha
producido un insólito intercambio: el cliente se compromete a pagar 500.000
euros a cambio no de una cantidad equivalente de dinero que posee el banco,
sino a cambio de una anotación. Es decir el cliente ha aceptado pagar 500.000
euros a cambio de una anotación, a cambio de unos signos, a cambio de unas
impresiones visuales, a cambio de una
especie humo gris que impresiona su retina, con el añadido cruel de que el
banco consigue convencer al cliente que le está prestando dinero del bueno. Y
además las disposiciones legales consideran que el banco es el propietario de
esos 500.000 euros que acaba de crear a partir de la nada. De esta forma ese
moderno ciudadano es deudor de un dinero considerado propiedad del banco,
mediante una operación de préstamo que carece en absoluto de equivalencia
alguna; en un contexto en el que la antigua
soberanía monetaria del estado se ha transformado en un poder coercitivo
mediante el se emite moneda, que solo es adquirible mediante una operación
préstamo que hace al ciudadano deudor, que no propietario, de una sociedad por
acciones con fines de lucro que se llama banco. El ciudadano de a pie con el
curso del tiempo ha pasado pues de ser portador propietario del dinero a ser
deudor y la banca la propietaria del dinero, maravillas sorprendentes del
progreso.
Se trata de la
mayor estafa de todos los tiempos, que pasó desapercibido porque es demasiado
evidente.
(SAUS Sindicato
Antiusura , seminario sobre "La moneda euro y la soberanía monetaria") (3)
"Los pocos que entienden el sistema, o bien van a
estar tan interesados en los beneficios de este, o tan dependientes de favores,
que no habrá oposición de esa clase, mientras que por otro lado, la gran masa
de personas, mentalmente incapaz de comprender las enormes ventajas, se hará
cargo de su carga, sin queja, y tal vez sin sospechar que el sistema es
contrario a sus mejores intereses. "
Hermanos Rothschild de
Londres, 1863
Este tipo de
operaciones se realizan a millones todos los días y es el fundamento del
sistema de funcionamiento de la moderna economía en todo el mundo. Es decir se
vive en medio de una locura, de un delirio universal, de un estupor catatónico
ante el que nadie reacciona, tanto que se
llega a pensar: ¡no es posible! Pero desgraciadamente si es posible,
incluso conviene aclarar la naturaleza de ese raro intercambio que es el
préstamo bancario llevando su extraña lógica a otro tipo de intercambio.
Un ciudadano estragado su cacumen por
los anuncios televisivos de un automóvil que promete no se que
prestaciones superferolíticas, incluido
el beneficio de una titi despampanante; decide finalmente comprar un coche de
la marca en cuestión y va a la tienda, donde un vendedor con dotes de sugestión
magnética le consigue endosar un coche por valor de 100.000 euros, un coche que
ha robado con uso de fuerza. Cierran la operación y firman los correspondientes
papeles, pero el astuto vendedor se ha dado cuenta de la sugestionabilidad del
cliente, que previamente ya está sugestionado por la propaganda televisiva, y
procede a hipnotizarlo profundamente de manera
que sale de la tienda sin llevarse nada en propiedad, pero creyendo que
es propietario de un flamante coche, de manera que deberá pagar 100.000 euros
al legítimo propietario en cuanto se entere que está en sus manos, deuda
forzosa producto del engaño. De esta forma el pobre cliente ha pagado 100.000 euros
por un coche robado, una restitución forzosa de la deuda al legítimo
propietario que vale 100.000 euros y encima tiene un título de compra que le
hace propietario teórico de ese coche; total que la broma le ha salido por
200.000 euros y no tiene nada entre manos, salvo unos garabatos y guarismos en
un papel.
De esta forma se
puede comprender que un préstamo bancario es una operación en que solo el
principal le cuesta al honrado ciudadano nada menos que un 200%: 100% por
expropiación forzosa –o robo forzosos- del valor del dinero que corresponde al
ciudadano y no al banco y 100% por castigo de pago de una deuda que no existe –
derecho de pernada posterior-; si además se añaden intereses y recargos varios
que pueden suponer un 60%, la broma sale por un 260%, todo eso de un dinero que
debería ser sencilla y llanamente propiedad del ciudadano desde un principio.
La cosa es sencillamente bestial, pero lo grave no es eso, sino que los
ciudadanos más conscientes e informados tan solo consideran usurario el importe
de los intereses, porque, salvo excepciones, no llegan a comprender bien la
naturaleza del contrato de préstamo bancario y no comprenden la verdadera
transacción del principal. El interés es lo que se podría denominar pequeña
usura -60%, en el fondo el chocolate del loro-, mientras que el conjunto de principal e intereses –
260%- es lo que constituye la gran usura. Desgraciadamente la gente desconoce
lo que es la gran usura. Pasa algo análogo con la gran guerra santa y la
pequeña guerra santa; el musulmán de a pie conoce perfectamente la pequeña
guerra de pillaje, robo y destrucciones varias, pero la gran guerra santa de
las recónditos y sutiles interpretaciones de los hadizs que hacen los sufíes
está fuera de su horizonte mental y espiritual.
"
consideramos la paja de la pequeña usura y se ignora la viga de propiedad
popular de la moneda y de la gran usura.
"Lo que escandaliza es que ahora reconocen todos la plena validez de la
teoría de la" propiedad popular de la moneda", pero presumiblemente
por plagio de la cultural no la aplican los jueces.
(SAUS Sindicato
Antiusura , seminario sobre "La
moneda euro y la soberanía monetaria") (3)
Así pues, como dice
el profesor Giacinto Aurita, vivimos una esclavitud monetaria sometida al
señorío bancario:
El ciudadano tiene la
ilusión de ser propietario del dinero que tiene en el bolsillo, mientras que no
es más que deudor. El banco, de hecho, emite dinero solo prestándolo, por lo
que el dinero circula gravado con la deuda.
El signo de la esclavitud monetaria es debido al hecho que la propiedad nace de
las manos del banco o, mejor dicho, del banquero que emite prestando y préstamo
es la prerrogativa del propietario.
(Giacinto Auriti Esclavitud
monetaria: una monstruosidad histórico nació en 1694 con el Banco de Inglaterra. )(3)
Con este coste de partida
del dinero es difícil cuando no imposible la puntualidad en los pagos, lo que
ha dado lugar a una epidemia de
"suicidio por insolvencia”, enfermedad social que no tiene precedentes en
la historia y en la que el deudor, en tanto
que víctima, es humillado como si fuera el responsable: el "listo
que no paga”. Pero también, y mas
importante, este mecanismo de atar el dinero con deuda reduce a la mitad el
valor original del dinero, el poder adquisitivo que tendría si fuese
distribuido directamente al pueblo soberano, sin costo alguno. Todo ello es signo de una enfermedad social que no tiene precedentes
en la historia, la llegada de la
usurocracia .
La moneda es la sangre del mercado, que
actualmente el señorío bancario retira o
emite arbitrariamente de acuerdo con sus intereses especulativos, produciendo
anemias monetarias perniciosas cuando conviene a sus intereses, de manera que
la escasez de los bienes queda subordinada a la escasez de dinero. Los salarios
de los trabajadores, como expresión que son de una obligación contractual que se refiere a una expresión numérica fija,
ven alterado y vaciado su poder adquisitivo por los cambios de inflación
debidos al poder unilateral y arbitrario de la banca central, que el tener el
poder de emisión de moneda mediante préstamo, tiene la capacidad de crear
inflación y a continuación lamentarse por la necesidad de controlarla y
reducirla con el pretexto de defender el poder adquisitivo del dinero,
encareciendo el precio del dinero, y todo en su propio beneficio. La inflación
desde luego no está causada por el empleador.
El usurero tiene interés
en condicionar escasez del PIB a la escasez de la moneda, ya que tiene la
propiedad de la moneda - el señorío – en falta, además del equivalente del
crédito por haber dado, a coste cero, los préstamos.
(G.Auriti
Como liberar al continente del señorío de la gran usura.) (3)
Así las cosas se juntan el
hambre con las ganas de comer, a la desmesura del dinero fiduciario de papel, sin
correspondencia alguna ya con los bienes de los cuales se supone respaldo, se
suma ahora la creación de dinero bancario mediante préstamo, fuente de
multiplicación del dinero en circulación. Es lo que se llama dinero bancario, dinero creado por los
bancos a través de las operaciones de
crédito y que se expresan en forma de depósitos a la
vista de sus clientes que al emitir cheques (o realizar transferencias) para
disponer de sus saldos,
crean nuevos medios de pago en el flujo monetario de un país. También
denominado dinero secundario o depósito. Y ¿cuanto se multiplica ese flujo? Los
manuales académicos de economía no
acaban de precisarlo de manera exacta,
hablan de que un banco puede poner una cantidad de dinero en circulación
de cuatro, cinco, seis o más veces en circulación del dinero propiedad efectiva del banco,
según sea la reserva estipulada para hacer frente una disposición inmediata de
dinero por parte del deudor. V.g. si para un préstamo de 1000 euros se retienen solo 200 para posibles
urgencias de billetes del deudor, entonces a partir 200 euros el banco crea un
dinero que no tiene, eufemísticamente denominado dinero bancario, por valor de
800 euros en otras palabras multiplica por 4 el dinero; estas cifras que
verdaderamente no dan una imagen real de lo que efectivamente ocurre. Inútil
repetir que al igual que en la creación y emisión de moneda por parte del banco
central, la creación y emisión de dinero bancario por parte de los bancos
comerciales e industriales posee las notas características de expropiación
forzosa del dinero al ciudadano y
castigo al pago de una deuda inexistente.
El actual sistema monetario
basado en la emisión mediante préstamo ha conseguido una creciente desvinculación
entre los flujos monetarios y los flujos de mercancías, creando una hipertrofia
de la esfera financiera, en buena parte en manos de los bancos, cada vez más
independiente de los movimientos reales de mercancías, que constituye un lugar
geométrico privilegiado del beneficio. En ese lugar es donde las grandes
empresas y los grandes tenedores de liquidez –los bancos- pueden lograr
beneficios exorbitantes mucho más altos de los que proporciona la actividad
productiva, debido, entre otras causas, a la generalización de operaciones
especulativas y a una política financiera y monetaria propensa a establecer una
tónica alcista de los tipos de interés, que implica una retribución alta de los
capitales financieros, en su mayor parte en manos de los bancos. Solo como ilustración se puede decir que solo
en los mercados de divisas circulan diariamente una exorbitante cantidad
situada entre 1 y 1,2 billones de dólares, siendo estas unas cifras ya
atrasadas que probablemente sean muy superiores hoy día, cuyo respaldo y
garantía son los depósitos y ahorros de toda la vida de la gente, así como
las reservas y fondos de encaje de los bancos centrales. . Es decir con el
actual sistema monetario son más interesantes las sutilidades y piruetas de la
ingeniería financiera que la producción real, lo que en otras palabras se
denomina economía de casino.
“La
inestabilidad financiera se convierte en un estado permanente como consecuencia
de la hipertrofia de la circulación monetaria (que llega a ser 40 veces mayor
que la circulación real)”.
(Juan Torres López, Pensiones públicas ¿y mañana qué? , Editorial Ariel Madrid 1996 p.
143)
Un problema es la fragilidad de esa
colosal burbuja financiera, tanto mayor cuanto mayor sea la burbuja:
“Nadie
sabe cuando ni como se va a producir la crisis monetaria internacional que
desencadene el hundimiento de especulación y valores ficticios. Lo que es
seguro que estos acontecimientos son inevitables”
(J.K. Galbrait ,
Apocalypse Tomorrow, , Le Nouvel Observateur ,6 de febrero de 1986) (4)
3.
Usura
Cómo se ha llegado a este
extremo de cosas es algo demasiado complejo de elucidar, pero sin duda tiene
mucho que ver con la noción confusa que se tiene acerca del significado de la
usura; comenzando por la incapacidad de distinguir la pequeña y la gran usura y
limitándose, en el mejor de los casos, la información acerca de la usura tan
solo a la pequeña usura. En el imaginario europeo ha existido una constante que
atribuía la usura a una característica racial
y fatal de los antaño denominados pérfidos judíos, lo que en principio se
corresponde poco con el hecho de que los primeros banqueros en Europa fueran en
mayoría genoveses, venecianos o pisanos,
y además cristianos. Por tanto en principio se debería dirigir las pesquisas
más al ámbito del catolicismo occidental y romano que no a la sinagoga.
Las generaciones españolas
de edad adulta tuvieron oportunidad de oír lo que era la usura cuando aprendían
en la escuela, un poco a manera de loros repetidores, el catecismo Ripalda;
obviamente los pocos miembros de estas generaciones que recibieron educación
laica quedaron ayunos de tal cosa. Conviene traer a colación las preguntas y
respuestas referentes a la usura, que estaban en el contexto del séptimo
mandamiento: no robar.
P. ¿Qué más nos veda este
Mandamiento?
R.
P. ¿Qué es
R. Cobrar un tipo de interés superior al usual y
razonable.
P. ¿Qué es el MONOPOLIO?
R. Aprovechamiento exclusivo de alguna industria o
comercio.
Las respuestas son elásticas,
resbaladizas, altamente enigmáticas, hoy nos atreveríamos a decir que
políticamente correctas; un poco más y la respuesta hubiera sido, al estilo
gallego, una nueva pregunta: ¿y para qué?
Conviene recordar que este catecismo de Jerónimo Ripalda se editó en
1617, época en que empezaba a imponerse la casuística, bien desarrollada en los
medios jesuíticos.
El
caso es que pecado condicional, o tal vez tendencia pecaminosa, nada de eso fue
un firme valladar para impedir que hoy vivamos inmersos en una usurocracia
sumarísima, que aúna a la vez el pecado de la usura y del monopolio; un
monopolio monetario que a su vez crea una demanda monetaria cautiva; una feroz
feudalidad ante la que palidecen las tiranías del pasado, y además este sistema
tiránico no se ha excomulgado fulminante y taxativamente como herejía
diabólica. En medio de este panorama
urge saber si hay o ha habido algún Robin Hood, paladín de la justicia frente a
la monstruosa señoría usorocrática, que haga concebir algún rayo de
esperanza.
Si ha habido rebeldes de
diverso pelaje a la feudalidad usurocrática, unos en las ideas y otros en
los hechos, aunque muchas veces ideas y hechos se
han dado a la vez. Una de las figuras señeras en la denuncia de la usura, de la
gran usura, ha sido el Giacinto Auriti (1923-2006) que ha enseñado en
Una de
las ideas directrices de Auriti es retornar al ciudadano la propiedad de
nuestro dinero. En sus propias palabras: HOY
NUESTRO DINERO nace PROPIEDAD de la banca que la emite prestándola. Queremos
que nazca PROPIEDAD del CIUDADANO y que sea ACREDITADA a cada uno de ellos como
"RENTAS DE
De
conformidad con lo anterior propone la función monetaria como cuarto poder
constitucional en todos los países europeos y en
… se impone la necesidad de instaurar la
“función monetaria”, el cuarto poder constitucional del estado. Desde el
Tratado de Maastricht sólo considera la fase de la emisión, al cuarto poder del
Estado debe atribuirse a todos los otros poderes que son:
a) la programación del PIB, que debería ser adecuada a los incrementos
monetarios,
b) la aceptación de dinero que en teoría podría ser rechazada si no se
adaptan a las exigencias sociales y incremento productivo
c) la adquisición a título originario de la propiedad de la moneda a
favor de los ciudadanos europeos como "renta de ciudadanía, propiedad del
portador, sin reservas"
d) la interpretación del art. 107 de T. d. Maastricht. en el sentido de
que condicione el aumento de la liquidez monetaria a los incrementos
productivos y
no viceversa.
e) la propiedad del dinero debe darse a los que crean el valor
aceptándola, sería excluida explícitamente la posibilidad de que el Banco
Central Europeo emita moneda prestándola, porque en ese caso, los Estados
Europeos serían expropiados y endeudados por el dinero propio sin examen.
f) el reconocimiento del principio de que el valor del euro nace, en el
acto de la aceptación y debido a la aceptación (y sin reservas), propiedad del
portador, también evidente en la eliminación de la
declaración tradicional de valor: "
pagable a la vista f.do ... El Gobernador del Banco Central ", que no
aparece más en el euro. (3)
En
realidad nada de esto se ha producido: Con la entrada en
vigor del Tratado de Maastricht, el BCE,
banco privado suma de los bancos centrales nacionales privados ha
asumido la acrecentada propiedad de la moneda en el momento de la emisión, con
la violación de las diversas constituciones nacionales.
Al revés de las
propuestas-deseo de Auriti, hoy día el señorío bancario es si acaso más fuerte
que nunca, ni siquiera el presidente del BCE en Francfort se nombra por algún
procedimiento democrático, por indirecto que sea; jamás había llegado tanto a
invertirse la antigua soberanía monetaria arrojándola al poder de
4. Nuevas experiencias.
Auriti no solamente
se dedicó a investigar la moneda y la usura, sino que, de acuerdo con sus
ideas, puso en práctica una experiencia denominada SIMEC (SIM/bolo EC/onométrico de valor inducido). Se trató de una
experiencia provocadora y convincente efectuada en la pequeña ciudad de
Guardiagrele, en la provincia de Teramo. El SIMEC es una hoja de papel
afiligranado que Auriti llamó un timbre. No es una moneda sino una experiencia
que pretende constatar concretamente lo que es el “valor añadido”, base
conceptual de la moneda corriente. El sistema, adoptado en le año 2000,
funcionó.. Se fundaba en el rechazo del control de la moneda por los bancos
(que es una práctica adquirida y no obstante completamente ilegal) haciendo la
moneda propiedad del portador.
La experiencia local triunfó; la prensa de los
Abruzaos registró un crecimiento del comercio y se habló incluso de un volumen
en circulación de alrededor de cuarenta mil dólares diarios.
No obstante
inspirándose explícitamente en el SIMEC, se renovó la experiencia en Nápoles
con el SCEC (Solidaritá Che Cammina). Los SECEC –moneda de intercambio- pueden
ser utilizados en los establecimientos comerciales adheridos a la iniciativa
(la lista está constantemente puesta al día en www.progettoscec.com) o por los
particulares que ofrecen a cambio desde una lección de griego a baby-sitting.
Los establecimientos determinan exactamente la parte de sus productos que se
van a intercambiar en la red SCEC, y reciben los títulos de dinero SCEC
correspondientes; el valor en la red es del orden de un 20% más barato que en
los comercios ordinarios.
Naturalmente
existieron otras experiencias anteriores y similares en los aspectos básicos a
las mencionadas; la más importante de las cuales fue
Los fundamentos del
club de trueque son tan simples como
audaces:
¿Es posible hacer reparar
el frigorífico sin pagar una peseta, pero ofreciendo a cambio el propio
trabajo, sea comida macrobiótica, tartas, cuidado de niños o enfermos, clases
de idiomas o una consulta ginecológica? Sí, es posible.
¿Se puede contratar un
servicio de traducciones y abonar con productos de huerta, un tratamiento odontológico,
con clases de solfeo, masajes o clases de informática? Sí, es posible.
El dinero condiciona
seriamente nuestra realización plena como seres humanos. La ayuda recíproca
debiera sustituir a la competencia estéril, el lucro y la especulación.
El Club del Trueque forma
parte de una Red de autoayuda empresaria donde el objetivo no es el lucro, sino
mejorar la calidad de vida. El trueque multirecíproco que practicamos es un
sistema de intercambio sencillo e imaginativo mucho más evolucionado que el trueque
recíproco de la antigüedad. En él, cada socio produce artículos o servicios y a
la vez también consume lo que otros miembros del club ofrecen sin necesidad de
usar dinero (productor-consumidor o prosumidor). El dinero es reemplazado por
una herramienta de intercambio que en nuestro club se llama «NODINE» (no
dinero), el cual es generado por uno mismo a través del propio trabajo y su
valor inicial es equivalente a la moneda del mercado. Esto permite que grupos
de personas de una misma región o de diferentes regiones y países intercambien
bienes y servicios en un trato recíproco y amigable, con conciencia ecológica
en donde todos salen ganando y ninguno pierde.
¿Ventajas? Comprar cosas o utilizar
servicios sin meter la mano en el bolsillo.
Función del trueque:
vincular a los productores con los consumidores sin tener que recurrir al
dinero para sus transacciones. Y su finalidad es no sólo facilitar la inserción
de la gente al mercado, sino también, que quienes ingresan tengan la
oportunidad de capacitarse, crear su empresa, su propia producción, sin
intermediarios y sin recurrir a préstamos bancarios, es decir, intentar un
emprendimiento sin morir en el intento. (6)
Esta red facilitaba la utilización de las capacidades
humanas desaprovechadas, no en el sentido de de proporcionar un trabajo
asalariado por cuenta ajena, sino en el sentido de que es uno mismo quien
ofrece la ocupación, y no el club quien la da.
La magnitud de la extensión de esta experiencia económica
sin dinero bancario, con moneda de intercambio y sin usura no se había producida nunca antes; lo que,
faltaría más, hizo reaccionar al
despótico señorío bancario para liquidar esas novedades y peligrosas
disidencias y poner las cosas en el orden debido. A nivel nacional el Club de
trueque representaba un duro contraste con relación a la política que llevó al
desastre y representaba además una amenaza para las políticas clientelares
asistencialistas –el PER argentino-. A
nivel internacional la cosa era más grave todavía puesto que era el fin del
ensayo neoliberal de la convertibilidad y aparecía un fenómeno "grotesco"
para el capitalismo, una economía que no reivindicaba el dinero. El FMI emitió
su juicio, puso fecha límite a las cuasi-monedas para que no quedara ninguna.
A esto se sumó la
"proscripción" periodística que se mantiene hasta día de la fecha, en
donde ningún medio nacional argentino menciona los acontecimientos de los distintos
clubes de trueque, que siempre se han mantenido de pie y la campaña que organizó
Canal 9 argentino durante once días ininterrumpidos dando anticipos por la mañana,
tarde y noche sobre los negocios turbios del trueque y su descrédito, que luego
se demostraron falsos.
Por eso, desde un sector
del poder se saqueó el sistema trueque con la introducción de más de mil
millones de bonos falsos, y lanzando una feroz campaña de difamación. Y se
profundizaron las amenazas telefónicas y las amenazas con armas largas en el entorno del Club.
Más tarde la experiencia de
Argentina se exportó por imitación a
varios países del entorno: Perú, Chile y en especial Venezuela donde, al revés
que en Argentina, contó con el apoyo del
gobierno, que invitó a ponerla en práctica a algunos argentinos con
experiencias pasadas en el Club de Trueque. No obstante también en Venezuela es
objeto de todo tipo de ataques y calumnias por parte de la oposición y de otros
poderes que actúan a través de la oposición, que pretende convencer a la
opinión de que la moneda-trueque no es más una cartilla de racionamiento. La
razón de todos estos clubes de trueque y monedas de intercambio que florecieron
como setas en diversas partes del mundo, se debe al fenómeno de la exclusión
masiva a que ha dado lugar la usurocracia, es decir a masas sin dinero y
excluidas por tanto del circuito de la economía monetaria, unas veces por
crisis bancarias, otras por depresión económica y otras por pobreza severa
sempiterna. En la mayoría de los casos no se conocía la crítica del sistema
monetario y de la usura de Giacinto Auriti, Cliford H. Douglas, Louis Even y
otros miembros del reducido elenco de opuestos al actual sistema monetario. Es
curioso observar como incluso en algunos portales de estos clubes no parecen
haber profundizado en el fenómeno de la gran usura, tal vez por ignorancia o
tal vez porque el personal no alcanza a comprender más que la pequeña usura
(7). Otro invariante de estos movimientos alternativos es su tendencia a la
formación de ghettos, aunque a veces se han unido en red esos ghettos y se ha
llegado a algo más importante; pero en cualquier caso nunca se reivindica, como
propone G. Auriti, el cambio de moneda a
nivel estatal o continental: desde la introducción del cuarto poder monetario
en la constitución, y los países iberoamericanos son repúblicas constitucionales,
hasta la prohibición del actual préstamo bancario y la condonación de deudas. Es algo así como
los más díscolos y rebeldes siervos de
la gleba que escapaban al bosque huyendo del señor tiránico y cruel, pero que
no pretenden descabezarle.
También
en España existen hoy día pequeñas redes de trueque con sus correspondientes
monedas (7), pero más antiguas que estas fue una propuesta de intercambios al margen de los bancos de Juan
Prada Bécares, que propuso hace más de
cuarenta años, entre 1950 y 1956, en diversos periódicos nacionales un sistema
de centro de compensación de deudas de manera que se pudieran compensar deudas sin la
intermediación bancaria. Explícitamente no se menciona una moneda de
intercambio, pero la esencia del mecanismo de intercambio no se desdibuja por
ello. Según las palabras del propio Juan Prada :
Pongamos un ejemplo ideal y de
rendimiento pleno, para dar idea del ahorro máximo y de los menos completos que
se pueden producir. Siempre de una enorme proporción si la generalidad de los
hombres (H), entran en la comunicación.
Basta que un hombre (H) reconozca una
deuda y ponga su importe a disposición.
Idealicemos con diez hombres (H).
El primero se lleva una pieza única de
una pieza (P) para la que la tienda le da un mes de plazo de pago para su
precio de 1.000 euros.. A un amigo le gusta la pieza y el primero se la cede y
el H2 debe 1.000 euros al H1. H3 se la pide y debe
Los diez reconocimientos, se van
anulando automáticamente y el pago de H10 va directo a la tienda. Si, para
colmo, entre las comunicaciones como deudor, la tienda tiene indicada una deuda
de 1.000 euros con cualquier H de la cadena, todas las cuentas quedan
compensadas sin que nadie se mueva y sin esperas. Cuando menos, todos los pagos
se reducen al del H10 a la tienda que vendió.
En las circunstancias bancarias actuales
vamos a poner que todos los implicados tienen cuenta en el mismo banco. Cada
uno hace un giro a su acreedor y el H1 paga a la tienda en su momento. El banco
no ha invertido absolutamente nada y ha percibido unos beneficios, comisiones y
truquitos, que han hecho perder a todos. Se ha beneficiado diez veces. Estos
movimientos son millones y millones de euros que se cargan sobre los ciudadanos
no solo como gastos diversos sino también como molestias múltiples y riesgos de
abusos.
Acostumbrarse a comunicar a un centro de compensación
las deudas que se deben. Se quieren y se pueden pagar, no cuesta nada y recibe
beneficios en lugar de los gastos que se derivan de la insolidaridad humana,
que pagan todos en beneficio de unos listos,
(Juan Prada Bécares, Martes 19 mayo 2009)(8)
Es curioso que se
pudieran publicar estas cosas en un régimen de censura periodística como era el
franquista; tal vez el señorío bancario descansaba sin sobresaltos con un
régimen dictatorial, tanto que a veces se le escapaban a su atención cosas como
esta; pero no duró mucho esa inaudita libertad, la prensa acabó rechazando la
publicación de artículos sobre este tema.
5. Cuestiones críticas.
Una proposición aún más
radical que la de los clubes de trueque es la del budista francés Richard
Trigaux que pretende una “verdadera economía” cuyo fin sea el desarrollo pleno
de las actividades que dan sentido a nuestra vida y a la de todos; sentido que
es sin duda dominio del espíritu. Esta economía se basa en unos círculos de
actividad organizados en estructura de red; se fundamenta en el don gratuito,
sin dinero ni contabilidad; la realización práctica de esta economía reposa
únicamente sobre la iniciativa responsable, no siendo accesible más que a
gentes que posean una fuerte motivación; en el actual estado de cosas lo más
que cabe esperar que pequeños grupos de ayuda mutua o cooperativas de una
economía de transición a la verdadera economía fundamentalmente basadas en el uso de la moneda- trueque.
Con relación al actual
sistema monetario advierte las contradicciones del despilfarro de capacidades
humanas que genera
Por
ejemplo en el sistema de dinero, donde es preciso dar dinero para que un
trabajo se haga, esto conduce a una situación absurda a la cual la mayor parte
de los países pobres deben hacer frente
hoy día. Muchos trabajadores válidos pero sin dinero para pagarlos, lo que
lleva al paro allí donde hay una necesidad urgente de trabajo para la
supervivencia de base. Si estas gentes rechazan trabajar sin remuneración, no
obtendrán nada en ningún momento. Pero si aceptan trabajar sin remuneración, no
tendrán ciertamente resultado inmediato, pero la economía del país despegará, y
más tarde habrá suficiente riqueza para todo el mundo. Este problema existe
también en los países ricos, donde no hay dinero más que para el trabajo
rentable a corto término, pero no para la cualidad o la significación de la
vida. Así condicionar artificialmente el trabajo con la renta es una
preconcepción limitativa. (9)
Que nos recuerda aquella otra
declaración de Auriti acerca del hambre en el mundo:
Los
pueblos del Tercer Mundo antes de ser desgarrados por el hambre se encuentran desgarrados
por la deuda. 50.000.000 de personas mueren de hambre cada año, no por falta de
alimentos, sino de dinero para comprarlos (como queda demostrado por la
habitual de destrucción de los excedentes de
productos agrícolas). Dado que el dinero en
circulación es emitido, a coste nulo, por los bancos centrales, sólo
prestándolo, pruebas evidentes que las lagunas monetarias son arbitrariamente
planificadas por la parsimonia feroz de los grandes usureros que dominan el
sistema monetario. Sólo sobre esta base se explica por qué Europa, con la
llegada del euro peligra que haga parte del Tercer Mundo.
( Giacinto Auriti ¿De quien es el euro?
mensaje a los pueblos europeo: eliminar deudas o personas? ) (3)
También en el
ámbito académico y universitario más integrado y correcto, han surgido voces
declamando contra el actual sistema monetario. Dentro del liberalismo más
estricto se ha denunciado la existencia del monopolio monetario -sin
profundizar, claro está, en la naturaleza usurario del préstamo bancario- e
incluso se ha pedido la desaparición del Fondo Monetario Internacional (Milton
Friedman); eso no obsta a que en la práctica los liberales más extremos se
encuentran perfectamente cómodos en la usurocracia.
Uno de estos raros
casos de teóricos liberales discordantes es el de Georges Lane
profesor de economía del riesgo en la universidad de Paris Dauphine,
defensor del Derecho y de las Libertades, que lanza opiniones tan respetables
como contundentes contra el actual sistema monetario. Así por ejemplo:
La inflación es solamente un fenómeno monetario que no es
inherente al capitalismo, ni al mercado, sino a la “política monetaria” de los
hombres de Estado que tienen la vanidad de creer que puedan liberarse de las
reglas del mercado, del capitalismo y del derecho para gestionar el dinero
(10)
En adelante, la inflación
encuentra su causa en la política monetaria o, más generalmente financiera de
los hombres de Estado que se han arrogado progresivamente, con desprecio del
derecho, en el curso de siglos, el monopolio de (la producción de) la moneda, y
que por añadidura obliga a los ciudadanos a utilizar o poseer la moneda producida. Ello demuestra
una acción de los hombres de Estado buena para ellos y mala para el ciudadano y
no fatalidad alguna.
(Op. Cit P.434)
En un contexto en que la
moneda está suministrada por uno o varios productores en concurrencia, y donde
los individuos no tienen obligación legal de aceptar la moneda que se les
presenta o de utilizarla para hacer sus pagos, la inflación no existe, salvo
circunstancias extraordinarias. …En resumidas cuentas en un sistema de
concurrencia monetaria en que los hombres de Estado no han sido privilegiados
por el legislador, la inflación es imposible.
(Op. Cit P.435)
La causa primera del
fracaso del seguro es pues la política monetaria (o financiera) descentrada que
autoriza el legislador. La inflación de la cantidad de moneda, tan nefasta para
la técnica del seguro, no es posible más que por un monopolio monetario
reglamentario y una demanda de moneda cautiva. La razón exacta del fracaso del
seguro de capitalización se encuentra por tanto en la gestión monetaria de los
hombres de estado.
(Op. Cit P.435)
Como hombre de doctrina, tan fino por
otra parte con el bisturí de la crítica, sorprende a veces la adhesión ideológica de Lane a ciertas afirmaciones;
así es cuanto menos dudoso que el actual sistema monetario no sea inherente al
capitalismo. ¿La usurocracia no se podría considerar un corolario del afán de
lucro?.
La cuestión de la
inflación hace referencia al dinero como repositorio o depósito de valor, algo
así como el armario o la alacena donde se pone a buen recaudo el valor. Esta es
la razón por la que se ahorra, por la que se contratan seguros de vida, o por
la que se capitalizan pensiones de vejez. El actual sistema monetario impide que
la moneda sea un repositorio seguro de valor; las inflaciones no previstas
deterioran gravemente el poder adquisitivo de las rentas resultantes del
ahorro; de un ahorro por otra parte que hoy día en su mayor parte tiene un
fundamento especulativo de casino.
El actual sistema
de seguridad social en régimen de reparto diseñado en épocas en que la
estructura demográfica era muy distinta de la actual, se encuentra abocado a
enormes dificultades; pero es dudoso que la solución sea un régimen de
capitalización privado en el contexto de un sistema monetario que acabará
vaciando a las rentas de su poder adquisitivo. Si Lane hubiera sido coherente
con su análisis del sistema monetario se podría
haber ahorrado su crítica, por otra parte certera, al actual e insostenible
sistema de seguridad social en reparto, puesto que al fin y al cabo no propone
sino salir de Málaga para ir a Malagón.
Es bien
conocido que los problemas inherentes a la energía, al agua, a los alimentos, a
la contaminación, al descomunal monopolio usurocrático monetario y también a la
explosión demográfica son cada día más difíciles de resolver, por lo se habla
ya de un “excedente social” que, valga la redundancia, “sobra” en el planeta.
La eliminación de este sobrante se hace con hambrunas, con guerras, con
epidemias, con gigantescas migraciones y otros procedimientos que desdicen del
alto grado de progreso alcanzado en nuestros días.
En lo que se
refiere a los países desarrollados no es difícil apreciar de donde proceden los
“excedentes sociales”: los trabajadores que antes veíamos en el campo, las
fábricas y los puertos ya no están ni son necesarios. Los han reemplazado las
máquinas, los robots, las computadoras, las redes electrónicas integradas y las
telecomunicaciones, ya advertido por J.Rifkin allá en el año 1996 en su obra
“El fin del trabajo”.
“Un número cada vez
menor de trabajadores serán necesarios para fomentar la producción de bienes y
servicios. El valor de mercado de la mano de obra disminuye y seguirá
haciéndolo”. (11)
A la vista de
estos efectos focalizó su atención en el denominado “tercer sector” o sector de
la economía social -alternativa al sector mercado y al sector público- que
engloba las actividades sociales sin ánimo de lucro,; sector que puede ser
posible receptor del paro creciente de las naciones desarrolladas modernas. El
tercer sector debería estar subsidiado por el estado, subsidio que se financiaría mediante transferencias de
impuestos obtenidos en el sector mercado y en el sector público, Además de las
dificultades de obtener recursos fiscales para las transferencias diseñadas,
que más de un crítico a puesto de manifiesto, se deja a salvo a la usurocracia
como poder intocable y poderoso; con lo que todo queda en un dudoso paliativo
asistencial , que estaría permanentemente combatido por el señorío
usurocrático. Aunque de hecho ya existía la “divisa social “como moneda de
trueque o intercambio de tiempos y saberes
en el tercer sector de U.S.A , en ningún momento se
le ocurrió alterar el orden establecido de los poderes y menos que ninguno el
señorío bancario.
En lo que se
refiere a “excedentes sociales” de lo que se ha dado en llamar tercer mundo,
basta observar lo que está ocurriendo en las fronteras entre España y Marruecos
o entre México y Estados Unidos. En el caso de España se trata nada menos que
de los “excedentes sociales” de todo un continente, África, que de momento
comienza a vaciarla mediante redes mafiosas de inmigración de los elementos más
valiosos y necesarios para el desarrollo de ese continente, es decir de momento
no emigran a Europa los más pobres e indigentes como afirma el progresismo
lacrimoso y conmiserativo, sino los más preparados, los más audaces, los más
capaces de pagar a las mafias, los que tiene más contactos, en suma los que más
necesita África; aunque a los actuales poderes africanos parece sobrarles todo,
lo necesario y lo innecesario. Lo peor está aun por venir
“A
quien manifestaba reservas sobre el flujo de inmigrantes de la orilla sur a la
norte del Mediterráneo, un ministro le hizo notar que no era sólo cuestión de
búsqueda de trabajo y que, dadas las condiciones del Sur del mundo, mas que
sorprendernos de la inmigración, nos tendríamos que maravillar de que todavía
fuera tan limitada. A menos que en el horizonte no se vislumbre la realización
de la «profecía» del profesor Norman Myers: 200 millones de emigrados
(refugiados) del clima dirigidos hacia Europa, perseguidos por la aridez que
avanza. Un mísero fin para todas las legislaciones antimigratorias. En el
origen de todo está siempre, a fin de cuentas, el mismo problema: el exceso de población. Los llamados pobres
del mundo son ya cinco veces más numerosos que los llamados ricos y si nada
cambia muy pronto llegarán a ser diez veces más”. (12)
Se sigue pasando por alto sobre un simple dato
real: ni la hecatombe provocada por el hambre, ni la que viene del sida, ni el
continuo descenso de la esperanza de vida en África, arañan siquiera mínimamente
el crecimiento exponencial de la población. Procrear sin cesar en estas
condiciones significa renovar con activa locura un gigantesco rito de
sacrificios humanos”.
(Op CIT pp 240-241)
En África, paradigma de subdesarrollo
y miseria, en los últimos cincuenta años los habitantes han crecido de
(Op Cit. p 106)
Es decir que a los
“excedentes sociales” de dentro se suman los fuera, que si de momento parecen
muchos en el futuro serán más todavía. En cualquier caso el objetivo es claro:
eliminar “excedentes sociales” como sea. Por eso es preciso aniquilar al
trueque, - el intercambio en base a una moneda propiedad del ciudadano y no de
los bancos-, una herramienta que mostró su efectividad en
La crisis de
“los corralitos” en
Es justamente desde Argentina desde donde nos advierten que estas
catástrofes pueden ser sistémicas o provocadas deliberadamente. Por esto,
habría que estar preparado para la próxima. Porque es poco probable que en los
años venideros no ocurra otra y con más virulencia aún. En eso hay que seguir
trabajando y de no ser posible la instauración constitucional del cuarto poder
monetario o función monetaria del Estado como dice Giacinto Auriti, al menos
prevenir todos los días para que los clubes de trueque estén bien armados
cuando llegue el momento. Como los bomberos o quizá como decían los viejos
requetés: echarse al monte, cual nuevo Espartaco .
RES
Notas
(1)
Pero ya con varias anomalías desde un
punto de vista tradicional, en el sentido de que Franco no poseía ninguna
legitimidad de origen, ni tampoco legitimidad de ejercicio; tradicionalmente
las dictaduras eran periodos limitados de excepción sin vocación vitalicia, una
aberración esta última típica de los
tiempos modernos.
(2) Una explicación más
detenida de este fenómeno se puede encontrar en:
http://cofreculturalcastellano.blogspot.com/2009/05/que-es-el-credito-social-para-que-1.html
http://cofreculturalcastellano.blogspot.com/2009/05/que-es-el-credito-social-para-que-2.html
(3) www.simec.org (SIMEC SIM/bolo
EC/conométrico de valor inducido), en
italiano. Se puede consultar en español “El
ordenamiento internacional del sistema monetario” (separata), “Sin la propiedad popular de la moneda
es
imposible realizar la doctrina social de la iglesia” carta abierta de Giacinto
Auriti a los señores obispos en http://www.juntoafe.com.ar/index.htm
, Propiedad del dinero y la inducción del valor al dinero en www.trueque-marysierras.org.ar/biblioteca2.htm
. Se puede también consultar la etiqueta Auriti en
http://cofreculturalcastellano.blogspot.com/
(4) “Se convendrá que hay en eso un extraño vuelco de las cosas, que
se comprende sin esfuerzo por lo que hemos expuesto precedentemente: puesto que
la cantidad pura está propiamente por debajo de toda existencia, no se puede,
cuando se fuerza la reducción al extremo como en el caso de la moneda (más
destacable que todo otro porque con él ya se ha llegado casi al límite), desembocar
más que en una verdadera disolución”. René Guenon, El reino de la cantidad y los signos de los tiempos)
(5)
www.progettoscec.com (SCEC Solidarità
Che Cammina)
(6) www.redglobaldetrueque.blogspot.com/ Red Global de Trueque Argentina
(7) www.kaosenlared.net/noticia/montseny-estrena-moneda-local
(8) Comunicación personal
(9)
http://www.shedrupling.org, en francés.
(10) Georges Lane,
(11) Jeremy Rifkin . El fin del
trabajo, Nuevas tecnologías contra puestos de
trabajo: el nacimiento de una nueva era. Buenos Aires, Piados, 1997. p.
277.
(12) Giovanni Sartori, Gianni Mazzoleni. La
tierra explota. Ed. Taurus . Madrid 2003 p 175-176) ver en http://cofreculturalcastellano.blogspot.com/2009/07/los-problemas-de-las-ayudas-los-paises.html