De la perspectiva metafísica a la
perspectiva religiosa
Extraído de
"Être et Individualité" (PUF, 1959).
INTRODUCTION - DE LA PERSPECTIVE MÉTAPHYSIQUE AU REFUS DE LA TRANSCENDANCE.
Chapitre Premier - LA PERSPECTIVE MÉTAPHYSIQUE ET LE DÉPASSEMENT DU PANTHÉISME
MuriloEl lunes, 3
de noviembre de 2008, por Murilo Cardoso de Castro
Una mirada
lúcida sobre el mundo moderno nos revela, como el más incontestable de los hechos, la desaparición creciente de la
diversidad cualitativa de las colectividades y de las individualidades humanas.
Y la uniformización a la cual conducen los progresos de la ciencia y de la
técnica no concierne solamente al orden de los medios utilizados por el hombre
de hoy, sino que también a la raíz subjetiva de sus motivaciones. La objetivación uniformizante del mundo parece ir al par con la desindividualización del
hombre. La filosofía de la historia tuvo éxito a veces, como se sabe, al hacer de
esta necesidad virtud llamando al individuo singular a integrarse en
Totalidades que ponía como su esencia y su verdad. El sistema de Hegel encarna
relieve este panteísmo prometeico del hombre moderno.
Entonces está
claro que el desindividualización de hecho del hombre moderno es correlativo de
una individualización fundada sobre la cantidad. La integración del individuo
en las Totalidades panteísticas presupone el principio " de individuación
por la materia”. La individualidad se revela pues una noción ambigua. Al lado
de la muy clásico individuación por la materia, conviene admitir un individuación
cualitativo, que esencialmente concierne a la subjetividad humana, y de la nos proponemos
buscar sus fundamentos.
Durante
mucho tiempo creímos encontramos a estos últimos en la filosofía de la
existencia de Kierkegaard. La meditación de la obra del pensador danés nos
había dado a entender la importancia decisiva de su categoría del Individuo
(NA: Cf. J. Wahl, Estudios kierkegaardianos, p. 270: la soledad de la
Existencia: la categoría de lo Único.). Y nos parecía que sólo las relaciones
de la subjetividad humana con la Trascendencia, o más precisamente, con lo
Absoluto puesto como transcendental, en el " temor y el temblor " de
una "fe" que reposaba en la " conciencia del pecado ",
podían preservar al individuo de la integración panteística a la cual lo
destinaba el Sistema hegeliano.
La individuación
cualitativa, que en este caso coincidía con una "personalización",
parecía en nosotros profundamente vinculada a una interiorización de la
subjetividad fundada sobre una experiencia cierta y espiritual de la
Trascendencia de lo Absoluto, y sobre el rechazo de encerrar al hombre en el
círculo del dogmatismo humanista. Esta individuación cualitativa o " de
interioridad ", profundamente distinta de la individuación de exterioridad
que funda el principio de " individuación por la materia ", equivale
a lo que se podría llamar un transascendencia (NA: término que tomamos de prestado
a J. Wahl, en Existencia humana y trascendencia.) interiorizante de la
subjetividad humana.
Nos parece
siempre evidente que este transascendencia interiorizante constituye el
fundamento de la individuación cualitativa.
Pero el
descubrimiento de ciertos aspectos de la metafísica oriental, particularmente
del no Dualismo de Vedanta (NA: encontraremos en nuestra obra La perspectiva
metafísica, P.U.F ., 1959, una bibliografía que permite una iniciación al
pensamiento vedántico, particularmente a la doctrina a no dualista de
Shankara.), así como una segunda lectura de los textos neoplatónicos (NA:
particularmente de Plotino a la luz del no Dualismo vedántco.) nos condujo a tomar
consciencia de las limitaciones que este "transascendencia" reviste
en el existencialismo de Kierkegaard.
A la luz de
lo que hemos propuesto llamar " la
perspectiva metafísica " (NA: conviene anotar aquí que la perspectiva
metafísica puede expresarse (NA: cf. Maestro Eckhart) en tradiciones
espirituales de tipo religioso en el sentido estricto (NA: monoteísmo
judeocristiano y musulmán) lo mismo que a la inversa la perspectiva religiosa
puede expresarse en tradiciones espirituales de tipo "mitológico-metafísico".
Cf. Vedantin "dualista" "Ramanuja".) La evolución
espiritual de este último nos pareció
ligado a presuposiciones dogmáticas que le prohíben un sobrepasamiento efectivo del panteísmo hegeliano. Esta evolución
se inscribe en efecto en el marco de lo que llamaremos la perspectiva
religiosa, que engloba ciertos tipos de experiencia espiritual (NA: yendo de la
fe "exotérica" del carbonero hasta ciertas cumbres de la experiencia
mística) y que comprende tanto el teísmo personalista de Vedantin
"dualista" "Ramanuja" como el de Lutero y de santo Tomás de
Aquino.
Sin analizar
desde ahora en sus detalles las modalidades diversas de esta experiencia de
tipo religioso (NA: Cf. nuestro artículo: esencia y formas de la teología
negativa en la Revista de metafísica y de la moral (NA: abril de 1958), donde
esbozamos dos aspectos diferentes de esta experiencia) (NA: san Juan de la Cruz
y Gregorio de Nisa).) a los cuales consagraremos una obra próxima (NA: La experiencia
espiritual de la Trascendencia.), nos limitaremos a observar que:
1. La
perspectiva religiosa se distingue de la perspectiva metafísica sobre el plano
doble de la experiencia espiritual y de las presuposiciones doctrinales;
a) Mientras
que la perspectiva metafísica reposa en una experiencia espiritual orientada
sobre el Conocimiento por el cual la subjetividad humana se identifica con un
Absoluto " transpersonal " o suprapersonal " (NA: Y no
"impersonal".) que constituye su "Sí" o su
"Esencia" íntima (NA: La experiencia espiritual de estilo metafísico
se inserta en la India tradicional, en lo que Vedantinos llaman la " Vía
del Conocimiento " (NA: Jnana marga) que se distingue de la vía de Amor
(NA: bhakti marga) donde la experiencia espiritual es de estilo religioso.), la
perspectiva religiosa desemboca en una experiencia espiritual fundada sobre el
Amor, por el cual la subjetividad humana despojada de su orgullo pero no de su
ego, se une a la Persona divina de quien queda para siempre separada por un
infranqueable abismo.
b) Mientras
que la perspectiva metafísica implica una concepción integral de la
Trascendencia de lo Absoluto que se revela correlativa de su inmanencia radical
a lo manifestado, de tal modo que el mundo y el hombre son puestos como
reflejos del Principio y no como las sustancias, ni incluso como efectos o modos, la perspectiva religiosa se
caracteriza por una concepción fragmentaria o abstracta de la Trascendencia: lo
Absoluto no es contemplado allí como el Sí o la Esencia de las realidades finitas,
sino solamente como su Causa productora o creadora. La limitación de lo
Absoluto que no es concebida más que como Causa de lo Múltiple parece entonces
correlativa de la limitación de las "criaturas" cuya condición
constituye la esencia. El mundo y el
hombre aparecen sea como modos (NA: en
el emanatismo teísta de Ramanuja) sea como criaturas, pero siempre como
efectos, y no como reflejos. La esencia del hombre se identifica aquí con la
condición humana. Esta perspectiva reposa pues en una irreductible exterioridad
recíproca (NA: este exterioridad es efectivamente recíproca porque si es
evidente que "Dios" se sitúa más allá no sólo de la existencia, sino
de la misma esencia de la "criatura" parece no menos claro que la
criatura en tanto que tal está necesariamente, bajo cualquier relación, fuera
de un Absoluto que por esencia lo "crea" y la conserva en su ser de
criatura.) de lo "creado" y de lo "increado".
2. En la
perspectiva religiosa, el movimiento de transascendencia interiorizante, que
nos Parece desarrollarse al máximo en la perspectiva metafísica, se encuentra
limitado por este exterioridad recíproca que encierra la subjetividad humana
tanto como la "subjetividad" divina en una determinación o una
negación personalizante (NA: la persona finita
encontrándose a la vez unida a y separada de la Persona infinita).
Dentro de la perspectiva religiosa, la limitación de la interiorización puede
revestir dos aspectos diferentes, según que se ponga el énfasis en el aspecto
"unión" y "el amor" o sobre el aspecto
"separación" y " conciencia del pecado”. Mientras que las
cumbres de la mística sanjuanista y el itinerario de la espiritualidad de
Gregorio de Nisa (NA: Cf. J. Daniélou, Platonismo y teología mística (NA:
Aubier).) están orientados sobre la unión personalizante del alma humana con
Dios, la espiritualidad kierkegaardiana, donde la Fe se reduce a un movimiento
puro de Querer despojado por toda luz intelectual, está muy alejada la
"gnosis" metafísica de Védanta o del Neoplatonismo, a causa de su
subjetivismo voluntarista orientado sobre el "temor" más que sobre el
amor de Dios, sobre la angustiosa conciencia del "pecado" más que
sobre tranquilizadora certeza de la "gracia". También el Individuo
kierkegaardiano nos ha parecido, a la luz de la perspectiva metafísica, como un
aspecto limitado de una realidad más universal a la cual hay que referirse para
que el individuación cualitativo o la individuación de interioridad encuentre
su sentido verdadero y su fundamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario