domingo, 4 de mayo de 2014

Danzarines de sueños (Jean Biès)


Jean Biès

RETOUR A  L’ESENTIEL

Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?

Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne  2004

 

II

LOS BAILARINES DE SUEÑOS

La esencia del mundo moderno reside en una conjuración deliberada cuyo fin es la destrucción metódica de toda creatividad. Para la realización de tal plan, todos los medios tácticos son buenos, con tal que se encuentren adaptados a la diversidad de los individuos y de las circunstancias. Utilizando la profesión, el lenguaje, la organización administrativa, el entorno mismo, estos medios pretenden quemar las fuerzas vivas del entusiasmo, restringir las iniciativas, multiplicar limitaciones y automatismos, esterilizar las potencialidades creativas que necesitan, para nacer, largos ocios e independencia. Esta destrucción en regla de las mejores posibilidades de lo humano incluso ya no es verdaderamente  disfrazada o combatida hoy: es admitida y consentida.

El éthos creador se sitúa exactamente en oposición de tal empresa de adormecimiento. Su reinado comienza allí dónde acaba el de los cuadros obligatorios, de  las fórmulas estereotipadas, de la grisalla plomiza de los pueblos que perdieron su alma. Es el  contrapeso exacto del nihilismo masificador. El hombre moderno no es menos sensible, inventivo, dotado que sus antepasados; puede volver a ser el familiar de las profundidades, el captador en él de una palabra principial; y  como dice Hölderlin, " es como poeta que habita esta tierra... " Pero desde que su "talento" se encuentra "enterrado" por la conjuración del gran número, su creatividad, juzgada sospechosa y desordenada, hay poca esperanza de que la sociedad , privada de frescor y de transparencia, de experiencias fundamentales, de asunción de carismas, pueda subsistir mucho tiempo: vaciados de toda razón esencial para vivir, los hombres, en el invierno de la humanidad, son almas muertas sobre los caminos de los finales del mundo 1.

El único recurso capaz de exorcizar una desecación debida a cinco siglos por lo menos de racionalismo es (o sería)  humedecer el espíritu,  recrear la creatividad por todas partes dónde es todavía posible. Varios dominios parecen propicios de regreso de cierto "poética", entre los cuales una reforma de la pedagogía,  suscitando las potencialidades artísticas del niño; - una psicología espiritual encerrando la inspiración " y revelando la " vocación " que permiten tender hacia el Sí; - la elaboración de marcos y de modos de vida como soportes estéticos estimulantes de " estados de alma " más extensos; - una práctica de vida interior que devuelve al hombre creativo, a la imagen y la semejanza del Creador.

Si los problemas educativos son de actualidad, podemos decir que ni el conservadurismo elitista e inadaptado en sus estructuras y sus métodos, ni la educación de masa de tendencias planificadoras e igualitarias, pueden satisfacernos: ninguno de los dos contempla la totalidad del ser humano, no despierta verdaderamente las promesas creadoras.

Para la Educación nueva que se elabora lentamente hoy a pesar de numerosos obstáculos, el lugar pedagógico mismo  tiene su importancia, donde el mecanismo administrativo es reducido a su expresión más simple, donde cada uno trabaja en desarrollar lo que corresponde mejor a su vía personal, donde la vida de grupo no merma ni enturbia  en nada la individualidad. La belleza de un decorado afable y coloreado, crea una atmósfera de fiesta, suscita la idea que " estar aquí es magnífico "...Lo mismo que los alumnos no deben sentirse emparedados vivientes, no deben estar sometidos a limitaciones

1. Sería la ocasión de recordar aquí los versos de Patrice de la Tour  du  Pin en La Quête de Joie: " todos los países que no tienen ya leyendas serán condenados a morir de frío. "

disciplinarios infantilizantes que  enseñan sobre todo la astucia, destruyen la espontaneidad. A los principios de temor y de autoridad, a la obsesión de los castigos, notas, exámenes, deben suceder los de confianza y de amor bien comprendido, la libre elección de las materias enseñadas, que ayuda al niño a confirmar sus gustos, a descubrir  la vocación, única que  da a la vida su oriente y su sentido.

La Educación nueva se ocupa a la vez del  desarrollo físico, (sabe el cuerpo indisociable del alma), del conocimiento de sí, de la formación intelectual.

Digamos a este propósito  que la "desmentalización" que la caracteriza no significa el "desmantelamiento" de  la cultura: reacciona solamente contra una hipertrofia de la actividad cerebral, causa de desecación y de desequilibrio. Es bastante conocido que las ideas mismas tomadas en ellas mismas separan a la vez de la realidad y del sueño, que reemplazan por el juego estéril de una dialéctica extraña todo simbolismo, y que no  puede ver en los mitos y las leyendas sagradas más que monumentos de oscurantismo, en los mensajes de la psique, más que secreciones glandulares 1. “Al amor del saber (por el saber), decía ya Tchouang-tseu, respondió el desorden del mundo...Son los profesores quienes pusieron este desorden... "  Es uno de los aportes importantes de Asia enseñarnos o recordarnos  que toda idea, opinión, teoría es fabricación de lo mental, el cual es capaz de fabricar  exactamente opuestos, siempre parcialmente verdaderos y falsos. Es en este nivel de formación que lo mental puede quedar abierto, guardar

1. " Conocí a niños que eran mucho más conscientes de su ser psíquico a los cinco años que a los catorce..; y sobre todo, a partir del momento en que van a la escuela y donde sufren esta especie de cultura mental intensiva que atrae su atención sobre la parte intelectual de su ser , pierden casi siempre y casi totalmente el contacto con su ser psíquico. " Así se expresaba la Madre en sus Conversaciones de Ponclichéry, en 1951

su flexibilidad, integrar y sobrepasar los elementos contradictorios. Proceso  "poético" por excelencia, ya que dependiendo de un pensamiento inclusivo que procede por asimilaciones sucesivas sugiriendo la eventualidad de prolongamientos indefinidos, fieles así a la tendencia holística de la naturaleza, de la que Schrödinger ha mostrado que forma totalidades superiores a la suma de las diversas partes. Este surrección hacia lo Uno exactamente es la del poema cuyos diferentes "estados tienden siempre hacia más concisión diamantina, y cuya totalidad misma deja flotar más que ella misma; el perfume indecible que más allá de los sonidos y los ritmos, una musa enigmática deja detrás de ella.

La Educación nueva favorece la interdisciplinariedad, que contribuye a reunir lo que está disperso, y relaciona por ahí el mismo proceso de síntesis. Anima lo mismo la iniciativa, la toma de responsabilidades, la expresión libre del pensamiento, aunque esté en desacuerdo con el pensamiento oficial, el ejercicio de los dones artísticos. Da prioridad a la invención, a la ingeniosidad, a la fantasía, a la improvisación lúdica, - ¡cuántos descubrimientos han sido hechos "por accidente"! - a todo lo que puede estimular lo imaginario: aprender a pensar por metáforas, dibujar sus pensamientos, tener su diario de sueños, vivir sus alegrías y sus angustias, realizar una "obra maestra". Mientras que la enseñanza prosaica desencanta lo "original", promueve el espíritu conformista, la Educación nueva no solicita ya solamente las funciones corticales superiores de orden lógico y lineal, devuelve al " viejo cerebro " su derecho a las intuiciones; reconoce al "inconsciente", que dejó de ser considerado infantil y regresivo, un saber más grande que el del consciente.

En la primera edad, la decoración de las clases, las fiestas infantiles, la composición y la interpretación de sainetes,la expresión corporal, la confección de objetos, la música y el canto, la caligrafía, la lectura de cuentos y de relatos de aventuras son estimulantes notables de la poïesis. Pero tendrían que reinventar también "ritos de paso", "iniciaciones" que prepararían la entrada al mundo por el intermedio de símbolos y de mitos tomados  de la modernidad 1. -Más tarde, las disciplinas enseñadas son de naturaleza a continuar el despertar de las mismas tendencias. El estudio de la poesía nacional, pero también universal, (de Homero a Tagore o Saadî), contribuiría a transmitir al alma occidental impregnada de  romanidad las virtudes femeninas del Yin: flexibilidad, intuición, musicalidad.

La poesía no falta en ciertos dominios científicos, en la medida en que implican una parte de sorpresa, de misterio, de esplendor extraño. Las ciencias naturales abren un campo vasto en la païdeïa del ensueño, desde el matrimonio de las flores hasta las proezas sensoriales de los delfines. Las revelaciones de la astrofísica sobre el origen del universo, cuyo radiotelescopio detectó los vestigios de una luz fulgurante, son  estos elementos dignos de reactivar el don de admiración. Poniendo arcos entre Occidente y Oriente, la ciencia moderna recobra una poesía sin duda abrupta pero grandiosa: así, la teoría de un universo en  fases alternadas reúne  la cosmología hindú, como ciertas conclusiones de la física sobre la vacuidad confirman el principio budista correspondiente, tal, como lo expone el Avatamsaka-sûtra.

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Cada vez más sale a la luz una curiosidad apasionada por el discurso psicológico, que anima el deseo de descubrirse diferente, pero sobre todo más auténtico. Asumir más que sufrir  la  " Edad de los Conflictos " será trabajar primero en poner un poco de orden en sus propios conflictos. Pero más allá del reduccionismo cientifista de Freud y de sus discípulos, una " psicología espiritual " está a la vista, tal como pueden anunciarlo

1. Ver para a este respecto Mircea Eliade, Aspectos del mito, IX, y Lo sagrado y el profano, IV, in fine.

Frankl y los " psicoanalistas de la existencia ", para los cuales el inconsciente oculta una dimensión noética que designa a Dios, Jung que redescubre, adaptándola, la Alquimia medieval, o todavía ciertos métodos introspectivos de Oriente adaptables a los Occidentales; psicología que tiene posibilidad única de devolver a la exploración interior la carga lírica la que necesita y  que son siempre portadores en su lectura vertical de las obras como la Odisea o los Argonautas. El análisis aparece desde entonces viaje iniciático, que analizándolo es su todo conjunto el héroe y el chantre hundiéndose en el bosque (o el océano, o cueva) de sus profundidades singulares. Como el artista, el analizado  se deja en efecto recorrer, habitar por ese Mercurio alquímico  que no es otro, en forma de río subterráneo y sutil, que  la inspiración poética  1. Se encuentra primero, como él, en la " noche oscura " del  nigredo;  como él, es el lugar de los mismos cataclismos, tiende hacia la posición central que lo sitúa entre microcosmo(él mismo) y macrocosmo.

Si transponemos tal paso en la perspectiva de los ciclos cósmicos, - esta inmensa Gesta de estrofas eónicas entrelazadas por estribillos semejantes y diferentes, - podemos decir que los acontecimientos escatológicos y los acontecimientos psíquicos se corresponden asombrosamente. Lo que se producirá periódicamente en la historia del universo en forma de creaciones y de destrucciones parciales o totales se produce también en el que está comprometido en la investigación psicológica. Al hundimiento de los continentes y de civilizaciones responde en él el de los prejuicios sociales, raciales y morales, las opiniones políticas, las creencias religiosas, los cimientos culturales; a los seísmos, a las guerras, a las hambres anunciadas " como signos de los tiempos " responden el quebrantamiento  de las  certezas, las proyecciones, las resistencias, las noches de desamparo,la " guerra santa " llevada contra la subversión de dentro

1. Recordemos que Mercurio (Hermes), hijo de Zeus y de Maïa, fue el inventor de la lira, que le ofreció a Apolo. El caparazón de tortuga que sirve de caja de resonancia tendría que asociarse de ese de donde los taoístas sacaban informaciones adivinatorias.

; los " falsos mesías " se hacen, a guisa de mensajes, portadores de las mentiras que se cuenta a sí mismo. En verdad, " el sol se oscurecerá "; comprendamos: el consciente perderá su luz; " la luna no dará más su claridad "; comprendamos: el inconsciente se revelará en la oscuridad, después del borrado de lo mental.

Al igual que la disolución de la Edad actual, la disolución psíquica no es más que podredumbre, es metamorfosis; en ambos caso, la desagregación es condición previa de la vuelta al Principio; la " muerte iniciática " interesa al universo, pero también al hombre mismo; el " descenso  a los Infiernos " como recapitulación y agotamiento de los estados anteriores es también preparación para el " segundo nacimiento”. El  " Fin del mundo " se efectúa en quienquiera que muere al viejo hombre; la instauración de "Jerusalén Celeste" es primero instauración del estado espiritual en el hombre nuevo. Todo paciente que  vive su "pasión" es el lugar de un pralaya en miniatura, de un "apocatástasis" donde por turno se ejerce el Rigor de las circunstancias (o del terapeuta), y su Misericordia, donde el cosmos engendra el caos, y el caos, el cosmos. La sanción terminal del "Juicio" interesa en primer lugar a nuestra propia culpabilidad del pecado existencial.

El hombre del ciclo que acaba es también el hombre del ciclo que comienza, o su prefiguración: la regeneración universal es primero la suya; es creador en él de una nueva mirada, de un nuevo espíritu que, por recurrencia al mismo tiempo que por anticipación, lo hace contemporánea de una Edad de Oro transtemporal. Es, como el poeta,  a la vez guardián los anales del pasado y de la memoria colectiva, y el profeta de la que viene, el Prodromos de la eternidad. Algunos de sus sueños, más tarde reemplazados por los sueños arquetípicos fundadores de una mitología supraconsciente, ya se presentan como de verdaderos poemas-relámpagos, haïkou de Ia psique, transmitiendo una historia y su desenlace, un tren de imágenes, personajes, aventuras sembradas de pruebas y de revelaciones. ¿ No se ha  mostrado que los mitos primitivos de los que derivan las epopeyas, las novelas y los dramas, tienen un origen onírico?...No es por nada que el Opus alquímico ha sido comparado a la obra poética, no obstante  que el alquimista, el llamado poïetès por los viejos autores, tomó por sujeto del poema la conquista del Anima. Este émulo de Orfeo desciende al interior de la tierra, renace como el Fénix, se eleva en el cielo. Sensible a los signos, a los oráculos, se mueve en un mundo de analogías y de símbolos. Como Rimbaud, (" Yo es otro "), él sabe que su verdadero Yo  está allende la multitud de esos falsos yo, de estos "inocentes" impudentes a los que conviene inmolar para descubrir la Ipseidad. Como Nerval, ("La noche será negra y blanca "), trabaja en la unificación de los contrarios 1.

Es más, el interés creciente que se lleva, desde las experiencias de Pauli, a la parapsicología, confirma renovándola la existencia de una realidad paralela donde la conciencia escapa de las leyes del espacio-tiempo. No sólo los ejercicios de imaginación activa desarrollan ciertas disposiciones a la videncia, sino los sueños premonitorios, los fenómenos sincrónicos de los que no se deja de encontrar en  su camino ninguno de los roturadores de alma introducen a un espectáculo maravilloso que hace perfectamente real y vivido el mundo de los cuentos de hadas, mundo plástico, liberado de las estructuras, limitaciones y  opacidades, fluídico al igual que el de los orígenes. Las respuestas de Yi King, este confidente de las gracias y desgracias secretas, vienen a aumentar lo maravilloso, cuyo  estilo mismo resalta una poesía refrescante e inspiradora, en su concisión y su inmediatez 2. Las irrupciones de lo irracional en sí, alrededor de sí, ensanchan las dimensiones del universo, aportan en el seno de una existencia rutinaria a tope, todo un juego de "sabores" exquisitos que no difieren en absoluto de las rasa de la poética hindú, al vivificar estas modalidades afectivas que vivifican  la obra y poseedoras

1. Conocemos esta última frase escrita por Nerval a guisa de testamento, antes de ir a colgarse calle de la Vieille-Lnterne. Esta noche sería negra porque estaba en el corazón del invierno, y porque  era lanoche de su muerte; sería blanca porque nevaba sobre París y porque su muerte le abría las puertas de una liberación.

2. Así, este fragmento corto digno de Saint-John Perse: " espera sobre la arena. Hay un poca de charla. " (Hexagramme 5,  Sabido, " la Espera ").

de "virtudes" que ablandan y disuelven, (pensamos en el Solve), exaltan e iluminan, (pensamos a Coagula), para hacer acceder el ser a algún nuevo grado de maduración.

Tal es el reino del verdadero poeta, esa " cosa ligera " (o más bien aliviada), " mariposa del Parnaso "; -¿ y quién no sabe que mariposa " ¿ se dice en griego psique?-

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Las disposiciones a tomar con vistas a una civilización interior asustan o desaniman; ¿pero no las imaginamos demasiado a menudo y sin razón situadas en  altitudes inaccesibles, para dispensarse mejor?

Su punto de partida reside sin embargo en realidades muy simples. Podemos sostener que toda vida interior normal comienza con una vida exterior bien reglada, y que los marcos tienen su importancia,  invitan al recogimiento, inspiran la decisión de otra vida. Si todo es ilusión, y si hay que librarse de toda ilusión, conviene primero aprovecharse de ello, tomar allí apoyo porque  la ilusión misma lleve su parte de espíritu. Hay por todas partes elementos espiritualizantes  que quitan lastre al medio, añaden atmósfera, desde los faroles apergaminados de las procesiones budistas hasta los estandartes de gloria que guardan los pasos tibetanas; o entre  nosotros , el árbol de Navidad de ramas cargadas  de luces, imagen de los Árboles del Edén, de los  Sephiroth, de los centros sutiles del ser humano; o todavía, los juegos de campanillas que sugieren el recuerdo de las músicas de las esferas o de las armonías oídas en la instasis por los místicos: todo lo que, a través de una fragilidad insignificante, sugiere algo del " Jardín de las Esencias ", recrea en nosotros un poco de la alegría infantil que  fue la de antes de la ensômatosis, Ia " toma de cuerpo ". Por la tarde de un día aplastante de cargas en el fumadero de las palabras  vanas, ningún  mejor contraveneno que una grabación  de música india, coloreada, ritmada a pedir de boca, acertada, llena de los visos danzantes del sol sobre el río; o si los nervios están al límite, algunas secuencias tranquilizadoras y meditativas, de un magnificente  motete de Lassus o de Palestrina... Soporte de contemplación, eco de la verdadera libertad, la música todavía habla de Dios; dice la fantasía festiva, la potencia y la majestad, la alegría, la gratuidad del Juego divino; devuelve el sentido del ritmo y de la armonía a las existencias contrariadas, sincopadas y quebrantadas 1... En  fin, en el hoyo de una crisis dolorosa, la contemplación del icono, modesta tabla pintada, pero tabla de salvación, desde el fondo de su nicho ofrece a la mirada la mirada a devenir.

Nada debería ser descuidado de los elementos civilizadores, es decir poéticos, sobre los cuales fundar su morada. A comenzar por la morada misma,  que hay que querer calurosa, hecha materiales vivos, acogedora al descanso, al estudio, al ensueño, al retiro, a la concentración  de sí. Citaríamos como lugares portadores, y según los climas, la clara celda  toscana, en medio de los olivos plateados, el kyllion griego batido por espuma, el mazot suizo en el bosque de abetos, buenos gigantes altivos, bonachones, el granero montañés, o incluso, en el fondo del apartamento urbano, el pequeño oratorio donde no  pueden tomar sitio más que  una miniatura de Dios, lamparilla, granos de incienso, una alma orante. - Lo mismo, el alimento, cuya calidad es fraternal a la de nuestras  fibras y nuestros pensamientos, será simple, sano y equilibrada, exento  de ingredientes químicos, fácilmente asimilable, moderada en  cantidad 2. Hasta el traje influye

1. El apasionamiento actual por la música, y sobre todo la de las antiguas épocas, derivado de la monodia gregoriana y de la polifonía, traduce una necesidad evidente de llenar el desierto espiritual dejado por la retirada del Cristianismo, y de humedecer por el sentimiento el tiempo desecado por la racionalidad: - desierto cuya quemadura ejerce sobre los seres algo comparable a la "falta" de los drogadictos. En el seno del agnosticismo, incluso la música profano se reviste de una patina de sagrado.

2. " En verdad, el Yoga no es para el que come demasiado o el que se abstiene en exceso. " (Bhagavad-Gîtâ, VI, 16). La misma recomendación de medio justo para el sueño, la acción, el ocio, que se encuentra en las Institutiones del Cristianismo.

sobre nuestros estados de alma y determina las  tonalidades. La nobleza (quizá rústica) de la tela, la variedad de los coloridos, los pliegues, lo flotante suscitan una predisposición a la búsqueda de una belleza interior.

A estos diferentes upâya no deberíamos olvidar añadir la contemplación de la Naturaleza, como ejercicio espiritual que impregna las zonas profundas de nuestro consciente de la visión el grammata Théou. Y esto, en lo que la Naturaleza tiene unas veces de más sublime, (panoramas de montañas, cielos señalados  por fuego), y otras de más modesto, (la flor que, también, lleva la efigie de lo divino), en un espíritu a la vez "franciscano",- adorando el divino mismo en nuestro hermano el viento, nuestra hermana la lluvia, - y "gnóstico", intérprete de las "signaturas": la montaña que se eleva de grado en grado simboliza las "estaciones" y los "estados", como el desierto, donde la Naturaleza ayuna de todo efecto oratorio, la inmensa reserva de los posibles; o todavía, el bosque, cisterna de savia y de silencio, el santuario del Innominado. Lo visible, - " las obras de Dios ", - no es otro que lo invisible hecho legible en el gran Libro de la Naturaleza. Las " realidades celestes " rozan los terrestres, se dejan desvelar a través de los símbolos incluidos en estas últimas. Así contemplada, la manifestación universal no borra el misterio, lleva allí.  "La materia participa igualmente en el orden, en la belleza y en la forma ", escribe Dionisio  Areopagita 1. En la sustancia cósmica el Espíritu se encarna y se nombra. Los Padres griegos nos invitan a esta contemplación de una tierra de la que Evagrio Póntico decía que la sangre del Cristo la había devuelto a su transparencia. Gregorio Nacianceno celebra "la armonía y el ritmo que emanan del  mundo como de la lira,… la inmóvil huida de las olas, los ríos vastos, el canto de viento 2 ". " Todo lo que existe Te ora, escribe en uno de sus Poemas dogmáticos, todo ser que sabe leer Tu universo hace  subir un himno de silencio. " Los que, todavía en nuestros días, indiferentes a Dios, incapaces de nombrarlo, saben sin embargo admirar

1. Nombres divinos, IV, 28.

2. Del amor de los pobres,23

las bellezas del kosmos, - "orden" y "adorno", - continúan rindiendo homenaje, sin saberlo ellos, al Creador de todas las maravillas .

Entonces, lo Bello es también el Bien: principio que está en la base de la existencia de todas las  cosas, las hace a la vez idénticas y diferentes, unidas sin confusión. El universo se revela teofanía que requiere celebración. “Todo canta la gloria de Dios ", exclama el peregrino ruso que descubre el " conocimiento del lenguaje de la creación ", a través del cual penetra hasta el hombre el Eros-Agapê. Toda manifestación de la gloria de Dios provoca la admiración, que es el primer despertar  a la Realidad suprema, vestíbulo del estupor y del encantamiento extático. Solo, dice Máximo el Confesor, la admiración puede rodear la irrodeable  Potencia 1 ".

Es todavía un arte organizarse ciertas pequeñas repúblicas autónomas y paradisiacas, donde preservar su derecho a vivir una vida simplemente humana a  fin de hacerla plenamente divina. Esta búsqueda está blanqueada por anticipado de todo reproche de egoísmo: no es individualismo sino individuación, no deseo de singularizarse sino derecho a la diferencia, legitima medida de salvaguardia, elemental satisfacción concedida a la vocación humana.

Una primera medida puede ser tender hacia una vida liberada de las necesidades artificialmente acumuladas por las falsas religiones de la moda y del consumo, bloqueando la vía a toda invasión de objetos parasitarios, pretextos de inútiles apegos, - " poseer más que lo necesario, dice san Basilio, es robar "; - conjurando toda marejada de preocupaciones errantes o de acciones facultativas y superfluas, que se inventan ellas solas  cuya existencia arrastra los pesos del fastidio; prefiriendo un espacio de vida no desnudo como las de la arquitectura moderna cuyas aspiraciones de aire multiplican los incitaciones  a los suicidios, sino denso de este despojo

1. Pudimos leer recientemente en Diálogos con el Ángel:" Alrededor del que sabe maravillarse eclosionan  las maravillas. "

sagrado que refleja la libertad y la vacuidad divinas. Es una poesía del Vacío que es plenitud del Verbo. Este despojamiento voluntario, esta desposesión consentida pueden solos enseñar  a recobrar la vida en su espesor ontológico; son modos de inaugurar, o de recobrar, otro estilo de ser, y la adopción puede ser condición de despertar. ¿ Quién sabe por otra parte si crear con anticipación tal actitud no sería al mismo tiempo la ocasión de prepararse moralmente para una situación análoga, pero esta vez impuesta por una voluntad exterior, la de los " destructores del Sí ", o por alguna revolución cosmológica?...

Otra medida consiste en un aprendizaje de la sacralización de los gestos en el interior  de los cuales  hundir su atención, esta fina punta de la conciencia, como pueden provocar allí la ceremonia del té o el tiro con arco delos  japoneses, pero también, cualesquiera quehaceres domésticos donde el objeto más humilde también será considerado, también, como sagrado ; - lo que enseñan más especialmente Budismo y Cristianismo 1. Esta ritualización del hacer todavía es "poesía 2"; es imitación desautomatizada de gestos arquetípicos y manifestación de su simbolismo. La regularidad de los ritos, de cualquier naturaleza que sean, le da a la vida sus ritmos, sus aliteraciones a intervalos iguales. La suspensión de la acción desempeña el mismo papel que el silencio, - este shabbath de la palabra, - entre las correas del poema de la vida. Lo mismo que el silencio devuelve a las palabras su lustre y su fuerza, la meditación diaria es recarga dinamizante para otros bailes nupciales de los dedos y del pensamiento. El buji japonés, (chino wu-shib), que designa

1. Conocemos el poema de P' ang-iun: " sobrenatural maravilla:¡ Saco agua, llevo madera!... " Tauler elevó los quehaceres domésticos al nivel de los dones del Santo Espíritu; Benito de Nursia pidió que se mirara los utensilios del monasterio como si fueran los cálices del altar.

2.El griego poleïn significa "hacer", y como consecuencia, "crear". Hablamos de "hacer" a un artista. - " ¡ alma de mi alma, dice Henry James, oh beneficio sagrado de hacer (doing)!

la ausencia de artificio y de afectación, la sencillez natural y perfecta, se parece a " nada especial " (oudên idion) de los Padres de Scété. Actitud simbolizada por la posición sentada para nada y sin hacer nada, como todavía lo enseñan zenistas y hesicastas; de donde quietud, silencio, vacuidad, tranquilidad.

La ausencia de todo gesto sería sin duda el primer reaprendizaje  del gesto justo. Otro consistiría en redescubrir la prosternación, de la que occidente también olvidó el sentido. Prosternase, es reunir lo que fue separado por la Caída, lo vertical y lo horizontal, lo consciente y lo inconsciente, el macrocosmo y el microcosmo, las Aguas de lo alto y las de abajo; es hacer " descender el cielo en tierra ", - según la formulación  alquímica que es también la de la liturgia bizantina, - hacer que la cabeza, - el círculo, - toque la tierra, - el cuadrado, - que el soplo vivifique la profundidad; es reiterar en modo humano la bajada del Espíritu en la sustancia cósmica, reunir las estrellar del cielo y los polvos del suelo en la unidad recobrada. De esta reconciliación donde el hombre reúne al demiurgo surgen para él fuerzas nuevas; la flexibilización de los miembros va a la par con la de las funciones psíquicas. Penetrado de respeto ante el misterio del universo el mismo se prosterna ante la majestad divina, el hombre venció las rigideces separativas y paralizantes para recobrar el orden fluídico de la primera creación, cuando todavía se confundían las hojas y las algas, las aletas y las alas, y cuando la coincidencia de las dualidades era el estado normal de un mundo traspasado de gloria.

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El más completo de los ritos, y de todos el más esencial, es ciertamente, en el Cristianismo, la " santa y divina Liturgia ", tal como es celebrada por la Iglesia de Oriente. Se revela en su monumentalidad y su simbología el poema por excelencia como expresión de un arte completo donde se encuentran la arquitectura (el mismo lugar de Ia celebración), la poesía (la de los textos sagrados), la música (cantos y salmodia encantatoria), la danza (letanías, gestual), la pintura (iconos), la escultura (hieratismo sacerdotal); poema que sublima las aspiraciones del hombre, santifica a la vez sus sentidos, su espíritu y su alma. El lirismo metafísico, la importancia concedida al coro, el esplendor de las luces, la vestimenta, las imágenes, el júbilo y el temblor de temor y de amor a las puertas de " temibles y vivificantes misterios " y de una " trascendencia consumante " que se hace accesible y participable, la contemplación " bajo velo " del Reino a  venir son, en el desconcierto pánico del hombre occidental, elementos susceptibles de apaciguarlo y de dejarle divisar poco a poco, aunque sea, para comenzar, solo en el plano estético, una realidad de otra orden, aquella en la que no creía más, o más bien, que jamás se le había dejado sospechar 1.

Una de las razones de la desafección de los cristianos de Occidente con respecto a la "misa" es que se encuentra desnuda, bajo la influencia de la desecación modernista disfrazada de retorno  a la pobreza de origen, de toda clase de sacralidad. (¿Qué medida común, por ejemplo, podríamos establecer bien entre tal cancioncilla promovida a cántico, de un abrumadora insignificancia, y los kondakia de Romanos Mélode, estas réplicas bizantinas de los bhajan de un Miró Baïl?) Sin embargo, todos los detalles tienen su importancia; todos contribuyen a suscitar un estado de receptividad a lo divino, y si están impregnados  por belleza, conmueven al espíritu, recrean el fervor perdido. Estos "condicionamientos" tienen en realidad como función  desacondicionar. En tal perspectiva, hasta la tipografía no es indiferente: el griego, el eslavo, el  árabe, (como también por otra parte, el gótico, el sánscrito, el chino), son con mucho más estimulantes, hasta suponiendo   que no se sepa leerlos, que los fríos caracteres latinos, de  ángulos derechos y ásperos, como desnudos de toda foliación... En cuanto al estilo de las traducciones, es a menudo soso y convencional: haría falta

1. Reenviamos este respecto a dos  obras notables de Jean Hani, El simbolismo del templo cristiano y La Divina Liturgia.

leer la Biblia, a falta de poder hacerlo en hebreo, en la versión abrupta y rocosa de un Chouraqui; casi todos los Padres griegos todavía esperan a traductores dignas de ellos.

La liturgia arranca al hombre del prosaísmo, le recuerda a su verdadera naturaleza. Si, como lo dice Basilio de Cesárea, " el hombre es un animal que recibió vocación de hacerse Dios ", es decir que debe volverse poeta. Lo que puede tanto más que ya lo es, potencialmente, ya que hecho " a la imagen y la semejanza " del Poeta supremo, reflejando en sus "virtudes" las cualidades divinas; ya que a la vez " varón y mujer ", lo que es lo propio de todo artista que armoniza en él ambos polos de su integridad; en  fin, ya que él mismo, según Gregorio de Nicea, es " ordenanza musical, himno maravillosamente compuesto ", y según Agustín de Hipona, " canto de gloria ".

Poeta, el hombre tiene por misión " nombrar a las aves del cielo y las bestias salvajes de la tierra ", es decir de reconocer los logoï, de las " Energías divinas " brotadas de la Esencia, que residen en el corazón de los seres y son tantas modos de la Presencia del Único increado, reverberadas por las criaturas vivientes. Federador  de las  "Energías", el hombre coopera con Dios en la formación del universo. Sin estos " nombres verdaderos ", los seres serían superfluos, quedarían inconclusos, alógicos, "anónimos"; el Verbo les informa por la combinación secreta de sílabas y de sonidos que corresponden exactamente a las condensaciones vibratorias que constituyen la identidad. Este "nombramiento" de los animales, en lo sucesivo animados, consagra el nacimiento de las artes, ya que cada palabra original, - la India hablaría de mantra, - es simultáneamente armonía, imagen, forma y movimiento, - lo que es reunir el arte completo evocado antes. - Colaborador de Dios, el hombre confirma, completa, acaba a Ia Creación 1.

Pero si " somete la tierra " celebrando  la liturgia cósmico, celebra también y primero el fundador en una perpetua

1. Es la misión que Claudel le confiere al homo poeticus: hacer el inventario de un mundo "interminado", en el " júbilo orquestal " de las Musas y por el efecto de la Gracia divina (Cinco Grande Odas, II). - este inventario es también perfeccionamiento.

doxología.  " Tu amor me hirió, marcho cantándote  ", exclama Juan Clímaco; y Gregorio Nacianceno: " ¡ Tu gloria, oh Cristo, es el hombre a quien pusiste tú como un chantre de Tu esplendor. " Para Agustín, " amar a Dios, es cantar Su gloria "; y " la gloria del que se canta no es otra que el cantor". Es en el punto extremo que la cooperación se hace la más íntima, la más ardiente, entre Dios y el hombre, - este microthéos; - qué el Artista divino rime lo mejor con él mismo 1. Despojado del mundo y del yo, investido del  Logos, el hombre se deja nacer (o renacer) en Dios, deja a la vacuidad hacerse quietud, la " decreación " inaugura una nueva creación. Sin duda, en el mismo seno  del Ser, todas las criaturas no tenían otro nombre que el del Ser mismo. Todavía no habían recibido ni su determinación particular ni su "nombre de bautismo". Todavía residían en su  Sí, que no es otro que el Sí divino. Pero de todas estas criaturas  una vez encarnadas, el hombre es el que guardó  la mejor memoria, que todavía es la más capaz de esta "reminiscencia" de la Esencia adormecida en el fondo de su ser, o más bien en  la cual se durmió. Dios siendo palabra, y el hombre siendo  el ser de la palabra, - la única criatura dotada de lenguaje, - la manifestación de la palabra en el hombre hace de él el ser por excelencia de la invocación. Invocar el Nombre supremo es actualizar la memoria que llevamos en nosotros, la de nuestro arquetipo, la que se confunde con lo Divino  mismo. Es Él quien, en nosotros, se acuerda de Él, cuando nos acordamos de Él: siempre estamos presentes en nuestro origen. La invocación es signo de reunión con lo Divino: llama, desde el seno de lo múltiple, a todas las partes

1. La palabra "rima" está emparentado con rythmos, el "ritmo" que designa el movimiento cadencioso  de los flujos, y puede simbolizar las   alternancias de la Gracia divina y de la tensión humana hacia Dios. Nos acordamos que en la Divina Comedia, (Paraíso, XII), el nombre de Cristo es repetido con  rima, tal nombre que no puede, en el espíritu de Dante, rimar con nadie más; - sino, añadimos nosotros, con hombre " cristificado ".

de lo múltiple a  reunirse  en lo Uno; recuerda que la reminiscencia es la ausencia de olvido ", (en griego a-lèthê), y que la ausencia de olvido es la " la Verdad " (Alêtheïa).

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Nos morimos de sed ", gimen  numerosos ricos. Sentados al borde del pozo, se obstinan en no beber: el caso es que habría que sacar el cubo. Maldicen su estado, pero tienen miedo perderlo; sufren, pero tienen miedo sufrir más, privados de su sufrimiento. Temen todo cambio, ignorando lo que ganarían allí. Admiten si acaso buscar las soluciones a su problema; las soluciones que encuentran no resuelven nada: ellos mismos son el problema. Negando todo cambio, se condenan a sufrir,  durante su vida, los mismos disgustos que pretenden no poder soportar más.Ahora, toda vida digna de este nombre quiere que se tome la pena de conquistarla.

Estas primeras proposiciones se verán reprochar por exigir esfuerzos: esto son los menores que  se pueden demandarse a sí mismo, y la parte exigible difiere según cada uno. Otra crítica será que son utópicas; pero el reproche de utopía permite en buena conciencia dispensarse de todo esfuerzo; y no aparecen tales porque se impide que se concreticen. Se topan por todas partes en efecto con la resistencia del racionalismo in situ, el cual es racionamiento, cuadrícula, agotamiento de las fecundidades. Pero todo lo que  reduce o prohíbe esta marcha que es una danza, esta palabra que es silencio, esta música que es profecía, esta figura que es faz y que tiene de nombre Poesía, no es más que usurpación y abuso de poder, y por esta misma razón, no puede mantenerse más que por medidas arbitrarias,  represivas, hasta que las fuerza a los cuales este absolutismo recurre se  revuelvan  contra él.

No deberíamos olvidar tampoco que si lo que es " nuevo"   se opone ferozmente a lo que es " eterno ", es decir intangible, porque es expresión misma de la naturaleza de las cosas, una ley compensadora quiere que los elementos reprimidos  y aparentemente destruidos, reaparezcan aquí  y allá, bajo formas primero camufladas, diferentes, no detectados  en seguida, y que estando debilitados, desactivados, acaben por ser considerados con una cierta indulgencia, es decir por lo menos tolerados; - lo que facilita a veces su resurgimiento. Así es como los Padres de la Iglesia fulminaron primero contra el culto de las imágenes y los instrumentos de música, con el fin de separar radicalmente el culto cristiano de los ídolos y de los sones de fanfarria del paganismo; pero estas imágenes volvieron en forma de iconos, y los instrumentos de música se encontraron concentrados en el órgano... Un fenómeno semejante podría producirse a partir de una cierta Poesía de las catacumbas: la resurgencia, - bajo las mismas instancias del materialismo, - de las invocaciones y de los sortilegios, de las ensoñaciones  y encantos de fábulas inefables.

Otra objeción todavía consiste en decir que todo el mundo no es "poeta", no tiene esa suerte (o esa desgracia). Podemos responder a esto que si, en todo hombre, están  depositados los gérmenes de la creación física, y si no hay separación total entre los planos, hay con toda evidencia en todo hombre unos gérmenes de todos los planos de creación. Se trata de actualizar solamente estos carismas. Sin duda existen diferencias de grados en la intensidad y la potencia creadoras; pero la potencialidad creadora está siempre allí, y es en este sentido que se puede sostener con Lautréamont  que " todo hombre es poeta". Hasta sumergido en el infierno moderno, el niño, el chamán; el alquimista, el monje laico, todo ser interiorizado, contemplativo, amante, todo liturgo es poeta, creativo, bailarín de sueños, y muestra la vía a otros. Pertenece al mundo de los que tienen el deseo de despertarse a lo Esencial de ser los celebrantes por fidelidad a la naturaleza humana 1.

Salvar al hombre de la situación en la cual se puso por hipertrofia del pensamiento, el desgaste de la raza, voluntad de poder

1. A la cuestión: " ¿qué el hombre? ", Rabí Mendel de Witebsk respondía: " el hombre es el lenguaje de Dios. "

olvido o destrucción del conocimiento iniciático, no puede hacerse hoy más que recurriendo a los valores de amor, de sabiduría y de belleza que comportan todavía ciertos  dominios preservados . Son los componentes vivificadores que sustraerán al hombre de los automatismos, le harán de nuevo poeta, y que, retornando en   grito de esperanza la lamentación  Jeremías, harán que el desierto  se vuelva  vergel. Este milagro ya se efectuó al nivel material en varios países del Oriente Medio. No vemos ni cómo ni por qué, llegada su hora, - muerta su hora, - no se produciría al nivel de la intelección. Es de este  retorno  que están cargadas  las " auroras que todavía no lo tienen  ", y al que Rig-Vêda saludaba con cinco mil años de anticipo.

Más que nunca aquí, es necesaria la sinergia entre lo humano y lo divino. Los hombres, ciertamente, tienen necesidad del Creador, ya que, abandonados a sí mismos, - los tiempos están ahí para atestiguarlo, - no están en estado de crear nada verdaderamente asegurado y durable; un Creador soberano, que puede por otra parte revelarse primero soberano Destructor. Cualquiera que sea la forma de la que escoja de revestir su retorno, nuestro papel es acondicionar modestamente, en el sitio que nos es impartido, la llegada del  Avatâra supremo, de allanar sus caminos, de mantener el aceite de la espera. Y el mejor medio de preparar esta vuelta es prepararse a sí mismo. Es en ese  sentido que Dios necesita de los hombres.

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