lunes, 26 de mayo de 2014

Los Armonicos de la Unidad (Jean Biés) y... final



Jean Biès
RETOUR A  L’ESENTIEL
Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?
Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne  2004 
LOS ARMÓNICOS DE LA UNIDAD 
Desde que la Trascendencia, - ese " tesoro escondido " que quiso darse a conocer, - sale de ella misma y se despliega en la contingencia, se relativiza, se condena a límites, se escinde en series de contrarios multiplicados. El agente separativo que da a la sustancia cósmica su carácter discontinuo firma la desviación que existe entre el Principio y la Manifestación. Las diferenciaciones nacidas del Prototipo único original son estos " pares opuestos ", estas "polaridades" que surge a través de las combinaciones diversificadas de los elementos, las energías, suscita la graduación de los contrastes, la acentuación de las disonancias. Todas las tradiciones espirituales atestiguan lo  no es de hecho más que la consecuencia lógica e ineluctable de la disociación del Uno con sí mismo.
Pero hay dos maneras de contemplar el campo de las dualidades: una consiste en ver en los "polos"   fuerzas divergentes y contradictorias; el otro, a ver allí fuerzas convergentes y complementarias. En otros términos, los contrarios pueden ser vistos como inconciliables, y esta perspectiva conduce al dualismo moderno, ya en germen en el radicalismo cristiano que opone a Dios y el Diablo, o como reconciliables porque nunca verdaderamente separados, tales, como les considera el no dualismo oriental. Toda la ambigüedad de Ia contingencia está allí, que permite sea aumentar y acentuar
1. Diábolos viene de diaballeïn, " echar por todos los lados ", "separar", "desunir", "desviar", y como consecuencia, "calumniar".
las escisiones hasta la pulverización de la realidad, o sobrepasarlas y reintegrarlas en la Unidad suprema.
El hombre de los tiempos presentes adoptó la primera de estas actitudes, condenándose a un número siempre aumentado de compartimentos sociales, raciales, políticos y administrativos, y de fragmentaciones intelectuales y religiosas, en una complejificación unas veces fragmentada en arborescencias anárquicas, y otras artificialmente mantenida en el corsé de las medidas apremiantes, y cuyo paroxismo, materializado en la fisión del átomo, deja que pensar que la última fase de disyunción de con el Principio ha sido alcanzada. Tales demarcaciones (murallas de hormigón o cercas invisibles) no hacen solamente la vida insoportable, - ¡cuántas novelas eligen por tema la incomunicabilidad, la soledad en la muchedumbre!; - suscitan también situaciones conflictivas permanentes e insolubles, promovidas al nivel de normalidades a las cuales adaptarse para sobrevivir; segregan un clima de hostilidad y de competencia menos estimulantes que a largo plazo, esterilizantes. Entonces, es un hecho de la experiencia que a medida que se desciende en el reino animal, los modelos de comportamiento parecen más rígidos y divididos en compartimentados. En cambio, cuanto un ser está más "cultivado ", "  civilizado ", menos sometido por consiguiente a la presión de afectos primitivos, adquiere más flexibilidad y disponibilidad, vocación al intercambio, la apertura al otro.
Bamboleado por las contradicciones convertidas en incoherencias, el hombre moderno no puede más que sufrirlas sin comprenderlas, o rebelarse sin cambiarlas. En todos los casos, sólo le queda como religión la del Azar 1. Sin embargo, algunos indicios discretos deberían hacerle sospechar la existencia de otro orden, el de la universalidad. ¿No ha visto en su jardín plantas extrañas y exóticas que no había
1. Podríamos aplicarle a tal individuo lo que decían sobre eso de antemano el Eclesiastés, IX, 1: " Ni de amor ni de odio saben los hombres nada, todo les resulta absurdo ", y Koran, XCII, 4: " de verdad, vuestras tendencias son divergentes. "
sembrado, y cuyas semillas, a pesar de aduanas y fronteras cayeron de las alas de un avión surgido de las  antípodas? No ha leído en la prensa  sucesos diversos de ejemplos conmovedores de ósmosis conyugal, mal disimulada bajo la máscara de una neurosis complementaria: " ¿ No pudo sobrevivir a su mujer octogenaria "?... ¿ Y jamás soñó en que  innumerable parentesco le inscriben sus millares de antepasados, por poco que a través del revoltijo de las ramas genealógicas, remonte  durante algunos siglos su doble ascendencia?... Si el Telón de acero es la versión atea del iconostasio, el iconostasio mismo separa menos la nave del altar que reúne la Tierra al Cielo: las " puertas santas " aseguran el pasaje, los iconos preparan la identificación. Pero más que todos estos ejemplos, las enseñanzas iniciáticas de Heráclito a Lao-tseu, a Shankara, de El-Hâllâj al Cristo, están allí para confirmar la primacía de la unión sobre la división, de lo Uno sobre lo múltiple.
Sólo la reconquista de tal precedencia se halla en situación de sacar al hombre de la situación suicida en que está comprometido. Toda la cuestión es saber cómo sobrepasar la dialéctica inagotable de lo contrario y de adquirir otro modo de apreciación del mundo, de los otros y de sí, en los diferentes estratos de la realidad.
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Los pueblos de tradición siempre supieron que el hombre no está aislado en absoluto del cosmos, que es parte y centro integrantes. Todos se sienten allí en familia con las bestias, los árboles, los elementos, experimentan con respecto a la Madre Natural no deseos de dominación, sino un sentimiento de respeto y el de una amplia colaboración.
El éter es este " aceite mercurial ", este "aglutinante" que armoniza entre ellos los elementos, favorece la flexibilidad, une lo alto y lo bajo, el interior y el exterior, facilita el deslizamiento de las partículas unas sobre otras, alrededor de nosotros y en nosotros. Los Padres de la Iglesia, entre los cuales  Dionisio el Areopagita, celebran la "simpatía" mantiene las cosas juntas, que, de las contradicciones, hace tensiones vivas. Para los Chinos, el Tao del Cielo, y el Tao de la Tierra y el del Hombre son los armónicos necesarios para la "espontaneidad" perfecta y para la "continuidad", - " la ley más grande del mundo ", según Lie-tseu, - abriendo, en la rectitud requerida, la comunicación entre el otro y yo. " El cielo, la tierra y yo tenemos la misma raíz, declara Sêng-Chao; los diez mil seres y yo somos de una sola sustancia "... " Ser a la vez la hoja y el viento " introduce en la danza  cósmica, la lîlâ del Hinduismo, la païdeïa platónica, - de la que se engalana y  que anima la gratuidad  divina 1. Mucho más, el hombre, - microcosmo, - lleva virtualmente en él los arquetipos del macrocosmo; el cuerpo y el espíritu del hombre drena las sustancias del universo, reproducen las estructuras. El adagio sufí: " el universo es un gran hombre, el hombre es un pequeño universo ", se encuentra expresado en todo tipo de lenguajes en el coro de las tradiciones.
Intuición que la ciencia contemporánea corrobora a su modo, cuando discierne en el hierro que tiñe nuestra sangre la ceniza termonuclear de una supernova estallada hace seis mil millones de años... Mucho más, el hombre lleva virtualmente en él los arquetipos del microcosmo; y el mundo espiritual entero se manifiesta en el mundo sensible. “En éste está ése por las esencias, en ése está éste por los símbolos, y la obra de los dos es una 2. "
Si, en tantas "leyendas", - es decir en " lo que hay que leer ", - a los dioses gustan de revestimientos animales, los hombres semejantemente pueden descender de un tótem o identificarse con tal animal simbólico. El chamán entiende la " lengua de las pájaros”. Tchouang-tseu celebra en términos ya rousseanianos el tiempo cuando " los humanos vivían fraternalmente con los animales y hacían sólo a una familia con los diez mil seres”. Tal era el comportamiento nativo criaturas,
1. Ver  Alan Watts, El libro de la Sabiduría, IV, " Le Monde es vuestro cuerpo ", Amor y Conocimiento, I, 3, " El Arte de sentir ".
2. Máximo el Confesor, Mystagogia, 2.
antes de que las barreras vinieran a aparcarlas arbitrariamente, a levantarlas unas contra otras... Tales sabios hasta pudieron nacer de una flor o de una hierba. Estudiando la " sensibilidad vegetal ", Jagadas Chunder Bose sorprendió extrañas simpatías entre el hombre y la planta; - sabemos en particular que la planta tiene un instinto maternal desarrollado, que sufre si hay sufrimiento en las cercanías, es feliz si el que la ama se aproxima a ella. - Sus trabajos sobre diversos fenómenos moleculares probaron la existencia de una propiedad general común de todas las formas vivas u orgánicas de la materia. Esta ausencia de hiato entre los reinos concierne hasta los grados más condensados, y justifica que los griegos hubieran podido situar su origen en las piedras 1. Si el hombre de hoy, abarrotado de indiferencia, y para el que " otro que él no existe ", tiene poco oportunidad de recobrar el estado y el movimiento fluido de los comienzos, el don de interferencia, la flexibilidad que aseguraban quietud interior  y el " principio de identidad " de todas las  cosas hecho sensible al corazón por ausencia del "yo" y acto de presencia en el presente , es al menos posible  celebrar aquí o allí reencuentros episódicos con la naturaleza, lo que no dejan de intentar los que , haciendo de vacaciones vacuidad, tan pronto como lo pueden la reincorporan para fundirse  allí, como enamorados clandestinos.
El reaprendizaje del arte de las relaciones toca otros dominios de la vida. Arriesguemos aquí algunas sugerencias.
Sería saludable, al nivel social, de evitar la fragmentación indefinida de la vida ciudadana y de sus solicitaciones parcelarias, distractivas: fragmentación que " divide para reinar ", y por ahí, destruye el alma; saludable escapar a la vez del aislamiento auto destructor, - " no es bueno que el hombre está solo ", - y
1. En el episodio post-diluviano de Deucalion y Pyrrha, a partir del juego significativo de palabras de laas, "piedra", y de laos, "pueblo".-En la Conversación entre d’Alembert y Diderot, éste demuestra que "se hace el mármol con la carne, y  la carne con el mármol"
a los grupos fáciles y fácticos, caricaturas tranquilizadoras de las " familias de espíritu ", de los " poderes intermedios " y de la " comunión humana "; saludable apartar las alternativas tan rápidas y sumarias como "izquierda-derecha", y otras disociaciones neuróticas del mismo género. - Se trataría lo mismo, al nivel moral, de no caer en la trampa "bien-mal " , sabiendo el carácter relativo y fluctuante de estas nociones y acordándose que el virtuoso no es tanto el que practica el bien e ignora el mal, como el que mantiene el equilibrio entre el uno el otro  y recurre a las cargas positivas del último. El mal es menos lo contrario del bien que uno de sus grados inferiores o " enfermos 1 " En fin, porque cada ser está sometido a "tendencias" diferentes y diferentemente dosificadas, la ética no sabría ser un edificio de una sola pieza unánimemente impuesta a todos.
En cuanto al inevitable y "  bienaventurado sufrimiento ", la única  actitud justa es el Sí sin restricción, lo vivido consciente de sus emociones, la adhesión a una Voluntad más alta que la del ego. Esposarla en lugar de oponérsela, sea por espíritu de obediencia (la vía religiosa), o sea por ecuanimidad (la vía sapiencial), es experimentar  la vida tal como es, y no tal como se querría que fuera, hacerse uno con Todo, que implica también el sufrimiento, hacerse el Todo 2.
Al nivel mental, la actitud unitiva no puede más que  rechazar el reino de las doxaï, "opiniones", "prejuicios" "opciones", limitadas y sectarias, todo sistema cerrado sobre él mismo, fuera del cual no habría en absoluto salvación. La existencia de lenguajes internacionales y universales tales como la música, la matemática o la genética, el recurso a una interdisciplinariedad cierta pueden sugerir otra concepción de los relaciones intelectuales.
1. Así como la alquimia dice del plomo que es " oro enfermo ".
2. Ver, por ejemplo, Maestro Eckhart, Sermones, I, 30: " si una cosa puede regocijarlos, y otra entristecerlos, ésos no son justos... Debes ser estable, firme, es decir semejante en la alegría y en el sufrimiento, en la felicidad y la desgracia "... Aproximaremos este estoicismo evangélico al Bhagavad-Gitâ, II, 38; VI, 7; XIV, 24, etc...
Este exclusivismo evidentemente no debe verse reemplazado por amalgamas cuyo fin no es otro que de alterar las verdades siempre parciales. Una de las grandes fechorías de la unilateralidad del espíritu es que, cualquiera que sea el dominio donde se ejercita, su táctica consiste siempre en no retener más que los aspectos positivos de lo que aprueba, (o quienes lo arreglan), y los aspectos negativos de lo que piensa condenar. No puede haber aquí según esa cuenta ninguna esperanza de soluciones durable y satisfactorios, sino solamente una agresividad permanente entre los partidos en presencia, y finalmente la instauración del infierno intelectual.
Éste encuentra su origen en el dualismo cartesiano y heredero el mismo de los dualismos hebreos y griegos, cuando el primero separa demasiado distintamente Creador y Creación, el segundo, el mundo de las Ideas y el de las formas. Tal dualismo logró hipostasiar la Razón como único órgano de conocimiento y medida de todo hombre. El Oriente nos recuerda oportunamente que por encima de la Razón, la Intuición es el lugar donde se abolen los conflictos entre lo racional y lo irracional, la inteligencia y los sentidos. Nos recuerda que todas las "opiniones" tienen en común ser parciales, apoyarse en percepciones erróneas o relativas, que sobre todo no valen más que para el que las emite. De hecho, las propiedades de las cosas son a la vez idénticas y no idénticas, homogéneas y heterogéneas; la única solución  verdadera reside en las " lógicas de lo contradictorio”. Los diferentes "puntos de vista", o darshana del Hinduismo, se presentan como tantas visiones adicionales de la Verdad percibida bajo ángulos diversos que se completan y se fertilizan sin afectar la globalidad doctrinal. Solo, la aceptación de los "puntos de vista" diversos permite contemplar el número más grande y posible de las facetas de una cuestión, los niveles de un problema, asegura las posibilidades de una verdadera tolerancia. Es la que le permite a Râmakrishna declarar: " acepto todo: el estado supra consciente, el estado de vigilia, el ensueño, el sueño profundo, Brahman, el jîva, la creación; acepto todo esto como manifestaciones variadas del Ser. Sin lo que, su valor integral estaría  disminuido. Pues, acepto a la vez lo Absoluto y la manifestación 1".Todas las tradiciones místicas insisten en la idea de unidad de la vida, de la interdependencia de sus manifestaciones y de sus ciclos, de la interconexión universal de los fenómenos. El Taoísmo particularmente insiste en la noción de "fluctuaciones", - repetida por Prigogine en la ciencia moderna; - y el Yi King reposa en el hecho de experiencia que el sí y el no se suceden y se reemplazan sin cesar.
En consecuencia los Occidentales, pero también los kabalistas cristianos y románticos alemanes, - los " filósofos de la naturaleza ", - el pensamiento holístico redescubre las mismas vías: divide, excluye menos de lo que engloba y sobrepasa. Hay de nuevo para ella unos fenómenos y  lo Absoluto, lo múltiple y lo Uno, lo ilusorio y la realidad, los sentidos y la intuición, la naturaleza y la cultura, la maldición y la bendición, el fuego nuclear y la Zarza ardiente... El " Yoga intelectual " de Abellio se inscribe en esta perspectiva. El principio del "tercero incluido " y los estados simultáneos de semiactualización y de semipotencialización, de Lupasco, se inscriben aquí igualmente 2. El pensamiento sistémico redescubre que los antagonismos son complementarios, que el universo entero, en sus aspectos microfísicos y macrofísicos, es el lugar de estas transmutaciones incesantes de la sola y misma energía, de las atracciones y de las repulsiones siempre más complejas. Acaba en la unificación de los aspectos contradictorios de la Realidad: continuo-discontinuo, separable no separable, viviente no-viviente, permanente no-permanente. Revela que todo fenómeno es de tipo es comunicativo e interactivo.
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1. Enseñanza, 1289. - en un lenguaje diferente pero similar, Dôgen: " incluso en la medianoche, el alba está allí; incluso al alba naciente, la noche está allí. "
2. Ver en particular, de este autor, El Principio de antagonismo y la Lógica de la energía: las tres Materias.
Es una verdad de evidencia que el hombre no puede reconciliarse con lo que le rodea más que si trabaja en reconciliarse primero consigo mismo. El alma humana no es solamente duplex , es múltiple, esparcida, dispersada. Los estados disociativos y discordantes de la psique, los desdoblamientos de la personalidad, las especializaciones extremas, la rotura con mundo exterior ponen al hombre moderno, expoliado de toda referencia transcendental, en la situación exactamente contraria a la del hombre unificado.
La empresa alquímica, tal como ha podido recuperarla y adaptarla la " psicología de las profundidades ", ayuda primero a hacer emerger a la consciente las contradicciones internas, a reconocerlas por lo que son, y a integrarles; a esposar luego con su parte femenina (el anima), - porque si vale, según la fórmula taoísta, " conocer la masculinidad ", es mejor " adherirse a la feminidad ' "; al realizar el Sí, o por lo menos al tender ahí a través de la individuación, para volver a ser, al término de la " coincidencia de los opuestos ", el Hombre total, el Osiris previamente desmembrado. Obra de larga paciencia, pero que  permite al hombre derribar la pantalla puesta entre consciente e inconsciente, y hacer de su cruz no más el instrumento de suplicio que descuartiza al ser en las cuatro direcciones, sino un lugar de convergencia y de reunificación.
El alma y el cuerpo individuales no están separados, - de lo que dan bastante fe las "somatizaciones" o los sufrimientos de la agonía 2. - Lo mismo, cada psique contiene de modo latente el resto de la humanidad. Lo que revelan todo trabajo analítico y la retirada de las proyecciones, así como los sueños procedente de un inconsciente transpersonal . Es también en este nivel como
1. Tao-tô king, XXVIII. - El trabajo naturalmente consistirá para la mujer en hacer consciente el animus.
2. Justin: " ya que estos dos componentes, separados, no constituyen  de ninguna manera al hombre, hay que decir que es la unidad formada de la unión de los dos la única que merece el nombre de hombre " (Fragmento. 8).El alma, pero también el cuerpo del hombre, están, en la perspectiva cristiana, llamados a la vida y destinados a la resurrección.
se vuelve posible sorprender los lazos más secretos que los unen entre ellos, y sin saberlo ellos, todos los seres. Verdadera "participación mística ", única que garantiza el derecho a la diferencia, por oposición a la masificación que ahoga a la personalidad en el anonimato, el vestíbulo las peores servidumbres. La escucha de la " memoria ancestral " revelará disposiciones estructurales similares, arquetipos comunes al conjunto de la humanidad, actualizados en forma de símbolos, mandalas, ideas o sentimientos. Solamente está permitido aquí evocar sin indecencia una "fraternidad" auténtica, allende todo cosmopolitismo de superficie o compañerismo de circunstancia. Cogemos en vivo lo que Jung entendía, cuando escribía en su Psicología de la transferencia que " la relación con Sí era al mismo tiempo la relación con otros hombres "; pero añadiendo en seguida que " ninguno pueda tener lazos con los hombres si él mismo no tiene primero lazos consigo mismo".
Tal es la potencia de esta relación que asegura la armonía entre sociedades que, aunque vecinas, se ignoran. Es el sentido que hay que dar a la parábola de los habitantes de estos países limítrofes que se contentaban con oír ladrar sus perros y cantar a sus gallos, sin experimentar la necesidad de visitarse 1. No eran en absoluto indiferencia, egoísmo o desconfianza lo que inspiraban esto en cuanto a sí, (como es el caso de estos fronterizos a los que un río limitaba, denunciados por Pascual); era una comunión por lo más alto, en la rectitud del no actuar y del Tao, esencia de todo verdadero contrato social. Cada uno estando en concordancia con él mismo lo estaba  en consecuencia con todos, sin necesidad particular de manifestaciones externas 2.
1. Tao-tô king, LXXX.
2. Tal era también el estado interior de Telemitas imaginados por Rabelais. - Acercaremos a esta sociedad ideal el " mundo de los despiertos " de Heraclito y la " comunión de los Budas "o" de los santos ," la humanidad gnóstica " de Aurobindo. En estos diversos ejemplos, los seres están unidos por un estado supra de conciencia, donde la voluntad de cada uno se abole en una voluntad unánime y superior.
La complementariedad de la materia y de la psique revela además la expresión energética de una Totalidad, que se difunde en los planos sutiles. Materia y psique aparecen como los dos aspectos de una sola y misma realidad, la psique que se define como una calidad de la materia, ésta como el aspecto concreto de la psique. Sustancia y conciencia se mezclan pues, estando constituidas por los mismos elementos. El fenómeno sincrónico está allí para marcar el lazo entre acontecimientos internos u oníricos, y otros exteriores, su correspondiente, cuando tal arquetipo se encuentra más especialmente activado en el inconsciente. La unidad está a la vista, del mundo y del Ser, revelando el Unus Mundus de los autores medievales, el continuum de los Chinos, que Jung repite en su " Misterio de ia conjunción ", como suma de todas las " causas primordiales ", identificada a la Sabiduría divina.... Esta visión apenas está alejada de la de ciertos físicos que concibe el universo material como el duplicado de un universo psíquico infinitamente más vasto y más original, que se podría poner un día en contacto con açintya budista, - el "no pensamiento", la no distinción, - matriz que contiene en sí la posibilidad de todos los demás "puntos de vista" no pasados todavía al plano de la formulación  mental 1.
En el corazón mismo de la materia, recientes exploraciones revelaron otras conciliaciones, como la de las ondas y los corpúsculos, en las que el uno o el otro aspecto prevalecen según las situaciones. La  " No - separabilidad " de los fenómenos ilustra el hecho de que éstos, aunque muy distantes, pueden actuar entre ellos, como si ninguna distancia los separara. Se llega a pensar que a un cierto nivel de lo Real, las relaciones instantáneas existen entre todos los puntos del universo. La ausencia, reconocida, de separación entre el observador y el objeto observado, el "colapso" psíquico que tiene lugar al nivel de la observación y de la interpretación del fenómeno señalan y subrayan el papel de las interferencias: sujeto y objeto vibran con los mismos electrones. Para
1. " Si el espíritu queda en paz en lo Uno, las vistas duales  desaparecen ellas mismas ", declara Seng-ts'an (Sin-sin-ming).
la ciencia moderna como para la antigua cosmología, el mundo , como el hombre, es esto y eso. Así, las partículas son a la vez destruibles e indestructibles; la materia es a la vez continua y discontinua; la energía y la materia son las diferentes caras del mismo fenómeno; el espacio y el tiempo se hacen el continuum espacio tiempo  quadridimensional 1. La teoría atómica viene allí incluso a sobrepasar los opuestos existencia- no existencia, ya que la partícula, el modelo de probabilidad, acaba por no estar más ni  presente ni ausente. Es retornar a los  " kôan a cuánticos " familiares a Frithjof Capra, y que permiten decir que si Dios no es Francés tiene todas las posibilidades de ser japonés.  
Tal el Dharmadhâtu del  Budismo Mahâyâna, que representa el universo como un conjunto inmenso de cristales donde cada uno refleja otros, la mirada unificadora redescubre otra vez un cosmos donde todos los acontecimientos son interdependientes, un Todo orgánico, tramado por intercambios.
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Las imbricaciones que testimonian los planos psico-físicos no son más que la sombra transportada de los planos espirituales de los que el sabio es entre nosotros la más fiel imagen. Es en efecto el que, " libre de los pares opuesto ", dvandva, - calor-frío, placer-dolor, elogio-reprobación, victoria-derrota, honor-deshonor, - detenta el conocimiento que consiste en ver en los seres y las cosas las expresiones del Ser único e indivisible. Es el que realiza la ecuanimidad perfecta, el equilibrio entre el exterior y el interior, lo relativo y lo absoluto
1. Sabemos que para Oriente, el espacio está hecho de la oposición del yin y del yang, como el tiempo, de su alternancia.
, el bien y el mal, Samsâra y Nirvâna 1. Es el que " ama a su prójimo como a sí mismo ", porque es este prójimo, y éste, - ángel o serpiente, - es el mismo  2. Es el que reúne en él los dos mares, dulce y salado, que son el mundo celeste y terrestre 3; el que realiza la identidad del individuo (el jiva) y de Alma universal (la Purusha), y puede decir, si es hindú, con Shankara: " soy Shiva ", o si es cristiano, con el Maestro Eckhart: " el ojo por el cual veo a Dios y el ojo por el cual Dios me ve son un solo y único ojo. "
Podemos contar las divergencias entre teólogos, diferencias de grados entre los mensajes divinos; no es menos verdadero que hay semejanzas evidentes entre el " hombre icónico " del Cristianismo, " el liberado viviente " del Hinduismo, el " hombre de fuego " de la Cábala, el "Despierto" del Gran Vehículo, el "hombre de luz " del Sufismo, el "hombre transcendental " del Taoísmo. Si los caminos difieren, no divergen; la realización espiritual está al final: la abertura de las más altas potencialidades humanas en un mismo movimiento ascensional, la manifestación de una vocación soberana, la deificación. A través del tiempo y el espacio, a pesar de las diferencias de mentalidades, de lenguajes, de técnicas espirituales, tales hombres trascendieron el dominio de las formas y de las apariencias, han pasados de lo múltiple a lo Uno, de lo particular a lo universal, las tinieblas a la luz 4.
1. Nagarjuna identifica perfectamente ambos polos de la existencia. Acercaremos a eso el Evangelio según Tomás: " el Reino es el interior de vosotros, y es el fuera de vosotros "; y todavía: " cuando vosotros hacéis de dos uno, entonces, vosotros entráis en el Reino. "
2. Al precepto evangélico añadiremos la palabra de Ràmakrishna:" Ninguno es otro que vosotros "; lo que el sabio de Dakshineswar ilustró concretamente el día en que, viendo a un campesino pegar un buey, su propia espalda se echó a sangrar. De donde aproximar los estigmas de los santos del Cristianismo occidental.
3. Koran, XXV, 53; XVIII, 60.
4. A decir verdad, liberado viviente no hace distinción entre él y otros: en todo ser se ve a sí mismo, ve dos formas diferentes, pero ve también  como estas formas son sin realidad, solamente reflejos del Sí. Ve todo reintegrado en el Sí sin dualidad.
Lo mismo que no hay separación absoluta entre los demonios y los dioses, - Prajâpati su padre no podía distinguir dêva y asura, - y lo mismo que los demonios pueden prestarles servicio a los hombres pareciendo mostrarse hostiles, no hay separación absoluta entre los dioses y los hombres, a quienes los dioses pueden jugar farsas crueles. Los  rishi védicos se identificaban al dios invocado hasta el punto de tomar su nombre; y por sus devociones y sus austeridades, los ascetas adquieren poderes que hacen de ellos  los iguales de Indra 1. El Ser Supremo, en cuanto a él, atraviesa la noche sideral que le separa de la condición humana para revestirse de ésta encarnándose, a sólo fin de permitirle al hombre recobrar el estado divino. El Cristianismo oriental evoca la noción de "sinergia" y la colaboración entre el hombre y Dios para crear continuamente el mundo. Con su audacia acostumbrada, el Maestro Eckhart asegura que percibir verdaderamente la omnipresencia de Dios permitiría comulgar al Cuerpo del Cristo con la ayuda de un pan no consagrado.
La totalidad de lo Real está constituida de un conjunto indefinido de "planos", de "estados" múltiples del ser, de los que ninguno es absolutamente material o inmaterial, sino  que todos están hechos de diferencias vibratorias. "Nóumenos", "Dioses", "Arquetipos" constituyen lo que se podría nombrar las estructuras de la Esencia, la arquitectura de lo Invisible, que apoya, sostiene, labra el mundo manifestado, en la unidad de un pensamiento sistémico que se encuentra dentro de cada teología, así, en la enunciación de la Trinidad, Basilio de Cesárea y Máximo el Confesor mostrarán que el tres no es un número: las Personas divinas no se añaden, existen la una en la  otra. Hay una circulación de la Unidad, lal périchorésis, donde cada Persona no existe más que  por su relación a las otras. “Aunque la Divinidad, que está más allá de todo, es celebrada por
1. Bhagavata-purâna, VIII, 1, 20, 28.
nosotros como Trinidad y como Unidad, no es el tres ni uno al que conocemos como números 1 "
La fusión sin confusión de los planos divinos atestigua en el Hinduismo que " tres mil tres dioses " son un solo y único Dios, que Ishvara de las dualidades y el supremo Brâhman no son totalmente distintos. Dios es personal como es impersonal; se manifiesta en sus teofanías, pero es también " indiferenciado". - para la Cábala, cada Sephirah contiene el influjo de su aporte opuesto; en cada uno están implicados los otros Sephiroth, que se integran todas en el Uno sin segundo. El espíritu es transcendente a todo: es entonces el EnSoph; pero circula también a través de todo: se manifiesta a través de los Sephiroth, reside dentro de todo, es inmanente y omnipresente en tanto que Presencia real, la Shekinah. El Espíritu está a la vez encima, es decir más allá de las categorías y los accidentes, las limitaciones y las formas, y actúa por las Energías divinas en la trama de las cosas creadas. Lo mismo, las " Calidades divinas " del Sufismo, las " Energías increadas " de la Ortodoxia son distintas de la Esencia, no pudiendo ser separadas.
Toda polaridad integrada no puede serlo más que por un  tercer término, el tertium reconciliador, al cual las tradiciones hacen implícitamente o claramente referencia. Sería fácil evocar las tríadas que pueblan los dominios cosmológicos, místicos y metafísicos, tales como la Víctima del sacrificio, el Sacrificador y el Sacrificio, el Amado , el Amante y el Amor, o todavía, lo Conocido, el Conociente y el  Conocimiento . Fácil de recordar también que en el esoterismo hebraico, ambos Principios ordenadores de la Existencia creada, El Rigor (Dîn) y la Misericordia (Hesed), se encuentran sintetizados en la " Columna mediatriz"
1. Máximo el Confesor, Sobre los Nombres divinos, 13. - lo mismo, Basilio de Cesárea, Tratado del Espíritu Santo, 18: " no contamos por adición, partiendo de la Unidad para acabar en la pluralidad. "Es la transposición al Cristianismo de la noción cualificada de los números, que fue la de los Pitagóricos y, añadimos nosotros, de los Chinos.
(Tiphereth) 1 Fácil en fin multiplicar las citaciones escriturarias. Así, para atenernos a dos tradiciones aparentemente muy alejadas, el Cristianismo dirá: " El Uno se pone en movimiento a causa de su plenitud; el dos es atravesado, porque la divinidad está más allá de toda oposición; la perfección se cumple en el tres,  el primero que sobrepasa la composición de dos 2. " Y el Taoísmo: " Tao engendra Uno, Uno engendra el dos, el dos engendra el tres 3"
Mientras que el sincretismo es la aproximación arbitraria y temprana de semejanzas aparentes entre las religiones, que añade por ahí mismo al confusionismo y caricaturiza la universalidad, la síntesis procede por convergencias unificadoras e irradiaciones concéntricas en el seno de la Unidad. Podríamos decir de modo más lleno de imágenes que el sincretismo arranca los pétalos (los aspectos exotéricos) de varias flores (las religiones), para hacer un ramo artificial y engañoso, mientras que la síntesis se coge el polen (el esoterismo), para componer la miel. La síntesis se refiere al origen primero de las diferentes religiones, remonta hasta el principio supremo que es anterior y común a ellas: el Sanâtana-dharma de los hindúes, que permanece íntegro, no cambiado a través de la perpetuidad cíclica, o también, el reino de Melkitsédeq, correspondiente a la " Tradición primordial”. Ésta, lo vimos, es la emanación directa del punto de invariabilidad donde se disuelven las divergencias y las limitaciones de orden teológico formuladas mentalmente. Es el lugar de la Reconciliación suprema, el área de donde se despliega el " don de las lenguas ", que encuentra en la torre de
1. Rigor y Misericordia corresponden respectivamente al lado izquierdo y al lado derecho de la Divinidad. Observemos que en el juego pianístico, la mano izquierda es llamada la de la potencia, como la mano derecha, la de la agilidad y de la delicadeza. El matrimonio de los "acordes" y de la "melodía" da la obra musical.
2. Gregorio de Nazianze, Hablar, XXIII, 8.
3. Tao-tô king, XLII.
Babel su parodia infra-humana. Nos acordamos en efecto que " todos los hombres formaban primero un solo pueblo y tenían la misma lengua ", pero que Babel vino a consagrar la multiplicación y la confusión de las lenguas, consagrando por ahí a las diversas religiones, separadas las unas de otras porque separadas de su origen y hechas recíprocamente incomprensibles 1. Sabemos también que a la inversa, el Pentecostés restablece la comprensión de las lenguas entre los hombres " llenos del Espíritu Santo 2 ". Primera figuración de la Unidad perdida y recobrada, que saboreará su pleno cumplimiento en el fin de los tiempos, cuando " los hombres de toda nación, de toda tribu, de todo pueblo y de toda lengua "alabarán al Cordero "con una única voz 3 ".
Es en este el nivel que el Espíritu " sopla donde quiere ", él que no es más de aquí que de otra parte, él cuya esencia es libertad, espontaneidad, ubicuidad, fluidez plural. Es igualmente en este nivel que cada religión forma con las otras una soberana sinfonía , donde la una completa la otra, donde ésta presenta de otro modo lo que presenta ésa, todas rechazando tanto la rigidez obtusa del monolitismo institucional como el piar de una multiplicidad fragmentada, para fundirse sin confundirse en la Unidad llena del pueblo de los posibles  , centelleante de diversidades como un palacio de muros de espejos biselados, donde el exterior y el interior, la alto y lo bajo, la gnosis y la fe están en Omnitud. Es aquí donde todas las místicas se reúnen para beber por la misma copa el mismo vino, aquí donde  es posible comprender las palabras de Ibn Arabî: " mi corazón se volvió capaz de toda forma.
1. Génesis, XI, 6. - podemos decir sobre Babel que es la consagración exacerbada de los exoterismos divididos y divisores.
2. Actos, II, 4-6.
3. Apocalipsis, VII, 9. - No hay  necesidad de decir que las tentativas de creación de lenguas como el  Esperanto son las falsificaciones groseras de la Lengua universal, lo mismo que ciertos fenómenos de glosolalia, nacida de un poder pretendido y carismático son en realidad sólo la jerigonza de los demonios.
es un pradera para las gacelas, un monasterio para los monjes cristianos, un templo para los ídolos, la Ka' aba del peregrino, las tablas de la Torah y el libro de Korân. Profeso la religión del Amor, y cualquier dirección que tomen sus camellos, el Amor es mi religión y mi fe ' ".
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¿ Es muy necesario hacer ver que el mundo contingente siendo  el reflejo del " Orden de lo alto ", el rechazo de este "Orden", -  porque el hombre es libre de conformarse o de rechazarlo, - no puede más que  provocar la destrucción del reflejo mismo sin afectar en nada el Orden "?... No hay otra solución que la aceptación de esta evidencia y qué el redescubrimiento de este " Orden ", que es la de la Unidad.
Porque hay " Unidad de Esencia ", la participación horizonte de lo creado en lo creado se completa y se acaba en la participación vertical de lo particular en lo Universal, de la criatura en el Creador, de lo humano en lo Divino. Una tal universalidad no permite solamente  la " disminución de las barreras aduaneras ": es la más segura garantía de  enraizamiento; mantiene la ambigüedad estimulante y salvadora, que hace sospechar al matemático que dos rectas paralelas deben reunirse  en alguna parte, y preguntarse al sabio si es hombre o mariposa; crea los equilibrios compensatorios, las alternancias recomenzadas, que de su fragilidad saca su permanencia, y de su recomienzo, su novedad; es la que echa la trascendencia en el mundo. Si alguna cosa está marcada con sello de la universalidad, es
1. Tarjumân al-ashsvâq, XI. - En una tonalidad más apofática,Djalâl ud-DIn Rûmi dirá en su Dîwân: " no soy cristiano ni judío ni guebro ni musulmán; no estoy de Oriente ni de Occidente, ni de la tierra ni del Ia mar... Un único busco, Un único sé, Un único veo, Un único llamo. "
pues bien y primero el universo que nos rodea, que nos penetra y que somos. Es de ella que incumbe a las generaciones nuevas de ponerse a la búsqueda, acordándose de la antiguo divisa: contraria sunt complementa. Es allí donde vuelve a ser posibles el retorno de la mirada, el recubrimiento de un ser inclusivo y concordatario; allí que el  retorno a lo Esencial esencialmente consiste en una vuelta a la Unidad. Ahora, hay signos , que marcan un cambio de conciencia y de espíritu; aparecen grietas en las murallas del positivismo, trazando allí el anuncio de su fin. Ya vacila la hegemonía de las acrópolis fortificadas de una racionalidad cientifista que no responde más a las demandas, no satisface más las aspiraciones.
La vuelta a la Unidad exige que se escape del número más grande y posible de ilusiones y de condicionamientos, que se los atraviese sin ser afectados, o lo menos posible, por las fluctuaciones de la psique individual y colectiva, que no tema pensar y vivir de otro modo. Hay que tener el coraje de proceder a una revisión completa de los errores dualistas que condujeron a los abismos, aprender a relativizar lo  relativo en lugar de hacerlo absoluto, a evitar la marea negra de los reduccionismos unilaterales y de los colectivismos, estas formas invertidas de la unificación. Hay que sacar de las enseñanzas espirituales, no para conservar un pasado caducado al cual se las asimila sin conocerlas, sino para redescubrir allí los valores trans-temporales que guardan y proponen: la novedad mayor de este tiempo habrá sido el redescubrimiento de lo Original. Hay que tomar una distancia crítica con respecto a las categorías, las dicotomías, con respecto a la lógica matemática, de lo separado, de lo lineal, para devolver derecho de ciudadanía a lo no-racionalizable y revestirse del espíritu que fue el de todas las verdaderas civilizaciones, que no se hicieron mortales más que cuando descuidaron las capacidades del " cerebro intuitivo ", - musical, artista, simbólico, sede de la gratuidad lúdica, de la simultaneidad, de la percepción del cualitativo. - Hay que recobrar los principios de incertidumbre, de polisemia, de multidimensionalidad, de imprevisibilidad: tantas fuentes de asombro estimulante y de creación; reconstituir estructuras de lenguas sintéticas, las bases de un arte total, los datos de un tiempo cíclico. Mientras los hombres se nieguen a reconciliarse con " hemisferio derecho ", será vano de esperar encontrar respuesta a los problemas, inútil cooperar a las "reformas", "sistemas" y " cambios
Recobrar la Unidad demanda ante todo recobrar la Simplicidad , esa donde la montaña reaparece montaña, dónde sacar agua se vuelve maravilloso, donde decir sí a la evidencia es decir un Sí total al Todo. Simplicidad de la vida material, aliviada de lo superfluo, abierta a los soplos vastos de eterna naturaleza; que enseña de la vida que consiste menos en volumen que en densidad; que quiere la creación de pequeñas comunidades de  estructuras ligeras y descentralizadas, donde los hombres puedan nombrarse y reconocerse, redescubrirse una faz, practicar una convivialidad. – Simplicidad de la vida intelectual, que desanima procesos dialécticos, las apilaciones librescas, los equipos mentales pesados que, complicando lo simple, no aclaran lo oscuro; instauración de un vacío mental que asume la plenitud de una transparencia paradisiaca donde el hombre deja de reflexionar con su pensamiento humano para reflejar en él el Pensamiento divino. – Simplicidad de la vida espiritual, liberada de los andamiajes de dogmas incomprendidos y por eso contradictorios, los endurecimientos morales y planificadores; de nuevo fecundada por la Gnosis universal de los " comienzos absolutos ", donde la invocación del Nombre divino condensa toda liturgia y toda teología, cuyo profundización ferviente  y continua en la repetición de las mismas sílabas, lejos de gastar el lenguaje, por el contrario lo recarga, lo revivifica y lo sacraliza. - Tres etapas simultáneas que hacen el universo de nuevo humano y aprovechable, donde medio ambiente, estilo de vida, método de pensamiento, práctica interior son indisociables; tres etapas que son el Camino.
Esta retorno a la Unidad es evidente retorno a lo Esencial. Y es este retorno a lo Esencial quien hará posible el retorno de lo Esencial.
Para nosotros que del futuro discernimos el perfil más que la cara, es sin duda difícil de imaginar lo que será la emergencia del Espíritu que viene. Pero lo que hemos sugerido aquí mismo y en otras lugares ya puede indicar algunas subidas a su reencuentro. La espiritualidad de mañana no será puesta en absoluto en forma dogmática o jurídica, sino mistagógica; liberada de las rigideces clericales, administrativas y funcionales, y todo lo que impone a los hombres las guerras santas de fuera, los fanatismos sanguinarios. Será el lugar de conciliación del Espíritu corporificado y la Materia pneumatizada. En su superación de  contrarios, aportará al tercer milenario el secreto de la " tercera vía ": a conciencia nueva, universo nuevo.
Lo que no es lo Esencial descubre pronto insoportable no serlo. La inmensa trayectoria del hombre lejos del centro no tiene como última razón más que la delicia de los reencuentros, sin cesar diferidos como lo son el paroxismo de la fiesta o el éxtasis del amor. Entre el hombre y lo Esencial, hay unas connivencias, deslizamientos, guiños, un juego sutil de aproximaciones y de evasiones, como el de Krishna y las pastoras estremecidas. El hombre se hace creer a si mismo que la Unidad lo deja indiferente, como al niño le gusta darse miedo. La Unidad no se deja perder más que para dejarse recobrar; no se pierde un momento aquí abajo más que para inspirarnos la ganas de correr a alcanzarla... ¡Con esa seguridad, laboremos a su advenimiento sobre tierra! ¡Hechos de polvos de estrellas, abramos nuestros brazos al cielo!
 
 
 

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