Jean Biès
RETOUR A L’ESENTIEL
Quelle spiritualité pour l’homme
d’aujourd’hui?
Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne 2004
LOS ARMÓNICOS DE LA UNIDAD
Desde que la Trascendencia, - ese " tesoro escondido
" que quiso darse a conocer, - sale de ella misma y se despliega en la
contingencia, se relativiza, se condena a límites, se escinde en series de contrarios
multiplicados. El agente separativo que da a la sustancia cósmica su carácter
discontinuo firma la desviación que existe entre el Principio y la
Manifestación. Las diferenciaciones nacidas del Prototipo único original son
estos " pares opuestos ", estas "polaridades" que surge a
través de las combinaciones diversificadas de los elementos, las energías,
suscita la graduación de los contrastes, la acentuación de las disonancias. Todas
las tradiciones espirituales atestiguan lo no es de hecho más que la consecuencia lógica
e ineluctable de la disociación del Uno con sí mismo.
Pero hay dos maneras de contemplar el campo de las
dualidades: una consiste en ver en los "polos" fuerzas divergentes y contradictorias; el
otro, a ver allí fuerzas convergentes y complementarias. En otros términos, los
contrarios pueden ser vistos como inconciliables, y esta perspectiva conduce al
dualismo moderno, ya en germen en el radicalismo cristiano que opone a Dios y
el Diablo, o como reconciliables porque nunca verdaderamente separados, tales,
como les considera el no dualismo oriental. Toda la ambigüedad de Ia
contingencia está allí, que permite sea aumentar y acentuar
1.
Diábolos viene de diaballeïn, "
echar por todos los lados ", "separar", "desunir",
"desviar", y como consecuencia, "calumniar".
las escisiones hasta la pulverización de la realidad, o
sobrepasarlas y reintegrarlas en la Unidad suprema.
El hombre de los tiempos presentes adoptó la primera de estas
actitudes, condenándose a un número siempre aumentado de compartimentos sociales,
raciales, políticos y administrativos, y de fragmentaciones intelectuales y
religiosas, en una complejificación unas veces fragmentada en arborescencias
anárquicas, y otras artificialmente mantenida en el corsé de las medidas apremiantes,
y cuyo paroxismo, materializado en la fisión del átomo, deja que pensar que la
última fase de disyunción de con el Principio ha sido alcanzada. Tales
demarcaciones (murallas de hormigón o cercas invisibles) no hacen solamente la
vida insoportable, - ¡cuántas novelas eligen por tema la incomunicabilidad, la
soledad en la muchedumbre!; - suscitan también situaciones conflictivas
permanentes e insolubles, promovidas al nivel de normalidades a las cuales
adaptarse para sobrevivir; segregan un clima de hostilidad y de competencia
menos estimulantes que a largo plazo, esterilizantes. Entonces, es un hecho de la
experiencia que a medida que se desciende en el reino animal, los modelos de
comportamiento parecen más rígidos y divididos en compartimentados. En cambio,
cuanto un ser está más "cultivado ", " civilizado ", menos sometido por
consiguiente a la presión de afectos primitivos, adquiere más flexibilidad y
disponibilidad, vocación al intercambio, la apertura al otro.
Bamboleado por las contradicciones convertidas en
incoherencias, el hombre moderno no puede más que sufrirlas sin comprenderlas,
o rebelarse sin cambiarlas. En todos los casos, sólo le queda como religión la
del Azar 1. Sin embargo, algunos indicios
discretos deberían hacerle sospechar la existencia de otro orden, el de la
universalidad. ¿No ha visto en su jardín plantas extrañas y exóticas que no había
1.
Podríamos aplicarle a tal individuo lo que decían sobre eso de antemano el
Eclesiastés, IX, 1: " Ni de amor ni de odio saben los hombres nada, todo
les resulta absurdo ", y Koran, XCII, 4: " de verdad, vuestras
tendencias son divergentes. "
sembrado, y cuyas semillas, a pesar de aduanas y fronteras
cayeron de las alas de un avión surgido de las antípodas? No ha leído en la prensa sucesos diversos de ejemplos conmovedores de
ósmosis conyugal, mal disimulada bajo la máscara de una neurosis
complementaria: " ¿ No pudo sobrevivir a su mujer octogenaria "?... ¿
Y jamás soñó en que innumerable
parentesco le inscriben sus millares de antepasados, por poco que a través del
revoltijo de las ramas genealógicas, remonte durante algunos siglos su doble
ascendencia?... Si el Telón de acero es la versión atea del iconostasio, el
iconostasio mismo separa menos la nave del altar que reúne la Tierra al Cielo:
las " puertas santas " aseguran el pasaje, los iconos preparan la
identificación. Pero más que todos estos ejemplos, las enseñanzas iniciáticas
de Heráclito a Lao-tseu, a Shankara, de El-Hâllâj al Cristo, están allí para
confirmar la primacía de la unión sobre la división, de lo Uno sobre lo múltiple.
Sólo la reconquista de tal precedencia se halla en situación
de sacar al hombre de la situación suicida en que está comprometido. Toda la
cuestión es saber cómo sobrepasar la dialéctica inagotable de lo contrario y de
adquirir otro modo de apreciación del mundo, de los otros y de sí, en los
diferentes estratos de la realidad.
*
* *
Los pueblos de tradición siempre supieron que el hombre no está
aislado en absoluto del cosmos, que es parte y centro integrantes. Todos se
sienten allí en familia con las bestias, los árboles, los elementos,
experimentan con respecto a la Madre Natural no deseos de dominación, sino un
sentimiento de respeto y el de una amplia colaboración.
El éter es este " aceite mercurial ", este "aglutinante"
que armoniza entre ellos los elementos, favorece la flexibilidad, une lo alto y
lo bajo, el interior y el exterior, facilita el deslizamiento de las partículas
unas sobre otras, alrededor de nosotros y en nosotros. Los Padres de la Iglesia,
entre los cuales Dionisio el Areopagita,
celebran la "simpatía" mantiene las cosas juntas, que, de las contradicciones,
hace tensiones vivas. Para los Chinos, el Tao
del Cielo, y el Tao de la Tierra y el
del Hombre son los armónicos necesarios para la "espontaneidad"
perfecta y para la "continuidad", - " la ley más grande del
mundo ", según Lie-tseu, - abriendo, en la rectitud requerida, la
comunicación entre el otro y yo. " El cielo, la tierra y yo tenemos la
misma raíz, declara Sêng-Chao; los diez mil seres y yo somos de una sola
sustancia "... " Ser a la vez la hoja y el viento " introduce en
la danza cósmica, la lîlâ del Hinduismo, la païdeïa platónica, - de la que se
engalana y que anima la gratuidad divina 1.
Mucho más, el hombre, - microcosmo, - lleva virtualmente en él los arquetipos
del macrocosmo; el cuerpo y el espíritu del hombre drena las sustancias del
universo, reproducen las estructuras. El adagio sufí: " el universo es un
gran hombre, el hombre es un pequeño universo ", se encuentra expresado en
todo tipo de lenguajes en el coro de las tradiciones.
Intuición que la ciencia contemporánea corrobora a su modo,
cuando discierne en el hierro que tiñe nuestra sangre la ceniza termonuclear de
una supernova estallada hace seis mil millones de años... Mucho más, el hombre
lleva virtualmente en él los arquetipos del microcosmo; y el mundo espiritual
entero se manifiesta en el mundo sensible. “En éste está ése por las esencias,
en ése está éste por los símbolos, y la obra de los dos es una 2. "
Si, en tantas "leyendas", - es decir en " lo
que hay que leer ", - a los dioses gustan de revestimientos animales, los
hombres semejantemente pueden descender de un tótem o identificarse con tal
animal simbólico. El chamán entiende la " lengua de las pájaros”.
Tchouang-tseu celebra en términos ya rousseanianos el tiempo cuando " los
humanos vivían fraternalmente con los animales y hacían sólo a una familia con
los diez mil seres”. Tal era el comportamiento nativo criaturas,
1.
Ver Alan Watts, El libro de la Sabiduría, IV, " Le Monde es vuestro cuerpo
", Amor y Conocimiento, I, 3,
" El Arte de sentir ".
2.
Máximo el Confesor, Mystagogia, 2.
antes de que las barreras vinieran a aparcarlas
arbitrariamente, a levantarlas unas contra otras... Tales sabios hasta pudieron
nacer de una flor o de una hierba. Estudiando la " sensibilidad vegetal
", Jagadas Chunder Bose sorprendió extrañas simpatías entre el hombre y la
planta; - sabemos en particular que la planta tiene un instinto maternal
desarrollado, que sufre si hay sufrimiento en las cercanías, es feliz si el que
la ama se aproxima a ella. - Sus trabajos sobre diversos fenómenos moleculares
probaron la existencia de una propiedad general común de todas las formas vivas
u orgánicas de la materia. Esta ausencia de hiato entre los reinos concierne
hasta los grados más condensados, y justifica que los griegos hubieran podido
situar su origen en las piedras 1. Si el hombre
de hoy, abarrotado de indiferencia, y para el que " otro que él no existe
", tiene poco oportunidad de recobrar el estado y el movimiento fluido de
los comienzos, el don de interferencia, la flexibilidad
que aseguraban quietud interior y el
" principio de identidad " de todas las cosas hecho sensible al corazón por ausencia
del "yo" y acto de presencia en el presente , es al menos posible celebrar aquí o allí reencuentros episódicos
con la naturaleza, lo que no dejan de intentar los que , haciendo de vacaciones
vacuidad, tan pronto como lo pueden la reincorporan para fundirse allí, como enamorados clandestinos.
El reaprendizaje del arte de las relaciones toca otros
dominios de la vida. Arriesguemos aquí algunas sugerencias.
Sería saludable, al nivel social, de evitar la fragmentación
indefinida de la vida ciudadana y de sus solicitaciones parcelarias, distractivas:
fragmentación que " divide para reinar ", y por ahí, destruye el
alma; saludable escapar a la vez del aislamiento auto destructor, - " no
es bueno que el hombre está solo ", - y
1. En
el episodio post-diluviano de Deucalion y Pyrrha, a partir del juego
significativo de palabras de laas,
"piedra", y de laos,
"pueblo".-En la Conversación
entre d’Alembert y Diderot, éste demuestra que "se hace el mármol con la
carne, y la carne con el mármol"
a los grupos fáciles y fácticos, caricaturas tranquilizadoras
de las " familias de espíritu ", de los " poderes intermedios
" y de la " comunión humana "; saludable apartar las
alternativas tan rápidas y sumarias como "izquierda-derecha", y otras
disociaciones neuróticas del mismo género. - Se trataría lo mismo, al nivel
moral, de no caer en la trampa "bien-mal " , sabiendo el carácter
relativo y fluctuante de estas nociones y acordándose que el virtuoso no es
tanto el que practica el bien e ignora el mal, como el que mantiene el
equilibrio entre el uno el otro y recurre
a las cargas positivas del último. El mal es menos lo contrario del bien que
uno de sus grados inferiores o " enfermos 1 "
En fin, porque cada ser está sometido a "tendencias" diferentes y diferentemente
dosificadas, la ética no sabría ser un edificio de una sola pieza unánimemente impuesta
a todos.
En cuanto al inevitable y " bienaventurado sufrimiento ", la única actitud justa es el Sí sin restricción, lo vivido
consciente de sus emociones, la adhesión a una Voluntad más alta que la del ego.
Esposarla en lugar de oponérsela, sea por espíritu de obediencia (la vía
religiosa), o sea por ecuanimidad (la vía sapiencial), es experimentar la vida tal como es, y no tal como se querría
que fuera, hacerse uno con Todo, que implica también el sufrimiento, hacerse el
Todo 2.
Al nivel mental, la actitud unitiva no puede más que rechazar el reino de las doxaï, "opiniones", "prejuicios" "opciones",
limitadas y sectarias, todo sistema cerrado sobre él mismo, fuera del cual no
habría en absoluto salvación. La existencia de lenguajes internacionales y
universales tales como la música, la matemática o la genética, el recurso a una
interdisciplinariedad cierta pueden sugerir otra concepción de los relaciones intelectuales.
1. Así
como la alquimia dice del plomo que es " oro enfermo ".
2. Ver,
por ejemplo, Maestro Eckhart, Sermones, I, 30: " si una cosa puede
regocijarlos, y otra entristecerlos, ésos no son justos... Debes ser estable,
firme, es decir semejante en la alegría y en el sufrimiento, en la felicidad y
la desgracia "... Aproximaremos este estoicismo evangélico al
Bhagavad-Gitâ, II, 38; VI, 7; XIV, 24, etc...
Este exclusivismo evidentemente no debe verse reemplazado por
amalgamas cuyo fin no es otro que de alterar las verdades siempre parciales. Una
de las grandes fechorías de la unilateralidad del espíritu es que, cualquiera
que sea el dominio donde se ejercita, su táctica consiste siempre en no retener
más que los aspectos positivos de lo que aprueba, (o quienes lo arreglan), y los
aspectos negativos de lo que piensa condenar. No puede haber aquí según esa
cuenta ninguna esperanza de soluciones durable y satisfactorios, sino solamente
una agresividad permanente entre los partidos en presencia, y finalmente la
instauración del infierno intelectual.
Éste encuentra su origen en el dualismo cartesiano y heredero
el mismo de los dualismos hebreos y griegos, cuando el primero separa demasiado
distintamente Creador y Creación, el segundo, el mundo de las Ideas y el de las
formas. Tal dualismo logró hipostasiar la Razón como único órgano de conocimiento
y medida de todo hombre. El Oriente nos recuerda oportunamente que por encima
de la Razón, la Intuición es el lugar donde se abolen los conflictos entre lo
racional y lo irracional, la inteligencia y los sentidos. Nos recuerda que
todas las "opiniones" tienen en común ser parciales, apoyarse en
percepciones erróneas o relativas, que sobre todo no valen más que para el que las
emite. De hecho, las propiedades de las cosas son a la vez idénticas y no idénticas, homogéneas y heterogéneas; la única
solución verdadera reside en las "
lógicas de lo contradictorio”. Los diferentes "puntos de vista", o darshana del Hinduismo, se presentan
como tantas visiones adicionales de la Verdad percibida bajo ángulos diversos
que se completan y se fertilizan sin afectar la globalidad doctrinal. Solo, la
aceptación de los "puntos de vista" diversos permite contemplar el
número más grande y posible de las facetas de una cuestión, los niveles de un
problema, asegura las posibilidades de una verdadera tolerancia. Es la que le
permite a Râmakrishna declarar: " acepto todo: el estado supra consciente,
el estado de vigilia, el ensueño, el sueño profundo, Brahman, el jîva, la
creación; acepto todo esto como manifestaciones variadas del Ser. Sin lo que,
su valor integral estaría disminuido.
Pues, acepto a la vez lo Absoluto y la manifestación 1".Todas
las tradiciones místicas insisten en la idea de unidad de la vida, de la
interdependencia de sus manifestaciones y de sus ciclos, de la interconexión
universal de los fenómenos. El Taoísmo particularmente insiste en la noción de
"fluctuaciones", - repetida por Prigogine en la ciencia moderna; - y el
Yi King reposa en el hecho de experiencia que el sí y el no se suceden y se
reemplazan sin cesar.
En consecuencia los Occidentales, pero también los kabalistas
cristianos y románticos alemanes, - los " filósofos de la naturaleza
", - el pensamiento holístico redescubre las mismas vías: divide, excluye
menos de lo que engloba y sobrepasa. Hay de nuevo para ella unos fenómenos y lo Absoluto, lo múltiple y lo Uno, lo
ilusorio y la realidad, los sentidos y la intuición, la naturaleza y la
cultura, la maldición y la bendición, el fuego nuclear y la Zarza ardiente...
El " Yoga intelectual " de Abellio se inscribe en esta perspectiva.
El principio del "tercero incluido " y los estados simultáneos de
semiactualización y de semipotencialización, de Lupasco, se inscriben aquí igualmente
2. El pensamiento sistémico redescubre que los
antagonismos son complementarios, que el universo entero, en sus aspectos
microfísicos y macrofísicos, es el lugar de estas transmutaciones incesantes de
la sola y misma energía, de las atracciones y de las repulsiones siempre más
complejas. Acaba en la unificación de los aspectos contradictorios de la
Realidad: continuo-discontinuo, separable no separable, viviente no-viviente, permanente
no-permanente. Revela que todo fenómeno es de tipo es comunicativo e
interactivo.
*
* *
1.
Enseñanza, 1289. - en un lenguaje diferente pero similar, Dôgen: " incluso
en la medianoche, el alba está allí; incluso al alba naciente, la noche está
allí. "
2. Ver
en particular, de este autor, El
Principio de antagonismo y la Lógica de la energía: las tres Materias.
Es una verdad de evidencia que el hombre no puede
reconciliarse con lo que le rodea más que si trabaja en reconciliarse primero
consigo mismo. El alma humana no es solamente duplex , es múltiple, esparcida, dispersada. Los estados disociativos
y discordantes de la psique, los desdoblamientos de la personalidad, las
especializaciones extremas, la rotura con mundo exterior ponen al hombre
moderno, expoliado de toda referencia transcendental, en la situación
exactamente contraria a la del hombre unificado.
La empresa alquímica, tal como ha podido recuperarla y
adaptarla la " psicología de las profundidades ", ayuda primero a
hacer emerger a la consciente las contradicciones internas, a reconocerlas por lo
que son, y a integrarles; a esposar luego con su parte femenina (el anima), - porque si vale, según la
fórmula taoísta, " conocer la masculinidad ", es mejor "
adherirse a la feminidad ' "; al realizar el Sí, o por lo menos al tender
ahí a través de la individuación, para volver a ser, al término de la "
coincidencia de los opuestos ", el Hombre total, el Osiris previamente
desmembrado. Obra de larga paciencia, pero que permite al hombre derribar la pantalla puesta
entre consciente e inconsciente, y hacer de su cruz no más el instrumento de
suplicio que descuartiza al ser en las cuatro direcciones, sino un lugar de
convergencia y de reunificación.
El alma y el cuerpo individuales no están separados, - de lo que
dan bastante fe las "somatizaciones" o los sufrimientos de la agonía 2. - Lo mismo, cada psique contiene de modo latente el
resto de la humanidad. Lo que revelan todo trabajo analítico y la retirada de
las proyecciones, así como los sueños procedente de un inconsciente transpersonal
. Es también en este nivel como
1.
Tao-tô king, XXVIII. - El trabajo naturalmente consistirá para la mujer en hacer
consciente el animus.
2.
Justin: " ya que estos dos componentes, separados, no constituyen de ninguna manera al hombre, hay que decir que
es la unidad formada de la unión de los dos la única que merece el nombre de
hombre " (Fragmento. 8).El alma, pero también el cuerpo del hombre, están,
en la perspectiva cristiana, llamados a la vida y destinados a la resurrección.
se vuelve posible sorprender los lazos más secretos que los unen
entre ellos, y sin saberlo ellos, todos los seres. Verdadera "participación
mística ", única que garantiza el derecho a la diferencia, por oposición a
la masificación que ahoga a la personalidad en el anonimato, el vestíbulo las
peores servidumbres. La escucha de la " memoria ancestral " revelará
disposiciones estructurales similares, arquetipos comunes al conjunto de la
humanidad, actualizados en forma de símbolos, mandalas, ideas o sentimientos. Solamente
está permitido aquí evocar sin indecencia una "fraternidad"
auténtica, allende todo cosmopolitismo de superficie o compañerismo de
circunstancia. Cogemos en vivo lo que Jung entendía, cuando escribía en su Psicología de la transferencia que
" la relación con Sí era al mismo tiempo la relación con otros hombres
"; pero añadiendo en seguida que " ninguno pueda tener lazos con los
hombres si él mismo no tiene primero lazos consigo mismo".
Tal es la potencia de esta relación que asegura la armonía
entre sociedades que, aunque vecinas, se ignoran. Es el sentido que hay que dar
a la parábola de los habitantes de estos países limítrofes que se contentaban
con oír ladrar sus perros y cantar a sus gallos, sin experimentar la necesidad
de visitarse 1. No eran en absoluto
indiferencia, egoísmo o desconfianza lo que inspiraban esto en cuanto a sí,
(como es el caso de estos fronterizos a los que un río limitaba, denunciados
por Pascual); era una comunión por lo más alto, en la rectitud del no actuar y
del Tao, esencia de todo verdadero contrato social. Cada uno estando en
concordancia con él mismo lo estaba en
consecuencia con todos, sin necesidad particular de manifestaciones externas 2.
1.
Tao-tô king, LXXX.
2. Tal
era también el estado interior de Telemitas imaginados por Rabelais. - Acercaremos
a esta sociedad ideal el " mundo de los despiertos " de Heraclito y
la " comunión de los Budas "o" de los santos ," la
humanidad gnóstica " de Aurobindo. En estos diversos ejemplos, los seres están
unidos por un estado supra de conciencia, donde la voluntad de cada uno se
abole en una voluntad unánime y superior.
La complementariedad de la materia y de la psique revela
además la expresión energética de una Totalidad, que se difunde en los planos
sutiles. Materia y psique aparecen como los dos aspectos de una sola y misma
realidad, la psique que se define como una calidad de la materia, ésta como el
aspecto concreto de la psique. Sustancia y conciencia se mezclan pues, estando constituidas
por los mismos elementos. El fenómeno sincrónico está allí para marcar el lazo
entre acontecimientos internos u oníricos, y otros exteriores, su correspondiente,
cuando tal arquetipo se encuentra más especialmente activado en el
inconsciente. La unidad está a la vista, del mundo y del Ser, revelando el Unus Mundus de los autores medievales,
el continuum de los Chinos, que Jung
repite en su " Misterio de ia conjunción ", como suma de todas las
" causas primordiales ", identificada a la Sabiduría divina.... Esta
visión apenas está alejada de la de ciertos físicos que concibe el universo
material como el duplicado de un universo psíquico infinitamente más vasto y
más original, que se podría poner un día en contacto con açintya budista, - el "no pensamiento", la no distinción,
- matriz que contiene en sí la posibilidad de todos los demás "puntos de
vista" no pasados todavía al plano de la formulación mental 1.
En el corazón mismo de la materia, recientes exploraciones
revelaron otras conciliaciones, como la de las ondas y los corpúsculos, en las
que el uno o el otro aspecto prevalecen según las situaciones. La " No - separabilidad " de los
fenómenos ilustra el hecho de que éstos, aunque muy distantes, pueden actuar
entre ellos, como si ninguna distancia los separara. Se llega a pensar que a un
cierto nivel de lo Real, las relaciones instantáneas existen entre todos los
puntos del universo. La ausencia, reconocida, de separación entre el observador
y el objeto observado, el "colapso" psíquico que tiene lugar al nivel
de la observación y de la interpretación del fenómeno señalan y subrayan el
papel de las interferencias: sujeto y objeto vibran con los mismos electrones.
Para
1.
" Si el espíritu queda en paz en lo Uno, las vistas duales desaparecen ellas mismas ", declara
Seng-ts'an (Sin-sin-ming).
la ciencia moderna como para la antigua cosmología, el mundo ,
como el hombre, es esto y eso. Así, las partículas son a la vez destruibles e
indestructibles; la materia es a la vez continua y discontinua; la energía y la
materia son las diferentes caras del mismo fenómeno; el espacio y el tiempo se
hacen el continuum espacio tiempo
quadridimensional 1. La teoría atómica
viene allí incluso a sobrepasar los opuestos existencia- no existencia, ya que
la partícula, el modelo de probabilidad, acaba por no estar más ni presente ni ausente. Es retornar a los " kôan a cuánticos " familiares a
Frithjof Capra, y que permiten decir que si Dios no es Francés tiene todas las
posibilidades de ser japonés.
Tal el Dharmadhâtu del Budismo Mahâyâna, que representa el universo
como un conjunto inmenso de cristales donde cada uno refleja otros, la mirada
unificadora redescubre otra vez un cosmos donde todos los acontecimientos son
interdependientes, un Todo orgánico, tramado por intercambios.
*
* *
Las imbricaciones que testimonian los planos psico-físicos no
son más que la sombra transportada de los planos espirituales de los que el
sabio es entre nosotros la más fiel imagen. Es en efecto el que, " libre de
los pares opuesto ", dvandva, - calor-frío, placer-dolor,
elogio-reprobación, victoria-derrota, honor-deshonor, - detenta el conocimiento
que consiste en ver en los seres y las cosas las expresiones del Ser único e
indivisible. Es el que realiza la ecuanimidad perfecta, el equilibrio entre el
exterior y el interior, lo relativo y lo absoluto
1.
Sabemos que para Oriente, el espacio está hecho de la oposición del yin y del yang, como el tiempo, de su alternancia.
, el bien y el mal, Samsâra
y Nirvâna 1.
Es el que " ama a su prójimo como a sí mismo ", porque es este
prójimo, y éste, - ángel o serpiente, - es el mismo 2. Es el que reúne
en él los dos mares, dulce y salado, que son el mundo celeste y terrestre 3; el que realiza la identidad del individuo (el jiva) y de Alma universal (la Purusha), y puede decir, si es hindú,
con Shankara: " soy Shiva ", o si es cristiano, con el Maestro
Eckhart: " el ojo por el cual veo a Dios y el ojo por el cual Dios me ve
son un solo y único ojo. "
Podemos contar las divergencias entre teólogos, diferencias
de grados entre los mensajes divinos; no es menos verdadero que hay semejanzas
evidentes entre el " hombre icónico " del Cristianismo, " el liberado
viviente " del Hinduismo, el " hombre de fuego " de la Cábala,
el "Despierto" del Gran Vehículo, el "hombre de luz " del
Sufismo, el "hombre transcendental " del Taoísmo. Si los caminos
difieren, no divergen; la realización espiritual está al final: la abertura de
las más altas potencialidades humanas en un mismo movimiento ascensional, la
manifestación de una vocación soberana, la
deificación. A través del tiempo y el espacio, a pesar de las diferencias
de mentalidades, de lenguajes, de técnicas espirituales, tales hombres trascendieron
el dominio de las formas y de las apariencias, han pasados de lo múltiple a lo Uno,
de lo particular a lo universal, las tinieblas a la luz 4.
1.
Nagarjuna identifica perfectamente ambos polos de la existencia. Acercaremos a
eso el Evangelio según Tomás: " el Reino es el interior de vosotros, y es
el fuera de vosotros "; y todavía: " cuando vosotros hacéis de dos
uno, entonces, vosotros entráis en el Reino. "
2. Al
precepto evangélico añadiremos la palabra de Ràmakrishna:" Ninguno es otro
que vosotros "; lo que el sabio de Dakshineswar ilustró concretamente el
día en que, viendo a un campesino pegar un buey, su propia espalda se echó a
sangrar. De donde aproximar los estigmas de los santos del Cristianismo
occidental.
3.
Koran, XXV, 53; XVIII, 60.
4. A decir
verdad, liberado viviente no hace distinción entre él y otros: en todo ser se
ve a sí mismo, ve dos formas diferentes, pero ve también como estas formas son sin realidad, solamente
reflejos del Sí. Ve todo reintegrado en el Sí sin dualidad.
Lo mismo que no hay separación absoluta entre los demonios y
los dioses, - Prajâpati su padre no podía distinguir dêva y asura, - y lo
mismo que los demonios pueden prestarles servicio a los hombres pareciendo
mostrarse hostiles, no hay separación absoluta entre los dioses y los hombres,
a quienes los dioses pueden jugar farsas crueles. Los rishi védicos
se identificaban al dios invocado hasta el punto de tomar su nombre; y por sus
devociones y sus austeridades, los ascetas adquieren poderes que hacen de ellos los iguales de Indra 1.
El Ser Supremo, en cuanto a él, atraviesa la noche sideral que le separa de la condición
humana para revestirse de ésta encarnándose, a sólo fin de permitirle al hombre
recobrar el estado divino. El Cristianismo oriental evoca la noción de
"sinergia" y la colaboración entre el hombre y Dios para crear
continuamente el mundo. Con su audacia acostumbrada, el Maestro Eckhart asegura
que percibir verdaderamente la omnipresencia de Dios permitiría comulgar al
Cuerpo del Cristo con la ayuda de un pan no consagrado.
La totalidad de lo Real está constituida de un conjunto
indefinido de "planos", de "estados" múltiples del ser, de
los que ninguno es absolutamente material o inmaterial, sino que todos están hechos de diferencias
vibratorias. "Nóumenos", "Dioses", "Arquetipos"
constituyen lo que se podría nombrar las estructuras de la Esencia, la
arquitectura de lo Invisible, que apoya, sostiene, labra el mundo manifestado,
en la unidad de un pensamiento sistémico que se encuentra dentro de cada
teología, así, en la enunciación de la Trinidad, Basilio de Cesárea y Máximo el
Confesor mostrarán que el tres no es un número: las Personas divinas no se
añaden, existen la una en la otra. Hay
una circulación de la Unidad, lal périchorésis,
donde cada Persona no existe más que por
su relación a las otras. “Aunque la Divinidad, que está más allá de todo, es
celebrada por
1.
Bhagavata-purâna, VIII, 1, 20, 28.
nosotros como Trinidad y como Unidad, no es el tres ni uno al
que conocemos como números 1 "
La fusión sin confusión de los planos divinos atestigua en el
Hinduismo que " tres mil tres dioses " son un solo y único Dios, que
Ishvara de las dualidades y el supremo Brâhman no son totalmente distintos.
Dios es personal como es impersonal; se manifiesta en sus teofanías, pero es también
" indiferenciado". - para la Cábala, cada Sephirah contiene el
influjo de su aporte opuesto; en cada uno están implicados los otros Sephiroth,
que se integran todas en el Uno sin segundo. El espíritu es transcendente a
todo: es entonces el EnSoph; pero circula también a través de todo: se
manifiesta a través de los Sephiroth, reside dentro de todo, es inmanente y
omnipresente en tanto que Presencia real, la Shekinah. El Espíritu está a la
vez encima, es decir más allá de las categorías y los accidentes, las
limitaciones y las formas, y actúa por las Energías divinas en la trama de las
cosas creadas. Lo mismo, las " Calidades divinas " del Sufismo, las
" Energías increadas " de la Ortodoxia son distintas de la Esencia,
no pudiendo ser separadas.
Toda polaridad integrada no puede serlo más que por un tercer término, el tertium reconciliador, al cual las tradiciones hacen implícitamente
o claramente referencia. Sería fácil evocar las tríadas que pueblan los
dominios cosmológicos, místicos y metafísicos, tales como la Víctima del
sacrificio, el Sacrificador y el Sacrificio, el Amado , el Amante y el Amor, o
todavía, lo Conocido, el Conociente y el Conocimiento . Fácil de recordar también que en
el esoterismo hebraico, ambos Principios ordenadores de la Existencia creada,
El Rigor (Dîn) y la Misericordia (Hesed), se encuentran sintetizados en la
" Columna mediatriz"
1.
Máximo el Confesor, Sobre los Nombres
divinos, 13. - lo mismo, Basilio de Cesárea, Tratado del Espíritu Santo, 18: " no contamos por adición, partiendo
de la Unidad para acabar en la pluralidad. "Es la transposición al
Cristianismo de la noción cualificada de los números, que fue la de los
Pitagóricos y, añadimos nosotros, de los Chinos.
(Tiphereth) 1 Fácil en fin multiplicar
las citaciones escriturarias. Así, para atenernos a dos tradiciones
aparentemente muy alejadas, el Cristianismo dirá: " El Uno se pone en
movimiento a causa de su plenitud; el dos es atravesado, porque la divinidad
está más allá de toda oposición; la perfección se cumple en el tres, el primero que sobrepasa la composición de dos
2. " Y el Taoísmo: " Tao engendra Uno,
Uno engendra el dos, el dos engendra el tres 3"
Mientras que el sincretismo es la aproximación arbitraria y
temprana de semejanzas aparentes entre las religiones, que añade por ahí mismo
al confusionismo y caricaturiza la universalidad, la síntesis procede por
convergencias unificadoras e irradiaciones concéntricas en el seno de la
Unidad. Podríamos decir de modo más lleno de imágenes que el sincretismo
arranca los pétalos (los aspectos exotéricos) de varias flores (las
religiones), para hacer un ramo artificial y engañoso, mientras que la síntesis
se coge el polen (el esoterismo), para componer la miel. La síntesis se refiere
al origen primero de las diferentes religiones, remonta hasta el principio
supremo que es anterior y común a ellas: el Sanâtana-dharma
de los hindúes, que permanece íntegro, no cambiado a través de la perpetuidad
cíclica, o también, el reino de Melkitsédeq, correspondiente a la "
Tradición primordial”. Ésta, lo vimos, es la emanación directa del punto de
invariabilidad donde se disuelven las divergencias y las limitaciones de orden
teológico formuladas mentalmente. Es el lugar de la Reconciliación suprema, el
área de donde se despliega el " don de las lenguas ", que encuentra
en la torre de
1. Rigor
y Misericordia corresponden respectivamente al lado izquierdo y al lado derecho
de la Divinidad. Observemos que en el juego pianístico, la mano izquierda es
llamada la de la potencia, como la mano derecha, la de la agilidad y de la
delicadeza. El matrimonio de los "acordes" y de la
"melodía" da la obra musical.
2.
Gregorio de Nazianze, Hablar, XXIII, 8.
3.
Tao-tô king, XLII.
Babel su parodia infra-humana. Nos acordamos en efecto que
" todos los hombres formaban primero un solo pueblo y tenían la misma
lengua ", pero que Babel vino a consagrar la multiplicación y la confusión
de las lenguas, consagrando por ahí a las diversas religiones, separadas las
unas de otras porque separadas de su origen y hechas recíprocamente
incomprensibles 1. Sabemos también que a la
inversa, el Pentecostés restablece la comprensión de las lenguas entre los
hombres " llenos del Espíritu Santo 2 ".
Primera figuración de la Unidad perdida y recobrada, que saboreará su pleno cumplimiento
en el fin de los tiempos, cuando " los hombres de toda nación, de toda
tribu, de todo pueblo y de toda lengua "alabarán al Cordero "con una
única voz 3 ".
Es en este el nivel que el Espíritu " sopla donde quiere
", él que no es más de aquí que de otra parte, él cuya esencia es
libertad, espontaneidad, ubicuidad, fluidez plural. Es igualmente en este nivel
que cada religión forma con las otras una soberana sinfonía , donde la una
completa la otra, donde ésta presenta de otro modo lo que presenta ésa, todas rechazando
tanto la rigidez obtusa del monolitismo institucional como el piar de una
multiplicidad fragmentada, para fundirse sin confundirse en la Unidad llena del
pueblo de los posibles , centelleante de
diversidades como un palacio de muros de espejos biselados, donde el exterior y
el interior, la alto y lo bajo, la gnosis y la fe están en Omnitud. Es aquí
donde todas las místicas se reúnen para beber por la misma copa el mismo vino,
aquí donde es posible comprender las
palabras de Ibn Arabî: " mi corazón se volvió capaz de toda forma.
1.
Génesis, XI, 6. - podemos decir sobre Babel que es la consagración exacerbada
de los exoterismos divididos y divisores.
2.
Actos, II, 4-6.
3.
Apocalipsis, VII, 9. - No hay necesidad
de decir que las tentativas de creación de lenguas como el Esperanto son las falsificaciones groseras de
la Lengua universal, lo mismo que ciertos fenómenos de glosolalia, nacida de un
poder pretendido y carismático son en realidad sólo la jerigonza de los
demonios.
es un pradera para las gacelas, un monasterio para los monjes
cristianos, un templo para los ídolos, la Ka' aba del peregrino, las tablas de
la Torah y el libro de Korân. Profeso la religión del Amor, y cualquier
dirección que tomen sus camellos, el Amor es mi religión y mi fe ' ".
*
* *
¿ Es muy necesario hacer ver que el mundo contingente siendo el reflejo del " Orden de lo alto ",
el rechazo de este "Orden", -
porque el hombre es libre de conformarse o de rechazarlo, - no puede más
que provocar la destrucción del reflejo
mismo sin afectar en nada el Orden "?... No hay otra solución que la
aceptación de esta evidencia y qué el redescubrimiento de este " Orden
", que es la de la Unidad.
Porque hay " Unidad de Esencia ", la participación
horizonte de lo creado en lo creado se completa y se acaba en la participación
vertical de lo particular en lo Universal, de la criatura en el Creador, de lo
humano en lo Divino. Una tal universalidad no permite solamente la " disminución de las barreras aduaneras
": es la más segura garantía de enraizamiento;
mantiene la ambigüedad estimulante y salvadora, que hace sospechar al
matemático que dos rectas paralelas deben reunirse en alguna parte, y preguntarse al sabio si es
hombre o mariposa; crea los equilibrios compensatorios, las alternancias
recomenzadas, que de su fragilidad saca su permanencia, y de su recomienzo, su
novedad; es la que echa la trascendencia en el mundo. Si alguna cosa está
marcada con sello de la universalidad, es
1. Tarjumân al-ashsvâq, XI. - En una tonalidad más
apofática,Djalâl ud-DIn Rûmi dirá en su Dîwân: " no soy cristiano ni judío
ni guebro ni musulmán; no estoy de Oriente ni de Occidente, ni de la tierra ni
del Ia mar... Un único busco, Un único sé, Un único veo, Un único llamo. "
pues bien y primero el universo que nos rodea, que nos
penetra y que somos. Es de ella que incumbe a las generaciones nuevas de ponerse
a la búsqueda, acordándose de la antiguo divisa: contraria sunt complementa. Es allí donde vuelve a ser posibles el
retorno de la mirada, el recubrimiento de un ser inclusivo y concordatario;
allí que el retorno a lo Esencial esencialmente consiste
en una vuelta a la Unidad. Ahora, hay signos , que marcan un cambio de
conciencia y de espíritu; aparecen grietas en las murallas del positivismo,
trazando allí el anuncio de su fin. Ya vacila la hegemonía de las acrópolis
fortificadas de una racionalidad cientifista que no responde más a las
demandas, no satisface más las aspiraciones.
La vuelta a la Unidad exige que se escape del número más
grande y posible de ilusiones y de condicionamientos, que se los atraviese sin
ser afectados, o lo menos posible, por las fluctuaciones de la psique
individual y colectiva, que no tema pensar y vivir de otro modo. Hay que tener el coraje de proceder a una revisión
completa de los errores dualistas que condujeron a los abismos, aprender a
relativizar lo relativo en lugar de
hacerlo absoluto, a evitar la marea negra de los reduccionismos unilaterales y
de los colectivismos, estas formas invertidas de la unificación. Hay que sacar
de las enseñanzas espirituales, no para conservar un pasado caducado al cual se
las asimila sin conocerlas, sino para redescubrir allí los valores trans-temporales
que guardan y proponen: la novedad mayor de este tiempo habrá sido el redescubrimiento
de lo Original. Hay que tomar una distancia crítica con respecto a las
categorías, las dicotomías, con respecto a la lógica matemática, de lo separado,
de lo lineal, para devolver derecho de ciudadanía a lo no-racionalizable y
revestirse del espíritu que fue el de todas las verdaderas civilizaciones, que no
se hicieron mortales más que cuando descuidaron las capacidades del "
cerebro intuitivo ", - musical, artista, simbólico, sede de la gratuidad
lúdica, de la simultaneidad, de la percepción del cualitativo. - Hay que
recobrar los principios de incertidumbre, de polisemia, de multidimensionalidad,
de imprevisibilidad: tantas fuentes de asombro estimulante y de creación;
reconstituir estructuras de lenguas sintéticas, las bases de un arte total, los
datos de un tiempo cíclico. Mientras los hombres se nieguen a reconciliarse con
" hemisferio derecho ", será vano de esperar encontrar respuesta a
los problemas, inútil cooperar a las "reformas", "sistemas"
y " cambios
Recobrar la Unidad demanda ante todo recobrar la Simplicidad ,
esa donde la montaña reaparece montaña, dónde sacar agua se vuelve maravilloso,
donde decir sí a la evidencia es decir un Sí total al Todo. Simplicidad de la vida material, aliviada de lo superfluo,
abierta a los soplos vastos de eterna naturaleza; que enseña de la vida que
consiste menos en volumen que en densidad; que quiere la creación de pequeñas
comunidades de estructuras ligeras y
descentralizadas, donde los hombres puedan nombrarse y reconocerse,
redescubrirse una faz, practicar una convivialidad. – Simplicidad de la vida intelectual, que desanima procesos dialécticos,
las apilaciones librescas, los equipos mentales pesados que, complicando lo
simple, no aclaran lo oscuro; instauración de un vacío mental que asume la
plenitud de una transparencia paradisiaca donde el hombre deja de reflexionar
con su pensamiento humano para reflejar en él el Pensamiento divino. – Simplicidad
de la vida espiritual, liberada de los
andamiajes de dogmas incomprendidos y por eso contradictorios, los endurecimientos
morales y planificadores; de nuevo fecundada por la Gnosis universal de los
" comienzos absolutos ", donde la invocación del Nombre divino
condensa toda liturgia y toda teología, cuyo profundización ferviente y continua en la repetición de las mismas
sílabas, lejos de gastar el lenguaje, por el contrario lo recarga, lo
revivifica y lo sacraliza. - Tres etapas simultáneas que hacen el universo de
nuevo humano y aprovechable, donde medio ambiente, estilo de vida, método de
pensamiento, práctica interior son indisociables; tres etapas que son el
Camino.
Esta retorno a la Unidad es evidente retorno a lo Esencial. Y
es este retorno a lo Esencial quien hará posible el retorno de lo Esencial.
Para nosotros que del futuro discernimos el perfil más que la
cara, es sin duda difícil de imaginar lo que será la emergencia del Espíritu
que viene. Pero lo que hemos sugerido aquí mismo y en otras lugares ya puede
indicar algunas subidas a su reencuentro. La espiritualidad de mañana no será
puesta en absoluto en forma dogmática o jurídica, sino mistagógica; liberada de
las rigideces clericales, administrativas y funcionales, y todo lo que impone a
los hombres las guerras santas de fuera, los fanatismos sanguinarios. Será el
lugar de conciliación del Espíritu corporificado y la Materia pneumatizada. En
su superación de contrarios, aportará al
tercer milenario el secreto de la " tercera vía ": a conciencia
nueva, universo nuevo.
Lo que no es lo Esencial descubre pronto insoportable no serlo.
La inmensa trayectoria del hombre lejos del centro no tiene como última razón más
que la delicia de los reencuentros, sin cesar diferidos como lo son el
paroxismo de la fiesta o el éxtasis del amor. Entre el hombre y lo Esencial,
hay unas connivencias, deslizamientos, guiños, un juego sutil de aproximaciones
y de evasiones, como el de Krishna y las pastoras estremecidas. El hombre se
hace creer a si mismo que la Unidad lo deja indiferente, como al niño le gusta
darse miedo. La Unidad no se deja perder
más que para dejarse recobrar; no se pierde un momento aquí abajo más que para
inspirarnos la ganas de correr a alcanzarla... ¡Con esa seguridad, laboremos a
su advenimiento sobre tierra! ¡Hechos de polvos de estrellas, abramos nuestros
brazos al cielo!
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