EUSKAPREGUNTAS DESDE MÉXICO
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lunes, 26 de mayo de 2014
Los Armonicos de la Unidad (Jean Biés) y... final
Jean Biès
RETOUR A L’ESENTIEL
Quelle spiritualité pour l’homme
d’aujourd’hui?
Delphica. L’Age d’Homme. Lausanne 2004
LOS ARMÓNICOS DE LA UNIDAD
Desde que la Trascendencia, - ese " tesoro escondido
" que quiso darse a conocer, - sale de ella misma y se despliega en la
contingencia, se relativiza, se condena a límites, se escinde en series de contrarios
multiplicados. El agente separativo que da a la sustancia cósmica su carácter
discontinuo firma la desviación que existe entre el Principio y la
Manifestación. Las diferenciaciones nacidas del Prototipo único original son
estos " pares opuestos ", estas "polaridades" que surge a
través de las combinaciones diversificadas de los elementos, las energías,
suscita la graduación de los contrastes, la acentuación de las disonancias. Todas
las tradiciones espirituales atestiguan lo no es de hecho más que la consecuencia lógica
e ineluctable de la disociación del Uno con sí mismo.
Pero hay dos maneras de contemplar el campo de las
dualidades: una consiste en ver en los "polos" fuerzas divergentes y contradictorias; el
otro, a ver allí fuerzas convergentes y complementarias. En otros términos, los
contrarios pueden ser vistos como inconciliables, y esta perspectiva conduce al
dualismo moderno, ya en germen en el radicalismo cristiano que opone a Dios y
el Diablo, o como reconciliables porque nunca verdaderamente separados, tales,
como les considera el no dualismo oriental. Toda la ambigüedad de Ia
contingencia está allí, que permite sea aumentar y acentuar
1.
Diábolos viene de diaballeïn, "
echar por todos los lados ", "separar", "desunir",
"desviar", y como consecuencia, "calumniar".
las escisiones hasta la pulverización de la realidad, o
sobrepasarlas y reintegrarlas en la Unidad suprema.
El hombre de los tiempos presentes adoptó la primera de estas
actitudes, condenándose a un número siempre aumentado de compartimentos sociales,
raciales, políticos y administrativos, y de fragmentaciones intelectuales y
religiosas, en una complejificación unas veces fragmentada en arborescencias
anárquicas, y otras artificialmente mantenida en el corsé de las medidas apremiantes,
y cuyo paroxismo, materializado en la fisión del átomo, deja que pensar que la
última fase de disyunción de con el Principio ha sido alcanzada. Tales
demarcaciones (murallas de hormigón o cercas invisibles) no hacen solamente la
vida insoportable, - ¡cuántas novelas eligen por tema la incomunicabilidad, la
soledad en la muchedumbre!; - suscitan también situaciones conflictivas
permanentes e insolubles, promovidas al nivel de normalidades a las cuales
adaptarse para sobrevivir; segregan un clima de hostilidad y de competencia
menos estimulantes que a largo plazo, esterilizantes. Entonces, es un hecho de la
experiencia que a medida que se desciende en el reino animal, los modelos de
comportamiento parecen más rígidos y divididos en compartimentados. En cambio,
cuanto un ser está más "cultivado ", " civilizado ", menos sometido por
consiguiente a la presión de afectos primitivos, adquiere más flexibilidad y
disponibilidad, vocación al intercambio, la apertura al otro.
Bamboleado por las contradicciones convertidas en
incoherencias, el hombre moderno no puede más que sufrirlas sin comprenderlas,
o rebelarse sin cambiarlas. En todos los casos, sólo le queda como religión la
del Azar 1. Sin embargo, algunos indicios
discretos deberían hacerle sospechar la existencia de otro orden, el de la
universalidad. ¿No ha visto en su jardín plantas extrañas y exóticas que no había
1.
Podríamos aplicarle a tal individuo lo que decían sobre eso de antemano el
Eclesiastés, IX, 1: " Ni de amor ni de odio saben los hombres nada, todo
les resulta absurdo ", y Koran, XCII, 4: " de verdad, vuestras
tendencias son divergentes. "
sembrado, y cuyas semillas, a pesar de aduanas y fronteras
cayeron de las alas de un avión surgido de las antípodas? No ha leído en la prensa sucesos diversos de ejemplos conmovedores de
ósmosis conyugal, mal disimulada bajo la máscara de una neurosis
complementaria: " ¿ No pudo sobrevivir a su mujer octogenaria "?... ¿
Y jamás soñó en que innumerable
parentesco le inscriben sus millares de antepasados, por poco que a través del
revoltijo de las ramas genealógicas, remonte durante algunos siglos su doble
ascendencia?... Si el Telón de acero es la versión atea del iconostasio, el
iconostasio mismo separa menos la nave del altar que reúne la Tierra al Cielo:
las " puertas santas " aseguran el pasaje, los iconos preparan la
identificación. Pero más que todos estos ejemplos, las enseñanzas iniciáticas
de Heráclito a Lao-tseu, a Shankara, de El-Hâllâj al Cristo, están allí para
confirmar la primacía de la unión sobre la división, de lo Uno sobre lo múltiple.
Sólo la reconquista de tal precedencia se halla en situación
de sacar al hombre de la situación suicida en que está comprometido. Toda la
cuestión es saber cómo sobrepasar la dialéctica inagotable de lo contrario y de
adquirir otro modo de apreciación del mundo, de los otros y de sí, en los
diferentes estratos de la realidad.
*
* *
Los pueblos de tradición siempre supieron que el hombre no está
aislado en absoluto del cosmos, que es parte y centro integrantes. Todos se
sienten allí en familia con las bestias, los árboles, los elementos,
experimentan con respecto a la Madre Natural no deseos de dominación, sino un
sentimiento de respeto y el de una amplia colaboración.
El éter es este " aceite mercurial ", este "aglutinante"
que armoniza entre ellos los elementos, favorece la flexibilidad, une lo alto y
lo bajo, el interior y el exterior, facilita el deslizamiento de las partículas
unas sobre otras, alrededor de nosotros y en nosotros. Los Padres de la Iglesia,
entre los cuales Dionisio el Areopagita,
celebran la "simpatía" mantiene las cosas juntas, que, de las contradicciones,
hace tensiones vivas. Para los Chinos, el Tao
del Cielo, y el Tao de la Tierra y el
del Hombre son los armónicos necesarios para la "espontaneidad"
perfecta y para la "continuidad", - " la ley más grande del
mundo ", según Lie-tseu, - abriendo, en la rectitud requerida, la
comunicación entre el otro y yo. " El cielo, la tierra y yo tenemos la
misma raíz, declara Sêng-Chao; los diez mil seres y yo somos de una sola
sustancia "... " Ser a la vez la hoja y el viento " introduce en
la danza cósmica, la lîlâ del Hinduismo, la païdeïa platónica, - de la que se
engalana y que anima la gratuidad divina 1.
Mucho más, el hombre, - microcosmo, - lleva virtualmente en él los arquetipos
del macrocosmo; el cuerpo y el espíritu del hombre drena las sustancias del
universo, reproducen las estructuras. El adagio sufí: " el universo es un
gran hombre, el hombre es un pequeño universo ", se encuentra expresado en
todo tipo de lenguajes en el coro de las tradiciones.
Intuición que la ciencia contemporánea corrobora a su modo,
cuando discierne en el hierro que tiñe nuestra sangre la ceniza termonuclear de
una supernova estallada hace seis mil millones de años... Mucho más, el hombre
lleva virtualmente en él los arquetipos del microcosmo; y el mundo espiritual
entero se manifiesta en el mundo sensible. “En éste está ése por las esencias,
en ése está éste por los símbolos, y la obra de los dos es una 2. "
Si, en tantas "leyendas", - es decir en " lo
que hay que leer ", - a los dioses gustan de revestimientos animales, los
hombres semejantemente pueden descender de un tótem o identificarse con tal
animal simbólico. El chamán entiende la " lengua de las pájaros”.
Tchouang-tseu celebra en términos ya rousseanianos el tiempo cuando " los
humanos vivían fraternalmente con los animales y hacían sólo a una familia con
los diez mil seres”. Tal era el comportamiento nativo criaturas,
1.
Ver Alan Watts, El libro de la Sabiduría, IV, " Le Monde es vuestro cuerpo
", Amor y Conocimiento, I, 3,
" El Arte de sentir ".
2.
Máximo el Confesor, Mystagogia, 2.
antes de que las barreras vinieran a aparcarlas
arbitrariamente, a levantarlas unas contra otras... Tales sabios hasta pudieron
nacer de una flor o de una hierba. Estudiando la " sensibilidad vegetal
", Jagadas Chunder Bose sorprendió extrañas simpatías entre el hombre y la
planta; - sabemos en particular que la planta tiene un instinto maternal
desarrollado, que sufre si hay sufrimiento en las cercanías, es feliz si el que
la ama se aproxima a ella. - Sus trabajos sobre diversos fenómenos moleculares
probaron la existencia de una propiedad general común de todas las formas vivas
u orgánicas de la materia. Esta ausencia de hiato entre los reinos concierne
hasta los grados más condensados, y justifica que los griegos hubieran podido
situar su origen en las piedras 1. Si el hombre
de hoy, abarrotado de indiferencia, y para el que " otro que él no existe
", tiene poco oportunidad de recobrar el estado y el movimiento fluido de
los comienzos, el don de interferencia, la flexibilidad
que aseguraban quietud interior y el
" principio de identidad " de todas las cosas hecho sensible al corazón por ausencia
del "yo" y acto de presencia en el presente , es al menos posible celebrar aquí o allí reencuentros episódicos
con la naturaleza, lo que no dejan de intentar los que , haciendo de vacaciones
vacuidad, tan pronto como lo pueden la reincorporan para fundirse allí, como enamorados clandestinos.
El reaprendizaje del arte de las relaciones toca otros
dominios de la vida. Arriesguemos aquí algunas sugerencias.
Sería saludable, al nivel social, de evitar la fragmentación
indefinida de la vida ciudadana y de sus solicitaciones parcelarias, distractivas:
fragmentación que " divide para reinar ", y por ahí, destruye el
alma; saludable escapar a la vez del aislamiento auto destructor, - " no
es bueno que el hombre está solo ", - y
1. En
el episodio post-diluviano de Deucalion y Pyrrha, a partir del juego
significativo de palabras de laas,
"piedra", y de laos,
"pueblo".-En la Conversación
entre d’Alembert y Diderot, éste demuestra que "se hace el mármol con la
carne, y la carne con el mármol"
a los grupos fáciles y fácticos, caricaturas tranquilizadoras
de las " familias de espíritu ", de los " poderes intermedios
" y de la " comunión humana "; saludable apartar las
alternativas tan rápidas y sumarias como "izquierda-derecha", y otras
disociaciones neuróticas del mismo género. - Se trataría lo mismo, al nivel
moral, de no caer en la trampa "bien-mal " , sabiendo el carácter
relativo y fluctuante de estas nociones y acordándose que el virtuoso no es
tanto el que practica el bien e ignora el mal, como el que mantiene el
equilibrio entre el uno el otro y recurre
a las cargas positivas del último. El mal es menos lo contrario del bien que
uno de sus grados inferiores o " enfermos 1 "
En fin, porque cada ser está sometido a "tendencias" diferentes y diferentemente
dosificadas, la ética no sabría ser un edificio de una sola pieza unánimemente impuesta
a todos.
En cuanto al inevitable y " bienaventurado sufrimiento ", la única actitud justa es el Sí sin restricción, lo vivido
consciente de sus emociones, la adhesión a una Voluntad más alta que la del ego.
Esposarla en lugar de oponérsela, sea por espíritu de obediencia (la vía
religiosa), o sea por ecuanimidad (la vía sapiencial), es experimentar la vida tal como es, y no tal como se querría
que fuera, hacerse uno con Todo, que implica también el sufrimiento, hacerse el
Todo 2.
Al nivel mental, la actitud unitiva no puede más que rechazar el reino de las doxaï, "opiniones", "prejuicios" "opciones",
limitadas y sectarias, todo sistema cerrado sobre él mismo, fuera del cual no
habría en absoluto salvación. La existencia de lenguajes internacionales y
universales tales como la música, la matemática o la genética, el recurso a una
interdisciplinariedad cierta pueden sugerir otra concepción de los relaciones intelectuales.
1. Así
como la alquimia dice del plomo que es " oro enfermo ".
2. Ver,
por ejemplo, Maestro Eckhart, Sermones, I, 30: " si una cosa puede
regocijarlos, y otra entristecerlos, ésos no son justos... Debes ser estable,
firme, es decir semejante en la alegría y en el sufrimiento, en la felicidad y
la desgracia "... Aproximaremos este estoicismo evangélico al
Bhagavad-Gitâ, II, 38; VI, 7; XIV, 24, etc...
Este exclusivismo evidentemente no debe verse reemplazado por
amalgamas cuyo fin no es otro que de alterar las verdades siempre parciales. Una
de las grandes fechorías de la unilateralidad del espíritu es que, cualquiera
que sea el dominio donde se ejercita, su táctica consiste siempre en no retener
más que los aspectos positivos de lo que aprueba, (o quienes lo arreglan), y los
aspectos negativos de lo que piensa condenar. No puede haber aquí según esa
cuenta ninguna esperanza de soluciones durable y satisfactorios, sino solamente
una agresividad permanente entre los partidos en presencia, y finalmente la
instauración del infierno intelectual.
Éste encuentra su origen en el dualismo cartesiano y heredero
el mismo de los dualismos hebreos y griegos, cuando el primero separa demasiado
distintamente Creador y Creación, el segundo, el mundo de las Ideas y el de las
formas. Tal dualismo logró hipostasiar la Razón como único órgano de conocimiento
y medida de todo hombre. El Oriente nos recuerda oportunamente que por encima
de la Razón, la Intuición es el lugar donde se abolen los conflictos entre lo
racional y lo irracional, la inteligencia y los sentidos. Nos recuerda que
todas las "opiniones" tienen en común ser parciales, apoyarse en
percepciones erróneas o relativas, que sobre todo no valen más que para el que las
emite. De hecho, las propiedades de las cosas son a la vez idénticas y no idénticas, homogéneas y heterogéneas; la única
solución verdadera reside en las "
lógicas de lo contradictorio”. Los diferentes "puntos de vista", o darshana del Hinduismo, se presentan
como tantas visiones adicionales de la Verdad percibida bajo ángulos diversos
que se completan y se fertilizan sin afectar la globalidad doctrinal. Solo, la
aceptación de los "puntos de vista" diversos permite contemplar el
número más grande y posible de las facetas de una cuestión, los niveles de un
problema, asegura las posibilidades de una verdadera tolerancia. Es la que le
permite a Râmakrishna declarar: " acepto todo: el estado supra consciente,
el estado de vigilia, el ensueño, el sueño profundo, Brahman, el jîva, la
creación; acepto todo esto como manifestaciones variadas del Ser. Sin lo que,
su valor integral estaría disminuido.
Pues, acepto a la vez lo Absoluto y la manifestación 1".Todas
las tradiciones místicas insisten en la idea de unidad de la vida, de la
interdependencia de sus manifestaciones y de sus ciclos, de la interconexión
universal de los fenómenos. El Taoísmo particularmente insiste en la noción de
"fluctuaciones", - repetida por Prigogine en la ciencia moderna; - y el
Yi King reposa en el hecho de experiencia que el sí y el no se suceden y se
reemplazan sin cesar.
En consecuencia los Occidentales, pero también los kabalistas
cristianos y románticos alemanes, - los " filósofos de la naturaleza
", - el pensamiento holístico redescubre las mismas vías: divide, excluye
menos de lo que engloba y sobrepasa. Hay de nuevo para ella unos fenómenos y lo Absoluto, lo múltiple y lo Uno, lo
ilusorio y la realidad, los sentidos y la intuición, la naturaleza y la
cultura, la maldición y la bendición, el fuego nuclear y la Zarza ardiente...
El " Yoga intelectual " de Abellio se inscribe en esta perspectiva.
El principio del "tercero incluido " y los estados simultáneos de
semiactualización y de semipotencialización, de Lupasco, se inscriben aquí igualmente
2. El pensamiento sistémico redescubre que los
antagonismos son complementarios, que el universo entero, en sus aspectos
microfísicos y macrofísicos, es el lugar de estas transmutaciones incesantes de
la sola y misma energía, de las atracciones y de las repulsiones siempre más
complejas. Acaba en la unificación de los aspectos contradictorios de la
Realidad: continuo-discontinuo, separable no separable, viviente no-viviente, permanente
no-permanente. Revela que todo fenómeno es de tipo es comunicativo e
interactivo.
*
* *
1.
Enseñanza, 1289. - en un lenguaje diferente pero similar, Dôgen: " incluso
en la medianoche, el alba está allí; incluso al alba naciente, la noche está
allí. "
2. Ver
en particular, de este autor, El
Principio de antagonismo y la Lógica de la energía: las tres Materias.
Es una verdad de evidencia que el hombre no puede
reconciliarse con lo que le rodea más que si trabaja en reconciliarse primero
consigo mismo. El alma humana no es solamente duplex , es múltiple, esparcida, dispersada. Los estados disociativos
y discordantes de la psique, los desdoblamientos de la personalidad, las
especializaciones extremas, la rotura con mundo exterior ponen al hombre
moderno, expoliado de toda referencia transcendental, en la situación
exactamente contraria a la del hombre unificado.
La empresa alquímica, tal como ha podido recuperarla y
adaptarla la " psicología de las profundidades ", ayuda primero a
hacer emerger a la consciente las contradicciones internas, a reconocerlas por lo
que son, y a integrarles; a esposar luego con su parte femenina (el anima), - porque si vale, según la
fórmula taoísta, " conocer la masculinidad ", es mejor "
adherirse a la feminidad ' "; al realizar el Sí, o por lo menos al tender
ahí a través de la individuación, para volver a ser, al término de la "
coincidencia de los opuestos ", el Hombre total, el Osiris previamente
desmembrado. Obra de larga paciencia, pero que permite al hombre derribar la pantalla puesta
entre consciente e inconsciente, y hacer de su cruz no más el instrumento de
suplicio que descuartiza al ser en las cuatro direcciones, sino un lugar de
convergencia y de reunificación.
El alma y el cuerpo individuales no están separados, - de lo que
dan bastante fe las "somatizaciones" o los sufrimientos de la agonía 2. - Lo mismo, cada psique contiene de modo latente el
resto de la humanidad. Lo que revelan todo trabajo analítico y la retirada de
las proyecciones, así como los sueños procedente de un inconsciente transpersonal
. Es también en este nivel como
1.
Tao-tô king, XXVIII. - El trabajo naturalmente consistirá para la mujer en hacer
consciente el animus.
2.
Justin: " ya que estos dos componentes, separados, no constituyen de ninguna manera al hombre, hay que decir que
es la unidad formada de la unión de los dos la única que merece el nombre de
hombre " (Fragmento. 8).El alma, pero también el cuerpo del hombre, están,
en la perspectiva cristiana, llamados a la vida y destinados a la resurrección.
se vuelve posible sorprender los lazos más secretos que los unen
entre ellos, y sin saberlo ellos, todos los seres. Verdadera "participación
mística ", única que garantiza el derecho a la diferencia, por oposición a
la masificación que ahoga a la personalidad en el anonimato, el vestíbulo las
peores servidumbres. La escucha de la " memoria ancestral " revelará
disposiciones estructurales similares, arquetipos comunes al conjunto de la
humanidad, actualizados en forma de símbolos, mandalas, ideas o sentimientos. Solamente
está permitido aquí evocar sin indecencia una "fraternidad"
auténtica, allende todo cosmopolitismo de superficie o compañerismo de
circunstancia. Cogemos en vivo lo que Jung entendía, cuando escribía en su Psicología de la transferencia que
" la relación con Sí era al mismo tiempo la relación con otros hombres
"; pero añadiendo en seguida que " ninguno pueda tener lazos con los
hombres si él mismo no tiene primero lazos consigo mismo".
Tal es la potencia de esta relación que asegura la armonía
entre sociedades que, aunque vecinas, se ignoran. Es el sentido que hay que dar
a la parábola de los habitantes de estos países limítrofes que se contentaban
con oír ladrar sus perros y cantar a sus gallos, sin experimentar la necesidad
de visitarse 1. No eran en absoluto
indiferencia, egoísmo o desconfianza lo que inspiraban esto en cuanto a sí,
(como es el caso de estos fronterizos a los que un río limitaba, denunciados
por Pascual); era una comunión por lo más alto, en la rectitud del no actuar y
del Tao, esencia de todo verdadero contrato social. Cada uno estando en
concordancia con él mismo lo estaba en
consecuencia con todos, sin necesidad particular de manifestaciones externas 2.
1.
Tao-tô king, LXXX.
2. Tal
era también el estado interior de Telemitas imaginados por Rabelais. - Acercaremos
a esta sociedad ideal el " mundo de los despiertos " de Heraclito y
la " comunión de los Budas "o" de los santos ," la
humanidad gnóstica " de Aurobindo. En estos diversos ejemplos, los seres están
unidos por un estado supra de conciencia, donde la voluntad de cada uno se
abole en una voluntad unánime y superior.
La complementariedad de la materia y de la psique revela
además la expresión energética de una Totalidad, que se difunde en los planos
sutiles. Materia y psique aparecen como los dos aspectos de una sola y misma
realidad, la psique que se define como una calidad de la materia, ésta como el
aspecto concreto de la psique. Sustancia y conciencia se mezclan pues, estando constituidas
por los mismos elementos. El fenómeno sincrónico está allí para marcar el lazo
entre acontecimientos internos u oníricos, y otros exteriores, su correspondiente,
cuando tal arquetipo se encuentra más especialmente activado en el
inconsciente. La unidad está a la vista, del mundo y del Ser, revelando el Unus Mundus de los autores medievales,
el continuum de los Chinos, que Jung
repite en su " Misterio de ia conjunción ", como suma de todas las
" causas primordiales ", identificada a la Sabiduría divina.... Esta
visión apenas está alejada de la de ciertos físicos que concibe el universo
material como el duplicado de un universo psíquico infinitamente más vasto y
más original, que se podría poner un día en contacto con açintya budista, - el "no pensamiento", la no distinción,
- matriz que contiene en sí la posibilidad de todos los demás "puntos de
vista" no pasados todavía al plano de la formulación mental 1.
En el corazón mismo de la materia, recientes exploraciones
revelaron otras conciliaciones, como la de las ondas y los corpúsculos, en las
que el uno o el otro aspecto prevalecen según las situaciones. La " No - separabilidad " de los
fenómenos ilustra el hecho de que éstos, aunque muy distantes, pueden actuar
entre ellos, como si ninguna distancia los separara. Se llega a pensar que a un
cierto nivel de lo Real, las relaciones instantáneas existen entre todos los
puntos del universo. La ausencia, reconocida, de separación entre el observador
y el objeto observado, el "colapso" psíquico que tiene lugar al nivel
de la observación y de la interpretación del fenómeno señalan y subrayan el
papel de las interferencias: sujeto y objeto vibran con los mismos electrones.
Para
1.
" Si el espíritu queda en paz en lo Uno, las vistas duales desaparecen ellas mismas ", declara
Seng-ts'an (Sin-sin-ming).
la ciencia moderna como para la antigua cosmología, el mundo ,
como el hombre, es esto y eso. Así, las partículas son a la vez destruibles e
indestructibles; la materia es a la vez continua y discontinua; la energía y la
materia son las diferentes caras del mismo fenómeno; el espacio y el tiempo se
hacen el continuum espacio tiempo
quadridimensional 1. La teoría atómica
viene allí incluso a sobrepasar los opuestos existencia- no existencia, ya que
la partícula, el modelo de probabilidad, acaba por no estar más ni presente ni ausente. Es retornar a los " kôan a cuánticos " familiares a
Frithjof Capra, y que permiten decir que si Dios no es Francés tiene todas las
posibilidades de ser japonés.
Tal el Dharmadhâtu del Budismo Mahâyâna, que representa el universo
como un conjunto inmenso de cristales donde cada uno refleja otros, la mirada
unificadora redescubre otra vez un cosmos donde todos los acontecimientos son
interdependientes, un Todo orgánico, tramado por intercambios.
*
* *
Las imbricaciones que testimonian los planos psico-físicos no
son más que la sombra transportada de los planos espirituales de los que el
sabio es entre nosotros la más fiel imagen. Es en efecto el que, " libre de
los pares opuesto ", dvandva, - calor-frío, placer-dolor,
elogio-reprobación, victoria-derrota, honor-deshonor, - detenta el conocimiento
que consiste en ver en los seres y las cosas las expresiones del Ser único e
indivisible. Es el que realiza la ecuanimidad perfecta, el equilibrio entre el
exterior y el interior, lo relativo y lo absoluto
1.
Sabemos que para Oriente, el espacio está hecho de la oposición del yin y del yang, como el tiempo, de su alternancia.
, el bien y el mal, Samsâra
y Nirvâna 1.
Es el que " ama a su prójimo como a sí mismo ", porque es este
prójimo, y éste, - ángel o serpiente, - es el mismo 2. Es el que reúne
en él los dos mares, dulce y salado, que son el mundo celeste y terrestre 3; el que realiza la identidad del individuo (el jiva) y de Alma universal (la Purusha), y puede decir, si es hindú,
con Shankara: " soy Shiva ", o si es cristiano, con el Maestro
Eckhart: " el ojo por el cual veo a Dios y el ojo por el cual Dios me ve
son un solo y único ojo. "
Podemos contar las divergencias entre teólogos, diferencias
de grados entre los mensajes divinos; no es menos verdadero que hay semejanzas
evidentes entre el " hombre icónico " del Cristianismo, " el liberado
viviente " del Hinduismo, el " hombre de fuego " de la Cábala,
el "Despierto" del Gran Vehículo, el "hombre de luz " del
Sufismo, el "hombre transcendental " del Taoísmo. Si los caminos
difieren, no divergen; la realización espiritual está al final: la abertura de
las más altas potencialidades humanas en un mismo movimiento ascensional, la
manifestación de una vocación soberana, la
deificación. A través del tiempo y el espacio, a pesar de las diferencias
de mentalidades, de lenguajes, de técnicas espirituales, tales hombres trascendieron
el dominio de las formas y de las apariencias, han pasados de lo múltiple a lo Uno,
de lo particular a lo universal, las tinieblas a la luz 4.
1.
Nagarjuna identifica perfectamente ambos polos de la existencia. Acercaremos a
eso el Evangelio según Tomás: " el Reino es el interior de vosotros, y es
el fuera de vosotros "; y todavía: " cuando vosotros hacéis de dos
uno, entonces, vosotros entráis en el Reino. "
2. Al
precepto evangélico añadiremos la palabra de Ràmakrishna:" Ninguno es otro
que vosotros "; lo que el sabio de Dakshineswar ilustró concretamente el
día en que, viendo a un campesino pegar un buey, su propia espalda se echó a
sangrar. De donde aproximar los estigmas de los santos del Cristianismo
occidental.
3.
Koran, XXV, 53; XVIII, 60.
4. A decir
verdad, liberado viviente no hace distinción entre él y otros: en todo ser se
ve a sí mismo, ve dos formas diferentes, pero ve también como estas formas son sin realidad, solamente
reflejos del Sí. Ve todo reintegrado en el Sí sin dualidad.
Lo mismo que no hay separación absoluta entre los demonios y
los dioses, - Prajâpati su padre no podía distinguir dêva y asura, - y lo
mismo que los demonios pueden prestarles servicio a los hombres pareciendo
mostrarse hostiles, no hay separación absoluta entre los dioses y los hombres,
a quienes los dioses pueden jugar farsas crueles. Los rishi védicos
se identificaban al dios invocado hasta el punto de tomar su nombre; y por sus
devociones y sus austeridades, los ascetas adquieren poderes que hacen de ellos los iguales de Indra 1.
El Ser Supremo, en cuanto a él, atraviesa la noche sideral que le separa de la condición
humana para revestirse de ésta encarnándose, a sólo fin de permitirle al hombre
recobrar el estado divino. El Cristianismo oriental evoca la noción de
"sinergia" y la colaboración entre el hombre y Dios para crear
continuamente el mundo. Con su audacia acostumbrada, el Maestro Eckhart asegura
que percibir verdaderamente la omnipresencia de Dios permitiría comulgar al
Cuerpo del Cristo con la ayuda de un pan no consagrado.
La totalidad de lo Real está constituida de un conjunto
indefinido de "planos", de "estados" múltiples del ser, de
los que ninguno es absolutamente material o inmaterial, sino que todos están hechos de diferencias
vibratorias. "Nóumenos", "Dioses", "Arquetipos"
constituyen lo que se podría nombrar las estructuras de la Esencia, la
arquitectura de lo Invisible, que apoya, sostiene, labra el mundo manifestado,
en la unidad de un pensamiento sistémico que se encuentra dentro de cada
teología, así, en la enunciación de la Trinidad, Basilio de Cesárea y Máximo el
Confesor mostrarán que el tres no es un número: las Personas divinas no se
añaden, existen la una en la otra. Hay
una circulación de la Unidad, lal périchorésis,
donde cada Persona no existe más que por
su relación a las otras. “Aunque la Divinidad, que está más allá de todo, es
celebrada por
1.
Bhagavata-purâna, VIII, 1, 20, 28.
nosotros como Trinidad y como Unidad, no es el tres ni uno al
que conocemos como números 1 "
La fusión sin confusión de los planos divinos atestigua en el
Hinduismo que " tres mil tres dioses " son un solo y único Dios, que
Ishvara de las dualidades y el supremo Brâhman no son totalmente distintos.
Dios es personal como es impersonal; se manifiesta en sus teofanías, pero es también
" indiferenciado". - para la Cábala, cada Sephirah contiene el
influjo de su aporte opuesto; en cada uno están implicados los otros Sephiroth,
que se integran todas en el Uno sin segundo. El espíritu es transcendente a
todo: es entonces el EnSoph; pero circula también a través de todo: se
manifiesta a través de los Sephiroth, reside dentro de todo, es inmanente y
omnipresente en tanto que Presencia real, la Shekinah. El Espíritu está a la
vez encima, es decir más allá de las categorías y los accidentes, las
limitaciones y las formas, y actúa por las Energías divinas en la trama de las
cosas creadas. Lo mismo, las " Calidades divinas " del Sufismo, las
" Energías increadas " de la Ortodoxia son distintas de la Esencia,
no pudiendo ser separadas.
Toda polaridad integrada no puede serlo más que por un tercer término, el tertium reconciliador, al cual las tradiciones hacen implícitamente
o claramente referencia. Sería fácil evocar las tríadas que pueblan los
dominios cosmológicos, místicos y metafísicos, tales como la Víctima del
sacrificio, el Sacrificador y el Sacrificio, el Amado , el Amante y el Amor, o
todavía, lo Conocido, el Conociente y el Conocimiento . Fácil de recordar también que en
el esoterismo hebraico, ambos Principios ordenadores de la Existencia creada,
El Rigor (Dîn) y la Misericordia (Hesed), se encuentran sintetizados en la
" Columna mediatriz"
1.
Máximo el Confesor, Sobre los Nombres
divinos, 13. - lo mismo, Basilio de Cesárea, Tratado del Espíritu Santo, 18: " no contamos por adición, partiendo
de la Unidad para acabar en la pluralidad. "Es la transposición al
Cristianismo de la noción cualificada de los números, que fue la de los
Pitagóricos y, añadimos nosotros, de los Chinos.
(Tiphereth) 1 Fácil en fin multiplicar
las citaciones escriturarias. Así, para atenernos a dos tradiciones
aparentemente muy alejadas, el Cristianismo dirá: " El Uno se pone en
movimiento a causa de su plenitud; el dos es atravesado, porque la divinidad
está más allá de toda oposición; la perfección se cumple en el tres, el primero que sobrepasa la composición de dos
2. " Y el Taoísmo: " Tao engendra Uno,
Uno engendra el dos, el dos engendra el tres 3"
Mientras que el sincretismo es la aproximación arbitraria y
temprana de semejanzas aparentes entre las religiones, que añade por ahí mismo
al confusionismo y caricaturiza la universalidad, la síntesis procede por
convergencias unificadoras e irradiaciones concéntricas en el seno de la
Unidad. Podríamos decir de modo más lleno de imágenes que el sincretismo
arranca los pétalos (los aspectos exotéricos) de varias flores (las
religiones), para hacer un ramo artificial y engañoso, mientras que la síntesis
se coge el polen (el esoterismo), para componer la miel. La síntesis se refiere
al origen primero de las diferentes religiones, remonta hasta el principio
supremo que es anterior y común a ellas: el Sanâtana-dharma
de los hindúes, que permanece íntegro, no cambiado a través de la perpetuidad
cíclica, o también, el reino de Melkitsédeq, correspondiente a la "
Tradición primordial”. Ésta, lo vimos, es la emanación directa del punto de
invariabilidad donde se disuelven las divergencias y las limitaciones de orden
teológico formuladas mentalmente. Es el lugar de la Reconciliación suprema, el
área de donde se despliega el " don de las lenguas ", que encuentra
en la torre de
1. Rigor
y Misericordia corresponden respectivamente al lado izquierdo y al lado derecho
de la Divinidad. Observemos que en el juego pianístico, la mano izquierda es
llamada la de la potencia, como la mano derecha, la de la agilidad y de la
delicadeza. El matrimonio de los "acordes" y de la
"melodía" da la obra musical.
2.
Gregorio de Nazianze, Hablar, XXIII, 8.
3.
Tao-tô king, XLII.
Babel su parodia infra-humana. Nos acordamos en efecto que
" todos los hombres formaban primero un solo pueblo y tenían la misma
lengua ", pero que Babel vino a consagrar la multiplicación y la confusión
de las lenguas, consagrando por ahí a las diversas religiones, separadas las
unas de otras porque separadas de su origen y hechas recíprocamente
incomprensibles 1. Sabemos también que a la
inversa, el Pentecostés restablece la comprensión de las lenguas entre los
hombres " llenos del Espíritu Santo 2 ".
Primera figuración de la Unidad perdida y recobrada, que saboreará su pleno cumplimiento
en el fin de los tiempos, cuando " los hombres de toda nación, de toda
tribu, de todo pueblo y de toda lengua "alabarán al Cordero "con una
única voz 3 ".
Es en este el nivel que el Espíritu " sopla donde quiere
", él que no es más de aquí que de otra parte, él cuya esencia es
libertad, espontaneidad, ubicuidad, fluidez plural. Es igualmente en este nivel
que cada religión forma con las otras una soberana sinfonía , donde la una
completa la otra, donde ésta presenta de otro modo lo que presenta ésa, todas rechazando
tanto la rigidez obtusa del monolitismo institucional como el piar de una
multiplicidad fragmentada, para fundirse sin confundirse en la Unidad llena del
pueblo de los posibles , centelleante de
diversidades como un palacio de muros de espejos biselados, donde el exterior y
el interior, la alto y lo bajo, la gnosis y la fe están en Omnitud. Es aquí
donde todas las místicas se reúnen para beber por la misma copa el mismo vino,
aquí donde es posible comprender las
palabras de Ibn Arabî: " mi corazón se volvió capaz de toda forma.
1.
Génesis, XI, 6. - podemos decir sobre Babel que es la consagración exacerbada
de los exoterismos divididos y divisores.
2.
Actos, II, 4-6.
3.
Apocalipsis, VII, 9. - No hay necesidad
de decir que las tentativas de creación de lenguas como el Esperanto son las falsificaciones groseras de
la Lengua universal, lo mismo que ciertos fenómenos de glosolalia, nacida de un
poder pretendido y carismático son en realidad sólo la jerigonza de los
demonios.
es un pradera para las gacelas, un monasterio para los monjes
cristianos, un templo para los ídolos, la Ka' aba del peregrino, las tablas de
la Torah y el libro de Korân. Profeso la religión del Amor, y cualquier
dirección que tomen sus camellos, el Amor es mi religión y mi fe ' ".
*
* *
¿ Es muy necesario hacer ver que el mundo contingente siendo el reflejo del " Orden de lo alto ",
el rechazo de este "Orden", -
porque el hombre es libre de conformarse o de rechazarlo, - no puede más
que provocar la destrucción del reflejo
mismo sin afectar en nada el Orden "?... No hay otra solución que la
aceptación de esta evidencia y qué el redescubrimiento de este " Orden
", que es la de la Unidad.
Porque hay " Unidad de Esencia ", la participación
horizonte de lo creado en lo creado se completa y se acaba en la participación
vertical de lo particular en lo Universal, de la criatura en el Creador, de lo
humano en lo Divino. Una tal universalidad no permite solamente la " disminución de las barreras aduaneras
": es la más segura garantía de enraizamiento;
mantiene la ambigüedad estimulante y salvadora, que hace sospechar al
matemático que dos rectas paralelas deben reunirse en alguna parte, y preguntarse al sabio si es
hombre o mariposa; crea los equilibrios compensatorios, las alternancias
recomenzadas, que de su fragilidad saca su permanencia, y de su recomienzo, su
novedad; es la que echa la trascendencia en el mundo. Si alguna cosa está
marcada con sello de la universalidad, es
1. Tarjumân al-ashsvâq, XI. - En una tonalidad más
apofática,Djalâl ud-DIn Rûmi dirá en su Dîwân: " no soy cristiano ni judío
ni guebro ni musulmán; no estoy de Oriente ni de Occidente, ni de la tierra ni
del Ia mar... Un único busco, Un único sé, Un único veo, Un único llamo. "
pues bien y primero el universo que nos rodea, que nos
penetra y que somos. Es de ella que incumbe a las generaciones nuevas de ponerse
a la búsqueda, acordándose de la antiguo divisa: contraria sunt complementa. Es allí donde vuelve a ser posibles el
retorno de la mirada, el recubrimiento de un ser inclusivo y concordatario;
allí que el retorno a lo Esencial esencialmente consiste
en una vuelta a la Unidad. Ahora, hay signos , que marcan un cambio de
conciencia y de espíritu; aparecen grietas en las murallas del positivismo,
trazando allí el anuncio de su fin. Ya vacila la hegemonía de las acrópolis
fortificadas de una racionalidad cientifista que no responde más a las
demandas, no satisface más las aspiraciones.
La vuelta a la Unidad exige que se escape del número más
grande y posible de ilusiones y de condicionamientos, que se los atraviese sin
ser afectados, o lo menos posible, por las fluctuaciones de la psique
individual y colectiva, que no tema pensar y vivir de otro modo. Hay que tener el coraje de proceder a una revisión
completa de los errores dualistas que condujeron a los abismos, aprender a
relativizar lo relativo en lugar de
hacerlo absoluto, a evitar la marea negra de los reduccionismos unilaterales y
de los colectivismos, estas formas invertidas de la unificación. Hay que sacar
de las enseñanzas espirituales, no para conservar un pasado caducado al cual se
las asimila sin conocerlas, sino para redescubrir allí los valores trans-temporales
que guardan y proponen: la novedad mayor de este tiempo habrá sido el redescubrimiento
de lo Original. Hay que tomar una distancia crítica con respecto a las
categorías, las dicotomías, con respecto a la lógica matemática, de lo separado,
de lo lineal, para devolver derecho de ciudadanía a lo no-racionalizable y
revestirse del espíritu que fue el de todas las verdaderas civilizaciones, que no
se hicieron mortales más que cuando descuidaron las capacidades del "
cerebro intuitivo ", - musical, artista, simbólico, sede de la gratuidad
lúdica, de la simultaneidad, de la percepción del cualitativo. - Hay que
recobrar los principios de incertidumbre, de polisemia, de multidimensionalidad,
de imprevisibilidad: tantas fuentes de asombro estimulante y de creación;
reconstituir estructuras de lenguas sintéticas, las bases de un arte total, los
datos de un tiempo cíclico. Mientras los hombres se nieguen a reconciliarse con
" hemisferio derecho ", será vano de esperar encontrar respuesta a
los problemas, inútil cooperar a las "reformas", "sistemas"
y " cambios
Recobrar la Unidad demanda ante todo recobrar la Simplicidad ,
esa donde la montaña reaparece montaña, dónde sacar agua se vuelve maravilloso,
donde decir sí a la evidencia es decir un Sí total al Todo. Simplicidad de la vida material, aliviada de lo superfluo,
abierta a los soplos vastos de eterna naturaleza; que enseña de la vida que
consiste menos en volumen que en densidad; que quiere la creación de pequeñas
comunidades de estructuras ligeras y
descentralizadas, donde los hombres puedan nombrarse y reconocerse,
redescubrirse una faz, practicar una convivialidad. – Simplicidad de la vida intelectual, que desanima procesos dialécticos,
las apilaciones librescas, los equipos mentales pesados que, complicando lo
simple, no aclaran lo oscuro; instauración de un vacío mental que asume la
plenitud de una transparencia paradisiaca donde el hombre deja de reflexionar
con su pensamiento humano para reflejar en él el Pensamiento divino. – Simplicidad
de la vida espiritual, liberada de los
andamiajes de dogmas incomprendidos y por eso contradictorios, los endurecimientos
morales y planificadores; de nuevo fecundada por la Gnosis universal de los
" comienzos absolutos ", donde la invocación del Nombre divino
condensa toda liturgia y toda teología, cuyo profundización ferviente y continua en la repetición de las mismas
sílabas, lejos de gastar el lenguaje, por el contrario lo recarga, lo
revivifica y lo sacraliza. - Tres etapas simultáneas que hacen el universo de
nuevo humano y aprovechable, donde medio ambiente, estilo de vida, método de
pensamiento, práctica interior son indisociables; tres etapas que son el
Camino.
Esta retorno a la Unidad es evidente retorno a lo Esencial. Y
es este retorno a lo Esencial quien hará posible el retorno de lo Esencial.
Para nosotros que del futuro discernimos el perfil más que la
cara, es sin duda difícil de imaginar lo que será la emergencia del Espíritu
que viene. Pero lo que hemos sugerido aquí mismo y en otras lugares ya puede
indicar algunas subidas a su reencuentro. La espiritualidad de mañana no será
puesta en absoluto en forma dogmática o jurídica, sino mistagógica; liberada de
las rigideces clericales, administrativas y funcionales, y todo lo que impone a
los hombres las guerras santas de fuera, los fanatismos sanguinarios. Será el
lugar de conciliación del Espíritu corporificado y la Materia pneumatizada. En
su superación de contrarios, aportará al
tercer milenario el secreto de la " tercera vía ": a conciencia
nueva, universo nuevo.
Lo que no es lo Esencial descubre pronto insoportable no serlo.
La inmensa trayectoria del hombre lejos del centro no tiene como última razón más
que la delicia de los reencuentros, sin cesar diferidos como lo son el
paroxismo de la fiesta o el éxtasis del amor. Entre el hombre y lo Esencial,
hay unas connivencias, deslizamientos, guiños, un juego sutil de aproximaciones
y de evasiones, como el de Krishna y las pastoras estremecidas. El hombre se
hace creer a si mismo que la Unidad lo deja indiferente, como al niño le gusta
darse miedo. La Unidad no se deja perder
más que para dejarse recobrar; no se pierde un momento aquí abajo más que para
inspirarnos la ganas de correr a alcanzarla... ¡Con esa seguridad, laboremos a
su advenimiento sobre tierra! ¡Hechos de polvos de estrellas, abramos nuestros
brazos al cielo!
Etiquetas:
espiritualidad,
Iglesia Ortodoxa,
Jean Biès
jueves, 22 de mayo de 2014
Armaggedón en el Islám (Joaquín Albaicín)
Tradición y Sabiduría Universal
Armaggedón en el Islám
Voces como las del Pseudo-Metodio, Nilo, Ireneo,
Orígenes, Martín de Tours, Paracelso, Lutero, Fiore, Arnau de Vilanova o la
recién beatificada Anna Katherina Emmerich han dejado constancia durante dos
milenios de la preocupación íntima del corazón humano por la batalla prometida
para el Fin de los Tiempos entre el anti-Cristo de pestañas albinas y el
Enviado de Dios, lid que -enrollando el mundo como un pergamino- dará cerrojazo
al ciclo de esta humanidad. Sir Robert Anderson y un servidor, incluso pusimos
idéntico título -El príncipe que ha de venir- a nuestros respectivos
libros en torno al Fin... Inevitable, referirse a uno de los tratados cimeros
sobre el tema: El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos,
de René Guénon. O a La Hora Undécima, de Martin Lings, de próxima
aparición en castellano. Ahora, por gentileza de la Fundación Cultural Oriente
y con matasellos de la lejana Qom, tan vinculada a la historia de los Reyes
Magos, llega a nuestro buzón el nuevo libro del ayatollah Ya´far Subhânî: La
doctrina del Islam Shi'ah a la luz de las enseñanzas de Ahl'ul Bait. Nada más
abrirlo, se despliega ante nosotros un hadith de Muhammad
referente al Mahdi, compañero de Jesús en la guerra apocalíptica contra las
fuerzas de la perversión universal: "Aunque no quedara en el mundo
más que un solo día, Dios alargaría ese día hasta que surja un hombre de mi
descendencia que lo llenará de justicia y equidad, tanto como lo habrá estado
de injusticia e iniquidad".
No es ajena al Islam, en efecto, toda la escatología relativa al aquilón, los dos testigos y la "fuerza que lo retiene", habiendo destilado sus doctores -en paralelo al Apocalipsis sinóptico, las Cartas a los Tesalonicenses y la revelación de Patmos- toda una tradición magisterial relativa tanto al hijo de iniquidad (Al Dajjal) como al paladín celestial (Al Mahdi). Como dice Subhânî sobre éste: "La existencia de tal Reformador mundial en el futuro de la humanidad es ... asunto categórico sobre el cual no es factible la duda. Aquello objeto de discrepancias es si ya ha nacido y ahora mismo se encuentra con vida, o si es que vendrá en el futuro". Los shiíes creen que advino en el año 225 de la Hégira, vive aún y no es otro que el XII Imam. ¿Por qué permanece oculto? ¿Para -como resaltara el Imam Bâqir- no ser asesinado al manifestarse antes de darse las condiciones requeridas? Esto, escribe Subhânî, constituye "uno de los secretos divinos". Se asegura, en cualquier caso, que su ocultación "no equivale a la separación del Imam respecto de la comunidad", pues es "como el sol que se encuentra detrás de las nubes, al cual no alcanzan las miradas, pero de cuya luz la gente de la Tierra se beneficia".
¿Cuándo vendrá? Aunque muchos relatos se refieren a las señales mayores y menores anunciadoras de su aparición, Subhânî reitera que nos hallamos ante otro secreto divino y que "no se puede aceptar las pretensiones de aquellos que invocan conocer el momento de la manifestación del Imam o especifican un tiempo para su manifestación". Hay, por supuesto, disenso sobre la cuestión, en especial ahora, cuando por doquier se advierte en cada ciudadano de Occidente un signo andante del Fin de los Tiempos. Así, un maestro espiritual sunní, el sheykh Al Haqqani, aseguró en 1985 -en su obra Misterio de los misterios detrás de los misterios- que el Mahdi había nacido en la década de 1930 en Wadi Fatimah, una aldea a medio camino entre Medina y Jeddah, siendo en su adolescencia retirado del mundo por sus padres. Hoy, viviría a resguardo de toda mirada en los Cuarteles Vacíos, gruta que da alojamiento a "la iglesia de la Felicidad ... construida por ángeles", en un desierto de arenas movedizas entre Yemen y el Hejaz. Según Al Haqqani, también el anti-Cristo -cargado de cadenas en una isla inaccesible- respira ya en la Tierra, encarnado en un cuerpo particular.
Armaggedón, explicó, será una gran guerra desatada a fines del siglo XX o principios del XXI entre el Este y el Oeste, la última de la Tierra y en la que morirán seis de cada siete hombres. El Mahdi la detendrá. Surgirá después un gran tirano: el anti-Cristo. Jesús y el Mahdi comparecerán entonces en Damasco, junto a la tumba del Bautista y a la hora de la plegaria del amanecer. A su proclamación de: "¡Allahu Akhbar!", todo el poder de la tecnología sufrirá un colapso. Acto seguido, el Mahdi se enfrentará en Constantinopla al anti-Cristo, llegado de Khorassan. Consumada su derrota, la Tierra conocerá cuarenta años de paz absoluta -equivalentes al refrigerio de los justos de la tradición profética cristiana- al cabo de los cuales los demonios iniciarán su contraataque. Jesucristo morirá diez años después, es decir, cincuenta después de Armaggedón. El reinado del Mahdi -patente homólogo del Último Emperador del profetismo cristiano- durará siete, y Jesús pronunciará la oración en su funeral.
El sheykh Ad-Daghestani, maestro de Al Haqqani, comunicó en su día vaticinios complementarios en los que, con independencia de que toda profecía sea siempre, y más en los Últimos Tiempos, un espejo quebrado, no es difícil reconocer la facultad visionaria auténtica: árabes e israelíes, predijo, firmarían tras el desplome del comunismo la deseada paz duradera por mediación de América. Las guerras entre todos los países irían siendo sofocadas poco a poco bajo el liderazgo americano (ya el Pseudo Hipólito, allá por el siglo IV, advertía de que el dúplice anti-Cristo "ayudará a las viudas, protegerá a los huérfanos, amará a todos, hará que los enemigos hagan la paz", siguiéndole Soloviev con su anuncio de que el tentador "revestirá con el brillante velo del bien y de la justicia el misterio de la absoluta iniquidad"). Mas, cuando nadie espere una nueva contienda, las bases americanas en Turquía serán atacadas por un país vecino y el conflicto se extenderá por todo el orbe. En ese tiempo, vendrá el Mahdi. También predijo Ad-Daghestani el fraccionamiento de China en pequeños países tras la conclusión con los Estados Unidos de un acuerdo de renuncia a las armas nucleares.
"Veo a Inglaterra entrando en el Islam", agregó el sheykh, anticipando de algún modo la protección dispensada por la familia real británica al Islam europeo y su interés por diferentes religiones, lo cual, a no ser que Camilla Parker-Bowles resulte una Magda Lupescu, tiene bastante lógica a la luz de los retiros del Príncipe de Gales en el Monte Athos, sus visitas al manantial griálico de Glastonbury, su decidida oposición a la comida transgénica, su defensa de la arquitectura tradicional o su afición a la lectura de obras de Guénon o Titus Burckhardt...
Naturalmente, estas profecías de la familia abrahámica hallan su paralelo en las budistas sobre el XXV Kulika de Shambhala, las hindúes sobre Kalki, las zoroastrianas sobre Saoshyant... Y es que la configuración aparentemente heteróclita del corpus profético intertradicional no priva a este de consistencia simbólica –enorme- ni enmagrece en modo alguno la solidez de su esternón, que es uno.
JOAQUÍN ALBAICÍN (Madrid, 1966)
Escritor, conferenciante y cronista de la vida artística, sus artículos y relatos, así como sus críticas de arte flamenco -que han contribuido positivamente al presente resurgir del género- han aparecido en diarios como ABC, El País y Reforma (de México), y revistas como El Europeo, Vogue, Sur-Exprés, Axis Mundi, Letra y Espíritu, La Clave, Generación XXI, Debats, Amanecer,Web Islam, 6 Toros 6, El Ruedo, MAN, Próximo Milenio, The Ecologist, Más Allá, Omarambo... El esoterismo de las grandes tradiciones espirituales, la geopolítica, la tauromaquia, el espionaje, el Imperio Mongol y el mundo de los últimos Romanov son algunos de los principales focos de interés de este escritor nacido en una familia de artistas de raíces gitanas.
Contertulio habitual del programa de TV El Faro de Alejandría, dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó, ha publicado en España la novela La serpiente terrenal (Anagrama, Barcelona 1993), el cuaderno de viajes Diario de un paulista (El Europeo, Madrid 1995) y los ensayos Gitanos en el ruedo: el Indostán en el toreo (Espasa Calpe, Madrid 1993), En pos del Sol: los gitanos en la historia, el mito y la leyenda (Obelisco, Barcelona 1997) -única obra escrita sobre la materia desde la perspectiva de la Philosophia Perennis-, El Príncipe que ha de venir (Muchnik Editores, Barcelona 1999) y Monteras de aquí y de allá (Castilnovo, 2006), así como el libro de cuentos La Estrella de Plata (Manuscritos, Madrid 2000). Dos relatos suyos inéditos en castellano han sido recientemente publicados en Suecia en la antología de literatura gitana coordinada por Gunilla Lundgren Svarta rosor/Rosas negras (Tranan, Estocolmo 2003).
En la actualidad está concluyendo una nueva novela, un ensayo sobre la leyenda medieval del Reino del Preste Juan, otro sobre el misterio de la Gran Duquesa Anastasia y un tercero sobre la controvertida figura del Barón Ungern-Sternberg. Su cajón guarda además un libro de cuentos inédito.
En la web www.svabhinava.org, creada por Sunthar Visuvalingam y dedicada al modelo indio de aculturación, Joaquín Albaicín coordina la sección Roma, consagrada a la diáspora indo-gitana. Los interesados encontrarán más información tanto en dicha web como en la de International Romani Writers Association (www.romaniwriters.com), de la que este autor es miembro.
Entrevista con Joaquín Albaicín en: "Opinión y Toros"
No es ajena al Islam, en efecto, toda la escatología relativa al aquilón, los dos testigos y la "fuerza que lo retiene", habiendo destilado sus doctores -en paralelo al Apocalipsis sinóptico, las Cartas a los Tesalonicenses y la revelación de Patmos- toda una tradición magisterial relativa tanto al hijo de iniquidad (Al Dajjal) como al paladín celestial (Al Mahdi). Como dice Subhânî sobre éste: "La existencia de tal Reformador mundial en el futuro de la humanidad es ... asunto categórico sobre el cual no es factible la duda. Aquello objeto de discrepancias es si ya ha nacido y ahora mismo se encuentra con vida, o si es que vendrá en el futuro". Los shiíes creen que advino en el año 225 de la Hégira, vive aún y no es otro que el XII Imam. ¿Por qué permanece oculto? ¿Para -como resaltara el Imam Bâqir- no ser asesinado al manifestarse antes de darse las condiciones requeridas? Esto, escribe Subhânî, constituye "uno de los secretos divinos". Se asegura, en cualquier caso, que su ocultación "no equivale a la separación del Imam respecto de la comunidad", pues es "como el sol que se encuentra detrás de las nubes, al cual no alcanzan las miradas, pero de cuya luz la gente de la Tierra se beneficia".
¿Cuándo vendrá? Aunque muchos relatos se refieren a las señales mayores y menores anunciadoras de su aparición, Subhânî reitera que nos hallamos ante otro secreto divino y que "no se puede aceptar las pretensiones de aquellos que invocan conocer el momento de la manifestación del Imam o especifican un tiempo para su manifestación". Hay, por supuesto, disenso sobre la cuestión, en especial ahora, cuando por doquier se advierte en cada ciudadano de Occidente un signo andante del Fin de los Tiempos. Así, un maestro espiritual sunní, el sheykh Al Haqqani, aseguró en 1985 -en su obra Misterio de los misterios detrás de los misterios- que el Mahdi había nacido en la década de 1930 en Wadi Fatimah, una aldea a medio camino entre Medina y Jeddah, siendo en su adolescencia retirado del mundo por sus padres. Hoy, viviría a resguardo de toda mirada en los Cuarteles Vacíos, gruta que da alojamiento a "la iglesia de la Felicidad ... construida por ángeles", en un desierto de arenas movedizas entre Yemen y el Hejaz. Según Al Haqqani, también el anti-Cristo -cargado de cadenas en una isla inaccesible- respira ya en la Tierra, encarnado en un cuerpo particular.
Armaggedón, explicó, será una gran guerra desatada a fines del siglo XX o principios del XXI entre el Este y el Oeste, la última de la Tierra y en la que morirán seis de cada siete hombres. El Mahdi la detendrá. Surgirá después un gran tirano: el anti-Cristo. Jesús y el Mahdi comparecerán entonces en Damasco, junto a la tumba del Bautista y a la hora de la plegaria del amanecer. A su proclamación de: "¡Allahu Akhbar!", todo el poder de la tecnología sufrirá un colapso. Acto seguido, el Mahdi se enfrentará en Constantinopla al anti-Cristo, llegado de Khorassan. Consumada su derrota, la Tierra conocerá cuarenta años de paz absoluta -equivalentes al refrigerio de los justos de la tradición profética cristiana- al cabo de los cuales los demonios iniciarán su contraataque. Jesucristo morirá diez años después, es decir, cincuenta después de Armaggedón. El reinado del Mahdi -patente homólogo del Último Emperador del profetismo cristiano- durará siete, y Jesús pronunciará la oración en su funeral.
El sheykh Ad-Daghestani, maestro de Al Haqqani, comunicó en su día vaticinios complementarios en los que, con independencia de que toda profecía sea siempre, y más en los Últimos Tiempos, un espejo quebrado, no es difícil reconocer la facultad visionaria auténtica: árabes e israelíes, predijo, firmarían tras el desplome del comunismo la deseada paz duradera por mediación de América. Las guerras entre todos los países irían siendo sofocadas poco a poco bajo el liderazgo americano (ya el Pseudo Hipólito, allá por el siglo IV, advertía de que el dúplice anti-Cristo "ayudará a las viudas, protegerá a los huérfanos, amará a todos, hará que los enemigos hagan la paz", siguiéndole Soloviev con su anuncio de que el tentador "revestirá con el brillante velo del bien y de la justicia el misterio de la absoluta iniquidad"). Mas, cuando nadie espere una nueva contienda, las bases americanas en Turquía serán atacadas por un país vecino y el conflicto se extenderá por todo el orbe. En ese tiempo, vendrá el Mahdi. También predijo Ad-Daghestani el fraccionamiento de China en pequeños países tras la conclusión con los Estados Unidos de un acuerdo de renuncia a las armas nucleares.
"Veo a Inglaterra entrando en el Islam", agregó el sheykh, anticipando de algún modo la protección dispensada por la familia real británica al Islam europeo y su interés por diferentes religiones, lo cual, a no ser que Camilla Parker-Bowles resulte una Magda Lupescu, tiene bastante lógica a la luz de los retiros del Príncipe de Gales en el Monte Athos, sus visitas al manantial griálico de Glastonbury, su decidida oposición a la comida transgénica, su defensa de la arquitectura tradicional o su afición a la lectura de obras de Guénon o Titus Burckhardt...
Naturalmente, estas profecías de la familia abrahámica hallan su paralelo en las budistas sobre el XXV Kulika de Shambhala, las hindúes sobre Kalki, las zoroastrianas sobre Saoshyant... Y es que la configuración aparentemente heteróclita del corpus profético intertradicional no priva a este de consistencia simbólica –enorme- ni enmagrece en modo alguno la solidez de su esternón, que es uno.
JOAQUÍN ALBAICÍN (Madrid, 1966)
Escritor, conferenciante y cronista de la vida artística, sus artículos y relatos, así como sus críticas de arte flamenco -que han contribuido positivamente al presente resurgir del género- han aparecido en diarios como ABC, El País y Reforma (de México), y revistas como El Europeo, Vogue, Sur-Exprés, Axis Mundi, Letra y Espíritu, La Clave, Generación XXI, Debats, Amanecer,Web Islam, 6 Toros 6, El Ruedo, MAN, Próximo Milenio, The Ecologist, Más Allá, Omarambo... El esoterismo de las grandes tradiciones espirituales, la geopolítica, la tauromaquia, el espionaje, el Imperio Mongol y el mundo de los últimos Romanov son algunos de los principales focos de interés de este escritor nacido en una familia de artistas de raíces gitanas.
Contertulio habitual del programa de TV El Faro de Alejandría, dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó, ha publicado en España la novela La serpiente terrenal (Anagrama, Barcelona 1993), el cuaderno de viajes Diario de un paulista (El Europeo, Madrid 1995) y los ensayos Gitanos en el ruedo: el Indostán en el toreo (Espasa Calpe, Madrid 1993), En pos del Sol: los gitanos en la historia, el mito y la leyenda (Obelisco, Barcelona 1997) -única obra escrita sobre la materia desde la perspectiva de la Philosophia Perennis-, El Príncipe que ha de venir (Muchnik Editores, Barcelona 1999) y Monteras de aquí y de allá (Castilnovo, 2006), así como el libro de cuentos La Estrella de Plata (Manuscritos, Madrid 2000). Dos relatos suyos inéditos en castellano han sido recientemente publicados en Suecia en la antología de literatura gitana coordinada por Gunilla Lundgren Svarta rosor/Rosas negras (Tranan, Estocolmo 2003).
En la actualidad está concluyendo una nueva novela, un ensayo sobre la leyenda medieval del Reino del Preste Juan, otro sobre el misterio de la Gran Duquesa Anastasia y un tercero sobre la controvertida figura del Barón Ungern-Sternberg. Su cajón guarda además un libro de cuentos inédito.
En la web www.svabhinava.org, creada por Sunthar Visuvalingam y dedicada al modelo indio de aculturación, Joaquín Albaicín coordina la sección Roma, consagrada a la diáspora indo-gitana. Los interesados encontrarán más información tanto en dicha web como en la de International Romani Writers Association (www.romaniwriters.com), de la que este autor es miembro.
Entrevista con Joaquín Albaicín en: "Opinión y Toros"
domingo, 11 de mayo de 2014
LA TRIPLE VÍA (Jean Biès)
Jean Biès
RETOUR A
L’ESENTIEL
Quelle spiritualité pour l’homme d’aujourd’hui?
Delphica.
L’Age d’Homme. Lausanne 2004
III
LA TRIPLE VÍA
Paralelamente a la formación doctrinal que interesa a lo
mental y al conocimiento de sí que
concierne a la psique, los modos de transformación espiritual pueden resumirse
en tres principales: la acción, la devoción y la contemplación. La acción
corresponde más directamente al cuerpo, la devoción al corazón, la
contemplación al intelecto.
Sin duda el hombre de hoy se pretende desdichado, y hay
algunas buenas razones para esto. ¿Pero está bien seguro de hacer todo para no
serlo, o el serlo menos?... Hasta al nivel simple de la acción existen las
precauciones justas que permiten evitar catástrofes evitables, con tal que se
sepa no echarse en cuerpo y alma perdidos a este baile de los abrasadores que
es el mundo moderno y adquirir un poco de una
ciencia que podría llamarse: el estudio de la consecuencia de los
gestos. Un adagio zen específica, en el umbral de la vía espiritual: " ¡
cuando tengas hambre, come, cuando estés cansado, duerme! " 1... Todo
podría quizá comenzar con este género de evidencia y de sencillez. Cualesquiera
sean que en Occidente las circunstancias hostiles hacia la vida interior, no es
menos verdad que ciertas medidas
preventivas son siempre
1. " Cuando bailo, bailo ", decía también
Montaigne. Lo mismo, Abba Hiérax aconsejaba a un monje que quería saber cómo
ser salvado: " Siéntate en tu celda; si tienes hambre, come, si tienes
sed, bebes. " (Lo que evidentemente no significa atracarse ni embriagarse). Añadía en el tercer lugar:
" no digas mal de nadie ".
aplicables. Nos percibimos bastante rápidamente que el
sentido común simple ya hace las veces de sabiduría, acaba complicaciones que
no son tales más que a través del prisma deformante de lo imaginario. Los
pequeños detalles de la existencia no merecen que se los descuide; hasta pueden
constituir los puntos de apoyo del ascesis moderna que no quiere maceraciones
sino un conjunto de actitudes templadas que sirvan de frenos o de contrapeso al
activismo neurótico. Una tarea simple y diaria puede volverse rápidamente
purificatoria si es aceptada, asumida de modo consciente, teniéndola por lo que
es , abonando su aceptación, cuidándose
de cumplirla. Entregarse a obras de creación, tales como pintar,
trabajar la arcilla, esculpir la bosque
o la piedra, reanudar de algún modo con la tierra, es decir con la Madre
original de que la vida urbana y el
intelectualismo nos separó, redescubrir la relación con la materia como la
muralla contra el materialismo, verla resistir, proyectar allí sus intenciones,
reorientar formas de su elección: un
esfuerzo tal ya transforma, da forma al que se entrega a eso y quien,
haciendo bajar su espíritu a la materia, imita a la vez el demiurgo creador y el dios encarnado 1.
El hombre moderno está quizá obligado profesionalmente a
hablar más que lo que tendría ganas sobre temas de poco interés,
pero puede hablar menos rápido y menos fuerte, guardando su energía para
mejores causas. Es quizá incapaz de ayunar, pero puede evitar las desvergüenzas
alimentarias y adaptar el ayuno a la época renunciando a lo superfluo compartiendo
con los pobres. Es posiblemente inepto para la castidad, pero puede disciplinar
su eros, sacralizar a la sexualidad que anula la discontinuidad de la carne y
del espíritu. No sabe posiblemente ya rezar, ni siente ganas, pero puede siempre organizarse algunas
celdillas de silencio para " hacer balance"
1. Es lo que siente Jung evocando en sus Recuerdos, sueños y
pensamientos, los trabajos rústicos que cumplía en Bollingen: " estos
trabajos simples vuelven al hombre simple, y es muy difícil de ser simple.
"... La creación identificada a un " juego de niño
"devuelve el alma a una inocencia recobrada.
entrar en sí mismo, recargarse, aceptar pararse para pensar,
en medio de los ruidos del mundo, palpitar la presencia de otros. Probablemente
no ve el interés o la significación de hacer ofrendas a la divinidad, pero
puede evitar, marchando, aplastar las flores que son el recuerdo elemental, o
de degradar la columna del templo trazando grafitti.
Basta con estar un poco despierto para darse cuenta que cada vez que se dice o se hace algo, se
aporta la prueba , algunos minutos o algunos días más tarde, que es lo
contrario lo que era verdad, o que lo contrario también era verdad, o todavía,
que la cosa hecha era inútil o inoportuna, o que debía ser hecha en otro
espíritu. Lo que invita a concluir que casi todo lo que decimos o hacemos nace
de un incompletitud o de una irreflexión. Basta con ser un poco consciente para
constatar que casi todas los recuerdos que se guardan deforman lo que fue la
realidad del temporis acti, o no guardan más que una parte, generalmente la más
clara, y que casi todos los proyectos que se
trazan se realizan de otro modo,
o no se realizan, o se ven reemplazados por otros. Se tratará pues de tratar de
vivir en el presente sin idealizar el
antaño, ni hacerse ilusiones excesivas sobre el futuro, eligiendo por domicilio
la plenitud del hoy. “La hora que viste es la más importante de tu vida ",
enseña un viejo adagio. Basta con considerar aunque sea un poco su pasado para medir el número de horas
que se ha consagrado a actuar, la
suma de energía que se ha quemado , y
considerar de frente, no sin estupor, la delgadez de los resultados obtenidos,
cuan efímero o frágil su carácter; y basta con pensar lo mismo en todos los
esfuerzos desplegados para obtener lo que se ansia y la poca satisfacción
verdadera, al día siguiente de Ia victoria, para poner seriamente en tela de juicio la religión de la acción y decidir un cambio
completo de orientación personal. Basta con ser un poco avisado para saber que
hay en su vida problemas o situaciones
perfectamente insolubles desde el punto de vista humano y por los medios de los que se dispone; pero
la experiencia muestra que siempre es
posible, cuando no se puede cambiar las cosas, cambiar la mirada que se pone en
ellas, de sobrepasar las dificultades y
acabar en una situación tal que estas últimas se desvanecen, o se
relativizan, o hasta aparecen como no habiendo sido jamás.
Los que verdaderamente no sufrieron muestran
indecentemente con sus caprichos
incesantes que bien precioso les falta.
El sufrimiento guarda una potencia de despertar que nos obliga a
interrogarnos sobre nosotros mismos sin
trampa. Hay que saber sacar provecho de su sufrimiento, sacar la lección que
quiere darnos; vivir plenamente toda situación paradójica, toda astilla anclada
en la carne existencial. Ninguna progresión posible sin la experiencia del
dolor. Pero de un dolor poco a poco unificado y apaciguado: la cruz debe
devenir símbolo de los polos opuestos
reconciliados, donde la disolución y la alianza han sido operadas. Tal es el
mensaje universal de los desmembramientos, las travesías del caos, las muertes
sucesivas... ¿De dónde viene este sufrimiento?.... La mayoría de las veces de
nosotros mismo, que somos los primeros
en atraerlo, en llamarlo silenciosamente multiplicando las torpezas, las
equivocaciones, los errores, en el deseo cuidadosamente enterrado de sufrir, o
de ver cómo es cuando se sufre, o de ver si se sabrá o no vencer su
sufrimiento... No hay acontecimiento mayor
de nuestra vida que no hayamos fabricado, querido en un estadio prenatal
1... Otras veces incluso, este sufrimiento todavía viene de más lejos: de
inmemorial desviación de toda la humanidad de la que se es una célula viviente,
y la que hay que pagar de una o de otra manera.
La noción de karma explica el sufrimiento por la imagen del
encadenamiento de las causas anteriores y de los efectos subsecuentes. “Si un
hombre, declara el Dhammapada, habla o actúa con un mal pensamiento, el
sufrimiento le sigue como la rueda sigue al que tira la carreta... Si un hombre
actúa o habla
1. Es
prácticamente imposible acordarse del por qué de este deseo; mejor es
remitirse a la voluntad de los dioses,
aunque estos dioses están en nosotros, somos nosotros mismos .
con un pensamiento puro, la felicidad lo sigue como una
sombra que jamás lo deja... “Para el Majjhima-nikâya, " los seres son los
herederos de sus actos "... Contrariamente a lo que se cree, esta noción
no es particular del Oriente; el Cristianismo la conoce también. “El salario
del pecado, es la muerte 1 "; - y todavía: " no hago el bien que
quiero y cometo el mal que no quiero 2 ". El carácter de inexorable
necesidad y las consecuencias del pecado
original se encuentran expresados en la noción de akolouthia por Gregorio de
Nicea que, estudiando la genealogía del pecado, recurre a la comparación de la
cadena y los anillos. Del placer nace la vanagloria, de donde nace la codicia,
de donde el orgullo, de donde los celos, de donde la hipocresía, de donde la
crueldad, para conducir a la géhenna 3.
Evidentes o sutiles, los consecuencias del karma no se
detienen con la muerte física; se
prolongan más allá de esta vida; De donde la importancia de adquirir un buen
karma, o un karma que esté aligerado , a falta de poder morir sin karma. Para
el Chândogya-upanishad, " el hombre es la creación de su pensamiento: eso
en lo que piensa en esta vida, lo deviene más tarde”. Todo pensamiento o acción
positiva acrecienta positivamente el patrimonio que se lleva consigo; todo
pensamiento o acción negativa lo acrecienta
negativamente. Es decir la importancia de esta vida y de lo que se lo
haya hecho allí en previsión de después de vida. Es decir también la necesidad
de evitar la acción por ella misma y sus consecuencias más lastimosas, la
carrera de los placeres, de los honores, de las aventuras de toda clase, la
multiplicación de
1. Romanos, VI, 23. - ver también: " quien siembra
vientos recoge tempestades. "
2. Romanos, VII, 19.
3. Tratado de la Virginidad, 46, 314 b. - La ley de
concordancia horizontal entre acción y
reacción interviene en el momento oportuno; manifiesta la "Justicia"
divina que responde al bien con el bien y al mal con el mal. Pero esta sucesión
de causas y de efectos se encuentra quebrantada por la intervención vertical de
la "Gracia", que neutraliza o anula el efecto de la mala acción.
el tener, la satisfacción siempre diferida de sus
aspiraciones y de sus voluntades.
Si el mal agrava el karma, el bien es, también, generador de
karma, y por tanto, encadena a su autor a los polos opuestos y a la vida de
aquí abajo. Sufrimos también las consecuencias de sus buenas acciones. El ideal
no es pues tanto hacer el bien o el mal como liberarse de la dualidad bien-mal.
El mejor medio es aquí dejar de considerarse el autor de la acción, de actuar
ofreciendo su acción a la divinidad, es decir renunciando a su resultado, no
sacando ninguna vanidad, ningún mérito personal, atribuyendo toda la gloria a
la energía universal que obra a través de nosotros; considerándonos el simple instrumento en la conciencia de lo
Divino. Así es como se llega poco a poco a obrar sin obrar, como la enseña la sabrosa historia
del nadador que le respondió a K' ong-tseu que se asombraba de verle nadar tan
bien en las aguas tumultuosas de un torrente: " no hago nada especial;
nado con sinceridad y una confianza absoluta (en el agua); me abstengo de toda
iniciativa 1 "... Tal es la lección suprema del wou-wei; que no es
supresión de la acción: el nadador hace brazas, el zapatero arregla zapatos,
pero el despego de la acción, semejante al del Principio que crea el mundo sin ser afectado allí, que queda inmóvil en el seno del movimiento.
Actuar sin actuar, es actuar sin sufrir las consecuencias del karma. Según una
fórmula conocida, " de disminución a disminución, (el sabio) logra no
actuar más; no actuando más, no hay nada que no haga 2. "
*
* *
1. Lie - tseu, El verdadero Clásico del Vacío perfecto,
VIII, 10. – Compararemos a eso la anécdota de Abba Antonio que fue a visitar a
un zapatero de Alejandría para saber cómo vivía en Dios. - " no hago nada
especial ", le dice el otro. –A lo
que añadió: " miro a los transeúntes trabajando, y sueño: Todos éstos
serán salvados, sólo yo pereceré ",lo mismo tendría que compararse con Lao-tseu: " ellos todos son claros,
sólo yo soy turbio. " (Lao-tseu, XX).
2. Tao-te king, XLVIII.
La devoción, que tiene po sede el corazón, se traduce a
través de los ritos y el
"recuerdo" divino, en el doble sentimiento del amor y del
temor de Dios, y en el pensamiento que se debe dar gracias por todo porque nada
nos es debido y no está desprovisto de sentido en el curso de un destino. La
utilidad de los ritos es desautomatizar los gestos, hacer descender la
conciencia en lo que se cumple, adoptar actitudes, ritmos, una disposición
interior que rompen con la vida ordinaria y reúnen las condiciones necesarias
para una reconstrucción del estado paradisiaco. Los ritos ofrecen soportes
contingentes con vistas a un resultado que es de otro orden que ellos, el de lo
no manifestado, con vistas a una transposición del individual en lo universal.
La oración es como el coronamiento, única que permanece capaz de reorientar el destino, de suavizar el rigor.( Sabemos
que los " tiempos del fin " serán reducidos a una duración de tres días
si los hombres " curándose de espanto " aceptan solamente
arrepentirse). - como el Occidental de hoy debe soñar con no desarrollar
todavía más su rabia de acción, sino con
airearla en cierto modo, también debe aquí tratar de hacer el vacío en él, hacerse
semejante a un niño,- La posición replegada de los hesicastas
recuerda curiosamente la del embrión, - tender hacia una simplicidad de
alma que, diluyendo los crispaciones , haga sobrepasar las limitaciones humanas
, desarrolla las virtudes de acogida, de compartir , de comunión... La mañana y
la tarde son reputadas para favorecer la oración y la meditación; - momentos
escogidos de apaciguamiento, de suspensión del tiempo, donde el día y la noche
se mezclan de modo ambiguo, marcando el paso de un estado psicológico a otro.
No evocaremos aquí más que una sola clase de oración, - pero
real, - y aunque ya lo hayamos tratado de modo alusivo en otros lugares de este
libro o en otros libros 1. Pero el tema
1. En particular, Athos, Viaje a la Santa Montaña, y
Pasaporte para los tiempos nuevos.
, inagotable, es de un valor capital para el hombre de hoy.
Queremos hablar de la invocación del Nombre divino en la oración monológica.
A la interrogación primordial: " ¿Cuál es el fin de la
vida humana? ", podemos responder: "Recordarse". – el recuerdo
de Dios, común a todas las tradiciones, es presentada por todas ellas como el
proceso por excelencia, el modo de realización
más adecuado a las necesidades y a las posibilidades de la humanidad
contemporánea. No exige nada más que una atención ferviente, velando a evitar
el automatismo cuantitativo y a concentrarse sobre la misma esencia de la
fórmula empleada. Porque recordarse de
alguien, es primero nombrarle; con los labios, luego con el corazón. La vocación del ser humano es
dejar dar a luz en él sus verdaderas
dimensiones s hasta reconstituir, en el mejor de los casos, los elementos, las sílabas ontológicas
que constituyen el Nombre sobre el modelo del cual el hombre ha sido creado. No
podemos conocer estos elementos más que convirtiéndose en ellos, y no se puede
convertirse en ellos más que
rememorándolos. Son los diferentes niveles de conciencia que se trata
poco a poco de investir, de integrar. Restaurar en sí el estado original, o lo
que puede acercarse a eso, es, a partir del estado de caída en el cual se
encuentra, unirse en el fondo de sí a la Presencia de Dios. No hay mejor
salvamento que le sea propuesto al hombre responsable de su destino que
despertarse y dormirse con la fórmula memorizante, repetirla durante el día
a través del remolino de las fuerzas
divergentes y compensatorias, vivir suficientemente con ella para poder morir
con ella. Porque Dios es Paz suprema y porque su Nombre también lo es (ya que
en efecto, Él y su Nombre hacen más que
uno), actualizar este Nombre revivificándolo por la memoria,
densificándolo por la atención, humedeciéndolo
por la emoción, encendiéndolo por el fervor, devenirlo en su forma por
la repetición, en su eco por la voz, en su esencia por su propia esencia,
aportan la Paz suprema.
La " oración del corazón " practicada a horas y en lugares fijos determina, por la
regularidad y la concentración que demanda, " corrientes mentales "
que tejen insensiblemente, a partir de las vibraciones psico-mentales del que
reza, una atmósfera interior completamente nueva, vehiculando una energía de
efectos regeneradores. Hablar aquí de autosugestión podría si acaso concernir
sólo a las primeras fases de la oración, todavía guardando en su formulación el
empleo del pronombre personal; pero lo abandona luego para recurrir a la sola
mención del Nombre. La respiración, en cuanto a ella, religa al que reza al
resto del universo. Cada una de sus expiraciones lo pone en contacto con el
infinito, y podríamos comparar su soplo con la red que el pescador echa a lo
ancho, abriéndole lo más posible en las profundidades. Cada una de sus
inspiraciones vuelve a traerle el
universo a él, como la red se encoge, se estrecha sobre el más grande número de
peces, - entendamos: de semillas energéticas. - Este va - y viene el soplo teje
entre el centro del orante y el espacio que le rodea una comunión silenciosa
que reitera el proceso de la proyección del mundo, cuando Dios profiere su
soplo cargado de todo lo posible, y su
reabsorción, cuando Dios los llama
a su seno. Pero aquí, no es ya Dios
quien se nombra y hace nacer la
creación; es el hombre quien nombra Dios y nace a si mismo descreándose .
El invocante llama
al Invocado, el Invocado responde hasta que los dos se funden en la
Invocación, hasta que Dios se nombre a través de quien Le nombra.
La invocación no es verdadera más que en
algunas fases más intensas de la vida, los que muestran a la muerte de
cerca, sumergen de miedo y de desamparo, descubren el fondo del precipicio. ¡
El grito que ella siempre fue, - " Señor Jesucristo, ten piedad de mí!
", - se revela entonces en toda su naturaleza de grito que quebranta el
automatismo de la repetición ensayo, su "velocidad de crucero", su
buena conciencia, despoja al ser de todo lo que no es, penetra como un clavo la carne del Cielo. Toda la
formula puede entonces encogerse en un solo monosílabo, el del ¡Cristo! - en la
rutina más ordinaria, es bueno recordar estos instantes, presentarse a Dios en
el mismo desamparo, llamar a la puerta como un mendigo. Haciéndose totalmente
receptivo, se nos avisa que no hay puerta.
Se ha comparado a menudo la oración hesicasata con ciertos métodos hindúes de japa-yoga, constatando de unos al otro
notables simplificaciones. Sin duda
falta al Cristianismo la ciencia del yantra, pero tiene la contemplación de
esos mandala personalizados que son los iconos. Sin duda no posee la ciencia de
los mûdra, pero tiene los gestos rituales y litúrgicos. Sin duda no guardó el
aspecto mágico del mantra, pero privilegió el fervor y la fe en detrimento de
los aspectos técnicos que obstruirían el
carácter directo del diálogo entre el Cristo y su fiel. Así ha preservado lo
esencial, que basta ampliamente para realizar lo Esencial 1.
*
* *
Ligada al intelecto,
la contemplación se acompaña del despojamiento
que lleva al " desierto interior ", poblado de oasis
florecientes y recorrido la tibia brisa
del Edén... Cuando un
1 José de Maistre
señaló en las Veladas de San Petersburgo
la paridad del eslavo y del sánscrito. Es quizá
la ocasión de añadir A su observación la que se puede hacer a propósito
del término Gospodi que figura en el mantra: " Gospodi, pomiluj ",
equivalente esclavo de griego Kirie, eleison. Gospodi, "Señor",
corresponde a griego déspota y al sánscrito dampati, "el dueño de la
casa", "el esposo". Nos acordamos que la Inteligencia " de
Dios (hebreo Binah) es llamada la " Casa ", y que representa la
Receptividad, el " habitáculo
" del Esposo divino. Gospodi puede también ser acercado
fonéticamente al sánscrito Gopati, " jefe del rebaño ", nombre
atribuido a Vishnou, Krishna y Shiva, y que no deja de recordar al Buen Pastor,
lo mismo que go, "vaca", recuerda el Cordero (Agnus). Go designa
también " tierra ", la "palabra", el "sentido",
el "rayo de sol". Gopati es pues también el " maestro de la
tierra " como substrato de la manifestación cósmica, el " maestro de
la palabra ": es el guardián del Verbo, el " maestro del sentido ": domina el mundo de los
sentidos, el " maestro del rayo de sol ": es el enviado del Supremo;
- todas las función que concuerdan
plenamente con Cristo.
discípulo le pregunta : - " ¿ Puedo saber el punto
central de su enseñanza? ", Maharshi responde: - " Encontrar el
centro ". Es decir, adquirir el tercer Ojo, la disposición intelectiva que
permite discernir la solución al problema, o la ausencia de problema,
desbloquear toda situación, como Parsifal
ante de la barrera rocosa, - la opacidad de los condicionamientos de la
existencia, - quien, habiendo refinado su mirada, percibe el castillo del
Grial, pasa a esa cuarta dimensión donde se sitúa el lugar-sin -lugar que
incluso es el centro de todo, del Todo y de sí mismo.
A lo largo de un ejercicio difícil hecho de audacia y
humildad, de familiaridad y de veneración, a lo largo de una dialéctica sutil
entre la trascendencia del Espíritu y la inmanencia del Corazón, el ser humano
poco a poco llega a hacerse domesticar de lo Divino como el mismo se lo
apropia. No es tanto aquí en absoluto el " juego del amor y del azar
" a nivel dualista, como el Juego
del Amor, de la Gnosis y de la Gracia al
nivel trinitario, del que los compañeros son el hombre y Dios, presentes el uno
al otro en una estrecha cooperación, donde Dios llama a la puerta pero no la
rompe, porque " tiene todos los poderes, salvo el de forzar al hombre
a amarle”.
Entrenarse en el desapego, poseer sin poseer, convencerse
por experiencia de lo impermanente de
las opiniones, de los objetos y de los seres; entrenarse todavía en la
generosidad, en el la grandeza de espíritu, en el olvido de las ofensas;
entrenarse en la vigilancia, en un rigor que no es rigidez, en el control de
sí; liberarse de las falsas memorias sobreañadidas como tantas pantallas y
resistencias a las ondas de probabilidad; integrar a su ser, enriquecido con la
pérdida del yo, al Acto de creación
universal y hacerle devenir un
receptáculo del Conocimiento cósmico: tales son algunos de los puntos del
programa que conduce allí dónde se abole toda presencia de la esencia o de la existencia, reemplazada
por la fusión de la una y de la otra, - elemento simétrico a la ecuación
física: energía y materia son unas, y a la ecuación metafísica: dios y el
hombre son unos.-
El que renunció a si mismo sabe que descubriendo el Sí, es
en realidad el Sí que está en él que se descubre Él mismo. Conocer el Espíritu
es posible para el hombre sólo porque es Espíritu, como el ojo ve el sol sólo
porque es de la naturaleza del sol. Lo mismo que la "Tierra" de abajo
no está separado en absoluto de la Sobre-Esencia de arriba, lo mismo, lo que se
encuentra en lo más profundo del hombre
le permite realizar desde este mundo la " junción de los extremos ",
por tanto Dios mismo. Como Él, el hombre
puede planear sobre la superficie
Aguas... Las otras enseñanzas no tienen otro lenguaje. " El Reino de Dios
es de dentro de vosotros ", dice el Cristo 1. Al que hace eco el hadith.
" Quien conoce su alma conoce a su Señor ". El Hinduismo pone la
equivalencia Atmâ-Brahman: " esto es Atmâ; eres esto 2 ".El Budismo
considera Ia naturaleza original de todo
ser humano como la del Buda: el
dharmakâya, el " cuerpo del ser ", se refleja en el espíritu humano
como buddhi, " sabiduría iluminada”. Para el Taoísmo, Yang creativo, yin
receptivo se conjugan y se reúnen en el supremo Tao.
No soy "yo"
(ya que el "yo" no es) quien conoce a Dios, sino la divinidad
transpersonal (que constituye mi
esencia) quien se conoce ella misma en
mí por una recuperación intuitiva de la
Realidad, por el "intelecto" supramental, más allá de los diferentes
envolturas físicas y sutiles, de las determinaciones del espacio tiempo, de la
red de las contradictorias. En Ia Síntesis de los Yogas, Aurobindo escribe que
" conocemos lo Divino y devenimos
lo Divino porque Lo somos en nuestra naturaleza íntima ". El Maestro
Eckhart ya había dicho: " el fondo de Dios y el fondo del alma son sólo un
solo y único fondo "... El hombre no tiene que hacerse Dios ya que Lo es,
sino que Lo deviene deviniendo lo que él
es. Nada se produce en realidad: el pasaje de la ignorancia al
Conocimiento es, en última instancia, sólo una cláusula de estilo. El
retorno a lo Esencial no es
desplazamiento geográfico, ni incluso cambio de
1. Luc,
XVII, 21.
2.
Chândogya-upanishad, VI, 9, 4.
conciencia: es recuperación del estado eterno inherente al
ser humano; no adquisición de una más, sino desposesión, descarga,
aligeramiento, liberación de todo lo que no es. El "pasaje" al eterno Presente es instantáneo 1 • La
continuidad subyacente de lo divino a lo humano dispensa lo integración de
hacerse reintegración. El hombre es distinción porque es reflejo del Ser; es
identidad porque no es otro que Él. Pero sólo entre todos los
existentes, el hombre, debido a la posición central que es la suya, - y que
hizo decir con razón que la tierra, la estancia del hombre, ocupaba el centro
del mundo, - y en virtud de su teomorfismo, tiene la posibilidad de volver a
ser el Sí, de teomorfizarse. Hasta está allí uno de los porqués de su creación.
Dios, lo mismo, es capaz de antropomorfizarse para ponerse en marcha hacia el
hombre. " El Hijo de Dios se hizo a hombre para que el hombre se haga hijo
de Dios 2 ".
No se sabe ya aquí muy bien el cual de los dos es el más
loco, Dios que decide, en su " amor perdido por la criatura ", dice
Nicolas Cabasilas, de arrancarse a su beatitud y a su infinidad para casarse
con el sufrimiento intolerable de lo finito, o el hombre, emprendiendo la
increíble aventura de volver a ser lo absoluto que jamás dejó de ser, en un
" deseo de Dios semejante, dice Juan Damasceno, a la pasión del amante
para su bienamada ". Pero dos negaciones, - la de Dios renunciando a Él mismo, y la del hombre renunciando al
yo, - hacen una afirmación; una locura más una locura igualan una sabiduría que
es la Sabiduría: lugar del supremo reencuentro de la pobreza ontológica del
hombre que se despojó de todo, y del Todo que se revistió del hombre, en la
adhesión afirmativa y jubilatoria a esencial Realidad, en la sílaba
1. Es lo que quieren significar los ritos de paso y ciertos
mitos como lo de Simplégades, las cuales no dejaba a los buques más que un instante
para pasar sin hacerse moler.
2. Ireneo de Lyon, Contra las herejías, III, 10, 2. - la
fórmula será repetida por los Padres de la Iglesia, con variaciones sobre el
tema, que revelan la riqueza y la profundidad.
fundadora e imperecedera, el gran asentimiento cósmico, el
rugido angélico, la aclamación, - trueno silencioso, - del AMÎN eterno.
*
* *
Pero detengámonos en el atrio del misterio.
Manifestar por lo menos la curiosidad con respecto a la cosa
espiritual, experimentar el deseo de transformarse ya es signo de augurio
feliz. La respuesta de la divinidad al hombre permanece proporcionada al
esfuerzo del hombre, y también, a su capacidad
de recibir; pero a través de alegrías y penas, la búsqueda no cesa jamás
dejes de ser apasionante; hasta se revela la única cosa que lo sea verdaderamente sin cesar de serlo.
Descubriremos primero que todas las cuestiones que se planteaban tienen sus
respuestas; estaremos pasmados al descubrir
lo que ocultan textos sagrados a primera
vista insignificantes. A las fases de alegría sucederán " noches oscuras
", donde sería vano esperar un socorro, un milagro. Nos daremos
cuenta que las respuestas alimentan
otras cuestiones. Concebimos que antes de aspirar a las cumbres luminosas, hay
que descender en sí, aceptar su sombra como parte integrante de lo que se es,
adelantarse en sus propios infiernos, darse cuenta de estados inconscientes que
serán mantenidos en lo sucesivo en la conciencia. La aceptación de las sombras
personales, la toma a cargo de las represiones
instintivas, el sacrificio de las voliciones egóticas favorecen la emergencia de otra personalidad
que no tiene más que escasas relaciones con la precedente
de la que se ha desidentificado como de
una vieja piel, y que acabará posteriormente en la unión de los semejantes y en
la de los polos opuestos, en el " matrimonio sagrado ", diría la
alquimia, del Rey y de la Reina.
Durante esta largo evolución, el hombre despertado por el
descubrimiento de las enseñanzas
iniciáticas se encontrará más solo a medida que tenga más consciencia de la inconsistencia de todo lo
que no es lo esencial. Una sensibilidad más desarrollada dará más intensidad a las disputas y a los ruidos,
hará más notoria la grosería y el
egoísmo de los que no emprenden ningún trabajo sobre ellos, o los que incluso
no sospechan que tal trabajo pueda existir. Su género de preocupaciones se le
revelará desprovista de interés; la lectura de los periódicos o de los libros
distractivos, las conversaciones con antiguos amigos que no tomaron la misma marcha
le parecerán totalmente insípidas. De las reuniones, de los viajes, de los
entretenimientos, de las veladas donde todo el mundo habla de todo y de nada,
sin que nadie escuche a nadie, no sacará más que un fastidio monumental. Estimará a su justo valor las
ceremonias desprovistos de sentido, los discursos alborotadores, todo lo que
halaga el orgullo, la vanidad, la voluntad de poder ; medirá adecuadamente a los que no creen más que en lo ven, todo lo
que creen saber y lo que no saben, todo lo que creen amar y aman para ellos
mismos. Esto no será en absoluto desprecio por su parte: los desconcertará por
su desinterés y su disponibilidad, reconociendo sus culpas, no imponiéndose
jamás en ninguna parte, no proyectando su sombra sobre otro, no pidiendo más
que compartir lo que adquirió. No desea más que ayudar a sus hermanos por los
cuales llega a sentir compasión. Pero sabe que no se puede ayudar más que a los
que lo quieren o lo piden, cuando el momento está maduro, es decir cuando se
desborda la copa del sufrimiento... Pero
de este choque con un país que ahora es extraño para él, el alma sale
fortificada como la barra de metal incandescente sumergida en el agua: el
brutal enfriamiento mantiene la estructura adquirida en caliente. Matrimonio
forzado del fuego y del agua, el temple dirige la fabricación las mejores
espadas.
Cuando el espeleólogo de las cuevas celestes no abandona,
cuando muestra signos de coraje y de sinceridad, la Providencia comienza a
interesarse por él. Con las puestas en cuestión
y las reflexiones se adquiere otro modo de apreciación y de
ponderación de los seres, de las
circunstancias y de sí mismo. La vida se orienta y se colorea poco a poco de
otro modo, se enriquece, se densifica; las relaciones con exterior se
modifican; eclosionan coincidencias felices: tal libro que se presenta en un
momento de crisis, tal conocimiento con
un ser que sirve de guía o de intermediario, tal acontecimiento mayor en el
cual no se es para nada, pero que
constituye un punto de no-retorno. El orden de las prioridades, la
jerarquía de los valores se invirtieron
completamente. El investigador tiene el sentimiento de que una abertura
misteriosa está produciéndose. Se descubrirá compañeros de camino solicitados
por las mismas cuestiones, entregándose a experiencias similares, visitada por
las mismas certezas. Sueños asombrosos saldrán a la luz en su noche:
posiblemente, bajo el efecto de meditaciones prolongadas, visiones, que deberá
sobrepasar, y que procurarán contenerle de todas sus ventosas, de todos sus
espejismos...
Sabrá que las riquezas de dentro son aquellas que ninguna circunstancia contingente ni
ningún invasor jamás le quitarán. No se sentirá más concernido por las
adaptaciones y las traiciones clericales, el oportunismo de las facciones, el enfrentamiento
de las ideologías. Los cataclismos de los que es testigo sólo refuerzan su fe,
en la medida en que confirman el contenido de los textos sagrados que los
describen con milenarios por anticipado, incriminando a los que habrán
quebrantado el pacto con Cielo; sabe que estos cataclismos de toda orden son la
consecuencia normal del cinismo del hombre, de su infantilismo, de su ausencia
de memoria. Las perspectivas que dejan entrever
no le emocionan en absoluto, en tanto que simples reacciones concordantes. La relación que tiene ahora con
la fuerza que está en él y que sabe sobrepasarla lo sustrae de las angustias
vanas, de los vagabundeos de lo mental,
le hace leer en todo mal una descenso de
lo irracional en el mundo de la realidad, desarmando una razón ávida de
explicar todo, o la fuente escondida el bien ulterior.
Tal hombre, fuera de todo medio tradicional, pasará sin duda
por formar parte de los marginales, de los
"asociales", cuando se pretende que hay que adaptarse. ¿Pero
adaptarse a qué?... Es la cuestión que se olvida poner. - Adaptarse a las
opiniones mayoritarias, a la planificación de las palabras y de las ideas, a
todo lo que va en contra de lo humano,
obra a favor de un embotamiento vegetativo, no sabría ser aceptable a
los ojos del hombre en busca del despertar. Ciertamente, la sociedad no quiere
a los que le ayudan con valores demasiado directamente utilizables; se opone
por instinto a quienquiera no habla su lenguaje y qué siente como peligroso
para sus certezas inmediatas. Los que trabajan sobre ellos mismos le parecen
sospechosos, desertores; inspiran tanto más las ganas de atacarlos cuanto que
se sabe que no se defenderán apenas. La sociedad se venga de los que sean
diferentes, por todo tipo de artificios, a menudo primero inconscientes, para
hacerles expiar su amor a la soledad, su gusto de la individuación. También,
tales hombres tienen que hacerse notar lo menos posible; están a " jugar
el juego ", a saber soportar los incordios que les esperan, a menudo hasta, las persecuciones.
Y sin embargo, los que podrían alguna cosa para este mundo,
salvar lo que todavía puede serlo , son estos espíritus independientes y
liberados, estos "disidentes" que, más que de otros, se zambulleron
en las profundidades de la complejidad humana, se arriesgaron más adelante en
el más allá de lo humano, y que, de vuelta de sus exploraciones, no pueden ya
comulgar con las ruedas de molino de sistemas y esquemas que deciden todo en
lugar de cada uno, (¡incluida la
existencia o de la no existencia de Dios!) paradójicamente, sólo los que
parecían, en el fondo de un retiro tenaz, dar la espalda a la humanidad,
ocupados en su sola introspección, están mucho más que otros en comunión con
los hombres, con sus dificultades y sus penas. El margen que escogieron tomar
les da una recuperación más viva de los
problemas, una visión más ancha, y la calma necesaria para su resolución. Los
que permanecen lo más profundamente graves de lo que vislumbraron se revelarán los más risueños; los más
concentrados serán también los más calurosos; y a la hora de los gritos y las
lágrimas, los más contemplativos serán los más eficaces. Ésos sólo son la sal
de Ia tierra , que fertilizan de espíritu el mundo y constituyen el testimonio
silencioso de otra cosa; que saben que la sabiduría es Ia única clave que no se
enmohece, y que consiste en vivir la Eternidad en lo cotidiano.
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Acción,
Contemplación,
Devoción,
Jean Biès
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