Datos del pintor:
Balthazar Klossowski de Rola
Nace el29 de febrero de 1908, en París.
Es uno de los pocos autores vivos que ha expuesto sus cuadros en el museo del Louvre (París)
Formación autodidacta. Comenzó a pintar a los ocho años sin haber recibido ninguna formación artística.
"Balthus se sale del tiempo. Primero, porque siempre se ha situado por encima de escuelas pictóricas y luchas vanguardistas. Segundo porque, toda su vida pintó sobre el mismo tema: una realidad evanescente, poblada de chicas jóvenes extrañas y de claroscuros intensos. Y por último, porque su obra parece estar en relación permanente con un mundo espiritual, etéreo, que escapa totalmente a la sucesión y a la corrupción del tiempo presente.
Pregunta.- ¿Puede describir cómo es su propia percepción del tiempo?
Respuesta.- Desde que nací, mi relación con el tiempo ha sido siempre especial, entre otras cosas, porque nací un 29 de febrero. En general diría que, para un pintor, el tiempo es ante todo, luz. El tiempo que pasa es, sobre todo, la sucesión de las estaciones y la luz que cada una despliega. Así es como percibo el tiempo, como una sucesión de instantes, instantes de luz. De hecho, creo que, físicamente, el hombre depende de la luz.
P.- ¿Qué busca con su arte?
R.- Mi pintura es oración intento traducir la esencia divina de nuestra realidad. Pero también es llamamiento hacia otras realidades. Todos los días, antes de empezar a trabajar, rezo en mi taller. Es el único medio de salir de mí mismo. Salir de uno mismo y alcanzar una realidad superior: esa es la motivación profunda del que reza y del que pinta. El hombre está siempre a la búsqueda de lo divino o, al menos el hombre como yo lo entiendo. Los pintores de hoy intentan expresar su personalidad y, si realmente la tienen, yo sólo len daría el siguiente consejo: que la abandonen. El arte pasa por el abandono de uno mismo.
P.- ¿Qué piensa de nuestra época?
R.- Soy muy pesimista, creo que tenemos una nueva guerra entre manos. Toda la estupidez humana se refleja cuando hay un conflicto bélico. (...) En general la modernidad me horroriza vivimos en una época muy vulgar. Nunca el hombre había expresado tan claramente su estupidez original. Este estado de vacío del hombre está relacionado con lo que suele llamar "progreso", un progreso siempre desmentido por los acontecimientos.. ¿De qué progreso se trata? La verdad es que el hombre ha terminado por perderse a sí mismo, ha perdido, con una rapidez desconcertante, su sentido de la dignidad y todo lo que le convertía en hombre.
P.- ¿Qué piensa del arte contemporáneo?
R.- ¿El arte contemporáneo? No existe. Creo que es algo evidente y, por otra parte, tristísimo. Por vez primera en la Historia del Arte todo lo que el hombre tenía entre sus manos ha desparecido, sólo le queda el vacío. Malraux decía que solo le quedaba una débil esperanza para que el próximo siglo fuera religioso o no lo fuera.
P.- Esta situación caótica del arte contemporáneo ¿se corresponde precisamente con la del ser humano? ¿refleja el arte los problemas de la época que nos ha tocado vivir?
R.- El arte nunca pudo explicar su época. Los artistas nunca intentaron definir su tiempo por medio del arte. Los antiguos, los maestros clásicos, estaban fuera del tiempo: Piero de la Francesca, Poussin... El tiempo es, incontestablemente, uno de los materiales del arte, el tiempo de la elaboración, de la reflexión. Tenemos que borrar para recomenzar: es, sin duda el tiempo de la elaboración. Pero también hay otro espacio tiempo, el de las obras, que solo les pertenece a ellas. Un tiempo fuera del tiempo.
P.- ¿Sus obras se inscriben en ese tiempo de eternidad?
R.- No hablo de mi arte. Yo hago lo que puedo, más tarde se podrá juzgar lo que hice o dejé de hacer. Para mí, se trata de hacer, no de decir. Yo no creo nada, invento. Sólo Dios crea. Yo sólo soy un artesano. La pintura es un oficio, con sus técnicas y su saber hacer. Desgraciadamente, siempre nos falta experiencia. Es la necesidad de la búsqueda la que nos conduce; sin ella, no somos ni seremos, nada. ¿Por qué? Porque la sustancia que tenemos entre los dedos se evapora con regularidad y porque manejamos cosas que no existen.
P.- Suele usted decir que cuando termina una de sus obras se encuentra feliz, pero desesperado ¿A qué se debe esa desesperación?
R.- Porque nunca sabemos absolutamente nada. Paso varios años con cada una de mis telas, a veces, he llegado a trabajar hasta diez años en el mismo cuadro. Y, sin embargo, una vez terminada la obra, siento siempre una especie de decepción. Me da la sensación de que no hice lo que realmente quería hacer. (...)
P.- ¿Piensa en el día que no pinte más?
R.- A veces me siento oprimido por el tiempo, por ese tiempo que ya no me queda. Entonces intento salir del tiempo para conseguir algo, aun sabiendo que las cosas se evaporan cuando creíamos tenerlas entre las manos.
(...)"
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