lunes, 14 de noviembre de 2022

TRADICIÓN. (Jean-Mark Vivenza)

 

Diccionnnaire de René Guénon.

Jean-Mark Vivenza

Le Mercure Dauphinois . Grenoble 2002 Pp.493-496

TRADICIÓN.

La tradición, es por esencia de origen "supra-humano", esa es incluso muy exactamente su definición justa y nada d lo es tradicional puede ser calificado como tal sin la presencia de este elemento fundamental, vital y axial, que determina el carácter propio y auténtico.Es esta cuestión la que hace precisamente totalmente inválidos los juicios de los agentes conscientes o inconscientes de la "desviación moderna", incapaces en sus investigaciones de percibir y detectar la existencia de este elemento "supra-humano" en el seno de los dominios que estudian. En efecto, nada que es puramente humano puede ser considerado tradicional, es por lo que es falso, como muy  justamente dice René Guénon, hablar de una "tradición filosófica" o de una "tradición científica", como se hace habitualmente en nuestros porque solo pueden llamarse "tradicionales" sólo puede decirse de aquellas formas herederas de una sucesión ininterrumpida, de una cadena de transmisión (que en hebreo tiene por nombre shelshelekt, en árabe silsilah,y en sánscrito parampard), cadena que garantiza la realidad y la permanencia del "elemento vital", es decir de origen no humano, en el interior de una tradición particular.

Ciertamente, la Tradición se expresa en diversas modalidades que responden a las  necesidades del tiempo  la época y del medio, que son la ocasión de múltiples y necesarias adaptaciones que pueden adoptar diferentes formas, pero estas formas son siempre e invariablemente potadoras de este íntimo vínculo orgánico, de este enlace a una fuente "no humana" que testimonia su autenticidad. Como se ve, el criterio central y, podríamos decir, el único de juicio a propósito de la autenticidad de una forma, de la validez de una enseñanza , o las calificaciones declaradas de los maestros, como la legitimidad de las prácticas rituales ejecutadas, se trata de la presencia efectiva, tangible y cierta de una conexión con una fundamento "supra-humano".  Así, si examinamos esta cuestión un instante, percibimos claramente que, en el plano exotérico, las religiones poseen todas, en todos los casos para las que son portadoras de una real base intemporal todos ellos, un origen "humano" que les confiere una autoridad incuestionable que les permite transmitir una " influencia espiritual. Y es exactamente la misma manera para las corrientes esotéricas, que obedecen a la mismas e idénticas reglas concernientes a las formas de transmisión, y deben obligatoriamente estar vinculadas a una fuente igualmente también "no-humana". Nada puede sustraerse a este imperativo categórico que se impone a todas las tradiciones particulares, exotéricas o esotéricas, como criterio por excelencia de su autenticidad, no puede haber absolutamente en este punto ninguna derogación extraordinario o excepción especial. Estamos aquí en el dominio de las verdades objetivas, lo que evidentemente significa que "el intermedio' es imposible. Por lo tanto, o bien la respuesta a la cuestión es afirmativa, por lo tanto autoriza el reconocimiento del carácter tradicional de la corriente espiritual examinada, o es negativa, en cuyo caso estamos en presencia de una "pseudo-tradición" que no puede beneficiarse de ningún reconocimiento de cualquier orden que sea desde un punto de vista tradicional, y, por lo tanto, debe ser considerado, como desprovistos de todo interés espiritual verdadero. Otro aspecto, y no de los menores, surge de esta observación a propósito del carácter objetivo de las verdades trascendentales, es que la vinculación al dominio 'supra-humano', si constituye la base que permite afirmar que estamos en presencia de una tradición auténtica, nos lleva a reconocer inevitablemente que existe, bien entendido que a este nivel superior, es decir al nivel más interior, una real “unidad trascendente de todas las formas tradicionales”. Unidad que es una evidencia en la medida en que esta fuente “no-humana”, a la cual están vinculadas todas las tradiciones, es absolutamente idéntica, indivisible y única para el conjunto de las formas consideradas. No dividiéndose el Principio y, siendo por esencia Absoluto, “el Uno” sin comienzo y sin segundo, la Tradición a su vez es única y no puede más que tener finalmente, en todas las latitudes y continentes, y a pesar de las divergencias circunstanciales dependientes de condiciones humanas, el mismo discurso y enseñar la misma doctrina,

Todas provienen de un origen similar, incluso si las necesidades de la historia obligaron a particularizaciones indispensables hechas inevitables por las contingencias relativas a las mentalidades de los pueblos y de los diferentes periodos históricos, las formas tradicionales no son en realidad más que un solo cuerpo espiritual y doctrinal, por paradójico que esto puda parecer por otra parte para una mirada no avisada y puramente exterior.

Parece evidente, de la lectura de lo que acaba de ser subrayado, que “vinculación”, “transmisión” y “unidad” constituyen los polos comunes a todas as tradiciones particulares, y que ellas son incluso precisamente constitutivas de la Tradición en tanto que tal. Esto nos lleva naturalmente a comprender que la Tradición, por su dependencia del Principio, es de naturaleza transcendente en cuanto a su origen y universal por su contenido, y que esta naturaleza no puede ser objeto de una adquisición posterior sino que es dada a título plenario y entero; transmitida originalmente a las tradiciones auténticas. Este enlace con la transcendencia, hace de estas formas tradicionales verdaderas, de estas solamente, los instrumentos privilegiados e intemporales de la conservación del depósito “supra-humano”, los fieles e incansables obreros de la transmisión de las verdades principiales esenciales y eternas.

 (Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes, IΙ° parte, cap. II, Los principios de la unidad de las civilizaciones, ¿Qué debe entenderse por tradición?", "Tradición y religión". El reino de la cantidad y los signos de los tiempos, cap. XXXI, "Tradición y tradicionalismo", cap.XXXI Tradición y tradicionalismo", cap. XXXVIII, "De la antitradición a la contra la tradición". Perspectivas sobre la iniciación, cap. VIII, "Sobre la transmisión iniciática", cap. IX, "Tradición y transmisión", cap. XLV, "De l'infalibilité traditionnelle". Iniciación y realización espiritual, ch. IV, "La costumbre frente a la tradición" cap. XVII, "Doctrina y método" cap. XXΙΙΙ, "Trabajo iniciático  colectivo y la "presencia" espiritual. Símbolos de la Ciencia Sagrada, cap. V, "La tradición y el inconsciente", cap. VI,"La ciencia de las letras", cap. X, "La triple enceinte druidique ", cap. XI, "Los guardianes de Tierra Santa". Estudios sobre la masonería y la Compañonería, t. II, "Palabra perdida y palabras sustituidas", "La ortodoxia masónica. Formas tradicionales y Ciclos Cósmicos,"Atlántida e Hiperbórea", "El lugar de la tradición atlante en el Manvatara", "Cábala y ciencia de números". Apreciaciones sobre el esoterismo islámico y el taoísmo, cap. I, "El esoterismo islámico ", cap. X, "Taoísmo y confucianismo".Mélanges, III Parte III, cap. VI, "La gnosis y las escuelas espiritualistas").

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