Diccionnnaire de René
Guénon.
Jean-Mark Vivenza
Le Mercure Dauphinois . Grenoble 2002 Pp.493-496
TRADICIÓN.
La tradición, es por esencia de origen "supra-humano",
esa es incluso muy exactamente su definición justa y nada d lo es tradicional puede
ser calificado como tal sin la presencia de este elemento fundamental, vital y
axial, que determina el carácter propio y auténtico.Es esta cuestión la que hace
precisamente totalmente inválidos los juicios de los agentes conscientes o inconscientes
de la "desviación moderna", incapaces en sus investigaciones de
percibir y detectar la existencia de este elemento "supra-humano" en
el seno de los dominios que estudian. En efecto, nada que es puramente humano
puede ser considerado tradicional, es por lo que es falso, como muy justamente dice René Guénon, hablar de una
"tradición filosófica" o de una "tradición científica",
como se hace habitualmente en nuestros porque solo pueden llamarse
"tradicionales" sólo puede decirse de aquellas formas herederas de
una sucesión ininterrumpida, de una cadena de transmisión (que en hebreo tiene
por nombre shelshelekt, en árabe silsilah,y en sánscrito parampard), cadena que garantiza la
realidad y la permanencia del "elemento vital", es decir de origen no
humano, en el interior de una tradición particular.
Ciertamente, la Tradición se expresa en diversas modalidades
que responden a las necesidades del
tiempo la época y del medio, que son la
ocasión de múltiples y necesarias adaptaciones que pueden adoptar diferentes
formas, pero estas formas son siempre e invariablemente potadoras de este
íntimo vínculo orgánico, de este enlace a una fuente "no humana" que testimonia
su autenticidad. Como se ve, el criterio central y, podríamos decir, el único
de juicio a propósito de la autenticidad de una forma, de la validez de una
enseñanza , o las calificaciones declaradas de los maestros, como la
legitimidad de las prácticas rituales ejecutadas, se trata de la presencia
efectiva, tangible y cierta de una conexión con una fundamento "supra-humano".
Así, si examinamos esta cuestión un
instante, percibimos claramente que, en el plano exotérico, las religiones poseen
todas, en todos los casos para las que son portadoras de una real base
intemporal todos ellos, un origen "humano" que les confiere una
autoridad incuestionable que les permite transmitir una " influencia espiritual.
Y es exactamente la misma manera para las corrientes esotéricas, que obedecen a
la mismas e idénticas reglas concernientes a las formas de transmisión, y deben
obligatoriamente estar vinculadas a una fuente igualmente también "no-humana".
Nada puede sustraerse a este imperativo categórico que se impone a todas las
tradiciones particulares, exotéricas o esotéricas, como criterio por excelencia
de su autenticidad, no puede haber absolutamente en este punto ninguna derogación
extraordinario o excepción especial. Estamos aquí en el dominio de las verdades
objetivas, lo que evidentemente significa que "el intermedio' es
imposible. Por lo tanto, o bien la respuesta a la cuestión es afirmativa, por
lo tanto autoriza el reconocimiento del carácter tradicional de la corriente
espiritual examinada, o es negativa, en cuyo caso estamos en presencia de una
"pseudo-tradición" que no puede beneficiarse de ningún reconocimiento
de cualquier orden que sea desde un punto de vista tradicional, y, por lo
tanto, debe ser considerado, como desprovistos de todo interés espiritual verdadero.
Otro aspecto, y no de los menores, surge de esta observación a propósito del
carácter objetivo de las verdades trascendentales, es que la vinculación al
dominio 'supra-humano', si constituye la base que permite afirmar que estamos
en presencia de una tradición auténtica, nos lleva a reconocer inevitablemente
que existe, bien entendido que a este nivel superior, es decir al nivel más interior,
una real “unidad trascendente de todas las formas tradicionales”. Unidad que es
una evidencia en la medida en que esta fuente “no-humana”, a la cual están
vinculadas todas las tradiciones, es absolutamente idéntica, indivisible y
única para el conjunto de las formas consideradas. No dividiéndose el Principio
y, siendo por esencia Absoluto, “el Uno” sin comienzo y sin segundo, la
Tradición a su vez es única y no puede más que tener finalmente, en todas las
latitudes y continentes, y a pesar de las divergencias circunstanciales
dependientes de condiciones humanas, el mismo discurso y enseñar la misma
doctrina,
Todas provienen de un origen similar, incluso si las
necesidades de la historia obligaron a particularizaciones indispensables
hechas inevitables por las contingencias relativas a las mentalidades de los
pueblos y de los diferentes periodos históricos, las formas tradicionales no
son en realidad más que un solo cuerpo espiritual y doctrinal, por paradójico
que esto puda parecer por otra parte para una mirada no avisada y puramente
exterior.
Parece evidente, de la lectura de lo que acaba de ser
subrayado, que “vinculación”, “transmisión” y “unidad” constituyen los polos
comunes a todas as tradiciones particulares, y que ellas son incluso
precisamente constitutivas de la Tradición en tanto que tal. Esto nos lleva naturalmente
a comprender que la Tradición, por su dependencia del Principio, es de
naturaleza transcendente en cuanto a su origen y universal por su contenido, y
que esta naturaleza no puede ser objeto de una adquisición posterior sino que
es dada a título plenario y entero; transmitida originalmente a las tradiciones
auténticas. Este enlace con la transcendencia, hace de estas formas
tradicionales verdaderas, de estas solamente, los instrumentos privilegiados e
intemporales de la conservación del depósito “supra-humano”, los fieles e
incansables obreros de la transmisión de las verdades principiales esenciales y
eternas.
(Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes, IΙ°
parte, cap. II, Los principios de la unidad de las civilizaciones, ¿Qué debe
entenderse por tradición?", "Tradición y religión". El reino de la cantidad y los signos de los
tiempos, cap. XXXI, "Tradición y tradicionalismo", cap.XXXI Tradición
y tradicionalismo", cap. XXXVIII, "De la antitradición a la contra la
tradición". Perspectivas sobre la iniciación,
cap. VIII, "Sobre la transmisión iniciática", cap. IX,
"Tradición y transmisión", cap. XLV, "De l'infalibilité
traditionnelle". Iniciación y
realización espiritual, ch. IV, "La costumbre frente a la tradición"
cap. XVII, "Doctrina y método" cap. XXΙΙΙ, "Trabajo iniciático colectivo y la "presencia"
espiritual. Símbolos de la Ciencia
Sagrada, cap. V, "La tradición y el inconsciente", cap. VI,"La
ciencia de las letras", cap. X, "La triple enceinte druidique ",
cap. XI, "Los guardianes de Tierra Santa". Estudios sobre la
masonería y la Compañonería, t. II, "Palabra perdida y palabras
sustituidas", "La ortodoxia masónica. Formas tradicionales y Ciclos Cósmicos,"Atlántida e
Hiperbórea", "El lugar de la tradición atlante en el Manvatara",
"Cábala y ciencia de números". Apreciaciones
sobre el esoterismo islámico y el taoísmo, cap. I, "El esoterismo
islámico ", cap. X, "Taoísmo y confucianismo".Mélanges, III Parte III, cap. VI,
"La gnosis y las escuelas espiritualistas").
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