El problema de la defensa propia y la
guerra no solo la ha planteado el cristianismo, aunque el término "guerra
justa" solo se ha tratado dentro del cristianismo. Otras tradiciones han
tratado sobre este asunto, entre ellas el budismo. Es cierto que han existido
posturas de pacifismo radical dentro del budismo -v.g. Thich Nhat Hanh- tan
ingenuas como insostenibles.Esta actitud no sólo es simplista, sino también
hipócrita: ellos confían tácitamente en todo tipo de violencias de estado
(ejércitos, policía, cárceles) para proteger a sus personas queridas y sus
posesiones, y seguro no se someterían pasivamente a muchas de las condiciones
contra las que reprochan a otros rebelarse. El pacifismo acaba siendo en la
práctica más tolerante con el orden dominante que con sus oponentes. Los mismos
organizadores que rechazan a cualquier participante que pueda echar a perder la
pureza de sus manifestaciones no violentas se jactan a menudo de haber
desarrollado acuerdos amistosos con la policía. No resulta extraño que los disidentes
que han tenido experiencias diferentes con la policía no estén demasiado
impresionados con esta suerte de “perspectiva budista”.
El Budismo y la Guerra
¿Qué dicen los
Sutras sobre la Guerra?
El Budismo
muchas veces es mostrado como una religión totalmente pacifista, y en gran
medida esto es cierto. Pero no se puede confundir el pacifismo con la inacción.
Una cosa es abogar, promover y trabajar por la paz, y otra cosa es no tomar
acción cuando claramente, la acción -aún cuando está lejos de ser pacífica- es
el único recurso que queda.
Para los
budistas, la guerra es "akusala" - inhábil, negativa. El Budismo se
ha visto envuelto en guerras. ¿Acaso la guerra siempre es mala? ¿Existe tal
cosa como una teoría de "guerra justa" en el Budismo?
Son pocos los
Sutras que tratan sobre temas políticos. Existen dos o tres Suttas pali del
Canon Theravada, pero el Canon Mahayana incluye varios episodios que tratan
sobre la política: el Sutra de la Luz Dorada muestra el comportamiento ideal de
un gobernante, y cómo las deidades protegen al gobernante que gobierna de
acuerdo con el Dharma; igualmente este tema es tratado en el Sutra de los Reyes
Benevolentes. Pero el Sutrs que entra de lleno en este tema es el Arya
Satyakaparivarta.
El
Arya-Bodhisattva-gocara-upayaisaya-vikurvana-nirdesa-nama-mahayana-sutra - el
Sutra Arya Satyakaparivarta para abreviar --que se traduce como "La
Revelación de las Actividades Transformacionales del Bodhisattva" es un
budista Mahayana Sutra escrito algún tiempo en el siglo quinto EC, o
posiblemente antes. Pero este Sutra no se encuentra en el Canon Chino -por eso
nunca se tocó el mismo en Japón- y parece ser canónico sólo dentro del Budismo
Tibetano.
Este Sutra no
se encuentra en la misma clase que los grandes Sutras Mahayana - el Sutra del
Loto, el Sutra del Corazón, el Sutra del Diamante, el Sutra de la Guirnalda de
Flores, el Sutra de Vimalakirti, etc. - la mayoría de las cuales datan del
siglo segundo de la EC.
En resumen,
este Sutra habla sobre un personaje llamado Satyavaca, quien es llamado también
como Aggivessana, haciendo referencia a su clan o familia. Satyavaca había
estado discutiendo que los Skandhas son el "yo", y el Buda enseñó que
los Skandhas no son lo que llamamos un "yo". Así, Satyavaca y Buda
debaten sobre este punto. En el Sutra el Buda le preguntó:
"¿Un
consagrado y noble rey guerrero - como el rey Pasenadi de Kosala o King
Ajātasattu Vedehiputta de Magadha - ejercen el poder en su propio dominio para
ejecutar a los que merecen la ejecución, para multar a los que merecen ser
multados, y para desterrar a los que merecen ser desterrados? "
Satyavaca dijo
que por supuesto, un rey tiene ese poder. Entonces el Buda dijo: "¿Qué
piensa usted, Aggivessana, cuando dices: 'La forma es mi yo,' ¿de verdad ejerce
el poder sobre esa forma?". El punto del Buda es que los Skandhas no son
el yo, ya que no están sujetos al dominio de uno. Lo que no se puede poner bajo
un completo dominio o control, no puede ser identificado como "mi
yo".
En este punto,
Satyavaca se dió cuenta de que había perdido el argumento, y se negó a
responder. Cuando se negó a responder una tercera vez, un espíritu llamado
Vajrapani apareció y le dijo a Satyavaca que si él no respondía a la pregunta,
su cabeza sería cortada en siete pedazos. Con esto, Satyavaca tomó refugio en
el Buda y aceptó sus enseñanzas.
Tenga en cuenta
que cuando el espíritu dice que le cortará la cabeza en siete pedazos no se
refiere a la muerte; en los textos antiguos, por lo general, esto se refiere a
algún tipo de crisis mental. El espíritu Vajrapani eventualmente pasó a ser uno
de los primeros Bodhisattvas trascendentes emblemáticos del Budismo Mahayana, y
en el Budismo Tibetano es también un Dharmapala, o Protector del Dharma.
Entonces, ¿qué
dice el
Arya-Bodhisattva-gocara-upayaisaya-vikurvana-nirdesa-nama-mahayana-sutra sobre
la guerra?
Este Sutra es
controversial ya que hay ciertos pasajes que hacen referencia a la tortura. En
el Sutra, un sabio llamado Satyavadin, informa que un rey debe castigar a la
gente de una manera benevolente, y se explica de esta manera:
"Cuando un
gobernante debe de infligir un castigo [a los impíos], no puede dejarse llevar
por meras calumnias, entonces, concentrándose en el amor y la compasión, y sin
recurrir a matar, dañar los órganos de los sentidos, o cortar las extremidades.
El debe de estar alerta, y al regañarlos, ya sea al reprenderlos, o golpearlos,
o la confiscar sus bienes, o al exiliárlos del estado, atarlos o encarcelarlos,
un gobernante debe de ser firme, pero no debe de ser injusto o cometer actos en
contra de la vida o las facultades de los mismos".
Ahora en el
siglo 21, no catalogamos el atar a la gente y golpearlos como
"tortura", pero no estoy seguro de que la gente que vivía cuando este
Sutra fue escrito lo hubiera visto de la misma manera. Hoy hemos visto la
amplia gama de elementos y métodos de tortura que existen, pero en ese tiempo,
la "tortura consistía en golpear o atar a una persona. Pero eso es lo más
cercano a la "tortura" descrito en el Sutra.
Y luego, si el
individuo castigado enmienda sus actos y se comporta de forma responsable, el
rey obtiene mérito. El castigo en sí no es lo que gana el mérito.
En cuanto a la
guerra, el Sutra niega explícitamente cualquier mérito obtenido a partir de las
guerras de conquista o agresión. Un gobernante puede usar las armas para
defender a su reino y proteger a su pueblo, pero sólo podrá utilizar la fuerza
necesaria para expulsar a los invasores. Una vez que son expulsados, no debe
tratar de castigar a los invasores, sino que debe de tratar de hacer las paces
con ellos. Aún mejor, se debe hacer lo que se pueda para evitar la guerra en
primer lugar, intentando solucionar los conflictos o de hacer alianzas con otros
reinos para que un rey extranjero agresivo lo piense dos veces antes de iniciar
una guerra.
Si otra nación
invade el reino, se aconseja que el rey despliegue sus fuerzas de una manera
ventajosa para asegurar la victoria. Se aconseja evitar el herir o matar a los
invasores si es posible, aunque se reconoce que esto es muy difícil.
Pero si el rey
ha hecho sinceramente todo lo que pudo para evitar la guerra, y si la defensa
propia se lleva a cabo de manera que no hay castigo o venganza posterior sobre
los invasores, y si el rey "se compromete a ejecutar medidas para la
protección de las personas y para el bien de su familia, esposa e hijos, sin
preocuparse por sí mismo o su propiedad y posesiones, en gran medida va a
aumentar su mérito inconmensurablemente".
No es la guerra
lo que hace que uno gane mérito, sino el defender un reino haciendo el menor
daño posible - incluyendo el daño a los invasores - lo que genera mérito.
La sección de
la guerra es sólo una pequeña parte de la Aria-bodhisattva-gocara-upayaisaya-vikurvana-nirdesa-nama-mahayana-sutra.
Otros capítulos cubren las seis perfecciones, el concepto de upaya o los medios
hábiles, entre otras cosas. Existe una traducción hecha al inglés por Lozang
Jamspal, que es muy clara y legible y merece ser leída.
* * *
Son pocas las
veces en las que un país verdaderamente budista se va a la guerra con otro
país. Cabe mencionar el ejemplo del Rey Ashoka: quien una vez fué un rey con
ansias de expansión por medio de la guerra y la aniquilación -se dice que
literalmente corrían ríos de sangre. Una vez el Rey Ashoka se convirtió al
Budismo, dejó a un lado todo deseo de expandir, remuneró a los ciudadanos de
los países invadidos, instituyó el Budismo como religión oficial de su reino y
promovió el vegetarianismo y la diversidad cultural y religiosa, convirtiéndose
en el ejemplo mismo de un gobernante benevolente.
Otro ejemplo es
la existencia del Templo Shaolín y su historia. Los monjes shaolín han ayudado
a su gobierno muchas veces a mantener la paz y han ayudado en la formación de
varias dinastías, en otras, han peleado contra el gobierno para salvar la
seguridad de los campesinos y ciudadanos. El Templo Shaolín cuenta con miles de
los mejores guerreros entrenados que existen hoy día.
Esto contrasta
gravemente con la historia del Budismo en Japón. En el medioevo japonés feudal,
las rivalidades familiares y políticas que caracterizaron la época tuvieron su
impacto en los principales centros de enseñanza budista, y los monasterios
tuvieron que instituír su propia clase de guerreros, quienes luego formaron un
ejército de monjes guerreros - los Sohei. Los Sohei fueron usados
posteriormente para liderar guerras religiosas budistas, en un intento por
parte de las escuelas budistas del momento mantener su hegemonía religiosa
sobre el país. El Monte Hiei contaba con los monjes guerreros más capaces.
Existe un dicho común en el Budismo Tendai de la época que decía: "Existen
tres cosas contras las que uno no puede combatir: el tiempo, el clima, y los
sohei de Hiei".
Los vínculos
entre el Budismo Zen y la cultura samurai fueron en parte responsables de la
colusión impactante del Zen y el militarismo japonés en los años 1930 y 1940.
Las instituciones Zen no sólo apoyaron la agresión militar japonesa, sino que
recaudaron dinero para la fabricación de aviones de guerra y armas.
El Budismo
constantemente nos desafía a mirar más allá de nuestra dicotomía cotidiana. A
veces, los budistas han tenido que luchar para defender a sus naciones, hogares
y familias. Esto no es "malo". Sin embargo, incluso en estas
circunstancias, el albergar odio por los enemigos sigue siendo un veneno. Y
cualquier acto de guerra que siembra las semillas de un futuro mal karma sigue
siendo akusala.
La moral
budista se basa en principios, no reglas. Nuestros principios son expresados
en los Preceptos y los Cuatro Inconmensurables - bondad, compasión, alegría
altruista y ecuanimidad. Nuestros principios son también la bondad, la
compasión, la misericordia y la tolerancia. Pero la violencia existe, y esto es
un hecho humano, del cual no podemos escapar. Hay veces donde matando a uno,
salvamos a miles. Esto también es parte del rol del Boddhisattva.
Esto es algo
relevante en el mundo en el que vivimos hoy día, y sigue siendo un tema taboo
en el Budismo Occidental, pero es uno que debemos de tocar, pues es algo que
nos pertiene a todos.
El Budismo nos
muestra el camino para liderar a una sociedad por el camino del bien, pero
también provee consejos para actuar correctamente en tiempos de guerra.
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