DE SALUD Y ALREDEDORES
Bienestar
Ignacio L. Balboa
Médico
El Correo gallego 25 julio 2011
¿SABÍAN USTEDES que la crisis económica de los años 90 del siglo pasado, es decir del siglo XX, provocó una auténtica revolución en la manera de gestionar el Estado del bienestar en algún país europeo para evitar su quiebra y asegurar su sostenibilidad?
Les cuento: un país donde, en cinco años, el déficit superó el 10%, el paro se multiplicó por seis pasando del 2% al 12%, y el gasto público alcanzó el 75% del PIB. Y siendo uno de los estados más ricos, con nivel de vida más alto y con unos servicios sociales -sanidad, educación y dependencia, fundamentalmente- envidiados y puestos como ejemplo, el riesgo de quiebra del sistema exige la adopción de medidas drásticas... y se adoptan.
Lo que sigue es historia, que no ficción... El Gobierno de marras decide contar con la iniciativa privada a la hora de gestionar la prestación de los ya mencionados servicios, porque considera que la responsabilidad debe ser pública, pero la gestión es una cuestión técnica y de eficiencia en la aplicación de los recursos; por tanto, el Estado garantiza y controla la calidad de la prestación y que gestione quien mejor lo sepa hace. Y así, se pasa del monopolio a la competencia entre proveedores, de la asignación administrativa a la libre elección por parte del ciudadano y se permite la libertad de establecimiento de proveedores en atención primaria y la licitación en especializada y hospitalaria.
Para que el ciudadano pueda elegir libremente, se pone en marcha un sistema transparente de información de resultados clínicos y de calidad, y estos deciden quién quieren que trate su mal y a quién debe pagar el Estado por su atención. Lo cual significa que los mejores profesionales atienden a más pacientes y ganan por ende más dinero que los haraganes o peores científicos... ¡que de todo hay en la viña del señor! Porque lo cierto es que los pacientes pagan por medio de unos "vales o bonos del bienestar"... ¡que son iguales para todos y nadie puede cobrar más por el mismo servicio!
Copago: 15 € por visita en atención primaria y de 25 a 40 € en especializada u hospitalaria -si no requiere ingreso, claro- para luchar contra la demanda innecesaria y el mal uso y abuso insolidario de los recursos públicos pagados por todos los conciudadanos. Genéricos: el 60% de las prescripciones son de medicamentos sin marca.
¿Les suena de algo lo que les he contado? Pues no se trata de Italia, no; les hablo de Suecia, que dicen que es el país más socialista de Europa. ¿Vamos poniendo las barbas a remojar...?
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