domingo, 28 de septiembre de 2008

FUTURO IMPERFECTO 2:La convergencia de catástrofes .Guillaume Corvus

FUTURO IMPERFECTO 2 .Continuación

La convergencia de catástrofes .Guillaume Corvus


Por primera vez en su historia, la humanidad está amenazada por una convergencia de catástrofes.Una serie de "líneas dramatúrgicas" se acercan y convergen como afluentes fluviales, con una perfecta concomitancia (entre 2010 y 2020) hacia un punto de ruptura y cambio en el caos. De este caos - que será extremadamente doloroso a escala mundial - puede surgir un nuevo orden basado en una visión del mundo, el arqueofuturismo, previsto como una concepción del mundo después de la catástrofe.
Resumamos brevemente la naturaleza estas de líneas de catástrofes

1 °) La primera es la cancerización del tejido social europeo. La colonización de asentamiento del hemisferio Norte por los pueblos del Sur, cada vez más importante a pesar de las observaciones tranquilizando medios de comunicación, está llena de situaciones explosivas, sobre todo asociadas al hundimiento de las Iglesias en Europa, vuelta a tierra de conquista para el Islam; fracaso de la sociedad multirracial, cada vez más multirracista y neotribal; la progresiva metamorfosis etnoantropológica de Europa, verdadero cataclismo histórico; la vuelta del pauperismo a Occidente y a Oriente; la progresión lenta, pero constante de la criminalidad y el consumo de estupefacientes; el desmoronamiento continuo de las estructuras familiares; la decadencia del marco educativo y de la calidad de los programas escolares; el agarrotamiento de la transmisión de los conocimientos culturales y disciplinas sociales (barbarización y descompetencia); la desaparición de la cultura popular en favor de una degradación de las masas pasivizadas por el electroaudiovisual (Guy Debord se suicidó porque había visto demasiado exactamente en su Sociedad del Espectáculo, redactado en 1967); la decadencia continua de los tejidos urbanos o comunitarios en favor de zonas periféricas borrosas sin legibilidad ni coherencia, ni legalidad, ni seguridad; la instalación, en Francia particularmente, de una situación endémica de motines urbanos – un Mayo que se arrastra en más grave -; la desaparición de toda autoridad civil en los países de la antigua URSS presa de la decadencia económica. Todo eso se desarrolla en el momento en que los Estados-nación ven declinar su autoridad soberana, sin llegar frenar pauperismo, paro, criminalidad, inmigración clandestina, potencia ascendente de las mafias y corrupción de las clases políticas; y en el momento en que las élites creativas y productivas, están tentadas por el gran viaje americano. Una sociedad cada vez más egoísta y salvaje, en curso de primitivismo, paradójicamente disimulada y compensada con el discurso de la "única moral", angélica y pseudohumanista, he ahí lo que se observa cada vez más, año tras año, hasta el punto de ruptura.

2°) Pero estos factores de ruptura social en Europa empeorarán por la crisis económico -demográfica que no hará más que empeorar. Desde 2010, el número de activos será insuficiente para financiar a los pensionistas de "baby-boom". Europa crujirá bajo el peso de los ancianos; ahora bien, los países que envejecen ven su economía retrasada y en desventaja por la financiación de los gastos de salud y las jubilaciones de ciudadanos improductivos; además, el envejecimiento deseca el dinamismo tecno -económico. La ideología igualitaria de la (vieja) modernidad ha impedido de poner remedio a esta situación, a causa de dos dogmas: en primer lugar el antinatalismo (este etno-masoquismo) que censuró las tentativas de rectificación voluntarista de la natalidad; a continuación la negativa igualitarista a pasar del sistema de seguridad social de distribución al sistema de capitalización (fondo de pensión). Resumidamente, no hemos visto nada todavía. El paro y el empobrecimiento empeorarán, mientras que una clase minoritaria, conectada en los mercados mundiales, apoyada por la clase de los funcionarios y asalariados protegidos, prosperará. El horror económico está en cita. El igualitarismo, por efecto perverso, probando por ahí que es lo contrario de la justicia en el sentido platónico, fabrica sociedades de opresión socioeconómica.' El Estado providencia socialdemócrata, fundado sobre el mito del Progreso, se hundirá también seguramente, pero en un mayor fracaso que el sistema comunista. Europa está en curso de tercer-mundialización. La crisis está ante nosotros, o más bien la ruptura de los cerrojos del edificio socioeconómico que celebra la civilización.
América, inmenso continente dedicado a las migraciones pioneras y acostumbrado una cultura brutal y un sistema conflictual de guetos étnicos y económicos, parece menos vulnerable que Europa. Ella puede encajar una ruptura de equilibrio. Por lo menos en cuanto a la estabilidad social, ya que no escapará un posible maelström general.

3°) Tercera línea dramatúrgica de catástrofe de la modernidad: el caos del Sur. Al industrializarse contra sus culturas tradicionales, los países del Sur, a pesar de un crecimiento engañoso y frágil, han creado en ellos un caos social que va empeorándose. Los recientes acontecimientos de Indonesia son una premonición. El hombre de negocios franco-inglés Jimmy Goldsmith, renegando con perspicacia de su familia de pensamiento, lo había analizado perfectamente: aparición de metrópolis-seta gigantescas (Lagos, México, Río, Calcuta, Kuala-Lampur...) que se convierten en selvas infernales; coexistencia de un pauperismo que participa de la esclavitud con ricos e insolentes burgueses autoritarios y minoritarios apoyados por "ejércitos de policía" destinados a la represión interior; destrucción acelerada del medio ambiente; subida de los fanatismos socio-religioso, etc. Los países del Sur son pudrideros. Los recientes genocidios del África central, la subida en la India, Malasia, Indonesia, México, etc, de conflictos civiles violentos (apoyados o no en el extremismo religioso y a menudo atizado por los Estados Unidos) solo constituyen la prueba de un futuro oscuro. La ideología igualitaria disimula esta realidad congratulándose por el "progreso de la democracia" en los países del Sur. Discurso engañoso, ya que se trata de simulacros de democracias. Y luego, ¿es que la "democracia" del modelo heleno europeo, por efecto perverso (la hétérotelia de Monnerot), por incompatibilidad mental, no es pesada en consecuencias de tragedias si se lo aplica por la fuerza a las culturas del Sur? Resumidamente, el trasplante del modelo socioeconómico occidental en los países del Sur resulta explosivo.

4°)Cuarta línea de catástrofe, recientemente explicada por Jacques Attali: la amenaza de una crisis financiera mundial, que sería mucho más grave que la de los años treinta y encadenaría una recesión general. La caída de las bolsas y monedas este- asiáticas, como la recesión que afecta esta región, sería la señal precursora. Esta crisis financiera tendría dos causas: a) Demasiados países se endeudan con relación a las capacidades crediticias bancarias mundiales; y no solamente los países pobres. El servicio de la deuda de las naciones europeas es preocupante. b) La economía mundial se basa cada vez más en la especulación y la lógica de los flujos de colocaciones rentables (bolsas, sociedades fiduciarias, fondos de pensiones internacionales, etc.); este predominio del monetarismo especulativo sobre la producción hace correr el riesgo de un "pánico general" en caso de hundimiento de los cursos en un sector: si los especuladores internacionales retiran sus haberes, la economía mundial se encontraría "deshidratada", con inversiones en caída libre, a causa del hundimiento del mercado de capitales donde las empresas industriales y los Estados piden prestados. Consecuencia: una recesión global y brutal, desastrosa para una civilización que se basa enteramente en el empleo económico.

5°) Quinta línea de catástrofe: la subida de los fanatismos integristas religiosos, principalmente del Islam, pero no solamente, puesto que se incluyen los politeístas indios... La aparición del Islam radical es la repercusión de los excesos del cosmopolitismo de la modernidad que quiso imponer del mundo entero del modelo del individualismo ateo, el culto de la mercancía, la desespiritualización de los valores y la dictadura del espectáculo. Por reacción esta agresión, el Islam se ha radicalizado, al mismo tiempo que volvía a ser dominador y conquistador, de conformidad a su tradición. Su práctica global no deja de aumentar, en el momento en que el cristianismo, que perdió toda agresividad prosélita, declina - incluso en Sudamérica y África negro - como consecuencia del suicidio que fue el Concilio de Vaticano II, la más grande metedura de pata teológica de la historia de las religiones. A pesar de las negaciones tranquilizadoras de los medios de comunicación occidentales, el Islam radical progresa por todas partes como un incendio y amenaza nuevos países: Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía, Pakistán, Indonesia, etc. Consecuencias: guerras civiles a suceder en los países bireligiosos, como la India; confrontaciones en Europa - sobre todo en Francia y Gran Bretaña - donde el Islam corre el riesgo de pasar a ser en veinte años la primera religión practicada, y multiplicación de crisis internacionales implicando los Estados islamistas, algunos de los cuales podrán poseer armas nucleares "sucias". A este respecto, es necesario denunciar la tontería de todos los que creen que un "Islam occidentalizado y respetuoso del laicidad republicano" es posible. Es imposible, porque el Islam es consubstancialmente teocrático y rechaza la idea de laicidad. El conflicto parece inevitable. Fuera de Europa y en Europa.

6°) Una confrontación Norte-Sur, des raíces teológico- étnicas se perfila. Sustituye, con una mayor probabilidad, al riesgo, por el instante conjurado, de un conflicto Este-oeste. Nadie sabe la forma que tomará, pero será grave, ya que fundado sobre apuestas y sentimientos colectivos mucho más fuertes que la ex -polaridad polémica Estados-Unidos-URSS, capitalismo-comunismo, de carácter artificial. Las potentes raíces de esta amenaza son, en primer lugar, el resentimiento duro, rechazado y disimulado de los países del Sur cara sus antiguos colonizadores. La racialización de los discursos es impresionante. Recientemente un Primer Ministro asiático trató al Gobierno francés de "racista" al término de un litigio económico banal donde un inversor italiano había sido preferido una empresa de su país. Este racialización de los informes humanos, consecuencia concreta (heterotélica) del cosmopolitismo "antirracista" de la modernidad, se observa evidentemente también en Occidente: el líder musulmán negro americano Farakian, como los grupos de rap en los Estados Unidos y Francia (NTM, Ministére Amer, Doc' Gyneco, Black Military, etc.) no deja de llamar subrepticiamente una "venganza contra los Blancos" y la desobediencia civil. El cosmopolitismo igualitario instaló paradójicamente el racismo globalizado por el momento subyacente e implícito, pero no por mucho tiempo.
Puesta en presencia, al contacto los unos con los otros en la "ciudad global" en que se ha convertido la Tierra, el pueblo se prepara a enfrentarse. Y es Europa, víctima de una colonización de asentamiento, la que arriesga ser el campo de batalla principal. Y los que afirman que el mestizaje general es porvenir de la humanidad se equivocan: este último no prevalece más que en Europa.Los otros continentes, principalmente Asia y África, forman cada vez más bloques étnicos impermeables que exportan el excedente de sus poblaciones, sin importar.
Punto capital: el Islam se convierte en el estandarte emblemático de esta rebelión contra el Norte, venganza freudiana contra "I' imperialismo occidental". En el inconsciente colectivo del pueblo del Sur se instala Esta idea-fuerza: "las mezquitas se instalan en la tierra cristiana", Vieja venganza de las Cruzadas, retorno de lo arcaico, retorno de la historia, como un bumerán. La esencia del Islam, como la del cristianismo medieval, es el totalitarismo teocrático imperial. En cuanto a los que se tranquilizan explicando doctamente que "están divididos" los países musulmanes, que sepan simplemente que están menos desunidos entre ellos que ligados contra un adversario común, sobre todo cuando surgen los casos urgentes.Esta colonización del Norte por el Sur aparece como un colonialismo suave, sin franquicia, apoyado por llamadas a la piedad, al asilo, a la igualdad.' Es la "estrategia del zorro" (opuesta la del león) tenida en cuenta por Maquiavelo. Pero realmente, el colonizador, que se justifica por la ideología occidental y "moderna" de su víctima, cuyos valores finge adoptar, no los comparte de ninguna manera. Es antiigualitario, dominador (pretendiéndose dominado y perseguido), revanchista y conquistador. Bonito truco de una mentalidad quedada arcaica. ¿Para contradecirlo, no se trataría de volver a ser mentalmente arcaico y de deshacerse de la desventaja desmovilizadora del humanismo "moderno"?
Otro fundamento de un conflicto Norte-sur: un litigio político-económico global. Guerra por los mercados de los recursos raros en curso de agotamiento, (agua potable, reservas pesqueras, etc), negativa de las cuotas de descontaminación por los países recientemente industrializados del Sur, exigencia de estos últimos a verter sus excedentes de población hacia el Norte. En la historia, son los esquemas simples que se imponen. Un Sur acomplejado, pobre, joven, demográficamente prolijo, ejerce presión sobre un Norte moralmente desarmado y que envejece.
Y no olvidemos que el Sur se dota con armas nucleares mientras que el Norte pusilánime solo tiene las palabras "desarme" y "desnuclearización" en la boca.

7°) Séptima línea de catástrofe: el desarrollo de una contaminación incontrolada del planeta, que no amenaza a este último (el tiene aún cuatro mil millones de años delante y puede reanudar desde cero toda la obra de Ia evolución), sino la supervivencia física de la humanidad. Este hundimiento del medio ambiente es el fruto del mito liberaligualitario (pero antes tan soviético) del desarrollo industrial universal y de una economía energética para todos. Fidel Castro, por una vez bien inspirado, declaraba en su discurso en la OMS Genéve el 14 de mayo de 1997: "El clima cambia, los mares y la atmósfera se recalientan, el aire y las aguas se contaminan, los suelos se erosionan, los desiertos se extienden, las selvas desaparecen, el agua se hace rara." ¿Quién salvará nuestra especie? ¿Las leyes ciegas e incontrolables del mercado? ¿La universalización neoliberal? ¿Una economía que cree en si y para si como un cáncer que devora al hombre y destruye la naturaleza? Esto no puede ser la vía, o solo lo será durante un período muy breve de la Historia. "No se podría decir mejor..."Fidel Castro, al pronunciar estas palabras proféticas, debía tener en la cabeza la arrogancia irresponsable de los Estados Unidos que se niegan a reducir (cumbres de Río, luego de Tokio) sus emisiones de dióxido de carbono. ¿Pero también este "marxista paradójico" piensa en la adhesión de todos los pueblos al modelo del beneficio comercial puro y a corto término, que promueve contaminar, deforestar, devastar las reservas halíeuticas oceánicas, pillar los recursos fósiles o vegetales sin ninguna planificación global? Fidel Castro apela aquí sin saberlo, no al marxismo tan devastador como el liberalismo, sino a la antigua sabiduría justicialista platónica.

8°) Conviene añadir: que la "tela de fondo" de estas siete líneas catastróficas convergentes se satura de factores agravantes, de aceleradores, se podría decir. A granel: la fragilización de los sistemas tecno- económicos por la informática (el famoso virus del año 2000); la proliferación nuclear en Este asiático (China, la India, Pakistán, Irak, Irán, Israel, Corea, Japón...) por parte de países en intensa rivalidad, con reacciones nerviosas e imprevisibles; el debilitamiento de los Estados ante el poder de las mafias que controlan y amplían el comercio de las drogas (naturales y cada vez más quimio- genéticas ), pero se basan también en nuevos sectores económicos que van del armamento al inmobiliario pasando por el agroalimentario; estas mafias internacionales, informaba un reciente informe de Ia ONU, disponen de medios superiores a los de los organismos internacionales represivos. No olvidemos tampoco la vuelta de las enfermedades virales y microbianas arcaicas: el mito de la inmunidad sanitaria se hunde. El SIDA fue la primera brecha. Estamos amenazados, por hecho en particular, del debilitamiento mutágeno de los antibióticos y por la intensidad de los desplazamientos humanos, por la vuelta de un desorden sanitario mundial. Recientemente, en Madagascar, catorce casos de peste pulmonar no pudieron ser Tratados.Resumidamente,¿ no hay todas las razones pensar que la modernidad va derecha a la pared y que el accidente planetario es irreversible? Seguramente no. Pero quizá... La esencia de la Historia, su motor,¿ no es el combustible de la catástrofe? Pero ahí, por primera vez, la catástrofe peligra de ser global en un mundo globalizado. Robert Ardrey, brillante etólogo y dramaturgo americano, profetizaba en 1973: "El mundo moderno se asemeja un tren de municiones que hunden, en la niebla, en una noche sin luna, todos fuegos apagados."

Estas catástrofes anunciadas son el fruto directo de la incorregible creencia en los milagros de la modernidad: pensemos en el mito del elevado nivel de vida posible para todos a escala planetaria, y la generalización de economías fuertes consumos energéticos. El paradigma del igualitarismo materialista dominante - una sociedad de consumo "democrática" para diez mil millones de hombres al XXI sin saqueo generalizado del medio ambiente - es una utopía en estado bruto.
Esta creencia onírica choca con las imposibilidades físicas. La civilización que produjo no podrá durar mucho tiempo. Paradoja del materialismo igualitario: es idealista y materialmente irrealizable. Y ello, por razones sociales (desestructura sociedades) y sobre todo ecológicas: el planeta no podrá físicamente soportar el desarrollo general de economías hiperenergéticas accesibles a todos los humanos. El "progreso de la ciencia" no está a la cita. No es necesario rechazar la tecno- ciencia, sino centrarla en una perspectiva desigual. Veremos eso más lejos...El problema no es tanto saber si la civilización planetaria creada por la modernidad igualitaria va a hundirse, sino cuando. Estamos en situación de estado de urgencia (el Ernstfall del que hablaba Carl Schmitt explicando que el igualitarismo liberal no había nunca comprendido ni integrado este concepto capital, puesto que piensa el mundo de manera providencial y milagrosa, dominado por la línea ascendente del progreso-desarrollo). La modernidad y el igualitarismo no han previsto nunca su final, nunca reconocido sus errores, nunca sabido que las civilizaciones eran mortales. Por primera vez, hay una certeza: un orden global de civilización está amenazado de hundimiento en cuanto fundado sobre un paradójico y bastardo materialismo idealista. Se pide una nueva visión del mundo para la civilización de la post-catástrofe.

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